¿QUÉ LO HACE FUNCIONAR A USTED?

Diciembre 3

¿QUÉ LO HACE FUNCIONAR A USTED?

Fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros. (Colosenses 1:25)

¿Qué lo motiva a usted? ¿Qué ocupa su energía, domina su tiempo y lo hace funcionar? Para el apóstol Pablo era el progreso del evangelio. Lo que pudiera ocurrirle a su propio cuerpo o a su carrera tenía poca importancia para él. En Hechos 20:24 dijo: “Ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús”. Rindió su vida, sus bienes, sus ropas, su reconocimiento, su reputación y su prestigio a una meta: “para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (v. 24).

Pablo escribió a la iglesia de Roma: “En cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma” (Ro. 1:15). Y en 1 Corintios 9:16 da testimonio de lo que lo impulsaba: “Me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!”

Pablo se sentía impulsado a ver que el evangelio siguiera adelante. Él es un ejemplo para todo cristiano. ¿Es su vida como la de Pablo?

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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Predicación Expositiva

Iglesia Evangélica de la Gracia

David Barceló & Paul Washer

 

A continuación encontrareis el listado de preguntas que se formularon en el panel junto con el link al minuto en el video.

Bendiciones.

Primera fecha en la que el hermano Paul Washer enseña públicamente después de su infarto y 19 meses de convalecencia. Damos gracias al Señor por fortalecerle.
Soli Deo Gloria

1. ¿Cómo se elabora y qué criterios utilizar para confeccionar un plan de predicaciones a largo plazo para equiparar a una congregación en todo el consejo de Dios? 04:08

2. ¿Cómo contextualizarías los evangelios si estos han sido escritos años después? 09:49

3. Para predicar expositivamente, ¿debo predicar versículo por versículo o estoy haciéndolo un estudio de esa forma? 11:39

4. ¿Qué consejo nos darías cuando después de terminar una predicación terminas desanimado y debilitado? 22:30

5. Cuando estoy preparando un sermón ¿cual debería ser el balance para ser expositivo? 31:40

6. ¿Hasta qué punto tenemos que exponer el pasaje y esperar que el Espíritu explique a la congregación? 35:00

7. ¿Cómo podemos discernir que una persona sea realmente idónea para encargarle la predicación de la palabra? 39:00

8. ¿Cómo sé que el Señor me esta llamando a predicar? 43:20

9. ¿Cuál es el limite en la predicación expositiva? 48:40

10. ¿Qué lugar de importancia tienen las ilustraciones en el desarrollo del mensaje? 52:30

11. ¿Cómo puedo mejorar mi predicación en un idioma que no es mi lengua materna? 59:38

12. ¿Cómo puedo no caer una especie de fariseísmo con la predicación expositiva? 01:06:00

13. ¿Cómo podría utilizar salmos imprecatorios en la predicación? 01:10:50

14. ¿Cómo puedo trasmitir el mensaje de una manera clara pero simple sin caer en el intelectualismo? 01:18:16

15. ¿Qué consejo nos darías para no caer en el «error» de ver a Cristo en todos los lados? 01:35:19

16. Si el Señor nos lleva a una situación como la que pasaste, ¿te has preguntado como has aprovechado tu vida? 01:43:50

Paul David Washer

Nacido en Estados Unidos en 1961 es un misioneropastorevangelistaescritorabogado, fundador y director de la Sociedad Misionera Heartcry que apoya el trabajo misionero con los nativos sudamericanos, también es predicador itinerante de la Convención Bautista del Sur.1 Aparte de sus viajes y predicas, Paul es profesor invitado en varios seminarios, en particular en el Seminario de Master (The Master’s Seminary)

David Barceló

Westminster en California (MA) y Westminster en Filadelfia (DMin)

David es licenciado en Psicología y graduado de los seminarios Westminster en California (MA) y Westminster en Filadelfia (DMin). Es miembro de la NANC y graduado en Consejería Bíblica por IBCD. David ha estado sirviendo en la Iglesia Evangélica de la Gracia, desde sus inicios en mayo de 2005, siendo ordenado al ministerio pastoral en la IEG en junio de 2008.

Pecadores en manos de un Dios airado

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Edwards: Pecadores en manos de un Dios airado

Un análisis del sermón evangélico más famoso de todos los tiempos.

