Dios conoce dónde vives | Nancy DeMoss Wolgemuth

Dios conoce dónde vives
Temporada: Apocalipsis: Pérgamo | Comprometiendo la verdad

Débora: Aún si estás en circunstancias muy difíciles, Dios está contigo, ayudándote a perseverar. Con nosotras, Nancy DeMoss Wolgemuth.

Nancy DeMoss Wolgemuth: No puedes decir: «Dios no entiende lo que tengo que aguantar», o «yo sé lo que la Biblia dice, pero seguramente Dios no espera que alguien en mis circunstancias obedezca esto». Él sí sabe. Él sí entiende, y sí espera que seamos fieles, a pesar de dónde moremos.

Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín. Hoy es 26 de mayo de 2023.

Aún en esta época de comunicación electrónica, ¿no es emocionante recibir una carta física? Siete iglesias del primer siglo recibieron cartas dictadas por Jesús mismo. Esas cartas tienen mucho que decirnos hoy en día. Nancy las ha estado describiendo en varias series a lo largo de las semanas pasadas. Hoy iniciamos una nueva serie, ahora sobre la carta a la iglesia de Pérgamo, titulada Comprometiendo la verdad.

Nancy: Al continuar con nuestra serie de estudios sobre las cartas a las siete iglesias en el libro de Apocalipsis, llegamos a la primera de dos cartas que creo que son especialmente complicadas y difíciles de entender. He estado sumergida en estos pasajes por varias semanas, podría decir que meses, y una amiga me dijo la semana pasada mientras ella preparaba su corazón para venir a esta sesión de grabación, que ella abrió su Biblia en Apocalipsis capítulo 2 y leyó los pasajes y al final dijo: «Bueno, ¿de qué se trata todo esto»? Y quizás tú estás pensando lo mismo al empezar con estos pasajes. Pero estoy orando que el Señor nos dé entendimiento, sabiduría y habilidad para poder aplicar estos pasajes a nuestros corazones.

En Apocalipsis capítulo 1, en el versículo 19, encuentras este resumen, este bosquejo muy básico y muy simple del libro de Apocalipsis. Donde dice que Jesús le dijo al apóstol Juan: «Escribe, pues…las cosas que has visto, y las que son, y las que han de suceder después de estas». Aquí tenemos dos categorías de las cosas que hay en el libro de Apocalipsis –los capítulos 2 y 3, las cosas que son. Esas cosas hacen referencia a las iglesias en Apocalipsis, y para dar un poco de contexto, las cosas que están sucediendo en ese momento en las iglesias. Pero luego está el resto del libro de Apocalipsis, empezando en el capítulo 4, son las cosas que han de suceder después de esto, las cosas futuras, más adelante.

Bueno, cuando piensas en estudiar el libro de Apocalipsis, es un libro que ha intrigado a mucha gente por muchos siglos, y a mucha gente le emociona estudiar la parte del libro que habla del futuro, las cosas que han de suceder después de esto. Quieren saber, ¿qué son las copas y los juicios? ¿Es verdad que hay un milenio? ¿Qué tan largo es? ¿Qué son todas estas cosas? ¿Cómo concuerda todo? ¿Qué es la gran Babilonia?

Es importante estudiar estas cosas. Espero algún que Dios nos conceda hacer un viaje por todo el libro de Apocalipsis aquí en Aviva Nuestros Corazones. Pero también creo que el enfoque en esas cosas futuras, puede ser como un escape, porque es más fácil enfocarnos en cosas que ahora mismo no existen. Realmente no estamos equipadas para enfrentar o para tratar con las cosas que están por venir. No estamos preparadas para esas cosas que están por venir hasta que tratemos con las cosas que son. Por eso quise que empezáramos con estas cartas a las iglesias, porque estas son las cosas que son.

Y hoy llegamos a la carta para la tercera iglesia en Asia, Apocalipsis capítulo 2. Déjame leer la carta, empezando en el versículo 12, y luego en los próximos días vamos simplemente a ir frase por frase y ver lo que tiene para decir a nuestros corazones en el día de hoy. Apocalipsis capítulo 2, versículo 12: «Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo», o algunas de sus traducciones podrían decir: «Pérgamos», que es lo mismo que Pergamum.

«Escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: “El que tiene la espada aguda de dos filos, dice esto, ‘Yo sé dónde moras: donde está el trono de Satanás. Guardas fielmente mi nombre y no has negado mi fe, aun en los días de Antipas, mi testigo, mi siervo fiel, que fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas cosas contra ti, porque tienes ahí a los que mantienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer actos de inmoralidad. Así tú también tienes algunos que de la misma manera mantienen la doctrina de los nicolaítas.

Por tanto, arrepiéntete; si no, vendré a ti pronto y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe”» (vv.12-17).

Bueno, todo esto es un poco abrumador. Puede que tiendas a querer pasar por encima del pasaje al leerlo o al escucharlo, pero sabes, al estudiar la Escritura tenemos que recordar, primero que la Escritura es inspirada por Dios. Es de provecho. La necesitamos. Así que necesitamos este pasaje.

También tienes que recordar que no hay atajos para entender y estudiar la Palabra de Dios. Entonces, si quieres enterarte de lo que significa este pasaje, puedes hacer exactamente lo que yo he estado haciendo en estas últimas semanas y meses: leerlo y releerlo y releerlo y reflexionar y tomar cada frase y compararla con pasajes similares en otras partes de la Escritura. Así es más o menos la manera en la que vamos a caminar por este pasaje en los días que vienen.

Bueno, para poner esta carta a la iglesia de Pérgamo en contexto, recuerda que la primera iglesia, fue la iglesia de Éfeso, que fue alabada por tener una doctrina correcta y por tratar con los falsos maestros, pero ¿recuerdas qué le faltaba a la iglesia en Éfeso? Le faltaba el amor. Les faltaba corazón, pasión por Cristo.

En contraste con esto, las iglesias en Pérgamo y Tiatira, la tercera y la cuarta iglesia, fueron alabadas por varias virtudes cristianas, incluyendo el amor en el caso de Tiatira, pero tenían problemas doctrinales que necesitaban corregir. Entonces el énfasis en estas cartas es acerca de la verdad, que determina la manera en que vivimos. La doctrina, las creencias, determinan nuestra conducta, nuestro comportamiento.

El amor y la verdad –hay una tendencia en nuestras iglesias a enfatizar una y a descuidar la otra, pero necesitamos las dos. Y la Escritura habla sobre hablar la verdad en amor. Pablo les dice a los Filipenses: «Quiero que crezcan en amor y discernimiento». Tanto la verdad como el amor son señales de una iglesia fiel, señales de un creyente fiel, un hijo de Dios; y de los problemas que confrontaron estas siete iglesias. Estos son dos de los primeros problemas –en el caso de Éfeso, el amor, y en el caso de Pérgamo y Tiatira la verdad.

La Escritura dice: «Escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo». Ahora, hablemos por un momento acerca de Pérgamo. Se me hace fascinante ir de regreso y aprender sobre estas ciudades y las iglesias en estas ciudades, porque nos ayuda a entender el contexto en el que hubieran recibido estas cartas.

Como hemos visto, las siete iglesias, estas siete ciudades, están en la secuencia que un cartero habría viajado y hubiera llevado las cartas de una iglesia a la siguiente. Van más o menos como en un círculo, empezando con Éfeso y terminando en Laodicea. Entonces llegamos ahora a Pérgamo, que está a unos 88 kilómetros al norte de Esmirna, que era la ciudad anterior.

Pérgamo era la capital en la provincia romana de Asia, e históricamente pudo haber sido la ciudad más grandiosa en Asia. Estaba obsesionadacon las riquezas, con la moda. Nada más piensa en las grandes capitales de los países del mundo hoy en día. Era también una ciudad universitaria.

Tenía una biblioteca famosa que contenía más de 200,000 libros. Bueno, eso es mucho para cualquier biblioteca, pero en especial si piensas en el hecho de que estos libros tenían que ser escritos o copiados a mano. Era una ciudad académica.

Era también una ciudad que estaba entregada a la idolatría y a la adoración de muchos dioses paganos. A través de esta ciudad podías ver cientos de templos devotos a sectas y a la adoración a los ídolos. Era un centro de adoración a César o de adoración imperial. Pérgamo presumía el templo más antiguo de adoración al emperador en Asia Menor, y recuerda que los césares demandaban ser adorados como Dios.

Igual que los faraones de Egipto en el Antiguo Testamento, el César romano decía: «Yo soy Dios. Alábenme como a Dios». Entonces cuando consideras a los dioses paganos y a esta adoración imperial, te das cuenta que este era un lugar especialmente difícil y peligroso para los cristianos. Por causa de su significado político, como la capital de la provincia, y por la presencia de tantos soldados romanos en la ciudad, era especialmente peligroso para los cristianos. De hecho, las primeras ejecuciones de cristianos en el Imperio Romano tal vez se llevaron a cabo en Pérgamo.

Leemos acerca de una de ellas en esta misma carta. La razón era que los cristianos rehusaban inclinarse a César. Rehusaban creer en el sistema de adoración pagana. Un comentario que leí acerca de este pasaje decía: «En Pérgamo, un cristiano estaba en peligro los 365 días del año», entonces ser un cristiano era una profesión seria y peligrosa en esos días.

