Él restaura – Ene 6

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El Señor es mi Pastor

Aviva Nuestros Corazones

Ene 6 – Él restaura

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Annamarie Sauter:El rey David sabía en quién había creído. 

Nancy DeMoss Wolgemuth: Él sabía que tenía un Dios Pastor que estaba en el negocio de la restauración, el negocio de restaurar, de tomar cosas viejas, cosas usadas, cosas maltratadas, cosas destrozadas, cosas despreciadas, cosas que nadie más quiere, cosas gastadas que nadie quiere usar, Dios las toma y las restaura; las hace nuevas. Tenemos un Dios redentor que hace nuevas todas las cosas.

Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

¿Cómo describirías tu vida en este momento? Más aún, ¿cómo describirías el estado de tu corazón y tu fe en medio de las circunstancias en que te encuentras? Hoy Nancy te trae algo de perspectiva al continuar con la serie titulada, «El Señor es mi Pastor».

Nancy: Mientras estudiamos el Salmo 23, es importante que recordemos que el hombre que escribió esto, el rey-pastor David y los judíos que leían este salmo en aquellos días vivían en la tierra de Palestina. 

Palestina era una tierra desértica. No era fácil encontrar pastos verdes y corrientes de agua. El pastor debía saber cómo encontrarlos y dónde encontrarlos para su rebaño. Por eso es tan significativo cuando David dice: «El Señor es mi Pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce» (23:1-2).

Lo que él está diciendo es, el Señor es el tipo de pastor que sabe dónde encontrar lo que sus ovejas necesitan, aún en un lugar donde es difícil encontrar esos pastos verdes y esas aguas de reposo.

Mientras lees el Salmo 23 y meditas en él, podrías pensar, «bueno, yo no vivo en Palestina, pero como que sí describe mi vida». Tal vez tienes cinco hijos y piensas, «es difícil encontrar esas aguas de reposo en este tiempo de mi vida». O tal vez esa circunstancia, esa situación en tu vida se sienta tan…a veces eres parte de esa generación sándwich en la que estás cuidando a tus padres ancianos pero al mismo tiempo tienes hijos adolescentes, y sientes como que en todo momento alguien te necesita. ¿Cómo encuentras esos pastos verdes? ¿Cómo encuentras esas aguas de reposo? 

Solo déjame decirte: Primero, sigue al Pastor. Él sabe cómo encontrarlos para ti. Necesitas confiar en tu Pastor. Él los va a encontrar y sabe que son importantes. Si lo sigues, Él te guiará a esos lugares. Hay momentos en mi vida en los que siento que casi no puedo respirar… Si solo descanso en mi propio entendimiento no voy a encontrar esos verdes pastos, esas aguas de descanso.

Si voy al Señor y le digo, «Señor, soy tu oveja, Tú eres responsable por mí. Por favor muéstrame en este tiempo de mi vida cómo encontrar esos verdes pastos y esas aguas de reposo», Él lo va a hacer.

Recuerda que cuando Jesús escogió a Sus doce discípulos –en Marcos 3– nos dice que «los escogió para que estuvieran con Él y para luego enviarlos a ministrar a otros» (v.14, parafraseado). Necesitamos estar con el Señor. Necesitamos tener comunión, compañerismo, intimidad con Él, antes de que podamos ser útiles para salir y ministrar a otros –aún si esos otros son los preescolares que tienes en casa. Tienes que pasar tiempo con el Señor antes de poder ser efectiva y útil para servirle. 

Entonces, cuando los discípulos salieron, Marcos 6 nos dice que regresaron a Jesús. Después de haber hecho el ministerio, le dijeron todo lo que habían hecho y enseñado.

«Y Él les dijo: “Vengan, apártense de los demás a un lugar solitario y descansen un poco”. Porque había muchos que iban y venían, y ellos no tenían tiempo ni siquiera para comer.Y se fueron en la barca a un lugar solitario, apartado» (vv. 30-32).

Ahora, en este caso, no duró mucho tiempo porque las multitudes los seguían y Jesús recibía a las multitudes con gracia y tuvo compasión de ellas. Pero Él sabía que ellos necesitaban, aunque fuera ese corto periodo de tiempo para alejarse y estar con Él, para recalibrarse, para reponerse, para recargar combustible, para poder regresar y atender a esas multitudes necesitadas. Es por eso que necesitamos esos tiempos de silencio, esos momentos de quietud, esos lugares quietos para ser reabastecidas. 

Necesitas alimentarte de Jesús. Necesitas beber de Él antes de que puedas invertir en la vida de otros. 

Una mamá que está amamantando necesita estar bien alimentada, antes de poder nutrir a su bebé. Si ella se alimenta de comidas equivocadas, de comidas que no la nutren, puede terminar teniendo a su bebé con cólicos o enfermo del estómago. Por eso es tan importante lo que dejamos entrar, los alimentos que comemos, antes de poder pasarlo a otros.

El Salmo 1 nos dice que aquel que «en la ley del Señor está su deleite, y en Su ley medita de día y de noche» –estas no son palabras de apuro, son palabras de reflexión, de meditación. Son palabras desconocidas para nuestra mentalidad del siglo 21. Pero el que medita en la ley de Dios, el que se deleita en ella, «será como árbol plantado junto a corrientes de agua». Ahí tenemos esa imagen del agua otra vez. Será como «árbol que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera» (vv. 2 y 3).

Y quizás tú digas, «yo me estoy marchitando. Estoy seca. No puedo producir fruto. Me siento exhausta». Entonces puede ser que no estés plantada junto a esas corrientes de agua; no has venido a esas aguas de reposo; no has estado meditando en la Palabra de Dios, deleitándote en ella. 

«En lugares de verdes pastos me hace descansar». Algunas veces simplemente tienes que estar quieta y dejar de moverte. Y otra vez les digo, este es un pensamiento extraño para nuestra cultura. Piensas en el ritmo de nuestras vidas; en el ritmo de vida de la persona promedio. Comemos a la carrera. En la manera en que vivimos los detalles de nuestras familias son todos deprisa. 

En su libro Síndrome de la Sobrecarga, Richard Swenson dice:

«Aun el mejor equipo no puede arreglar un carro de carreras si va a 200 millas por hora. Tampoco nuestros cuerpos pueden recuperarse en medio de un estilo de vida tan acelerado». 

No puedes obtener el descanso que necesitas, la frescura que necesita tu alma, tu espíritu e incluso tu cuerpo, arrebatando minutos por aquí o por allá de vez en cuando. Si intentas dormir un poquito por aquí, otro poquito por allá, o un poquito de descanso en la presencia de Dios, de poquitos por aquí, otro por allá, a la larga no puedes sostener la vida espiritual ni la física. 

No puedes sostener tu vida espiritual solo escuchando unos cuantos minutos de radio cristiana de camino al trabajo. Eso es comer a la carrera. Es tratar de llenarle el tanque al auto mientras va a 200 millas por hora. 

Dice el Señor: «Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios» (Sal. 46:10). Necesitamos tiempos de descanso. 

Hice unas anotaciones de cosas que han sido de ayuda en mi vida y quisiera compartirlas con ustedes y animarlas, y quisiera decir que en esto soy una peregrina en proceso también. Soy una oveja que vive a la carrera muchas veces y una oveja que necesita este versículo, que necesita descansar en pastos verdes, necesita dejar que su Pastor le guíe a aguas de reposo. Hay cosas que estoy descubriendo que me están ayudando en ese proceso mientras sigo a mi Pastor.

Una de esas cosas en las que estoy siguiendo a mi Pastor es viendo la importancia del Sabbath –el descanso– un día a la semana. Esto es algo que he sabido que es importante en la Palabra de Dios y en diferentes medidas he intentado practicarlo a través de los años. Mi padre y mi madre le daban un lugar muy importante en nuestra familia. 

Tal vez algún día hagamos una serie completa acerca de cómo tomar un día de descanso, de reposo. Pero déjame decirte que he llegado al lugar, aun estudiando este pasaje, donde realmente no estaba tomando un día para desconectarme, para apagar la computadora, para parar la maquinaria que va a mil por hora y simplemente dejar que Dios me llene. He estado tratando de hacer esto los domingos. Sé que tengo amigos que lo hacen otros días de la semana. No voy a entrar en un debate sobre esto, pero lo que sí estoy diciendo es que Dios nos hizo para que nuestros cuerpos, nuestros espíritus, necesitaran ese día, un día a la semana.

Dios les dijo a los israelitas, «si no lo hacen con la tierra, si no dejan que la tierra descanse un año de cada siete, vendrá el día cuando la tierra no va a producir más cultivos». Vas a tener que darle ese tiempo de una o de otra forma. Tal vez sea con una crisis –física, emocional, mental o espiritual– pero de una u otra forma, vas a tener que tomar ese descanso. Cuánto mejor sería tomarlo regularmente como Dios nos lo ha mandado. 

He estado pensando acerca de esos domingos. Son un regalo de Dios para mi alma. Recíbelo como un regalo. Y también creo que necesitamos esos Sabbath, esos descansos, al principio de cada día. Ese tiempo de quietud, a solas delante del Señor, donde nos llenamos de Su Palabra y comenzamos nuestro día con Él. 

Déjame decirte algo verdaderamente radical acerca del tiempo de descanso. Necesitamos tiempo para desconectarnos de la tecnología. Para desconectar la radio, apagar la televisión, apagar la computadora, apagar el celular. Algunos de sus hijos crecerán sin saber lo que es tener al menos diez minutos sin tener sonido conectado a sus oídos. Eso no está bien, eso no es sano para el alma. 

Necesitamos tiempos cuando todo apague, todo se desconecte de todo y simplemente escuches la voz del Señor hablar. Y si has participado en algunas de nuestras conferencias, ya sea de Revive Our Hearts o Aviva Nuestros Corazones, sabes que al final de la sesión del viernes por la noche retamos a las mujeres a hacer una especie de ayuno. Un ayuno de las redes sociales, de los medios de comunicación, que comienza el viernes por la noche, todo el sábado –que estaríamos sentadas en la conferencia– y así las invito a que hagan este ayuno.

Que no prendan la radio en sus automóviles, que no prendan la TV cuando lleguen a sus habitaciones de hotel, que no se conecten en las computadoras para chequear sus correos electrónicos, que no abran sus teléfonos durante un tiempo, solamente para contestar alguna llamada importante de sus casas, quizás.

El punto es que las animamos a hacer eso, y nos sorprendemos de cuán difícil es esto para la mayoría de ellas. Y estamos hablando de solo una noche y un día. Hemos desarrollado una adicción a estas cosas. Eso no es bueno.

También es importante descansar por momentos durante nuestro día. Tal vez sea mientras esperas en algún lugar, como una sala de espera. Lleva un buen material para leer y mantenlo contigo. Yo guardo una versión pequeña del Antiguo Testamento y de los salmos y los proverbios en mi bolso para tener siempre algo en qué meditar cuando tengo tiempo extra –tiempos cuando puedes concentrarte, enfocarte y llenarte. 

No estoy hablando de ser floja, haragana. No estoy hablando de evadir responsabilidades, de tener una vida fácil. Debemos ser diligentes, soldados, guerreros, porque estamos en una batalla. Estoy hablando de ordenar tu vida y tus días y tus horas en torno al Señor, poniendo primero lo primero, nutriendo y ministrando tu alma para que estés lista para la batalla. 

Aquí hay otra cosa: No llenes cada segundo de tu día con actividades o conversaciones. Necesitas tiempo para reflexionar, y eso requiere que examines tu horario periódicamente. Tienes que hacerlo porque nuestros horarios se llenan de cosas rápidamente. 

Necesitas examinar el horario de tu familia –en lo que puedas controlar. Va a requerir tomar decisiones difíciles. Significa que tus hijos no van a poder estar involucrados en todas las actividades que quisieran. Significa que tus hijos probablemente no van a participar en todos los deportes y actividades en los que a lo mejor sus amigos participan. Pero tus hijos necesitan aprender cómo caminar en pastos verdes y junto a aguas de reposo. Tal vez tengas que cortar algunas cosas del horario de tu familia –algunos compromisos y actividades– y decir, «necesito tener tiempo para llenarme de Dios si quiero poder darlo a otros».

Hemos citado a George Mueller durante esta serie. Él habla de la importancia de alimentar nuestras almas con la Palabra de Dios. Él dijo: 

«¿Cómo haremos para obtener esta quietud feliz del alma? ¿Cómo aprenderemos a disfrutar a Dios? Contesto: Esta felicidad se obtiene mediante el estudio de las Sagradas Escrituras. Es absolutamente necesario, para que esta felicidad en el Señor continúe, que leamos las Escrituras regularmente. Ellas son el medio que Dios ha escogido para alimento del hombre interior…No la lectura simple de la Palabra de Dios, como si solo pasara por nuestra mente, como el agua pasa por una tubería, sino considerando lo que leemos, meditándola y aplicándola a nuestros corazones». 

Así que, al dejar tiempos libres en tu horario, sacas algo de ruido, sacas la basura, sacas las cosas innecesarias para que puedas tener espacio, tiempo y quietud de mente y corazón para reunirte con el Señor, para dejar que tu alma se nutra con Su Palabra, y mientras te metes en la Palabra, gozarte en Cristo que es la Palabra viva. 

Jesús nos invita y dice: «Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar» (Mateo 11:28).

Él sabe lo que necesitas y cuándo lo necesitas. Él sabe cuántas horas de sueño necesitas. Él sabe lo que tu alma necesita. Si le das tus días y tus horas y tus momentos, creo que Él va a multiplicar lo que necesitas. Es simplemente sobrenatural. Él puede hacer que esos pequeños momentos que te encuentres en Su presencia te lleven a través de varias horas de un día frenético con todas tus responsabilidades

Ahora, no tomes eso como excusa para tomar atajos, pero hay temporadas en la vida que son mucho más difíciles. Dios lo sabe. Confía en Él, y confía en que Él te va a guiar. Él sabe cómo llevarte a esos pastos verdes. Él sabe cómo encontrarlos para ti, y sabe cómo guiarte junto a aguas de reposo. 

Ahora, el versículo 3 dice que el Pastor «restaura mi alma». Mientras David, el rey-pastor reflexionaba acerca de lo que había significado para él ser pastor y de cómo cuidaba de sus ovejas, estoy segura de que él pensaba, «cuando mis ovejas necesitaban comida, cuando necesitaban agua, cuando necesitaban descanso, cuando estaban hambrientas, cuando estaban cansadas, yo cuidé de sus necesidades. Yo encontraba lo que necesitaban. Las llevaba a los lugares que necesitaban. Yo les proveía. Yo restauraba sus almas».

Creo que probablemente también pensaba en los tiempos cuando esas ovejas se perdían, se decarriaban, se escapaban del rebaño. Pensaba cómo dejaba el resto del rebaño y salía a buscar a esa ovejita que se había extraviado –tal vez atrapada en algún barranco, tal vez atrapada en un matorral, tal vez en la noche oscura, asustada y sola –y él pensaba, «en esos momentos yo restauraba a mis ovejas».

Tal vez pensaba en esos tiempos cuando las ovejas estaban esperando crías, y se caían de lado y quedaban boca arriba, y se quedaban atoradas –no podían pararse; estaban muy gordas. Ese tipo de ovejas es a las que se les llamaba abatidas –no se podían poner de pie ellas mismas. «¿Por qué te desesperas, alma mía?» (Salmo 42:5). Cuando a las ovejas les pasaba eso, el pastor venía y las levantaba y las ponía sobre sus patas. Él restauraba a esa oveja. 

Así es que estoy segura de que él estaba pensando en diferentes tiempos y épocas en la vida de las ovejas cuando el pastor restauraba a esas ovejas. 

Y David pensaba, «mi Pastor Dios restaura mi alma en esas diferentes estaciones y necesidades y tiempos de mi vida».

Ahora, la palabra restaura, el significado en el lenguaje original de esta palabra se traduce como «volver atrás, girar, regresar». Frecuentemente en el Antiguo Testamento se usa para hablar de un regreso espiritual al Señor. Dios dice: «Volveos a mí… y yo me volveré a vosotros» (Zac. 1:3).

Significa «refrescar, avivar». Aviva nuestros corazones. Restaura nuestros corazones, oh Señor». 

El significado básico de esta palabra tiene que ver con regresar al punto de partida. De alguna manera te saliste del camino, de alguna manera te caíste, de alguna manera tus necesidades no están siendo satisfechas. Has perdido ese lugar de abundancia, de llenura y provisión. Te has ido y es Dios restaurándonos a ese punto de partida.

De hecho, algunas veces esta palabra en el Antiguo Testamento, se traduce como convertirse o arrepentirse. Dios trae mi alma al arrepentimiento. Él me convierte. Él me cambia. Él me regresa a donde necesito estar. 

Ahora, la promesa de que Dios restaura nuestras almas sugiere que va a haber tiempos cuando nuestras almas necesitan ser restauradas. Me dirás, «bueno, eso es algo bastante obvio». Pero piensa cuáles son algunos de estos tiempos:

  • Necesitamos ser restauradas espiritualmente y en nuestras almas cuando estamos débiles o desmayando. 
  • Necesitamos ser restauradas cuando nos hemos extraviado, hemos sido rebeldes o hemos fallado. 

Veamos algunas de esas temporadas y cómo necesitamos ser restauradas.

Primero, cuando estamos débiles o desmayando. Creo que hay varias cosas que pueden ocasionar que estemos débiles o desmayando espiritualmente. Una de ellas es cuando hemos estado sirviendo a otros. Las que son madres, ustedes que son esposas o que sirven en una iglesia o en su lugar de trabajo, tú sabes lo que es dar tanto para ministrar las necesidades de los demás. 

Hay tiempos cuando sientes que te estás cayendo, que te estás marchitando –con manos y corazones caídos. Necesitamos ser avivadas, necesitamos ser estimuladas. Nos agotamos cuando damos tanto y necesitamos reponer nuestras reservas. Necesitamos llenar el tanque. Lo necesitamos.

Hice esto hace unas semanas. Me estaba alistando para un tiempo de ministerio, una temporada de ministerio muy ocupada y acababa de salir de otra temporada parecida. Sabía que necesitaba detenerme para poner combustible en mi tanque y chequear algunas cosas –espiritualmente hablando.

Así que me tomé algunos días e hice una especie de retiro. Le pedí a una amiga si podía irme a un lugar apartado que ella tiene. Durante ese tiempo del año nadie va a este lugar. Así que estuve allí, la mayor parte del tiempo sola. Pasé el tiempo leyendo, buscando al Señor, escuchando la voz del Señor, disfrutando de aquel lugar –desde adentro, claro, porque era un lugar frío. 

Estaba ahí dejando que Dios restaurara mi alma. No me desconecté totalmente. Lo que hice fue que tenía contacto a través de correo electrónico durante esa semana, aunque hay veces que probablemente necesite también desconectarme del correo electrónico. Pero fue un tiempo tan precioso con Dios… lo que Dios hizo allí conmigo. Salí de allí restaurada, renovada, lista para comenzar de nuevo y con mi alma llena, satisfecha y lista para comenzar esa temporada de ministerio que tenía por delante.

El punto es que necesitaba eso. En esos tiempos, la mayor cosa que Dios usa para restaurar nuestras almas es Su Palabra. Su Palabra restaura el alma. El Salmo 19 dice: «La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma» (v. 7). Esa es la palabra, restaurar. Él restaura nuestra alma, Él restaura nuestra mente, nuestras emociones, nuestro espíritu a través de Su Palabra. 

Así que, cuando hemos estado sirviendo y llegamos a ese punto de debilidad y casi desmayar, necesitamos a Dios para que nos restaure. 

Hay otra cosa que nos puede hacer débiles y que puede llevarnos a desmayar, y es cuando hemos sufrido, cuando hemos pasado por la aflicción. El Salmo 71 versículo 20, dice: 

«Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones, me volverás a dar vida, (me restaurarás) y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra».

Y me encanta ese versículo en 1 Pedro 5:10. Al final de todo el libro hablando del tema de sufrimiento, Pedro dice:

«Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará, (y ahí está la palabra, restaurará) afirmará, fortalecerá, y establecerá».

¿No es maravilloso? Él restaura mi alma cuando he servido y cuando he sufrido. Cuando estoy débil y desfalleciendo, cuando estoy agotada, Él me vuelve a llenar. Él ministra gracia a mi corazón. El Dios de toda gracia es el Pastor que restaura mi alma. 

Hay algunas ocasiones cuando necesitamos ser restauradas, no porque estemos débiles o desfalleciendo, sino porque hemos sido rebeldes y hemos fallado. Cuando hemos pecado, nos hemos desviado, hemos tropezado. 

La tendencia de las ovejas es a separarse del rebaño, a perderse. Así es que cuando cae la noche, podrían estar en gran peligro. Podrían ser presas fáciles de animales salvajes. Podrían caer en algún barranco. Así es que cuando el pastor descubre que una de ellas falta, es muy importante para él ir a buscarla, encontrarla y cargarla en sus hombros –probablemente ustedes han visto esa imagen– y llevarla de regreso al redil. 

Por supuesto, David sabía de lo que estaba hablando, no solo por haber sido pastor, sino por ser un pecador. Él sabía lo que significaba alejarse del Pastor. Él sabía lo que era el haber sido ungido, elegido rey por Dios, dejar el rebaño e ir por la esposa de su prójimo. David, el pastor David, el rey David, el poeta David, el hombre de Dios, David el adúltero…sabía lo que era necesitar desesperadamente al Pastor para que lo restaurara, cuando se encontraba en rebeldía y fallando. 

Es por eso que escribió y oró en el Salmo 51 esa gran oración penitente: oh, Dios, ahora que me he arrepentido, «restitúyeme (restáurame) el gozo de Tu salvación» (v.12). Él sabía que tenía un Dios Pastor que estaba en el negocio de la restauración, el negocio de restaurar –de tomar cosas viejas, cosas usadas, cosas maltratadas, cosas destrozadas, cosas despreciadas, cosas que nadie más quiere, cosas gastadas que nadie quiere usar, Dios las toma y las restaura. Las hace nuevas. Tenemos un Dios redentor que hace nuevas todas las cosas. 

