La norma de Dios

Junio 20

La norma de Dios

Seréis, pues, santos, porque yo soy santo. (Levítico 11:45)

La vida cristiana pudiera resumirse en esta declaración: Ser imitadores de Dios. Jesús dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mt. 5:48). El apóstol Pedro reiteró esa norma elevada cuando dijo: “Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.

Cuanto más se conoce a Dios, tanto más se entiende quién Él quiere que seamos, de modo que lo primero que el creyente debe procurar es conocer a Dios (Fil. 3:10). Eso puede lograrse solo cuando estudiamos el carácter de Dios como se revela en las Escrituras.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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Hijo mío ¿Puedo hablar contigo?

Hijo mío ¿Puedo hablar contigo?

Ps. Marcos Peña

Marcos Peña fue llamado a salvación en algún momento de su adolescencia pues su madre lo expuso desde pequeño a la Palabra de Dios. Siendo un adolescente le predicó el evangelio a otros jóvenes que posteriormente fundaron Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en 1978. Desde los inicios de nuestra Iglesia fue uno de sus jóvenes líderes, pasando algunos años de estudios teológicos formales entre el 1979 y 1980 en el Instituto Bíblico Quisqueyano. Fue elegido como diácono en febrero de 1987 y en abril del 2001 comenzó a formar parte del cuerpo de pastores de IBSJ. Ha dado clases del Antiguo Testamento en el Instituto Bíblico Logos.

Actualmente es responsable del grupo de jóvenes, imparte clases de Escuela Dominical y predica. El pastor Marcos Peña está casado con Carmen Julia Linares y es padre de tres hijas: Ika Marcel, Jennifer y Susan.

¡Ah, esta mosca!

Jueves 20 Junio

Yo soy Dios… mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes… mío es el mundo y su plenitud.

Salmo 50:7-12

Mirad a mí, y sed salvos.

Isaías 45:22

¡Ah, esta mosca!

Vicente estaba haciendo su tarea, pero una mosca lo fastidiaba continuamente sobrevolando y posándose sobre él o sobre su cuaderno. Exasperado le mostró la dirección de la ventana abierta… pero ¡una mosca no obedece a un muchacho!

En cambio, todos los animales obedecen a Dios, su Creador. La Biblia contiene muchos relatos donde ellos le obedecen, incluso en contra de las leyes de la naturaleza: Los cuervos, aves carnívoras, recibieron la orden de llevar pan y carne para alimentar mañana y tarde a un profeta hambriento (1 Reyes 17). A pesar de su instinto maternal, unas vacas dieron la espalda a sus terneros para ir en la dirección indicada por Dios (1 Samuel 6). Un profeta pasó una noche entera en una fosa con leones, pero Dios les cerró la boca (Daniel 6). Una asna habló para advertir a un profeta desobediente (Números 22).

En los evangelios también vemos que Jesús tuvo autoridad sobre los animales: Antes de su servicio público, pasó 40 días en compañía de bestias salvajes (Marcos 1:14). En pleno día llenó de peces la red de Simón, quien a pesar de ser un pescador experimentado, había trabajado en vano toda la noche (Lucas 5). También ordenó a un pez traer una moneda a Simón para pagar los impuestos (Mateo 17). Jesús se subió en un asno que nunca había sido montado, y el asno se lo permitió (Lucas 19).

Los animales obedecían a Jesús porque él es Dios, su Creador. Pero Jesús también es Salvador. Obedezcamos a su llamado de gracia y vayamos a él (Mateo 11:28).

2 Reyes 20 – 1 Timoteo 2 – Salmo 73:1-9 – Proverbios 17:21-22

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