AUTOR Will Graham | 02 DE JULIO DE 2016 | 23:40 h

Esta misma semana hace 275 años, el gran teólogo norteamericano Jonathan Edwards (1703-58) predicó el sermón evangélico más famoso de todos los tiempos: ‘Pecadores en manos de un Dios airado’ (8 de julio 1741).

Hoy, entonces, queremos hacer tres cosas. Primero, resumir el bosquejo de aquel mensaje tan poderoso. Segundo, contrastar la homilética de Edwards con el tipo de predicación que predomina en el siglo XXI. Y tercero, defender a Edwards ante varias críticas injustas que se han lanzado contra él a lo largo de los años

1.- El resumen del sermón

Después de leer Deuteronomio 32:35 –“A su tiempo su pie resbalará”- Edwards hizo cuatro observaciones iniciales sobre los incrédulos mencionados en el versículo:

  • Estuvieron siempre expuestos a destrucción.
  • Estuvieron siempre expuestos a una rápida destrucción repentina.
  • Estuvieron expuestos a caer por su propio peso.
  • La razón por la cual no han caído todavía es “porque el tiempo señalado por Dios no ha llegado”.

Siguiendo el método exegético puritano, antes de procurar aplicar la Palabra al pueblo Edwards primeramente estudia el pasaje bíblico con el fin de llegar a su médula doctrinal. Esta doctrina luego se convierte en el eje central de todo el sermón. ¿Cuál es la grandiosa verdad que Edwards encontró en Deuteronomio 32:35? Respuesta: “Que no hay otra cosa que mantenga a los hombres impíos fuera del infierno en todo momento que el mero placer de Dios”.

Edwards prosiguió a desarrollar diez observaciones evangélicas sobre esta doctrina bíblica. En sus propios términos:

  • A Dios no escasea en poder para arrojar a los impíos en el infierno el momento que lo quiera. Es fácil para Dios, cuando le place, arrojar a sus enemigos al infierno.
  • Los impíos merecen ser echados en el infierno.
  • Los impíos ya están bajo una sentencia de condenación al infierno.
  • Los impíos son los objetos de ese mismo enojo e ira de Dios que es expresado en los tormentos del infierno.
  • El diablo está lista para caer sobre los impíos y asirlos para sí; momento que Dios permitirá.
  • En las almas de los impíos reinan principios infernales que estuvieran actualmente encendidos y llameando en el infierno de fuego si no fuera por las restricciones de Dios.
  • No es seguridad para los impíos el que en ningún momento haya medios visibles de la muerte a la mano.
  • El cuidado de los impíos para preservar sus propias vidas o el cuidado de otros para preservarlos a ellos, no les brinda seguridad en ningún momento.
  • Todas las luchas y maquinaciones que los impíos usan para escapar del infierno, mientras siguen rechazando a Cristo, no les libra del infierno en ningún momento.
  • Dios en ningún momento se ha puesto bajo ninguna obligación por alguna promesa que haya dado de mantener al impío fuera del infierno.

Después de compartir sus diez observaciones teológicas, Edwards –una vez más fiel al legado puritano- se preocupa por aplicar lo antedicho a la congregación. Se dirige a los incrédulos de su congregación explícitamente: “Este terrible tema puede ser útil para despertar algunas personas incrédulas en esta congregación. Esto que has oído es el caso de cada uno de ustedes que se encuentra fuera de Cristo.

Ese mundo de miseria, ese lago de azufre ardiente se extiende debajo de ti. Allí está el espantoso abismo de las llamas ardientes de la ira de Dios; allí está la ancha boca del infierno abierta de par en par; y no tienes nada sobre qué permanecer en pie, ni nada de donde agarrarte; no hay nada entre ti y el infierno sino sólo el aire; es tan sólo el poder y el puro placer de Dios el que te soporta”.

Mediante metáforas vívidas y con gran dolor en el alma, Edwards exhorta a los incrédulos a huir de la ira venidera. Aplica la doctrina a su congregación a través de los siguientes cuatro puntos:

  • Mira de quién es la ira. Es la ira de un Dios infinito.
  • Es a la furia de la ira de Dios a la que estás expuesto.
  • La miseria a la que estás expuesto es aquélla que Dios infligirá con el fin de mostrarte lo que es la ira del Señor.
  • Es una ira eterna.