Así es que, quizás has pecado voluntaria o involuntariamente, y estás viviendo con una profunda culpa y dolor por haberte alejado del Señor y te preguntas, «¿cómo pude haber hecho esto? Me alejé. Estoy tan lejos de Dios. He pecado. ¿Podrá Dios perdonarme algún día? ¿Podrá restaurarme algún día? 

Puedes haber dejado tu primer amor –tal vez te has alejado en formas que no son tan evidentes. De todas formas (independientemente del caso), necesitas ser restaurada. 

Tenemos un Dios pastor que dice, «te voy a restaurar». No necesitas permanecer alejada. 

¿No crees que es maravilloso que tenemos un Dios que busca a las ovejas que se han alejado? Él busca a aquellas que son suyas. Él te quiere restaurar. Él quiere regresarte a tener una completa y total comunión con Él. Quiero decir, en la economía de Dios, Él no solo te pone una vendita y lo deja como era antes. He visto a Dios hacer esto en matrimonios, donde Él restaura y lo hace aún mejor que como era, mejor que cualquier cosa que nadie pudo haber imaginado. No existen situaciones sin esperanza. No es demasiado tarde. 

Si Él es el Pastor de tu alma, Él puede restaurarte totalmente. Él puede restaurar, Joel el profeta dice: «los años que ha comido la langosta» (2:25, parafraseado), Él te los puede regresar y más aún. 

No vivas con remordimientos del pasado. Si te has arrepentido, si lo has dejado atrás, si lo has confesado y te has apartado, deja que el Pastor restaure tu alma. Deja que te devuelva esperanza. Deja que te dé la satisfacción y el gozo que nunca imaginaste tener. 

¿Tu alma necesita ser restaurada? Entonces ve al Pastor. 

No necesariamente vas a encontrar restauración a través de vacaciones, música, entretenimiento, terapia, medicamento. Puedes hacer todo eso y aun tener un alma cansada y rebelde. Esas cosas por sí solas nunca restaurarán tu alma. 

La restauración se encuentra en una Persona, el Señor Jesucristo, el Gran Pastor de las ovejas.

Señor, hay algunas ovejas escuchando este mensaje que necesitan que su alma sea restaurada. Quiero orar por ellas en este momento y pedirte que les ministres gracia de acuerdo a su necesidad; que le des esperanza; que les hagas saber que las estás buscando, las estás siguiendo, que las quieres restaurar a tener comunión contigo, que quieres renovarlas, que quieres avivar su corazón. 

Señor, ¿restaurarías esas almas el día de hoy? Venimos como esas ovejas necesitadas, frágiles, rebeldes, cansadas, desmayando, alejadas… Hazlo Señor, Pastor de mi alma, hazlo Señor; en el nombre de Jesús oramos, amén. 

Annamarie: Amén. ¿Estás cansada? No dejes pasar este día sin acercarte a tu Buen Pastor para ser restaurada. Nancy DeMoss Wolgemuth te ha animado a hacer esto y te ha recordado que solo en Cristo hallarás descanso para tu alma.

Hay momentos de la vida en que llegas a lugares inesperados de los que no puedes escapar. Pero aún allí, tienes esperanza en Jesucristo. Mañana Nancy te hablará más acerca de esto como continuación de la serie, «El Señor es mi Pastor».

Escudriñando la Escritura juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Te recordamos que la lectura bíblica para hoy es Génesis capítulos 19 al 22.

Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

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Nada me faltará – Ene 5

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El Señor es mi Pastor

Aviva Nuestros Corazones

Ene 5 – Nada me faltará

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/nada-me-faltara/

Annamarie Sauter: Tan a menudo andamos de prisa, pero no podemos olvidar que las prioridades requieren tiempo.

Nancy DeMoss Wolgemuth:La prisa no conduce a la piedad. No se parece a Cristo. No nos lleva a relaciones sanas. No nos lleva al crecimiento espiritual. 

La piedad y la intimidad con Dios no se cultivan a la carrera. 

Annamarie:Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

Aquí está Nancy con la continuación de la serie titulada, «El Señor es mi Pastor».

Nancy:Mientras conocemos quién es Dios y cómo es Él, es muy importante que entendamos que cada verdad acerca de Dios, cada verdad acerca de Su carácter tiene implicaciones para nuestras vidas. Necesitamos aprender a vivir nuestras vidas, cada aspecto práctico de cada día, a día a la luz de quién es Dios y de cómo es Él. 

«El SEÑOR es mi Pastor». Ésta es una verdad acerca de Dios. Él es el Pastor, Él tiene un corazón de pastor. 

Entonces la pregunta es, «¿y entonces?» ¿Qué significa esto para mí? ¿Qué significa para nosotras? 

Y el Salmo 23:1,que estamos estudiando esta semana nos da la respuesta: «El SEÑOR es mi Pastor». «¿Y entonces qué?» Nada me faltará. «Nada me faltará» 

Porque el Señor es mi Pastor, nada me faltará. Nunca me va a faltar nada de lo que necesite. Esa es la implicación del hecho de que Él es el Dios Pastor. Él tiene un corazón de pastor; siempre voy a tener todo lo que necesito.

Si el Señor es tu Pastor, nada te va a faltar. Esta mañana estaba leyendo Proverbios 13:25 que dice: «El justo come hasta saciar su alma, pero el vientre de los impíos sufre escasez».

Repito, esta promesa solo aplica a aquellas que tienen una relación de oveja–pastor con el Señor. Si el Señor es tu Pastor, la implicación de esto es que nunca vas a tener necesidad de nada. 

Y esto es porque el pastor asume completa responsabilidad de sus ovejas. Jehová es mi Pastor, Jehová es el dueño de todas las cosas. Si lo tienes a Él, no te hace falta nada. Cada área, cada detalle de tu vida está bajo Su control, bajo Su dirección. 

Hay certeza en la forma en que David se expresa, ¿no es así? «El Señor es mi Pastor, nada me faltará». No es una pregunta. Es una aseveración, afirmación, es un hecho, es algo que David da por sentado. 

Él reconoce que debido a que Dios es mi Pastor, tengo todo lo que necesito y por lo tanto puedo estar satisfecha. Puedo descansar. Puedo dormir por las noches. Puedo estar tranquila, satisfecha, porque el Señor ha prometido suplir mis necesidades, nuestras necesidades. Nada me faltará, ni ahora ni nunca. 

Ahora, normalmente estamos bien en el momento, pero lo que nos deprime es pensar en el futuro. «¿Qué si pasa esto?» «¿Qué si pasa aquello?» «Nada me faltará».

¿Tienes temores acerca del futuro? El Señor es mi Pastor ahora. Él será mi Pastor entonces. Nada me falta ahoranada me faltaráentonces

  • ¿Y qué tal cuando sea anciana? Nada me faltará.
  • ¿Y qué tal si mi esposo muere o me abandona? Nada me faltará. El Señor es mi Pastor.
  • ¿Y qué tal si se acaban mis ahorros del retiro? El Señor es mi Pastor; nada me faltará. 

Pienso en la historia de Elías. Como profeta de Dios, siervo obediente de Dios, pasó un periodo de hambruna y sequía en la tierra como todos los demás. Pero Dios usó maneras asombrosas para cuidar a Su profeta. Usó cuervos para que le trajeran comida. Uso a una viuda sin un centavo para alimentarlo. Le proveyó de las maneras más inesperadas y únicas. 

Si necesita mandar cuervos para alimentarte durante tu retiro, Él lo puede hacer. ¿Crees que Dios solo podía hacerlo en el Antiguo Testamento? Si Dios quiere usar a una viuda sin un centavo para cubrir las necesidades de tu familia, Dios lo puede hacer, porque Él vive en la esfera de lo sobrenatural. No de lo explicable, sino de lo sobrenatural.

Nos quedamos tan enfocadas en lo que podemos ver, en lo que podemos entender, en lo que podemos explicar, en lo que podemos resolver. Y si el dinero no suma y no nos salen las cuentas nos asustamos, nos aterramos. Pero el salmista dice, «yo estoy viviendo en la esfera de lo sobrenatural». «El Señor es mi Pastor; nada me faltará». 

Estaba hablando con una amiga hace unas semanas, que me estaba contando acerca de las circunstancias en las que está viviendo en este momento. Situaciones con las que está realmente batallando, las cosas van de mal en peor.

Circunstancias muy malas. Su hija está tomando decisiones equivocadas y está sufriendo las consecuencias. Su esposo tiene que trabajar muchas horas fuera de casa para cubrir los gastos. Y ella está teniendo que trabajar a tiempo completo en este momento.

Y me dijo, «estaba batallando con este miedo al futuro. ¿Así van a ser las cosas para siempre? ¿Vamos a vivir en esta situación tan desesperada y difícil para siempre?»

Ella me dijo entonces, «tuve que decidir escoger no pensar así, no vivir en el futuro. No estoy ahí. Dios me da gracia para el ahora. El Señor es mi Pastor. No me va a faltar nada ahora. El Señor será mi Pastor en el futuro. No me va a faltar nada entonces. Tendré todo lo que necesito».

Y porque el Señor es mi Pastor, no solamente no me va a faltar nada (todas mis necesidades estarán cubiertas); sino que también significa que porque el Señor es mi Pastor, voy a escoger estar satisfecha, contenta con lo que tengo. Eso quiere decir que si el Señor es mi Pastor y estoy viviendo en esta relación de oveja-pastor con Él, entonces no hay lugar para quejas.

  • No hay lugar para murmuraciones
  • No hay lugar para estar descontenta
  • No hay lugar para la ansiedad
  • No hay lugar para el temor ni la preocupación. 

Todo esto viene naturalmente a nosotras, pero no si estamos viviendo en la esfera de lo sobrenatural. La implicación de este versículo es, voy a escoger estar contenta, satisfecha con lo que tengo, sabiendo que Él es mi Pastor y que Él va a proveer todo lo que necesite mientras permanezca siguiéndolo

Ahora, más vale que te asegures de estar siguiéndolo, porque algunas veces él nos deja experimentar consecuencias, necesidades y carencias, por haber ido en nuestro propio camino. Cuando Él hace eso –cuando Él ve que me estoy desviando y me permite experimentar necesidad– Su meta es, contigo y conmigo, restaurarnos al lugar de seguirle a Él, restaurar esa relación íntima entre la oveja y el pastor. 

Nada me faltará es una declaración de fe. Algunas veces debes decirlo cuando no puedes ver que es verdad. No puedes verlo, pero confías en el Pastor. 

Creo que es muy importante que aprendamos a aconsejar nuestros corazones con la verdad; decir en medio de tu circunstancia, en tu etapa de vida, en tu situación, cualquiera que sea el día de hoy, «el Señor es mi Pastor, nada me faltará». Nada me va a faltar, y voy a estar satisfecha con lo que Dios me ha provisto. 

Estoy a salvo. Estoy segura. Ya sea que lo sientas o no, lo estás si el Señor es tu Pastor. Todas mis necesidades están cubiertas y serán cubiertas por Él. Él me va a dirigir, a proteger.

Dile la verdad a tu corazón, ya sea que lo sientas o no, ya sea que parezca verdad o no, ya sea que tenga sentido o no. Él ha prometido que va a proveer. 

Recuerda estas verdades cuantas veces sea necesario durante el día. Él es capaz de proveer. Nunca ha dejado de proveer para ti ni para nadie más. Él nunca va a fallar. Puedes confiar en Él, y Él ha demostrado lo que es capaz de hacer. 

Entre más camino con el Señor, más me ayuda el recordar todos esos años, porque ahora puedo mirar hacia atrás, unos cincuenta y tantos años de ser su oveja y me doy cuenta de que el Señor nunca me ha fallado

He pasado por tiempos difíciles. He estado en situaciones en las que he pensado, si no supiera que el Señor está en esta barca, tendría muchísimo miedo de estar pasando por esta tormenta. 

Pero nunca nos hemos hundido. La barca nunca se ha hundido. Él nunca me ha fallado. Él nunca ha dejado de proveer. 

Así es que ahora le hablo a mi corazón y le digo: «Sabes, no creo que hoy sea el día en el que el Señor me decepcione. No va a suceder. Nunca me ha fallado ni a mí ni a nadie». 

Ahora, podrías pensar o hasta decir, «pero mis necesidades no están siendo suplidas. No me alcanza para pagar las cuentas. Esta circunstancia en mi matrimonio, en mi vida, es desesperante, no hay esperanza. Mis necesidades no están siendo satisfechas». 

¿Y qué me dices de los cristianos que viven en países del tercer mundo en guerra? ¿Están siendo suplidas sus necesidades? ¿Pueden decir, «el Señor es mi Pastor; nada me faltará»?

¿Y qué me dices del apóstol Pablo? Él dice que tuvo tiempos cuando tuvo hambre y no tenía dinero y estaba sufriendo y en la cárcel. ¿Podía él decir, «el Señor es mi Pastor, nada me faltará»?

Bueno, vamos a escuchar lo que dice Pablo en uno de esos momentos, escrito desde una prisión en Roma, sin las comodidades que tienen las prisiones hoy en día. En Filipenses 4:11, Pablo dice: «No que hable porque tenga escasez». 

Les está agradeciendo a los Filipenses por haberle mandado un pequeño regalo. Él dice, se lo agradezco, pero no hablo porque tenga necesidad, «pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación (tenga o no lo que ustedes han enviado). Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (vv.11-13).

«El Señor es mi Pastor, nada me faltará». He recibido el pago completo y más. Estoy lleno, tengo todo lo que necesito. 

Y continúa diciendo, «y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (v. 19). 

Ahora, es posible que sientas, «estoy en necesidad, el Señor no ha suplido mis necesidades», tal vez necesites redefinir el término necesidad, no de acuerdo al estándar americano y no de acuerdo a nuestros estándares materiales. Porque el hecho es que, si tienes a Cristo, eres rica de la forma que realmente importa para la eternidad. 

Tal vez necesites aprender contentamiento con respecto a lo que tienes. Está bien tener menos que otros a tu alrededor, no solo materialmente sino de otras maneras también. 

Puedes preguntarte, «¿por qué a esa persona le toca tener un matrimonio feliz? ¿Por qué tiene hijos más fáciles de criar?» Dios quiere que aprendamos contentamiento con cualquier cosa que tengamos. 

Tal vez tengas que preguntarte, «¿estoy en esta posición porque no seguí a mi Pastor?» Recibimos correos de personas que están en necesidad, que están en circunstancias desesperantes, terribles y en necesidad.

Pero en muchos casos (no en todos), la razón por la que están en esa situación es porque no han seguido al Pastor. Tomaron decisiones que no fueron bíblicas. Hicieron lo que mejor les pareció. No puedes esperar la protección y la provisión de Dios si no estás siguiendo al Pastor

Y recuerda, si sientes que estás en necesidad, no olvides que Dios puede ver más allá de lo que tú puedes ver. Él sabe lo que se propone hacer y cómo te va a rescatar. 

Hacía referencia hace un momento al profeta Elías y el tiempo de la sequía, cuando la nación sufrió una tremenda sequía debido a su pecado. Elías era un profeta de Dios, pero vivía en la misma nación y le tocó experimentar esa sequía. 

Dice la Escritura en 1 Reyes 17, que Dios mandó a Elías a un arroyo donde lo sostuvo. Pero llegó el día cuando el arroyo se secó. 

Elías pudo haber visto el arroyo y decir, «bueno ¿¡y ahora cómo voy a sobrevivir!? La nación está bajo el juicio de Dios, yo tengo necesidad, ¡se secó el arroyo y no hay agua!» 

Pero los siguientes versículos dicen que el Señor le dice:«Levántate, ve a Sarepta, yo he mandado a una viuda de allí que te sustente» (Parafraseado, vv. 8 y 9).

Ves, Dios sabía desde el principio lo que iba a hacer. Dios había preparado a esa mujer para que de manera sobrenatural satisficiera las necesidades de Elías. Elías no lo sabía. Él no podía ver cuando el arroyo se secó, lo que iba a pasar después. 

Y tal vez tampoco tú alcances a ver (probablemente no puedes) lo que Dios tiene pensado hacer. Pero Él lo tiene en mente. Él sabe, Él lo hará. 

He hecho referencia en varias ocasiones en Aviva Nuestros Corazones, a uno de mis héroes favoritos de la fe: George Mueller. Durante los 1800 en Bristol, Inglaterra, cuidó de cientos y después de miles de huérfanos con nada excepto oración y fe, confiando en que Dios proveería para sus necesidades. 

Y si piensas que tus hijos son demasiadas bocas para alimentar, ¡imaginate alimentar a todas esas bocas! Él nunca estaba preocupado. Él nunca estaba ansioso. Él nunca estaba perturbado. Él simplemente esperaba en Dios y confiaba en que Dios es un buen Pastor y va a proveer. 

Un día un hombre vio a George Mueller caminando y dijo, «de no haber sabido quién era, diría que es un caballero sin una sola preocupación en el mundo, caminaba con tal quietud y tal paz, con un comportamiento ¡tan señorial!, que el Salmo 23 estaba escrito en su cara».

¿No te encantaría que se dijera eso de ti? Que la forma como respondemos a las circunstancias y a las presiones de la vida, a los problemas y al estrés, hace que las personas nos vean y digan, «el Señor es su Pastor, el Salmo 23 está escrito sobre su rostro».

El salmo continúa, veamos lo que dice el versículo 2: «En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce».

El significado literal de esta frase es «me conduce junto a aguas de descanso». Eso me gusta, aguas de descanso. «En lugares de verdes pastos me hace descansar, me conduce junto a aguas de descanso».

Eso no se parece en nada a la cultura apurada, frenética y agitada en que vivimos ¿no es así? Creo que hay algo acerca de la cultura, de la forma como muchas de nosotras vivimos, que simplemente no es lo que Dios quiere para nosotras. Él me lleva junto a aguas de reposo, aguas de descanso, a pastos verdes. 

Creo que este versículo está hablando de cómo Dios da a Sus ovejas ese descanso, ese refrigerio. Y me lleva ahí no una sola vez, sino regularmente. Necesito regresar a esos pastos verdes, a esas aguas de reposo. 

Ahora, como veremos en el resto del Salmo 23, no siempre vivimos en pastos verdes o junto a aguas de reposo. Pero Él me dirige ahí, mi Pastor me lleva una y otra vez ahí. A veces tenemos tiempos donde hay sequía, tiempos frenéticos o con grandes responsabilidades, grandes presiones. 

Pero Dios nos vuelve a dirigir a esos pastos verdes, a esas aguas de descanso. Así que necesitamos seguir Su dirección y regresar a esos lugares de descanso y de refrigerio. 

Antes de que una oveja pueda ser productiva para dar lana o carne, tiene que estar sana. Tiene que ser madura. Tiene que estar bien desarrollada. 

Pero nuestro problema es que tendemos a poner la productividad primero. «El Señor es mi Pastor, me da mucho trabajo que hacer –una familia que cuidar, una clase que enseñar, trabajo que hacer en la iglesia, gente que ganar para Cristo. Me hace ser una buena esposa, una buena madre, me ayuda a terminar todos mis pendientes». 

Eso no es lo que dice este salmo. El Señor es mi Pastor. Primero Él me hace descansar en pastos verdes y me lleva junto a aguas de reposo. 

¿Por qué? Para que podamos nutrirnos. Para que seamos cuidadas. Para que comamos y bebamos. Para que tengamos algo que ofrecer a otros. 

Algunas de nosotras estamos malnutridas espiritualmente. Me reúno con muchas mujeres que tienen esto escrito en todo su rostro. Es evidente en su tono. Está presente en esa mirada llena de pánico. Y demasiado frecuentemente lo veo cuando me veo en el espejo. Esa desnutrición espiritual. 

Tratamos de ser productivas. Tratamos de llenar las necesidades de otras personas, pero nosotras nos estamos cayendo a pedazos –exhaustas, nos extendemos más allá de lo que podemos, estamos sobrecargadas, estamos sobre comprometidas, totalmente estresadas. No tenemos tiempo para conversaciones significativas con otras personas, incluyendo a Dios; siempre andamos apuradas, a la carrera. 

Fíjate, la gente en nuestra cultura se impresiona con nuestro grado de ocupación, qué tan ocupada estás, en cuántas cosas estás involucrada y cuántas cosas logras terminar en el día. Suena muy poco productivo e incluso podría mostrar holgazanería el hablar de reposar en pastos verdes o en aguas tranquilas. 

Swenson dice en su libro Síndrome de la Sobrecarga:

«He pensado profundamente acerca del tema de la velocidad, y he llegado a la conclusión de que es tan responsable del problema de la disfunción personal y social como cualquier otro factor único. Virtualmente todas nuestras relaciones están dañadas por la prisa».

Piensa acerca de esto. 

«Caminamos rápido, hablamos rápido, comemos rápido y después anunciamos, “perdón, me debo ir corriendo”. El problema es que Dios no está corriendo detrás de nosotras. Él sabe que la velocidad no produce devoción. Creo que podría decir con bastante certeza que nuestro sentido de la presencia de Dios es inversamente proporcional al ritmo de vida que llevamos». 

En otras palabras, entre más apuradas andamos, menor será la sensación de la presencia de Dios. La prisa es el enemigo de la intimidad espiritual. Es el enemigo de la intimidad en nuestros matrimonios o en cualquier otra relación. 

¿Te has fijado en los evangelios que Jesús nunca parecía estar apurado? Nunca leemos nada acerca de Él corriendo. Leemos acerca de Él caminando. Leemos de Él sentado junto al pozo en Samaria, sentado enseñando a sus discípulos. Leemos acerca de Él reclinado en las comidas.

Es una forma muy diferente a como lucen la manera de mis comidas—y aún más cuando estaba soltera. A veces comemos paradas en la cocina, en el auto o pasamos por un restaurante de comida rápida. 

Leemos de Jesús reclinándose a la hora de las comidas. Incluso leemos acerca de Jesús durmiendo en la barca en medio de la tormenta y Sus discípulos aterrorizados. 

