La nueva naturaleza

Junio 2

La nueva naturaleza

Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. (1 Pedro 1:23)
1 Pedro 1:23

Cuando nos hacemos cristianos no se nos remodela ni se nos añade nada; somos trans­for­ma­dos. Los cristianos no tenemos dos naturalezas diferentes; tenemos una nueva naturaleza, la nueva na­tu­raleza en Cristo. La vieja muere y la nueva vive; no coexisten. Jesucristo es justo, santo y santificado, y tene­mos ese principio divino en nosotros; lo que Pedro llamó la simiente “incorruptible” (1 P. 1:23). Así que nues­tra nueva naturaleza es justa, santa y santificada porque Cristo vive en nosotros (Col. 1:27).

Efesios 4:24 nos dice que nos vistamos “del nuevo hombre”, una nueva conducta que es apropiada a nuestra nueva naturaleza. Pero para hacer eso tenemos que eliminar las normas y las prácticas de nuestra vieja vida. Por eso Pablo nos dice que hagamos morir “lo terrenal en [nosotros]: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia” (Col. 3:5).

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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La grandeza de Dios

Domingo 2 Junio

En las obras de tus manos me gozo.

Salmo 92:4

Al Señor cantaré en mi vida; a mi Dios cantaré salmos mientras viva.

Salmo 104:33
La grandeza de Dios
Señor, mi Dios, al contemplar los cielos,
El firmamento y las estrellas mil,
Al oír tu voz en los potentes truenos
Y ver brillar el sol en su cenit.
Coro:
||: Mi corazón entona la canción:
¡Cuán grande es él! ¡Cuán grande es él! :||
Al recorrer los montes y los valles
Y ver las bellas flores al pasar,
Al escuchar el canto de las aves
Y el murmurar del claro manantial.
Cuando recuerdo del amor divino
Que desde el cielo al Salvador envió,
Aquel Jesús que por salvarme vino,
Y en una cruz sufrió por mí y murió.
Cuando el Señor me llame a su presencia,
Al dulce hogar, al cielo de esplendor,
Le adoraré cantando la grandeza,
De su poder y su infinito amor.

El culto que nos corresponde rendir a Dios es sencillamente la expresión de nuestro agradecimiento, la oportunidad de darle gracias y celebrar su grandeza. Notemos esa fundamental diferencia entre el verdadero culto y lo que se entiende generalmente por religión. El hombre quiere hacer y traer algo para que Dios lo perdone y se ocupe de él. Pero Dios mismo se acercó a los hombres manifestándoles su gracia; así nosotros debemos creerle y darle gracias por lo que él es y lo que él hizo.

Nuestro amor, que se expresa en alabanza, es la respuesta precisa al suyo. “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19).

2 Reyes 4:1-24 – Romanos 9 – Salmo 66:16-20 – Proverbios 16:19-20

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
ediciones-biblicas.ch – labuena@semilla.ch

Un cambio de naturaleza

Junio 1

Un cambio de naturaleza

Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17)

Cuando usted recibe a Jesucristo, nace de nuevo y entra en el reino de Dios. Usted se convierte en una persona totalmente distinta. El cambio que ocurre cuando usted es salvo es más espectacular que el cambio que ocurrirá cuando usted muera porque entonces ya usted tiene una nueva naturaleza y es ciudadano del reino de Dios. La muerte simplemente lo lleva a la presencia de Dios.

En sus epístolas, el apóstol Pablo dice que, cuando Dios nos transformó, nos dio una nueva voluntad, una nueva mente, un nuevo corazón, un nuevo poder, un nuevo conocimiento, una nueva sabiduría, una nueva vida, una nueva herencia, una nueva relación, una nueva justicia, un nuevo amor, un nuevo deseo y una nueva ciudadanía. Él llamó a eso “vida nueva” (Ro. 6:4). Algunos enseñan que, cuando una persona se hace cristiana, Dios le da algo nuevo además de su vieja naturaleza pecaminosa. Pero según la Palabra de Dios, no recibimos algo nuevo. ¡Nosotros mismos nos volvemos nuevos!

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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Cuando todo parece favorable

Sábado  1 Junio

Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte.

Proverbios 16:25

¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.

Salmo 119:9

Cuando todo parece favorable

Dios ordenó a Jonás ir a Nínive, pero esta orden molestó al profeta, quien decidió partir a otro lugar. En el puerto halló una nave que partía para Tarsis. Todo parecía favorable, pero Jonás… ¡estaba desobedeciendo a Dios!

El apóstol Pablo estaba de camino a Roma. El tiempo tempestuoso hacía difícil el viaje, y Pablo advirtió a los marineros, de parte de Dios, que era peligroso continuar. Pero un suave viento del sur empezó a soplar. Todo parecía ir bien, y los marineros, haciendo caso omiso a la advertencia, levantaron anclas. Al poco tiempo se levantó una gran tormenta, dando la razón a Pablo. Y naufragaron (Hechos 27).

Hay circunstancias que parecen favorables ante un determinado proyecto, pero que finalmente conducen a un camino que Dios desaprueba. ¡Y esto se manifiesta más cuando no se tiene fe! La traición de Judas es un solemne ejemplo: halló el momento oportuno y entregó a su Maestro (Lucas 22:6; Marcos 14:11).

Dios puede servirse de circunstancias para conducir a los suyos. Pero ante todo nos muestra su voluntad a través de su Palabra. Si los sucesos que se nos presentan son un riesgo para llevarnos por un camino contrario a la Palabra de Dios, ¡tengamos cuidado! Dios nunca se contradice. Pero Satanás sabe aprovechar las diferentes situaciones para arrastrarnos a desobedecer. Él sabrá convencer a un joven creyente, por ejemplo, de casarse con una joven incrédula, cuando Dios nos enseña claramente lo contrario. ¿Qué dice la Palabra de Dios?: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos” (2 Corintios 6:14).

2 Reyes 3 – Romanos 8:28-39 – Salmo 66:8-15 – Proverbios 16:17-18

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