Mártires asesinados con lanzas: la muerte de cinco misioneros que avivó el impulso misionero Han pasado más de sesenta años desde la trágica muerte de cinco misioneros en Ecuador, pero su historia sigue siendo fuente de inspiración para la iglesia.
El 11 de enero de 1956, Johnny Keenan, piloto de la Mission Aviation Fellowship (MAF), sobrevolaba en un monoplano Piper Cruiser PA-14 el río Curaray, en el este de Ecuador. Se asomó por la ventanilla en busca de señales de vida y divisó los restos de otra avioneta Piper de color amarillo. Cuando vio el cuerpo de un joven flotando boca abajo en el agua, a unos 400 metros río abajo, agarró inmediatamente la radio para informar del hallazgo.
Mientras Johnny hacía la llamada, a 50 millas de distancia, Marj Saint, esposa del piloto del Piper amarillo, estaba sentada mientras recibía el mensaje. Otras tres mujeres estaban a su lado mientras escuchaba el informe.
El miércoles por la noche, los indígenas quichuas que le conocían identificaron el cadáver del estudiante de derecho convertido en misionero, Ed McCully. Como no pudieron recuperar su cuerpo en el río Curaray, trajeron su reloj y arrojaron a la orilla su zapatilla del número 13,5 como forma de identificación.
El 13 de enero, un grupo de búsqueda formado por soldados ecuatorianos, algunos quichuas, un militar estadounidense y un fotógrafo de la revista Life, Cornell Capa, recorrieron 40 kilómetros de selva a pie y en canoa para llegar al lugar. Descubrieron los restos de un trágico suceso, unos pocos objetos personales, una olla de verduras volcada y los cadáveres de cinco jóvenes misioneros: el paracaidista de la Segunda Guerra Mundial Roger Youderian, Peter Fleming, el profundamente espiritual Jim Elliot, el innovador piloto de la MAF Nate Saint y Ed McCully. El grupo de búsqueda enterró los cuerpos en la selva durante una fuerte tormenta, y Jack Shalanko, que formaba parte del grupo, escribió más tarde que “Estaban descompuestos hasta quedar irreconocibles. Algunos aún tenían lanzas”.
Los hombres, que tenían entre 27 y 32 años, eran esposos y padres (con un total de 8 hijos de 7 años o menos y un bebé más que nacería dentro de un mes). Todos ellos tenían un fuerte deseo de compartir las buenas nuevas de Jesús con aquellos que nunca habían oído hablar de Él. La “Operación Auca” había llegado a su fin, ¿o no?
Una jungla muy peligrosa La idea de la “Operación Auca” surgió en las mentes de Saint, Elliot, McCully y Fleming. Los tres primeros se conocían de su época en el Wheaton College. Saint recibía clases en la universidad, mientras que Elliot y McCully eran figuras destacadas en el campus como atletas estrella y conocidos por sus bromas pesadas. Se referían a ellos como “los chicos de los Hermanos”, ya que trabajaban a las órdenes de los Hermanos de Plymouth. En sus conversaciones, sopesaban la posibilidad de establecer un contacto pacífico con un grupo indígena aislado y hostil de Ecuador, conocido como “Aucas” (que significa “salvaje” en la lengua quichua de las tierras bajas) y ahora conocido como “Waorani” (que significa “el pueblo” en la lengua de la misma tribu).
En 1952, Jim y su amigo Peter Fleming se embarcaron en un viaje como misioneros hasta Guayaquil. Luego pasaron seis meses en Quito para mejorar su español, antes de viajar al interior para establecer su base misionera en Shandia, en medio de la selva amazónica. Durante ese mismo año, McCully llegó a Quito y al año siguiente se había unido a sus dos compañeros en la jungla.
Por otro parte, el piloto de la Segunda Guerra Mundial Nate Saint, se había unido a la MAF, para servir a los equipos misioneros dispersos por toda la selva ecuatoriana. Estando en esta labor, Saint conoció a Roger Youderian, un misionero que había estado trabajando en la evangelización indígena durante varios años. Youderian quería regresar a los Estados Unidos, pero Saint, que previamente había conocido a Elliot, McCully y Fleming y a su plan, le propuso a Youderian que se quedara y se uniera al proyecto.
A finales de 1955, unos 500 waoranis vivían en un área una tercera vez más pequeña que El Salvador. Sus tierras estaban situadas cerca de donde estaban destinados Elliot, McCully y Saint. Los waorani se desplazaban con frecuencia y vivían en pequeños claros, por lo que resultaba difícil localizarlos. Muchos forasteros los evitaban, ya que los waorani recibían a los visitantes con lanzas de 2,5 metros de largo. Pero en septiembre de 1955, cuando Saint y Fleming divisaron entre la selva varios claros waorani, creyeron que podrían utilizar un avión para allanar el camino hacia un contacto pacífico en tierra.
Del 6 de octubre al 23 de diciembre de 1955, Saint, acompañado por McCully o Elliot, realizó 13 vuelos sobre los claros waorani. Fleming proporcionó apoyo logístico y de oración desde su estación. Saint dejó en tierra regalos como una olla de aluminio decorada con cintas flotantes, botones, pantalones, camisas (ya que los waorani sólo llevaban tangas de algodón), una cabeza de hacha, cuchillos, fotos y machetes. Los waorani recibieron estos regalos con sonrisas y cierta amabilidad, y también empezaron a devolver regalos de agradecimiento como una diadema, hilo tejido, cola de mono ahumada, dos ardillas y un loro. Durante estos intercambios, los misioneros gritaban frases cuidadosamente elegidas en la lengua waorani que habían aprendido de Dayuma, una joven waorani que había escapado de la violencia tribal y vivía como sirvienta en una hacienda cercana.
Debido a la aparente apertura de los waorani y al clima favorable, los misioneros decidieron planear un contacto pacífico a principios de enero de 1956. Un mes antes de la misión, incorporaron a Roger Youderian, miembro de la Unión Misionera Evangélica que había sobrevivido a la Batalla de las Ardenas durante la Segunda Guerra Mundial. El plan se fijó para el martes 3 de enero. Saint transportó a los otros cuatro al lugar designado, que estaba a seis millas del claro waorani más cercano. El viernes 6 de enero llegaron “los vecinos”, dos mujeres y un hombre waorani. Desde la perspectiva de los misioneros, fue una visita amistosa. Los waorani probaron hamburguesas y los misioneros compartieron su repelente de insectos con ellos. Uno de los hombres waorani, Naenkiwi, estaba fascinado con el avión, así que Saint lo llevó a dar una vuelta por la aeronave. Los waorani eran muy habladores, pero ninguno de los dos grupos entendía mucho al otro.
Contacto peligroso Los misioneros ignoraban que su contacto con estos tres waorani les había colocado en medio de un conflicto potencialmente mortal. Naenkiwi quería casarse con una aborigen llamada Gimari, pero su hermano, llamado Nampa, se oponía. Los waorani, que tenían un historial de conflictos violentos entre ellos, solían matar por cuestiones menos importantes. La ira se redirigió hacia los cinco misioneros, a los que se les llamaba cowodi (que significa “forasteros” o “caníbales”) y enemigos tradicionales. Años más tarde, Geketa, miembro del grupo de alanceadores, dio su perspectiva de los hechos en una película producida por el Instituto Lingüístico de Verano:
Un día nos sobrevoló un avión. Daba vueltas y vueltas… Desde el avión nos arrojaron ropa y cuchillos. Luego nos llamaron: “Vengan, vengan, vengan con nosotros”… Algunos de nuestro grupo fueron a reunirse con ellos. Más tarde, la noche siguiente, Nampa montó en cólera por una boda a la que se oponía. Nampa… cogió todas sus lanzas y me gritó: “Ven, vamos a matar”. Aquí cerca están los cowodi. Recuerda cómo nos advertían nuestras madres cuando éramos niños. Los cowodi siempre han llevado armas y nos han disparado. Ahora es nuestra oportunidad, matémoslos”… [Al día siguiente] el avión… aterrizó en el banco de arena, entonces salimos con nuestras lanzas a matar. Los cowodi estaban en el banco de arena llamándonos. Nampa corrió hacia uno con una lanza. El hombre disparó a Nampa, y el hombre cayó allí mismo… Alanceamos a otro, y mientras corrían, alanceé a dos más… El último cowodi nos llamó. “No lances. No lances”. Y entendimos. “Sólo hemos venido a verlos. No vamos a matarlos. ¿Por qué nos matas?” Estaba de pie sobre un tronco que sobresalía del río cuando Kimu le atravesó el pecho con una lanza y cayó al agua.
Los waoranis llegaron a “Palm Beach” a las 3:00 PM. con la intención de dividir a los extranjeros antes de atacarlos. Enviaron a tres mujeres al otro lado del río, una de ellas se quedó oculta en la selva, pero las otras dos se dejaron ver. Elliot y Fleming cruzaron el río para saludarlas, pero fueron atacados por la espalda. Algunas versiones dicen que Elliot, el primer misionero herido, sacó su pistola pero no hizo ningún disparo contra sus atacantes. Fleming, antes de ser herido, reiteró desesperadamente sus ofertas amistosas y les preguntó en inglés a los waoranis por qué los estaban asesinando.
Mientras tanto, los guerreros restantes atacaron a los misioneros que se encontraban en la playa. Primero lancearon a Saint y después a McCully cuando intentó detenerlos. Youderian intentó huir hacia el avión con la intención de usar la radio, pero fue asesinado con una lanza cuando alcanzaba el micrófono.
Los waoranis arrojaron los cuerpos y pertenencias de los misioneros al río y destruyeron el revestimiento de su avión. Luego regresaron a su aldea y, temiendo una posible venganza, la quemaron completamente y huyeron a la selva.
Aunque muchos detalles concretos siguen siendo inciertos, se cree que el disparo de la pistola, probablemente alcanzó a Nampa, que murió más tarde. Los misioneros no opusieron ninguna resistencia organizada y ninguno de ellos intentó salvarse aparte de sus amigos. El suceso concluyó a media tarde del domingo 8 de enero. El reloj de Nate Saint se detuvo a las 15:12.
Héroes internacionales La historia de los cinco misioneros asesinados en Ecuador se difundió rápidamente por todo el mundo y sobre todo tuvo un profundo impacto en los evangélicos estadounidenses. Durante el siglo XX, se calcula que 26 millones de personas fueron asesinadas en todo el mundo en parte a causa de su fe cristiana. Sin embargo, la mayoría de estas muertes pasaron desapercibidas. Pero las muertes de estos cinco misioneros se hicieron ampliamente conocidas, celebradas, casi veneradas, e incluso décadas más tarde, se siguen produciendo libros y películas, y mucha gente todavía los recuerda. La pregunta es: ¿por qué ocurrió esto?
Parte de la razón por la que la historia de estos cinco misioneros resonó en muchas personas reside en el carácter de los cinco hombres y sus esposas. Eran valientes, profundamente espirituales, aventureros y actuaban bajo una genuina preocupación por el bienestar espiritual de los waorani. Estaban dispuestos a sacrificar sus vidas para librar a esta gente del sufrimiento del infierno y eso es exactamente lo que hicieron.
La situación era tal que tuvo un gran atractivo para el público. Los hombres, con sus esposas e hijos, encarnaban los ideales que los estadounidenses de posguerra tenían para sus propias familias. Los nuevos medios de comunicación mundial permitieron una atención pública sostenida en los primeros días de la difusión instantánea de noticias. La emisora de radio misionera de Quito HCJB transmitió la historia por onda corta, la revista Life envió al fotógrafo Cornell Capa al lugar de los hechos, Reader’s Digest recogió la historia, incluyendo notas de los diarios de los hombres, y el libro de Elisabeth Elliot “Portales de esplendor” se convirtió en un éxito en ventas. Los artículos de las revistas destacaron el compromiso de las esposas, ya que cuatro de ellas se quedaron para continuar su servicio misionero.
Para la gente que buscaba un propósito en un mundo consumido por los temores de la Guerra Fría, la perspectiva eterna de la vida que ofrecía la misión de estos cinco hombres resultaba muy atractiva. Como el historiador Dana Robert ha señalado de otros héroes misioneros, en la muerte, los cinco hombres se convirtieron en misioneros más significativos para su propio país de lo que pudieron serlo para los waorani. A lo largo de los años, muchas personas han citado la muerte de estos hombres como un factor decisivo para su propia conversión o llamado al campo misionero.
Los waorani hasta hoy ¿Qué ocurrió con los waorani tras la muerte de los cinco misioneros? Antes de la muerte de los hombres, una mujer waorani llamada Dayuma había trabajado como informadora lingüística para Rachel Saint, la hermana mayor de Nate, que era miembro del Instituto Lingüístico de Verano (ILV). Dayuma allanó el camino para que Rachel y Elisabeth Elliot, la viuda de Jim, contactaran pacíficamente con la familia extensa de Dayuma, incluidos los hombres que habían matado a sus seres queridos.
Los waorani llevaban más de seis décadas de violentas y sangrientas venganzas entre ellos. Los antropólogos James Yost y James S. Boster han calculado que más del 60% de las muertes durante este periodo fueron causadas por la violencia, lo que convierte a los waorani en una de las culturas más violentas del planeta. En la cultura waorani, Raquel y Elisabeth deberían haber buscado venganza por la muerte de sus seres queridos. Pero cuando en su lugar hablaron de Dios, presentaron a los Waorani una forma alternativa de acabar con el ciclo de violencia.
En los 20 años siguientes se produjo un cambio significativo en la cultura waorani. La mayoría de los miembros de la etnia ya no eran tan violentos como antes. Sin embargo, en 1987, dos misioneros católicos fueron asesinados por guerreros de un grupo aislado de waoranis. Incluso en 2003 se produjo un trágico brote de violencia en el seno de la tribu.
En diciembre de 1961, Elisabeth Elliot abandonó a los waorani. Rachel Saint, salvo por unos pocos años, vivió entre el pueblo hasta su muerte en 1994. Ella inició la traducción del Nuevo Testamento a la lengua wao, que más tarde completaron Catherine Peeke y Rosi Jung, miembros del personal del ILV. El antropólogo James Yost y la coordinadora de alfabetización Pat Kelley también aprendieron la difícil lengua wao y pasaron largas temporadas con el pueblo durante las décadas de 1970 y 1980. En 1995, el hijo mayor de Nate Saint, Steve, y su familia vivieron entre los waorani. Todos ellos han intentado demostrar lo que significa ser cristiano, aunque a lo largo de los años ha habido controversia sobre su participación y la de otros misioneros.
Para el cambio de siglo, la población waorani rondaba los 2 000 habitantes y se habían enfrentado a una serie de retos como consecuencia de su creciente interacción con el mundo exterior. Algunos de ellos han rechazado el cristianismo tal y como lo entienden, mientras que otros han abrazado la versión limitada del “no matarás”, al mismo tiempo que otros buscan una fe significativa y plena basada en su comprensión de la Palabra de Dios.
A pesar de los retos, la semilla del evangelio se ha plantado, y hay waoranis que viven la fe por la que los cinco misioneros dieron su vida hace casi 70 años.
Este artículo está basado en el trabajo de Kathryn Long y Carolyn Nystrom, publicado en CT; y en el trabajo de Justin Taylor, publicado en TGC.
Un soldado norcoreano descubre un “texto prohibido”
¿Qué pasaría si descubres que la luz que conoces no es mas que oscuridad? Conoce al soldado del ejercito norcoreano, Lee Kyong, y su respuesta al encuentro con un versículo bíblico.
Dirección: Giovanny Gómez Pérez Guión: David Riaño Ilustración y animación: Jairo Campos Ampudia Narración: Carlos Arturo Silva Edición de audio y música: Carlos García Edición de video: Fernando Ordóñez Consulta y asesoría: Jeanine Martínez
l 10 de octubre del 732 d. C., unos 80 000 soldados de caballería musulmanes atacaron a 30 000 soldados francos de infantería cerca de Tours, en la actual Francia. Esos musulmanes ya habían conquistado el norte de África y España, y estaban listos para barrer el resto de Europa.