La prisa no conduce a la piedad. No se parece a Cristo. No nos lleva a relaciones sanas. No nos lleva al crecimiento espiritual. 

La piedad y la intimidad con Dios no se cultivan a la carrera. Requieren tiempo, meditación.

Esas distracciones e interrupciones constantes no son una bendición, cuando estamos tratando de cultivar intimidad con Dios. Las llamadas constantes, los correos electrónicos, los mensajes de WhatsApp, siempre estando al pendientes de todo… Tenemos tantas formas, tantos medios por los cuales pueden llegar a nosotros. Eso no es sano. 

No estoy diciendo que esas cosas son pecado. No estoy diciendo que están mal. Pero lo que digo es que esas cosas pueden controlar nuestras vidas. 

Y creo que sé de lo que estoy hablando porque yo misma batallo con eso en mi trabajo –estar bajo el dominio y el control de todas estas cosas que hacen ruido, llamando mi atención y no tomo el tiempo de estar quieta, en silencio y escuchar a Dios. 

Es más, algunas veces siento mi corazón latiendo tan rápido, mi adrenalina al máximo, mi ritmo tan rápido, que cuando estoy en quietud me cuesta mucho trabajo parar. Algo está mal con esto, viviendo con las revoluciones por minuto en rojo todo el tiempo. No es sano para nuestros cuerpos. 

Esa es la razón por la que tenemos acidez y todas esas cosas. No es sano. No es la forma que Dios diseñó para que viviéramos. 

El problema con las ovejas –y el problema con las personas– es que no sabemos cuándo descansar. Simplemente continuamos hasta que caemos rendidas, exhaustas. Por eso el buen Pastor nos hace descansar en pastos verdes. 

¿Cuándo descansa tu alma? ¿Cuándo alimentas el espíritu? Te quiero decir que si eso no es lo más importante en tu vida, la primera cosa en el día, lo primero en tu lista de cosas que hacer, vas a terminar agotada y frustrada, y con una vida frenética. 

Escucha lo que te digo, algunas de nosotras vamos a mirar al final de nuestros días y diremos, «anduve corriendo como gallina sin cabeza toda mi vida, pero ¿qué logré? ¿Realmente conozco a Dios? ¿Conozco a mi familia? ¿Tengo amigas cercanas? ¿Realmente he amado bien a las personas?

Necesitamos tomar tiempo en los pastos verdes, tomar tiempo junto a esas aguas de descanso. Si tú y yo no nos sentamos a los pies de Jesús y simplemente lo escuchamos hablar, como María lo hizo en su casa, vamos a terminar como Martha –frenética, corriendo por todos lados, dando órdenes, enojada con el mundo y con el Señor, enojadas con Dios (ver Lucas 11).

«Señor, dile a mi hermana que venga y me ayude. Estoy irritada. Estoy frustrada». Todas hemos estado ahí y es porque no tomamos tiempo. 

Ahora, no puedes pasar cada momento que vives a los pies de Jesús. Hay comidas que preparar. No había nada mal con que Martha estuviera trabajando en la cocina. El problema era que ella estaba tratando de ser productiva sin haber pasado tiempo en los pastos verdes y en las aguas de descanso. 

«El SEÑOR es mi Pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce».

Annamarie: ¿Vives afanada y turbada, halada de un lado para otro por el temor y la ansiedad? Te animo a hoy mismo hacer una pausa y tomar el verdadero descanso que Dios te ofrece. Nancy DeMoss Wolgemuth te ha estado hablando acerca de esa paz producto de estar en la presencia de Dios.

Y es que todas buscamos descanso. Quizás te han dicho—o le has dicho a otra persona, «necesitas tomar unas vacaciones». Pero la verdad es que a menos que tomes el descanso que Dios te ofrece, la búsqueda te dejará exhausta. Escucha más acerca de esto mañana aquí en Aviva Nuestros Corazones.

Escudriñando la Escritura juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Te recordamos que la lectura bíblica para hoy es Génesis capítulos 16 al 18.

Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

Seis versículos poderosos – Ene 4

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El Señor es mi Pastor

Ene 4 – Seis versículos poderosos

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/seis-versiculos-poderosos/

Annamarie Sauter:Muchas de nosotras podemos recitar el Salmo 23, pero… ¿realmente lo entendemos?

Nancy DeMoss Wolgemuth: Hay algo acerca del corazón y el carácter de Dios que se relaciona con cada una de las situaciones de la vida que tú o yo pudiéramos enfrentar. De hecho, creo que si de verdad entendiéramos y viviéramos solo estos seis versículos, tendría un impacto monumental en la forma como vivimos –porque podríamos enfrentar cada momento, cada situación, cada circunstancia de la vida, con paz, gozo, fe, confianza y valor. 

Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

Muy a menudo me sucede que cuando leo o escucho un pasaje de la Biblia una y otra vez, me puedo acostumbrar a este y olvidar lo que significa. Puedo recitar el Salmo 23 que nos habla acerca de nuestro Buen Pastor y al mismo tiempo estar preocupada por toda clase de cosas. En la serie a la que damos inicio hoy, Nancy nos ayudará a ver de manera fresca este salmo.

Nancy:Aquellas de ustedes que me han escuchado enseñar anteriormente o que han leído alguno de mis libros, saben que durante mi tiempo a solas con Dios me gusta leer a lo largo de toda la Escritura. He hecho un hábito a través de los años leer consecutivamente la Biblia –y lo hago un par de veces al año. Pero, durante los últimos tres meses, he estado haciendo algo un poco diferente. 

Tengo dos pasajes de la Escritura en los que he estado viviendo los últimos tres meses. Eso no significa que no he leído ninguna otra cosa, pero me he estado empapando en estos dos pasajes de la Escritura, por el lugar donde me encuentro en mi caminar personal con el Señor y en mi peregrinaje con Él.

Uno de esos pasajes es uno de los más conocidos, más amados y más frecuentemente citados de toda la Palabra de Dios. Es el Salmo 23, el Salmo del Pastor. Debo decir que a pesar de haber leído tantas veces el Salmo 23 a través de los años, nunca he meditado en él realmente. Nunca lo había considerado a profundidad. 

Y me puedes preguntar, «¿cómo puedes pasar tres meses meditando en algo tan familiar, tan conocido?» 

Son tan solo seis versículos; es uno de los salmos más cortos. Pero debo decir que este estudio ha sido más que un estudio. He meditado. He tomado frase por frase y la he saboreado y reflexionando en ella durante el día y durante la noche, al acostarme, al levantarme por la mañana. Dios ha usado este pasaje de la Escritura para ministrar a mi corazón de una manera muy rica y profunda. 

Quiero animarlas a que lean el Salmo 23, al menos una vez al día. Vamos solo a rozar la superficie del Salmo 23. Hay mucho más de lo que vamos a alcanzar a ver durante estos siguientes días, pero Dios te dará una mirada fresca y nuevas riquezas de Su Palabra mientras meditas en este pasaje, y mientras lo estudiamos en los próximos programas. 

Este salmo es uno de los salmos favoritos de judíos, ortodoxos, protestantes y muchas personas por igual. Es uno de los pasajes de la Escritura que todo el mundo reconoce, ama y respeta, pero no es un pasaje de la Escritura que frecuentemente se «vive». Estamos más familiarizados con él en nuestras cabezas y en nuestras mentes que en nuestra práctica.

Si has ido a algún funeral, recordarás que este es un pasaje que frecuentemente se cita en los funerales, y por eso la gente piensa que es un salmo acerca de la muerte. 

De hecho, mientras trabajaba con este material, el amigo de una amiga sufrió un accidente y no sabían si iba a sobrevivir. Gracias a Dios sí lo logró. El punto es que un pastor vino a visitarlo al hospital y la esposa estaba como en una salita, y oyó que este pastor comenzó a citar el Salmo 23 y le dijo, «no, no diga eso», porque ella asocia el Salmo 23 con la muerte. Ella pensó que si el pastor citaba el Salmo 23, su esposo no sobreviviría.

En realidad, este salmo no es acerca de la muerte, sino acerca de la vida. Tiene mucho que decir acerca de la forma como vivimos en cada época de nuestras vidas. 

Este es un salmo escrito por David, el rey pastor. No sabemos cuándo lo escribió, a excepción de que fue en sus años postreros, como un hombre mayor. Algunos comentaristas piensan que pudo haber escrito durante el tiempo de la rebeldía de Absalón; cuando su hijo se rebeló en su contra y trató de tomar el control del reino, y David tuvo que huir de su casa. No sabemos esto como un hecho, pero independientemente de cuándo lo escribió, David había vivido muchas cosas a lo largo de su vida. 

Él había experimentado muchas bendiciones y muchas cosas duras, mucho dolor. En algún momento, como un hombre mayor, reflexionando en todo lo que había pasado, todo lo que Dios había hecho por él, y todo lo que Dios había sido para él –esta imagen de la relación que él había tenido con sus ovejas cuando era un joven pastor vino a su mente. Y él dice, «esta es una buena imagen de lo que Dios ha sido para mí, todos estos años». 

David sabía, habiendo sido pastor, cuánto las ovejas necesitan a su pastor. Él sabía cuánto necesitaba un pastor. Él sabía que no podemos pastorearnos a nosotros mismos. Las ovejas son muy tontas, indefensas, sin sentido de orientación para cuidarse solas. Él sabía que somos como esas ovejas. 

Ahora, el Salmo 23 cae en medio de tres salmos que son los que llamamos Salmos mesiánicos. Salmos que apuntan a Cristo el Mesías. Así que, en este salmo, así como en el Salmo 22 y 24, tenemos una imagen preciosa del Señor Jesús y una descripción de Su obra en nuestras vidas y nuestra relación con él. 

  • En el Salmo 22, vemos a Cristo como el Buen Pastor
  • En el Salmo 23, lo vemos como el Gran Pastor
  • En el Salmo 24, lo vemos como el Príncipe de los pastores

Estas son frases que están en el Nuevo Testamento y que encajan con esos salmos. 

  • En el Salmo 22, vemos la imagen de la cruz
  • En el Salmo 23, vemos la imagen de la vida cristiana cuando ya hemos llegado a la cruz.
  • En el Salmo 24, vemos la imagen de Cristo como conquistador absoluto sobre toda la creación y sobre toda la historia. 

En el Salmo 22, vemos la imagen de nuestra justificaciónpasada, donde fuimos liberadas de la paga del pecado. Esa es la imagen del salmo que habla sobre la cruz de Cristo –«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Y a través de la muerte de Cristo en la cruz, somos justificadas; hemos sido liberadas de la paga del pecado. 

En el Salmo 23, el que estudiaremos en estos días, vemos la imagen de nuestra santificaciónpresente mientras somos liberadas –tiempo presente– del poder del pecado, y cómo vivimos una vez que hemos venido a la fe en Cristo, de aquí hasta el momento de llegar al cielo. Es un periodo de tiempo que parece largo pero que en realidad no lo es a la luz de la eternidad. 

Después, en el Salmo 24, vemos la imagen de la futura glorificación, cuando seremos liberadas –gloria al Señor– de la presencia del pecado. 

Así que el Salmo 23 está justo en medio de estos dos salmos, es una imagen de la vida aquí y ahora, la vida real, los problemas reales y lo que Cristo es para nosotras como Pastor en este tiempo. 

Ahora, este es un salmo sumamente personal. Es el testimonio personal de David. «El Señor es mi pastor; nada me faltará» Describe quién es Dios para él y lo que Dios ha hecho por él. Es un salmo que habla de una relación. Es un salmo íntimo, una imagen de una relación rica e íntima con el pastor, de comunión, de unión y de comunicación entre el pastor y una de sus ovejas. 

En los primeros tres versículos, David habla acerca del Señor y es muy personal. «El Señor es mi pastor». Pero luego, en el versículo 4, se vuelve aún más personal. Empieza a hablar no solo acerca del Señor, sino al Señor: «Tú estás conmigo». 

Conocer y confiar en el corazón del pastor, tener esa relación personal con un Dios que se preocupa, hace toda la diferencia del mundo. Sin importar la etapa de la vida en que te encuentres, cambia completamente tu perspectiva del mundo. 

Déjame solo leer el salmo. Hoy solo quiero introducirlo, darte una breve visión general, y empezando mañana, vamos a ir frase por frase a través del salmo. 

Salmo 23: El Señor es mi pastor, nada me faltará.

En lugares de verdes pastos me hace descansar;

Junto a aguas de reposo me conduce.

Él restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de Su nombre (vv. 1-3). 

Por cierto, déjame decir que estos tres primeros versículos son muy importantes, porque si no has estado caminando con el Pastor en esas temporadas de la vida que describen estos tres versículos –donde Él te está llevando a aguas de reposo, a pastos verdes y a senderos de justicia– cuando llegues a las experiencias de la vida que describe el versículo 4, tendrás mucha mayor dificultad para experimentar y confiar en la realidad de Su presencia. 

¿Qué dice el versículo 4? «Aunque pase por el valle de sombra de muerte»— el valle de profunda oscuridad es la traducción literal ahí –«no temeré mal alguno». 

Más vale que conozcas a tu Pastor antes de llegar a ese punto. Y entonces, si lo has conocido en otras temporadas de tu vida, podrás decir como dice David aquí: «No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento».

Y después en los versículos 5 y 6, hay diferencias entre los comentaristas con respecto a que, si esto es una continuación de la imagen del pastor y sus ovejas o si es una imagen diferente, una metáfora de un amable anfitrión. Aunque en realidad creo que no importa porque ambas son preciosas para nosotras.

Dicen los versículos 5 y 6:

«Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; 

has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, 

y en la casa del SEÑOR moraré por largos días».

En este último versículo tenemos una esperanza futura, una esperanza a largo plazo. No solo promesas de Dios para hoy, ricas como son, sino una enorme y grandiosa esperanza para mañana y para el día siguiente y para todos los días futuros; una esperanza eterna, «y en la casa del SEÑOR moraré por largos días».

Al leer este salmo, en una primera lectura puedes ver que tenemos un pastor que está íntima y profundamente interesado en cada detalle de la vida de sus ovejas:

  • Él se interesa
  • Está involucrado
  • Está ahí
  • Está activo
  • Está trabajando en cada situación, en cada época de la vida
  • Está siempre pendiente de Sus ovejas. Nunca están lejos de su vigilancia y su cuidado. 

Esto nos habla a nosotras como hijas de Dios, como ovejas de Dios. Cada época de nuestras vidas está cubierta por este salmo. Desde la conversión, durante las altas y bajas de la vida, a través de tiempos de paz, tiempos de dificultades, en tiempos de prosperidad, en tiempos de adversidad, cuando estamos caminando cerca del Señor, así como cuando estamos lejos y nos hemos alejado de Su lado –este salmo nos cubre hasta la muerte y más allá, hasta la eternidad. 

Durante toda nuestras vidas, nuestras vidas aquí en la tierra y en la eternidad, nuestro Pastor siempre está ahí, siempre trabajando, siempre dirigiendo a Sus hijos, siempre atendiendo nuestras necesidades para nuestro bien y para Su gloria. 

Ahora, habiendo dicho esto, es un salmo con mucha realidad en él. No pasa por alto las cosas difíciles. En este salmo hay referencias a la oscuridad, la muerte, la maldad, los enemigos. Él reconoce la presencia de ellos. 

Mientras preparaba esta serie, fue interesante notar cuántos amigos que quiero han estado pasando a través de situaciones muy difíciles. Algunas sobre las que no tienen ningún control; enfermedad –valle de sombra de muerte. Algunos con asuntos bien grandes de pecado o problemas relacionales o problemas familiares. Y al mirar mi propia vida, yo misma he pasado por ese tipo de circunstancias y seguro vendrán más. 

Pero lo que me ha fortalecido y animado de este pasaje es que todo esto está bajo la bondad, la misericordia y el cuidado amoroso de nuestro Buen Pastor. 

Me he dado cuenta, durante los últimos tres meses, de lo que he meditado en este pasaje y lo he grabado en mi corazón, que Dios ha estado renovando mi mente. Ha profundizado mi confianza en Su soberanía, en Su sabiduría, en Su cuidado, Sus promesas, Su provisión, Su protección y Su presencia. Ha arraigado mi corazón más profundamente en quién es Él –en Su bondad y en Su amor. 

Está cambiando mi perspectiva sobre la vida. Está afectando la forma en que veo los problemas y las presiones. Está afectando la forma en que respondo a ellas. Eso no significa que nunca me frustro o me irrito, pero cada vez es menos porque tengo la perspectiva de quién es Dios, lo que está haciendo y que Él está involucrado. 

Hay algo del corazón y del carácter de Dios que se relaciona con cada una de las situaciones de la vida que tú y yo pudiéramos enfrentar. Veremos esto en este salmo. De hecho, creo que si de verdad entendiéramos estos seis versículos, veríamos un impacto monumental en la forma como vivimos.

Alguien me envió un correo electrónico y me preguntaba, «¿cómo meditas en la Escritura? ¿Me podrías dar algunas claves de cómo lo haces?»

Bueno, no tengo grandes perlas de sabiduría para compartir acerca de esto, pero te puedo compartir lo que he estado haciendo, y es el tomar una frase como: «El SEÑOR es mi pastor» y meditarla– pensar en ella, una y otra y otra vez en mi mente, en mis pensamientos, viéndola desde todo ángulo posible, poniendo énfasis en una palabra a la vez. 

De hecho, vamos a hacerlo con esta frase: «El SEŇOR es mi pastor». 

«El SEŇOR», empezamos con el gran nombre hebreo de Dios: Yahweh, Jehová. Los judíos vivían asombrados de este nombre –como deberíamos estar nosotras también. Y por cierto –tanto que en su caso ni siquiera lo decían en voz alta. Este es el Dios quien es el Creador, el origen, la causa de todas las cosas, el que habita la eternidad, el que reina sobre cielo y tierra. Ese Dios asombroso, infinito, todopoderoso, es Jehová mi Pastor. Tiene un interés personal en mí como Su oveja, ¿no es esto increíble? 

Pienso en Isaías 40. Hemos estudiado ese pasaje antes aquí en Aviva Nuestros Corazones. Es un pasaje que describe el asombroso poder de Dios. Lo muestra como inmenso, infinito, soberano, majestuoso y poderoso. Pero dice, acerca del mismo Dios, en Isaías 40 versículo 11: «Como pastor apacentará su rebaño, en su brazo recogerá los corderos, y en su seno los llevará; guiará con cuidado a las recién paridas».

¿No te complace que el todopoderoso Creador y Dios del universo, tenga un corazón tan tierno? Es un Dios relacional que puede ser conocido, que te conoce, en quien puedes confiar, que se relaciona con sus criaturas. Él no solamente puso a girar este planeta y trajo el universo a existencia y los dejó solos para que siguieran funcionando sin Él. Él no solamente se involucra en el mundo como un todo, Él se involucra con nosotros. El Señor tiene esa ternura, ese corazón de pastor. 

Ahora, por supuesto, cuando leemos el Nuevo Testamento, descubrimos que este pasaje es acerca de Jehová, pero también acerca de Cristo. 

Jesús dijo en Juan 10: «Yo soy el buen pastor» (v. 14), que dicho sea de paso, los judíos que le estaban escuchando sabían que Él estaba reclamando ser Dios. «Yo soy el buen pastor». El Salmo 23 dice: «El SEŇOR es mi pastor» –el SEŇOR Jehová– y ahora Jesús dice: «Yo soy el Buen Pastor». Así que los judíos están entendiendo que Él está reclamando ser Dios. Bueno, Él es Dios. Él es el Buen Pastor. 

Este es un salmo acerca de Cristo. Él es el Buen Pastor que da Su vida por Sus ovejas; Él es el Gran Pastor; Él es el Príncipe de los pastores sobre Su iglesia. Él caminó por el valle de sombra de muerte. Él ha enfrentado a cada enemigo. Él enfrentó a Satanás en el desierto. Él conquistó el mal haciéndose pecado en la cruz. Este es un salmo sobre Cristo, el Buen Pastor. 

Ahora, la naturaleza humana, nuestra tendencia –la tuya y la mía– es buscar otras personas u otras cosas para que nos pastoreen. Pero David dice, «EL SEŇOR es mi pastor». Pero nosotras buscamos a otros para que provean para nosotras, para que nos protejan, para que suplan nuestras necesidades. Podemos ver el trabajo como el que provee para nuestras necesidades, pero ¿sabías que tu trabajo no es tu proveedor? El Señor es tu Pastor, el Señor es tu Proveedor. 

Quizás ves a tu esposo como tu pastor, si tienes uno, o si estás soltera, o quisieras tener un esposo para que sea tu pastor, tu protector, tu proveedor. La gente busca consejeros, terapeutas, pastores, líderes espirituales, amigos y hasta a nosotros mismos. Muy fácilmente buscamos a alguien, incluyéndonos a nosotras mismas, o algo, en lugar de buscar a Dios para que sea nuestro Pastor, antes que humillarnos y decir, «Señor, Tú eres mi Pastor».

No hay nada de malo con los amigos, los pastores, los líderes, el trabajo, los consejeros y las personas que nos ayudan y ministran en tiempos de necesidad, pero necesitamos reconocer que todos ellos son limitados. Porque también son ovejas que necesitan un pastor. Y tenemos que reconocer también que podrían guiarnos en una dirección equivocada. Pueden fallarnos, pueden ignorarnos. Si has puesto tus ojos en ellos para que sean tu pastor, ¿qué va a pasar? Vas a terminar muy desilusionada. Nada ni nadie puede tomar el lugar del Señor como tu Pastor. 

Y luego «El SEŇOR es mi pastor» -–tiempo presente. Él es tu Pastor ahora. En cualquier etapa, en cualquier situación que estés viviendo en este momento, Él es tu Pastor en tiempos de paz y de descanso; cuando camines a lo largo de esta vida, como vemos en este salmo, escogiendo diferentes caminos; cuando pasemos por el valle de sombra de muerte; cuando estemos rodeadas de enemigos. En cualquier etapa de la vida y así será cada día de tu vida y por la eternidad, Él te ha prometido Su presencia, Su protección, Su provisión, Su dirección, ser tu guardador, tu compañía…hoy.