Bueno, a esta iglesia, la Escritura le dice: «El que tiene la espada aguda de dos filos, dice esto». Como hemos visto, la descripción de Jesús, quien está mandando estas cartas… En cada una de estas cartas, su descripción es tomada de la imagen de Jesús que se nos da en Apocalipsis capítulo 1; entonces hay diferentes maneras en las que Jesús es descrito en Apocalipsis 1. En cada una de estas cartas, Jesús escoge una o más de estas características en las que esa iglesia en particular debe enfocarse. En este caso las palabras son: el que tiene la espada aguda de los filos.

Bueno, y si regresas a Apocalipsis capítulo 1, la imagen original de Jesús ahí, dice: «De su boca salió una espada aguda de dos filos» (v.16). Es difícil imaginarse una espada saliendo de tu boca. Te imaginas una espada en tu mano, pero esta es una imagen de la Palabra de Dios, del poder de la Palabra de Cristo.

Es interesante que Cristo se revele a su iglesia de esta manera, porque Jesús se revela a sí mismo a cada iglesia de la manera en la que él sabía que necesitaban verlo. Recuerda, por ejemplo, como se dijo anteriormente a Éfeso. Decía: «El que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que anda entre los siete candelabros de oro, dice esto» ( Apoc. 2:1). Jesús dice: «Yo soy el que te sostiene. Yo camino en medio de ustedes». Cuando le habló a Esmirna, la iglesia sufriente, Él dijo: «El primero y el último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida, dice esto» (Apoc. 2:8).

Ahora, cuando llegamos a Pérgamo, no da una descripción reconfortante. Su descripción no les da ánimo. Dice: «El que tiene la espada aguda de dos filos, dice esto» (Apoc. 2:12).

Esas son palabras de pelea. Son palabras de amenaza, y en esta descripción de Jesús, quien está mandando esta carta, vemos un aviso de desastre inminente. El juicio viene si algo no cambia en esta iglesia.

Cuando llegas al final del libro de Apocalipsis, en el capítulo 19 ves un versículo similar que habla sobre Jesús cuando viene como un rey conquistador. Dice: «De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones» (v. 15). Se presenta aquí como un juez, como uno que va a ejecutar juicio contra las naciones paganas y malvadas que no quieren arrepentirse. Pero en este caso, la espada de Jesús en su boca, no es para tratar con las naciones paganas, sino para tratar con la iglesia, para tratar con gente en la iglesia que está creyendo enseñanzas que los estaban llevando a un comportamiento impío.

Como dijimos, la espada es un símbolo. Es una imagen de la Palabra de Cristo, de la verdad de la Palabra de Dios. Es la Palabra de Dios que revela los errores doctrinales y que rectifica las cosas en la iglesia.

Ahora, Jesús les dice en el versículo 13 a los creyentes en Pérgamo: «Yo sé dónde moran». ¿Dónde es eso? Donde está el trono de Satanás. «Yo sé dónde moras, donde está el trono de Satanás», y luego al final del versículo 13 dice, «donde mora Satanás».

Bueno, los cristianos en Pérgamo escucharon esta descripción. «Yo sé dónde moras, donde mora Satanás, donde está el trono de Satanás». Puede ser que esto les trajera a la mente el altar de Zeus, que era un altar o un asiento gigante de 13 metros de altura, un altar al dios pagano Zeus. Este trono, este asiento, estaba en una ladera, elevado sobre la ciudad de Pérgamo; entonces tal vez cuando ellos pensaban en el trono de Satanás, es posible que pensaran en este altar de Zeus.

O tal vez pensaban en el trono de César, figurativamente. César u otros dioses paganos, todos representaban una amenaza satánica y diabólica para la iglesia. O puede que pensaran en uno de los dioses principales que se alababan en Pérgamo, el dios llamado Asclepio.

Bueno, quizás tú no sepas nada acerca de este dios. Yo no sabía nada tampoco. Pero Asclepio era conocido como el dios de la medicina y de la sanidad. A veces le llamaban Asclepio el salvador. El símbolo de este dios de la medicina y de la sanidad era una serpiente. En este templo había cientos de serpientes no venenosas que se deslizaban libremente sobre el piso.

Se suponía que estas serpientes eran encarnaciones del dios mismo. Así que la gente enferma iba y pasaba la noche en el piso de este templo, y si una de las serpientes se deslizaba junto a él en la oscuridad y lo tocaba, se pensaba que la persona enferma había sido tocada por el dios mismo y sería sanada. Bueno, ¿qué te parece este punto de vista de la medicina?

Los cristianos que conocían el Antiguo Testamento entendían que esa serpiente era un emblema de Satanás. Entonces cuando Jesús dice: «Yo sé dónde moras, donde está el trono de Satanás», tal vez pensaban en esto, en uno de esos dioses paganos simbolizados por una serpiente. De todas maneras, sabemos, y vemos ilustrado en este pasaje, que Satanás es un enemigo muy real.

Él se opone a Dios
Se opone al pueblo de Dios
Se opone al reino de Dios
Satanás está detrás de las cosas que estamos viendo en el mundo que no le agradan a Dios.
«Tú moras donde está el trono de Satanás». ¿Un trono es una imagen de qué? Es una imagen de autoridad, un asiento de autoridad. Es un recordatorio de que Satanás reina sobre otros ángeles caídos que están bajo su control. Ellos reciben órdenes de él. Él les dice lo qué deben hacer, y entonces ellos llevan a cabo sus propósitos en el mundo aun mientras los santos ángeles llevan a cabo los propósitos de Dios en este mundo.

En ese sentido, Satanás tiene un trono en este mundo desde donde da órdenes, y les da direcciones a aquellos que siguen sus mandatos. Satanás establece, yo creo, una base de operaciones en los diferentes tiempos y en los diferentes lugares. Es posible que su trono no esté nada más en un lugar. Puede que se mueva de un lugar a otro, en un sentido, que haga residencia. Tome autoridad y establezca sus operaciones, su asiento, en diferentes tiempos y en diferentes lugares.

El asiento de Satanás es frecuentemente el asiento de poder e influencia mundial y de orgullo académico. Estas son cosas que existían en Pérgamo, y son cosas que hacen que Satanás diga muchas veces: «Déjame tomar el control aquí. Aquí puedo encontrar una base de operaciones. Puedo cumplir mis propósitos por medio de estas cosas que alimentan la carne en lugar del espíritu» –el poder y la sabiduría del mundo.

Entonces Pérgamo era un lugar donde Satanás ejercía autoridad, y había fuerzas potentes en acción en contra de Dios. Bueno, ese es el punto. Jesús les está diciendo a las personas en Pérgamo: «Yo sé dónde moras».

Pero ahora quiero que consideremos la palabra, morar, por un momento. Hay una palabra que generalmente se usa en el Nuevo Testamento, en el idioma griego, y esa palabra significa «estadía, estancia», «tener una residencia temporal». A los escritores del Nuevo Testamento les encantaba usar esta palabra para los cristianos porque querían recordarles que este mundo no era su hogar.

Este mundo es un lugar de estancia temporal, pero esa no es la palabra que se usa aquí. Cuando Jesús dice: «Yo sé dónde moras», Él usa una palabra diferente, una palabra que se refiere a una residencia permanente, establecida, no es un lugar de vivienda temporal, sino una residencia permanente. Lo que Jesús está diciendo es: «Yo sé que están viviendo en un territorio hostil y que esta no es una posición temporal o de corto plazo. Es temporal en el esquema final de las cosas, pero tienes que vivir ahí por un buen tiempo. Están ahí y no a corto plazo».

Por cierto, él usa la misma palabra cuando dice: «Este es el lugar donde mora Satanás». Satanás no está ahí a corto plazo tampoco. Satanás ha tomado esa ciudad como su residencia y planea quedarse ahí. Tú moras, tú vives en esa ciudad, y te tienes que quedar ahí.

Entonces es de suponer que va a haber conflicto cuando tienes cristianos con lealtad a Cristo, viviendo en una ciudad, y también tienes a Satanás viviendo en la misma ciudad. La implicación es que no hay escape. No puedes salirte. No puedes simplemente empacar tus maletas y dejar esta ciudad, abandonar esta ciudad donde están obrando todas estas fuerzas en contra de Dios

Estás, en cierto sentido, atorada ahí. No puedes huir, pero este es el lugar al que has sido llamada para vivir y demostrar tu fe en Cristo en el lugar donde mora Satanás, donde él ha establecido su trono, ahí es donde debes demostrar lo que significa ser cristiana, una verdadera cristiana, hija de Dios.

Amigas, Jesús sabe dónde moran. Él sabe dónde viven. Él conoce las circunstancias, la situación en la que se encuentran. Él sabe a lo que se enfrentan, los desafíos que enfrentan donde viven. Él sabe que algunas de estas circunstancias no van a ser a corto plazo, que no vas a salir de ellas fácilmente. Estás morando en esa situación.

Podría ser tu matrimonio. Podrían ser problemas en tu hogar de origen. Podría ser tu trabajo, tu escuela. Tal vez tienes un compañero de cuarto que es ateo o un profesor que se burla de tu fe. Tal vez en tu trabajo o tu comunidad estás rodeada de estilos de vida, de influencias y valores paganos y profanos.

Puedes sentirte como que literalmente moras en el trono de Satanás. Es donde mora Satanás. Es un lugar difícil donde vivir. Es difícil quedarte en ese matrimonio. Satanás mora ahí y ha establecido una base de operaciones, tal vez aun por medio de familiares inmediatos, pero quiero recordarte que Cristo lo sabe. Él sabe dónde moras, y te puede dar la gracia para enfrentar esos poderes de Satanás y para conquistar en el nombre de Cristo.