Normalmente, los soldados a pie no son competencia para jinetes con lanzas, especialmente cuando son superados en número. Así que el rey franco, Carlos Martel «El Martillo», colocó a sus hombres en la cima de una empinada colina boscosa, con la esperanza de que tener que atacar cuesta arriba y evitar los árboles por lo menos lograría ralentizar la caballería musulmana. Más importante aún, hizo que sus hombres se agruparan para formar un gran cuadrado, sosteniendo sus escudos para formar un «muro de escudos» y creando un matorral de lanzas para defenderse de los caballos.
Si alguien se separaba del grupo, si alguien huía, si el muro de escudos colapsaba para forzar una retirada dispersa, los jinetes los cortarían fácilmente mientras corrían. Pero durante la batalla, mientras ola tras ola de jinetes se lanzaban contra la formación, el muro de escudos se mantuvo. No solo eso, los francos derrotaron por completo a los invasores, asesinaron al general musulmán e hicieron retroceder a sus fuerzas supervivientes de regreso a los Pirineos.
Experimento mental: ¿Qué hubiera pasado si el muro de escudos se hubiera roto? ¿Qué habría sucedido si los musulmanes hubieran ganado la batalla de Tours? ¿Y si los musulmanes en el siglo VIII se hubieran apoderado de Europa occidental? Si lo hubieran logrado, ¿cómo sería nuestra cultura hoy?
Pensar que seguramente la civilización occidental habría sobrevivido a pesar de una conquista musulmana es algo ingenuo. La cristiandad medieval probablemente no era tan robusta culturalmente como lo era el Imperio bizantino, pero luego de que Constantinopla cayó mucho después a manos de los musulmanes, casi nada sobrevivió a la islamización de esa cultura.
El solo decir que seríamos como Irak o Irán seguramente no sería suficiente. En su vestimenta, arquitectura y tecnología, estos países islámicos muestran una influencia occidental. Cuando los terroristas yihadistas atacan la civilización occidental, están usando bombas, armas y comunicaciones por Internet que la civilización occidental ha creado.
Así que imaginemos cómo sería nuestra cultura si los musulmanes hubieran conquistado Europa, como casi sucedió.
No tendríamos legislaturas, ya que el islam no reconoce la creación de nuevas leyes, pues la sharía del Corán se considera suficiente para todos los tiempos. Esto sería impuesto por un gobernante absoluto, como un emperador o un califa. Hoy en día seríamos esclavos o dueños de esclavos. Los tipos de libertades políticas que damos por sentado hoy no existirían.
El islam no aprueba la representación del arte, solo diseños elaborados para sus mezquitas y tapicería, por lo que no tendríamos mucho patrimonio en las artes visuales y el desarrollo de medios visuales distintivos, como el cine y la televisión, sería poco probable. Tendríamos poca o ninguna música, ya sean composiciones sinfónicas o rocanrol. Los países islámicos suelen tener poesía erótica y religiosa, pero, a pesar de relatos puntuales como Las mil y una noches, probablemente tuviéramos poca ficción. La novela no habría sido inventada. El islam no tiene drama, y sin los dramas bíblicos de la Iglesia primitiva y sin Shakespeare, nosotros tampoco lo tuviéramos.
Podríamos tener algo de ciencia. El antiguo mundo musulmán fue bueno con las matemáticas, pero no hubiera tomado la misma forma. La ciencia probablemente permanecería en el ámbito de lo abstracto y lo teórico, ignorando la forma en que los ingenieros occidentales convirtieron los descubrimientos científicos en tecnología aplicada.
El cristianismo hubiera sobrevivido; Cristo lo ha prometido, sin embargo, la Iglesia fuera marginada y restringida. La tolerancia islámica significa que a los cristianos se les permitiría permanecer en sus pequeños grupos y propagar su fe dentro de sus familias existentes, siempre y cuando muestren respeto por el islam. Pero ¡ay de ti si intentas evangelizar a un musulmán! Nuestras iglesias serían pequeños enclaves, como con los asirios en Irak o los coptos en Egipto. El cristianismo existiría, pero los musulmanes controlarían la cultura.
El Corán busca establecer, y fijar permanentemente, las leyes de Alá. La sharía no cambia, por lo que la cultura que gobierna no cambiará, especialmente si escapa a las contingencias de la historia al convertirse en universal.
El cristianismo enseña que las instituciones humanas deben ser juzgadas de acuerdo con la trascendente ley moral de Dios. Por lo tanto, tenemos la costumbre de criticar a nuestros gobernantes y a nuestras instituciones cuando no están a la altura de esta ley. Y como el cristianismo enseña que vivimos en un mundo caído, sabemos que nunca lo hacen. Y como este mundo no es absoluto sino dependiente, temporal, aceptamos y a veces incluso causamos un cambio cultural.
En resumen, si no fuera por ese soldado franco que se negó a correr cuando los caballos musulmanes se lanzaron sobre él, todavía estaríamos, en términos prácticos, en el siglo VIII.
Pensar cuál hubiera sido la influencia cultural del islam muestra la influencia cultural del cristianismo en alto relieve. El cristianismo directamente moldeó o permitió que existiera lo que ahora conocemos como civilización occidental.
El muro de escudos que se mantuvo es un ejemplo del reinado providencial de Dios sobre la historia.
El Dr. Gene Edward Veith es director del Instituto Cranach en el Concordia Theological Seminary en Fort Wayne, Indiana. Es autor de varios libros, entre ellos God at Work y Reading between the Lines.
En 1898, John H. Nicholson quiso hospedarse en un hotel de Boscobel, Wisconsin. El hotel estaba lleno, así que le sugirieron que compartiera un cuarto doble con un hombre llamado Samuel E. Hill. Al conocerse, descubrieron que ambos eran cristianos. La costumbre de Nicholson por muchos años era leer la Biblia antes de dormirse, así que se unieron para hacer un devocional. Fue así como surgieron las primeras ideas de lo que más tarde se convertiría en la organización de los Gedeones Internacionales.
Inspirados por la vida de Gedeón y por su total entrega a la voluntad de Dios, dieron nombre a la nueva organización. Inicialmente los Gedeones entregaban Biblias exclusivamente en los hoteles, pero luego comenzaron a distribuirlas en centros médicos, centros educativos, refugios para personas sin hogar, centros de rehabilitación y cárceles.
Hoy, los nuevos testamentos y las Biblias de los Gedeones se imprimen en más de 100 idiomas. La organización cuenta con más de 270.000 Gedeones y Auxiliares en 200 países alrededor del mundo. Y se han entregado más de 2.000.000.000 (dos mil millones) de Biblias y Nuevos Testamentos que han sido distribuidos a nivel mundial en toda su historia.
Un sinnúmero de personas han conocido a Cristo gracias a la labor de los Gedeones.
Walter J. Chantry presenta un libro corto pero de gran contenido que usted no debe dejar de leer.
El evangelio de hoy ¿Auténtico o sintético? es una obra magistral que le ayudará a presentar el evangelio, como lo presentó Jesús. Voy a compartir con ustedes algunas pinceladas de este libro para su edificación.
¿Qué le pasa al evangelismo de hoy?
Verdad y unidad
Los evangélicos saben que hay problemas en sus iglesias y misiones. Tras la fachada de los entusiastas informes y de las grandes estadísticas, hay una conciencia profunda de que la iglesia tiene poco poder en la evangelización. Los dirigentes eclesiásticos, mientras intentan con ardor crear un aura de gozo y victoria entre seguidores, se encuentran inquietos y profundamente insatisfechos por su situación actual por el resultado de sus esfuerzos.
Se siguen haciendo las mismas preguntas: ¿Qué le pasa a nuestro evangelismo? ¿Qué hace falta para ganar al mundo para Cristo? ¿Dónde está el poder de un Jonathan Edwards o de un George Whitefield?
En esta búsqueda sincera para que el poder de Dios vuelva a la predicación de hoy, los evangélicos han cometido algunos errores cruciales. A pesar de ser creyentes en la Palabra de Dios, han recurrido a las mismas soluciones superficiales que han adoptado los liberales. Lo pertinente, lo respetable (sea intelectual o social), y sobre todo la unidad, han venido a ser los objetivos del pueblo de Dios, en la esperanza de que estas cosas revitalizarán a una debilitada iglesia.
Al haber aceptado la teoría de que la unidad es absolutamente necesaria para la evangelización mundial, tanto la iglesia como el individuo deben rebajar la estimación del valor de la verdad. Por ello, en un gran congreso sobre evangelización no podríamos hacer hincapié en alguna verdad de la Palabra de Dios que pudiera ofender a un hermano evangélico. Así es necesario encontrar el mínimo denominador común que todos los cristianos nacidos de nuevo puedan aceptar. Las organizaciones misioneras tacharían de “no esencial” al resto de la Biblia. Después de todo, la unidad (entre cristianos) se considera más importante que le precisión doctrinal.
Es precisamente por esta razón que las sociedades misioneras no se han mostrado dispuestas a examinar cuidadosamente la raíz del problema en la predicación. Los consejos de administración de las misiones vacilan para contestar a la pregunta: “¿Qué es el evangelio?”
El contestar a esta pregunta a fondo supondría condenar lo que predican muchos de sus misioneros. Destruiría la sociedad misionera que depende de una cooperación de iglesias que tienen distintas respuestas a esa pregunta. El adoptar el criterio de una iglesia significaría perder la ayuda de las otras. Todo el sistema construido sobre la base de la unidad y la generalidad se derrumbaría. Tampoco la iglesia local puede ser muy específica respecto a la verdad. Podría afectar a su armonía con la denominación o la asociación. La definición escrupulosa del evangelio provocaría también conflictos con las organizaciones que trabajan entre adolescentes. Promovería irritantes problemas con las juntas directivas de las misiones y embarazosos desacuerdos con misioneros que han sido apoyados durante muchos años. Podría asimismo condenar el programa entero de la Escuela Dominical. El prestar mucha atención al contenido del evangelio produciría fricción con otros evangélicos. ¡Y la unidad es la clave del éxito!
La tradición en el evangelismo
Los evangélicos aman la herencia de la Reforma. Estamos en línea de Lutero y de aquellos que rompieron las cadenas de la superstición papista. La Biblia, la Palabra Santa de Dios, es nuestra guía en todas las cosas. No nos doblegamos ante ninguna autoridad religiosa humana. Esa declaración fluye de un correcto espíritu de suprema lealtad a Dios. Sin embargo, el grito “Sola scriptura” es con frecuencia más una indicación de buenas intenciones que un hecho. El ala evangélica de las iglesias protestantes está saturada de doctrinas y prácticas que no tienen fundamento bíblico. Muchas enseñanzas y costumbres referentes al evangelio son tan invención y tradición humana como lo fueron las indulgencias de Tetzel. Y ciertas doctrinas que hay entre nosotros son igual de peligrosas.
En la cuestión central del camino de la salvación, amplios sectores del protestantismo están entregados al neotradicionalismo. Hemos heredado un sistema de predicación evangelística que no es bíblica. Y esta tradición no es antigua. Nuestro mensaje y forma de predicar el evangelio no se remontan a la Reforma y a sus credos. Son innovaciones mucho más recientes.
Peor aún: no se encuentran en las Escrituras. Es evidente que han surgido de una exégesis superficial y de una descuidada mezcla del racionalismo del siglo XX con la revelación de Dios.
El producto resultante es un conglomerado peligroso -exactamente de la clase que Satanás usa para engañar a los pecadores. ¿Que secta es la que no ha aprendido a emplear versículos de la Biblia y verdades a medias para establecer sus mentiras? Esa ha sido la estrategia del Diablo desde principio (Génesis 3:5). Mediante la venta de otro evangelio a esta generación, Satanás ha estado utilizando a muchos hombres sinceros para predicar un Cristo destronado. La gloria del Salvador queda oculta incluso para sus servidores por causa de que los predicadores no dan la debida atención al evangelio de la Palabra de Dios sola.
Los productores del evangelismo moderno son, con frecuencia, tristes ejemplos de cristianismo. Son personas que hacen una profesión de fe y luego continúan viviendo como el resto del mundo. Las “decisiones por Cristo” significan muy poco. Sólo una pequeña proporción de los que “se deciden” presentan la evidencia de la gracia de Dios en una vida transformada. Cuando la excitación de la última campaña de evangelización se ha esfumado, cuando el coro ya no canta emocionantes himnos, cuando ya no se reúnen las grandes multitudes y cuando la conmovedora esperanza de la “invitación” del evangelista se ha trasladado a otra ciudad, ¿qué queda de real y duradero? Cuando ya sea ha visitado cada casa del pueblo de misión, ¿qué se ha conseguido? Un corazón sincero responderá: “Muy poco”. Se ha hecho mucho ruido y ha habido una conmoción espectacular, pero Dios no ha descendido con su terrorífico poder y su gracia regeneradora.
Todo esto está relacionado con el uso de un mensaje no bíblico en el evangelismo. La verdad necesaria para dar vida ha quedado oculta por la cortina de humo de las invenciones humanas. Sobre la base superficial de la lógica humana se ha inducido a muchos a creer que tienen un derecho a la vida eterna y se les ha dado una seguridad que no les pertenece. Los evangélicos están engrosando las filas de los engañados con un evangelio pervertido. Muchos de lo que han tomado “decisiones” en las iglesias modernas, y se les ha dicho que sus pecados han sido perdonados, se sorprenderán al oír -como los clientes de Tetzel– “Nunca os conocí; apartaos de mí.” (Mateo 7:23).
Muchos del los que leen estas páginas habrán heredado costumbres y enseñanzas que asumirán como la forma correcta del evangelismo. Nunca habréis visto una iglesia viva evangelizar activamente de otra manera, de modo que les habréis puesto en duda. Ya se que hay algunos que afirman tener la teología de la evangelización más exacta, y que no hacen nada para ganar pecadores para Cristo. Por una parte, la ausencia de celo evangelizador es una situación terrible; pero también existe el peligro de un evangelismo no conforme a ciencia. ¿Podrías estar desviando almas o dirigiendo mal las labores de otros cristianos? ¿Has examinado tu mensaje de tus métodos a la luz de la Palabra de Dios?
Pastores, esta no es una pregunta ociosa: ¿Nunca os habéis extrañado de esos “convertidos” que son tan carnales como siempre? ¿Y qué decir de aquellos que “se han decidido por Cristo” y no se puede saber lo que han decidido? No son piadosos como el Salvador en el que profesan creer, ni celosos por su causa. No estudian la Palabra y no se preocupan si están ausentes cuando es predicada. En consecuencia se puede saber que no dan una evidencia de verdadera conversión. ¿Has considerado la posibilidad que nunca fueron evangelizados? ¿Acaso han sido tu predicación y tus métodos los que les ha guiado a sentirse a gusto con Cristo?
A menos que nuestras iglesias se repiensen lo que es el camino de la salvación mediante una sincera búsqueda en la Palabra de Dios, el protestantismo evangélico se asfixiará en la ciénaga de las tradiciones humanas, como le sucedió a Roma mucho tiempo atrás. Ya hay muchos evangélicos que se ven tristemente maniatados como lo están los ignorantes vasallos del Papa. No se puede pretender la unidad a expensas del evangelio.
Muchos casos concretos del evangelismo personal de nuestro Señor y muchos sermones apostólicos servirían muy bien para definir lo que es el evangelio. Hemos elegido la entrevista de Jesús con el joven rico porque es un ejemplo vivo de los elementos esenciales de la predicación del evangelio, según encontramos por todo el Nuevo Testamento. Las palabras de Marcos 10:17-27 resaltan en claro contraste con la doctrina prevalente de los evangélicos de hoy. La diferencia entre el evangelio actual y el evangelio de Jesús no consiste en pequeños detalles sino en la esencia de la cuestión. Las desviaciones modernas son lo bastante graves como para entristecer al Espíritu y dar como resultado unas redes vacías. Son tan peligrosas que pueden desviar a las almas por toda la eternidad.