Antes de cerrar el mensaje, Edwards siguió luchando por despertar y salvar las almas de los réprobos. Dice: “Hay razón para pensar que hay muchos ahora en esta congregación oyendo este discurso que eventualmente serán sujetos de esta miseria por toda la eternidad.”. Y de nuevo: “¡Cuántos de ustedes recordarán este discurso en el infierno!”

Como buen evangélico, señala a Cristo como la única vía de escape: “Ahora tienes una oportunidad extraordinaria, un día en el que Cristo tiene ampliamente abierta la puerta de la misericordia, permanece allí llamando y gritando con alta voz a los pobres pecadores […] Dense prisa y escapen por sus vidas; no miren tras sí, escapen al monte, no sea que perezcan”.

2.- El contraste entre Edwards y nosotros

Con tan solo leer el bosquejo del mensaje, no cabe duda alguna de que Edwards predicaba de una manera muy diferente a la nuestra. Antes que nada, su metodología era cien por cien exegética, doctrinal y teológica. Quiso encontrar las perlas escondidas dentro de un determinado versículo bíblico y se limitó a hablar únicamente sobre esta verdad doctrinal sin desviarse de ella en ningún momento.

Todo lo que dice en su sermón está explícitamente relacionado con la doctrina que sacó de su texto en Deuteronomio. Sólo después de esa labor exegética y doctrinal, empezó Edwards a aplicar el mensaje al pueblo. Hasta sus aplicaciones están fundamentadas en el texto.

Nuestra metodología evangélica actual es bien distinta. Sabemos de lo que queremos hablar en el púlpito aun antes de estudiar las Escrituras. Lo que hacemos es buscar cualquier texto bíblico que diga algo parecido a lo que ya tenemos en el corazón y empleamos aquel texto como un pretexto para dar nuestra charla. Prevalecen versículos como “Todo lo que puedo en Cristo” o “Yo sé los planes que tengo para vosotros” totalmente divorciados de su contexto inmediato.

En cuanto a contenido, he apuntado seis diferencias entre Edwards y el siglo XXI.

Primero, el mensaje de Edwards está saturado de la Palabra. No solamente se dedica a exponer un determinado versículo sino que apoya todo lo que dice a lo largo del mensaje con pasajes paralelos. ¡Menuda manera de fortalecer a una iglesia en las Escrituras! Nosotros, sin embargo, hacemos casi todo nuestro énfasis en ilustraciones, experiencias, testimonios personales, chistes y aplicaciones.

Segundo, el estilo de Edwards es teocéntrico. Todo el mensaje gira en torno a la grandeza de la gloria de Dios. Edwards despliegue la gloriosa soberanía de Dios de una manera sin precedentes.

En nuestros días, no obstante, los mensajes son antropocéntricos, centrados en el ser humano y su supuesta importancia, por ejemplo, “Tú eres un campeón” o “Sueña cosas grandes” o “Dios te necesita” o “Tú vales mucho para Dios”. Edwards nunca predicaría semejantes aberraciones.

Tercero, Edwards nos habla sobre todas las facetas de Dios. Es verdad que cuando leemos muchos otros sermones de Edwards, él habla más sobre el amor divino y su misericordia revelada en Cristo que sobre cualquier otro atributo divino; pero no se olvidó nunca de la justicia, la majestad y la santa ira y furia del Altísimo. Era valiente.

Predicó todo el consejo de Dios. Mas el siglo XXI ya no cree en la ira de Dios. El ‘dios’ de nuestros días es una mariposa, una muñeca de Barbie, un dios afeminado, dulce, un osito de peluche. Nunca se enfadaría con nadie. ¿Entonces quién tiene la razón? ¿Edwards o nosotros? La Biblia demuestra que Edwards está en lo correcto.

Cuarto, Edwards instruyó a los de su generación sobre la profundidad y la seriedad del pecado humano. Nos habla acerca del hombre en base a la doctrina de las Escrituras. Nosotros, sin embargo, creemos la mentira pagana de que todos somos buenos. “Todos metemos la pata pero en esencia somos buena gente”. Hemos resucitado la doctrina de Pelagio. En este sentido Edwards tiene mucho que enseñarnos.

Quinto, las cosas eternas se hacen reales mientras uno lee un mensaje de Edwards. No sé cuántas veces habré leído ‘Pecadores en manos de un Dios airado’, pero cada vez que lo hago, enseguida pienso en mi muerte, en la eternidad, en que no voy a estar aquí para siempre. Las predicaciones contemporáneas, sin embargo, nunca nos hablan sobre temas tan solemnes como la condenación eterna ni el infierno ni la muerte. ¡Ni pensarlo! ¡Algunos predicadores sencillamente no quieren perder a sus clientes!