De hecho, Jesús va más allá y dice de estos creyentes en Pérgamo: «A pesar del hecho de que moras donde mora Satanás, donde está el trono de Satanás», versículo 13: «Guardas fielmente mi nombre y no has negado mi fe, aun en los días de Antipas, mi testigo, mi siervo fiel, que fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás». Lo que Él les está diciendo es: «Tu guardas mi nombre». No negaste mi fe. A pesar del lugar donde moras, a pesar de la presión de la cultura y de las circunstancias difíciles y de las fuerzas poderosas en contra de Dios que están operando a tus alrededores, y a pesar de lo que has visto que les pasó a otros creyentes fieles, tú te has mantenido».

Les recuerda de alguien que ellos conocían. No sabemos quién era Antipas. No se habla de él en otro lugar en la Escritura, pero la tradición dice que era el obispo de Pérgamo y que lo mataron y fue cocinado hasta la muerte en un envase de bronce calentado en extremo, muy muy caliente. Él es llamado «mi siervo fiel». Algunas traducciones dicen «mi mártir fiel».

De hecho, la palabra griega aquí es, martus, M-A-R-T-U-S. Es una palabra que significa testigo, uno que testifica sobre lo que ha experimentado y visto, pero en la iglesia del primer siglo, muchos de los que testificaron de su fe en Cristo fueron asesinados por su fe en Él. Esos testigos llegaron a ser mártires. Ser un testigo puede ser costoso –económicamente, para tu reputación, tu carrera, tus amigos, y tal vez aún podrías perder la vida. Entonces Antipas fue un testigo fiel todo el camino hasta la meta final, hasta la muerte.

¿No es precioso que Jesús le diera el mismo título que se confirió a Sí mismo en Apocalipsis 1 donde dice: «Cristo Jesús, el testigo fiel» (v. 5)? Antipas, él ganó esa misma designación, al igual que Cristo, un testigo fiel. Entonces en esta carta a la iglesia en Pérgamo, se nos recuerda que la vida cristiana no es un día de campo. Vivimos en un territorio que está ocupado por el enemigo. Estamos en una batalla, y algunos pagarán un precio alto por ser fieles a Cristo.

Lo que nos anima aquí es que por la gracia de Dios, es posible sostenerte en Cristo y aferrarte a tu fe, aun cuando vives en el territorio de Satanás. No puedes decir: «Dios no entiende lo que tengo que aguantar», o «yo sé que la Biblia dice eso, pero seguramente Dios no espera que alguien en mis circunstancias obedezca eso». Él sí sabe. Él sí entiende, y sí espera que seamos fieles, sin importar dónde moremos.

Jesús hizo posible que estos creyentes del primer siglo fueran fieles, y Él te va a capacitar para ser fiel, aun donde Satanás ha establecido su base de operaciones. Déjame recordarte que tu testimonio fiel en ese lugar de oscuridad le va a dar un golpe a Satanás y a su reino, y como resultado vas a exaltar y a glorificar el nombre de Cristo.

Débora: Dios conoce dónde vives. Este es un mensaje que provee consuelo y que demanda una responsabilidad. Nancy DeMoss Wolgemuth nos ha estado enseñando sobre la carta escrita a la iglesia en Pérgamo, que encontramos en el libro de Apocalipsis. Ella ha estado abordando las 7 cartas a las 7 iglesias en Apocalipsis a lo largo de estas semanas.

Satanás frecuentemente ataca a la iglesia de dos formas, la aniquila o la adapta. Aprende más sobre estos ataques opuestos en el siguiente episodio de Aviva Nuestros Corazones.

Fijando nuestros ojos en Cristo juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.

Todas las Escrituras son tomadas de La Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.

El propósito del matrimonio | Nancy DeMoss Wolgemuth 

Nancy DeMoss Wolgemuth: Una mujer me dijo recientemente “Los primeros dos años de nuestro matrimonio pensaba que la labor de mi esposo era hacerme feliz, y él pensaba que la mía era hacerlo feliz –y no funcionó.”

Las mujeres que se casan solo para encontrar felicidad, inevitablemente están destinadas a la desilusión. Difícilmente encontrarán lo que están buscando. Esto es porque el propósito último del matrimonio no es ser feliz, sino glorificar a Dios.

La verdad es que no hay ser humano que pueda hacerte feliz. El verdadero gozo solo se encuentra en Cristo. Cuando venimos a Él para que satisfaga nuestras necesidades más profundas, entonces tienes la fortaleza para cumplir el propósito del matrimonio –glorificar a Dios.

Si ése es tu enfoque, experimentarás algunos momentos de felicidad, y tendrás la capacidad para permanecer fiel durante las etapas de difíciles.

¿Estás buscando que sea Cristo quien satisfaga tus más profundas necesidades?

Nancy DeMoss Wolgemuth ha tocado las vidas de millones de mujeres a través del ministerio de Aviva Nuestros Corazones y del Movimiento de Mujer Verdadera, llamando a las mujeres a un avivamiento espiritual y a la feminidad bíblica. Su amor por Cristo y por Su Palabra es contagioso y permea todos sus alcances, desde sus conferencias hasta sus programas de radio.

¿Qué dice la biblia acerca de la igualdad de género?

Por: Susi Bixby

“La Biblia habla contra la igualdad de género”.

“Dios es sexista porque les da más privilegios a los hombres”.

“Los cristianos oprimen y menosprecian a las mujeres y su Biblia les enseña a hacerlo”.

No dudo que hayas escuchado las acusaciones, y que hayas tenido dudas sobre este tema en tu propio corazón. Es un tema difícil, hecho más complicado por la retórica y terminología ambigua que a veces se usa.

¿Qué es la igualdad de género? Si buscas una definición, encontrarás algo parecido a esta de Wikipedia: La igualdad de género implica que hombres y mujeres deben recibir los mismos beneficios, las mismas sentencias y ser tratados con el mismo respeto. Aunque hay muchas diferentes maneras de entender este término, vamos a tomar esta definición como base. Entonces…

¿La Biblia enseña y apoya el trato equitativo y justo de las mujeres?

Quizá nos ayude contestar esta pregunta si vemos en qué áreas la Biblia no indica una diferencia entre los géneros.

Igualdad en origen y patrón. Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó (Gen. 1:27 NVI). Tanto el hombre como la mujer fueron creados igualmente a la imagen de Dios. No hay ninguna indicación en ningún pasaje de la Biblia que diga que uno lleve más o menos imagen de Dios que el otro.

Igualdad en naturaleza pecaminosa. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno (Rom. 3:10). Aunque Eva fue la que pecó primero, Dios le pidió cuentas a Adán. Ambos fueron considerados igualmente pecadores y separados de su comunión con Dios por su pecado. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino (Is. 53:6). Esto significa que igualmente daremos cuenta por nuestro pecado e igualmente somos incapaces de salvarnos a nosotros mismos.

Igualdad en valor y posición. Porque de tal manera amó Dios al mundo… (Jn. 3:16). El amor de Dios para con sus seres creados a su imagen es parejo para hombres y mujeres. No queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento (2 Pe. 3:9). Él desea salvar a todos por igual. Nos ofrece esa posición de “escogidos” tanto a mujeres como a hombres: Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros (Juan 15:16). El mundo dice que Dios no valora a las mujeres porque no les permite cierta posición, pero nuestra posición delante de Él no se basa en nuestro género.

Hay muchos puntos más de igualdad en la Biblia que podríamos destacar, pero estos tres son los más esenciales para nuestra identidad en Cristo. Podemos concluir que, en los aspectos más profundos de nuestra identidad como hijas de Dios, Dios nos trata completamente igual que a los hombres. No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús (Gal. 3:28).

Entonces, ¿por qué las personas dicen que la Biblia está en contra de la igualdad de género? Lo dicen porque Dios sí hace diferencia entre mujeres y hombres. Son diferencias que muchas mujeres resisten al estudiar su Biblia. Son diferencias de roles. Probablemente conoces estas enseñanzas bíblicas así que solo las voy a explicar brevemente.

El rol de ayuda idónea en el hogar. No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea (Gen. 2:18). Dios diseñó a la mujer como la contraparte perfecta del hombre que creó primero. Dios también instruye a la mujer en el Nuevo Testamento que se someta a su esposo como la iglesia se somete a Cristo (Ef 5). En el diseño de Dios para la familia, el hombre es la cabeza del hogar, y la mujer se somete gozosamente a su liderazgo. El mundo iguala “ayuda” y “sumisión” a “inferioridad”. ¿Tú crees esto?

El rol de aprendiz sumisa en la iglesia. Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre (1 Tim. 2:12). Dios ha dejado muy claro en este, y otros, pasajes del Nuevo Testamento, que la autoridad y enseñanza principal en la iglesia se lleve a cabo por hombres. La mujer puede y debe enseñar a otras mujeres y niños (Tito 2), pero tener autoridad (en posición o enseñanza) sobre los hombres no le es permitido en el plan de Dios para su iglesia. Las mujeres deben modelar un espíritu afable y sumiso en todos los escenarios de su vida, pero la Biblia no prohibe que la mujer tenga autoridad sobre hombres en alguna empresa o en la política.

Es importante notar que Dios nunca indica inferioridad del género femenino como razón para esta diferencia de roles. Dios es un Dios de orden y creatividad. Lo demostró cuando creó a los animales, las plantas, incluso el sol, la luna y las estrellas. Vemos orden en muchas áreas de la vida. ¿El vicepresidente de una compañía es una persona de valor personal inferior al presidente? Función o posición de autoridad no indica grado de valor personal.

En las historias de la Biblia, y la historia del mundo, hay un sinfín de historias trágicas y tristes sobre el abuso y maltrato de hombres hacia mujeres. El pecado ha roto este mundo, y las mujeres hemos sufrido como objetos de ese pecado. Pero el pecado no cambia el diseño original de la creación de Dios.