Algunos irán a refugiarse de inmediato tras el cómodo escudo del relativismo. La excusa de que “solo es una cuestión de énfasis” se utilizará para eludir un autoexamen profundo de la luz de la Palabra de Dios. Pero los contrastes que resultan de la comparación del Evangelio de Cristo y el “evangelio” popularizado de nuestro tiempo, son cruciales y no periféricos. En el contraste entre estos dos mensajes pueden estar la diferencia entre la vida y la muerte para un alma, y la diferencia entre la vitalidad y la esterilidad para una iglesia.
Ningún cristiano sincero tiene la intención de engañar a los pecadores. Por su amor a las almas, los evangélicos sinceros presentan algunas verdades profundas en su testimonio. Y sin embargo, a causa de la omisión inconsciente de ciertos ingredientes esenciales del evangelio, son muchos los que fracasan en comunicar incluso aquella parte de la Palabra de Dios que intentan explicar. Cuando media verdad se presenta como si fuera toda la verdad, se convierte en falsedad.
Aunque las soluciones pueden ser dolorosas, debes preguntarte si tu iglesia, tus misioneros, tus evangelistas, tus maestros de Escuela Dominical y tú mismo, estáis predicando el evangelio de nuestro Señor. Aunque la respuesta pueda provocar incomodidad, conflictos, malentendidos y pérdida de amigos, no puedes deshonrar a Dios haciendo caso omiso a su verdad. Si no estás dispuesto a estar firme acerca del contenido del evangelio, entonces nunca más hables de celo, el sacrificio y la actividad. Si no estás dispuesto a exigir que la historia que hay que contar a las naciones tiene que ser exactamente la historia de Jesús, ¿para qué continuar con el “evangelismos” y con las “misiones”?
Observa atentamente al Maestro Evangelista de todas las edades. Escucha su mensaje, examina sus motivos y toma nota de sus métodos. Y luego refléjalo en tu propio ministerio. En aquel joven del año 30 d.J.C. verás el rostro de los jóvenes de nuestros tiempos. Para llegar a ellos debes decir lo que el Señor dijo. Para agradar a Dios debes trabajar como Cristo trabajó. ¡Arroja las cadenas de las tradiciones evangélicas! rechaza el tener que pagar la unidad externa con las monedas de la verdad fundamental. En el evangelismo, aprende a seguir al Cristo de la Escritura. Echa mano del evangelio auténtico y desecha el sintético.
Índice
1. La predicación del carácter de Dios
* Las ventajas del joven rico
* La reprensión de Jesús
* El motivo de Jesús
* El mensaje de Jesús
2.- La predicación de la Ley de Dios
* Los primeros nueve mandamientos
* El décimo mandamiento
3.- La predicación del arrepentimiento
4.- La predicación de la fe en el hijo de Dios
5.- La predicación de la confianza de ser aceptado por Dios.
CHINA es el mayor FABRICANTE de BIBLIAS, pero las restringe en su territorio
China es un país que se reconoce oficialmente ateo desde el ascenso del partido comunista al poder en la década de los cuarenta.
Sin embargo, a pesar de que es el país con el mayor número de ateos en todo el planeta, tiene una gran paradoja en su interior: China es el principal fabricante de biblias del mundo, aún así al interior de su territorio, el gobierno impone fuertes restricciones a la distribución del texto bíblico y grandes barreras a la práctica de la fe cristiana y de otras confesiones religiosas.
¿Cómo ha llegado China a esta paradoja? ¿Por qué al gobierno chino parece no importarle beneficiarse económicamente del crecimiento de la fe cristiana a nivel mundial, mientras que impone fuertes restricciones a la práctica de la fe al interior del país?
Y ¿CÓMO ESCUCHARÁN SIN UN PREDICADOR? UNA TEOLOGÍA BÍBLICA DE ROMANOS 9-11
Gregory H. Harris
IMAGEN TOMADA DE: PRIMEROSCRISTIANOS.COM
Profesor Emérito de Exposición Bíblica en The Master’s Seminary
Romanos 10:14 (“¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?”) y los versículos que lo acompañan se usan frecuentemente completamente fuera de contexto para las ordenaciones o los servicios de comisión misionera, como si en estos versículos Dios está llamando a que se envíen predicadores. Otros predicadores y maestros omiten completamente Romanos 9-11 en gran parte o toda su enseñanza o predicación, y, por defecto, estos versículos no tienen ninguna influencia en su teología. Como este artículo mostrará, estas Escrituras inspiradas por el Espíritu Santo: (1) No son preguntas retóricas hechas por Dios; (2) más bien son parte de las respuestas de Dios dadas por medio del apóstol Pablo en cuanto a su confiabilidad y omnipotencia, particularmente relacionadas con su Palabra. Además, (3) cuando “la plenitud de los gentiles haya entrado”, esto también significará que “el endurecimiento parcial del Israel [nacional]” ha terminado y así se cumplirá Romanos 11:25, (4) cuando el Libertador de Israel venga de Sión y a través de la sangre del Nuevo Pacto, Él removerá su pecado e impiedad del remanente judío prometido, (5) finalmente bendiciendo al mundo entero de judíos y gentiles redimidos.
Introducción Dos pasajes de la Escritura se usan frecuentemente en los servicios de comisión de pastores y misioneros, o como un llamado a la predicación/enseñanza expositiva:
Isaías 6:8 “Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí.”
Romanos 10:14-15 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡Cuan hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien!
Aquí hay algunos ejemplos de tal interpretación y uso, específicamente Romanos 10:14-15.
D.Martyn Lloyd-Jones: “Estos versículos [Rom 10:14-15] son la gran carta para las empresas de misiones extranjeras. Se aplican, por supuesto, a cualquier empresa misionera, pero son en particular, y siempre han sido considerados como, la gran carta para la obra misionera extranjera.” [1]
Ministerios Ligonier: “Los predicadores, además, no pueden ir a menos que la iglesia los envíe, comisionándolos para el ministerio y apoyando sus necesidades físicas (Rom 10:14-15). La tarea de alcanzar a las naciones no la realizan los misioneros solitarios que se lanzan a la tarea por su cuenta. En vez de ello, la iglesia entrena y envía predicadores sanos del evangelio. El Dr. R.C. Sproul escribe en su comentario sobre Romanos que ‘no todos en la iglesia están llamados a ser misioneros, pero cada miembro de la iglesia es responsable de asegurarse de que la actividad misionera se lleve a cabo’. La Gran Comisión no es para unos pocos elegidos, sino que es dada a toda la iglesia. Algunos de nosotros iremos hasta los confines de la tierra. Algunos de nosotros enviaremos misioneros, apoyándolos financieramente y en oración. Pero todos nosotros debemos participar en esta gran obra.” [2]
Steve Lawson: “La Gran Comisión es nuestro manifiesto. Es nuestro mandato. Son nuestras órdenes de marcha desde el cuartel general. Así que esta mañana quiero que veamos algunos versículos extremadamente importantes que bosquejan y nos dan el mandato divino para las misiones. Los encontramos en el capítulo 10 de Romanos. Hoy quiero leer los versículos 13 a 17… En estos versículos el apóstol Pablo está hablando de las misiones. Está hablando de evangelización.[3]
Dios envía personas al ministerio. Jesús explicó en Lucas 10:2, al enviar a los setenta, “La mies es mucha, pero los obreros pocos; rogad, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.” Sin embargo, ni Romanos 10:14-15 ni Isaías 6:8 son los puntos de partida apropiados para la enseñanza bíblica sobre el envío de los obreros del ministerio, de lo contrario la interpretación exacta de estos versículos será sacrificada. Los contextos de los versículos revelan una usanza totalmente diferente de Dios, con significados que son eternamente profundos y consecuentes en cuanto a las cosas pasadas, presentes y futuras, de maneras distintas.[4]
Un amplio recorrido por Romanos. La Epístola que Pablo compuso a la(s) iglesia(s) de Roma no fue un mensaje evangelístico a la ciudad de Roma. La naturaleza cristiana de esta epístola inspirada por el Espíritu se ve fácilmente en los primeros versículos de Romanos 1:1-7:
Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que Él ya había prometido por medio de sus profetas en las santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, que nació de la descendencia de David según la carne, y que fue declarado Hijo de Dios con poder, conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los gentiles, por amor a su nombre; entre los cuales estáis también vosotros, llamados de Jesucristo; a todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos: Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.[5]
Pablo escribió además, en el versículo 15: “Estoy deseoso de anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.” Escribió acerca de lo ansioso que estaba de predicar el evangelio a los cristianos y a los no salvos en Roma. ¿Por qué los Cristianos que ya habían recibido el evangelio necesitan escuchar el evangelio que Pablo predicó? Una gran parte de la respuesta fue que Pablo quería usar Roma como su base de operaciones, especialmente a la luz de su deseo de continuar sus viajes misioneros a España, como se ve en Romanos 15:20-25:
20 De esta manera me esforcé en anunciar el evangelio, no donde Cristo ya era conocido, para no edificar sobre el fundamento de otro; 21 sino como está escrito:
Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de Él, verán, y los que no han oído, entenderán.
22 Por esta razón muchas veces me he visto impedido de ir a vosotros, 23 pero ahora, no quedando ya más lugares para mí en estas regiones, y puesto que por muchos años he tenido un gran deseo de ir a vosotros, 24 cuando vaya a España iré a vosotros. Porque espero veros al pasar y que me ayudéis a continuar hacia allá, después de que haya disfrutado un poco de vuestra compañía. 25 Pero ahora voy a Jerusalén para el servicio de los santos,
Bajo la soberanía de Dios, Pablo tenía diferentes razones para escribir la epístola a los Cristianos en Roma. Primero, era una medida preventiva/protectora contra los falsos maestros/falsos apóstoles. Anteriormente, de cada lugar después de que Pablo había salido de una iglesia o iglesias, los falsos maestros siempre se colaban y atacaban las iglesias, causando mucho daño espiritual como se muestra en Gálatas, 1 y 2 Tesalonicenses, y 1 y 2 Corintios. Segundo, esto le dio a Pablo la oportunidad de escribirles de antemano las verdades bíblicas que él había enseñado/estaría enseñando.[6] Pablo no fue el fundador de la iglesia en Roma. En Hechos 2:10, con el nacimiento de la iglesia y el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés, los romanos son parte de la gente que asistió ese día: “de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia alrededor de Cirene, viajeros de Roma [literalmente “los romanos residentes”], tanto judíos como prosélitos.”[7] Los romanos salvados ese día probablemente fueron los que Dios usó para fundar la iglesia en Roma.[8] Así que, sin que Pablo haya conocido previamente a la mayoría de ellos, si la iglesia en Roma iba a ser su base misionera, Pablo debía tener a su iglesia de origen en acuerdo doctrinal antes de poder confiar en que los falsos maestros no vendrían después de que él se fuera y engañaran a la iglesia en Roma.
La tercera razón por la que Pablo escribió Romanos fue en vista de la mentalidad de los romanos no salvos y los obstáculos que podían impedir que muchos otros recibieran el evangelio. Como el texto bíblico mostrará, dos preguntas específicamente importantes tenían que ser tratadas. Primero, ¿cómo puede alguien decir que Jesús es el Cristo/Mesías y el Hijo de Dios cuando su propio pueblo Israel lo rechazó? Segundo, ¿cómo puede alguien decir que el Dios de la Biblia es en realidad el Dios que dice la verdad, y que Su Palabra es verdadera? No solo la mayoría de los Judíos rechazaron al Mesías de Dios – incluyendo a la mayoría de los Judíos hasta el presente – sino que también la mayoría de lo que está escrito en el Antiguo Testamento, especialmente las profecías, aún no se ha hecho realidad.
En términos más amplios, estas son las divisiones del libro: Romanos 1-11 es la porción doctrinal, y 12:1-15:13 es la sección de aplicación de las verdades bíblicas en la vida piadosa. La sección de aplicación de Romanos comienza con estos versículos familiares para muchos, 12:1-2: “Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.”
Pablo siguió estos versículos con muchos saludos informativos a diferentes personas (15:14-16:24), y concluyó con una hermosa y doctrinalmente rica bendición, en Romanos 16:25-27:
Y a aquel que es poderoso para afirmaros conforme a mi evangelio y a la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que ha sido mantenido en secreto durante siglos sin fin, pero que ahora ha sido manifestado, y por las Escrituras de los profetas, conforme al mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las naciones para guiarlas a la obediencia de la fe, al único y sabio Dios, por medio de Jesucristo, sea la gloria para siempre. Amén.
La primera porción doctrinal importante de la epístola está en Romanos 1:18-5:21 y presenta la doctrina de la justificación por la fe en la obra terminada del Señor Jesucristo.[9] Debe enfatizarse que no es justo decir “justificación por la fe.” Debe haber algún objeto de esa fe, especialmente un objeto de fe aceptado por Dios como satisfacción suficiente para la salvación de uno. No es solamente la fe, sino que hasta los demonios tienen la fe para creer que hay un solo Dios (Stg 2:19). Por lo tanto, una creencia amplia en Dios no es suficiente aquí. Tal fe salvadora está puesta únicamente en la persona y la obra terminada del Señor Jesucristo, su vida perfecta y su sacrificio perfecto, aceptada por Dios en nuestro favor por aquellos que ya ha redimido o por aquellos a quienes redimirá.
En términos generales, Pablo comenzó con las malas noticias en Romanos 1:18-3:20 de que todos los humanos – excepto Jesús mismo – están condenados ante Dios por cada pecado que han cometido, lo que hace apropiado que la ira de Dios sea derramada sobre ellos. No hay individuos, grupos o personas justas, y esto es cierto para los gentiles, cierto para los judíos, a través de todo el tiempo (Romanos 3:9-18). Después de establecer bíblicamente las malas noticias de la condenación total de cada persona nacida naturalmente, Pablo empezó a construir el argumento para “las buenas noticias,” el evangelio del Señor Jesucristo. Hasta qué punto estas buenas noticias significan para nosotros en nuestra posición ante Dios es contestado -entre otros lugares- en Romanos 5:1-2: “Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.” Romanos 5:9-11 continúa con otros beneficios maravillosos de la salvación que Dios da a los redimidos: “Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él. Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.”
La segunda gran división de la porción doctrinal del libro de Romanos es 6:1-8:17, presentando la doctrina de la santificación posicional, la cual enfatiza que la santificación posicional es un estatus espiritual otorgado a todos los cristianos por Dios en el punto de salvación. Los redimidos actualmente poseen este estatus espiritual en Cristo Jesús, pero tendrán que esperar hasta el cielo para ver la plenitud de muchas de estas benditas promesas. Tal énfasis es resaltado por John MacArthur y Richard Mayhue:
Así, cuando el Espíritu imparte vida espiritual en el alma del pecador muerto, abriendo sus ojos a la inmundicia del pecado y a la gloria de Jesús (2 Cor 4:4, 6), la naturaleza del hombre es santificada -definitivamente transformada de la muerte espiritual a la vida espiritual, de tal manera que la Escritura lo llama una nueva creación (2 Cor 5:17)…. Por esta razón, el Nuevo Testamento emplea a menudo la terminología de la santificación en tiempo pasado, caracterizando al cristiano como alguien que ha sido inicialmente santificado por Dios.[10]
La instrucción de Pablo acerca de la santificación progresiva del cristiano -vivir la vida y el andar cristiano, y crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo – no comienza hasta Romanos 12:1 (“Os ruego, hermanos, que presentéis vuestros cuerpos…”). En esta porción doctrinal de Romanos, Pablo escribió acerca de la santificación posicional dando muy pocos mandatos durante esta sección; en cambio, Pablo repitió las verdades doctrinales bíblicas que son verdaderas para cada cristiano.
