¿Un cristianismo sin la cruz?

Miércoles 26 Julio
(Jesús dijo:) Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Juan 13:34
¿Un cristianismo sin la cruz?
Jesús dijo: Amaos “unos a otros”, y la mayoría de la gente está de acuerdo con este mandamiento. Todos reconocemos que sería útil ponerlo en práctica, pues el resultado sería una vida pacífica y feliz en la sociedad. Pero la vida cotidiana muestra una realidad muy diferente. Los conflictos, las guerras y los crímenes, resultado de los celos y los odios de unos contra otros, abundan.

En cambio, y durante toda su vida, Jesús mostró un amor puro, entregado a los demás. “Como yo os he amado”, esta es la medida del amor que Jesús nos pide. La Biblia dice: “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros” (1 Juan 3:16). El que era justo y estaba lleno de amor por los demás fue condenado a muerte por quienes habían visto su ejemplo: “Me devuelven mal por bien, y odio por amor” (Salmo 109:5). Esta es la prueba de nuestra incapacidad para amar según el modelo divino, y también de la necesidad de un cambio profundo en el ser humano.

Solo una nueva naturaleza, un corazón nuevo, puede llevarnos a seguir el ejemplo del Señor. Es un error pensar que podemos seguir el camino de Jesús, por muy atractivo que sea, sin reconocer que nuestra naturaleza es mala. La muerte de Jesús en la cruz condena a los que lo rechazaron en el pasado, así como a los que lo rechazan hoy. Pero a los que creen en él les da el derecho a ser hijos de Dios. Entonces reciben la naturaleza divina y pueden seguir el camino que Jesús ha trazado para nosotros. ¡El cristianismo sin la cruz no es más que una ilusión!

1 Crónicas 7 – Lucas 10:1-20 – Salmo 88:13-18 – Proverbios 20:6-7

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Ayuda urgente

Martes 25Julio
Un viento tempestuoso… encrespa sus ondas. Suben a los cielos, descienden a los abismos; sus almas se derriten con el mal… Entonces claman al Señor en su angustia, y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas.
Salmo 107:25-29
Ayuda urgente
Leer Mateo 14:22-33
Jesús envió a sus discípulos a la otra orilla del lago, pero no fue con ellos en la barca. Cuando estaban en medio del mar, se levantó una fuerte tormenta, y los discípulos remaban con dificultad. Al ver su angustia, Jesús caminó sobre el agua para reunirse con ellos y tranquilizarlos. Pero ellos se asustaron pensando que era un fantasma. “Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!”. No quería que ellos tuvieran miedo, por eso les habló inmediatamente para tranquilizarlos. Su voz los calmó, aunque la tormenta seguía.

Ante la invitación de Jesús a venir a él, ¡Pedro también caminó sobre las aguas! Pero de repente, al ver las grandes olas, volvió a asustarse y empezó a hundirse; entonces gritó pidiendo ayuda. “Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”. Jesús no dejó que se hundiese más, sino que acudió inmediatamente en su ayuda; y solo cuando estuvo fuera de peligro, Pedro escuchó el reproche lleno de amor del Señor.

Cristianos, tenemos al mismo Salvador lleno de gracia y misericordia para ayudarnos en nuestras debilidades. ¡Cuántas veces lo afligimos con nuestros miedos o falta de fe! Pero cuando nos encontramos en medio de dificultades que nos aterrorizan, la misma voz está ahí para tranquilizarnos, de inmediato, con unas pocas palabras.

1 Crónicas 6:49-81 – Lucas 9:44-62 – Salmo 88:8-12 – Proverbios 20:4-5

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Biología del Género | Georgia Purdom

Biología del Género
por Dr. Georgia Purdom

Con 112 opciones de género, nuestra cultura necesita desesperadamente una lección en biología básica.

La sociedad moderna nos dice que podemos elegir nuestro género, que el género se basa en el sentimiento subjetivo, y que el género es “fluido”. Según un blog de Tumblr1 (diciembre 14, 2020) hay 112 géneros que incluyen los siguientes:

Apconsugénero – género en el que uno sabe lo que no es, pero no sabe lo que sí es; el género permanece oculto para la propia persona
Heliogénero – género cálido y ardiente
Perigénero – se identifica con un género, pero no como un género
Verangénero – género que cambia al momento de ser identificado
Aunque estos supuestos géneros pueden parecer absurdos, lo que nos muestran es que hay gente muy confundida y en gran necesidad de la verdad de la Palabra de Dios, y de un poco de biología básica.

¿Hay diferencia entre sexo y género?
En su intento por usurpar los datos y hechos biológicos, los revolucionarios sexuales buscan separar al género del sexo definiéndolos como dos aspectos separados de la persona. Un trabajo reciente sobre este tema afirmaba: “El sexo es una característica biológica determinada específicamente por los cromosomas sexuales… El género, por otra parte, es algo que se define social, cultural, y personalmente”.2

Otro artículo brindaba una definición similar de sexo para afirmar luego: “El concepto de género…es muy diferente al del sexo biológico. La identidad de género es un sentimiento subjetivo de “ser masculino” o “ser femenino”.3 (O, si seguimos las definiciones de género del blog de Tumblr ¡quizá sea algo completamente distinto!). Pero ¿qué dicen los expertos médicos que escriben los diccionarios médicos?

Siguen definiendo al género y al sexo como sinónimos. La edición actual del Diccionario de Ciencias Médicas de Stedman define al género como “categoría a la que pertenece un individuo según él mismo u otros, sobre la base del sexo” [itálicas añadidas]. Y se define al sexo como “carácter o cualidad biológica que distingue al varón de la mujer”.4

El Diccionario Enciclopédico Médico Taber define el género como “el sexo de un individuo (es decir, varón o mujer)” y al sexo como “1. Características que diferencian al macho de la hembra en la mayoría de las plantas y animales. 2. Género”.5 Queda claro a partir de la perspectiva médica y científica que son lo mismo. Solo aquellos que desean hacer lo que es justo ante sus propios ojos (Jueces 21:25) desean diferenciar estos términos para justificar su pecado.