Como joven y ahora como mujer de carácter fuerte e independiente, he tenido que luchar con este tema. He llegado a la conclusión que mi perspectiva depende de una sola gran pregunta:

¿Confías en tu Diseñador?
¿Realmente crees que Dios es sabio, bueno, y soberano? Si Él te creó y diseñó, ¿no sería Él mismo que mejor sabe cómo funcionas? ¿Has considerado que Dios estableció el orden de esposo-> esposa-> hijos en el hogar porque ama profundamente a las mujeres y quiere que desarrollen su identidad y diseño en el hogar sin obstáculos? Él no quiso cargar sobre nuestros hombros una responsabilidad que no nos diseñó para cargar. ¿Has pensado que, por amor a su iglesia, Él equipó y diseñó a los hombres para llevar a cabo la dirección y enseñanza de su rebaño?

Chicas sabias, quitémonos los lentes del mundo y pongámonos los lentes de Dios. ¡No escuchemos los gritos de mujeres que no entienden ni aceptan el dominio de Dios sobre sus vidas! Estudiemos los roles que Dios ha diseñado para su creación, y gocémonos en sus dones perfectos. Lee capítulo nueve de Chicas sabias en un mundo salvaje, y ¡deléitate en el privilegio que tienes de vivir el diseño perfecto de tu Creador!

Reto
Lee:
Chicas Sabias en un Mundo Salvaje: Capítulo 9: Roles; y Capítulo 10: Conducta Sexual (p. 129-162)
Génesis 2:18-25; Efesios 5
Memoriza:
Génesis 2:24 Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Reflexiona:
¿Tienes un genuino deseo de entender los roles de género que la Biblia establece? ¿O te has dejado llevar por el mundo a tal grado que ya no quieres saber nada más?
¿Te deleitas en el hecho de que tu Diseñador te hizo mujer para un propósito especial? Comprométete hoy a dedicarte a glorificarle a Él con cada aspecto de tu feminidad.
¿Qué perspectiva tienes del sexo? ¿Te satisfaces con demasiada facilidad, aceptando la versión pervertida y deficiente del placer sexual que el mundo ofrece?
Ora:
Diseñador Perfecto, reconozco que las voces a mi alrededor han encontrado lugar en mi corazón y mente. Someto mi concepto de la feminidad y el sexo a tu Palabra, y te pido que me des una comprensión mayor de tu plan perfecto. ¡Te alabo como el Creador todo sabio!

True Woman 2022
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Sobre el autor
Susi Bixby
Tiene 21 años de casada con Mateo, y ama a sus tres regalos de Dios: Aaron, Ana y David. Deseando vivir el diseño de Dios para su vida, dedica la mayor parte de su energía a su familia. Es esposa … leer más …

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La canción de Elisabet

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Elisabet: Cómo lidiar con la desilusión

La canción de Elisabet – Lección 6

¡Llegamos a nuestra última semana! Que maravilloso ha sido caminar juntas a través de estas seis semanas. Gracias por haber estado no nosotras. Hoy damos fin a nuestro estudio bíblico de Elisabet.

Esta semana hablaremos de la canción de Elisabet. Los cristianos deberían ser personas que cantan. Aquellos que no conocen a Cristo tienen muy poco de qué cantar y nada de qué cantar cuando se trata de la muerte. Por otro lado, aquellos que sí conocen a Cristo tienen muchas razones para irrumpir en cánticos.

No es pecado querer un hijo. No es pecado querer estar casado. No es pecado querer una carrera más satisfactoria. No es pecado desear provisión financiera. Estos anhelos no son, en sí mismos, pecaminosos. Lo que es pecaminoso es cuando exigimos que se cumplan ahora o tomar una postura de amargura frente a la desilusión.

Los anhelos más profundos de nuestros corazones no pueden ser llenados por una persona o cosa creada, y es por eso que debemos aprender a aceptar los anhelos no cumplidos, aprender a vivir con ellos y rendirlos a Dios.

Frases para meditar:
Charles Spurgeon lo dijo de esta manera: «Somos ordenados para ser los trovadores de los cielos, así que ensayemos nuestro eterno himno antes de cantarlo en los pasillos de la Nueva Jerusalén».
A través de su Palabra, Dios nos llama a más que simplemente soportar la desilusión. Debemos usar nuestras vidas para dar gloria a Dios y animarnos unos a otros.
Los redimidos siempre tienen motivos para cantar, incluso cuando nuestros corazones están abatidos o nuestras circunstancias son abrumadoras.
Ante la desilusión, la alabanza puede sentirse como un sacrificio. Somos tentadas a perder la esperanza o exigir nuestro propio camino. Y sin embargo, una vez rendidas, las desilusiones funcionan como la leña, alimentando nuestra devoción al Señor.
Profundiza más:
Elisabet nos muestra cómo cantar a través de las desilusiones de la vida. ¿Tienes una canción o un himno que te recuerda la fidelidad de Dios?
¿Cómo reaccionas ante esta afirmación? «… Los anhelos no son, en sí mismos, pecaminosos. Lo que es pecaminoso es cuando exigimos que se cumplan ahora, o cuando tomamos una postura de amargura frente a la desilusión». ¿Alguna vez has respondido pecaminosamente ante los anhelos no cumplidos?
¿Qué has aprendido acerca de rendir tus deseos a Dios?

Recuerda:
Mis amadas la historia de Elisabet es un recordatorio de que podemos enfrentar la desilusión con gracia debido a la esperanza que tenemos en Cristo. Nuestras historias pueden ser una continuación de su canción, mientras nos recordamos mutuamente que debemos mirar más allá de nuestros deseos no cumplidos hacia Aquel que, en última instancia, satisfará cada anhelo.

Nuestras circunstancias en este momento no durarán para siempre. Hay algo más grande. Hay algo que las supera, que excede nuestras circunstancias. Elisabet pudo enfrentar su desilusión porque sabía que se avecinaba un día en que todos los reyes, cada presidente, cada primer ministro, cada dictador, cada esposo, cada jefe, cada líder, cada político; todos se inclinarían ante Su majestad, y Jesús reinará por los siglos de los siglos.

Venga tu reino – Lección 5

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Serie: Elisabet: Cómo lidiar con la desilusión

Venga tu reino – Lección 5

¡Llegamos a nuestra quinta semana! Que maravilloso ha sido caminar juntas a través de las escrituras. Hoy continuamos con nuestro estudio bíblico de Elisabet.

El pecado de Adán y Eva tomó la creacion perfecta de Dios y la rompió hasta lo más profundo. Nuestros corazones están rotos, plagados de pecado. Nuestras relaciones están rotas, infectadas con orgullo y egoísmo. Nuestro planeta está roto, gimiendo bajo el peso del pecado y la muerte. Y como resultado, cada una de nosotras debe lidiar con el profundo anhelo de la redención.

Tanto Elisabet como nosotras vivimos en una cultura desesperadamente necesitada de la verdadera esperanza. Ella era parte de una cultura judía que había estado buscando un salvador durante generaciones.

La semana pasada vimos consejos prácticos de cómo poder servir a los demás, de cómo ser un canal de bendición para otras y hablamos de nuestras motivaciones en el servicio. Hoy comenzaremos viendo que la desilusión entró en el mundo mucho antes de que Elisabet tuviera que enfrentar sus anhelos insatisfechos de tener un hijo, y existe entre nosotras mucho después de que su historia se registrará en el libro de Lucas. Pero cuando vemos la vida de Elisabet podemos seguir su ejemplo compartiendo el evangelio y declarando la esperanza a un mundo desilusionado.

Frases para meditar:
«Una de las cosas que amo acerca del Señor es que Él siempre escribe el capítulo final; y Él conoce ese capítulo final mucho antes de que nosotros podamos conocerlo.»

«Elisabet espero por años convertirse en madre. Ella enfrentó la infertilidad mes tras mes. Y cuando parecía haber perdido toda esperanza, Dios intervino de una manera sobrenatural, trayendo fin a toda su desilusión en una forma extraordinaria.»

«Cuando Elisabet cruzó su mirada con la mirada de la madre de Jesús, María, ella comprendió cuál era el final que más importaba. Sus más profundos anhelos serian satisfechos. ¡Cristo estaba en camino!»

«Igual que los anhelos de Elisabet se desvanecieron con las noticias de que Jesús iba a nacer pronto, nosotras podemos aferrarnos a esa esperanza, porque gracias a Jesús, nuestras historias tienen un final maravilloso.»

Profundiza más:
¿Cómo el servir a otros, el alabar a Dios y el memorizar Su Palabra nos ayuda con nuestras desilusiones?
¿Cómo te consuela saber que Dios tiene un plan y que Él está escribiendo un final notable para la historia de tu vida?

Recuerda:
Mis amadas la historia de Elisabet es un recordatorio de que podemos enfrentar la desilusión con gracia debido a la esperanza que tenemos en Cristo. Nuestras historias pueden ser una continuación de su canción, mientras nos recordamos mutuamente que debemos mirar más allá de nuestros deseos no cumplidos hacia Aquel que, en última instancia, satisfará cada anhelo.

Un canal de bendición

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Serie: Elisabet: Cómo lidiar con la desilusión

Un canal de bendición – Lección 4

«Así ha obrado el Señor conmigo en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres» (v. 25). Mientras esperaba para ver a su Salvador cara a cara, ella dijo: «¿Por qué me ha acontecido esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?» (v. 43).