En Romanos 6:11, Pablo escribió que aquellos justificados por Jesucristo están muertos al pecado como amo sobre nosotros: “Aún así, considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.” En Romanos 7, Pablo instruyó que el creyente está muerto a la ley como el amo que gobierna sobre los redimidos. Sin embargo, también reconoció la lucha presente que vendrá, y a menudo gana, al cristiano que está viviendo estas verdades, como demuestra Romanos 7:24-25: “¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte? Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado.” De hecho, tan grandes y maravillosas son estas verdades que son aplicables para los redimidos que podemos regocijarnos por tales verdades doctrinales en Romanos 8:1-2: “Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.”
Romanos 8:18-39 es la tercera parte de la sección doctrinal de Romanos. Dios Espíritu Santo, a través del Apóstol Pablo, revela la glorificación futura de los redimidos y de la tierra, que no sólo se relaciona con muchos de los problemas de la situación actual sino que también mira hacia el futuro. Romanos 8:18-21 muestra que esto es cierto:
Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios.
Matt Waymeyer muestra cómo muchos amilenaristas consideran las verdades bíblicas de Romanos 8:17-23 como “su argumento final” en su caso contra el premilenarismo:
Los amilenaristas también señalan a Rom 8:17-23 como una indicación de que el pecado y la muerte ya no existirán después de la Segunda Venida. En este pasaje, no sólo la creación misma “será liberada de su esclavitud a la corrupción” (21), sino que los hijos de Dios serán glorificados con Cristo, siendo completamente liberados del pecado (17-23). Pablo se refiere específicamente a ser “glorificados” con Cristo (17); “la gloria que nos ha de ser revelada” (18); “la revelación de los hijos de Dios” (19); “la gloria de los hijos de Dios” (21); y “nuestra adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo” (23). De acuerdo a los amilenaristas, esto indica que la Segunda Venida será un tiempo de liberación total del pecado y de todos sus efectos, un tiempo en el que la maldición será levantada y todo rastro de maldad será removido de la totalidad del orden creado, incluyendo a los hijos de Dios. Por lo tanto, se dice que Romanos 8:17-23 excluye claramente la posibilidad de un reino intermedio en el que el pecado y la muerte continúen después de la Segunda Venida (Venema, The Promise of the Future, 94; Riddlebarger, A Case for Amillennialism, 166; Hoekema, The Bible and the Future, 282; Storms, Kingdom Come, 153–54; 551). [11]
Mientras que se anticipa fervientemente y anhela las glorias de Dios que vendrán y que afectarán al mundo entero, la sección doctrinal no termina en Romanos 8, sin importar si encaja o no en la teología preestablecida de uno. Los próximos capítulos también son parte del “evangelio de Dios” que Dios le dio al apóstol Pablo (Romanos 1:1).
Romanos 9-11 debe ser considerado como la cuarta y última parte de la porción doctrinal de Romanos. Esta sección explica mucho acerca del pueblo judío, su futuro y su relación con las promesas y las obras de Dios. Estos capítulos son tan verdades doctrinales inspiradas por el Espíritu como cualquiera de las maravillosas promesas de Dios que se encuentran en Romanos 5 o Romanos 8, por ejemplo. Tristemente, sin embargo, esta verdad doctrinal está lejos de ser aceptada universalmente por muchos expositores que a propósito ignoran mucho o todo el contenido de Romanos 9-11, porque no se alinea con su escatología previamente establecida. Por lo tanto, esta sección sobre el Israel nacional es igual de doctrina -no opinión, y no opcional – si uno va a predicar y enseñar la Palabra de Dios de manera correcta. Pablo dijo en Romanos 1:1 que fue apartado para el evangelio de Dios, el evangelio que incluye a Romanos 9-11.[12]
Es en esta sección de Romanos que Dios el Espíritu Santo a través del apóstol Pablo se dirigió a las dos preguntas críticas de cómo Jesús podría ser el Mesías de Dios si incluso su propio pueblo lo rechazaba, y cómo Dios puede ser el Dios Todopoderoso si su propia Palabra no se ha hecho realidad todavía. Esta última pregunta se hace porque la Biblia contiene muchas profecías-especialmente en el Antiguo Testamento-que aún no se han cumplido. Ambas son preguntas que los escépticos y los críticos de Dios y Su Palabra todavía usan actualmente.[13]
Como consideración final, Gentry y Wellum, en los versículos iniciales de Kingdom Through Covenant (El Reino a Través del Pacto), hacen afirmaciones conformes respecto a los pactos de Dios:
El propósito de este libro es demostrar dos afirmaciones. Primero, queremos mostrar cuán central es el concepto de “pacto” en la estructura de la trama narrativa de la Biblia, y segundo, cómo un número de diferencias teológicas cruciales, y la resolución de esas diferencias, están directamente ligadas a la comprensión de uno de cómo los pactos bíblicos se desarrollan y se relacionan entre sí…. En cambio, afirmamos que los pactos forman la columna vertebral de la meta-narrativa de la Escritura y, por lo tanto, es esencial “juntarlos” correctamente para discernir con precisión “todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27).[14]
Además, escriben:
Michael Horton capta muy bien este punto cuando escribe que los pactos bíblicos son “la estructura arquitectónica que creemos que las mismas Escrituras nos dan…. No es simplemente el concepto del pacto, sino la existencia concreta de los tratos del pacto de Dios en nuestra historia que provee el contexto dentro del cual reconocemos la unidad de las Escrituras en medio de su variedad remarcable.” Si este es el caso, el cual afirmamos que es, aparte de entender apropiadamente la naturaleza de los pactos bíblicos y cómo se relacionan entre sí, uno no discernirá correctamente el mensaje de la Biblia y por lo tanto la auto-revelación de Dios que se centra [sic] y culmina en nuestro Señor Jesucristo.[15]
Se hará evidente que lo que difiere enormemente es la identificación y/o la implementación de lo que son los pactos de Dios, así como su importancia. Esto se debe a que la sección de Romanos 9-11 tiene muy poco que ver con el entendimiento de Gentry y Wellum de la Biblia como un todo, especialmente de sus pactos. Moo afirma correctamente: “¿Es esta sección, entonces, un desvío de la línea principal del argumento de Pablo en Romanos, un excurso que interrumpe el flujo natural de la carta? No, en absoluto. Romanos 9-11 es una parte importante e integral de la carta. Aquellos que relegan los capítulos 9-11 a la periferia de Romanos han malinterpretado el propósito de Rom 9-11, o de la carta, o de ambos.”[16]
La Importancia Teológica De La Doctrina Bíblica De Romanos 9:1-5 Los versículos introductorios de Romanos 9:1-5 comienzan la cuarta y última parte de la sección doctrinal de Romanos 9-11 al enumerar algunos de los maravillosos beneficios/bendiciones que Dios ha dado al pueblo judío. La ESV tradujo estos versículos iniciales de la siguiente manera:
Estoy hablando verdad en Cristo, no estoy mintiendo; mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo de que tengo una gran pena y una angustia incesante en mi corazón. Porque podría desear que yo mismo fuera maldito y cortado de Cristo por causa de mis hermanos, mis parientes según la carne. Son israelitas, y a ellos pertenecen la adopción, la gloria, los pactos, la entrega de la ley, el culto y las promesas. A ellos pertenecen los patriarcas, y de su raza, según la carne, es el Cristo, que es Dios sobre todo, bendito por siempre. Amén.[17]
Al escribir acerca de sus compañeros judíos, Pablo declara en el versículo 4, “Son israelitas, y a ellos pertenece la adopción, la gloria, los pactos, la entrega de la ley, el servicio del templo y las promesas” (énfasis añadido). Se debe hacer especial mención de que todos estos privilegios pertenecen actualmente -no en tiempo pasado- al pueblo judío, a pesar de que los servicios del templo, que estaban funcionando en ese momento, pronto terminarán por un período prolongado a partir del año 70 d.C. Esto no significa que todo judío es salvo, pero sí muestra, si se limita a esta única verdad doctrinal, que “a ellos pertenecen… los pactos” (plural αἱ διαθῆκαι ).
Hay diferentes maneras en que los amilenaristas responden a lo que significan estos versículos de apertura y cómo deben ser interpretados. Por mucho, la respuesta más fácil es la que se encuentra en Kingdom Through Covenant, de Gentry y Wellum, que no incluye Romanos 9:1-5 en su índice bíblico. Parece evidente que estos versículos no desempeñan ningún papel en su interpretación de la Biblia. Morris reconoce al menos que estas promesas enumeradas sí existen, pero ve que “los pactos [que todavía pertenecen a los judíos en Romanos 9:4] son tal vez sorprendentes.”[18] Luego recorre un amplio espectro de posibles opciones interpretativas, algunas de ellas más bien esotéricas. Sam Storms, en Kingdom Come, escribe:
La clave de la argumentación de Pablo en Romanos 11 es un problema que abordó en Romanos 9:1-5, al que debo referirme brevemente. Si Israel es la gente del pacto de Dios a la que se le han dado muchos privilegios gloriosos (9:4-5), ¿cómo es posible que tan pocos sean salvos y tantos malditos estén separados de Cristo (9:1-3)? ¿Ha fallado la “palabra” de Dios, su promesa de pacto y propósito eterno? ¿La incredulidad de la mayoría de los parientes de Pablo según la carne ha frustrado el decreto salvífico de Dios, socavando así la confiabilidad y la fidelidad de la palabra de Dios? La respuesta de Pablo a esto es un rotundo ¡No! Él trabajará para demostrar que el propósito eterno de Dios nunca incluyó la salvación de cada judío étnico. Su incredulidad, por lo tanto, difícilmente puede ser citada como evidencia contra la veracidad e inmutabilidad de la palabra de Dios.[19]
A favor de Storms, en contra de Wellum y Gentry, al menos trata algunas de las cuestiones que comienzan en Romanos 9-11, pero lo hace de una manera un tanto volátil. Primero, pregunta, “Si Israel es el pueblo de Dios a quien se le han dado muchos privilegios gloriosos (9:4-5)…,” pero luego mantiene estos versículos cerrados. De las promesas gloriosas dadas al pueblo judío, escribe: “Son israelitas, y a ellos pertenece la adopción, la gloria, los pactos, la entrega de la ley, el servicio del templo y las promesas.”[20] En segundo lugar, Storms lleva a cabo la eisegesis, trayendo sobre el texto su propia interpretación: “¿Ha fallado la “palabra” de Dios, su promesa de pacto y propósito eterno?.”[21] Storms escribe “su promesa de pacto” (singular), pero el texto del que escribe (Rom 9:4) registra que “a ellos pertenecen… los pactos” (plural). La reducción de dos pactos en este pasaje a un solo pacto es algo que se trae al texto basado en un sesgo teológico predeterminado y no se toma del texto mismo.
De Romanos 9:1-5 (especialmente el v. 4), ¿qué pactos le pertenecen todavía al pueblo judío hasta hoy, cuando la iglesia se ha establecido y el evangelio va a los gentiles? Todos los nacidos reciben el beneficio del Pacto con Noé, incluyendo los animales. Las promesas eternas de Dios en el Pacto con Abraham todavía pertenecen al pueblo judío. El Pacto mosaico ya había pasado por ese tiempo, así que, junto con el Pacto abrahámico (por ejemplo, Génesis 17:7-8), Pablo también se habría estado refiriendo al Pacto Davídico y al Nuevo Pacto como pertenecientes todavía al pueblo judío. Esto está claramente explicado y debe ser fácilmente entendido: esta es verdad/doctrina bíblica de Dios. Pablo podría haber escrito sólo una frase para decir que “los pactos de Dios solían pertenecer al pueblo judío, pero ahora ya no tienen relevancia ni beneficios de estos pactos basados en todos los pecados que el pueblo judío ha cometido, especialmente al matar al Mesías de Dios.” Pero Pablo no escribió eso… de hecho, escribió justo lo contrario.
La Doctrina Bíblica de Romanos 9:6-19 Romanos 9:6a establece la argumentación contra una pregunta anterior (“Pero no es que la palabra de Dios haya fallado”), en cuanto a si la Palabra de Dios falló porque lo que Él había prometido todavía no se había cumplido. Lo que sigue en el resto de Romanos 9:6-29 es la sección sobre cómo el Espíritu Santo “por medio del apóstol Pablo” responde a estas preguntas. Para empezar, Dios en Su soberanía escogió al pueblo judío como un pueblo selecto, en esencia, porque Él quiso. Los versículos 22-24 muestran que Dios hizo esto como parte de Sus propósitos divinos generales: “¿Y qué, si Dios, aunque dispuesto a demostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción? Lo hizo para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano Él preparó para gloria, es decir, nosotros, a quienes también llamó, no solo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles.”
Mientras que Romanos 9 muestra a Dios escogiendo al Israel nacional, es necesario establecer que otras Escrituras prueban que Dios en Su soberanía prometió salvar a un remanente del pueblo judío. Cuando Dios comisionó a Isaías, Yahvé reveló su promesa de que salvaría “la décima parte” del Israel nacional (Isaías 6:13). Más tarde, y de manera apropiada, la sección de Isaías a la que a menudo se hace referencia como “el libro de Emanuel” (Is 7-12) registra muchas profecías y promesas acerca de la persona y la obra del Mesías de Dios.[22] Dentro de la sección del libro de Emanuel viene la promesa de un futuro regalo de gracia de Dios a una porción del pueblo judío en algún momento no revelado de la historia futura. Isaías 10:20-23 revela esta promesa:
Sucederá en aquel día que el remanente de Israel y los de la casa de Jacob que hayan escapado, no volverán a apoyarse más en el que los hirió, sino que en verdad se apoyarán en el Señor, el Santo de Israel.
Un remanente volverá, el remanente de Jacob, al Dios poderoso.
Pues aunque tu pueblo, oh Israel, sea como la arena del mar, solo un remanente de él volverá; la destrucción está decidida, rebosando justicia.
Pues una destrucción completa, ya decretada, ejecutará el Señor, Dios de los ejércitos, en medio de toda la tierra. (Énfasis añadido)
La palabra “remanente” aparece cuatro veces en el pasaje, lo cual es vital para la verdad bíblica. Aparte de haber desarrollado un fuerte sesgo teológico en contra de esta doctrina, ¿por qué alguien no aceptaría que esta es la promesa de Dios de lo que haría en algún momento en el futuro por un remanente del pueblo judío que Él redimirá? La cita se relaciona directamente con el Mesías prometido por Dios (Isaías 7-12). Además, si Dios no quiso decir que algún día salvaría a un remanente del pueblo judío, ¿qué quiso decir exactamente con la repetición, y cómo podría uno darle sentido a cualquier otra cosa que Dios dijera?
Siglos después del tiempo de Isaías, Dios prometió en Zacarías 13:8-9 que en los tiempos de los gentiles durante la tribulación, Yahvé traerá el tercio restante del pueblo judío de vuelta a Él en plena obediencia al pacto y la restauración de la fraternidad con Él. Incluido en esto está su aceptación completa de ese remanente en ese tiempo, después de que los salve:
Y sucederá en toda la tierra —declara el Señor— que dos partes serán cortadas en ella, y perecerán; pero la tercera quedará en ella.
Y meteré la tercera parte en el fuego, los refinaré como se refina la plata, y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre, y yo le responderé; diré: «Él es mi pueblo», y él dirá: «El Señor es mi Dios»
Con la doctrina bíblica de la promesa de Yahweh de salvar a un remanente judío, un tercio de ellos durante la Tribulación, Pablo citó Isaías 10:22-23 en Romanos 9:27-28: “Isaías también exclama en cuanto a Israel: Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, solo el remanente será salvo; porque el Señor ejecutará su palabra sobre la tierra cabalmente y con brevedad.’” Continuando su enseñanza sobre el remanente judío, en vez de mirar hacia el futuro, Pablo miró hacia atrás. Citó Isaías 1:9, del panorama general del libro de Isaías (caps. 1-5): aun con la profundidad del pecado del Israel nacional, la total fidelidad de Dios para cumplir sus propias promesas continúa. En Romanos 9:29 escribió: “Y como Isaías predijo: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia, hubiéramos llegado a ser como Sodoma, y hechos semejantes a Gomorra.”
