Una entrega sincera

Enero 21

Una entrega sincera

Testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu. (Romanos 1:9)

En la actualidad, empleamos la palabra espíritu de la misma manera que el apóstol Pablo la empleó en el versículo de hoy. Pudiéramos observar a un deportista que juega muy bien y entonces comentar que mostró un espíritu fogoso, que significa que todo su ser estaba participando en su esfuerzo. Cuando estaba en la universidad, el premio “Espíritu de equipo” se le daba al jugador de fútbol que hiciera el mayor esfuerzo en el terreno. Esa es la forma en la que Pablo servía al Señor.

Pablo nunca sirvió al Señor sin una entrega sincera. Al hacerlo así, se distinguió de los mercenarios, cuyo trabajo era externo y no sincero (Jn. 10:11-13). Sea así como Pablo, y haga un esfuerzo sincero en su servicio a Cristo.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, www.portavoz.com

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El pensamiento de Dios

Lunes 21 Enero

Dice el necio en su corazón: No hay Dios.

Salmo 53:1

¿Quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?… Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos.

Romanos 11:34, 36

El pensamiento de Dios

Alguien preguntó: «¿Por qué dos copos de nieve nunca son perfectamente idénticos? ¿Por qué cada cristal congelado será siempre único? Y si ningún copo de nieve es idéntico a otro, ¿por qué comparten todos la forma de una estrella de seis puntas? ¿Por qué no tienen cinco o siete? ¿Y por qué una margarita puede tener cinco, ocho o trece pétalos, pero nunca diez u once? Frente a estas preguntas no podemos dejar de ceder a la irresistible sensación de que el mundo es organizado, calculado, regulado, pensado. Pero, ¿por quién? ¿O por qué?».

La respuesta a estas preguntas siempre ha engendrado controversias; y esto entre los sabios como en el resto de los hombres. Sin embargo, cada uno debe admitir que no puede hallar por sí mismo una respuesta aceptable. La inteligencia del hombre debería, no obstante, darle a comprender que hay un Creador, de modo que los hombres son inexcusables si no creen en Dios (leer Romanos 1:20).

El testimonio de la creación está delante de todos, pero también el de la Biblia. Creer en la existencia de Dios es, pues, una prueba de reflexión inteligente de parte del hombre. Pero confiar en Dios, creerle recibiendo el mensaje que él nos dirige a través de la Biblia, nos permite entrar en una verdadera relación con él. Su pensamiento es dar a conocer su grandeza en todo lo que ha creado, incluso en un copo de nieve, pero también revelar su amor para que los hombres se conviertan en sus hijos.

1 Samuel 17:1-30 – Mateo 13:44-14:12 – Salmo 14 – Proverbios 4:7-9

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