Conocidos por la obediencia

Enero 19

Conocidos por la obediencia

Según el mandamiento del Dios eterno… para que obedezcan a la fe. (Romanos 16:26)

¿Sabía usted que no es la fe más la obediencia lo que es igual a salvación, sino la fe obediente la que es igual a salvación? Se comprueba la verdadera fe en su obediencia a Dios.

Como Jesucristo es el Señor, Él exige obediencia. No hay fe sin obediencia. Pablo dijo a los cristianos de Roma: “Doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo” (Ro. 1:8). ¿Y por qué se divulgaba su fe en todo el mundo? Romanos 16:19 explica: “Vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos”. Al principio, es su fe la que se divulga, pero al final es su obediencia.

La fe que excluye la obediencia no salvará a nadie. Tal engaño hace que muchos entren por el camino espacioso que lleva a la destrucción (Mt. 7:13-14). Eso es como edificar una superestructura religiosa sobre la arena (Mt. 7:21-29).

Fundamente su vida en la obediencia a Cristo. Entonces sabrá que pertenece a Él.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

 

Hacia él

Sábado 19 Enero

Se juntaron con él (David) todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu.

1 Samuel 22:2

(Jesús dijo:) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Mateo 11:28

Hacia él

David era el futuro rey de Israel, escogido por Dios. Pero antes de que se cumpliera la promesa de su reinado, fue perseguido por Saúl, el rey en ejercicio, quien veía en David a un rival. Huyendo de su enemigo, David halló refugio en una cueva. Allí todos los afligidos, los endeudados, los que estaban llenos de amargura hallaron a alguien capaz de comprenderlos y dirigirlos. David se convirtió en su jefe.

En esta escena, David es una conmovedora imagen de Jesús, nuestro Señor, quien invita a ir a él a todos los que están cansados y cargados, los que tienen “sed” (Juan 7:37). Vino por los pobres, los cautivos, los ciegos, los oprimidos, los que se portan mal… (Lucas 4:18-19).

¿Sabe usted que la expresión “todo el que estaba endeudado” nos designa a todos? En efecto, hemos contraído una deuda moral con Dios, porque nuestros pecados lo han ofendido y requieren reparación. Sin embargo esta deuda, demasiado pesada para nosotros, fue pagada por Jesús en la cruz. Antes de morir exclamó: “Consumado es” (Juan 19:30). En aquella época esta expresión estaba grabada en el sello que se ponía en una factura para indicar que esta había sido pagada.

Volvámonos, pues, con confianza a Jesús. En las aflicciones, en las experiencias amargas que tengamos que atravesar, él es un refugio seguro. Él mismo sufrió, por lo tanto comprende a los que sufren (Hebreos 2:17-18). Jesús prometió: “Al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).

1 Samuel 15 – Mateo 13:1-23 – Salmo 12 – Proverbios 3:32-35