La promesa y la obra de Dios de mantener un remanente del pueblo judío, en el contexto de Isaías 1:9, estaba en medio de la magnitud del pecado del Israel nacional ante Él. Si Dios había querido destruir o rechazar al pueblo judío, tuvo muchas oportunidades de hacerlo. Tristemente, en esta sección, el pecado del Israel colectivo y nacional se mostró tan grande o peor que el pecado de Sodoma y Gomorra, lo cual es una proporción asombrosa. Sin embargo, Dios todavía prometió cumplir fielmente Su Palabra, no solo preservando un remanente del pueblo judío, sino también salvando a un tercio de ellos en el futuro, durante la Tribulación (Zacarías 13:8-9). Cumplir estas promesas es totalmente por la gracia de Dios solamente, es totalmente por la fidelidad de Dios a Su Palabra y es otro ejemplo bíblico de que Dios escogió obligarse a Sí mismo por Su propia Escritura. Yahweh tiene que mantener el Israel nacional hasta el final de la tribulación, y más allá, para que pueda salvar a un tercio del remanente después de que dos tercios del pueblo judío sean destruidos durante ese tiempo.
Por lo tanto, en la lógica de Dios en la primera parte de la respuesta de cuatro partes que se encuentra en Romanos 9-11, el Espíritu Santo por medio del apóstol Pablo, después de mostrar las promesas ganadas, la selección divina y los privilegios que había dado al pueblo judío, incluyó que sus pactos con ellos todavía estaban vigentes, aunque no se habían revelado en su totalidad todavía. Romanos 9 muestra cómo Dios había formado y mantenido soberanamente al pueblo judío como la nación judía, y armoniza con pasajes anteriores, tales como Zacarías 13:8-9, donde Dios esperaba con anticipación “los últimos días”/final de los días en los que Él actuaría soberanamente para remover a dos tercios del pueblo judío y traer a la tercera parte del pueblo judío “a través de la vara/bajo la vara” a Sí mismo y aceptarlos, trayéndolos a la obediencia plena del pacto y a la comunión con Él.
Un punto que es relevante para ver la siguiente sección sobre la lógica de Pablo y su respuesta a las preguntas sobre Dios y los judíos involucra la inusual presentación de Pablo del versículo del Antiguo Testamento: “También Isaías clama,” en el 9:27 (énfasis añadido). El uso del tiempo preestablecido es relativamente raro en tales citas del Antiguo Testamento, mientras que el tiempo pasado es mucho más común (por ejemplo, Mateo 4:14: “para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías..”). Se deben destacar varias verdades bíblicas importantes. (1) Que el mensaje del libro de Isaías exclama es similar a la forma en que la Sabiduría clama en Proverbios, de manera continua (e.g. Prov 8:1-9:12). (2) La cita que Pablo usó es en realidad Yahvé clamando, no la persona de Isaías clamando. (3) Esta porción de Isaías con respecto al Israel nacional clama en tiempo presente, no en tiempo pasado – todavía clama hoy con respecto al Israel nacional. (4) Además, Isaías 1:1 y 2:1-4 hablan directamente sobre Judá y Jerusalén y el fin de los días/últimos días. Y finalmente, (5) la fuerza y el enfoque de estos versículos miran a una obra futura que Dios hará, no a una obra pasada que ya ha realizado. El tiempo pasado se hubiera esperado si Dios hubiera terminado con el Israel nacional, con la idea de que Dios hubiera clamado al Israel nacional pero hubiera dejado de hacerlo en algún momento, pero esto no es en absoluto lo que el texto afirma, ni lo que Dios promete hacer.
La Importancia Teológica Y La Bisagra De Romanos 9:30-10:3 Vale la pena notar que las divisiones de capítulos en la Biblia son divisiones hechas por el hombre que son, en su mayoría, precisas y maravillosamente útiles; sin embargo, estas divisiones no son inspiradas, y a veces podrían haber sido ajustadas de alguna manera. Tal es el caso de las divisiones de capítulos de Romanos 9 y 10. En la primera parte de Romanos 9-11, la sección doctrinal va desde Romanos 9:1-29, describiendo cómo Dios soberanamente seleccionó al pueblo judío por Su deseo de hacerlo. En la transición a la segunda parte de la respuesta cuádruple en Romanos 9-11, la respuesta acerca de los Judíos es, Sí, Dios en Su soberanía escogió al Israel nacional. La segunda parte, 9:30-10:3, explica la parte del Israel nacional en su situación actual -incluyendo los asuntos que permanecen hasta el presente día – todo basado en el rechazo pecaminoso de la mayoría del pueblo judío a la Palabra de Dios. Pablo no se refería a cada miembro del pueblo judío, como a aquellos como él que eventualmente recibieron al Mesías Jesús como Salvador y Señor.
En esta sección escribe sobre las severas consecuencias del rechazo de la nación de Israel a Jesús el Mesías, a quien Dios ya había enviado a ellos. Aborda específicamente la razón de la actual pérdida espiritual de la mayoría del pueblo judío y las cuatro razones de su actual situación espiritual, como se ve en Romanos 9:30-10:3:
¿Qué diremos entonces? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, alcanzaron justicia, es decir, la justicia que es por fe; pero Israel, que iba tras una ley de justicia, no alcanzó esa ley. ¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo, tal como está escrito:
He aquí, pongo en Sión una piedra de tropiezo y roca de escandalo; y el que crea en Él no será avergonzado.
Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para su salvación. Porque yo testifico a su favor de que tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento. Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.
El Espíritu Santo, por medio del apóstol Pablo, enumera cuatro pecados específicos que los judíos no redimidos han cometido a nivel nacional hasta el día de hoy. Primero, el Israel no salvo purificó las obras de la ley – no la fe – y sin embargo, con todas sus obras, no han llegado, y nunca llegarán a la justicia bajo la ley por la cual se esfuerzan. ¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras.” (9:32).
Segundo, mientras que muchos de los judíos no salvos trataron o intentan guardar todas las obras de la ley, su pecado más horrible fue el rechazo del Mesías que Dios ya les había enviado. Dios, a través de Pablo, usó dos referencias a las Profecías de la Piedra sobre el Mesías (Romanos 9:32b-33).[23] “Tropezaron en la piedra de tropiezo [de Isaías 8:14, en la sección “El Libro de Emanuel”] tal como está escrito [Isaías 28:16]: HE AQUÍ, PONGO EN SIÓN UNA PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCANDALO; Y EL QUE CREA EN ÉL NO SERÁ AVERGONZADO.”
Así, al explicar el estado espiritual presente del Israel nacional no salvo, Pablo argumentó que no sólo intentan la justificación por obras en vez de por fe, sino que han pecado colectivamente contra Dios al rechazar al Mesías y ahora sufren las consecuencias subsecuentes de no haber recibido a Jesús el Mesías que Dios les había enviado.[24] Aparte de los que son salvos o que serán salvos, el Israel nacional no creyente colectivamente todavía tropieza con la piedra de tropiezo. Dios declara en Isaías 28:16 que Él personalmente colocó la piedra en Sión. Jesucristo es por lo tanto la piedra de tropiezo y una roca para ser tropezada. Sólo hay dos opciones disponibles cuando se trata de Él: la gente “creerá en Él” – en Él, no en ello – o tropezarán eternamente con Él hasta la condenación eterna.
Tercero, en Romanos 10:1-2, Pablo añadió la explicación del estado espiritual actual del Israel nacional no salvo, de aquellos que intentaron la salvación por medio de las obras de la ley en vez de por la fe, que rechazaron el Único objeto de fe al que debían mirar, Jesús el Mesías. Él escribió: “Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para su salvación [el Israel nacional no salvo]. Porque yo testifico a su favor de que tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento.”
Por lo tanto, a la lista de acciones pecaminosas que actualmente realizan se le agregan sus propias “obras de justicia,” tal como las entienden. Muchos judíos no salvos tienen un celo por Dios que no concuerda con el verdadero conocimiento bíblico. Pasajes como Isaías 64:6 revelan cómo Dios ve sus fútiles intentos de hacer obras de justicia: “Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran.”
Cuarto, en esta sección, Pablo explica en Romanos 10:3, “Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.” Muchos que no eran salvos del Israel nacional creían entonces colectivamente y de manera equivocada, como muchos lo hacen actualmente, que al guardar la ley podrían alcanzar la justicia de Dios por sus propios méritos. Esta creencia habría sido cierta para el joven y rico gobernante Saulo de Tarso, el fariseo que más tarde se convirtió en Saulo el cristiano y finalmente en Pablo el apóstol. Tal es la verdad para los judíos ortodoxos hasta el presente y finalmente será verdad para algunos en la Tribulación. Romanos 10:4, sin embargo, muestra la percepción eternamente diferente de la verdad bíblica para los salvos: “Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree.”
Hablando ampliamente, entonces, primero, Dios soberanamente escogió y trajo al Israel nacional a la existencia (Romanos 9:1-29); segundo, el Israel nacional cometió cuatro pecados específicos que explican la pérdida actual de la mayoría de pueblo judío, especialmente al no recibir al Mesías que Dios les había enviado (9:30-10:3); tercero, Romanos 10:4 comienza la tercera parte de las cuatro respuestas de Dios que Él da en la sección doctrinal en los capítulos 9-11.
¿Y Cómo Van A Escuchar Sin Un Predicador? Romanos 10:4-10 era y es la lógica de Pablo, y se divide entre los versículos 4-7 y 8-10. Si alguno de los judíos no salvos afirmaba que el mensaje del evangelio de Dios es inalcanzable porque está oculto en el cielo o inalcanzable en las profundidades del abismo, y por lo tanto está fuera de su alcance, entonces los versículos 4-7 ofrecen la refutación:
Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree. Porque Moisés escribe que el hombre que practica la justicia que es de la ley, vivirá por ella. Pero la justicia que es de la fe, dice así: No digas en tu corazón: «¿Quién subirá al cielo?» (esto es, para hacer bajar a Cristo), o «¿Quién descenderá al abismo?» (esto es, para subir a Cristo de entre los muertos).
Romanos 10:8-10 cuenta que en vez de estar lejos, al contrario, la Palabra de Dios está muy cerca: “Mas, ¿qué dice? CERCA DE TI ESTÁ LA PALABRA, en tu boca y en tu corazón, es decir, la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.” El mensaje del evangelio no estaba fuera del alcance del pueblo judío no salvo, ni tampoco era inalcanzable en su entendimiento. Era y está tan cerca como su boca y su corazón, y es un mensaje que ellos pueden confesar con su boca.
En Romanos 10:11-13 Pablo explicó además cómo los gentiles son salvos de la misma manera y con el mismo mensaje que Dios había dado al Israel nacional, es decir, por Jesús, “la piedra probada” que Dios mismo pondrá en Sión: “Pues la Escritura dice: Todo el que cree en Él no será avergonzado.’ [Isaías 28:16]. Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que le invocan; porque: Todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.”
Es dentro de esta tercera parte de la respuesta de Pablo en cuatro partes, en Romanos 10:14-15, que se plantea la famosa pregunta, “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito [en Isaías 52:7]: ¡Cuan hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien. Es esencial enfatizar que en su contexto, Romanos 10:14-15 no es un llamado general a los expositores de la Biblia ni a los predicadores para que se levanten y sean enviados. Una vez más, Moo ha inferido de manera útil:
Antes de que estudiara o enseñara Romanos, a menudo había oído citar el 10:14-15 en los sermones misioneros para demostrar la necesidad de ‘enviar’ misioneros. Al igual que muchos que escuchaban tales sermones, no tenía un buen sentido del contexto del cual los versículos fueron tomados. Cuando estudié ese contexto, me di cuenta de que la aplicación usual de los versículos no estaba en el blanco. Ese texto no nos anima a enviar misioneros. Más bien, está afirmando que Dios ya lo ha hecho. Ha enviado a personas como Pablo y los demás apóstoles a predicar las buenas nuevas. Israel ha escuchado esa buena noticia, pero no la ha creído. Este es el tema en Romanos 10.[25]
Por lo menos dos preguntas deben ser determinadas en Romanos 10:14-15: (1) ¿Quiénes son “aquellos” de los que Pablo habló cuando preguntó “y cómo oirán” y (2) ¿Cómo respondió Dios a los críticos que podrían haber afirmado que el Israel nacional no recibió el evangelio del Mesías porque nunca se les dijo?
Con respecto a la primera pregunta, el “aquellos” se refiere al Israel nacional no salvo, la mayoría del pueblo judío, a quien Dios había dado muchas oportunidades de escuchar y recibir su evangelio, las que fueron introducidas por primera vez en los primeros versículos de la sección (Rom 9:1-5). Algunos creyeron, pero la mayoría no creyeron ni recibieron al Mesías de Dios, que les había sido dado (Juan 1:11-13). Estas son las mismas personas a las que Pablo llama “mis hermanos, mis parientes según la carne” (Romanos 9:3). En el contexto inmediato, “aquellos” son los que intentaron hacer obras de justicia (y muchos todavía lo hacen o lo intentarán más tarde) en un esfuerzo por asegurar su salvación (9:30-32a). Ellos son los que han tropezado con la piedra de tropiezo de Jesús el Mesías, el Único Dios puesto en Sión, en quien ellos no creerían (9:32b-33). Son el grupo específico con el que Pablo se asoció física y étnicamente, pero no espiritualmente, porque estas personas judías perdidas necesitaban la salvación que se encuentra sólo en Jesucristo (10:1). Ellos son los que tienen un celo por Dios pero no de acuerdo a conocimiento (10:2). Todas estas declaraciones están escritas específicamente sobre el pueblo judío incrédulo.
Siguiendo con la misma lógica, “aquellos” son también el Israel nacional no salvo que ha descuidado la justicia de Dios y que, en cambio, ha buscado establecer su propia justicia. Por consiguiente, “no se sujetaron a la justicia de Dios,” de la cual Cristo es el fin para todo el que cree, y “aquellos” de los que se está escribiendo, con toda seguridad, no creyeron ni recibieron, por lo menos en el momento en que Pablo escribió Romanos (10:3). A ellos son a los que se les ofreció el simple mensaje del evangelio como algo que podrían haber comprendido o creído, si hubieran estado dispuestos a hacerlo.
Muchos de los judíos que se presentarán ante Jesús Mesías en el Juicio del Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-15) argumentarán que nunca tuvieron la oportunidad de escuchar. Al contrario, se les ha dicho repetidamente y todavía se les dice (i.e., Rom 9:27, “También Isaías clama tocante a Israel”), marcando casi tres mil años en los que Dios ha testificado de su Mesías. Los “aquellos” eran los que no creían o recibían este mensaje evangélico maravillosamente simplista pero eternamente profundo, aunque Pablo les recordaba además lo cerca que estaba y está de ellos, y sin embargo lo lejos que está ese mensaje para los corazones judíos no regenerados (cf. 10:8-9, “Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón”). Pablo, y otros enviados por Dios, habían estado predicando la palabra de fe y el evangelio de salvación a través de la obra terminada de Jesús el Mesías al pueblo judío. Los “aquellos” anteriores, son por lo tanto, inequívocamente el pueblo judío no salvo durante la vida de Pablo. Ellos rechazaron y murieron ajenos a la oferta de gracia de Dios a través de Jesús el Mesías y están eternamente condenados. Ellos son los que actualmente rechazan, o los que rechazarán aún durante la tribulación, la oferta de salvación de Dios a través de Jesús el Mesías.
La identidad de los judíos nacionales no salvos continúa ahora y conecta la respuesta de Dios con cualquiera de los judíos que afirmen que nunca escucharon el mensaje del evangelio ni tuvieron la oportunidad de recibirlo. Comenzando con el versículo de contexto inmediato de Romanos 10:13: “porque: TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERÁ SALVO, viene Romanos 10:14: ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” Los versículos siguientes continúan la misma progresión lógica y el mismo argumento: Dios mismo ha enviado profetas, predicadores, y aun Jesús el Mesías mismo para traer a la nación de Israel las buenas nuevas del evangelio de Jesucristo, como se muestra en Romanos 10:15: ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡CUAN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN!
