Una amable respuesta

Abril 16

Una amable respuesta

El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos. (2 Timoteo 2:24)

Un cristiano debe explicar su fe “con mansedumbre y reverencia” (1 P. 3:15). Esto indica un espíritu sensible y generoso en la conversación. El temor que debemos tener es una sana devoción a Dios, un gran interés por la verdad y un considerable respeto por la persona con la que hablamos. Por eso no se puede ser contencioso cuando se defiende la fe.

Un cristiano que no puede dar una explicación clara, razonable y bíblica de su fe se sentirá inseguro cuando afronte la hostilidad y pudiera inclinarse a dudar de su salvación. El golpe del enemigo destruirá a quienes no estén vestidos con “la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo” (1 Ts. 5:8).

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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¿Morir bien o vivir mucho tiempo?

Martes 16 Abril

Partir y estar con Cristo… es muchísimo mejor.

Filipenses 1:23

¿Cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

1 Pedro 4:17

¿Morir bien o vivir mucho tiempo?

Se dice que Luis XI (1423-1483) era un rey bribón y cruel. Al final de su vida se volvió cada vez más ansioso y trató de buscar medios seguros para alejar la muerte: cuarenta centinelas vigilaban su castillo de Plessis-les-Tours, porque temía, no sin razón, ser víctima de alguna venganza. Además, para prevenir cualquier enfermedad fatal, se rodeó de un gran número de médicos. Por último, trajo de Italia a Francisco de Paula, un ermitaño franciscano de quien se decía que podía prolongar la vida. El rey le prometió una fuerte suma de dinero si lo conservaba con buena salud y le aseguraba muchos días. Pero este hombre, quien era sabio, le explicó que solo Dios tenía el poder de prolongar la existencia y que era mucho más importante morir bien que vivir muchos años.

Queremos retener ese consejo, temiendo que muchas personas, parecidas al rey Luis XI, anhelan más vivir mucho tiempo que terminar bien su vida terrenal.

¿Qué significa, pues, «morir bien»? ¿Acaso significa terminar sus días en su casa, y no en un hospital? ¿Partir mientras duerme, sin sufrir, rodeado de sus seres queridos?… ¡Nada de esto! Se trata de morir en paz con Dios, de ir hacia él sin temor, no porque uno sea mejor que los demás, sino porque ha creído en Jesús, el único Salvador.

Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:25-26).

“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Isaías 26:3).

Ezequiel 39 – 1 Pedro 2:1-10 – Salmo 44:17-26 – Proverbios 13:20-21

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