La Palabra de Dios tampoco separa al género del sexo. Génesis 1:27 se refiere a la creación del varón y la hembra (sexo) y en Génesis 2 leemos en mayor detalle sobre la creación del hombre y la mujer (género). Se utilizan pronombres masculinos y femeninos (ej. ella, él) para vincular al varón con el hombre y a la hembra, con la mujer a lo largo del relato de la creación de Génesis. El sexo está directamente conectado con el género. Además, cuando Dios terminó su creación, declaró que todo lo que había hecho era “bueno en gran manera” (Génesis 1:31). Por lo tanto, el diseño de Dios es de solo dos géneros/sexos, y este diseño está confirmado en nuestra biología.

¿Hay dos géneros/sexos distintos y definidos?
El complemento normal de los cromosomas humanos son 23 pares – 22 pares de autosomas, y un par de cromosomas sexuales. Las mujeres tienen dos cromosomas X, y los varones tienen un cromosoma X y un cromosoma Y. La región determinante del sexo en el cromosoma Y, SRY (en inglés) es un gen que inhibe el crecimiento anatómico femenino e induce la formación de la anatomía masculina unas 6 a 8 semanas después de la fertilización, en el vientre materno. Eso no significa que hasta ese momento el bebé no tenga género/sexo, sino que no se puede ver en su apariencia externa hasta entonces.

La mayoría de las personas conocen las diferencias anatómicas definidas entre los varones y las mujeres, y la forma en que dichas diferencias hacen que sea posible procrear para los hombres y las mujeres. Pero hay muchas diferencias fisiológicas también. La mayoría de ellas son resultado de las diferencias en las hormonas sexuales (como la testosterona y el estrógeno/progesterona) y sus niveles, que están determinados por las diferencias de los cromosomas sexuales.

Las mujeres convierten más la energía en grasa almacenada, y los varones la convierten más en músculo. Aunque a muchas mujeres no les gusta la grasa corporal, ésta tiene relación directa con la fertilidad ¡así que hay una buena razón para la grasa! Los varones tienen más glóbulos rojos y factores de coagulación, mientras que las mujeres tienen más glóbulos blancos, que producen anticuerpos más rápido, que permiten que se enfermen con menos frecuencia. Eso significa ¡que la gripe a los hombres puede ser muy real! Estas características definidas, diseñadas por la fisiología, tienen sentido porque los hombres suelen participar más en actividades que tienen que ver con el riesgo, la caza, la protección y la guerra, y las mujeres se involucran más en la crianza de los niños y actividades en grupos sociales.

Las diferencias anatómicas y fisiológicas definidas, entre hombres y mujeres, ocupan ahora la primera fila en el debate actual sobre los hombres transgénero (hombres que se identifican como mujeres), que participan en competencias deportivas para mujeres. La biología básica no es algo que se pueda negar, porque los hombres tienen corazones más grandes, pulmones más grandes, y más masa muscular (por nombrar tan solo algunas diferencias) que les otorgan clara ventaja por sobre las mujeres. Por mucho que entrenen las mujeres, probablemente no lleguen a ser capaces de vencer a los hombres. Por lo tanto, la inclusión de hombres transgénero hace que estas competencias deportivas sean muy injustas para las mujeres. Ahora la revolución sexual tendrá que ver cómo se las arregla con los resultados de sus ideas erróneas.

De acuerdo con la biología, la Biblia muestra que Dios creó dos géneros/sexos definidos y muy distintos. En Génesis 1:27 Dios crea al varón y la hembraa su imagen. En Génesis 2:23 Adán expresa sus parecidos, pero también sus diferencias, al darle a la hembra un nombre diferente: Varona -mujer.

Diferencias reales
Los varones y las mujeres tienen muchas diferencias físicas que van más allá de la anatomía reproductiva. Aquí incluimos una pequeña muestra:

GENÉTICA (en todas las células del cuerpo) NIVELES DE HORMONAS ALIMENTO GLÓBULOS EN LA SANGRE
VARÓN VARÓN un cromosoma X
un cromosoma Y más testosterona lo convierte en músculo más glóbulos rojos
y factores coagulantes
MUJER MUJER dos cromosomas X más estrógeno
más progesterona lo convierte en grasa más glóbulos blancos
¿Y qué del género/sexo en los animales?
Según las ideas evolucionistas los humanos somos un animal más, por lo que a veces usan la biología y las conductas del reino animal para justificar algo en los seres humanos. Los revolucionarios sexuales razonan que si algo es normal en los animales, también debiera considerarse normal en los humanos.

Hay dos tipos de hermafroditismo (el ser macho y hembra a la vez) en los animales: el tradicional, y el secuencial. El hermafroditismo tradicional es común en los caracoles, las babosas, los gusanos, y los peces. En este caso el organismo presenta partes anatómicas de macho y hembra a la vez, y/o tanto esperma como óvulos. Este diseño creado por Dios ayuda a los organismos en áreas donde no se halla fácilmente una pareja, para que el organismo pueda seguir reproduciéndose.

El hermafroditismo secuencial describe al organismo (puede ser un pez, un caracol, un crustáceo o una rana) que nace con un sexo pero luego hace la transición al sexo opuesto en algún momento. Por ejemplo, si muere la hembra en una pareja de peces de coral, en lugar de que el macho tenga que dejar la seguridad del coral para encontrar a otra hembra, esperará allí. Si aparece un macho, uno de los dos hará la transición para ser hembra, con el fin de poder reproducirse. No es algo que se basa en un “sentimiento” que lo lleva a ser del sexo opuesto, sino más bien el diseño biológico que Dios ha puesto en ellos como estrategia de supervivencia, para ayudarles en un mundo caído.

Algunos animales (como las serpientes, las lagartijas, peces y aves) actúan como si fueran del sexo opuesto para obtener alguna ventaja temporera. Como resultado se reduce la competencia, y hay mejores oportunidades de encontrar pareja para reproducir, y mejor acceso territorial. Una vez obtenida la ventaja, el animal esencialmente “deja de actuar” de esa manera y se comporta según el sexo con el que nació. También esto es un ejemplo del diseño integrado en el organismo que ayuda a la supervivencia en este mundo actual que sufre los efectos de la caída.

¿Será sabio en verdad argumentar que lo que es normal en los animales también ha de ser normal en los humanos? Hay animales que matan a otros, que matan a sus parejas o crías y tienen conductas violentas los unos hacia los otros. Si quieren ser consistentes los revolucionarios sexuales deben admitir que esas conductas también han de considerarse normales en los seres humanos. Sin embargo, los seres humanos nos diferenciamos de los animales porque fuimos creados a imagen de Dios (Génesis 1:26-27) y se nos otorgó dominio sobre los animales (Génesis 1:28).