Eso será cierto mañana y al siguiente día, y será cierto todos los días de tu vida hasta la eternidad. Él es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. 

«El SEŇOR es mi pastor». Esto es más que teología. Quiero decir, es teología, pero es mucho más que un concepto abstracto. Él es mi Pastor. Habla de una relación personal, de cuidado y de atención. 

Y fíjate que no solo es nuestro Pastor, aunque es cierto: «pueblo suyo somos y ovejas de su prado» (Salmo 100:3) Pero Él es mi Pastor. Ahora, ¿quién puede decir eso? ¿Quién tiene el derecho de decir, el Señor es mi pastor? El Señor no es pastor de todos. ¿Cómo puedes saber si Él es tu pastor? 

Juan capítulo 10, nos dice dos formas de cómo lo podemos saber a ciencia cierta si él es mi Pastor. Jesús dice, «mis ovejas» – aquellas que pueden decir, «El SEŇOR es mi Pastor». «Mis ovejas oyen mi voz…y me siguen» (v. 27). «Ellas escuchan mi voz». ¿Escuchas hablar al Señor? ¿Reconoces Su voz? «Y ellas me siguen». ¿Sigues Su liderazgo? Si escuchas Su voz y lo sigues, entonces puedes decir, «El SEŇOR es mi Pastor».

Y déjame decirte que si el Señor no es tu Pastor, entonces este salmo no aplica para ti. Si el Señor no es tu Pastor, si no tienes una relación con Dios a través de Jesucristo, entonces:

  • No esperes guía a través de la vida
  • No esperes que tu alma sea restaurada cuando está cansada y abatida
  • Vas a tener temor del mal
  • No tendrás consuelo cuando pases por el valle de sombra de muerte.
  • No tendrás esperanza –ni para esta vida ni para la futura– si el Señor no es tu Pastor. 

Así que, este salmo es una invitación para recibir a Cristo como tu Pastor, si todavía no lo es. 

Ahora, si el Señor es tu Pastor, entonces:

  • Él conoce tu situación
  • Él conoce los retos que enfrentas
  • Él conoce a tu familia
  • Él conoce tu situación financiera
  • Él conoce tu situación de salud
  • Él conoce tus debilidades, los pecados que te asedian 

Él es el Pastor que necesitas. Es un Pastor hecho a la medida. Está atento a tu necesidad. Él te va a cuidar, va a proveer para lo que necesites, va a cuidarte de los enemigos, a disciplinarte cuando lo necesites, va a llevarte a los pastos que necesites en el tiempo apropiado. 

Él lo hará por ti. Él quiere hacerlo. Él puede hacerlo. Pero necesitas dejar que lo haga. Necesitas seguirlo y cuando lo sigas será evidencia que perteneces a Él. 

No trates de pastorearte tú misma, Él sabe lo que es mejor para ti. Y además, «El SEÑOR es mi Pastor». Como dijimos antes, eso implica que nosotras somos Sus ovejas. Cualquier cosa que leas acerca de las ovejas no va a ser muy alentador porque las ovejas son indefensas, son despistadas y se desorientan fácilmente –¡se parecen a mí! No tienen defensa, son dependientes, tontas, no son inteligentes. Necesitan un pastor. 

Y la Escritura dice en Isaías que «todos nosotros nos descarriamos como ovejas» (Isaías 53:6) Es lo que las ovejas hacen, tienden a divagar, a descarriarse. Esas somos nosotras. 

Así que, si el Señor es mi Pastor, eso es un recordatorio de que soy oveja. Ahora, no es un cumplido para nosotras. Aceptar este salmo es tomar una posición de humildad y decir, «está bien, no soy nada inteligente, no soy nada genial ni tengo dotes especiales. Necesito un pastor».

Y Él es el Buen Pastor. No es un asalariado. Él cuida de Sus ovejas. Nunca las va a abandonar. Y eso es bueno en dos sentidos. Es bueno en el sentido de Su corazón, Su motivación, Sus intenciones, porque Él desea lo mejor. Él es benevolente, bienhechor, es bueno en ese sentido. 

Pero también es bueno en cuanto a Su habilidad, Su capacidad. Él es un pastor capaz. Es capaz de pastorear a Sus ovejas. Él tiene todas las destrezas para pastorear a Sus ovejas.

Los egipcios despreciaban a las ovejas y a los pastores. En el libro de Génesis capitulo 46, vemos que cuando José estaba trayendo a su familia a vivir a Egipto, los egipcios despreciaban a los pastores (v. 34).

En las escrituras, Egipto es una imagen del mundo. ¿No es cierto que el mundo desprecia lo que Dios tiene en alta estima? El mundo rechaza a Cristo. Siempre lo ha hecho, siempre lo hará. Pero para nosotras que somos sus ovejas Él es precioso, de muy alta estima. 

«El SEÑOR es mi Pastor», significa que le pertenezco a Él, que escucho Su voz y lo sigo. Significa que soy Su oveja, que soy Su responsabilidad. Él me cuida. Es Su trabajo cuidarme. 

Si el Señor es tu Pastor, significa que le perteneces, que eres Su responsabilidad. Que en este día –en cualquier situación desesperada en la que pudieras estar– el Señor sea tu Pastor. Su trabajo es cuidarte, así que, permítele ser tu Pastor. 

Annamarie¿Es el Señor tu Pastor? Espero que lo que has escuchado de Nancy DeMoss Wolgemuth te anime a pasar tiempo descansando en Su presencia. Hoy escuchamos acerca de la primera frase del Salmo 23, y mañana continuaremos con la siguiente. 

«Nada me faltará». Esto suena muy bien, pero ¿es cierto—cuando tenemos deudas, pagos pendientes, responsabilidades que cubrir y problemas económicos? Mañana Nancy nos ayudará a profundizar en esto aquí en Aviva Nuestros Corazones. 

Escudriñando la Escritura juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Te recordamos que la lectura bíblica para hoy es Génesis capítulos 12 al 15.

Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.

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Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 3

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Crezcamos juntas en la Palabra de Dios

Ene 1 – Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 3

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/crezcamos-juntas-en-la-palabra-de-dios-dia-3/

Patricia de Saladín:¡Feliz año nuevo para todas las que nos escuchan! ¡Estamos muy contentas de poder iniciar el año 2021 juntas—unidas en un mismo sentir en torno a la Palabra de Dios!

Annamarie Sauter:Con nosotras Margarita de Michelén 

Margarita de Michelén: ¿Qué queremos? Que ustedes vean la Biblia a colores, que la vean en la magnitud con que Dios quiere que la veamos. Porque en la medida que hagamos eso vamos a crecer no solamente en Su conocimiento, sino en un estilo de vida de adoración porque de la abundancia del corazón habla la boca. 

Annamarie:Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

Aquí está Patricia con nosotras.

Patricia: Hemos estado hablando a lo largo de estas conversaciones en estos días, sobre nuestro reto que terminó ayer –de Mujer Verdadera 365– y si te perdiste alguno de estos programas quiero que los encuentres en avivanuestroscorazones.com, y en el día de hoy me acompañan otra vez, Elba de Reyes, Yamell de Jaramillo, Margarita de Michelén y Laura González de Chavez.

¡Feliz año nuevo chicas!

Maggie: ¡Feliz año nuevo a todas! Qué bendición.

Yamell de Jaramillo: ¡Feliz año nuevo!

Laura Gonzalez de Chavez: ¡Felicidades! 

Elaba de Reyes:¡Feliz año nuevo y muchas bendiciones!

Patricia: El día de ayer estuvimos viendo una serie de cosas acerca de la Palabra de Dios…vimos muchas cosas, y a veces vemos la Palabra de Dios, vemos esa Biblia tan grande y decimos, «esto es imposible, yo no puedo añadir una cosa más a mi día a día». Y ahora vamos a comenzar este año otra vez leyendo la Palabra de Dios completa de tapa a tapa.

Pero déjame animarte y déjame decirte que no solamente es posible, es una bendición. Queremos ser mujeres de la Palabra, y la única manera de ser mujeres de la Palabra es creciendo en el conocimiento de esa Palabra; y la Palabra es como Laura decía ayer, es ese alimento, esa comida, esa bebida. La Palabra es pan, es agua, es leche, es carne. ¿Y qué hace la comida? Nosotras cuidamos mucho lo que comemos, muchas comemos tres veces al día. La comida nos sustenta, sustenta la vida, nos nutre, nos satisface, nos da refrigerio.

Y la Palabra de Dios es la fuente de nuestra, vida es la fuente de nuestra fortaleza, y si no comemos y bebemos esa Palabra tendremos un hambre constante. Esa Palabra también es luz, y dice la misma Palabra en el Salmo 119, que «la exposición a Tu Palabra oh Dios, alumbra, hace entender a los simples». Y con esa luz es que Dios nos da dirección, sabiduría, discernimiento, perspectiva. Y hoy estamos aquí otra vez para seguir hablando de esa Palabra y para animarnos en este nuevo año a seguir creciendo como dice Pedro, «en el conocimiento y en la gracia de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo».

Laura: Así es Patricia. La verdad es que el año pasado y cada año que he estado en la Palabra ha sido una fuente fresca de gracia como dice Juan 4:14, «pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna». Y aunque ya la leímos todas juntas el año pasado y las que nos están siguiendo que quizás no han terminado están haciendo el reto a su paso, cada vez que leemos la Palabra, cada año que la leemos, encontramos más y más tesoros. 

Hay textos que leímos el año pasado que ahora se resaltan de manera diferente, dependiendo de la etapa, de la circunstancia que estemos atravesando, y se hacen frescos. Le comentaba a Patricia recientemente acerca del Salmo 90 el versículo 14.

Yo estaba pasando por un tiempo así, como de descontento, sin motivo, por el pecado que que tenemos en nuestros corazones; y tenía como esta lucha interna y ese día leyendo ese salmo el Espíritu Santo lo resaltó de una manera muy particular. Y el salmo dice: «sácianos por la mañana con tu misericordia (o con tu amor inagotable dice otra traducción) y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días»; y el Espíritu Santo me mostró que yo no estaba saciándome de Su misericordia, no estaba saciándome de Su amor inagotable, yo estaba buscando saciarme en otras cosas que yo creía que no tenía y que debería tener, y esa mañana –porque estaba en la Palabra, porque tenía ese hábito de ir a la Palabra– el Señor me encontró con ese versículo que he leído veinte mil veces, pero que ahora Dios lo mostró de una manera muy particular.

Por eso no queremos terminar el reto con el del año pasado. Queremos volverlo a iniciar porque es un reto de cada año; y mi anhelo y el de todas nosotras en el ministerio, es que las mujeres que nos siguen se conecten la Palabra de Dios así como escuchan el audio del programa cada día, pero que se conecten a la Palabra que es la fuente principal donde ellas pueden ir cada día de su vida a buscar lo que solamente la Palabra les puede dar.

Elba: Amén. Y en el programa pasado hablamos de escudriñar y Maggie explicaba y hemos insistido una y otra vez que no es solo leer, que debemos profundizar, pero me encanta una frase de Spurgeon que dice que «la Biblia es como un mar que está lleno de perlas, pero las más preciosas están en lo profundo y debemos sumergirnos a buscarlas», y este año es una invitación. 

Leíste la Palabra el año pasado, pero este año ya tiene nuevas perlas, perlas más hermosas para nosotras, y lo que un pasaje te dijo en un momento puede tener un significado más apropiado para ti, quizás en lo que estás viviendo, en la revelación que Dios te da de Él mismo. O sea que, la Biblia es una revelación constante de un Dios eterno que se revela a través de Su Palabra. Así que es hermoso poder compartir este año con ustedes nuevamente.

Laura: Así es. Debemos leerla, releerla, releerla y volverla a leer. Reflexionar en ella, meditar en ella, y muchas veces –yo sé que ustedes estarían de acuerdo conmigo– somos ávidas lectoras, pero leemos libros sobre cómo ser una mejor mamá, cómo tener un mejor matrimonio, cómo cambiar a mi esposo, cómo criar a mis hijos, y todo eso está muy bien, pero al final si no somos lectoras de las palabras del mismo Dios, no tendremos la sabiduría que necesitamos por más libros que leamos. Así que es leerla, creerla, abrazarla, amarla y vivirla, ponerla por obra.

Y es necesario hacer tiempo y orar a Dios, «Señor dame esa sed, yo quiero sed de ti, de Tu Palabra y de ti, de Tu sabiduría; y Dios lo va a cumplir porque ese es un deseo de Su corazón. 

Maggie: Para mí el reto ha sido una bendición. Ha sido un reto leer, un reto escribir, un reto mantenerme, pero la vida cristiana es un reto, y hoy más que nunca nosotros estamos viviendo en una generación donde de verdad yo nunca pensé ver lo que mis ojos están viendo y oír lo que mis oídos están oyendo.

Nosotras tenemos tres millones quinientos sesenta y seis mil cuatrocientos ochenta letras que el Señor dejó en Su Palabra para que nos artillemos, porque definitivamente por lo que estamos viendo, el día de la redención está más cerca que el día en que creímos y he pensado muchas veces qué nos costará a nosotras sufrir por Jesucristo; porque las cosas se están poniendo o blanco o negro y tú vas a tener que tomar la decisión.

Entonces, lo único que a nosotras nos puede fortalecer, animar, dar esperanza, aunque todo esté oscuro es Su Palabra. Creo que hoy en día hay muchos cristianos débiles o nosotras podemos caer en debilidad porque no somos mejores que nadie, porque quieren conocer la Palabra de Dios, pero no quieren conocer a fondo el corazón de Dios; y para eso se necesita tiempo y se necesita no ser superficial sino darles mente a las cosas

Y creo que si nosotras no nos saturamos de la Palabra de Dios, cuando nos llegue de golpe lo que viene por ahí, nosotras no vamos a tener la suficiente fortaleza, entonces ese tesoro hay que irlo guardando, ese arsenal para esta batalla hay que irlo guardando para entonces poder presentar con mansedumbre defensa de esa fe que nosotras tenemos.

Yamell: Y yo quiero agregar a eso que decías, Maggie, y todas han puntualizado y han apuntado a lo que queremos hacer este nuevo año, y es el profundizar, eso es lo que queremos. No queremos quedarnos solamente en la superficie, es ir más allá y algo que a mí me ha pasado particularmente, era como decía Elba, cosas que yo sabía pero no recordaba. Vi detalles nuevos, vi cosas diferentes, pude hacer conexiones diferentes, aprendí a saborear y apreciar tantas verdades, como Su gracia, Su amor, Su misericordia y Su paciencia sobre todo, para con mi propia vida.

Cosas que se supone que uno sabía, que ya había aprendido. Saber las cosas desde una perspectiva diferente, por situaciones como decía Elba, de que nos encontramos en etapas diferentes. Entonces yo creo que así como fue un año atípico, igual no sabemos lo que va a pasar este nuevo año, pero es importante el profundizar, y entonces, conservar ese hábito que ya adquirimos –o como decía Elba, personas que nunca habían leído la Biblia completa– pero es no dejarlo.

Hay otros hábitos dónde se puede profundizar, hay otras cosas que queremos ir más allá y hay múltiples formas. Nosotros no vamos a hacer aquí ahora un molde de galletitas –como dicen en inglés– y que todo el mundo tiene que hacerlo igual, porque lo que funciona para mí tal vez no funciona para ti y viceversa. Pero sí, definitivamente, el poder desarrollar hábitos y yo sé que Laura tiene algunas cuantas cosas en ese sentido de cosas prácticas, yo he copiado muchas de las cosas que Laura ha hecho y también de lo que Maggie hace.

Y creo que sería bueno en este momento hablar un poquito de cómo desarrollar esos hábitos, o qué cosas podemos hacer de forma práctica para implementar este nuevo año, en este nuevo camino, el profundizar en la lectura de la Palabra de Dios.

Laura: Para las que se van a unir, es muy importante cultivar el hábito, porque no es algo que se da automáticamente por nuestro pecado, como hablamos al principio en los programas pasados, por las distracciones que hay, por cómo nos desenfocamos, por cómo comemos chatarra en lugar de ir a la Palabra. Entonces es necesario cultivar el hábito y nada es más importante.

Como a mí me ha funcionado, es lo primero en la mañana. No esperar que el día arranque para entonces al final del día, ya cansada y con sueño, tratar de leer la Palabra. Sino lo más importante es lo primero en el día y lo más importante es estar con el Señor –y me encanta el ejemplo que vemos en Jesús y lo leemos en Marcos– que se levantaba temprano. Dice que aún cuando era de noche se iba a un lugar solitario a orar y a hablar con Su Padre.

Y si eso era Jesús, el Hijo de Dios, que tenía que hacer eso, qué nos queda a nosotras pecadoras débiles, como si pudiéramos ir nosotras por el día en nuestra propia sabiduría y prudencia. Necesitamos oír de nuestro Padre cada día. Busca una hora del día y un lugar en tu casa, si es en la mañana que sea cada día a la misma hora. Me encanta Isaías que dice, «mañana tras mañana me despierta, despierta mi oído para escuchar como los discípulos».

Oremos por eso, que el Señor nos despierte; cuando no nos despertamos, que sea el Señor que nos despierte para ir a Su Palabra. Y quizás tenemos que hacer arreglos la noche antes. No podemos irnos a dormir a las 2 de la mañana porque nos queremos levantar. Así de importante es ir a la Palabra, hacer todos los arreglos que podamos para que ese tiempo no se comprometa, porque es importante. Entonces, hacerla un hábito cada día a la misma hora. En segundo lugar, seguir un plan. Leer sistemáticamente porque cuando nosotros leemos, «ay sí, hoy tengo deseos de leer Juan», «hoy tengo deseos de leer un salmo porque me siento triste». No ir así a la Palabra, sino seguir un plan. 

Tenemos el plan de Mujer Verdadera 365, pero si van al internet y buscan planes bíblicos para leer la Biblia lo van a encontrar, y entonces eso te ayuda a ir sistemáticamente a través de la Palabra. Entonces cuando ya estés leyéndola, hacerle preguntas al texto. Leerlo quizás varias veces. Es mejor hasta leer pequeñas porciones, si eso es lo que tú tienes tiempo de hacer, que tratar de abarcar mucho y quedarte en la superficie.

A mí me ha funcionado la porción que hacemos para leerla en un año, que son como tres capítulos, a veces dos. Entonces leer eso y hacerle preguntas al texto. ¿Qué me enseña ese texto acerca de Dios? ¿Qué me habla del carácter de Dios en esto que leí? ¿Qué quiso decir el autor en ese momento para ese pueblo, pero qué enseña acerca de Dios y Su carácter? ¿Qué enseña acerca de Jesús, dónde veo a Jesús aquí? ¿Qué me enseña acerca de mí, de mis pecados? ¿Qué promesas hay para mí que puedo orar a Dios? ¿Qué mandamientos hay que debo obedecer o que quizás estoy en desobediencia? ¿Qué ejemplos hay ahí? ¿Qué pecados me está diciendo ahí? 

Como dice Santiago, que es como que nos paramos en un espejo, tú te levantas en la mañana, te pones en el espejo de la Palabra y te miras. Entonces hay algo que la Palabra te dice acerca de ti que tienes que corregir, luego que tú hagas todas estas preguntas acerca de la idea original del autor y del contexto. Y entonces aplicar esa palabra, y luego por supuesto tener un tiempo de reflexión.

No es solamente leer, cotejé, leí, ya. No, reflexiona. Quédate con un versículo. Quédate con ese versículo que más te habló, que más te ministró, que más te trajo convicción, que más te asombró acerca de Dios. Escríbelo. Quédate ahí pensando y pensando. Llena tu mente con eso. Quédate con eso en ese día.

Otros recursos, después que ya tú lees y meditas. Yo tengo un diario donde escribo las cosas que Dios me mostró, donde confieso mis pecados, donde escribo mis oraciones. Entonces lleva tu diario, pero también, si tienes el tiempo, ve a otros recursos, ve a una Biblia de estudio y ve qué comentarios puedes encontrar que te ayuden y te traigan luz sobre un pasaje que quizás no entendiste o que quizás te amplíen un poquito lo que tú captaste, y entonces ora, ora eso que Dios te mostró.

Hablábamos hace poco, las hermanas de Aviva, que a veces oigo mujeres que dicen, «yo oro todos los días. Yo me levanto y me tiro de la cama y caigo de rodillas a orar», pero esa mujer no está en la Palabra, entonces mi pregunta para esa persona es, ¿qué oras? Tus luchas, tus ideas, tus necesidades, todo eso está bien y hay lugar para eso en la oración, pero la gasolina de tu oración, lo que debe motivar tu oración es lo que Dios te ha hablado a ti; porque eso, tú sabes que está orando la voluntad de Dios. Entonces, es muy importante a la hora de orar, orar acerca de lo que Dios te ha mostrado.

Ese día que yo decía que me sentía descontenta y Dios me habló así, mi oración fue, «Señor, sáciame, sáciame de ti, de Tu amor, de Tu misericordia, porque yo estoy buscando saciarme de otras cosas». Entonces eso es lo que debe dirigir nuestra oración. No sé si alguna de ustedes tiene alguna otra cosa que agregar acerca de hábitos.

Elba: Me encanta eso que mencionas de último, Laura, de la oración; porque algo que ha impactado mi vida es orar la Palabra. Y un libro que hemos recomendado y quisiéramos seguir recomendando es el de Donald Whitney, Orando la Biblia. ¿Por qué? Porque él dice que cuando vamos con nuestras oraciones por nosotras, que son, «muy bien, Señor, tengo este problema, Tú lo sabes todo, mira esta necesidad, mira mi hijo…», estamos siempre diciendo las mismas cosas con las mismas palabras; pero cuando vamos a la Palabra le estamos llevando al Señor Su Palabra y la estamos dejando delante de Su trono, y eso va moldeando nuestro corazón conforme a Su voluntad.