Esa es la imagen que vemos de Elisabet en su espera, ella hablaba de Dios y su enfoque era Dios.

Estas no son las palabras de una mujer enojada, a pesar de que su esposo había quedado mudo como resultado de su incredulidad. Estas son las palabras de una mujer anclada en la esperanza.

A medida que la historia de Elisabet continúa desarrollándose, encontramos que en el sexto mes de su embarazo, el mismo ángel que visitó a Zacarías visita a una virgen llamada María. Parece que los anuncios dramáticos de un nacimiento son la especialidad de Gabriel, porque esta vez él da la noticia de que María será la madre de Jesús.

Cuando estudiamos la vida de Elisabet, vemos su accionar y cómo recibe a María, entre otras cosas, no me cabe la menor duda que ella se aferró a la esperanza de que Dios obraría en cada angustia. Ellos siguieron sirviendo en el rol que Dios les había dado en medio de su dolor, como ya hemos visto.

Dios es bueno, y eso lo sabemos por qué su carácter nos es revelado en Su palabra. Entonces cuando las desilusiones siguen llegando, ¿por qué debemos seguir orando? La Escritura responde a esa pregunta con las hermosas promesas de Dios. Entonces estar ancladas a la verdad bíblica nos va a ayudar a reaccionar de una manera correcta. Debemos animar a las hermanas a que busquen un consejo centrado en la palabra de Dios y su carácter.

Frases para meditar:
«Dios respondió a la oración de Elisabet por un hijo con un «sí», pero lo más importante, Él respondió a su deseo de usar su vida para glorificar su nombre».

«Mientras oramos por las áreas de desilusión y anhelos, Jesús nos anima a hacerlo en el contexto de querer que Dios sea glorificado, mientras su reino y su gobierno se afirman en este mundo. Es querer que se haga la voluntad de Dios».

«Antes de orar por cualquier otra cosa, no importa lo urgente que sea, no importa en medio de qué tipo de crisis estemos, Jesús nos enseñó a orar para que el nombre de Dios sea glorificado. Su nombre representa todo lo que Él es. Queremos orar para que el reino de Dios venga y se haga su voluntad».

Profundiza más:
¿Qué tan importante es congregarnos y sacar provecho de los medios de gracia en nuestra iglesia local? Que pasa si nos aislamos?
¿De qué forma pudiéramos practicar caminar junto a hermanas que están pasando por alguna desilusión y mostrar la hospitalidad práctica que albergó a María en casa de Elisabet? (Ya seas soltera o casada).
Recuerda:
En retrospectiva y conectando con lo que hemos hablado podemos ver lo que Elisabet ya debía haber sabido: su historia no se trataba sobre ella. Dios utilizó todos esos años de desilusión y espera. Él usó el ejemplo de Elisabet de andar intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor» (Lucas 1: 6). Él utilizó la incredulidad de su marido. Lo usó todo para escribir una historia milagrosa sobre Su poder y gloria. Él desea hacer lo mismo en nuestras vidas. Que podamos servir a otros aún en medio de nuestras circunstancias.

Anhelos insatisfechos y la soberanía de Dios – Lección 3

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Serie: Elisabet: Cómo lidiar con la desilusión

Anhelos insatisfechos y la soberanía de Dios – Lección 3

La semana pasada compartimos sobre nuestras desilusiones y sobre cómo Dios ha ido obrando no sólo en nuestras vidas sino también en nuestros corazones. Esta semana estaremos viendo de una manera práctica cómo reaccionar cuando nos encontramos en medio de circunstancias difíciles, sin caer en la manipulación y aprendendiendo a dejar que Dios sea Dios.

Todo lo que llega a nuestras vidas de una forma u otra, si somos hijas de Dios, es parte del plan de Dios para dar a conocer a Jesús al mundo. ¡Si tan solo pudieramos ver eso! Ojalá que cuando no podamos verlo, podamos permanecer confiando en su plan soberano. Dios tenía un plan y un propósito para la vida de Elisabet. Ella era un pedacito, una parte muy pequeña, de una imagen mucho más grande.

Para este estudio seguiremos conversando con Berenice Montes, Orfa Montes y Pamela Espinosa sobre las desilusiones y lo que significa rendir a Dios tus anhelos. ¡Acompáñanos!

Entra al enlace y accede al video.

Frases para meditar:
«La obediencia a Dios no es un medio para hacer que Él haga nuestra voluntad. No obedecemos a Dios para que Él nos haga la vida más fácil. Obedecemos a Dios porque Él es Dios, es soberano y es digno de nuestra obediencia».

«Las experiencias y dudas de Zacarías no importaban. ¡Dios estaba obrando! Dios era soberano sobre la esterilidad de Elisabet y Zacarías y Dios es, en última instancia, soberano en nuestras propias vidas».

«Recuerda que Zacarías y Elisabet fueron fieles en su compromiso con el Señor, aunque Zacarías tuvo un lapso temporal en su confianza a Dios y dudó de que Él pudiera cumplir su promesa. De la misma manera, nuestras cabezas pueden saber que Dios es soberano, pero nuestros corazones pueden dudar que Él tiene toda la autoridad sobre los desafíos que enfrentamos».

Profundiza más:
¿Cómo crees que la constante exposición a las redes sociales y la forma en la que comparamos nuestras vidas con otras mujeres, contribuye a generar sentimientos pecaminosos y desilusión por lo que no tenemos?
¿Cómo lidias en tu vida diaria con lo que dicen o piensan los demás en medio de tus aflicciones?
¿Qué cosas prácticas puedes empezar a hacer para dejar a Dios ser Dios?

Recuerda:
El contentamiento no es lo mismo que estar en un estado «zen» o negar las desilusiones que han existido en nuestras vidas. Es llegar a la bifurcación entre la esperanza y la desesperación y escoger la esperanza; confiando en que Dios está trabajando en redimir nuestro sufrimiento para Su gloria. Esta es la elección que nos libera y nos lleva a Jesús.

Sirve mientras esperas

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Elisabet: Cómo lidiar con la desilusión

Sirve mientras esperas – Lección 2

La semana pasada visitamos la tierra del anhelo, estuvimos compartiendo con hermanas que han pasado por desilusiones en sus vidas; pero también vimos cómo Dios ha obrado en sus corazones. Esta semana estaremos viendo de una manera práctica cómo podemos servir cuando nos encontramos en medio de circunstancias difíciles. 

Cuando vemos la historia completa de Elisabet, nos damos cuenta que su anhelo de tener un hijo fue eventualmente satisfecho. Y eso está en Lucas 1:57-66. Sin embargo, esa no siempre es la norma y creo que cada una de nosotras puede dar fe de ello. Todo lo que podemos ver es el momento presente. No podemos ver la imagen completa, pues es Dios quien tiene el cuadro completo, un gran tapiz que Él ha estado tejiendo. 

No obstante, el anhelo de Elisabet no iba a ser de bendición solo para su matrimonio o su familia, este era un plan que Dios tenía preparado para toda la nación de Israel y para todo el mundo, no solo de su época, sino de toda la historia.

Todas hemos estado ante la bifurcación en el camino; ese momento donde debemos decidir entre la esperanza y la desesperación. Por lo general, ocurre cuando hemos estado recorriendo el mismo camino durante mucho tiempo, pero de pronto nos preguntarnos si nuestras circunstancias alguna vez cambiarán.

En esta ocasión tengo la bendición de contar con Berenice Montes, Orfa Montes y Pamela Espinosa, para conversar sobre qué hacer cuando nos encontramos en esa bifurcación y cuál es el camino que debemos tomar.

Entra al enlace y accede al video. 

Frases para meditar:

«Cuando obedeces a Dios en lo que te ha encomendado, Él se encontrará contigo».

«Aunque servir en el templo era sin lugar a dudas una tarea sagrada, Zacarías estaba haciendo simplemente lo que Dios le pidió que hiciera: cumplir con sus responsabilidades como sacerdote. Y fue allí, en el curso de cumplir con su deber, cuando Dios lo encontró».

Profundiza más:

  • ¿A dónde vas cuando estás desesperada con tu aflicción? ¿En qué o quién te refugias? (me voy de compras, me aislo, chisme, murmuración, culpo a Dios, busco amigas no sabias)
  • Cuando enfrentas desilusiones, ¿cómo haces para mantenerte enfocada en conocer y servir al Señor?
  • De acuerdo a tu experiencia y a los casos de mujeres que conoces, ¿cuál es la desilusión más predominante en las mujeres?

Recuerda:

No pienses que puedes vivir a tu manera y que luego, cuando lleguen las grandes pruebas, puedes tener de repente un corazón para obedecer a Dios. No funciona así. La obediencia diaria desarrolla los músculos necesarios para cuando las cosas se ponen difíciles.

http://www.avivanuestroscorazones.com/estudios/elisabet-como-lidiar-con-la-desilusion/elisabet-semana-1-la-tierra-del-anhelo/

La tierra del anhelo – Lección 1

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Serie: Elisabet: Cómo lidiar con la desilusión

La tierra del anhelo – Lección 1

¡Bienvenidas a nuestra serie Mujeres de la Biblia!

Estamos entusiasmadas de que hayas elegido hacer junto a nosotras este estudio de Elisabet: Cómo lidiar con la desilusión. Nuestro equipo ha estado orando por esta nueva temporada y estamos aquí para apoyarte en este trayecto de seis semanas que tenemos por delante. 

La historia de Elisabet, aunque breve, proporciona una excelente perspectiva de cómo hacer frente a la desilusión de una manera que honre al Señor. A través de años de infertilidad, Elisabet maneja su deseo insatisfecho de tener un hijo con una confianza y obediencia continua al Señor. Es posible que su vida no haya resultado como ella lo planeó, pero Dios le permitió jugar un papel fundamental en el desarrollo de Su historia redentora. 

