El lenguaje inútil

Junio 15

El lenguaje inútil

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca.

(Efesios 4:29)

Las frutas podridas huelen muy mal y son inservibles. No queremos estar cerca de ellas, y mucho menos comerlas. Lo mismo ocurre con el lenguaje corrompido. Sean chistes de color subido, palabras obscenas, cuentos sucios o lenguaje grosero, de ninguna manera debe caracterizar eso a un cristiano.

El Salmo 141:3 nos dice cómo eliminar tal lenguaje: “Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios”. Si Jesucristo es el guarda de nuestros labios, Él será quien determine lo que sale por ellos.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Sábado 15 Junio

La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Juan 1:17

La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Romanos 10:17

Siendo anticristiano, hallé a Jesús

Testimonio

«Hace algunos años hubiese sido impensable que yo escribiera algo sobre la fe cristiana que no fuesen calumnias. Pero hace dos años tuve un encuentro personal con Jesús, lo cual cambió radicalmente mi vida. Si hoy doy mi testimonio, ya no es para desacreditar el cristianismo, sino para animar a cada persona a seguir a Jesús el Salvador.

Mi familia era indiferente a la religión, sin embargo mi madre había insistido en que recibiéramos una educación católica. A mis 15 años de edad, atraído por la filosofía, consideraba el cristianismo como un sobreviviente de supersticiones medievales.

Hace año y medio unos amigos de mi madre me hablaron del Evangelio de una manera que me pareció torpe. Me propusieron orar por mí, lo cual permití por curiosidad y escepticismo a la vez. Sin embargo en esa oración sentí un poder de vida y de amor tal, que temiendo estallar en lágrimas delante de ellos, me fui. Más tarde asistí a reuniones de oración donde sentí muy fuerte la presencia de Dios.

Después de un largo y lento trabajo en mi corazón, me volví cristiano. Este es el testimonio de mi fe y de lo que he vivido. Así como el apóstol Pablo escribió en una de sus cartas: “Que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Corintios 2:5), mi fe no reposa sobre discursos persuasivos de sabiduría, sino sobre lo que Dios hizo en mi vida y en aquellos a quienes he visto transformados interiormente por su gracia».

Carlos

2 Reyes 16 – Efesios 4:1-16 – Salmo 71:7-11 – Proverbios 17:11-12

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