Así que no solamente leemos la Palabra en el devocional, debemos meditarla –como tú decías– y orar conforme a Su Palabra. Y definitivamente no todas estamos en la misma etapa de la vida y muchas comentan que van atrasadas, por eso mismo. Y no importa si tú eres la mamá de un bebecito de días o de meses, tú puedes orar y aún escuchar la Palabra en audio mientras estás lactando. O sea, la Palabra está ahí para nosotros.

He tenido etapas en mi vida donde he batallado con migrañas muy fuertes y no he podido leer por mucho tiempo. He tenido que usar el audio, la Biblia en audio. Y les confieso que le ha dado un nuevo frescor. Porque a veces cuando leemos nuestros ojos se posan en las letras y como que ya se vuelve muy familiar. Cuando escuchas, a veces tienes que poner mucha atención y eso para las mamás de bebecitos o alguien que esté en cama por una enfermedad o alguien envejeciente que no puede leer es un recurso invaluable.

Pero al final es lo mismo, es leer o escuchar la Palabra meditarla y orarla. Y eso transforma nuestra vida.

Laura: Así es, Elba y oyéndote hablar, me pongo a pensar por ejemplo, un momento de mi vida que yo esté temerosa o que piense, «estoy confundida no sé qué hacer»; fíjate, si yo voy a Salmo 23, «Señor, tú eres mi pastor, yo no tengo nada que temer. Estoy confundida en el camino pero Tú eres un pastor fiel que va delante de mí, que me muestra el camino. Tú me dices que nada me va a faltar.

La oración tiene que recordarnos las promesas de Dios y las verdades de Dios porque muchas veces nos quedamos en la oración con nuestra necesidad, lo cual está ahí, somos humanas. Pero si no vamos a la promesa es como cuando oramos, «Señor, perdóname». Es que ya el Señor me perdonó. Es, «gracias Señor porque Tú me perdonaste, porque Tú sabes que soy polvo, porque Tú sabes que voy a pecar, pero tú me has perdonado en Cristo».

Entonces como que sea esa Palabra y esas verdades informando mis oraciones. Y claro, como el salmista, yo voy a traer mis oraciones. Pero fíjate que el mismo salmista empezaba con su duda, con su temor y al final él terminaba con la perspectiva de Dios…

Yamell: …hablándole a su alma, diciéndole y enfocándola. Ahora cuando tú mencionas Laura el temor, aquellas de nosotras que luchamos con temor, ansiedad, depresión, muchas de esas cosas, también es importante en esos momentos recordar la Palabra de Dios, porque eso es lo que te va a hacer enfocarte donde tienes que poner tus ojos. O sea, no en el problema, no en el temor. No es restándole importancia, sino es hablándole a mi alma. Eso que tú dices Laura, a mí me encanta eso de los salmos porque te derramas y dices, «me siento así, me siento asá», pero al final qué le dice, «alma mía descansa en Jehová. Pon tus ojos en Jehová». La oración, cuando oramos de una manera así como decimos, tú le informas a tu alma, tú le informas a tu corazón, y esa es la forma en la que vas a calmar lo que estás pasando en ese momento.

Y es la forma también de cambiarte a ti. Y eso nos dice Romanos, «renueva tu mente». Pero voy a renovar mi mente a través de la Palabra de Dios. Creo que eso es súper importante el que el que lo hayas mencionado.  Maggie, ibas a decir algo.

Maggie: Yo iba a agregar que a mí me ha sido de mucha utilidad, no solamente tener varias versiones de la Biblia, eso es bueno, sino también tener un diccionario bíblico, y tener mi amado diccionario Strong, porque ahí cuando tú buscas esa palabra en ese versículo es como que tú ves la palabra a color. Les voy a dar una muestra porque Laura trajo a colación el Salmo 23 y en esos 6 versículos, aparecen seis nombres del Señor.

Aparece el nombre Jehová Rohi, Jehová Yireh, Jehová Shalom, Jehová Rafa, Jehová Tsidkenu, Jehová Maccaddeschem. Cuando ves todos esos nombres usados en un texto tan corto y lo que significa cada uno, de verdad, amadas hermanas, es para brincar de alegría, de gozo, porque el Dios que nosotros tenemos es un Dios maravilloso que lo abarca todo. Entonces de verdad ¿qué queremos? Que vean la Biblia a colores y en la magnitud con que Dios quiere que la veamos, porque en la medida que hagamos eso, nosotros vamos a crecer no solamente en Su conocimiento sino en un estilo de vida de adoración, porque de la abundancia del corazón habla la boca. Entonces ¿qué es lo que nosotros queremos? No tener mucho conocimiento, queremos tener un estilo de vida que proclame a aquellos que no creen, esa mujer tiene algo diferente y cuando vengan a preguntarnos, nosotros decirles, «mira lo que nosotros tenemos aquí, a ese gran Dios, a esa Palabra». 

Y eso es lo único que te puede dar la esperanza, la salida, la solución, todo lo que tú necesitas.

Patricia: Amén Maggie a todo eso que dijiste. Yo tengo una pregunta, muchas de nosotras que ya hicimos este reto, que corrimos esta carrera, estamos listas para iniciar otra vez con todo el ánimo. Es más, con más ánimo que el año pasado. Pero yo quisiera que una mujer que nos escucha hoy, que no tiene ni idea de lo que sucedió con el Reto Mujer Verdadera 365, que ustedes le expliquen cómo se acerca a todo esto que estamos hablando, y cómo dice, «bueno me pongo mis zapatos y voy a comenzar a correr con este grupo de mujeres que van a volver a leer la Biblia entera en este año 2021.

Laura qué le dirías a esa mujer que escucha hoy por primera vez.

Laura: Bueno, le diría primero que tenemos esta Biblia disponible, Biblia devocional Mujer Verdadera, pero que para unirse al reto simplemente tiene que pedirle a Dios sed e iniciar su hábito. Y puede usar cualquier Biblia que ella tenga a mano. En la página avivanuestroscorazones.com, ella va a encontrar los recursos y las indicaciones que necesita para unirse al reto.

Algo importante que quisiera decir, que a mí me ayudó y me ministró mucho este año que pasó, es que cuando yo sé que otras mujeres alrededor del mundo están leyendo lo mismo que yo estoy leyendo, que estamos unidas, eso me inspira a seguir. Entonces las animo a formar un grupo de WhatsApp o un grupo en su iglesia o un grupo por Zoom, donde se reúnan con otro grupo de mujeres que estén leyendo la Palabra, y compartan lo que Dios les está mostrando, lo que van aprendiendo. Porque es maravilloso.

La vida cristiana se vive en comunidad. Hay una parte de leer la Escritura nosotras solas que es importante, pero qué bueno poderla comentar con otros y poder ser animadas en esa carrera. Así que simplemente necesitan una Biblia, quizás un diario si quieren escribir sus notas, y si quieren ir más profundo un diccionario –como decía Maggie– un comentario.

Pero al final, lo básico es una Biblia, quizás lápiz y un diario, y tiempo y hambre para estar en la Palabra y seguir juntas por este camino, y visitar avivanuestroscorazones.com porque ahí van a poder encontrar otros recursos que les van a ayudar a hacer este reto.

Patricia: Amén. A mí también me estimula saber que hay otras leyendo y corriendo junto conmigo aunque yo no las vea. Somos como un gran ejército que estamos enfocadas en la misma dirección y eso es maravilloso

Laura: Así que queremos animarte a ti qué escuchas, si no estuviste en el reto del año pasado, te animamos a hacerlo este año junto con nosotras y con miles de mujeres alrededor del mundo. Así que las animamos a unirse al reto, a unirse a otras hermanas, a animar a otras hermanas a hacerlo con ustedes, y a proponerse estar en la Palabra cada día. Aunque no lo hagan en un año, esa sería la meta, pero si no, pueden ir en pocas porciones a la vez; la cosa es estar en la Palabra de Dios y el hambre va incrementando a medida que nos exponemos porque vamos conociendo este Dios que nos asombra y queremos conocerlo más y más y más. Y esa hambre nunca se sacia porque nos sacia de una manera pero por otra no nos sacia porque queremos más y más y más.

Patricia: Y yo quiero animarte, si estás en algún punto en tu lectura bíblica –es una sugerencia pero es con el ánimo de animarte a que salgamos juntas– ahora, hoy, día primero de enero vamos a salir juntas en Génesis 1, con este ejército de mujeres que va a correr esta carrera hasta diciembre, donde vamos a ver toda la Biblia otra vez completa de tapa tapa, porque así vas a poder no solamente leer la porción que está asignada, sino que vas a poder leer el devocional y vas a poder leer los comentarios de otras mujeres.

Y así somos parte –todas– de ese ejército que va a correr. Y es nuestro deseo que se haga realidad en nosotras lo que dice colosenses 3:16: «que la palabra de Cristo habite (more) en abundancia en vosotros con toda sabiduría, enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones». 

Maggie, a la luz de todo esto que hemos hablado y de este nuevo año que inicia y de la belleza de nuestro Dios y de ese tesoro de esa Palabra que nos ha dejado, ¿podrías por favor despedir este programa con una oración? 

Maggie: Claro que sí. Oremos. Señor alto y sublime, alabado sea Tu grande y Tu poderoso nombre. Alabada sea Tu persona, Tu carácter, Tus obras y Tu Palabra. Alabada seas bendita Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hasta aquí oh Señor Tú nos has traído, y sabemos oh Señor, que hasta el fin nos llevarás. Tú nos has hecho pasar por aguas muy turbulentas durante el año 2020, donde hemos visto muchas aflicciones, muchas pruebas, muchas muertes, muchos dolores, muchas pérdidas económicas. 

Pero hay algo que Tú nos has dejado bien claro, es que a pesar de todo Tú eres el Altísimo que gobierna sobre todas las cosas y Tú eres quien sostiene, no solamente al mundo sino la historia de toda la humanidad. Qué tranquilidad trae esto a nuestras almas. Algún día en Tu casa moraremos por largos días. Gracias Señor, por este Reto de Mujer Verdadera 365. Gracias por cada una de las mujeres a las cuales Tú moviste a escribir estas meditaciones. Gracias por todas aquellas que han llevado a cabo este reto. Gracias por todas aquellas que han tomado de su tiempo para hacer comentarios edificantes.

Oh Señor, continúa bendiciéndonos con Tu Palabra en este próximo año 2021. Queremos ponerlo en Tus manos. Pero queremos y rogamos que en este nuevo año 2021, veamos más y más la hermosura de nuestro Señor Jesucristo, porque Él es nuestro camino, la verdad, la vida. Es el Señor, el amo, el maestro, el profeta, el sacerdote, el abogado, el Salvador, la raíz, el pan que nos sustenta, nuestro pastor, la vid verdadera, nuestra agua, nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación, nuestra redención, nuestro sanador, nuestro amigo, nuestro hermano.

Es un privilegio tan grande que tenemos, ser hijas tuyas, que nosotras queremos que todas las mujeres rebosen de alegría aún en medio de circunstancias adversas; y el deseo que consume nuestro corazón es que Tu obra sea avivada en medio de estos tiempos tan oscuros, sabiendo que la redención está más cerca del día en que nosotras creímos, y que pronto esa estrella resplandeciente de la mañana, ese sol de justicia, aparecerá y nos llevará a vivir a aquellos cielos y tierra nuevos, donde morará la perfecta justicia porque el justo será el Rey de reyes y Señor de señores. 

Ven y bendícenos de una forma especial y extraordinaria a lo largo del 2021, y guárdanos fieles hasta el último aliento de nuestra nariz. En el dulce y poderoso nombre de Jesús oramos estas cosas. Amén y amén. 

Annamarie:Has estado escuchando a Patricia de Saladín, Laura González, Elba de Reyes, Margarita de Michelén y Yamell de Jaramillo. Ellas te han animado a profundizar en la Palabra de Dios. No a almacenar información acerca de la Biblia, sino a vivirla y que esta afecte cada una de tus decisiones de modo que camines en la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.

Hoy escuchaste mencionar el Salmo 23; este es un salmo que casi todas nosotras hemos oído. En nuestra próxima serie Nancy nos llevará versículo a versículo, apuntándonos a Cristo como el Buen Pastor que provee para cada una de nuestras necesidades y que nos da esperanza para el futuro. Acompáñanos para esta próxima serie de Aviva Nuestros Corazones.

Creciendo en la Palabra de Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Te recordamos que la lectura bíblica para hoy es Génesis capítulos 1 al 3.

Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

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Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 2

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Crezcamos juntas en la Palabra de Dios

Dic 30 – Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 2

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/crezcamos-juntas-en-la-palabra-de-dios-dia-2/

Annamarie Sauter:Con nosotras Laura Gonzalez de Chavez.

Laura Gonzalez de Chavez:La Palabra de Dios es es un banquete, es un banquete diario del cual comemos y bebemos hasta que seamos saciadas, ya no tenemos que ir a buscar más nada ni siquiera otros recursos ni un blog ni un podcast.

Annamarie:Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

Aquí está Patricia para dar inicio al programa de hoy.

Patricia de Saladín: La lectura para hoy en el Reto Mujer Verdadera 365 es Apocalipsis capítulos 20 al 22. ¡Hemos llegado al último día del año! 

Esta es nuestra última lectura de este año. Hoy estamos celebrando que hemos llegado a la meta final. Algunas comenzamos a correr desde enero del 2020; pero si tú eres de las que te uniste en marzo en junio o recién te uniste ahora a fin de año, ¡felicidades!, porque el fin de esto es que crezcamos en el conocimiento de Cristo a través de Su Palabra, y que atesoremos esa Palabra en nuestros corazones.

Y yo no sé tú, pero siento que ya he llegado a esa meta final donde extiendo mi pecho, corro y corto esa cinta con mi cuerpo, de haber corrido una carrera de maratón, una carrera de larga distancia. Un maratón es un recorrido donde la persona que lo emprende se reta a sí misma y descubre su fortaleza mental, espiritual. 

Pero en nuestro caso Dios nos ha ayudado a desarrollar nuestros músculos espirituales y a disciplinarnos para la piedad, y estamos tan entusiasmadas por lo que Dios ha hecho y por lo que hará en nuestras vidas, en la medida en que atesoramos Su Palabra en nuestros corazones. Y ayer dimos inicio a una conversación en la que comenzamos a hablar acerca de este Reto Mujer Verdadera 365 y lo que ha significado para tantas de nosotras.

Cómo hemos visto la fidelidad de Dios, bendiciendo un proyecto que parecía tan ambicioso. Y hoy continúan conmigo Elba de Reyes, Yamell de Jaramillo, Margarita de Michelén y Laura González de Chávez.

Saludos otra vez y encantada de estar aquí con ustedes en este último día del año 2020. 

Elba de Reyes:¡Wow! Qué bendición estar aquí, Patricia y todas las demás, es un regalo del Señor poder abrir los brazos y llegar a la meta.

Margarita de Michelén (Maggie):Puedo decir, Ebenezer, hasta aquí nos ha traído el Señor. Gloria a Dios por eso, por este gran privilegio de poder participar de este hermoso reto junto a mis hermosas y amadas hermanas.

Laura: Así es, qué gozo seguir hablando de este tema que nos apasiona, y hablar de las obras portentosas de Dios en este año.

Yamell de Jaramillo:Amén.Feliz de estar aquí y sí, de haber llegado como dice Patricia, a la meta con un año tan interesante como lo fue el 2020.

Patricia: Y en esa carrera hubo trayectos llanos, pero por lo general el trayecto estuvo escabroso, hubo colinas, valles, terreno rocoso, pero corrimos como dice Hebreos, corrimos la carrera con fidelidad, puestos los ojos en Jesús.

Saben que nosotros vivimos en una era que podríamos llamar espiritual, donde las personas se vuelven, no necesariamente a Dios, sino a todo lo que es espiritual. Y entonces a eso se le suma que vivimos en una era de mucha prisa; la vida es una vida deprisa. A pesar de que la pandemia nos ha detenido, encontramos formas de vivir ocupadas y muy ocupadas, ajetreadas.

Y cuando finalmente nosotras como mujeres estamos tranquilas, entonces usamos los teléfonos, las computadoras, las redes, Facebook, Twitter, Instagram, los blogs, los chats, y hoy estamos inundadas para que no tengamos lo que se conoce como una vida contemplativa, un tiempo de quietud. Y la mayoría de nosotras podemos decir que somos cristianas pero, sí somos honestas, la mayoría debe reconocer que hay algo que no anda bien con lo que decimos que somos, y nuestra relación con Dios y Su Palabra.

Y este reto de Mujer Verdadera está diseñado para recuperar, para volver y recuperar ese tiempo que nosotras necesitamos con Dios en Su Palabra, con nuestro Señor Jesucristo. No podemos ignorar los enemigos que tenemos que nos empujan, Satanás nuestro propio corazón, el mundo, las influencias. Nosotras queremos tener devocionales significativos pero qué me dicen ustedes, yo quiero que traigamos aquí sobre la mesa todas las cosas que hemos enfrentado y que enfrentamos, aun queriendo de todo corazón hacer fielmente ese reto.

Laura: Patricia, yo creo que bien dice dijiste que estamos viviendo en una época de una increíble distracción, a veces es difícil hasta enfocar nuestros pensamientos en una tarea porque, si no suena el teléfono, es alguien en un chat, que si un texto, que si un email, que si un blog, que si un programa. Ahora hay podcast sobre todo tema. Ya la verdad es que hay como una sobreinformación y nos cuesta mucho trabajo concentrarnos en lo verdaderamente importante.

En mi caso particular, recuerdo cuando me convertí, hace como 20 años, no existían muchas de estas cosas y quizás eso me ayudó a crear el hábito de estar en la Palabra, al punto, que hoy con las distracciones que hay, puedo ponerlas a un lado –y les tengo que confesar que me da trabajo– las tengo que poner a un lado para concentrarme en lo que estoy haciendo que es estar en un tiempo a solas con Dios en Su Palabra para que Él me hable y para que Él me guíe, para que Él ordene mis prioridades, para que Él me recuerde quién es Él, para que me recuerde quién soy yo, para que me recuerde quién soy en Él, y eso es algo que tenemos que buscar intencionalmente.

Recuerdo cuando me convertí, muy a principios de mi conversión, hubo un versículo que me retó que dice, «acérquense a Dios y él se acercará a ustedes» (Sant.4:8). Y recién convertida Dios me dio esa sed tan grande que yo tenía de conocerlo a través de Su Palabra.

Yo sabía que era importantísimo para mí estar en la Biblia porque si no yo no iba a conocer este Dios que se había revelado a mí. Inmediatamente la comencé a leer tapa tapa y cada año lo he hecho, pero yo puedo entender que es un reto hoy en día con tantas cosas y tantas distracciones y todo es obra del enemigo que no quiere que nosotras estemos ahí en esa fuente que es la Palabra de Dios, que es viva, que es eficaz, que es más cortante que cualquier espada de dos filos, que nos penetra los pensamientos y el alma.

Entonces claro que el enemigo va a poner todo tipo de obstáculos para que no estemos en ella.

Elba: Así es. En mi caso yo puedo compartir que aunque me convertí hace unos 35 años y tenía una excelente iglesia y sólida instrucción, quizás no había nadie que caminara junto conmigo los primeros días y no tuve esa convicción como tú Laura de leer la Biblia de tapa tapa. Sí me levantaba cada día temprano, sí pasaba un tiempo con el Señor, pero quizás me concentré en el Nuevo Testamento –por eso de que te dicen, «comienza por Mateo o comienza por Juan»– y entonces yo entendí que la Biblia podía ser como fragmentada y que yo podía tomar una parte y concentrarme en ella y luego volver a otra.

Años después empecé a leerla de tapa tapa, pero lo quiero compartir porque leyendo los comentarios y contestando muchas veces, he encontrado mujeres que confiesan que tienen 15 años, 10 años, 20 años, y nunca han leído la Biblia de tapa tapa. Qué bueno que este año te has animado; qué bueno que ahora Dios te ha dado la convicción de que la Biblia es un solo libro –si bien son todos estos libros recopilados juntos– pero es un todo, que ya como hablamos antes, empieza en Génesis y culmina en Apocalipsis.

Así que, qué bueno.

Laura: Así es. Imagínate que compras una novela y dices, «voy a leer primero el capítulo 5 y voy a leer el capítulo 10». No puedes hacer eso porque te pierdes de toda la narrativa y de la historia de la novela. Este es el libro que Dios dejó para nosotros y leer un texto o un o un texto aislado en Facebook, por más por más que te traspase, no es suficiente leer un texto o un salmo o un proverbio, sino que hay que leerla toda, conocer toda la historia, zambullirse en la historia bíblica, conocer la narrativa de principio a fin para poder conocer a Dios, cómo Él piensa, para que nuestro entendimiento sea informado con los principios bíblicos para que podamos tener una mente bíblica, y caminar de una manera que agrade a Dios para tomar decisiones, para interpretar los tiempos.

No podemos hacer nada de eso leyendo un versículo aquí y allá, o abriendo la Biblia al azar para ver qué Dios me tiene que decir, eso es como horóscopo casi, y esa no es la intención de la Biblia. La intención de la Biblia es conocer a Dios desde el principio hasta el fin, y que nuestra mente sea informada y podamos ir adquiriendo la mente de Cristo, y eso no se hace leyendo un capítulo o un libro solamente.

Yamell: Ahora que mencionas eso, Laura, y escuchándolas hablar, pienso que lo importante es conocer a Dios, conocer Su carácter. ¿Para qué? Para que de esa manera podamos vivir lo que nos dice la Palabra de Dios. O sea, mientras yo más me acerco a Dios a través de diferentes disciplinas que que conocemos, pero es a través de Su Palabra, cuando yo digo que la Palabra de Dios me limpie, entonces voy a poder reflejar al mundo Su carácter, y entonces voy a poder servirle mejor a Dios.

Laura: Conozco personas que se memorizan la Palabra y se memorizan un libro completo; pero a la hora de hacer una decisión, ellas no conocen los principios bíblicos, la mente de Cristo, la sabiduría de Dios, porque muchas veces van a la Palabra y recuerdan un versículo –lo cual es muy bueno, cuando uno memoriza y está en temor, uno recuerda un versículo que vuelve a enfocar tu mente en la verdad para huir de la tentación o algo así– eso está excelente, pero no es solamente eso, es conocer todo el consejo de Dios para aplicarlo a mi situación particular.