¿Cuál fue la respuesta de la mayoría del pueblo judío a los diferentes medios que Dios usó para traerles el evangelio? Romanos 10:16 lo explica: “Sin embargo, no todos [el pueblo judío no salvo] hicieron caso al evangelio, porque Isaías dice: SEÑOR, ¿QUIÉN HA CREÍDO A NUESTRO ANUNCIO?” Notablemente, la mayoría del pueblo judío no salvo no hizo caso o no recibió el evangelio, un acto que en el fondo es pecado. Las Escrituras muestran claramente que el rechazo de la Palabra de Dios es un asunto de pecado, y uno de los más serios (e.g., Mateo 21:23-32; 23:34-39; Juan 5:37-47; 8:43-47; 12:35-40). La falta de aceptación del evangelio no es un asunto de ignorancia, como si Dios nunca hubiera enviado a nadie al pueblo judío para proclamar su mensaje de salvación. Dios había enviado mensajeros al pueblo judío, por lo menos remontándose a Isaías 53:1: “¿Quién ha creído a nuestro mensaje?” (Isaías 1:1; 2:1-2a). En este contexto, el mensaje era para aquellos judíos que eran desobedientes, es decir, no creyentes que no recibirían la persona y la obra de Jesús el Mesías. El resto de Isaías 53 describe tan hermosamente a aquellos judíos que eventualmente tendrán sus ojos abiertos a la persona y la obra de Jesús el Mesías y serán salvos sobre la misma base en que los gentiles se salvan: solamente por la gracia de Dios y su voluntad predeterminada.
En Romanos 10:17-18, versículos que a menudo se citan fuera de contexto, Pablo continuó con la misma argumentación que hemos visto repetidamente: “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo. Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? Ciertamente que sí: POR TODA LA TIERRA HA SALIDO SU VOZ, Y HASTA LOS CONFINES DEL MUNDO SUS PALABRAS.” Usando la misma línea de razonamiento que antes en el 10:19, el apóstol Pablo pregunta: “Y añado: ¿Acaso Israel no sabía? En primer lugar, Moisés dice: YO OS PROVOCARÉ A CELOS CON UN PUEBLO QUE NO ES PUEBLO; CON UN PUEBLO SIN ENTENDIMIENTO OS PROVOCARÉ A IRA.”
Continuando la misma lógica en el 10:20, Pablo habla del rechazo de Israel nacional a Dios y a Su Mesías: “E Isaías [65:1] es muy osado, y dice: Fui hallado por los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por mí.” A los necios e ingenuos israelitas no salvos que protestarían que Dios nunca les envió ninguna Palabra, y si lo hizo, lo hizo sólo por un corto tiempo, Romanos 10:21 cita de Isaías 65:2: “Pero en cuanto a Israel, dice: TODO EL DÍA HE EXTENDIDO MIS MANOS A UN PUEBLO DESOBEDIENTE Y REBELDE.” Debe enfatizarse que Romanos 10:20-21, citando a Isaías 65:1-2, está claramente en el contexto del Israel nacional no salvo desde los días del Antiguo Testamento hasta el presente y el futuro. Dios ha extendido su mano al pueblo judío desobediente y desafiante durante miles de años. Estas referencias al pueblo judío no incluyen a los judíos salvos en los tiempos del Antiguo Testamento, ni a los judíos salvos en la iglesia en el presente, ni siquiera inicialmente al tercio del remanente judío que Dios salvará en la tribulación (Zacarías 13:8-9).
La Belleza y Lógica Santa de Romanos 11 Recordando que Romanos 9-11 es una sección de Romanos, uno no puede ir solamente a Romanos 9 por sí mismo, ni a Romanos 10 por sí mismo, ni puede uno comenzar en Romanos 11. Son una unidad teológica de la “doctrina de Dios” (Romanos 1:1), verdades que no son opcionales. Por lo tanto, estos tres capítulos deben ser vistos como un todo colectivo.
Para construir sobre la lógica de Romanos 9-10, debemos hacer un breve resumen ordenado: primero, en 9:1-29 Dios establece que Él soberanamente escogió al Israel nacional; segundo, 9:30-10:3 explica la pérdida de la mayoría del pueblo Judío como la consecuencia de cuatro respuestas pecaminosas específicas que llevaron a su presente estado espiritual perdido; y tercero, Romanos 10:4-21 brinda una lógica sólida y lógica para el rechazo repetido y continuo de Israel tanto del Mesías de Dios como de Su mensaje, aún después de la multiplicidad de formas que Dios escogió para llevar Su Palabra al pueblo Judío. Así que, a pesar de los muchos mensajeros, profetas, predicadores-y eventualmente el propio Hijo de Dios, el Mesías-la mayoría del pueblo Judío no salvo (el Israel nacional) rechazó la Palabra de Dios. Es sumamente peligroso rechazar la Palabra de Dios, como se muestra en Isaías 5:24, uno de los muchos pasajes que ejemplifican las consecuencias de la elección pecaminosa y voluntaria del Israel nacional:
Por tanto, como consume el rastrojo la lengua de fuego,
y la hierba seca cae ante la llama,
su raíz como podredumbre se volverá y su flor como polvo será esparcida;
porque desecharon la ley del Señor de los ejércitos,
y despreciaron la palabra del Santo de Israel.
De la respuesta de Dios en cuatro partes en Romanos 9-11 acerca de por qué los judíos no recibieron a su Mesías y no confiaron en la confiabilidad de Dios y Su Palabra, Romanos 9 constituye la primera parte, y Romanos 10 comprende la segunda y tercera parte. Ahora bien, Romanos 11 continúa secuencialmente la respuesta de Dios en la cuarta parte, una parte que debe ser incluida en esta porción doctrinal construida secuencialmente. El no estudiar los tres capítulos bíblicos en el orden en que fueron dados por Dios no sólo reduce el entendimiento de Dios y Su Palabra, eliminando así la lógica santa de Dios, sino que también deja la respuesta al problema incompleta.
A la luz de los pecados y el rechazo de Dios y sus mensajes y mensajeros, la pregunta que debe ser abordada es: ¿Ha rechazado Dios al Israel nacional por todos los pecados que han cometido – incluyendo su parte en la crucifixión de Jesús? Romanos 11:1-4 comienza la última sección de esta sección doctrinal en Romanos y claramente da la respuesta:
Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Elías, cómo suplica a Dios contra Israel: SEÑOR, HAN DADO MUERTE A TUS PROFETAS, HAN DERRIBADO TUS ALTARES; Y YO SOLO HE QUEDADO Y ATENTAN CONTRA MI VIDA? Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: ME HE RESERVADO SIETE MIL HOMBRES QUE NO HAN DOBLADO LA RODILLA A BAAL.
En el tiempo de los pecados increíblemente atroces del Israel nacional colectivo, Elías razonó que él era el único seguidor de Dios que quedaba entre el pueblo judío. La respuesta que Dios dio a su cansado y agobiado profeta fue que Elías no era el único fiel; Dios había guardado para sí mismo a siete mil que no se habían inclinado ante Baal. Este era “el remanente justo” de ese día, escogido por la gracia de Dios. De manera similar, Él ha preservado tal remanente creyente de judíos de la más amplia etnicidad judía, como se declara en Romanos 11:5-6: “Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios. Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra” (énfasis añadido).
En Romanos 11:7-10, los elegidos de Israel han encontrado (y encontrarán) lo que están buscando, pero el resto del pueblo judío no salvo se endureció después de su rechazo a Dios, a Su Palabra y a Su Mesías, con consecuencias desastrosas:
Entonces ¿qué? Aquello que Israel busca no lo ha alcanzado, pero los que fueron escogidos lo alcanzaron y los demás fueron endurecidos; tal como está escrito:
DIOS LES DIO UN ESPÍRITU DE ESTUPOR, OJOS CON QUE NO VEN Y OÍDOS CON QUE NO OYEN, HASTA EL DÍA DE HOY. Y David dice:
SU BANQUETE SE CONVIERTA EN LAZO Y EN TRAMPA,
Y EN PIEDRA DE TROPIEZO Y EN RETRIBUCIÓN PARA ELLOS.
OSCURÉZCANSE SUS OJOS PARA QUE NO PUEDAN VER,
Y DOBLA SUS ESPALDAS PARA SIEMPRE.
Romanos 11:11-12 hace una pregunta pertinente y da la respuesta de Dios concerniente al Israel nacional incrédulo, así como parte de la razón por la que Él eligió trabajar de esta manera: “Digo entonces: ¿Acaso tropezaron para caer? ¡De ningún modo! Pero por su transgresión ha venido la salvación a los gentiles, para causarles celos. Y si su transgresión es riqueza para el mundo, y su fracaso es riqueza para los gentiles, ¡cuánto más será su plenitud!”[26]
A los gentiles, con respecto a esta gracia de Dios en sus vidas, Pablo escribe en los versículos 13-16:
Pero a vosotros hablo, gentiles. Entonces, puesto que yo soy apóstol de los gentiles, honro mi ministerio, si en alguna manera puedo causar celos a mis compatriotas y salvar a algunos de ellos. Porque si el excluirlos a ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? Y si el primer pedazo de masa es santo, también lo es toda la masa; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
A los gentiles que se miran a sí mismos con jactancia, especialmente al despreciar al pueblo judío, Pablo les advierte fuertemente en Romanos 11:17-24:
Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo, no seas arrogante para con las ramas; pero si eres arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino que la raíz es la que te sustenta a ti. Dirás entonces: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado. Muy cierto; fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme. No seas altanero, sino teme; porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; severidad para con los que cayeron, pero para ti, bondad de Dios si permaneces en su bondad; de lo contrario también tú serás cortado. Y también ellos, si no permanecen en su incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. Porque si tú fuiste cortado de lo que por naturaleza es un olivo silvestre, y contra lo que es natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
Sólo por la lógica de la Palabra de Dios en este pasaje, siempre que el pueblo judío “no permanecen en su incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para injertarlos de nuevo.” (Rom. 11:23). La promesa y la esperanza que Dios ha dado al pueblo judío se expresa en la lógica del argumento de Dios: cuánto mejor será cuando “las ramas rotas” (el pueblo judío no salvado) sean salvadas colectivamente por Dios. Entonces se convertirán en el remanente creyente judío, aceptando a Jesús como su Salvador y Redentor, que inicialmente está compuesto por sólo un tercio de ellos durante la Tribulación (Zacarías 13:8-9), además de las multitudes que Dios salvará y que se beneficiarán eternamente a través de la plenitud de los pactos que Él tiene para ellos. Ezequiel 36:32-38 revela lo que sucederá en ese momento, entre muchas otras bendiciones:
No hago esto por vosotros” —declara el Señor Dios— “sabedlo bien. Avergonzaos y abochornaos de vuestra conducta, casa de Israel”.
»Así dice el Señor Dios: “En el día que yo os limpie de todas vuestras iniquidades, haré que las ciudades sean habitadas y las ruinas reedificadas. La tierra desolada será cultivada en vez de ser desolación a la vista de todo el que pasa. Y dirán: Esta tierra desolada se ha hecho como el huerto del Edén; y las ciudades desiertas, desoladas y arruinadas están fortificadas y habitadas. Y las naciones que quedan a vuestro alrededor sabrán que yo, el Señor, he reedificado los lugares en ruinas y plantado lo que estaba desolado; yo, el Señor, he hablado y lo haré”.
»Así dice el Señor Dios: “Aún permitiré a la casa de Israel que me pida hacer esto por ellos: Multiplicar sus hombres como un rebaño. Como el rebaño para los sacrificios, como el rebaño en Jerusalén en sus fiestas señaladas, así se llenarán las ciudades desiertas de rebaños de hombres. Entonces sabrán que yo soy el Señor”».
En Romanos 11:25-27, la salvación del remanente se convierte en algo más que una parte de la conclusión lógica. Ahora se convierte en la Palabra profética de Dios que debe hacerse realidad en algún momento del futuro, cuando los judíos salvos finalmente reciban y acepten la limpieza que viene sólo por la sangre del Nuevo Pacto, ya derramada por su Mesías Jesús:[27]
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis sabios en vuestra propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y así, todo Israel será salvo; tal como está escrito:
EL LIBERTADOR VENDRÁ DE SIÓN;
APARTARÁ LA IMPIEDAD DE JACOB.
Y ESTE ES MI PACTO CON ELLOS,
CUANDO YO QUITE SUS PECADOS.
Siguiendo la lógica bíblica de Romanos 11:25-27 y otros pasajes, emergen ciertas verdades seguras: (1) el Nuevo Pacto es el último pacto que Dios hizo en la Escritura (Jer 31:31-34); (2) el Nuevo Pacto es el único pacto de Dios que no ratificó en el Antiguo Testamento; (3) este pacto fue hecho originalmente con “la casa de Israel y la casa de Judá” (Jer 31:31); (4) la obra futura que Dios hará en Romanos 11:25-27 se presenta como un misterio bíblico;28 un endurecimiento parcial (no total) ha sucedido al Israel nacional incrédulo, y Dios fue el que hizo esto; (6) este misterio tiene un punto final: no ocurrirá “hasta que haya entrado el la plenitud de los gentiles;” (7) este tiempo terminará al principio del reino de Jesús como heredero del Pacto Davídico; (8) todo Israel será salvado, es decir, inicialmente el remanente justo de un tercio del pueblo judío a quien Dios salvará durante la Tribulación (Zacarías 13:(9) cuando el Libertador irá a Sión en Jerusalén, él quitará la impiedad del pueblo judío restante; (10) este es su pacto con ellos, el Nuevo Pacto, resultando en “cuando yo [él mismo personalmente] quitaré sus pecados,” lo cual sólo Jesús, su Redentor y Dios podían hacer, como había prometido tantos siglos antes (cf. Zacarías 13:8-9, Isaías 53 y Ezequiel 36:32-38);29 las citas del Antiguo Testamento que Pablo usó aquí son tomadas de Isaías 59:20-21, y usa principalmente verbos en tiempo futuro; (12) estos versículos se encuentran en la sección escatológica de Isaías 58-66 y son maravillosamente referidos como profecías bíblicas – mandatos divinos – que deben acompañar el regreso del Mesías Jesús a la tierra para reinar, a fin de comenzar el cumplimiento de todo lo que la Biblia dice que sucederá (aunque todavía no se ha cumplido), como la reconstrucción de Jerusalén;[30] y finalmente, (13) cualquier cristiano verdadero (judío o gentil) ya ha recibido y asegurará eternamente los mismos beneficios espirituales que la abrumadora mayoría de los judíos no salvos necesitan tan desesperadamente, como escribió Pablo en referencia a la Mesa del Señor, en 1 Corintios 11:23–26.[31]
Romanos 11:28-32 explica cómo deben ver los gentiles salvos al pueblo judío no salvo:
En cuanto al evangelio, son [el colectivo de personas judías no salvas, especialmente los hostiles.] enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección de Dios, son [el pueblo judío no salvo – especialmente el remanente escatológico] amados por causa de los padres; porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables. Pues así como vosotros [Gentiles] en otro tiempo fuisteis desobedientes a Dios, pero ahora se os ha mostrado misericordia por razón de la desobediencia de ellos [judíos no salvos], así también ahora estos han sido desobedientes, para que por la misericordia mostrada a vosotros, también a ellos ahora les sea mostrada misericordia. Porque Dios ha encerrado a todos en desobediencia para mostrar misericordia a todos.
Romanos 11:33-36 da la alabanza alegre y sensible de Pablo a esta hermosa obra de Dios que tan apropiadamente concluye esta maravillosa sección de la doctrina de Dios en Romanos 9-11: “¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Pues, ¿QUIÉN HA CONOCIDO LA MENTE DEL SEÑOR?, ¿O QUIÉN LLEGO A SER SU CONSEJERO?,¿O QUIÉN LE HA DADO A ÉL PRIMERO PARA QUE SE LE TENGA QUE RECOMPENSAR? Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.”