¿Qué hay de las anomalías del género/sexo?
Muchas veces se recurre a las anomalías del género/sexo para argumentar que el género y el sexo son diferentes aspectos en las personas. Se dice que la persona genéticamente puede ser de un sexo mientras su aspecto externo puede ser del sexo opuesto. Tenemos que saber que sí existen anomalías, pero eso es porque vivimos en un mundo caído. Jamás debiéramos argumentar a partir de lo infrecuente y anormal, en favor de lo normal y común. Veamos algunas de las anomalías más comunes, pero recordemos que afectan a menos del 0.1% de la población.

Hermafroditismo o intersexo es lo que describe al bebé que nace con tejido ovárico y testicular. Pero en la gran mayoría de estos casos el bebé es genéticamente XX (mujer) o XY (varón), y no ambas cosas a la vez. Se desconoce la causa que subyace a la anormalidad física.
Hiperplasia suprarrenal congénita es lo que resulta de esteroides sexuales insuficientes o excesivas, y que da como resultado un aspecto externo que puede ser el opuesto al de los cromosomas. También en este caso, el bebé es genéticamente solo XX o solo XY.
Síndrome de insensibilidad andrógena, es lo que ocurre en varones genéticos (XY) cuyos tejidos no responden a las hormonas masculinas, y parecen anatómicamente mujeres. (Los varones y mujeres normales tienen tanto testosterona como estrógeno/progesterona, pero los niveles de las hormonas y la respuesta de los tejidos varía, dependiendo de si son varón o mujer).
El síndrome de Turner se da en mujeres que tienen solo un cromosoma X (X0). Sus ovarios suelen degenerarse antes del nacimiento, por lo que no desarrollan características femeninas secundarias, y son infértiles.
El síndrome de Klinefelter se da en varones que tienen dos cromosomas X y un cromosoma Y (XXY). Desarrollan características sexuales secundarias masculinas reducidas, y también suelen ser infértiles.
El varón XX o la mujer XY se dan de manera muy infrecuente (menos del 0.005% de los nacimientos vivos). Es resultado de una translocación (desplazamiento) del gen SRY a un cromosoma X, o a la mutación del gen SRY, respectivamente. Son personas que no exhiben características sexuales secundarias, y son infértiles. El gen SRY si está presente, determina la anatomía masculina o la condición de ser “varón”, (aunque la persona tenga dos cromosomas X); de no ser así, entonces la persona es hembra, “mujer” (aunque la persona tenga un cromosoma X y un cromosoma Y).
En todos estos casos vemos que las personas son varones o mujeres según sean sus cromosomas sexuales (o las porciones de dichos cromosomas) por lo que solo existen dos géneros/sexos. Y toda persona que nace es o varón, o mujer. Muchas veces los padres y los médicos no percibirán que el recién nacido tiene alguno de estos desórdenes. Son desórdenes que presentan situaciones difíciles en un mundo maldecido por el pecado, y los padres, niños y médicos necesitan del apoyo y la compasión de los demás, cuando se enfrentan a decisiones difíciles.

Hay que destacar que los estudios de las personas con anomalías de género/sexo demuestran que en general, no tienen problemas con la identidad de género o la homosexualidad (menos del 1%).6 Por lo tanto, incluso en una situación en la que podría haber una razón legítima biológica subyacente que diera lugar a la confusión en cuanto al género o la atracción sexual, no parece haber relación alguna entre la biología y esas dificultades.

La biología y la Palabra de Dios son claras: solo hay dos géneros/sexos.
La biología y la Palabra de Dios son claras: solo hay dos géneros/sexos. No importa qué es lo que sienta la persona, la realidad es que solo puede ser varón o mujer. Desde la rebelión de Adán todos nacemos siendo pecadores (Salmo 51:5) y todos enfrentamos la lucha contra el pecado, pero tenemos que recordar que: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13). Para quienes tienen dificultades con la identidad de género hay esperanza verdadera. Es la misma esperanza que tenemos todos en este mundo caído: el evangelio de Jesucristo.

La Dra. Georgia Purdom es oradora e investigadora de Respuestas en Génesis. Obtuvo su doctorado en genética molecular de la Universidad del Estado de Ohio y pasó seis años como profesora de biología de la Universidad Nazarena de Mt. Vernon.

En el horno con él

Lunes 24 Julio
No temas… Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo… Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Isaías 43:1-2
El Señor… es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas.
Salmo 93:4
En el horno con él
El rey caldeo Nabucodonosor mandó construir una enorme estatua de oro y ordenó que “al oír el son de la bocina, de la flauta… y de todo instrumento de música”, todos se postraran y adoraran “la estatua de oro… Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?” (Daniel 3:5-6, 15).

A pesar de las amenazas de ese cruel rey, algunos de los jóvenes deportados no obedecieron. No se inclinaron ante el ídolo que el poderoso monarca erigió. El rey les repitió la orden de postrarse ante la estatua, pero la respuesta de los tres cautivos hebreos fue magnífica: “No es necesario que te respondamos sobre este asunto… Nuestro Dios… puede librarnos del horno… y de tu mano, oh rey, nos librará”. Entonces el rey, enfurecido, hizo calentar el horno al máximo; allí fueron arrojados los tres valientes testigos, pero Dios no permitió que el fuego los tocara. Y más extraordinario todavía: un misterioso ser celestial vino a hacerles compañía en medio de las llamas.

Por supuesto, Dios podría haber evitado que sus siervos fueran arrojados al fuego, pero experimentar su presencia en la prueba era mejor que haber sido librados de ella. El Señor puede evitar que pasemos por una enfermedad, un problema, un accidente… No siempre lo hace, pero cumple su promesa: “Yo estoy con vosotros todos los días” (Mateo 28:20). Todos los días, tanto los que consideramos malos como los buenos.