Eso requiere conocer el consejo completo, no solamente un versículo aislado.

Yamell: Y eso que tú dices Laura, conectando con lo que mencionaba Elba y conectando con el programa de ayer, lo que hablamos de ver a Cristo en todas las Escrituras, pienso en Levítico con Gálatas, por ejemplo. Esa conexión que tú puedes hacer. Es entender todo el consejo de Dios. He visto personas que dicen, «no, no, no, es que eso es Antiguo Testamento, ya eso no. Yo estoy bajo el nuevo pacto». 

No, tenemos que profundizar y tenemos que ver todo el consejo de Dios.

Maggie: Yo voy a traer dos ejemplos prácticos que vinieron a mi mente mientras las oía hablar. Uno está en Juan 5:39, y como Laura dijo, tenemos que ver el contexto –no solamente del capítulo, sino del libro. En ese contexto de Juan 5, vemos que el Señor sana un paralítico, pero lo sana en día sábado. Qué sucede, los judíos procuraban matar al Señor Jesús. El Señor Jesús, más adelante en los versículos del 19 al 20, establece Su autoridad. Él dice, «yo no vengo a hablar por mi propia cuenta sino que yo vengo hacer lo que el Padre me dice que yo debía hacer. Yo hago lo que mi Padre hace».

Y vemos también más adelante, como Juan el Bautista da testimonio de Jesucristo, y ese testimonio de Cristo eran Sus obras y Sus milagros. Pero qué sucede, los judíos tenían a la mano las Escrituras y el Señor les dice lo siguiente –y me encanta la ironía con que el Señor dice este pasaje. Dice así la Palabra de Dios: «También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí». El Señor les está diciendo, «ustedes parece que escudriñan las Escrituras, parece que conocen la Escritura, pero aquí estoy yo, el Mesías prometido y ustedes no se han dado cuenta de que yo soy ese Mesías prometido.

Ellos escudriñaban las Escrituras, investigaban las Escrituras. Pero llegó el tiempo y las Escrituras les pasaron por encima y no se dieron cuenta quién les estaba hablando. Sin embargo, en el segundo ejemplo que está en Hechos 17, nosotros vemos que los bereanos «eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando las Escrituras para ver si estas cosas eran así» (v.11). Este verbo escudriñar es interrogar, investigar, determinar, preguntar, discernir, examinar.

Y ese es el espíritu que nosotras deseamos transmitir a las hermanas oyentes. Examinen, escudriñen las Escrituras. Las Escrituras no fueron –es verdad que hay pasajes complejos– pero con la ayuda poderosa del Espíritu Santo, Él nos hará entender todas las cosas. Lo primero que tenemos que hacer es ir a la Palabra y dejar que ella nos hable. Si no entendemos algo, entonces podemos buscar las herramientas necesarias; pero la Biblia habla, habla por sí misma y realmente estos bereanos nos dejan un buen ejemplo. 

Ellos verificaron eso que oyeron abriendo las Escrituras, y aquí vemos dos formas de escudriñar, una que te llena el intelecto y te pasa la verdad bíblica por encima, y otro escudriñar que te lleva a eso que decía Patricia, de bajar ese conocimiento a la práctica, de modo que nosotros llevemos una vida consecuente entre lo que decimos creer y la forma en que vivimos.

Patricia: Amén. Y hablando de eso, Elba, también tú tienes el testimonio de muchas de esas que están corriendo, que ya corrieron que se van a volver a unir y van a seguir corriendo, y quizás quieras compartir alguno.

Elba: Claro que sí. En lo personal, me ha pasado que habiendo leído la Biblia de tapa a tapa anteriormente, cómo les ha pasado ustedes, yo no la había leído con otra nube de testigos junto conmigo, con tantas personas que no conozco y que se han vuelto familiares; o sea, sus comentarios cada día edifican mi alma. Ver cómo Dios ha ido trabajando en sus vidas y cómo empezaron leyendo quizás más informativamente. Luego abriendo sus corazones delante de todas las demás y puedo decir por ejemplo, aquí hay un testimonio en un momento que decía, «cómo me quebranta e impresiona conocer más y más los atributos de Dios, que lejos de ser crueles aún en apariencia, no solo son justicia sino en verdad una muestra de Su misericordia». 

Y ella pone muchas lágrimas llorando y dice, «mi corazón llora de agradecimiento aun en reconocimiento de mi maldad, pero viendo Su misericordia para hablarnos hoy a través de sus escritos». Otras hablan de cómo por primera vez ven ese carácter de Dios, esa justicia de Dios, pero esa misericordia también, y cómo su vida ha sido transformada. Y yo, leyendo la Palabra y leyéndolas a ellas, he sido transformada también. Me ministra, me edifica, me redarguye muchas veces ver su quebrantamiento, y quizás yo no estoy igual en este momento o en ese punto, pero ha sido una bendición.

Así que las animo, no solamente a leer la meditación, sino aún los comentarios con los que estas hermanas edifican nuestras almas.

Laura: Así es, y participar con sus propios comentarios, porque como tú dices Elba, uno lee cosas que uno dice: «wow, yo no había visto eso así, qué bien cómo el Espíritu es tan puntual en cada una, que las ministra de maneras diferentes».

Yamell: Y tú sabes que la Palabra de Dios es nuestro espejo. Es nuestro estándar, es nuestro norte, es el manual de vida. Por ende, nosotras no podemos desestimar o pensar que por más sencillo que parezca un tema, que la Biblia no tiene algo que decir. Y yo creo que, si bien es cierto que no voy a encontrar algo así específico con un nombre, sí entiendo que Dios tiene algo que decir con respecto a todas las áreas de nuestras vidas. Y es por eso que debemos conocer en detalle lo que la Biblia dice. No según mi interpretación o mi conveniencia, sino lo que en realidad Dios quiere decir.

Y me gusta eso que mencionabas, los bereanos, porque ese es un ejemplo de que tenemos que ser como ellos. Tenemos que indagar, tenemos que estudiar, ver por nosotras mismas. Orar que Dios nos dé deseo por la Palabra, pero también ver qué tiene que decirme a mí la Palabra de Dios. Y yo creo que la nuestra es una generación que tiene una gran cantidad de recursos ahí, pero es saber cómo usar esos recursos.

Lamentablemente, lo que nos falta es deseo de hacerlo porque recursos tenemos en gran cantidad, colores, materiales, como tú quieras. Vas a encontrar la Biblia física, digital, con marcadores, sin marcadores, o sea, no hay excusa, pero no podemos tampoco dar por sentado y creerme también como tú dices, y conformarme con lo que diga otro. No, yo debo hacer el ejercicio de estudiar por mí misma y a mí me gusta mucho lo que dice el Salmo 119 en uno de sus versículos.

Dice: «Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino» (v,105, NTV). Creo que si quiero saber por dónde debo caminar, mi brújula es Su Palabra. Entonces yo creo que eso es súper importante. Cuando oramos le hablamos a Dios. 

Me encantan los salmos porque para mí ha sido bueno ver cómo el salmista derrama su corazón tal y como lo siente, «me siento así, me siento…» como tú quieras. Eso es la oración, el derramar tu corazón delante de Dios. Le hablas a Dios pero cuando lees la Palabra de Dios, Dios te habla a ti; y es a través de eso que vas a cambiar.

Yo no soy el estándar, el estándar no es otra persona, es la Palabra de Dios y es Cristo. Y digo siempre, aún lo que nosotras estamos diciendo aquí, ustedes mis hermanas que nos están escuchando, están llamadas a buscar la Palabra de Dios y ver que lo que estamos enseñando está alineado con la Palabra de Dios, con el correcto enfoque y la sana doctrina. Hay que ser como los de Berea y profundizar porque hay mucho. 

Laura: Oyéndote hablar, creo que lo que nos falta es hambre, hambre de Dios. Y sí, tenemos hambre, pero buscamos satisfacerla de la manera incorrecta. Porque dice la Palabra de Dios que es un banquete, es un banquete diario del cual comemos y bebemos hasta que seamos saciadas. Ya no tenemos que ir a buscar más nada, ni siquiera otros recursos ni un blog o un podcast. Ahora, hay tantos recursos –como tú dices– que muchas veces preferimos ir al podcast aún al de Aviva Nuestros Corazones, y nos quedamos satisfechas con eso. Eso es como ir a un a un lugar donde un banquete maravilloso y yo comerme un pancito, cuando tengo el banquete para mí.

Entonces, cómo no ir a ese banquete diariamente a procurar ese pan que nos sostiene, a esa agua de vida que nos sacia. Entonces nos quedamos en la orillita oyendo algunos podcast aquí y allá, que sí, por supuesto cómo están basados en la verdad nos ayudan, pero nunca será igual que ir a la Palabra de Dios. Buscamos la excusa, «no, porque es difícil de entender, ahí hay cosas que son difíciles», efectivamente, cuando vas a Ezequiel, Apocalipsis, a muchos de esos libros, son un poco difíciles, pero dice Isaías que la Palabra no vuelve vacía.

La puedes leer y quizás no entiendas todo, pero eso no importa tú sigues ahí en fe porque la Palabra va a cumplir el propósito para el cual Dios la envió, y toda Escritura, dice Timoteo, todos los libros, todos los versos, de principio a fin, todos son inspirados por Dios y son útiles para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia.

Me encanta cómo dice Damaris cuando habla del texto que dice, «si yo no estoy en la Palabra no voy a ser enseñada, no voy a ser reprendida, no voy a ser corregida y no voy a ser instruida, porque eso es lo que me instruye». También dice Romanos que el Antiguo Testamento, que muchas, como hablamos ahorita, que hay personas que no lo quieren leer porque, «ay no, eso es como complicado, yo prefiero el nuevo», pero dice que ese libro fue escrito para nuestra instrucción, y para animarnos y darnos esperanza.

Toda toda la Palabra completa es un banquete, tú quieres todo el banquete y eso te sacia. Porque todos tenemos sed, lo que pasa es que la satisfacemos de forma que no nos llena. Entonces, queremos animarlas a que a que vayan a toda la Palabra y la busquen con afán.

Maggie: Amén. Jesucristo mismo citó el Antiguo Testamento una y otra vez. Entonces, si para Cristo el Antiguo Testamento fue importante hacerlo saber, para nosotras también tiene que serlo. Porque es maravilloso ver en el Nuevo Testamento cómo todo el Antiguo Testamento tuvo su cumplimiento. Y eso de verdad, cada vez que tú descubres una profecía y ves su cumplimiento en el Nuevo Testamento, de verdad, de verdad, es para brincar y saltar de gozo y alegría. Y aleluya, gloria a Dios, porque Tú abriste los ojos de mi entendimiento para ver esa verdad y afirmarme más en la fe, porque las profecías lo que deben hacer es eso, confirmar nuestra fe y seguir creyendo en ese Dios que llevará a cabo Su historia hasta el final.

Laura: Yo quiero animarlas, porque así como cuando no comemos comida cuando nosotros pasamos un día de ayuno o cuando tenemos tantas ocupaciones que no podemos comer, nos da dolor de estómago, nos debilitamos, igualmente nuestro espíritu se debilita cuando no estamos en la Palabra. Y como nos recuerda Deuteronomio que dice, «no solo de pan vivirá el hombre, sino que vive de toda palabra que sale de la boca de Dios». O sea, de eso se alimenta nuestro espíritu. Así que no seamos mujeres débiles espiritualmente, no estemos pasando hambre espiritualmente porque hay un manjar disponible para nosotras. 

Annamarie: ¿Te has conformado con estar a la orilla de los tesoros de la sabiduría de Dios, o estás dispuesta a profundizar? Patricia de Saladín, Laura Gonzalez de Chavez, Elba de Reyes, Margarita de Michelén y Yamell de Jaramillo, te han animado a sumergirte en el banquete de la Palabra de Dios. ¿Dirás: «Sí, Señor»?

Mañana ellas regresarán con nosotras para animarnos, no solo a leer la Biblia, sino a vivirla. Te esperamos para este próximo programa de Aviva Nuestros Corazones.

Creciendo en la Palabra de Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.

Arraigado, Jonathan y Sarah Jerez ℗ 2020 Jonathan y Sarah Jerez.

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Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 1

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Crezcamos juntas en la Palabra de Dios

Dic 30 – Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 1

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Annamarie Sauter:Con nosotras Laura Gonzalez de Chavez.

Laura Gonzalez de Chavez:No se trata de adquirir información acerca de la Biblia, conocer la teología bíblica y conocer todos los detalles teológicos –que sí es importante; lo importante es que nuestros afectos sean impactados porque al final no se trata de información o de almacenar datos acerca de la Biblia sino de conectarnos a Jesucristo.

Annamarie:Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

Aquí está Patricia con nosotras.

Patricia de Saladín:La lectura para hoy en el reto Mujer Verdadera 365 es Apocalipsis capítulos 17 al 19. En cada programa de este año nos has escuchado recordarte las lecturas bíblicas diarias que miles de mujeres alrededor del mundo estamos leyendo juntas.

Y es porque en Aviva Nuestros Corazones queremos dejar un legado—y queremos que tú también dejes un legado, un legado de piedad y de fidelidad. Esto solo será posible en la medida en que crecemos en el conocimiento de Dios a través de Su Palabra. Si queremos que las próximas generaciones también persigan el hábito de tener un encuentro diario con Jesús, debemos buscarle nosotras primero y cultivar una relación personal profunda y vivificante con Él.

¡Él quiere que le conozcamos! Y, ¡Él te conoce y quiere revelarse a ti a través de Su Palabra! Y es por eso que en este año 2020, en enero, comenzamos este reto y te hemos animado a leer la Biblia cada día de tapa a tapa—la Palabra inspirada, inerrante, infalible y todo suficiente de Dios. 

Hoy escucharás una conversación en la que estaremos hablando más acerca de esta carrera que corrimos este año, y de lo que ha significado el Reto Mujer Verdadera 365 en la medida en que nos acercamos al final de este año 2020, al final, a la meta de esta carrera, y damos inicio al año 2021. El día de hoy me acompañan para esta conversación: Elba de Reyes, Yamell de Jaramillo, Margarita de Michelén y Laura González de Chávez.

Bienvenidas todas, qué bueno estar juntas en este programa ahora en este fin de año.

Elba de Reyes:Gracias Patricia, qué bueno estar con ustedes.

Laura: Gracias Patricia.

Yamell de Jaramillo: Gracias.

Margarita de Michelén: Un placer estar con ustedes.

Patricia: Y para comenzar esta conversación quiero darle la palabra a mi amiga, mi hermana, Laura, porque como hemos mencionado anteriormente, este proyecto, este reto, esta carrera, Dios la puso en su corazón junto con esta creación de esta Biblia Mujer Verdadera, y cómo Dios no solamente lo puso en su corazón sino que bendijo mucho más abundantemente de lo que nosotros imaginamos un proyecto tan ambicioso. Entonces, Laura, quiero dejarte la palabra y que oigamos lo que Dios ha puesto en tu corazón.

Laura: Bueno, primero que nada, qué bendición estar aquí al final de este año, que ha sido un año muy especial en la vida de tantos, del mundo entero, y hablar de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas y también de lo que Dios ha hecho través de la Palabra en nuestras vidas. Cuando este proyecto inició en el año 2019 –en nuestra imaginación– que me acuerdo que empezamos a contribuir todas en la Biblia, sabíamos que iba a ser una empresa difícil pero sabíamos que no lo hacíamos en nuestras fuerzas ni con nuestros talentos, sino que íbamos a depender totalmente de la obra del Espíritu Santo y de Su poder dentro de nosotros. Y era un proyecto que iniciamos en fe y realmente es solamente en fe que uno puede completar un proyecto de esta naturaleza. Y tampoco en el 2019, cuando pensamos en hacer esto en el 2020, no nos imaginábamos lo que vendría este año con la pandemia, y cómo Dios detuvo el mundo entero, que eso también yo creo que contribuyó –no sé si ustedes están de acuerdo conmigo– que esto contribuyó a que muchas mujeres tuvieran el tiempo para disponerse a estar en la Palabra, para poder crear el hábito.

Porque sabemos que es un hábito que hay que crear y hay que tener el tiempo para eso. Y Dios detuvo el mundo.

Patricia: Creo que Dios también –no solamente creó el espacio con la pandemia, el aislamiento, el toque de queda– sino que creó la angustia en muchas mujeres de ir y buscarlo a Él desesperadamente, y sabemos que Él se revela en Su Palabra. 

Yamell:Y creo que eso que tú decías, Patricia, esa misma desesperación, esa incertidumbre que trajo esta pandemia –al ni siquiera saber qué esperaba– yo creo que también influyó en eso, en que reconociéramos muchas, muchas de nosotras, que solamente en Su Palabra era que podíamos encontrar ese refugio y ese consuelo ante lo que estábamos viviendo.

Era algo de «qué es esto, qué es este virus», toda esa incertidumbre creo que también influyó en que este proyecto llegara a hacer todo el impacto que hizo en muchas de las mujeres y en nosotras mismas también.

Laura: Así es. Yo creo que Dios nos dio el corazón del salmista cuando en medio del destierro que estamos todas, era tan obvio, tan tangible lo que estaba pasando a nuestro alrededor, que él decía: «Como siervo que anhela las corrientes de agua, así suspira oh Dios el alma mía» (Sal.42:1). Estábamos verdaderamente desesperadas y Dios puso –como dice Patricia– esa angustia en muchas de nosotras; y quizás personas que nunca habían estado la Palabra, por primera vez sentían esa necesidad de estar conectadas a la a la verdad de Dios a través de la Palabra.

Elba: Yo pienso que Dios también nos sorprendió, porque Él usó medios con los que nosotros no estábamos contando, como el WhatsApp. Estábamos entendiendo que los estudios iban a ser a través de la página; una mujer se conectaba, leía, pero es que las mujeres somos demasiado relacionales y Dios llevó esto por canales que nosotros no podemos ni siquiera cuantificar. Nosotros podemos saber cuántas personas se conectan a la página pero no quiénes reciben este mensaje a través de medios como el WhatsApp; y ha sido como que Dios nos sorprendió con la magnitud de Su grandeza. Me quedo asombrada de verdad, porque uno sabe que está compartiendo la Palabra, que ella es viva, que es eficaz, que no vuelve vacía. Y también que Dios es poderoso para hacer mucho más de lo que nosotros pensamos o entendemos. Pero fue como un tsunami de testimonios, de necesidad. Cuando un programa de estos quizás no llega un día, tú puedes ver la sed, el deseo de devorar esa Palabra que tienen muchas mujeres.

Así que, yo creo que Dios en eso a cada una de nosotras nos ha sorprendido. 

Maggie:Y una de las cosas también, que podemos extraer de todo esto, es que no son 7000 mujeres las que no han doblado rodilla ante Baal, son miles y miles de mujeres. Y yo creo que eso ha sido una estocada al enemigo porque él sabe que no va a poder contra la iglesia de Cristo.

Y dondequiera que haya una persona creyente y haya un medio de información, allá va a llegar la Palabra, ya sea para salvación, ya sea para ánimo, para santificación –como es el caso de todas las creyentes– y yo misma he oído, no solamente de muchas creyentes, que han sido edificadas, sino de muchas personas que han venido a los pies de Jesucristo.

Y como bien decía una de ustedes, este año nos sorprendió, y realmente vemos la importancia de la Palabra de Dios en la vida. Porque la Palabra de Dios es como algo que vas atesorando, y cuando llega el momento de la prueba, el Espíritu Santo es quien te ayuda y te recuerda todas aquellas cosas que tienes que recordar para que no suceda lo que dice el Salmo 85. 

Dice el Salmo 85: 8: «Escucharé lo que hablará Dios a su pueblo porque hablará paz para que no se vuelvan a la locura». Y definitivamente este encierro ha hecho que mucha gente tambalee. Entonces, ¿qué es lo único que nos va a tener en pie y firmes ante cualquier tempestad? La Palabra de Dios.

Laura: Así es. Y qué increíble ver cómo en ese encierro y en esa desconexión física en nuestras iglesias, con nuestros hermanos, a través de los medios que tenemos hoy pudimos conectarnos alrededor de la Palabra con este reto, y supimos que iglesias completas estaban haciendo el reto juntas. Entonces, de verdad que no fue algo agradable este año con esta pandemia y todo lo que eso trajo a muchas familias y muchas muertes, pero Dios lo usó para bien en la vida de muchas porque las atrajo a Él.

Y entonces para hablar un poquito acerca de la Palabra, vamos a hablar un poco acerca del evangelio en la Palabra de Dios. Porque muchas personas desconectan el Antiguo Testamento del Nuevo Testamento, como si fueran dos cosas diferentes, pero al final de cuentas es la historia de Jesucristo de principio a fin; desde el inicio en Génesis hasta el final en Apocalipsis, y queremos hablar un poquito de eso, de cómo nosotros vemos el evangelio desde Génesis hasta Apocalipsis. Porque hay personas por ejemplo que se concentran en leer el Nuevo Testamento porque ese es el nuevo pacto, pero se olvidan de que Dios es el mismo en el Antiguo Testamento y en el nuevo, y que todo apuntaba desde el inicio hasta Jesucristo.

Hablemos un poquito acerca de eso, acerca de cómo vemos el evangelio de principio a fin, esa historia de la redención del principio hasta el fin.

Yamell: Quería mencionar –ahora que te escuché hablando– que sin lugar a dudas es impresionante, como tú dices Laura, el poder conectar el Antiguo Testamento con el Nuevo Testamento, pero también poder ver a Cristo. Cristo desde el principio fue ese Mesías esperado y yo creo que eso es algo que nosotros debemos tener en cuenta siempre, siempre, siempre. 

Primero Cristo, y conecto ahí también con el evangelio, eso es lo que nosotros tenemos que tener o sea para mí fue impresionante ver a un Dios que es desde el principio desde Génesis 3, cuando entró el pecado en el mundo, Dios pudo habernos destruido como raza humana y borrar todo y empezar todo desde cero. 