Resumen y Conclusión Una teología bíblica de Romanos 9-11 tiene perfecto sentido cuando se ve en su contexto y sin imponerle alguna interpretación hermenéutica predeterminada. Es necesario resumir y concluir esta teología bíblica de tres capítulos con cierta extensión, de acuerdo con los siguientes puntos.
(1) Dios usó los eventos del trasfondo para el apóstol Pablo, y la iglesia en Roma, que Pablo quería usar como su base misionera para sus esfuerzos evangelísticos en España.
(2) Debido a que Pablo, “apartado para el evangelio de Dios” (Romanos 1:1), no fundó la iglesia en Roma, Pablo escribió a los romanos para que fueran proactivos contra los falsos maestros, que vendrían más tarde y tratarían de socavar el evangelio. Lo hizo enviando por delante a los romanos las verdades bíblicas que él estaría enseñando, y lo que escribió se convirtió en el libro de Romanos inspirado por el Espíritu Santo.
(3) Parte de lo que Pablo tuvo que tratar en el libro de Romanos implicaba dos preguntas específicas: una, ¿cómo puede alguien decir que Jesús es el Cristo/Mesías, el Hijo de Dios, cuando su propio pueblo Israel lo rechazó? Y dos, ¿cómo puede alguien decir que el Dios de la Biblia es en realidad un Dios que dice la verdad, porque no sólo la mayoría de los judíos de hoy en día rechazan a Su Mesías, sino que la mayoría de lo que está escrito en el Antiguo Testamento-especialmente las profecías-no se ha hecho realidad todavía?
(4) En términos generales, el libro se divide así: Romanos 1-11 es la porción doctrinal, y Romanos 12:1-15:13 es la sección de aplicación de las verdades bíblicas sobre la vida piadosa, comenzando con los versículos con los que muchos están familiarizados: “Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.” (12:1-2). Pablo concluyó con muchos saludos informativos a diferentes personas (15, 14-16, 24) y con una bendición hermosa y doctrinalmente rica (16:25-27).
(5) La sección doctrinal de Romanos incluye 1:18-5:21: la doctrina de la justificación por la fe en la obra terminada del Señor Jesucristo; 6:1-8:17: la doctrina de la santificación posicional; y 8:18-39: la futura glorificación de los redimidos y de la tierra, que no sólo se relaciona con la situación presente, sino que también mira hacia el futuro. Recordando que la sección de aplicación personal no comienza hasta el 12:1, es evidente que Romanos 9-11 es tan parte de la sección doctrinal de Romanos como cualquier otra sección anterior. Dios ha puesto la sección donde pertenece, y uno no puede ser fiel a la Biblia si omite esta sección de su entendimiento doctrinal.
(6) Romanos 9-11 es una sola sección en la carta, así que cada capítulo debe ser estudiado en el orden en que es dado, sin omitir ninguno de los capítulos, ya sea omitiéndolos puramente o haciéndolo por defecto al ignorarlos.
(7) Pablo comenzó la sección en 9:1-5 dirigiéndose a sus compañeros judíos y recordándoles los maravillosos privilegios espirituales que Dios les dio, mediante los cuales señaló específicamente los pactos (en plural), especialmente incluyendo las muchas promesas de Dios dadas a los judíos y al mundo, detalladas en los pactos Abrahámico, Davídico y Nuevo. Pablo no escribió nada sobre los pactos que ya no tenían ninguna relevancia para el pueblo judío debido a su pecado, sino que, de hecho, escribió justo lo contrario.
(8) Romanos 9:6-29 demuestra específicamente que la Palabra de Dios no había fallado y revela cómo Dios en su soberanía y gracia escogió al Israel nacional.
(9) Los ejemplos del Antiguo Testamento revelan la promesa específica de Dios de que Él salvará a un remanente del pueblo judío en algún momento del futuro (ej.: Is 10:20-23; Zac 13:8-9). En Romanos 9:27-28, Pablo citó Isaías 10:22-23, mostrando una vez más que Dios promete salvar en algún momento en el futuro a un remanente, como un remanente del Israel nacional. En Romanos 9:27, citó Isaías 1:9 para dar una triste indicación de la profundidad del pecado del Israel nacional: los pecados de Israel eran tan malos que el pueblo judío habría sido castigado como Sodoma y Gomorra, y sin embargo Yahweh permaneció fiel a Su Palabra.
(10) Romanos 9:30-10:3 cambió el enfoque de la elección soberana de Dios de Israel en el capítulo 9 a las acciones pecaminosas de Israel que llevaron a su condición espiritual actual. Primero, el Israel no salvo fue en pos de las obras de la ley, no la fe. Segundo, los judíos no salvos trataron sistemáticamente de guardar todas las obras de la ley, pero su pecado más atroz fue el rechazo del Mesías que Dios ya les había enviado. Dios, a través de Pablo, usó dos referencias a las profecías de piedra sobre el Mesías (Rom 9:32b-33; Isa 8:14, 28:16). Así, pues, al explicar la condición espiritual actual del Israel nacional no salvo, no sólo intentan la justificación por obras en vez de por fe, sino que han pecado colectivamente contra Dios al rechazar al Mesías, y ahora sufren las consecuencias de sus acciones pecaminosas. Aparte de aquellos Judíos que son salvos o que serán salvos, el Israel nacional incrédulo colectivamente tropieza con la piedra de tropiezo: el Mesías. Dios dice en Isaías 28:16 que Él personalmente colocó la piedra en Sión, dejando sólo dos opciones disponibles para tratar con Él: habrá “el que cree en Él” o aquellos que se tropezarán eternamente con Él. En tercer lugar, en Romanos 10:1-2 Pablo describió al Israel nacional no salvo, señalando que “tienen celo por Dios, pero no conforme al conocimiento.” Y cuarto, en esta sección, Romanos 10:3 explica: “Porque no conociendo la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sujetaron a la justicia de Dios.” Colectiva y erróneamente creyeron que al guardar meticulosamente la ley podrían, por sí mismos, lograr la justicia de Dios.
(11) Pablo argumentó en Romanos 10:4-13 contra cualquiera que afirme que el mensaje del evangelio fue puesto a propósito fuera del alcance del Israel nacional; estaba, y está, increíblemente cerca de ellos.
(12) Por tanto, los versículos 14-15a (“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído?”) no es un llamado general para que se levanten misioneros ni expositores y predicadores de la Biblia. El “aquellos” en “y cómo oirán” es el Israel nacional no salvo, el pueblo judío, a quien Dios le ha dado muchas oportunidades de oír el evangelio de Dios. Algunos creían, pero la mayoría no. “Aquellos” son los mismos en esta sección (Rom 9-11), el pueblo judío, el Israel nacional (Rom 9:1-5), el “hermano de Pablo, mis parientes según la carne” (9:3), que ciertamente sería judío en la etnia.
(13) Los siguientes versículos continúan la misma argumentación: Dios mismo ha enviado profetas, predicadores, y aun Jesús el Mesías para dar a la nación de Israel las buenas nuevas del evangelio de Jesucristo, como se muestra en Romanos 10:14-15, que cita Isaías 52:7.
(14) La respuesta del pueblo judío a los diferentes medios que Dios usó para hacerles llegar el evangelio se resume en Romanos 10:16: “Sin embargo, no todos hicieron caso al evangelio, porque Isaías dice: SEÑOR, ¿QUIÉN HA CREÍDO A NUESTRO ANUNCIO?”
(15) Está bien señalado que la mayoría del pueblo judío no obedeció y sigue sin obedecer al evangelio. Como las Escrituras revelan repetidamente, el rechazo de la Palabra de Dios es un asunto de pecado y uno de los más graves, no un asunto de ignorancia, como si Dios nunca hubiera enviado a nadie al pueblo judío para proclamar Su mensaje de salvación. El resto de Romanos 10 muestra repetidamente, principalmente usando citas del Antiguo Testamento, que Dios repetidamente y persistentemente alcanzó al Israel nacional, pero, en su mayor parte, ellos rechazaron colectivamente a Él, a Su Mesías y al evangelio. Hablando en términos generales, mientras que Romanos 9 argumenta que Dios en Su gracia escogió a Israel, Romanos 10 resalta los pecados de Israel, cometidos por la mayoría del pueblo; su rechazo de la Palabra de Dios es primordial.
(16) El capítulo 11 continúa la cuarta parte de Romanos 9-11 y debe ser incluido en esta porción doctrinal, y debe ser estudiado después de los capítulos 9 y 10, en el orden textual dado por Dios, a fin de llegar a un entendimiento completo de Dios y Su Palabra. Romanos 11:1-4 es claro que, a pesar de los pecados y el rechazo de Dios, Sus mensajes y mensajeros, incluyendo el papel del pueblo en la crucifixión de Jesús, Dios no ha rechazado al Israel nacional.
(17) Además, según 11:5-6, “el remanente justo” de ese día, escogido y preservado por la gracia de Dios, son creyentes de la más amplia etnia judía.
(18) En Romanos 11:25-27 la realidad de un remanente justo llega a ser más que una parte de la conclusión lógica, sino la Palabra profética de Dios que Él debe cumplir en algún momento en el futuro, para que el remanente reciba los beneficios completos del mismo Nuevo Pacto que Dios ya ha usado para salvar a los gentiles.
(19) Siguiendo la lógica bíblica, esta obra futura de Dios se presenta como un misterio bíblico: un endurecimiento parcial (no total) le ha sucedido al Israel nacional incrédulo, y Dios fue el que hizo el endurecimiento.
(20) Este misterio tiene un tiempo final que no ocurrirá “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles,” y esto coincidirá con el comienzo del reino de Jesús como heredero del Pacto Davídico.
(21) Así, basado en todo lo que hemos interpretado lógicamente-especialmente en el contexto total de Romanos 9-11-todo Israel será salvado, es decir, inicialmente con la tercera parte que será un remanente justo del pueblo judío a quien Dios salvará durante el tiempo en que el Libertador vaya a Sión en Jerusalén (Zacarías 13:8-9), además del vasto número de judíos y gentiles que Jesús salvará cuando reine en la tierra durante el Reino Milenario. Él quitará la impiedad del pueblo judío restante, y establecerá el Nuevo Pacto, resultando en la eliminación directa y personal de sus pecados. Sólo Jesús podría cumplir este papel como Redentor, permitiendo así a Dios hacer lo que había prometido hacer muchos siglos antes, comenzando en la Tribulación, salvando inicialmente a un tercio del remanente judío en ese momento (Zacarías 13:8-9).
(22) En conclusión a esta maravillosa sección de la doctrina de Dios, Pablo alaba alegre y apropiadamente a Dios, en Romanos 11:33-36: “¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Pues, ¿QUIÉN HA CONOCIDO LA MENTE DEL SEÑOR?, ¿O QUIÉN LLEGO A SER SU CONSEJERO?,¿O QUIÉN LE HA DADO A ÉL PRIMERO PARA QUE SE LE TENGA QUE RECOMPENSAR? Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.”
Sobre la base de esta teología bíblica, se justifica un último principio para ayudar a aplicar la teología bíblica de Romanos 9-11 a la tarea de la predicación. El principio es simple: la aplicación de un texto bíblico debe hacerse aplicando verdades doctrinales. La aplicación es sólo tan buena como sea precisa dentro de la verdad bíblica, de lo contrario, la gente puede hacer que la Biblia diga lo que quiera que diga, y muy a menudo presentará su aplicación como verdad doctrinal en lugar de que la Palabra de Dios sea la base de su aplicación. El predicador tiene que contestar definitivamente muchas preguntas sobre los judíos (Romanos 9:1-5), sobre cómo la Palabra de Dios no falló de hecho (9:6), sobre cómo el Espíritu Santo a través de esta sección está contestando la acusación de que Él nunca había enviado a ningún predicador al Israel nacional, y que Romanos 9-11 es la parte última de la sección doctrinal.
El dilema que enfrenta el expositor es común: ¿Puede el predicador mantener la integridad doctrinal de este segmento de tres capítulos y aún así hacer una aplicación a las misiones? Dándose cuenta de que Romanos 10:14-15 son los textos favoritos de muchos cristianos, iglesias y agencias que envían misioneros, ¿cómo se puede hacer una aplicación de esta Escritura que está claramente delineada en la porción doctrinal de Romanos?
Una vez más, este amado texto dice lo siguiente: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡CUAN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN!”
Dentro del dilema mismo está la respuesta: el expositor debe hacer aplicación de otros textos bíblicos que armonizan con estos versículos. En primer lugar, Mateo 9:35-38 presenta:
Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
El pasaje paralelo de Lucas 10:1-2 describe a Jesús enviando de los setenta:
Después de esto, el Señor designó a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de Él, a toda ciudad y lugar adonde Él había de ir. Y les decía: La mies es mucha, pero los obreros pocos; rogad, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies
Ni una centella en el relato de Mateo o Lucas da alguna indicación de que la cosecha no es todavía abundante y que los creyentes deben dejar de suplicar al Señor de la cosecha que envíe obreros a su mies. Él llama a los creyentes a orar para que Él envíe a Sus obreros a Su mies.
Segundo, Hechos 13:2-4a, describe el proceso de envío para el primer viaje misionero de la iglesia en Antioquía: “Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado. Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, los enviaron. Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo…” Nada en este texto puede ser interpretado para mostrar que el Espíritu Santo ha dejado de apartar y enviar misioneros.
Además, Hechos 20:28 revela al verdadero que eligió a los ancianos: “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con su propia sangre.” Cuando se hace de acuerdo con las directrices de Dios, y los que son elegidos tienen las calificaciones requeridas, es evidente que el Espíritu Santo todavía continúa seleccionando y colocando a los ancianos/supervisores en la verdadera iglesia del Señor Jesucristo.
Con cada requisito, instrucción y amonestación de la Palabra en su lugar y apropiada ante el Señor, entonces la solución al dilema suena clara: Mientras que Romanos 10:14-15 muestra a Dios dirigiendo definitivamente los ataques contra Su Palabra y contra Él mismo, estos versículos están mirando hacia atrás a lo que ya ha sucedido. Si todos los componentes listados en las Escrituras anteriores están operativos, no tenemos ninguna razón para pensar que Dios ha dejado de regocijarse. Por lo tanto, Él estaría igualmente encantado de que Romanos 10:15 está mirando hacia adelante, y que esto todavía es cierto en la actualidad para tales pastores, misioneros y obreros piadosos de todo tipo, sin importar su ministerio: “¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡CUAN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN!”
En el contexto original de Isaías 52:6-7, Isaías profetiza:
Por tanto, mi pueblo conocerá mi nombre; así que en aquel día comprenderán que yo soy el que dice: «Heme aquí».
¡Qué hermosos son sobre los montes
los pies del que trae buenas nuevas,
del que anuncia la paz,
del que trae las buenas nuevas de gozo,
del que anuncia la salvación,
y dice a Sión: Tu Dios reina!
Si bien es cierto que los creyentes deben reconocer lo que dice el texto de Romanos 10:14-15 en referencia a la respuesta de Dios a un ataque contra Él y Su Palabra, y en el trato con el Israel nacional, también debemos seguir esperando hasta que un día deje de enviar trabajadores a Su mies. Hasta ese momento, la exhortación y la aplicación serán verdaderas, “Tal como está escrito: ¡CUAN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN!” Al aceptar las declaraciones referidas de la Palabra, se mantiene la integridad del texto. Dios nos da hoy estos mismos estímulos, y qué deleite que sigan siendo verdaderos para los obreros cristianos piadosos, ya sean judíos o gentiles piadosos, ministrando a los judíos o a los gentiles que tan desesperadamente necesitan el ministerio, en el nombre del Señor Jesucristo, de quien somos y a quien servimos.
[1] D. M. Lloyd-Jones, Romans: An Exposition of Chapter 10, Saving Faith (Edinburgh: The Banner of Truth, 1997), 257.
