Aflicción por las almas perdidas

Marzo 21

Aflicción por las almas perdidas

¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! (Mateo 23:57)

Jesús se interesaba profundamente por las personas. Nuestro Señor llevó a Felipe (Jn. 1:43), a Mateo (Mt. 9:9) y a Pedro y a Juan (Mt. 4:18-19) a la fe con el llamado: “Sígueme”. En Juan 4, junto a un pozo se encontró con una mujer y la llevó a la salvación. En Lucas 19, se encontró con Zaqueo, un recaudador de impuestos, a quien guió a la confesión de pecado, al arrepentimiento y a la fe. En Juan 3, enseñó a Nicodemo acerca del nuevo nacimiento. En Marcos 10, llevó al ciego Bartimeo a que creyera en Él. En Marcos 5, Jesús sanó a un endemoniado en la región de los gadarenos. Y Lucas 23 cuenta de su breve pero conmovedor encuentro con el ladrón en la cruz (vv. 40-43); antes de entregarse a Dios, Cristo lo rescató del infierno eterno.

El corazón de Jesús se afligió por las almas perdidas. En Juan 5:40, tenemos una vislumbre de la pasión de Cristo cuando dijo: “No queréis venir a mí para que tengáis vida”. Tienen un tono melancólico esas palabras. ¿Resuena en su corazón el afecto de sus palabras?

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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Oídme… el Señor estará con vosotros, si vosotros estuviereis con Él; y si le buscareis, será hallado de vosotros.

Jueves 21 Marzo

 

Oídme… el Señor estará con vosotros, si vosotros estuviereis con Él; y si le buscareis, será hallado de vosotros.

2 Crónicas 15:2

(Jesús dijo:) Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis.

Lucas 11:9

Yo estoy buscando

Una conversación en un campus universitario:

–¿Eres cristiano? Es que yo estoy buscando…

–Bueno, si buscas con sinceridad, ¡hallarás!

–Sí, claro, pero no he dicho que tengo ganas de hallar algo…

Este intercambio de palabras tiene el mérito de ser franco y directo. Y pone en evidencia un asunto capital: ¿tiene usted el sincero deseo de encontrar a Dios?

Efectivamente, uno puede estar buscando sin querer hallar, porque hacerlo sería comprometerse seriamente.

Si usted se reconoce en esta actitud, sepa que Dios también lo está buscando, pero él lo hace con seriedad, para su bien. De hecho, es muy posible que usted sea consciente de ello, y que, en esa aparente «búsqueda», en realidad, esté tratando de huir de Dios. Usted bien puede ganar este singular partido de «escondite», pero en la entrada a la eternidad habrá ganado la perdición eterna.

¡Perdido! Todavía no, porque hoy Dios le está buscando, le da una oportunidad. La prueba es que usted está leyendo o escuchando la lectura esta hoja. Como le gusta buscar, tome una Biblia y encuentre los versículos que dicen:

“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”.

“¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?”.

“El Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios”.

Ezequiel 16:35-63 – Hechos 22:22-23:11 – Salmo 35:9-14 – Proverbios 11:31

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