1 Crónicas 6:1-48 – Lucas 9:21-43 – Salmo 88:1-7 – Proverbios 20:2-3

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PASTOREAR ES MUCHO MÁS QUE PREDICAR | Tim Challies

PASTOREAR ES MUCHO MÁS QUE PREDICAR

Tim Challies

Hace un par de días, hice la pregunta: «¿cuidamos a las ovejas o las usamos?», y expresé mi preocupación por el hecho de que los pastores podrían tener la tendencia a desatender el cuidado de las personas en sus iglesias en favor de usarlas para cumplir su ambición personal. El llamado del pastor es cuidar a la iglesia de Dios, trabajar en representación de Dios para cuidar aquello que Dios más ama. Pero ¿cómo? ¿Cómo el pastor hace caso a este llamado? Pablo dice en Hechos 20:28 que los pastores deben «ten[er] cuidado de sí mismos y de toda la congregación […]». El pastor cuida al rebaño al tener cuidado de sí mismo y de ellos.

El orden importa. Antes de que el pastor pueda hacer cualquier otra cosa, él tiene que tener cuidado de sí mismo. Él tiene que modelar todo lo que él llama a su iglesia a hacer, ser ejemplar en cuanto al carácter maduro cristiano. Él debe vigilar su propio corazón, su propia mente, su propia vida. Cuando vemos a pastores alejarse de la fe gracias a doctrinas falsas o naufragar en sus ministerios por sus vidas inmorales, podemos estar seguros de que en cada caso se debe a que fallaron en tener cuidado de sí mismos.

El pastor que está teniendo cuidado de sí mismo está equipado y calificado también para tener cuidado del pueblo de Dios. En este pasaje, Pablo se refiere al pastor como «supervisor». Un pastor no sólo lidera sus ovejas para que pasten y se hidraten, sino que también las vigila para cuidarlas de todo daño. De manera similar, un pastor no sólo le ofrece a su congregación sustancia espiritual, sino que también cuidado y protección espiritual. Esto quiere decir que el pastor debe mantenerse alerta, servir como guardián, prestar cuidadosa atención a la congregación de la cual está a cargo.

Esta es la pregunta que me ha estado desafiando: ¿puede un pastor cuidar a su rebaño si él no lo conoce? ¿Puede ser fiel a su cargo si no conoce realmente a sus ovejas? ¿Puede cuidar a todo el rebaño si no está familiarizado con sus vidas y desafíos individuales?

Y aquí es donde me pregunto si en muchas iglesias reformadas, podríamos estar sobreenfatizando el ministerio pastoral de la predicación y subenfatizando el ministerio pastoral uno a uno (o el ministerio de consejería o el ministerio de la catequesis o cómo sea que quieras llamarlo). Ahora, por favor, no me malinterpretes: me encanta el énfasis en la predicación dentro de las iglesias reformadas. Me alegro de que estemos tan bien servidos por seminarios que enfatizan el entrenamiento de futuros predicadores, por conferencias y cursos que buscan perfeccionar a los predicadores ya existentes, y por los estantes llenos de libros sobre la tarea de la predicación. No tengo duda de que la predicación es una de las formas en que el pastor puede vigilar a su rebaño. No obstante, sí tengo dudas de que sea la única manera o incluso la más significativa.

A menudo me llama la atención lo que dice Pablo en el versículo 20: «Bien saben cómo no rehuí declararles a ustedes nada que fuera útil, y de enseñarles públicamente y de casa en casa». Es ese ministerio «de casa en casa» en el que no dejo de pensar. Parece que Pablo estaba predicándole a la congregación reunida, pero también se juntaba con personas o familias.

No creo que sea posible para un pastor vigilar a todo el rebaño sólo desde el frente del salón los domingos en la mañana. Tampoco creo que pueda liberarse fielmente de su responsabilidad al asegurarse de que la iglesia tenga un ministerio de consejería al cual él pueda referir a las personas que necesitan cuidado o al decirles que él está disponible para ellos si es que y cuando necesiten algo, o al enfatizar el ministerio de «unos a otros» en la iglesia, como si Efesios 4:12 le permitiera al pastor externalizar el cuidado pastoral de la congregación. Al final del día, creo que él puede tener cuidado fielmente de las ovejas sólo si está consistentemente buscándolas y estando con ellas. ¡Se podría decir que un pastor fiel huele a sus ovejas!

Me desafío a mí mismo y a todo aquel que sea un anciano o pastor en una iglesia a considerar cómo podemos «ten[er] cuidado […] de toda la congregación […]». Nos desafío a asegurar que así como preparamos fielmente excelentes sermones expositivos por medio de los cuales alimentamos al rebaño, que también seamos fieles en buscar a las personas en nuestras iglesias, para que estemos teniendo cuidado del rebaño. Sólo podemos tener cuidado del rebaño al prestar cuidadosa atención al rebaño, y yo sugeriría que sólo podemos tener cuidado del rebaño cuando buscamos a cada miembro, preguntándoles sobre el estado de sus almas, orando por sus preocupaciones individuales, animándoles donde veamos evidencias de la gracia de Dios, aconsejando sus necesidades únicas, ayudándoles a obtener conocimiento donde son ignorantes y a obedecer donde son desobedientes. Así como cumplimos nuestro ministerio al ministrar la Palabra de Dios a la congregación reunida los domingos en la mañana, cumplimos nuestro ministerio al ministrar la Palabra de Dios a personas a lo largo de la semana.

Pastor, ten cuidado de ti mismo. Asegúrate de que tu vida esté libre de pecado e hipocresía y que tu doctrina esté libre de daño y error. Y entonces vigila a cada una de estas preciadas personas compradas por la sangre del mismo Dios y confiadas a tu cuidado. Prepárate para dar cuenta de cada una de ellas, a las que les enseñaste fielmente cuando se reunían y que fielmente cuidaste como personas mientras Dios te llamó a supervisarlas.

Este recurso fue publicado originalmente en el blog de Tim Challies.

Dios siempre responde

Domingo 23 Julio
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar.
Lucas 18:1
Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones.
1 Pedro 3:12
Dios siempre responde
Una noche varios cristianos se reunieron para orar. Algunos de los presentes estaban cansados y luchaban para no dormirse. De repente un anciano se levantó y tomó la palabra:

«Amigos, hoy me gustaría compartir con ustedes un gran tema de gozo. Hace sesenta y cinco años estaba arrodillado junto a la cama de mi madre, quien me dijo: Eres el único de la familia que conoce al Señor Jesús. Te recomiendo a tu padre y a tus hermanos. Ora por ellos todos los días hasta que sean salvos. Pues bien, esta mañana recibí una carta de Robert, el único hermano que me queda. Así comienza la carta: Mi querido hermano, tengo la mejor noticia para ti, finalmente he aceptado a Jesús como mi Salvador».

