¿Alguien está escuchando?

Enero 26

¿Alguien está escuchando?

Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos. (2 Corintios 12:15)

Ha habido ocasiones en mi ministerio como pastor en las que me he preguntado si alguien escucha lo que enseño. ¿De verdad me aprecian las personas o aprecian la enseñanza de la Palabra? Es fácil caer en ese complejo de lástima de sí mismo.

Tal vez se haya sentido así en su ministerio. De ser así, debe recordar que mientras considere el ministerio en el que está como algo que usted da, no tendrá ese problema. Pero si considera el ministerio como algo que recibe, terminará con un concepto tergiversado de lo que en realidad es el ministerio.

Si alguna vez se siente tentado a considerar su ministerio con una actitud egoísta, asuma la actitud que Pablo mostró en el versículo de hoy. Aun cuando las personas lo odiaran, él seguiría amándolas. La principal característica del amor es dar con generosidad.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, www.portavoz.com

 

Morir y estar con Cristo

Sábado 26 Enero

Más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

2 Corintios 5:8

Teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor.

Filipenses 1:23

Morir y estar con Cristo

Después de su muerte el cristiano se halla en un estado de felicidad consciente. Su alma todavía espera la resurrección de su cuerpo, pero está consciente y feliz en la presencia del Señor.

Esta era la certeza del apóstol Pablo quien escribió que si estamos “ausentes del cuerpo”, estamos “presentes al Señor”. El Señor no le dijo al ladrón que tendría que esperar el reino, sino: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).

Antes de morir lapidado, Esteban oró: “Señor Jesús, recibe mi espíritu” (Hechos 7:59). Sabía que iría inmediatamente al cielo, donde acababa de ver al Señor “a la diestra de Dios” (v. 55-56). Para el creyente, la muerte es “ganancia”, porque estar con el Señor es “muchísimo mejor”.

El cristiano espera la venida del Señor; entonces los muertos en Cristo resucitarán y los creyentes vivos serán arrebatados a su encuentro (1 Tesalonicenses 4:16-17). Mientras esperamos, suspiramos interiormente, “deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial” (Romanos 8:23; 2 Corintios 5:2). “Todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos” (1 Corintios 15:51-52). Pero antes de que esto se cumpla, el cristiano puede pasar por la muerte. Según Juan 11:11, «duerme». El cuerpo está inerte, pero se despertará. ¡Así el cristiano posee la gloriosa certeza de estar, plenamente consciente, en la presencia del Señor!

1 Samuel 20:24-42 – Mateo 16:13-28 – Salmo 17:6-9 – Proverbios 5:7-14

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