[3] Steven J. Lawson, “A Mandate for Missions” (Un Mandato Para Las Misiones), Sermon Audio, https://www.sermonaudio.com/ser-moninfo.asp?SID=1124101355570 (consultado el 3 de diciembre de 2019), encontrado alrededor del minuto 6:30. Alrededor del minuto 36:00, Lawson agrega: “La predicación es la obra principal de las misiones. Las otras cosas pueden crecer y encontrar su lugar. Y tenemos muchas necesidades en el campo misionero de muchas personas que hacen muchas tareas diferentes… pero a la vanguardia de la labor de las misiones-escúchenme-es la predicación de la palabra de Cristo y el predicador que levanta su voz en los escenarios públicos de todo el mundo.”
[4] Las verdades principales del sendero bíblico están tomadas del capítulo 9 de Greg Harris, The Bible Expositor’s Handbook-New Testament Digital Edition (Nashville: B&H Academic, 2017), 181-203. Vea ese capítulo para obtener información adicional relacionada.
[5] Todas las citas de las Escrituras, a menos que se indique lo contrario, se han tomado de la Biblia de las Americas, Edición Actualizada de 1995 (La Habra, CA: Lockman Foundation, 1995).
[6] Donald Guthrie, Introducción al Nuevo Testamento (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1961), 399, escribe: “[Pablo] parece haber sido consciente de ciertos problemas intelectuales que preocupaban a los cristianos y se propone darles respuesta”. Guthrie añade: “Por esta razón Pablo trata el principio cristiano fundamental de ‘justicia’ en contraste con el enfoque judío, y luego discute el problema del fracaso de Israel y su relación con la Iglesia cristiana universal” (Ibid.).
[7] Gr. οἱ ἐπιδημοῦντες Ῥωμαῖοι (Acts 2:10). El participio que acompaña al término étnico “romano” – “visitar” o “residir” – significa “permanecer en un lugar como extranjero o visitante” según Walter Bauer, “ἐπιδημέω,” en A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Litera-ture, ed. Frederick William Danker, trans. William Arndt and F. Wilbur Gingrich, 3rd ed. (Chicago: Uni-versity of Chicago Press, 2000), 370. También, a continuación del término se encuentra la frase, Ἰουδαῖοί τε καὶ προσήλυτοι, (“tanto judíos como prosélitos”). Dado que esta atribución se coloca en medio de una lista de nombres étnicos, es probable que defina específicamente qué tipo de romanos vinieron a Pentecostés-tanto judíos como no judíos (es decir, gentiles que se convirtieron en adoradores del verdadero Dios). De esta manera, es más que probable que tanto los judíos como los gentiles romanos se salvaran en Pentecostés y juntos comenzaran las iglesias en Roma.
[8] David A. Fiensy, New Testament Introduction, The College Press NIV Commentary (Joplin, MO: College Press, 1994), 223. Ver también Boyce W. Blackwelder, Toward Understanding Romans: An Intro-duction and Exegetical Translation (Anderson, IN: The Warner Press, 1962), 28, donde escribe, “No hay evidencia directa de fundación; ni Pedro ni Pablo tienen ninguna evidencia histórica clara de fundación.” Ireneo fue el primero en propagar a Pedro y Pablo como sus fundadores (Irenaeus, Against the Heresies, trans. Dom-inic J. Unger, ed. John J. Dillon (New York: Newman Press, 1992), 3:206).
[9] Aunque está redactado de forma diferente, este artículo sigue en general las divisiones de Romanos usadas por Robert H. Mounce, Romans, NAC 27, ed. E. Ray Clendenen and David. S. Dockery (Nashville: Broadman & Holman, 1995), 57: “La macroestructura del Orden de la Salvación de los romanos es la siguiente: Pecado (Romanos 1:18-3:20), Justificación (3:21-4:25), Santificación (5:1-8:17), Glorificación (8:18-39), Israel (9-11), Aplicación (12-16). Harvey tiene la estructura del libro construida de manera similar alrededor del tema de la justicia de Dios: “La revelación de la justicia de Dios (1:18-4:25)”, “La provisión de la justicia de Dios (5:1-8:39)”, “La vindicación de la justicia de Dios (9:1-11:36)”, “La práctica de la justicia de Dios (12:1-15:13)”. John D. Harvey, Romans: Exegetical Guide to the Greek New Testament, ed. Andreas J. Köstenberger and Robert W. Yarbrough (Nashville: Broadman & Holman, 2017), 4–6.
[10] John MacArthur and Richard Mayhue, Biblical Doctrine: A Systematic Summary of Bible Truth (Wheaton, IL: Crossway, 2017), 632–33. Ver también Wayne Grudem, Systematic Theology: An Introduction to Biblical Doctrine (Grand Rapids: Zondervan, 1994), 747, que escribe: “Este cambio moral inicial es la primera etapa de la santificación… Este paso inicial en la santificación implica una ruptura definitiva con el poder gobernante y el amor al pecado, de modo que el creyente ya no está gobernado o dominado por el pecado y ya no ama pecar”.10 Grudem cita 1 Corintios 6:11 y Hechos 20:32 donde Pablo se refiere a los cristianos como “santificados” usando el tiempo aoristo (y probablemente pasado)”.
[11] Matt Waymeyer. Amillennialism and the Age to Come: A Premillennial Critique of the Two-Age Model (The Woodlands, TX: Kress Biblical Resources, 2016), 170n64. Waymeyer ha proporcionado una muy necesaria refutación de algunas de las conclusiones de los amilenaristas sobre Romanos 8: “En respuesta, el premilenarismo afirma plenamente la glorificación del pueblo de Dios en el retorno de Cristo, como se enseña en Romanos 8, pero esto no significa que el pecado y la muerte sean abolidos en la Segunda Venida. No sólo los profetas del Antiguo Testamento hablan de la existencia del pecado y la muerte en la fase inicial del reino venidero (Isaías 65:20; Zacarías 14:17-19; véanse los capítulos 2-4 para una explicación más completa), sino que Apocalipsis 20:7-10 describe una revuelta al final del milenio en la que los incrédulos son engañados por Satanás, llevados a la batalla contra Cristo y los santos, y juzgados decisivamente por el fuego del cielo. Según los premilenaristas, estos incrédulos se levantarán ya sea de (a) los incrédulos que sobreviven la batalla de Apocalipsis 19:17-19 y entran en el reino milenario en cuerpos no glorificados o (b) los descendientes de los que se convierten durante la tribulación y entran en el reino milenario en cuerpos no glorificados. Ambos puntos de vista premileniales son consistentes con la enseñanza de Romanos 8. Bajo el primer escenario, Romanos 8 describe la glorificación de todo el pueblo de Dios-ambos muertos y vivos-al regreso de Cristo cuando viene a establecer Su reino en la tierra, pero el pecado y la muerte continúan entre esas personas no glorificadas que pueblan este reino. Bajo el segundo escenario, Romanos 8 describe la glorificación del pueblo de Dios tanto en el rapto (1 Tesalonicenses 4:13-18) como en la Segunda Venida (Apocalipsis 20:4-6) -confluyendo los dos en una sola descripción- y el pecado y la muerte continúan entre esas personas no glorificadas en el reino milenario. Debido a que nada en Rom 8 requiere que el pecado y la muerte sean abolidos y ya no existan, ambos puntos de vista son consistentes con la glorificación del pueblo de Dios en la Segunda Venida de Cristo.”
[12] Aquellos que eliminan esta sección de su teología o de su enseñanza o predicación, lo hacen bajo su propio riesgo al entender la Palabra de Dios. Por ejemplo, C. H. Dodd, The Epistle of Paul to the Romans, MNTC (New York: Harper and Brothers, 1932), 150, escribe, “[Romanos 9-11] muy probablemente no fueron escritos currente calamo con el resto de la epístola, sino que representan una obra un tanto anterior, incorporada aquí al por mayor para ahorrarle a un hombre ocupado el tiempo y la molestia de escribir de nuevo sobre el tema.” William Sanday y Arthur C. Headlam, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans, ICC, 5th ed. (1952; repr., New York: T & T Clark, 1895), 225, “sugieren que el argumento principal del evangelio de Pablo está completo una vez que termine con Romanos 8.” Esto afirma erróneamente que Romanos 9-11 no son tan fundamentales para el argumento y/o la teología de Pablo en Romanos. Tales proponentes deben formular de antemano lo que le dirán a Jesús cuando les pregunte por qué no creyeron o no predicaron/enseñaron esta parte de la sección doctrinal de Romanos. Si ellos siguen el mismo enfoque incrédulo a su conclusión lógica, entonces tal vez otras secciones doctrinales podrían/deberían ser removidas también, como las maravillosas promesas de Dios que se encuentran en Romanos 5 y 8, que es el resultado desastroso de una mayor crítica de la Biblia.
[13] También debemos notar que Romanos 9-11 comprende una sección en el libro de Romanos y debe ser tratado como tal: uno no puede leer con exactitud Romanos 9 por sí solo o tomar un versículo fuera de contexto de Romanos 10 o comenzar o terminar el estudio de esta sección en Romanos 11. Los tres capítulos deben ser incluidos, y uno debe estudiar esta sección en el orden en que Dios la dio. Además, uno debe también estudiar la lógica inspirada por el Espíritu Santo que Él usó en esta sección de doctrina bíblica.
[14] Peter J. Gentry and Stephen J. Wellum, Kingdom Through Covenant: A Biblical-Theological Understanding of the Covenants (Wheaton, IL: Crossway, 2012), 21
[15] Ibid., 21–22, El sitio de los autores Michael S. Horton, God of Promise: Introducing Covenant Theology (Grand Rapids: Baker Books, 2006), 13.
[16] Douglas J. Moo, The Epistle to the Romans, NICNT, ed. Joel B. Green (Grand Rapids: Eerdmans, 1996), 547–48.
[17] The Holy Bible, English Standard Version (Wheaton, IL: Crossway, 2001).
[18] La cita completa de Leon Morris sigue, en The Epistle to the Romans, Pillar New Testament Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 1987), 348: “Los pactos son tal vez sorprendentes, porque podríamos haber esperado que el énfasis estuviera en el gran pacto de Éxodo 24.21 Pero había un hábito judío de distinguir dentro del pacto de Éxodo tres pactos, los de Horeb, en las llanuras de Moab, y en Gerizim y Ebal.22 Ireneo señala cuatro pactos, los de Adán, Noé, Moisés y el pacto del evangelio (iii.11.8). Varios comentaristas ven una referencia al antiguo pacto en el Sinaí y al nuevo pacto profetizado por Jeremías y cumplido en Cristo, pero difícilmente se puede decir que esto pertenezca a los judíos. Es más probable que la referencia sea a los diversos pactos del Antiguo Testamento, como con Noé (Gn 9:9), con Abraham (Gn 17:2), con Moisés (Éxodo 24:8), con Josué (Josué 8:30 ss.) y con David (2 Sam 23:5). El concepto de pacto es muy importante para la religión del Antiguo Testamento, y Dios entró repetidamente en relaciones de pacto con su pueblo.”
[19] Sam Storms, Kingdom Come: The Amillennial Alternative (Ross-shire, Scotland, Mentor, 2013), 304–5.
[20] Ibid., 304; énfasis añadido.
[21] Ibid.
[22] Para la justificación de tal nombramiento de esta subsección de Isaías 7-12, véase J. A. Motyer, “Context and Content in the Interpretation of Isaiah 7:14.” Tyndale Bulletin 21 (1970): 123; Ross E. Price, “Isaiah,” in The Major Prophets, vol. 4, Beacon Bible Commentary (1971; repr., Kansas City: Beacon Hill Press of Kansas City, 1966), 55–72; y John L. Mackay, A Study Commentary on Isaiah, vol. 1 (North Darlington, England: Evangelical Press, 2008), 181–313.
[23] Para el uso práctico de estos versículos con el pueblo judío, véase Harris, The Bible Expositor’s Handbook—OT Digital, “Appendix: Using the Stone Prophecies about the Messiah in Jewish Evangelism,” 203–14. Para un rastro bíblico aún más largo sobre estas extraordinarias profecías de piedra sobre el Mesías, véase Greg Harris, The Stone and the Glory of Israel—An Invitation to the Jewish people to Meet Their Messiah (The Woodlands, TX: Kress Biblical Resources: 2015).
[24] Elliott E. Johnson, “A Biblical Theology of God’s Glory,” (Bibliotheca Sacra 169 (October–De-cember 2012): 409, demuestra bíblicamente: “Ahora mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: «Padre, sálvame de esta hora»? Pero para esto he llegado a esta hora. 28 Padre, glorifica tu nombre” (Juan 12:27-28). Jesús se hizo ‘obediente hasta la muerte, y muerte de cruz’ (Fil 2:8). Y al hacerlo, sirvió a Dios Padre y a Sus propósitos, y también sirvió al hombre que no podía cumplir esos propósitos.”
[25] Moo, Romans, 351.
[26] Gentry y Wellum, Kingdom Through Covenant, 845, Omitir estos dos versículos doctrinales muy importantes en su índice de la Escritura.
[27] Para obtener un informe mucho más detallado, véase Larry Pettegrew, “The New Covenant,” The Master’s Sem-inary Journal 10:2 (Fall 1999): 251–70. Thomas tiene “el perdón de los pecados” y una “nueva relación con Dios” como parte de la bendición del Nuevo Pacto que Dios tiene para la nación de Israel (Robert L. Thomas, “Promises to Israel in the Apocalypse,” The Master’s Seminary Journal 19:1 (Spring 2008): 46–48).
[28] Everett F. Harrison and Donald A. Hagner, “Romans,” in Romans-Galatians, vol. 11 of The Expositor’s Bible Commentary Revised Edition. ed. Tremper Longman III and David E. Garland (Grand Rapids: Zondervan, 2008), 176 escribe: “Ahora Pablo habla de un ‘misterio’, para que sus lectores no se imaginen que él o ellos son capaces de entender el curso de la historia de Israel simplemente por observación y perspicacia. . . . El contenido del misterio de Israel es declarado inmediatamente por Pablo. Consiste en dos partes: (1) El endurecimiento de Israel es parcial, tanto en alcance, por la realidad del remanente, como en tiempo, porque es limitado en duración, durando solamente “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;” y (2) la salvación de ‘todo Israel’ tendrá lugar en el futuro.”
[29] ‘En aquel día haré también un pacto por ellos…’, ‘pacto de paz con ellos…’, y ‘mi pacto’ ó ‘un pacto’ (Oseas 2:18–20). Cf. Bruce Ware, “The New Covenant and the People(s) of God, Dispensationalism, Israel and the Church,” 69, and Walter C. Kaiser, Jr., “The Old Promises and the New Covenant: Jeremiah 31:31–34,” JETS 15 (Winter 1972): 14.” (Pettegrew, “The New Covenant,” 253, n. 5).
[30] Jeremías 31:38-40 termina el capítulo ofreciendo bendiciones adicionales de lo que ocurrirá cuando la plenitud del Nuevo Pacto se haga realidad: “He aquí, vienen días —declara el Señor— en que la ciudad será reedificada para el Señor, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo. Y el cordel de medir saldrá más allá, directamente hasta la colina de Gareb, y girará hasta Goa. Y todo el valle de los cadáveres y de las cenizas, y todos los campos hasta el arroyo Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos hacia el oriente, serán santos al Señor. La ciudad no será arrancada ni derribada nunca jamás.” Para un excelente artículo sobre la reconstrucción literal de Jerusalén en la tierra y el argumento para un cumplimiento de las promesas de la tierra en Jeremías 31 en el futuro y cómo éstas se relacionan con otras promesas de la tierra, véase Dennis M. Swanson: “Expansion of Jerusalem in Jer 31:38–40: Never, Already, or Not Yet?” The Master’s Seminary Journal 17:1 (Spring 2006): 17–34. Véanse especialmente las críticas a las promesas de tierra “que nunca se cumplirán” (27-29) y las promesas de tierra “realizadas” o “ya cumplidas” (29-32). Basándose en los detalles que se dan en Jeremías 31:38-40, Swanson argumenta de manera persuasiva que estas promesas esperan un futuro cumplimiento en la tierra al regreso de Jesús (32-34).
[31] Primera Corintios 11:23–26 dice: “Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí. De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí. Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga.”