Esta historia cambió el ambiente de la reunión. Todos se animaron al constatar, una vez más, que orar a Dios no es en vano. La carta continuaba expresando una inmensa gratitud por este hermano que, durante sesenta y cinco años, había orado con perseverancia para que él, Robert, se volviera al Señor Jesús. Y esa noche la victoria de nuestro Dios Salvador renovó el fervor de cada uno para agradecerle y alabarle.

Aunque a veces, según su sabiduría, Dios espera mucho tiempo para respondernos, él no olvida nuestras oraciones. A veces oramos durante años por uno de los nuestros, sin ver ningún cambio. Como este anciano, recordemos que nuestro Dios es fiel, y perseveremos. Dios siempre escucha nuestras oraciones y las responderá a su debido tiempo.

1 Crónicas 5 – Lucas 9:1-20 – Salmo 87 – Proverbios 20:1

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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“Es bueno para mí haber sido afligido.” Sal. 119:71 | Thomas Watson

“Es bueno para mí haber sido afligido.” —Sal. 119:71

Thomas Watson

Las aflicciones aceleran nuestro ritmo en el camino al cielo; es con nosotros, como con los niños enviados en un recado, si se encuentran con manzanas o flores en el camino, se quedan y no se apresuran a casa, pero si algo los asusta, entonces corren con toda la velocidad que pueden a la casa de su padre: así, en prosperidad, estamos recogiendo las manzanas y las flores, y no nos preocupamos mucho en el cielo, pero si comienzan a surgir problemas, y los tiempos se vuelven aterradores, entonces nos apresuramos más al cielo, y con David, “corremos por el camino de los mandamientos de Dios” (Sal. 119:32).

El pueblo de Dios no tiene ningún mandato de facilidad concedido, ninguna carta de exención de problemas en esta vida. Mientras que los malvados son mantenidos en azúcar, los piadosos a menudo son mantenidos en salmuera. Dios permite que Su pueblo esté en la casa de esclavitud para la prueba o la prueba. “El cual te guió por ese gran y terrible desierto… para humillarte y probarte” (Deut. 8:15-16). La aflicción es la piedra de toque de la sinceridad. “Tú, oh Dios, nos has probado; nos has probado, como se prueba la plata; … Pusiste aflicción sobre nuestros lomos” (Sal. 66:10-11).

Los hipócritas pueden abrazar la verdadera religión en prosperidad, pero es un buen cristiano que se mantendrá cerca de Dios en un tiempo de sufrimiento. “Todo esto ha venido sobre nosotros, pero no nos hemos olvidado de Ti” (Sal. 44:17).

Las piedras que se cortan para un edificio se labran y cuadran primero. Los piadosos son llamados “piedras vivas” (1 Pedro 2:5). Dios primero los corta y pule por la aflicción, para que puedan ser aptos para el edificio celestial. La casa de esclavitud se prepara para la casa no hecha con manos.

Las aflicciones sobre los piadosos los hacen mejores, pero las aflicciones sobre los impíos los empeoran. Los piadosos oran más (Sal. 130:1). Los malvados blasfeman más. “Los hombres fueron quemados con gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios” (Apc. 16:9). Las aflicciones sobre los impíos los hacen más impenitentes; toda plaga sobre Egipto aumentó la plaga de dureza en el corazón de Faraón. La aflicción de los piadosos son como especias aromáticas, que son muy dulces y fragantes: la aflicción sobre los impíos es como golpear malas hierbas con un mortero, lo que las hace más desagradables.

Una cama enferma a menudo enseña más que un sermón; podemos ver mejor el feo rostro del pecado en el vaso de la aflicción.

¿Qué pasa si tenemos más de la fila aproximada, si tenemos menos óxido? Las aflicciones no se llevan nada más que la escoria del pecado.

Cuando la aflicción o la muerte vienen a un hombre impío, le quita el alma; cuando se trata de un hombre piadoso, solo le quita su pecado… “Somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados para con el mundo” (1 Cor. 11:32). Él obra el pecado y obra en gracia.

“Estaré con él en problemas” (Sal. 91:15). Cuando seamos más atacados, seremos los más asistidos. ¿Qué pasa si tenemos más problemas que los demás, si tenemos más de Dios con nosotros que otros? No puede estar mal con ese hombre con quien Dios está. Mejor estar en la cárcel y tener la presencia de Dios, que estar en un palacio sin ella.

Es una consideración que inquieta el corazón, en todas las aflicciones que nos suceden, que Dios tiene una mano especial en ellas: “El Todopoderoso me ha afligido” (Rut 1, 21). Los instrumentos no pueden agitarse más hasta que Dios les dé una comisión, de lo que el hacha puede cortarse a sí mismo sin una mano. Job miró a Dios en su aflicción: por lo tanto, como Agustín observa, no dice: “El Señor dio, y el diablo quitó”, sino “El Señor quitó”. Quienquiera que nos traiga una aflicción, es Dios quien la envía. Las aflicciones funcionan para siempre. “Me es bueno haber sido afligido” (Sal. 119:71). Los hermanos de José lo arrojan a un hoyo; después lo venden; luego es echado en la cárcel; sin embargo, todo esto funcionó para su bien; su humillación dio paso a su avance; fue hecho el segundo hombre en el reino. “Pensasteis mal contra mí, pero Dios lo significó para bien” (Gén. 50:20). Jacob luchó con el ángel, y el hueco del muslo de Jacob estaba descoyuntado; esto fue triste; pero Dios lo hizo bueno, porque allí vio el rostro de Dios, y allí el Señor lo bendijo. “Jacob llamó el nombre de aquel lugar Peniel, porque he visto a Dios cara a cara” (Gén. 32:30). ¿Quién no estaría dispuesto a tener un hueso fuera de la articulación, para que pueda tener una vista de Dios? El rey Manasés estaba atado con cadenas, esto fue triste ver una corona de oro convertida en grillos; pero obró para su bien, porque: “Cuando estaba en aflicción, rogó a Jehová, y se humilló en gran manera, y Jehová le fue propicio” (2 Crónicas. 33:12-13). Estaba más en deuda con su cadena de hierro que con su corona de oro; la una lo ensoberbezó, la otra lo hizo humilde. Pablo fue herido por la ceguera; esto fue incómodo, pero se volvió hacia su bien; Dios dio paso por esa ceguera para que la luz de la gracia brillara en su alma.