El capítulo 1 del libro de Lucas describe el perfil de una mujer que sabía lo que era enfrentar la desilusión. Elisabet llegó a ser la madre de Juan el Bautista, no sin antes enfrentar décadas de infertilidad. Su historia tiene mucho que enseñarnos sobre la gracia de Dios al momento de enfrentar nuestras propias desilusiones.

En esta ocasión tengo la bendición de contar con un grupo maravilloso de hermanas. Acompáñame junto a Perla Montes, Myrna Ortíz y Sara Pérez en la primera semana de estudio sobre Elisabet. Entra al enlace y accede al video. 

Frases Resaltadas:

  • «La historia de Elisabet no siempre estuvo tan llena de alegrías. Su fe se forjó en el fuego de la desilusión, y ella tiene mucho que enseñarnos acerca de enfrentar nuestros propios contratiempos con esperanza y gracia».
  • «Un legado de fe, un matrimonio piadoso y una vida justa no protegieron a Elisabet de la desilusión».
  • «Es posible que hayas luchado con un anhelo insatisfecho durante décadas o simplemente desde que te despertaste esta mañana. En cualquier caso, recuerda que Dios está prestando atención. Él escucha tus anhelos. Toma esperanza en esto: los anhelos de Elisabet no fueron insignificantes. Eran el lienzo que Dios usó para pintar una magnífica obra maestra».

Profundiza más:

Semana Uno

Preguntas:

  • ¿Cuál ha sido la desilusión más grande que has enfrentado? 
  • ¿Cuál fue la emoción más difícil que salió de tu corazón con la cual tuviste que lidiar? 
  •  ¿Son las desilusiones circunstancias de «la vida» o consecuencias de mi pecado? 
  • ¿Alguna vez te has sentido tentada a creer que vivir una vida justa debe eximirte del dolor o la desilusión?

Recuerda:

Mi amada hermana, si hoy estás luchando con alguna desilusión, te animo a que puedas encontrar en el evangelio esperanza y gozo para tu alma. Quizá no recibas ese anhelo por el cual tanto oras, quizá de este lado de la gloria no tendrás ese «final feliz», pero si de algo puedes estar segura es que Dios está obrando en tu vida, en este instante, de muchas formas que no puedes ver. 

¡No te olvides de dejarnos tus preguntas y compartir tus fotos con las hermanas que estás haciendo este estudio! 

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4-Preguntas incorrectas

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Aviva Nuestros Corazones

Serie:  Rut: El poder transformador del amor redentor 

4-Preguntas incorrectas

Nancy DeMoss Wolgemuth: Te encuentras en alguna situación o estás enfrentando alguna dificultad con una persona, quizás un inconveniente en el trabajo, o una circunstancia particular en la iglesia que ha sido muy dolorosa, y que no puedes resolver, y te preguntas: «¿Qué hice para merecer esto?» 

Annamarie Sauter: Con nosotras Nancy DeMoss Wolgemuth.

Nancy: Tal vez no hayas hecho nada. Realmente no necesitas la respuesta a esa pregunta, lo único que necesitas saber es que Dios tiene un propósito y un plan que es mucho más grande que tú. 

Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

Hoy Nancy nos desafía a hacer las preguntas correctas y a buscar las respuestas en el lugar adecuado, como continuación de la serie titulada, Rut: El poder transformador del amor redentor.

Nancy: Una de las cosas que más me impresionan del corazón y de los caminos de Dios, es que apenas fallamos y nos alejamos de Su voluntad, Él inmediatamente está orquestando circunstancias que nos traigan de vuelta hacia Él.

Eso fue lo que sucedió en el jardín del Edén. El pecado de Adán y Eva no tomó a Dios por sorpresa. No lo tomó desprevenido. No se sentó en el cielo y dijo, «¡oh no! Mi plan se ha estropeado, ¿qué voy a hacer ahora?»

Dios ya tenía un plan para redimir al hombre de sus pecados desde antes de la fundación del mundo, un plan para traerlo de regreso y restaurarlo a un lugar de obediencia y de comunión con Él.

En estos días hemos estado estudiando el libro de Rut, y estamos en el capítulo 1. Hemos visto en los primeros dos versículos que Elimelec tomó a su familia en un tiempo de hambre, llevó a su esposa y a sus dos hijos de Belén y se fue al lejano país de Moab, pensando que las cosas serían mejores allí. No se dio cuenta de que estaba llevando a su familia a un lugar donde enfrentarían dificultades, problemas y luchas aún mayores. 

Así que hoy llegamos al versículo 3, y vemos que «Elimelec, el esposo de Noemí, murió». Y ahora ella se encuentra en una tierra extranjera, un lugar a donde su esposo la había llevado. No sabemos si ella colaboró con esta decisión de ir a este lugar, o si simplemente siguió a su esposo por obediencia, pero independientemente de eso, Dios sigue siendo el Rey. Dios todavía está en Su trono.

Noemí estaba en Moab, viuda, y con dos hijos. En el versículo 4 vemos que sus dos hijos, «se casaron con mujeres moabitas, una llamada Orfa y la otra Rut. Y vivieron allí unos diez años». Tengamos en cuenta que cuando fueron por primera vez a Moab tenían la intención de quedarse allí solo por un corto tiempo.

Pero como el pecado hace a menudo, los había llevado a un lugar donde terminaron lejos, en un país extranjero, Moab, fuera de la voluntad de Dios, durante mucho tiempo, ya había pasado una década.

«Y luego de vivir allí por diez años», esta mujer viuda con sus dos hijos y sus dos nueras, leemos en el versículo cinco: «Murieron también los dos, Mahlón y Quelión, y la mujer quedó privada de sus dos hijos y de su marido».

Ahora vemos una circunstancia en la que Noemí queda totalmente desamparada y sola, se encuentra en una situación desesperante, difícil y dolorosa.

Y pienso que en este caso, estas circunstancias fueron evidencia de la mano de Dios en la vida de esta familia, tratando de restaurarlos de Moab, la tierra a donde habían huido, para traerlos de vuelta al lugar al que pertenecían, Belén, en Judá.

Permítanme decirles rápidamente que no todas las circunstancias dolorosas en nuestras vidas son resultado de algún pecado. Algunas personas podrían decirte tras alguna pérdida, ya sea de una pareja, de un padre, de un hijo, o alguna otra pérdida en particular, que eso sucedió porque has pecado contra Dios. 

Esto fue lo que los amigos de Job trataron de decirle. El hecho es que a veces es y otras veces no es el resultado de nuestro pecado. Un ejemplo de esto es la muerte, que es siempre el resultado del pecado en algún sentido, porque vivimos en un mundo pecaminoso, pero muchas veces esta ocurre como consecuencia directa de nuestras malas decisiones. Algunas veces hemos estado viviendo una vida de obediencia y de todas formas tenemos que caminar por estos tiempos difíciles. Lo asombroso de los caminos de Dios, es que Dios tiene pleno control de todo lo que sucede, y está llevando a cabo Sus propósitos y tiene planes para tu vida, sin importar cómo llegaste a esa situación que estás atravesando.

Y regresando a la historia, vemos que Noemí y su familia habían dejado de lado la voluntad de Dios, huyeron del hambre, de Belén hacia Moab. Y Dios inmediatamente empezó a crear circunstancias que los trajeran de regreso a Belén. Estas circunstancias, por muy dolorosas que fueran, eran una expresión del amor de Dios hacia esta familia y su compromiso con esta familia. 

Y podrías decir, «esa es una forma extraña de demostrar amor, es una forma inusual de mostrar Su compromiso con ellos». Pero Dios sabía exactamente lo que era necesario para que esta familia regresara a casa.

De esa misma manera, Dios sabe exactamente lo que necesita tu vida para ser moldeada, santificada y conformada a la imagen de Cristo. Algunas veces las circunstancias son el resultado de tu pecado. En otras ocasiones son el resultado de vivir en un mundo caído, donde las enfermedades y la muerte son una realidad. A pesar de esto, Dios está obrando y expresando Su amor.

Esas circunstancias difíciles en las que nos encontramos son diseñadas por Dios para traernos de regreso a casa, nos llevan a arrepentirnos de nuestras malas decisiones, y nos llevan a ver menos atractivo el lugar donde nos encontramos, y nos permiten ver que nuestro hogar es el mejor lugar donde podemos estar. 

En esos tiempos puede venir la tentación de ver esas circunstancias como si vinieran de la mano de un Dios airado, en vez de ver todo esto como parte del amor y la misericordia de Dios al crear estas circunstancias en nuestras vidas.

Vamos a ver dos cosas que trajeron de regreso a Noemí a Belén. La primera la veremos el día de hoy y la segunda el día de mañana.

La primera fue la mano disciplinaria de Dios. Noemí tuvo que llegar a ver, al igual que nosotras, que las circunstancias a las que se enfrentaba no eran un castigo, eran entrenamiento y enseñanza. Ese es el propósito de la disciplina.

Cuando estamos en tiempos de adversidad, presión y problemas, la pregunta más importante no es, «¿por qué me está sucediendo esto?», sino más bien, «¿qué quiere enseñarme Dios a través de esta circunstancia?»

A menudo, lo que Él quiere enseñarnos está relacionado con algún área en la que nos hemos desviado y necesitamos ser restauradas. 