Pero en Su amor y Su misericordia Él prometió una salida a Su tiempo, a Su manera y eso es lo que a mí me impresiona, ir viendo que ese camino de los profetas desde Abraham, siempre apuntaba a Cristo. Y esa es la centralidad de de toda la Palabra de Dios, es Cristo quién está escondido –como dicen en el Antiguo Testamento– pero está ahí, entonces no podemos desconectarlo. 

Y recuerdo a Isaías. Es wow ver esa descripción de ese siervo y mucha gente ha pensado, «no, que habla de fulanito, o del otro, del rey…» No, a quien apunta es a Cristo. Y entonces entrar y verlo en los evangelios, los detalles que cada uno de ellos en su manera de escribir fueron presentando a Cristo, para mí fue muy bueno volver a verlo.

Pero eso que tú dices Laura es clave, no podemos sacar a Cristo y verlo como dos cosas separadas, todo se trata de Cristo.

Maggie: Voy a decir algo en una forma medio poética, la Biblia es una obra de arte de Dios. La forma y el contenido de cada uno de sus libros y la unidad de la Biblia completa, representa la mayor obra literaria jamás escrita. Recordemos que allí había gente muy letrada, como Pablo, como algunos de los profetas como el mismo Isaías que tú mencionabas, pero había personas que eran simples pastores que no sabían nada.

Sin embargo nosotras vemos que mediante todos esos géneros literarios hay una historia unificada que es la historia de la humanidad, y es Dios contando la historia de la redención de todos aquellos elegidos de pura gracia, para que vengan a formar parte de Su pueblo. Entonces, una de las cosas que me ha gustado mucho y que yo siempre trato de leer la Biblia así, es ver, creación, caída, redención y consumación. Entonces cada uno de los libros desde Génesis hasta Apocalipsis, abre un camino a Jesucristo. Para eso les voy a dar unos ejemplos. 

En Génesis ves que Cristo es la simiente de la mujer; en Éxodo ves que Cristo es el cordero pascual; en Levítico –que es un libro un poco pesado– pero ahí nosotros vemos a Cristo, el futuro sumo sacerdote que vendría a limpiar, no solo nuestros pecados pasados y presentes, sino que ahora mismo está intercediendo por los suyos delante de Su Padre. En Deuteronomio vemos que fue un profeta mucho mayor que Moisés. 

Moisés era una tipificación de lo que sería Cristo como profeta, y así vamos viendo en todo el Antiguo Testamento esa sombra de aquello que habría de venir, que ya en el Nuevo Testamento vemos en Mateo, al Mesías; vemos en Marcos el Obrador de milagros; en Lucas el Hijo del hombre y en Juan el Hijo de Dios y el Logos hecho carne.

Ver todo eso unido es simplemente maravilloso y gloria a Dios por eso.

Patricia: A mí me pasa que aumenta mi fe. Cuando yo veo toda la historia y veo todo ese hilo conector en un libro que tomó 1500 años escribirlo con todos esos autores distintos, como decía Maggie, y ver ese hilo conector, definitivamente incrementa mi fe. Incrementa el hecho de que un Dios soberano es el Autor de esa historia y nada ni nadie va a frustrar Sus planes.

Una de las cosas que más atrapa mi mente en asombro de la gran majestad de Dios y de que nada va a detener Su historia –donde Él ya es vencedor– son los 400 años de silencio con aquel reino dividido, donde parecía que ese que venía a aplastar la cabeza de Satanás ya no existía porque el reino de Israel, el reino de Judá, todo eso hecho trizas en el exilio, y 400 años de aquel silencio… y sin embargo en el exilio Dios preserva la simiente.

Y como dice la Escritura, cuando llegó el tiempo, en el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de mujer, y cada una de esas palabras a mí me incrementa la fe. O sea, yo digo, Señor esto es la verdad y Tú eres Dios soberano, eterno y Tú vas a llevar a cabo esta historia de la redención hasta ese final glorioso y yo confío y creo porque Tú y solo Tú eres Dios, y eso llena mi corazón de asombro y de gratitud a Dios.

Laura: Alabado seas. Aleluya, aleluya. Oyéndolas, mi corazón se emociona, porque si algo queremos pasar a nuestras oyentes, es que, así como empezamos diciendo que la Biblia se trata de Jesús y está de principio a fin, son conocimientos teológicos que son importantes para interpretar la Palabra de Dios. Pero al final lo importante es que nuestros afectos sean impactados y tocados al oirlas hablar con esa pasión. Eso es lo que queremos transmitir a nuestras oyentes, porque no se trata de adquirir información acerca de la Biblia, conocer la teología bíblica y conocer todos los detalles teológicos –que sí es importante– lo importante es que nuestros afectos sean impactados porque al final no se trata de información o de almacenar datos acerca de la Biblia, sino de conectarnos a Jesucristo, a ese de quien se trata la Biblia.

Elba: Por amor Dios da a Su Hijo unigénito, nos dice Juan 3:16, pero es porque Él quiere. Él no nos necesita pero Él quiere tener esa comunión con nosotros. Una relación de amor, de intimidad, de comunión, que Dios creó en el Edén. Dios crea de la nada y no tiene que crear al hombre, pero lo crea para caminar con él, para amarlo, para tener intimidad.

Yo no me imagino lo que es oír la voz de Dios cada día, y el hombre cae en el pecado, todo eso se pierde, la creación se corrompe, pero Dios en Su amor eterno promete a Cristo. Y Cristo está desde Génesis hasta Apocalipsis revelado como este que vino a restaurar esta comunión, a darnos, a llevarnos al Padre nuevamente. A ser ese puente entre nosotros y Dios.

No podemos olvidar que es esa comunión que busca ser restaurada.

Laura: Me llevó a pensar en el Salmo 73, cuando dice el salmista, «yo siempre estoy contigo. Tú me has tomado de la mano derecha, con tu consejo con tu palabras me guiarás y después me recibirás en gloria». O sea, eso es muy hermoso, saber que nosotros caminamos con Dios, con la persona de Jesucristo y que Él está en Su Palabra, Él nos habla cada día, Él nos guía. Y oyéndolas hablar también, me venía a la mente Lucas 24, cuando dice, «¿no ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino cuando nos abría las escrituras?»

Yo creo que hablar de esto debe poner nuestros corazones a arder. No solamente en «cuánto conocimiento tengo acerca de la Escritura», sino «cómo arde mi corazón que podemos llamarnos hijas de Dios, que fuimos rescatadas, que fuimos salvadas, que fuimos lavadas, que fuimos redimidas y que un día estaremos con Él en gloria». Eso es lo que debe arder en nuestros corazones cuando estamos en la Palabra de Dios.

Maggie: Estas no son palabras mías, son palabras de Hardware Hendricks, pero yo creo que es apropiado traerlas aquí, y dice que la Biblia no fue escrita para satisfacer la curiosidad del hombre, sino para ayudarnos a conformar una idea de Cristo. No es para hacernos pecadores sabios, sino para formarnos a la imagen del Salvador. No es para llenar nuestra cabeza de información o de acumulación de hechos bíblicos, sino para transformar nuestras vidas. 

Y como la Palabra de Dios es poder de Dios para salvación, hermana que nos estás escuchando, no existe una situación en nuestras vidas en que la Palabra no traiga luz y consuelo. Puede haber desesperanza, pérdidas, enfermedades, tentaciones, personas difíciles en nuestros caminos, asuntos económicos –como muchos de nosotros estamos enfrentando. Hijos rebeldes, lo que tú quieras, pero para cada una de esas situaciones la Palabra tiene la respuesta. Gloria a Dios por eso, eso es muy esperanzador en momentos como los que estamos viviendo, y ante un 2021 que también parece incierto porque no sabemos lo que va a deparar. 

Laura: Así es, y saber que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Y que Su Palabra no pasa de moda, Su Palabra es relevante para nosotros en todos los tiempos, en todas las circunstancias, y saber que como decíamos en en este primer programa, todo se trata de Jesús y todo es acerca de Jesús. Todo es para Él, todo es por Él y todo es para Su gloria.

Entonces, qué bendición poder hablar acerca de esto y que los corazones de nuestras oyentes ardan junto con los nuestros de saber que somos suyas y de saber que siempre estamos en Su mano y que no importa las pandemias que vengan, no importan las circunstancias, no importan los gobiernos, no importa nada, nosotras estamos seguras en Sus manos.

Patricia: Sabes que este libro, la Biblia, es lo que nos comunica realmente quién es Dios, Su corazón, Sus caminos, Su voluntad y la sabiduría para vivir cada área de la vida; y cada día de este año cuando se anunciaba la lectura, era lo que nosotros hacíamos y también lo que nosotras anhelábamos, que cada mujer sacara ese tiempo aparte para que Dios le hablara de manera particular, a cada una a través de Su Palabra.

Porque es como decía Maggie, es como nosotras vamos a tratar con nuestras relaciones, con nuestras amistades, con el matrimonio si estamos casadas, con la crianza, las finanzas… la Biblia nos comunica los caminos de Dios y nos corrige dónde estamos fallando, nos limpia, nos lava, nos aconseja –como tú leías Laura en el Salmo 73– y en realidad es a través de esa Palabra que conocemos al único Dios vivo y verdadero, al creador de los cielos y de la tierra.

No conoceríamos el evangelio, a Jesucristo, sin esa Palabra; porque vemos los cielos y vemos la grandiosidad de la creación, pero quién es Jesucristo, qué es el evangelio, cómo en Él hay perdón de pecados, cómo yo puedo creer porque Dios cambia mi corazón, eso solamente lo puedo hacer a través de la Palabra. Y si no estamos en la Palabra vamos a tener hambre. Si somos sus hijas estamos desfalleciendo, pero si no estamos en la Palabra no hay manera que encontremos a ese Cristo en el que hay salvación. Ella es indispensable para la vida así que ese libro hay que leerlo y leerlo y leerlo, y nunca, nunca va a ser suficiente. 

Porque yo sé que cada una de nosotras tiene diferentes años de haber conocido al Señor, pero sé que sería el testimonio de cada una de nosotras, que cuando abrimos ese libro encontramos nuevos tesoros todas las veces. Así que Gloria a Dios por su por su hermosa Palabra

Annamarie: Has estado escuchando una conversación entre Patricia de Saladín, Laura González de Chavez, Elba de Reyes, Margarita de Michelén y Yamell de Jaramillo. Ellas nos han estado hablando acerca de la centralidad de Jesucristo y el evangelio en nuestras vidas. Y esto es algo en lo cual podemos profundizar a través de la Biblia. Mañana ellas te animarán a hacer precisamente eso, en la continuación de la conversación.

Creciendo en la Palabra de Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

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Confiando en el Príncipe de Paz – Dic 17

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Festividades centradas en Cristo

Aviva Nuestros Corazones

Dic 17 – Confiando en el Príncipe de Paz

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/confiando-en-el-principe-de-paz/

Carmen Espaillat: Cuando Isaías anunció el nacimiento de Jesús, él profetizó que Cristo sería llamado el “Príncipe de Paz”. Hoy está con nosotras Bárbara Rainey.

Bárbara Rainey: Creo que es algo muy significativo, y creo que es porque Dios conoce qué tan desesperadas estamos por recibir esa paz. Él sabe, mejor que nosotras, que tan quebrantadas y desesperadas estamos, qué tan solas estamos, y cuánto necesitamos de su paz.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Nancy Leigh DeMoss: Nuestra invitada esta semana es mi amiga Bárbara Rainey. Su esposo Dennis y ella son cofundadores de “Vida en Familia” y muchas de ustedes han escuchado “Vida en Familia Hoy” en una estación de radio o vía internet. Ellos han realizado una obra maravillosa y tienen disponibles recursos que ayudan a fortalecer las familias en cada etapa de la vida: matrimonios, hijos, nietos…

Bárbara, es una alegría, tenerte aquí con nosotras en Aviva Nuestros Corazones. Muchas gracias por acompañarnos.

Bárbara: Muchísimas gracias, estoy contenta de estar aquí.

Nancy: Hemos estado hablando sobre las vacaciones y “los días de celebración” o días festivos. Estamos en la búsqueda de que sean días de santidad. Para que no quedemos atrapadas en el caos, en el que se convierten estos días dentro de nuestra cultura y para que al finalizar diciembre no estemos todas estresadas, endeudas y deprimidas.

Queremos ayudar a nuestras oyentes.

Varios años atrás yo decía que le había declarado la guerra al estrés de estos días y las fiestas de fin de año (que no lo he logrado) pero he sido muy intencional en los años recientes, eliminando cosas que no son esenciales. Solo quiero simplificarme, simplificarme y simplificarme. Tal vez estoy envejeciendo. ¡Estamos envejeciendo!

Bárbara: Bueno, eso es parte del todo. Creo que hemos adquirido esa sabiduría que nos permite ver que no todo es importante.

Nancy: Por años yo organizaba un buen programa para enviar las tarjetas de Navidad. Disfruto el recibir tarjetas en Navidad y especialmente las que tienen noticias sobre familiares o en general.

Hace unos años que dejé de enviar tarjetas de Navidad. Con esto no estoy criticando, ni diciendo que estén mal, aún amo a mis amigos, pero he puesto más énfasis en el día de Acción de Gracias, y menos en las actividades relacionadas con la Navidad. Y me digo a mi misma, “Las haré solamente para las actividades más significativas y que me ayuden a enfocarme en los demás y en lo que realmente importa”.

Y recuerdo el primer año que no hice las tarjetas. Probablemente a nadie le hizo falta recibir una tarjeta de mi parte, pero yo sentía que estaba haciendo algo malo.

Bárbara: Y estoy segura que te sentiste extraña.

Nancy: Me sentí como si eso fuera sacrosanto, como si el mundo fuera a desmoronarse si yo no enviaba esas tarjetas de Navidad. Bueno, nadie me dijo que le hicieron falta. Pero estoy disfrutando más de esta temporada, y tendré más tiempo para trabajar en el ministerio. Ahora tomo un espacio en las cuatro semanas antes de Navidad para leer algún material sobre los días de Adviento. Y hay excelentes libros sobre ese tema.

Durante la última Navidad recibí a una familia de seis en casa, con cuatro niños pequeños. Hicimos algunas actividades en la tarde como, encender velas y poner la corona de Adviento. Fue difícil ya que los pequeñitos eran muy inquietos. Y fue complicado, pero a la vez dulce. Pero estaba invirtiendo mi tiempo en sus corazones y en conseguir sintonizar mi propio corazón con “Venid y adoremos”, que es donde queríamos enfocarnos.

Bárbara: Así es. Con frecuencia y sin darnos cuenta, cedemos a la presión del mundo para hacer compras. Sin darnos cuenta, nuestra conducta al comprar, está bajo la influencia de la cultura de este tiempo y se requiere de un esfuerzo para no hacerlo más. Debemos detenernos y reflexionar: «¿Qué estoy haciendo? ¿A quién estoy escuchando? ¿Cómo quiero que sean éstas fiestas de Acción de Gracias, Navidad y otras celebraciones en mi casa? Por qué no tengo control sobre eso. Yo no tengo que hacer todo lo que hacen los demás. No tengo que enviarle regalos a todos los que conozco.

Nancy: O usar cada idea que veas en Pinterest.

Bárbara: Eso es, así como dijiste acerca de las tarjetas de Navidad: “Yo no tengo que hacer eso”.

Recientemente he pensado, que gastamos una gran cantidad de dinero en cosas que irán directamente a la basura. Pero cuando nos detenemos a meditar, es como si entráramos en razón y nos preguntáramos de verdad: ¿Entonces, por qué estoy haciendo esto?

Así que es bueno para nosotras parar y pensar objetivamente. Hacer una pausa y preguntarnos: “¿A quién estoy escuchando? ¿De donde estoy adoptando mis actitudes? ¿Qué es más importante, y dónde quiere Dios que me enfoque?

Hacer de las celebraciones, días significativos, es el propósito de lo que estamos hablando. Cuando decimos “días significativos”, lo expresamos en un sentido espiritual. Queremos decir que no sean con decoración, adornos y cosas del mundo, que están disponibles en las tiendas y que realmente no tienen nada que ver con lo que es realmente importante: la historia de Cristo, porque de eso se trata la Navidad.

Nancy: Y que tenga el verdadero enfoque, que sea Cristocéntrico primero que todo—. Sabes Bárbara, mientras estamos hablando viene a mi mente mi padre, que ya no está con nosotras hace treinta cuatro años. Pero recuerdo las mañanas del Día de Acción de Gracias, y no recuerdo bien si en Navidad también, él llamaba a algunas viudas y les hacía saber que estábamos pendientes de ellas como familia y las motivábamos.

Y no lo hago todos los años, pero he imitado hacer ese gesto, y siempre trato de hacer unas llamadas antes del Día de Acción de Gracias a personas que tal vez hayan perdido a alguien ese año, o personas que pueden estar sufriendo, solo para orar por ellas o compartirles la Palabra de Dios. No me tomo horas haciéndolo, pero es una forma de morir a mí misma y de pensar en los demás.

Y ahora que recuerdo, ¿podrías compartirnos la forma en que enseñabas a tus hijos acerca de los regalos de Navidad? ¿Hiciste algo especial con eso?

Bárbara: Sí, así es. No era algo tan sofisticado, pero recuerdo cuando mis hermanos y yo tomábamos un catálogo de una tienda grande de departamentos del correo, y buscábamos las cosas que queríamos.

Nancy: Ahora no solo es ese catálogo ¿verdad? Ahora hay miles de catálogos.

Bárbara: Ya no recibimos ese catálogo, pero en su lugar hay múltiples catálogos. Nos concentrábamos por horas para seleccionar lo que queríamos para Navidad. Cuando me convertí en madre, pensé, “Yo no quiero que mis hijos pasen horas cavilando “¿Qué me pueden dar Mamá y Papá?” o ¿Qué me puede traer Santa Claus? o quien sea. Quiero que piensen en dar, porque la verdad sobre la Navidad es que es un tiempo para dar.

Nancy: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que dió…” (Juan 3:16)

Bárbara: He pensado en ese versículo, exactamente. No es un versículo que típicamente asociamos a la Navidad, pero de eso se trata la Navidad. Celebramos la Navidad por el regalo de Cristo. Nos entregamos regalos unos a otros para recordar el regalo de Cristo. Así que en nuestra familia, Dennis y yo hemos tomado una decisión consciente de que queremos enseñarles a nuestros hijos a dar, más que a recibir.

Así que durante todo el mes de diciembre, les ayudaba cuando eran pequeños o incluso adolescentes, a concentrarse en qué comprarían para otra persona, o que querían regalarles a sus abuelos, o a cuál persona de la escuela le regalarían. Sobre todo les hacía énfasis en “¿Qué quieres dar?” “¿Qué quieres dejar dicho con ese regalo?”

En mi familia las mañanas de Navidad eran diferentes. En vez de reunirnos todos a ver qué regalos tenían nuestros nombres, nos acercábamos a la sala, y todos nos reuníamos a mirar debajo del árbol los regalos que habíamos dispuesto para alguien más.

Así que cada uno de nosotros, Dennis, mis seis hijos y yo, nos sentábamos alrededor de la sala, cerca de la pila de regalos que todos preparamos. Tomábamos turnos, uno a uno, y esperábamos que cada quien abriera sus regalos. Así que cuando mis hijos veían todos los obsequios se emocionaban porque no sabían a quién entregar primero sus presentes.

Se peleaban por el turno, y elegían el regalo que no podían esperar más para ser entregado. Y caminaban hacia alguno de sus hermanos y le decían “Esto es lo que tengo para ti” y ese hermano o hermana abría su regalo. Y luego era su turno de decir “¿Qué quiero entregar?” y “¿A quién quiero darle su regalo?”

Así que nuestra celebración de entregar obsequios usualmente duraba hasta la una de la tarde, porque nos concentramos en el dador y a quien quería entregar el presente. Esos obsequios eran comprados o hechos con mucha dedicación para cada persona.

Cuando todos están esperando solo recibir, se pierde mucho del significado. Pero cuando nos concentramos en dar y en el acto de dar, en el proceso de dar, entonces estamos más enfocados en el verdadero significado. Nos concentramos en la relación y en el amor que nos tenemos los unos con los otros.

A veces hacíamos una pausa a las nueve o diez de la mañana a desayunar y luego continuábamos con la entrega de los presentes.

De esa forma el día era más significativo para nosotros como familia, ya que nos concentrábamos en entregar regalos a otros y no en lo que recibiríamos.

Nancy: Y me encanta eso, al cambiar el enfoque, cambió la perspectiva.

Bárbara: No costaba dinero, no costaba mucho esfuerzo. Solo se trataba de ser intencional, para ayudar a nuestros hijos a salir del enfoque en sí mismos y a pensar en el verdadero significado de la Navidad.

Nancy: Me encanta eso Bárbara. Como el enfoque de Dios, fue entregarnos el mejor regalo que tenía y que podía entregar, que es Su Hijo Jesús. Has desarrollado unos recursos maravillosos que pueden ayudar a las familias a concentrarse en quién es Jesús, qué vino hacer y por qué vino. Y hemos estado hablando de eso esta semana. Sé que el Día de Acción de Gracias pasó hace algunas semanas, pero nuestra intención es considerar cómo podemos devolverle a estas celebraciones la idea original con la que fueron creadas y que vuelvan a ser Cristocéntricas. Hacer una celebración santa, mientras anticipamos el adviento, la llegada de Jesús a esta tierra.

En realidad estamos justo en el momento para pensar en esto. Como hemos dicho, el mundo lo piensa durante todo el año. Las tiendas están llenas de adornos navideños con meses de antelación. Este es el momento en que empiezo a escuchar música de Navidad en mi casa y no quiero imponer a nadie ésta costumbre, pero yo quiero que la música de Navidad esté centrada en Cristo.

Me encantan los villancicos. Personalmente no me gusta escuchar a “Frosty el hombre de nieve” o “Cascabel, (Rodolfo, el reno)”. No quiero decir que tengan algo de malo, pero hay tantos villancicos hermosos de diferentes estilos. Tengo algunos en mi teléfono y los escucho con los altavoces en mi casa casi durante todo el mes. Tratando de enfocar mi corazón en quién es Cristo, y adorarlo a Él. Esa música me permite hacer eso en mi casa.