Dios endulza el dolor externo con paz interior. “Vuestro dolor se convertirá en gozo” (Juan 16, 20). La vara de Dios tiene miel al final.

David dice: “Mis tiempos están en tu mano” (Sal. 31:15). Si nuestros tiempos estuvieran en nuestra propia mano, tendríamos liberación demasiado pronto; si estuvieran en la mano de nuestro enemigo, tendríamos liberación demasiado tarde; pero mis tiempos están en tu mano; y el tiempo de Dios siempre es mejor. Todo es hermoso a su tiempo: cuando la misericordia esté madura, la tendremos. Es cierto que ahora estamos entre el martillo y el yunque; pero no deseches tu ancla; Dios ve cuándo la misericordia estará a tiempo. Cuando su pueblo es lo suficientemente bajo, y el enemigo lo suficientemente alto, entonces aparece la estrella de la mañana de la Iglesia: Deja a Dios solo a Su tiempo. “Mi alma espera al Señor” (Sal. 130:6). Buena razón por la que Dios debe tener el momento de nuestras misericordias, “Yo, el Señor, lo apresuraré en Su tiempo”. La liberación puede permanecer más allá de nuestro tiempo; pero no se quedará más allá del tiempo de Dios… Después de una noche húmeda de aflicción, llega una mañana brillante de resurrección: si nuestras vidas son cortas, nuestras pruebas no pueden ser largas… El tiempo es corto (1 Cor. 7:29). Aunque la cruz sea pesada, solo tenemos una pequeña manera de llevarla. El tiempo siendo corto, el tiempo de espera no puede ser largo.

Cuando los corazones de su pueblo son más humildes, cuando sus oraciones son más fervientes, cuando su fe es más fuerte, cuando sus fuerzas son más débiles, cuando sus enemigos son más altos; entonces es el momento habitual en que Cristo expone su poder real para su liberación (Isa. 33:2, 8-10).

Las aflicciones trabajan para bien, ya que nos conforman a Cristo. Su vida fue una serie de sufrimientos, “un hombre de dolores y familiarizado con el dolor” (Isa. 53:3). Lloró y sangró. ¿Fue coronada su cabeza de espinas, y creemos que está coronada de rosas? Es bueno ser como Cristo, aunque sea por sufrimientos.

“Que ninguno de vosotros padezca… como un malhechor” (1 Pedro 4:15). No estoy en la mente de Cipriano, que el ladrón en la cruz sufrió como mártir; no, sufrió como un malhechor; Cristo a la verdad se apiadó de él y lo salvó; murió como santo, pero no mártir. Cuando los hombres sufren por mano de un magistrado, estos no sufren persecución, sino ejecución: no mueren como mártires, sino como malhechores; sufren mal por ser malos.

Dios ama a un cristiano agradecido. Job dio gracias a Dios cuando le quitó todo: “Jehová ha quitado, bendito sea el nombre de Jehová” (Job 1:21). Muchos le darán gracias a Dios cuando Él dé, Job le dará gracias cuando Él quite, porque sabía que Dios haría bien de ello. Leemos de santos con arpas en sus manos (Apc. 14:2), un emblema de alabanza. Nos encontramos con muchos cristianos que tienen lágrimas en los ojos y quejas en la boca; pero hay pocos con sus arpas en las manos, que alaban a Dios en la aflicción. Cada pájaro puede cantar en primavera, pero algunos pájaros cantarán en pleno invierno. Un buen cristiano bendecirá a Dios, no solo al salir el sol, sino al atardecer. Que nosotros, en lo peor que nos sucede, tengamos un salmo de gratitud, porque todas las cosas funcionan para bien. Si Dios hace que todas las cosas se vuelvan a nuestro bien, ¡cuán correcto es que hagamos que todas las cosas tiendan a Su gloria! “Hazlo todo para la gloria de Dios” (1 Cor. 10:31).

“Sus misericordias son nuevas cada mañana” (Lam. 3:23). La misericordia entra tan constantemente como la marea; más aún, cuántas mareas de misericordia vemos en un día. Nunca nos alimentamos, pero la misericordia nos talla todo; nunca bebemos sino en la copa de oro de la misericordia; nunca salimos al extranjero, pero la misericordia pone una guardia de ángeles alrededor de nosotros; nunca nos acostamos en la cama, pero la misericordia acerca las cortinas de protección a nuestro alrededor. ¿Recibiremos tantas cosas buenas de la mano de Dios, y no recibiremos el mal? Nuestras misericordias superan con creces nuestras aflicciones; por una aflicción tenemos mil misericordias. El mar de la misericordia de Dios tragaría unas gotas de aflicción.

Muchos, para librarse de problemas, se corren al pecado. Cuando Dios los ha atado con cuerdas de aflicción, van al diablo para desatar sus ataduras. Mejor es permanecer en la aflicción que pecar de ella.

La aflicción da vida al espíritu de oración; Jonás estaba dormido en el barco, pero en oración en el vientre de la ballena. Tal vez en un momento de salud y prosperidad oramos de una manera fría y formal, no ponemos carbones al incienso, apenas nos importaban nuestras propias oraciones, ¿y cómo debería importarles a Dios? Dios envía una cruz u otra para hacernos apoderarnos de Él. “Derramaron una oración, cuando tu mano castigadora estaba sobre ellos” (Isaías 26, 16); ahora su oración traspasaba los cielos. En tiempos de problemas oramos con sentimiento, y nunca oramos tan fervientemente como cuando oramos con sentimiento.

Cuando Dios pone a Sus hijos en la escuela de la cruz, los trata tiernamente, porque no los deja sin una promesa: “Fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis ser capaces”. Él no pondrá la carga de un gigante sobre la espalda de un niño, ni estirará demasiado las cuerdas del instrumento, para que no se rompan. Si Dios ve bueno golpear con una mano, Él apoyará con la otra; o hará que la fe sea más fuerte, o hará que el yugo sea más ligero.

