DIOS CON NOSOTROS

Diciembre 15

DIOS CON NOSOTROS

Porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. (Lucas 1:45)

Isaías 7:14 dice: “El Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Esa virgen se llamaba María.

Sin embargo, el nombre Emanuel es la clave de este versículo, y el corazón de la historia de la Navidad. Es un nombre hebreo que literalmente significa “Dios con nosotros”. Es una promesa de la deidad encarnada, una profecía de que Dios mismo aparecería como un niño humano, Emanuel, “Dios con nosotros”. Ese niñito que iba a nacer sería Dios mismo en forma humana.

Si pudiéramos condensar todas las verdades de la Navidad en solo tres palabras, estas serían las palabras: “Dios con nosotros”. Tenemos la tendencia a enfocar nuestra atención en Navidad en la infancia de Cristo. La más grande verdad de esa festividad es su deidad. ¡Más asombroso que un niño en el pesebre es la verdad de que este niño prometido es el Creador omnipotente de los cielos y la tierra!

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

 

¿Deberíamos los cristianos tener un árbol de Navidad? ¿Tiene el árbol de Navidad su origen en antiguos ritos paganos?

¿Deberíamos los cristianos tener un árbol de Navidad?

¿Tiene el árbol de Navidad su origen en antiguos ritos paganos?

La costumbre moderna del árbol de Navidad no procede de ninguna forma de paganismo. No hay evidencia de ninguna religión pagana que decorara un árbol especial para celebrar sus festivales de invierno, aunque los romanos celebraban el solsticio de invierno con un festival llamado Saturnalia en honor a Saturno, el dios de la agricultura. Estos decoraban sus casas con plantas y luces e intercambiaban regalos. Más tarde en la edad media, germanos y escandinavos ponían árboles perennes dentro de sus casas justo afuera de sus puertas para expresar la espera de la próxima primavera. Los primeros árboles navideños fueron decorados por cristianos protestantes en el siglo XVI en Alemania. Nuestro moderno árbol navideño evolucionó de estas antiguas tradiciones alemanas, y esta costumbre, muy probablemente, llegó a los Estados Unidos con los emigrantes alemanes a Pennsylvania y Ohio.

No hay nada en la Biblia que prescriba o prohíba los árboles de Navidad. Algunos piensan, equivocadamente, que Jeremías 10:1-16 prohíbe cortar árboles y decorarlos de la misma manera como lo hacemos en Navidad. Sin embargo, aún leyendo superficialmente este texto, se comprende que Jeremías establece la prohibición de ídolos hechos de madera, cubiertos de plata y oro para luego adorarlos. Una idea similar aparece en Isaías 44, donde el profeta describe la necedad de los idólatras, que cortan un árbol, queman parte de él en el fuego para calentarse, y usan la otra parte para tallar un ídolo, ante el cual se inclinan. Entonces, a menos que nos inclinemos ante nuestro árbol de Navidad, tallemos un ídolo y oremos ante él, estos pasajes no deben ser aplicados a los árboles de Navidad.

No hay ningún significado espiritual en tener o no un árbol navideño. Cualquiera que sea nuestra elección, el motivo detrás de la decisión del creyente acerca de este punto, como en todas las cuestiones de conciencia, éste debe ser para complacer al Señor. Romanos 14:5-6ª establece en este pasaje el principio acerca de la libertad de elección. “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor.” El Señor se contrista cuando los cristianos miran a otros con desdén, ya sea por celebrar o no la Navidad. Esto es orgullo espiritual. Cuando sentimos que de alguna manera nos hemos elevado a un plano superior de espiritualidad por hacer o no algo sobre lo que la Biblia calla, usamos equivocadamente nuestra libertad en Cristo, creando así divisiones en Su Cuerpo, y de esta manera, deshonramos al Señor. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).

Usado con permiso del Ministerio Got Questions

Tomado de GotQuestions.org. Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en:  https://www.gotquestions.org/Espanol/

En manos de los hombres

Domingo 15 Enero

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Isaías 53:7

En manos de los hombres

De Getsemaní a la cruz

Judas acababa de traicionar a su Maestro. Era de noche, los soldados detuvieron a Jesús. Lo ataron y lo llevaron a casa de Anás, pariente del sumo sacerdote. Allí lo golpearon en el rostro por primera vez. Luego, en casa de Caifás, donde se habían reunido los jefes religiosos, falsos testigos lo acusaron. Jesús no respondió. Todos lo condenaron y querían matarlo. Le escupieron la cara, lo azotaron… Pedro lo negó tres veces.

Fue entregado a Pilato, el gobernador romano, quien dijo que Jesús era inocente. Pilato lo remitió a Herodes, quien lo trató con desprecio y, para burlarse de él, le puso una ropa resplandeciente y lo devolvió a Pilato. El gobernador trató de liberarlo, pero no lo logró.

Para burlarse de él, negando su posición de rey, vistieron a Jesús con una ropa de color púrpura (ropa real), le pusieron una corona de espinas y lo expusieron así ante la multitud. Esta gritó a una voz pidiendo la liberación de Barrabás, que era un asesino, y exigió la crucifixión de Jesús. Pilato mandó azotarle; los soldados se reunieron en torno a él en el patio del palacio. Le quitaron las vestiduras de púrpura y le pusieron su propia ropa. Jesús guardó silencio y fue llevado hasta el Gólgota para ser crucificado.

Este hombre, llamado Jesús, ¡es el Hijo de Dios! ¿Por qué no mostró resistencia alguna? ¿Por qué no hizo valer su inocencia? Porque “Cristo padeció por nosotros” (1 Pedro 2:21).

Luego, en la cruz, “Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios…” (1 Pedro 3:18).

1 Samuel 12 – Mateo 10:26-42 – Salmo 9:15-20 – Proverbios 3:16-18

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