Un tesoro escondido

12 de enero

Un tesoro escondido

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.

Efesios 1:3

No hay manera de comprender las riquezas que Dios ha provisto para quienes aman a su Hijo. Los tesoros que ha preparado son infinitos. Jesús dij «El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo» (Mt. 13:44). El apóstol Pablo cita al profeta Isaías cuando dice: «Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Co. 2:9).

La buena noticia es que, si amamos al Hijo de Dios, heredamos todas las riquezas del Padre. Si creemos en Cristo, tenemos un tesoro inimaginable.

Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros. Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org

Conocer a Dios

Sábado 12 Enero

Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.

Lucas 18:27

Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Mateo 11:27

Conocer a Dios

http://labuenasemilla.net/20190112

¿Es posible conocer a Dios? ¿Quién puede decirlo? ¡Pero él nos conoce y nos ama! Su deseo profundo es darse a conocer, revelarse como un Dios de amor que vive en la luz. Él promete a cada uno: “Me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros” (Jeremías 29:13-14). Jesús declara: “Conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre” (Juan 10:14-15). ¡Qué felicidad hacer parte de su familia!

También se revela mediante dádivas:

– El perdón: “Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25).

– La vida eterna: “Yo les doy vida eterna” (Juan 10:28).

– La certeza de la salvación: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13).

– La sabiduría y el conocimiento (Eclesiastés 2:26).

– Y el don más grande de todos: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:9-10).

1 Samuel 9 – Mateo 9:1-17 – Salmo 8 – Proverbios 3:9-10

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
ediciones-biblicas.ch – labuena@semilla.ch