Necesitamos que nuestro corazón vuelva a casa. Podemos haber estado ciegas a nuestra necesidad o a nuestro fracaso, y Dios quiere abrir nuestros ojos para enseñarnos.

En este caso, la muerte de Elimelec no fue suficiente para que Noemí volviera a casa. Ella continuaba en Moab. Tal vez pensó, «no estoy tan solaNo puedo hacer ese viaje de regresoHe hecho amigas aquí. Pienso que mejor me quedaré aquí». No sabemos lo que pensó, pero sí sabemos que Dios sabía exactamente lo que se necesitaría para llevarla de vuelta a su país de origen.

Hemos visto que Noemí se quedó en Moab lo suficiente como para que sus hijos tomaran esposas de entre las mujeres moabitas. No estaba expresamente prohibido por Dios que los judíos se casaran con moabitas. Ellos sí tenían prohibido casarse con cananeas.

Dios no había dicho que no podían casarse con moabitas, pero había advertido a Su pueblo: «Si te casas fuera de tu fe, es probable que seas arrastrado por la idolatría y por las religiones paganas».

Así que esta fue definitivamente una elección insensata, fue falta de sabiduría por parte de esos jóvenes. Y a propósito, aplicando esto a las madres, cuando llevas a tus hijos a vivir en el sistema del mundo, cuando permites que estas cosas entren en tu hogar y llevas a tu familia a pensar y practicar las cosas del mundo, no te sorprendas que tus hijos crezcan atraídos por las cosas terrenales y no por las cosas espirituales y eternas.

Al parecer, los dos hijos de Noemí estaban lo suficientemente cómodos en Moab como para decidir establecerse allí y tener sus esposas. Madres, esto es algo que deben enseñar a sus hijos e hijas -–la falta de sabiduría o insensatez que hay en casarse fuera de su fe, en yugo desigual y cómo muchos han hecho naufragar su propia fe por casarse con una persona que no tiene un corazón para Dios.

En este caso en particular, los hijos de Noemí perdieron sus vidas. Pero quiero que veas que aun esto es un acto de la misericordia de Dios. ¿Qué era lo que Dios quería hacer? Él estaba tratando de llevar a Noemí y a su familia de regreso a casa, de regreso al lugar de obediencia, y no solo por el bien de ellos.

Dios tenía un plan mayor, un propósito mucho más grande que tenía que ver con la redención. Se trataba del Mesías. Todo apuntaba a una línea familiar de santidad y pureza que Dios quería crear para traer la salvación al mundo.

Recordemos que Dios tiene propósitos mayores que mi comodidad y mi bienestar. Debo estar dispuesta a rendirme para que Dios cumpla Sus propósitos, sin importar el costo que tenga en mi propia vida.

Cuando los hijos de Noemí murieron, ella quedó en una situación en la que ya no tenía heredero para el nombre de su esposo. La línea familiar se detuvo. 

No había forma en la que esos nombres tuvieran continuidad. No había manera en la que su herencia fuera garantizada. Estas dos cosas, la herencia y el nombre de la familia, y las tierras de la familia, eran muy importantes en la cultura judía.

Noemí lo perdió todo. Alguien ha dicho que un buen resumen de esta parte de la historia, es que el pecado te lleva más lejos de lo que quieres ir, te retendrá más tiempo del que quieres quedarte y te costará más de lo que quieres pagar.

Así que en la vida de Noemí, vemos que ella experimentó el dolor y la pérdida. Vemos que las decisiones tienen consecuencias. A veces son nuestras consecuencias y otras tenemos que sufrir las consecuencias de las elecciones equivocadas de otras personas. Pero a pesar de todo, Dios tiene propósitos en medio de todo esto.

El objetivo de Dios es restaurar. Su meta es construir una línea familiar, un legado piadoso, una herencia santa. Noemí pensó que lo había perdido todo, y parecía que así era.

Me pregunto si alguna vez te has encontrado en una posición, en un momento dado en tu vida, en la que parecía que por tus propios fracasos o por los fallos de algún miembro de tu familia, ya no había posibilidad de tener una línea familiar piadosa.

Tal vez has pensado: simplemente no podemos ser una familia piadosa. De la misma manera, parecía que toda esperanza se había perdido en el caso de Noemí. Pero esta es la historia de cómo Dios toma una línea familiar destruida, impía, con decisiones equivocadas, muchos fracasos, y la redime para que se convierta en una línea familiar que llevaría a Cristo.

Hay esperanza para tu familia. Eso implica que tienes que estar dispuesta a abrazar las circunstancias que Dios utiliza para restaurarte. Pueden ser dolorosas. Pueden traer lágrimas. Pueden implicar incluso a veces algo tan severo como la muerte. Pero recuerda que siempre es una expresión del amor de Dios, que esas circunstancias en nuestras vidas son en realidad expresiones de Su misericordia, que están destinadas a nuestra instrucción.

Eso no significa que los resultados de nuestras decisiones sean culpa de Dios. Vivimos en un mundo caído, donde hay pecado, y recibimos las consecuencias de esto. Pero significa que cuando nosotras pecamos, u otros pecan contra nosotras, o cuando enfrentamos circunstancias y situaciones difíciles en la vida que parecen estar fuera de control, aún ahí Dios gobierna, Él gobierna sobre todas las circunstancias.

Pienso en una joven mujer que conozco que perdió a su padre a la edad de ocho años, y cuando era adolescente su hermano fue asesinado. Cuando estaba en la universidad, un día antes de regresar a casa para las vacaciones de Navidad, un hombre entró a su apartamento y la asaltó –una terrible y horrible experiencia.

Parecía que había una cosa tras otra en la vida de esta joven. Bueno, han pasado unos doce años desde ese último episodio, y si pudieras conocer a esta joven ahora, dirías que por muy difíciles y dolorosas que fueron las circunstancias que llegaron a su vida –sobre las cuales ella no tuvo ningún control– ahora miras a esta mujer y dices: «Aquí hay una joven que conoce a Dios».

Esta joven ha sido instruida en los caminos de Dios. Hay una libertad y una fragancia que ha surgido en ella como resultado de algunas de las circunstancias difíciles y dolorosas que ha atravesado en su vida.

Dios usa la aflicción con el propósito de disciplinar y corregir. Vemos esto en Hebreos capítulo 12, aquí el autor del libro se dirige a los creyentes que están atravesando persecución y tiempos difíciles por causa de su fe. Les da palabras de aliento, y les exhorta: «Consideren, pues, a Aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra Él mismo, para que no se cansen ni se desanimen en su corazón». De hecho, continúa diciendo: «Porque todavía, en su lucha contra el pecado, ustedes no han resistido hasta el punto de derramar sangre» (Heb 12:3-4).

Así que mantén tus ojos en Jesús, pon tus ojos en Cristo. Más adelante, el escritor de Hebreos nos brinda una perspectiva más amplia acerca de la disciplina de Dios. Nos dice en el capítulo 12 versículo 5: «Además, han olvidado la exhortación que como a hijos se les dirige». 

Es muy cierto que existen momentos en la vida donde necesitamos palabras de exhortación. (Así como vimos en el capítulo 1 de Rut, donde Noemí se encontraba en un momento en el que necesitaba de estas palabras). Algunas de ustedes también necesitan una palabra de exhortación para lidiar con las diversas circunstancias que están atravesando en sus vidas. El escritor de Hebreos dice aquí: «Has olvidado algo y necesitas que te lo recuerden».

Veamos a continuación esas palabras de exhortación en Hebreos 12:5-6, esta es una porción que también se encuentra en el Antiguo Testamento, y dice: «Hijo Mío, no tengas en poco la disciplina del Señor, ni te desanimes al ser reprendido por Él. Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo».

Esto significa que la disciplina es una expresión del amor de Dios. Quizás se lo has dicho a tus hijos, «estoy haciendo esto porque te amo». Y no es una tarea fácil, disciplinar no es algo sencillo, pero como madre sabes esto, que cuando amas a tus hijos, los disciplinas. (Esto lo vemos también en Proverbios 3:11-12).

La Escritura nos está diciendo aquí en Hebreos 12, que tenemos un Padre amoroso que disciplina a Sus hijos, y esta disciplina es una expresión de Su amor. Dice que Él disciplina a todo aquel que ha aceptado como a un hijo.

Cuando llegas al versículo 8, dice, «a todos sus hijos disciplina», todo hijo de Dios. De hecho, el hecho de que experimentes aflicción, corrección y disciplina es una evidencia de que eres una hija de Dios.

Si no has experimentado la disciplina en tu vida, sería bueno que te preguntes, «¿soy una verdadera creyente?», porque las Escrituras nos dicen que Dios disciplina a todo aquel que ha recibido como hijo.

Tú no disciplinas a los hijos de tu vecino, disciplinas a tus propios hijos; y Dios disciplina a Sus hijos. Si somos una de Sus hijas, vamos a experimentar Su disciplina.

Ahora, este pasaje nos enseña cómo debemos responder en esos tiempos de disciplina. Dice en el versículo 7, que es para su corrección que sufren la disciplina. No dice cuál es la razón por la que se encuentran en esa dificultad. 

No dice que la corrección fue el resultado de algún pecado personal o el pecado de otra persona. En cierto sentido no importa, Él dice: «Estás sufriendo y es difícil. ¡Soporta la disciplina! Acéptala, no huyas de ella. No la resientas. No la resistas, permanece firme».

Resistir sugiere que hay un largo recorrido involucrado. Significa que existe una carrera que no es de velocidad sino a campo traviesa. Esta es una forma distinta de responder. 