Dios ama a Su pueblo cuando está dando la dieta amarga de la aflicción. La vara de Dios y el amor de Dios, ambos están juntos. No es amor en Dios dejar que los hombres continúen en pecado, y nunca hiera. La maldición más grande de Dios es cuando Él no aflige por el pecado. Sintamos la mano de Dios para que podamos tener Su corazón.

Las aflicciones se suman a la gloria de los santos. Cuanto más se talla el diamante, más brilla; cuanto más pesada es la cruz de los santos, más pesada será su corona.

Si Dios es nuestro Dios, nos dará paz en los problemas. Cuando hay una tormenta afuera, Él dará la paz por dentro. El mundo puede crear problemas en paz, pero Dios puede crear paz en medio de problemas.

La elección equivocada

Sábado 22 Julio
Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas.
Deuteronomio 30:19
La elección equivocada
Leer Mateo 19:16-24; Marcos 10:17-23
Un joven rico, talentoso y además religioso, vino a interrogar a Jesús. Estos privilegios no eran suficiente para él, pues una pregunta lo atormentaba. Quizá Jesús de Nazaret, el profeta del que había oído hablar, podría ayudarle a resolverla. Entonces le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?” (Mateo 19:16).

¿Buscaba certezas sobre la vida futura? ¿Qué condiciones exige Dios? ¿Se trataba más bien de una toma de conciencia? ¿Alguna vez tendría que rendir cuentas al Dios creador, de quien dependía para el uso de sus bienes y su vida?

Jesús lo miró con amor y no dudó en responderle. Sabía cuál era su verdadero problema y le puso el dedo en la llaga, pidiéndole que vendiese todo lo que tenía y lo diese a los pobres.

Este joven se fue triste, sin respuesta, porque era esclavo de las riquezas. En realidad, no era él quien las poseía, sino que eran las riquezas las que lo poseían. En efecto, no es posible servir a dos señores, a Dios y a las riquezas (Mateo 6:24). Este joven no tenía ninguna fuerza para invertir su escala de valores, a menos que reconociese el amor de Jesús y la verdad de su mensaje. Sus muchas posesiones se apoderaron de su corazón sin que él se diese cuenta, y lo que Jesús le pedía debía hacerle tomar conciencia de ello. Este encuentro, ¿produciría en él un resultado positivo?

“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:15).

“Si puse en el oro mi esperanza… esto también sería maldad juzgada; porque habría negado al Dios soberano” (Job 31:24, 28).

1 Crónicas 4 – Lucas 8:26-56 – Salmo 86:14-17 – Proverbios 19:28-29

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El significado de la masculinidad | PHILLIP HOLMES

El significado de la masculinidad | PHILLIP HOLMES

Una de las cosas que más me gusta hacer mientras limpio la cocina o hago otras tareas de la casa es llamar a mi mamá. Se ha convertido en un patrón, tanto que cuando llamo, ella me dice en broma: «Debes estar limpiando la cocina».

En una conversación reciente, le confesé que he estado luchando como esposo. Le expliqué que no había logrado comprender del todo cómo luce la verdadera masculinidad. Durante la mayor parte de mi vida, había asumido que si me ocupaba de mí mismo —trabajando, pagando mis facturas, comprando mi comida y encontrando un refugio adecuado— estaba cumpliendo con el llamado de Dios a la masculinidad.

El papel de liderazgo que Dios ha dado a los hombres no es una oportunidad para ser servido, sino un llamado a servir de forma sacrificial

A medida que crecía en mi comprensión de la masculinidad bíblica, descubrí que la verdadera masculinidad exigía más de mí. Como hombre soltero, no había puesto en práctica lo que sabía que requiere el matrimonio. En secreto, pensaba que el matrimonio me cambiaría milagrosamente y me haría un mejor hombre. No bebí de la fuente de la verdadera masculinidad como soltero, así que ahora estoy bebiendo a borbotones desde una gran manguera como nuevo esposo. Ahora estoy aprendiendo de la manera más difícil sobre el elevado y arduo llamado de la masculinidad.

La entrega y sacrificio de Jesús
La vida de Jesús encarnó la verdadera masculinidad. ¿Cómo no iba a hacerlo? Sin duda, podríamos enumerar una larga lista de características que Jesús encarnó y que lo convirtieron en un hombre verdadero. Sin embargo, dos rasgos dignos de mención son Su entrega y sacrificio.

Las enseñanzas de Jesús en los evangelios están empapadas de estos temas. Cuando le preguntaron: «Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?», Jesús responde:

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas (Mt 22:36-40).

Además, Jesús no solo nos enseñó a amar al prójimo, sino a amar y orar por nuestros enemigos (Mt 5:44). Es más fácil sacrificarse y actuar desinteresadamente hacia aquellos que consideramos dignos de nuestro afecto, amor y recursos, pero la verdadera masculinidad se muestra cuando nos sacrificamos libre y desinteresadamente por los indignos.

Junto a sus enseñanzas, Jesús añadió un testimonio insuperable de Su entrega y sacrificio: la creciente humildad de Su vida, incluso hasta la muerte. A lo largo de Su ministerio, renunció desinteresadamente a Su tiempo, energía y recursos por el bien de los demás. Pablo escribe que Cristo «se despojó a Sí mismo» y asumió «forma de un siervo». Pablo nos exhorta a adoptar esta mentalidad: «Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús» (Fil 2:5-8). El estilo de vida de Cristo es un modelo no solo para los casados, sino también para la forma en que deben vivir los hombres (y mujeres) solteros.

La mejor muestra de la entrega y el sacrificio de Jesús fue cuando fue libremente a la cruz por el bien de Su novia, por obediencia a Su Padre y por el gozo puesto ante Él. Nuestro perfecto Salvador murió por una novia que, sin lugar a dudas, había demostrado que no era digna de tal sacrificio. Lo cual presenta un hermoso cuadro de cómo los esposos pecadores deben amar y apreciar a sus esposas.

Los hombres de verdad dan libremente
Muchos manifiestan una enorme desconexión entre lo que dicen y hacen. Sin embargo, como podemos ver, la vida de Jesús encarnó Su enseñanza de forma completa y perfecta. A diferencia de nosotros, Jesús comprendió mejor que nadie las implicaciones de Sus enseñanzas y nunca recortó las distancias por comodidad y conveniencia personal.