Por lo tanto, los sermones de hoy se centran en cómo arreglar nuestros problemas y dolores de cabeza en el aquí y ahora. Impera un espíritu light, liviano, poco solemne donde nadie tiembla ante la Palabra del Altísimo. ¿Me pregunto si estamos bajo la maldición de Amós 8:11?

Sexto, la cristología de Edwards es excelsamente bíblica. En el sermón que hemos resumido la gloria de Cristo es anunciada a través de su grandioso ministerio de salvación. El Cristo de Edwards es un Salvador varonil e indomable. No es el ‘Jesús novio’ de nuestra generación que pasa todo el día llorando porque no le dejamos entrar en nuestro todopoderoso corazón.

En todos estos sentidos, se respira otro aire en los mensajes de Edwards que ya no sopla en nuestros días.

3.- Críticas injustas

Amé a Edwards y al Dios de Edwards mientras vivía en Irlanda. No fue hasta que vine a España en el 2007 cuando oí a ciertas personas hablar mal de él. Me molesto bastante. En realidad todos lanzaban la misma crítica una y otra vez, a saber, que “Edwards sólo habla sobre la ira de Dios”.

Debo mostrar mi desacuerdo con este juicio porque carece de solidez. No tiene justificación alguna. Basta con leer ‘Pecadores en manos de un Dios airado’ para entender que esta postura es insostenible. Hay que fijarse en cómo Edwards habla sobre el pacto de Dios con su pueblo a través de Cristo como el único lugar de refugio de la ira venidera. “Ciertamente Dios no ha dado promesas acerca de la vida eterna o de alguna liberación o preservación de la muerte eterna, sino aquellas que están contenidas en el pacto de la gracia, las promesas son sí y amén”.

Edwards explica la obra del Espíritu a lo largo del mensaje e insta a los pecadores a arrepentirse con la santa exclamación “¡oh!” continuamente en sus labios. “Oh pecador”, “Oh cuán terrible debe ser eso”, “Oh, si tan sólo consideraras esto, ya seas joven o viejo”, “Oh señores, es peligroso en extremo”. Edwards luchó con los pecadores para su bien eterno. Un varón que predica la verdad de Dios con dolores de parto en el alma merece nuestro respeto y admiración.

Con respecto a los que siguen acusando a Edwards de hacer demasiado hincapié en la ira de Dios, he llegado a las siguientes dos conclusiones:

  • O simplemente no saben de lo qué están hablando porque nunca se han tomado la molestia de estudiar ‘Pecadores en las manos de un Dios airado’ ni de indagar en el ministerio tan eficaz que el Señor le concedió a su fiel soldado, Jonathan Edwards.
  • O son falsos maestros que nunca han pronunciando una solo palabra acerca de la ira de Dios desde sus púlpitos. “Son atalayas ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir”. Total, critican a Edwards con el fin de apaciguar sus conciencias.

Así que si tengo que elegir entre 1) un ignorante, 2) un perro mudo o 3) Jonathan Edwards, sé muy bien con quién me voy a quedar, con el hombre que dé más gloria a Dios.

Dios levante a 100.000 más como Jonathan Edwards en nuestros días para la gloria de Cristo y el bien del Evangelio.

Los pecadores del siglo XXI siguen estando en las manos de un Dios airado.

Los pecadores del siglo XXI siguen necesitando ser salvos a través del único camino de refugio, el bendito Salvador Jesucristo.

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INSTRUMENTOS DE LA VOLUNTAD DE DIOS

INSTRUMENTOS DE LA VOLUNTAD DE DIOS

Charles R. Swindoll

3 de diciembre, 2018

Salmo 5

Después de haber analizado los atributos de Dios y de haberse enfocado en la soberanía y la bondad de Dios, David se examina asimismo (vv. 7, 8).

Pero yo, por la abundancia de tu gracia, entraré en tu casa y en tu temor me postraré hacia tu santo templo. Guíame, oh Señor, en tu justicia a causa de mis enemigos. Endereza tu camino delante de mí.