Eso me recuerda una caminata que hice con una amiga que me pidió que nos fuéramos a hacer senderismo. Fuimos a una montaña cercana y no pudimos tomar la ruta más fácil ya que estaba en construcción y esa parte estaba cerrada. Así que rodeamos la montaña por detrás, e hicimos lo que yo no consideraría como senderismo. Yo diría que fue más bien una escalada de montañas.

A mitad de camino estábamos sofocadas, y algunos de nosotros nos preguntábamos si sobreviviríamos a esa penuria. Mirábamos lo que faltaba y esperábamos que fuera la cima y decíamos: «Parece que hay un cielo ahí arriba». Pero en el proceso de llegar desde abajo hasta la cima, hubo dificultades. Había necesidad de resistir.

Continuamos en el versículo 9, pero permítanme comenzar desde el inicio del versículo 7: 

«Es para su corrección que sufren. Dios los trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si están sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces son hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos?» (Heb 12:7-9).

¿Cuál debería ser nuestra respuesta? No solo resistir, perseverar, sino también respetar a Dios en ello, y rendirnos a Él si queremos ser vivificadas a través de esa disciplina. Someternos a Él. Esto es lo que les dices a tus hijos cuando los disciplinas.

Sométete a la instrucción. Sométete a la disciplina. Rinde tu voluntad. Cuando disciplinas a tus hijos, si es una disciplina efectiva, los llevarás a un lugar en el que sabes que su voluntad será quebrantada.

Y Dios pone disciplina en nuestras vidas hasta que nuestra voluntad sea quebrantada, dejemos de patalear y de resistirlo, y donde seamos dóciles, mansas y tiernas en Sus manos.

Dice en el versículo 10: «Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía», nuestros padres terrenales, «pero Él (Dios) nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de Su santidad».

Esto se refiere al propósito de Dios con todo esto. Es importante que lo mantengas en mente cuando atravieses por la disciplina. ¿Cuál es la meta de Dios?

Sabemos que ¡es para nuestro bien! Es para nuestra bendición, para nuestro beneficio. Y el propósito final es que podamos ser partícipes de Su santidad.

Dios está comprometido en hacer que tú y yo seamos más como Jesús. Y eso implica un proceso, porque no empezamos así. Hay tanto en mi corazón, en mi actitud, en mi forma de tratar a las personas, hay tantas cosas en mi forma de responder a la vida que no reflejan el carácter de Cristo.

Entonces, ¿qué hace Dios? Envía dificultades. Y esas dificultades pueden tomar muchas formas diferentes. Pueden ser las pequeñas cosas de la vida, las que nos hacen tropezar en el transcurso del día. Pueden ser crisis grandes y monumentales, pero el objetivo siempre será que lleguemos a ser partícipes de la santidad de Dios, que lleguemos a ser como Jesús.

Continuamos leyendo en el versículo 11: «Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza». Entonces, si no es dolorosa, no es disciplina. No nos importaría que Dios nos disciplinara si no nos doliera. Pero la naturaleza de la disciplina es que es dolorosa. No es placentera. Ninguna disciplina parece ser causa de gozo en el momento.

Tus hijos no te dirán, «quisiera ser disciplinado. Dame alguna dificultad. Quiero más tareas. Dame alguna reprensión». No pedimos disciplina. No es placentera, pero las Escrituras dicen que produce algo agradable. Algo que hace que merezca la pena toda esa dificultad. Él dice, «sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, después les da fruto apacible de justicia» (Heb 12:11).

Todo esto significa que esto no ocurre inmediatamente. No se ponen semillas en la tierra y de repente aparece una cosecha. Nos dice, «por un tiempo, tenemos que atravesar esta disciplina y luego producirá frutos».

Y podrías preguntarte, «¿por cuánto tiempo? ¿Qué tanto durará?» No lo sé. Tampoco tú lo sabes, pero conocemos a alguien que sabe, Dios lo sabe, y Él está diciendo: «¡Mantente firme! Persevera, resiste, no te desalientes, cobra ánimo, y recuerda que esto producirá frutos de justicia».

Tenemos la certeza de que si permanecemos, si estamos dispuestas a ser entrenadas por la disciplina y nos sometemos a ella, tendremos frutos apacibles de justicia.

Ahora bien, la disciplina no siempre tiene los resultados que nosotras esperamos. Si nos resentimos, si nos resistimos, si huimos, entonces tendremos la disciplina, pero no produciremos frutos apacibles de justicia.

Cuánto mejor es decir: «Sí, Señor. Acepto esto». Tal vez fuiste responsable de las consecuencias recibidas; o tal vez no fue tu culpa. Quizás fue alguien más que te llevó a este problema. Tal vez fueron circunstancias que no pudiste controlar, pero aún así decides tener un corazón enseñable que dice: «Señor, quiero llegar a conocerte a Ti y a Tus caminos a través de esta circunstancia. Me someto a esta disciplina. Estoy dispuesta a ser entrenada». Es entonces con esta actitud, que alcanzarás la promesa de que se producirán frutos apacibles de justicia y paz.

Mirarás hacia atrás y dirás: «Gracias, Señor. Tú sabías algunas cosas que yo no sabía. Tenías un plan en mente. Tenías el propósito de transformar mi vida conforme al carácter de Cristo. Gracias por todas las decisiones que tomaste, a pesar de lo dolorosas que fueron, como resultado ahora puedo tener una comunión y una intimidad contigo, que es más abundante y más dulce de lo que hubiera podido disfrutar sin la disciplina».

¿Estás pasando por algún tipo de disciplina en estos momentos? Pienso que todas podemos recordar algún tiempo en el que estuvimos ahí, pero me pregunto si hay alguien que esté pasando por algún tipo de disciplina ahora mismo. Sé que yo lo estoy. Incluso el desarrollo de Aviva Nuestros Corazones es una disciplina en mi vida. No está relacionada al pecado, no lo creo, pero es una expresión del amor de Dios y Su misericordia. Hay aspectos en los que Dios me ha puesto en un nuevo tipo de ministerio que son desafiantes, que son dolorosos.

La pregunta no es, «¿pasaré por estas cosas?» Porque la realidad es que va a haber dificultades. La pregunta que debes hacer es «¿realmente resistiré? ¿Someteré mi voluntad a la voluntad de Dios? ¿Soportaré la prueba? ¿Soportaré Sus propósitos, y dejaré que Dios me enseñe a través de la disciplina?»

¿Dejarás que Dios te enseñe en medio de la disciplina, las dificultades y los retos? En alguna situación con una persona, un inconveniente en el trabajo, o una circunstancia particular en la iglesia que ha sido muy dolorosa, y que no puedes entender, y te preguntas: «¿Qué hice para merecer esto?» Tal vez no hayas hecho nada. Realmente no necesitas la respuesta a esta pregunta, lo único que necesitas saber es que Dios tiene un propósito y un plan que es mucho más grande que tú. 

Es más grande de lo que puedes ver. Él lo está llevando a cabo. Él cumplirá Sus propósitos. Y cuando hayas sido probada, saldrás de ahí tan pura como el oro.

Annamarie: ¿Has visto el amor de Dios por ti en medio de la disciplina? ¿Confías en que Él tiene buenos y mayores propósitos aún en medio de la dificultad? Nancy DeMoss Wolgemuth te ha animado a reflexionar en estas cosas. 

Si te has alejado de Dios hoy es un buen día para volverte a Él, para acercarte a Él. Y si te encuentras en medio de una situación que no entiendes, pregúntale al Señor en oración, «¿qué quieres enseñarme a través de esto?» Aquí está Nancy para orar con nosotras.

Nancy: Padre, quisiera detenerme y agradecerte por Tu mano que nos disciplina. Usualmente no me gusta la disciplina, pero hoy te amo más a causa de ella. Sé que existen áreas en mi vida que son más parecidas a Ti hoy en día por causa de Tu disciplina en mi vida.

No me agrada precisamente la idea de más disciplina, pero estoy segura de que esto también es parte de la expresión de Tu amor, una expresión de Tu relación, de Tu compromiso conmigo. Señor, quiero en esos momentos de disciplina poder permanecer, someter mi voluntad a la tuya, ser enseñable, ser humilde y ser transformada a Tu imagen.

Y quiero orar por las hermanas que están enfrentando tiempos de aflicción o disciplina, quizás por sus propias decisiones erróneas, tal vez por las malas decisiones de otros. O quizás han sido circunstancias que vienen de Ti, con el propósito de conformarlas y moldearlas a la imagen de Cristo. ¿Alentarías sus corazones? ¿Les darías fortaleza? Ayúdales a mirar más allá de la disciplina y cosechar frutos apacibles de justicia y paz, como lo has prometido a aquellos que han sido entrenados en ella. ¡Oro en el nombre de Jesús, amén! 

Annamarie: Amén. Asegúrate de acompañarnos mañana para la continuación de esta serie. 

Conociendo el poder del amor redentor juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.

Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.

Nancy DeMoss Wolgemuth

Nancy DeMoss Wolgemuth ha tocado las vidas de millones de mujeres a través del ministerio de Aviva Nuestros Corazones y del Movimiento de Mujer Verdadera, llamando a las mujeres a un avivamiento espiritual y a la feminidad bíblica. Su amor por Cristo y por Su Palabra es contagioso y permea todos sus alcances, desde sus conferencias hasta sus programas de radio.

Ha escrito veintidós libros, incluyendo Mentiras que las mujeres creen y la Verdad que las hace libres, En busca de Dios (junto a Tim Grissom), y Adornadas. Sus libros han vendido más de cuatro millones de copias y están llegando a los corazones de las mujeres alrededor del mundo. Nancy y su esposo, Robert, radican en Michigan.