Identificarse con el sufrimiento de Cristo

marzo 27

Identificarse con el sufrimiento de Cristo

Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. (Hebreos 2:10)

Los cristianos pueden identificarse con su Maestro porque, como Él, sufren para entrar en su gloria.

Cristo les dijo a los discípulos en el camino a Emaús: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?” (Lc. 24:25-26). Nuestro Señor tuvo que explicar que la gloria futura exigía que Él sufriera. Nosotros debemos esperar lo mismo.

La senda hacia la gloria para Cristo fue la senda del sufrimiento injusto. Esa es también nuestra senda. Jesucristo soportó el sufrimiento con paciencia fue exaltado a la más excelsa gloria. Él es nuestro ejemplo de cómo reaccionar ante el sufrimiento.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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¡Ansias de tener más!

Miércoles 27 Marzo

El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.

Eclesiastés 5:10

Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.

Salmo 4:7

¡Ansias de tener más!

Así decía la portada de una publicación. Los redactores de esta revista dejada en mi buzón eligieron bien el título, pues conocen la insatisfacción crónica del ser humano. Ansias de tener más dinero para adquirir el último celular de moda, ansias de más poder para ser reconocido y tener una mejor posición social, ansias de tener más tiempo libre para disfrutar la vida… Pasamos el tiempo corriendo tras lo que nos falta. Nuestra sociedad de consumo, tan materialista, conoce muy bien esos deseos sin fin, e incluso los promueve. Pero asimismo aumenta el uso de antidepresivos. ¿Tendrá esto relación con el sentimiento de no poder hacer frente a tantas exigencias?

En el libro de Eclesiastés, la Biblia nos habla de este vacío que se siente tan a menudo. Su autor, un rey que poseía todo para ser feliz, analiza todos los centros de interés que se encuentran “debajo del sol”: trabajo, riquezas, estudios, diversiones, ocio; y concluye: “Todo ello es vanidad y aflicción de espíritu” (Eclesiastés 1:14).

¡Qué contraste con el apóstol Pablo, quien estaba prisionero, sin dinero y privado de todo, pero tenía el corazón lleno de Jesucristo! Con toda sinceridad pudo decir: “He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación… tengo abundancia” (Filipenses 4:11, 18).

Era feliz, a pesar de las circunstancias difíciles que atravesaba, porque vivía cerca de la fuente de la verdadera felicidad. Jesucristo era su vida, su modelo, su meta, su fuerza, su paz, su gozo, su esperanza.

Ezequiel 21 – Hechos 27:1-12 – Salmo 37:8-15 – Proverbios 12:11-12

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