El versículo 7 comienza con un contraste muy claro. En el idioma hebreo es excepcionalmente claro y literalmente dice: «En mi caso». A diferencia de aquellos que el Señor destruirá (v. 6), David disfrutaba de una posición espiritual que se menciona en la última parte del versículo 7, «tu santo templo», como una referencia poética a la comunión íntima que tenía David con el Señor.

El versículo 8 es la oración principal de esta canción. Todo lo demás antes de este versículo podría considerarse algo preliminar. Aquí se encuentra el resumen de su petición: «Guíame, oh Señor, en tu justicia a causa de mis enemigos. Endereza tu camino delante de mí».

¿Qué significa esto? David no quería caer en las mismas tácticas de sus enemigos y por eso él oraba para que el Señor lo dirigiera en medio del conflicto, y lo hiciera hacer todo a la manera de Dios. Él quería, ante todo, seguir el camino justo de Dios. Pocos años después, el profeta Isaías habló en nombre del Dios a Israel:

«Porque mis pensamientos no son sus pensamientos ni sus caminos son mis caminos», dice el Señor. «Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que sus caminos, y mis pensamientos más altos que sus pensamientos» (Isaías 55: 8-9).

Cuando nos sentimos desanimados, nuestra oración por naturaleza, es orar por descanso; le pedimos al Señor que actúe en nuestra situación. ¿Qué pasaría si en lugar de eso, le pidiésemos la oportunidad de hacer algo para Él? ¿De qué manera nuestra perspectiva cambiaría si nos viésemos a nosotros mismos como instrumentos de la voluntad de Dios, llevando a cabo sus deseos en vez de siempre esperar que Él nos sirva?

Afirmando el alma: ¿Cuándo fue la última vez que usted le pidió a Dios una oportunidad de hacer algo por Él? Quizás ahora sea un buen tiempo, especialmente si usted está luchando con el desánimo. Si usted ora pidiéndole la oportunidad de llevar a cabo la voluntad de Dios, es muy probable que esa sensación de debilidad se desvanezca.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

 

Buscaba a Dios desde pequeña

Lunes 3 Diciembre

El Hijo del Hombre (Jesús) vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Lucas 19:10

Si desde allí buscares al Señor tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.

Deuteronomio 4:29

Buscaba a Dios desde pequeña

«Desde que era muy pequeña creía en Dios, pero no lo conocía verdaderamente. Mi infancia y adolescencia fueron difíciles: mis padres se separaron; a menudo lloraba sola en un rincón de la casa. De vez en cuando oraba a Dios en mi habitación, pidiéndole que me diera gozo. Cuando cumplí 18 años me fui de la casa sin un céntimo en el bolsillo. Varias amigas me alojaron en su casa en el transcurso de los meses. Salía todos los fines de semana, llevaba una vida insana; era una evasión más en medio de mi tristeza. Luego conocí a un chico. Su madre me permitió vivir en su casa, pero como ella practicaba el ocultismo, me fui, porque eso no me gustaba. Dos años más tarde me volví a poner en contacto con ella. No la reconocí, pues había cambiado completamente. Me habló de Jesús, de lo que había hecho por ella. Eso me tocó profundamente. Algún tiempo después, en una conferencia cristiana, creí en el Señor Jesús. Aquel día lloré mucho; eran lágrimas de gozo y de alivio.

Dios respondió a las oraciones que le había hecho durante mi infancia. ¡Lo había buscado y se manifestó a mí! Jesús me liberó, curó las heridas de mi corazón, me enseñó a perdonar. Es cierto que a veces paso por «desiertos», pero el Señor está conmigo.

Si usted se siente perdido, si no sabe a dónde dirigirse, si nadie puede ayudarle, entonces ¡acuda al único que puede hacerlo, es decir, a Jesús!

Vanessa

Josué 22:1-20 – Santiago 2 – Salmo 136:23-26 – Proverbios 29:3-4

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
ediciones-biblicas.ch – labuena@semilla.ch

¿Cuál es la edad correcta para casarse?

¿Cuál es la edad correcta para casarse?

 

La Biblia no nos habla de una edad exacta para casarse. Nos habla de la belleza y el propósito de Dios en el matrimonio.

Para saber si es el tiempo de casarse, cada joven debe sumergirse en las Escrituras, buscar el consejo de sus padres, buscar el consejo de sus pastores porque, como dicen las Escrituras, en la multitud de consejeros está la sabiduría.

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