Aprendemos de Jesús que la verdadera masculinidad no consiste simplemente en mantener nuestras cosas limpias y ordenadas. La verdadera masculinidad significa ir más allá de nosotros mismos para amar a nuestro prójimo, el cual es cualquiera que conozcamos que tenga alguna necesidad. Los verdaderos hombres dan libremente su tiempo, sus recursos, su atención, su energía y su apoyo emocional a los que lo necesitan sin tener en cuenta lo que puedan recibir a cambio.

La verdadera masculinidad significa ir más allá de nosotros mismos para amar a nuestro prójimo

Para el hombre cristiano soltero, esto significa dar libremente de su tiempo y sus recursos mostrándose hospitalario, ofreciéndose como voluntario en la iglesia, atendiendo a los necesitados, visitando a los enfermos y ayudando a los ancianos. Tiene implicaciones aún para la administración de su dinero. ¿Podrías dar más a la causa de Cristo ya que tus gastos actuales son menores? ¿Cómo puedes honrar a tus padres en esta etapa? Podrías comprobar con más regularidad si tienen alguna necesidad que puedas satisfacer.

Para el hombre casado, su prójimo más cercano es su mujer y sus hijos. La masculinidad significa inclinarse en su matrimonio y en su familia. Significa proveer para ellos física, financiera, emocional y espiritualmente. Significa amar humildemente a su esposa, incluso en los momentos en que siente que ella es especialmente indigna de ese amor, y amar a sus hijos cuando parecen ser los que menos lo merecen. Los hombres de verdad honran a su padre y a su madre, y están deseosos de «recompensar a sus padres, porque esto es agradable delante de Dios» (1 Ti 5:4).

El gran llamado de la masculinidad
La primera vez que llamé a mi mamá mientras lavaba los platos, se sorprendió porque sabía que los actos así no eran naturales. Siempre he sido rápido para pensar en mí mismo y lento para pensar en los demás. Pero su reacción al verme limpiar la cocina, que fue divertida en el momento, me anima hoy. Me recuerda que, aunque el camino hacia la masculinidad ha sido lento y difícil, he crecido, aunque el crecimiento parezca insignificante. Su asombro me recuerda que Dios está obrando.

La verdadera masculinidad es un llamado difícil e incómodo, ya sea que estés soltero o casado. El papel de liderazgo que Dios ha dado a los hombres no es una oportunidad para ser servido, sino un llamado a servir de forma sacrificial. En un mundo que ofrece gratificación inmediata —en términos financieros, emocionales y sexuales— la masculinidad cristiana puede parecer poco atractiva e incluso sin sentido por momentos. ¿Por qué vivir de forma desinteresada y sacrificada cuando puedo hacer lo contrario y disfrutar de un placer instantáneo? Cuando la sociedad nos dice que el liderazgo equivale a un privilegio, ¿por qué aferrarse a la visión bíblica del liderazgo como sacrificio?

Los verdaderos hombres se niegan a sí mismos los placeres carnales para tener un verdadero gozo en Jesús

Los verdaderos hombres se niegan a sí mismos los placeres carnales para tener un verdadero gozo en Jesús. Ya sea que estés casado o soltero, si no estás sirviendo a tu prójimo de manera desinteresada y sacrificial, no estás caminando plenamente en la masculinidad bíblica. Los niños dicen: «Soy responsable de mí mismo». Los hombres dicen: «Soy responsable por mi prójimo». Los niños son obligados a dar, pero los hombres dan libremente porque se les ha dado libremente. Los niños esperan que su esposa o su madre laven los platos, pero los hombres se apresuran a tomar la esponja y el jabón. En última instancia, la masculinidad significa servir a los demás tanto o más que a uno mismo.

Aunque las recompensas temporales no siempre son inmediatas, las eternas valen la pena. Dios Padre demuestra que sí recompensará a los obedientes y fieles, como lo hizo con Su desinteresado y sacrificado Hijo:

Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre (Fil 2:9-11).

Publicado originalmente en Desiring God. Traducido por Equipo Coalición.
Phillip Holmes es el vicepresidente de comunicaciones institucionales del Reformed Theological Seminary [Seminario Teológico Reformado] y propietario de Highest Good, una agencia de marketing y estrategia digital. Él y su esposa Jasmine tienen dos hijos, Walter Wynn y Ezra Langston. Son miembros de la iglesia Redeemer de Jackson, Mississippi.

¿Vivo o muerto?

Viernes 21 Julio
Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo.
Efesios 2:4-5
¿Vivo o muerto?
¿Puede una persona estar oficialmente viva, si las autoridades la han declarado muerta? Esta pregunta se ha escuchado hace algunos años en los medios de comunicación.

Un hombre, reportado como desaparecido, fue declarado muerto después de veinte años. En el momento de su desaparición estaba desempleado, enfermo y en bancarrota. Veinticinco años después reapareció con buena salud física y financiera. Quería que se anulara la decisión que, según la ley, lo había declarado muerto. Pero esto solo era posible tres años después de la declaración judicial…

En cuanto a la vida espiritual (nuestra relación con nuestro Dios creador), por el contrario, es absolutamente posible volver a la vida en todo momento; no hay fecha límite. Dios declara que todos los hombres están espiritualmente “muertos” mientras quieran vivir sin Él. El pecado trajo consigo la muerte de nuestros cuerpos, y también produjo el mal en nuestros corazones y en nuestra conducta.

Siendo culpables ante Dios, ¿estamos sin esperanza? No. Dios aborrece el pecado, pero ama a su criatura. Envió a su Hijo Jesús para que sufriera el castigo que nosotros merecíamos por nuestros pecados. Él da la vida eterna a quienes aceptan a Jesucristo como su Salvador personal. Así los “muertos” cobran vida para Dios. El Señor lo había anunciado a los que buscaban entender quién era él. ¡Para comprenderlo es “necesario nacer de nuevo”! Este nuevo nacimiento es una gracia que resulta del amor infinito de Dios por nosotros. No tenemos ningún mérito para recibirlo, por eso lo agradecemos a Dios de todo corazón.

1 Crónicas 3 – Lucas 8:1-25 – Salmo 86:7-13 – Proverbios 19:26-27

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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