Una unión misteriosa

Enero 14

Una unión misteriosa

Tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. (Filipenses 2:7)

La humanidad y la deidad de Cristo es una unión misteriosa que nunca podemos entender plenamente. Pero la Biblia pone de relieve ambas.

Lucas 23:39-43 da un buen ejemplo. En la cruz, “uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.

En su humanidad, Jesucristo fue una víctima, clavado sin misericordia a una cruz después que lo escupieron, se burlaron de Él y lo humillaron. Pero en su deidad le prometió al ladrón en la cruz vida eterna como solo Dios puede prometer.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, www.portavoz.com

Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros. Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org

Recibir al Señor como Zaqueo

Lunes 14 Enero

Un varón llamado Zaqueo… procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle.

Lucas 19:1-4

Recibir al Señor como Zaqueo

Lucas 19:1-10

¡Zaqueo, hombre adinerado de la ciudad de Jericó, deseaba ver a Jesús! Pero, ¿cómo hacerlo, pues era pequeño de estatura y estaba en medio de una multitud? Se subió a un árbol, sin preocuparse por lo que los demás pensaran.

Cuando Jesús pasó, el deseo de Zaqueo fue satisfecho: ¡pudo ver al Salvador! Y mejor aún, Jesús se interesó en él y lo interpeló: “Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa” (v. 5).

Usted que lee este texto, ¿sabe que Jesús está cerca de usted? Ha escuchado hablar de él, sabe que algunos hablan bien de él, mientras otros lo menosprecian… Pero como Zaqueo, acérquese, procure verlo, sin preocuparse por los demás. Consiga una Biblia o un Nuevo Testamento y lea los evangelios. También puede ir a una reunión cristiana, escuchar una emisora cristiana o la lectura de la Biblia en su portátil.

Por su lado, Jesús sabe lo que hay en su corazón. Él conoce sus deseos, sus necesidades. ¿Quiere ir a él? ¿Quiere ser perdonado, purificado de todas sus faltas?

Jesús también le dice: “Hoy es necesario que pose yo en tu casa”. No menosprecie este urgente llamado del Salvador que quiere morar en su corazón. Ahora mismo, allí donde está, él lo llama. Quiere que usted se apresure: ¡“Date prisa, desciende”! No lo deje para más tarde. No lo aplace para mañana. No diga: Voy a pensarlo. No, el Señor lo ama y le dice: ¡“Hoy”! Haga como Zaqueo: “Descendió aprisa, y le recibió gozoso”.

1 Samuel 11 – Mateo 10:1-25 – Salmo 9:11-14 – Proverbios 3:13-15

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
ediciones-biblicas.ch – labuena@semilla.ch