Bárbara: Estoy de acuerdo.

Nancy: Bárbara, nos has ayudado a concentrarnos en el nombre de Jesús, y eso es algo muy significativo para mí, porque he estado enseñando y desarrollado toda una nueva serie de Aviva Nuestros Corazones que se titula “La maravilla de Su nombre”. Esperamos poder transmitirla pronto en Aviva Nuestros Corazones.

Y tú has creado toda una serie de adornos. Son adornos que se pueden colgar en el árbol de Navidad o en diferentes lugares alrededor de la casa si no tienes árbol. Son siete nombres de Jesús relacionados con su nacimiento y con la Navidad. Hemos hablado de eso en los últimos días, y si no has escuchado los programas los puedes escuchar en nuestro sitio web.

Y hoy quiero enfocarme en un nombre en particular y lo tienes en uno de tus adornos, es el nombre “Príncipe de Paz”. Viene con una pequeña tarjeta que nos cuenta la historia detrás del significado de su nombre.

Y me encanta ese nombre, me gustan todos, pero en especial el de “Príncipe de Paz”. Pienso que la paz es algo muy escaso en este mundo. Observamos todas esas guerras y conflictos en el mundo. Nuestras familias necesitan paz, nuestros corazones necesitan paz, y si hay un mes donde tenemos falta de paz es en el ajetreo de este mes de diciembre.

Pero, ¿Qué significa conocer a Jesús como el Príncipe de Paz? ¿Cómo nos traerá la paz? ¿Por qué es un nombre en el que queremos concentramos en esta época?

Bárbara: Creo que es muy interesante el hecho de que cuando Dios predijo el nacimiento de su hijo, Él mencionó cuatro nombres en el libro de Isaías. Uno de ellos es “Príncipe de Paz”. Si pensamos en todos los nombres por los cuales conocemos a Jesús, este es uno de los cuatros que él usó para identificarse y hacernos saber que esto es lo que está por venir.

Es muy significativo y creo que es porque Dios conoce cuán desesperadamente necesitamos la paz. Él sabe mucho mejor: que tan quebrantadas estamos, lo desesperadas que vivimos, la soledad que sentimos, y cuanto necesitamos de su paz. Así que es uno de los nombres de Jesús. Él vino a la tierra para convertirse en el “Príncipe de Paz”.

No solo nosotras como adultas necesitamos su paz, sino incluso los niños necesitan de su paz. Como madre, me molesta mucho cuando nuestros hijos atraviesan por dificultades en su vida, como cuando alguien se burla de ellos o les hace algo malo en la escuela.

Recuerdo que una de mis hijas, cada vez que veía las noticias, (era una niña muy sensible)… y cuando informaban sobre un accidente de carro o una guerra en el noticiero, ella empezaba a llorar. Esa niña, mi hija, necesitaba al “Príncipe de Paz”. Así que es maravilloso que durante las fiestas de Navidad podamos concentrarnos en los nombres de Jesús presentados en Lucas 2 e Isaías, con el anuncio de la venida de Jesús, y porque esos nombres son muy importantes para nosotras. Nos ayudan a conocerlo, y cuando nosotras le conocemos, no solo nos lleva a adorarlo, además podemos experimentar algo de lo que Él nos vino a ofrecer, mediante la comprensión de quién es Él.

Nancy: Constantemente buscamos paz en otros lugares.

Bárbara: Así es, buscamos paz en las relaciones.

Nancy: Buscamos paz en las cosas, reuniones, en la comida, en las compras. Y mientras más buscamos satisfacer, con cosas del mundo esas necesidades internas de nuestra alma, más estresadas e insatisfechas nos sentimos. Parte del mensaje de la Navidad es que Cristo vino a redimirnos de nosotras mismas y de este mundo para ofrecernos el descanso y la satisfacción que no podemos conseguir en otra parte.

Así que no es que Él sea una linda opción para nuestra vida, Él es el “Príncipe de Paz”, el supremo único dador de verdadera paz.

Bárbara: Así es. Creo que hasta los que no conocen a Cristo, anhelan al Príncipe de Paz en Navidad. Incluso se pueden escuchar villancicos en tiendas que no son cristianas. Creo que intuitivamente, todos estamos quebrantados, todos sabemos que estamos perdidos. Millones de personas nunca lo admitirían, pero anhelamos al Príncipe de Paz, porque sabemos cuán grande es nuestra necesidad.

Creo que nos sentimos así de una manera más fuerte en Navidad, que en cualquier otra época del año. Sabemos que es lo que ofrece la Navidad. Sabemos que por eso que vino Cristo y que somos incapaces de encontrar la paz por nuestra propia cuenta.

Cuando aprendemos sobre Su nombre, y asimilamos más sobre quién es Él y qué nos ofrece, podemos experimentar esa paz que solo Él nos puede dar.

Nancy: Amén. El adorno del “Príncipe de Paz”, es hermoso y resplandeciente, como el oro. Lo utilicé en mi casa por primera vez en la última Navidad. Y había una familia viviendo en mi hogar, y nos divertíamos con los niños, yendo al árbol y viendo los adornos y hablando sobre ellos. Y en el paquete donde viene el set completo pueden encontrar un folleto que pueden usar para leer o explicarles a sus hijos el significado bíblico de cada nombre.

También incluye algunas historias, de la tradición y significado de los nombres. Me parece interesante que donde viene el nombre “Príncipe de Paz” contiene la maravillosa historia acerca del himno «Estoy bien con mi Dios”, sé que muchas conocen la historia, pero nunca me canso de escucharla.

Bárbara: Yo tampoco me canso.

Nancy: Bárbara, ¿nos podrías contar cómo se compuso ese himno, y cómo nos recuerda y nos señala al Príncipe de Paz?

Bárbara: Incluí esa historia por varios motivos. Primero porque es mi himno favorito de todos los tiempos. También era el himno preferido de mi padre. El murió hace dos años y lo cantamos en su servicio memorial. Es el himno con las palabras que todos necesitamos escuchar.

Nancy: “Estoy bien con mi Dios” empieza diciendo, “De paz inundada mi senda esté…”

Bárbara: «o cúbrala un mar de aflicción…»

Nancy: Y algunas de nuestras oyentes probablemente estén experimentando, ahora mismo un mar de aflicción.

Bárbara: Conocí la verdad de esta historia cuando enseñaba a mis hijos en casa. La descubrí y mi vida se transformó. Es acerca de un hombre de Chicago llamado Horacio Spafford. Su familia y él estaban preparando un viaje a Inglaterra. Y por alguna razón, a último momento, él no pudo acompañarlos. Las envió en un barco a través del Atlántico, ya que era el transporte que se utilizaba en esos tiempos, pues no había aviones.

De manera que su esposa y sus cuatro hijas abordaron el barco y se fueron sin él, mientras él atendería unos asuntos de trabajo y luego tomaría el barco siguiente. Durante el viaje, cuando el barco en el que viajaba su familia se acercaba a la costa de Inglaterra, se encontró con una fuerte tormenta que lo destrozó en dos y se hundió rápidamente. Sus hijas se ahogaron, y su esposa fue salvada a último momento siendo la muestra de la soberanía de Dios. Ella se sostuvo aferrada a un pedazo de madera que soportó su peso, y pudo ser rescatada. Luego le enviaron un telegrama a Horacio anunciándole la muerte de sus hijas y que su esposa había sobrevivido. Así que él tomó un barco de inmediato y cruzó el Océano Atlántico, cuando la nave atravesó por donde había ocurrido el accidente, se paró y mirando al mar terminó de escribir los versos de esta canción que llegaron a él en ese momento.

Pónganse en sus zapatos, como padres, y piensen lo que debió haber sentido al estar parado sobre la cubierta del barco, ahí junto a la barandilla, viendo el mar donde sabes que tus cuatro hermosas hijas, y amadas se ahogaron. ¡Qué pena, qué angustia, qué dolor! Y así escribió, «La tristeza como olas del mar”, pues debió estar tan angustiado.

Y sin embargo escribió estas palabras “De paz inundada mi senda esté…”. Ese tipo de paz solo puede venir del Príncipe de Paz. Ese tipo de paz no es humana. No es natural, no podemos alcanzarla por nosotras mismas. Es un regalo que solo es dado por la gracia de Dios, por el Príncipe de Paz.

Nancy: Ser capaz en un momento así de decir «Tengo paz en mi ser”, es asombroso.

Bárbara: Es asombroso. Incluí la historia, porque pienso que nos habla a todas nosotras.

En el momento que aprendemos acerca de Jesús como el “Príncipe de Paz”, y recordamos ese nombre en particular durante el tiempo de Navidad, cuando la vida va tan rápido, estamos estresadas, cansadas y todo es una locura: podemos recordar “Esto es acerca de Jesús”. Es acerca del Príncipe de Paz, y ha venido a ofrecerme esa paz. Debo tomar parte de su paz. Necesito recibir ese regalo que ha traído para mi vida. Puedo obtener esa paz si me enfoco en Él en este tiempo y recibo la paz que él ha venido a ofrecer.

Nancy: Tu familia puede recibir esa paz. Esto no significa que todo marchará bien, y que no habrá ningún dolor o angustia. Este hombre, Horacio Spafford, batalló con un gran dolor en su vida.

Bárbara: Absolutamente. Pero tuvo paz. Si obtuvo paz en medio de la pérdida de sus cuatro hijas, entonces yo podré tener esa paz también en medio de mi circunstancia.

Nancy: Pero si no nos estamos concentrando en Cristo, seremos objeto de esas tormentas, y esas olas nos hundirán. Sé que durante los días de las próximas celebraciones muchas somos atrapadas por esas olas. Hay mucho dolor, familias conflictivas, relaciones dañadas, retos financieros, y es un tiempo de mucho estrés.

Hay tantas cosas que tienes que hacer o lugares dónde ir. Mi oración para nuestras oyentes es que estas próximas semanas, entre hoy y las fiestas de Navidad, sean alegres, llenas de fe, que sean Cristocéntricas, y que estén llenas de paz, que nuestros ojos solo estén puestos en Jesús que es el “Príncipe de Paz”.

Mi oración es que aquellas que tengan familias con hijos o nietos aprovechen esta oportunidad para mostrarles aún más la persona de Jesús. Fijar nuestros ojos en Cristo. Considerarlo a Él. Concentrarnos en Él. Cantar alabanzas sobre Él. Y aprovechar los recursos que tengas a la mano.

En cada lugar donde nos encontremos, hay diferentes recursos que tenemos a nuestro alcance, quizás cosas que podemos desarrollar aun en nuestros propios hogares con nuestras familias y nuestros hijos, que nos apunten a Cristo, que nos lleven a recordar a Jesús a través de Sus nombres, o a través de actividades que nos enfoquen en Él, ya sea en tu casa, alrededor de tu mesa o de tu árbol o en cualquier otro lugar.

Carmen: Qué hermosa forma de dar significado a fechas especiales como estas. Gracias Nancy y Bárbara por ayudarnos a devolver el significado a este tiempo de una forma tan práctica.

Muchas gracias Bárbara, por ayudarnos a fijar nuestros ojos y corazones en Jesús durante la temporada de fiestas. Yo estoy segura que sus corazones y el mío desean para nuestras oyentes una temporada santa y llena de la paz de Jesucristo.

Bárbara: Estoy de acuerdo en eso. Ese es nuestro reto, es para eso que Dios desea que celebremos las fiestas, para salir de nuestras vidas ajetreadas y nos concentremos en Él.

Carmen: Mañana, Nancy inicia una serie especial que nos llevará hasta el día de Navidad. Lucas nos cuenta acerca de un personaje de la historia de Navidad que usualmente no recibe mucha atención. La anciana Ana le dió la bienvenida a Jesús y tiene mucho que enseñarnos en nuestros días. Acompaña a Nancy mientras ella nos lleva por un estudio de la vida de esta fiel mujer de Dios.

Te esperamos en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique otra fuente.

Música: Mi Príncipe de Paz, Divanna Vannell, Conmigo Estás ℗ 2013 Kero Music

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Centrándote en Cristo en esta Navidad – Dic 16

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Serie: Festividades centradas en Cristo

Aviva Nuestros Corazones

Dic 16 – Centrándote en Cristo en esta Navidad

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Carmen Espaillat: Estamos ya cerca del día de Navidad. ¿No sientes la precipitación de las navidades encima de nosotros? ¿Cómo te enfocas en lo que realmente tiene importancia en esta temporada? Bien, esto es lo que una oyente de Aviva Nuestros Corazones descubrió:

Mujer: Algunas de las cosas que he encontrado que han aquietado mi Navidad es ir comprando durante el año los regalos. Cuando veo algo que me recuerda a mi mamá, pienso, “Oh esto estaría muy bueno para mi mamá”, podríamos estar en febrero, pero yo lo voy a comprar. Lo pongo en un cajón en mi ático, de manera que cuando se acerca el Día de Acción de Gracias, ya casi he terminado mis compras. Quiero ya haber terminado para el Día de Acción de Gracias. Yo doy regalos, pero estos son comprados a través del todo el año.

La otra cosa que aquieta mi corazón es tener en mi calendario un día como el de mañana, que dice “Sin planes”. No hay planes, y ese es el plan. Solo tengo que hacer el esfuerzo de reservar esos días en que no hacemos “nada”. Pero realmente este tiempo es para que estés junto a tu familia. Es un tiempo para que tengas tranquilidad en el Señor en esta temporada. Así que a través de diciembre tengo esparcidos, intencionalmente, algunos días sin planes, y esos días son sagrados.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Estamos a punto de escuchar buenos consejos para hacer que estos días festivos tengan más significado.

Primeramente, permíteme recordarte orar por Aviva Nuestros Corazones. Este mes de diciembre es muy importante para nuestro ministerio, pues sabremos con qué podremos comprometernos en el próximo año. Casi la mitad de las donaciones, de las cuales dependemos en el año, llegan en el mes de diciembre. Le estamos pidiendo al Señor que cubra nuestras necesidades y les dé a las oyentes de Aviva Nuestros Corazones el gozo de poder aportar a este ministerio.

Les pedimos que oren para que Dios provea todo lo que necesitamos para continuar llamando a las mujeres a la libertad, plenitud, y abundancia en Cristo.

Aquí está Nancy.

Nancy Leigh DeMoss: Bueno, hace poco pasó el Día de Acción de Gracias, y en medio de todas las preparaciones que estés haciendo para las reuniones familiares, cocinar, viajar, estar con parientes lejanos; espero que estés, en medio de todo eso, enfocándote en lo mucho que tienes que agradecer. Claro, debemos dar gracias todo el año. Probablemente no hay mayor gracia y evidencia de la presencia de Cristo en nosotras que la de tener corazones agradecidos. Pero este es un momento maravilloso en el año para hacer una pausa y celebrar que tenemos tanto por lo que estar agradecidas.

Nuestra invitada esta semana en Aviva Nuestros Corazones es mi buena amiga desde hace mucho tiempo, Bárbara Rainey. Ella ha estado antes en este programa como invitada. Bárbara, muchas gracias por venir y hablar con nosotras sobre los días de fiesta, cómo hacerlos más significativos, cómo usarlos como oportunidades de enseñanza para nuestros hijos. Tú has hecho muy buen trabajo en esta área, y es maravilloso estar aquí hablando contigo sobre esto.

Bárbara Rainey: Bueno gracias, estoy feliz de estar aquí hoy. Es muy divertido.

Nancy: Para los que no saben, Bárbara es la esposa de Dennis Rainey, y muchas de ustedes escuchan “Vida en Familia Hoy” en esta u otra estación de radio o en el internet. Es un ministerio que Dios ha usado en gran manera—está usando—para construir familias fuertes. Bárbara y Dennis fundaron juntos ese ministerio… ¿Hace ya cuántos años, Bárbara?

Bárbara: Hace muchos años.

Nancy: Sé que son más de veinticinco.

Bárbara: Sí, más de veinticinco.

Nancy: Tenías los niños pequeños en ese entonces y ahora ya son seis adultos—seis hijos adultos.

Bárbara: Ya están formados.

Nancy: ¿Y me dijiste que tienes diecinueve nietos?

Bárbara: Sí, y viene uno más en camino.

Nancy: ¿Y cuál es el rango de las edades de estos nietos?

Bárbara: El mayor cumplió este verano catorce años y los otros tienen entre diez años o menos. Así que serían diecisiete nietos que tienen entre diez años o menos.

Nancy: ¡Wow! Me imagino que es difícil reunirlos a todos.

Bárbara: Sí, es muy difícil juntarlos a todos.

Nancy: Pero cuando lo logran… he visto algunas de las fotos de la familia Rainey a través de los años, y ha sido divertido. No sé cómo caben todos en una sola foto.

Bárbara: ¡Mucho Photoshop!

Nancy: Para que todos puedan salir en la foto. Pero he visto a esta familia crecer. Te conocí cuando la mayoría de tus hijos eran solteros—casi todos lo eran—y verlos casarse y establecer sus propios hogares. Esto tiene que ser una gran alegría para ti y para Dennis. Aunque, como en todas las familias, hay tiempos buenos y tiempos malos, hay tiempos de altas y bajas y tiempos de sufrimiento. Todos somos personas pecadoras, y disfuncionales. ¿No es verdad?

Bárbara: Así es. Eso somos, y nosotros no somos menos rotos y disfuncionales que cualquier otra persona. Tenemos toda clase de retos, y tenemos problemas igual que todo el mundo.

Nancy: Y todos tenemos mucha necesidad de la gracia de Dios.

Bárbara: Claro que sí.

Nancy: Ese es el mensaje que tú, Dennis y todo el maravilloso equipo que tienen en “Vida en Familia Hoy” están proclamando cada día. Así que gracias por su ministerio. Y para aquellos que no lo saben, fueron algunos dentro del equipo de “Vida en Familia Hoy” quienes tuvieron la visión de empezar lo que luego se convirtió en Aviva Nuestros Corazones. De manera que el ministerio que tú y tu esposo fundaron es como el padre de Aviva Nuestros Corazones, y hemos tenido una relación cercana y muy buena a través de todos estos años.

Bárbara: Sí señor, así ha sido.

Nancy: Estoy muy agradecida de estar ahora esparciendo también el mensaje.

Bárbara: Sí. Ha sido un privilegio trabajar juntas.

Nancy: Tú consideras que los días festivos son especiales, y eso me encanta, porque las festividades en las Escrituras fueron originalmente creadas para ser días santos.

Bárbara: Así es.

Nancy: Estas eran fechas anuales de celebración, ya fuera la Pascua o la Fiesta de la Cosecha o diferentes momentos y días en el calendario, y en el ritmo del pueblo de Dios, ellos hacían una pausa. Y en algunos días se ayunaba, otros días eran festivos. Pero ellos se detenían y dejaban a un lado su trabajo habitual y recordaban y se centraban en lo que Dios había hecho.

Bárbara: Así era.

Nancy: Muchos días festivos en nuestro calendario están basados en la fe Cristiana. Pero parece que estos se han vuelto tan seculares, que apenas son un tiempo para ir de compras o de estar un día libre sin ir a la escuela, y es como si ya no tuviesen algún significado especial.

Bárbara: Sí, se han vuelto muy seculares. Me encanta lo que Dios hizo por nosotros, lo que Él instituyó para Su pueblo, la nación de Israel, antes de la venida de Cristo, todas esas fiestas y celebraciones. Me recuerda que Dios conoce nuestra tendencia a deambular y que necesitamos de todos esos momentos en el calendario anual, año tras año, donde podemos apartarnos de nuestras actividades diarias. Logramos parar y descansar para enfocarnos en Él. Tenemos la oportunidad de recordar quién es Él y lo que Él ha hecho por nosotros.

Muchos de nosotros no celebramos las fiestas judías y ni el calendario judío, pero en nuestras vidas celebramos las Navidades, la Pascua o Semana Santa y el Día de Acción de Gracias y esas fiestas se repiten cada año. Año tras año siempre regresan. Y creo que son una excelente oportunidad para que las madres y los padres impartan verdades espirituales a los hijos porque, como has dicho, todos estos días festivos tienen sus raíces en las verdades bíblicas y en la historia bíblica.

La razón por la que celebramos la Navidad es por la encarnación de Cristo. No es por Santa Claus. No es por todas esas otras cosas. Me sorprende el hecho de que, en época de Navidad todavía podemos escuchar en las tiendas canciones navideñas que hablan de Jesús.

Nancy: Por lo menos por un tiempo más.

Bárbara: Yo sé. Cada año me sorprende que no hayan anulado las canciones. Y esto me dice que hay personas que están receptivas a escuchar sobre Jesús en Navidad. Sabemos de qué se trata la Navidad. Todos saben de qué se trata. Y aun así no sabemos cómo conectarnos con esa verdad. No sabemos cómo tomar ese conocimiento general y vago de que la Navidad se trata de Cristo y hacer realmente, que se trate de él en nuestros hogares.

De manera que en los años después de que nuestros hijos se fueron de casa, he comenzado a crear productos y recursos principalmente para las mujeres, porque las mujeres somos quienes compramos las decoraciones. Somos las mujeres las que adornamos el árbol de Navidad. Somos nosotras las que decimos, “Sí, vamos a hacer esto”. Esos productos y recursos no son exclusivamente para mujeres. Ellos son tan significativos que creo que a los hombres les van a gustar tanto como a las mujeres.

Así que, de lo que hoy estamos hablando, es de los nombres de Cristo. Son adornos que hemos creado y están diseñados para que los puedas colgar en tu árbol de Navidad. Mi sueño es que un día en los hogares cristianos de todo el país,–y oro para que también suceda en todo el mundo–, los árboles de Navidad de las personas proclamen quién es Cristo y porqué celebramos la Navidad. Mi sueño es que los árboles navideños no estén llenos de adornos de futbol, bailarinas, osos de peluche y muchísimas otras cosas triviales que no tienen nada que ver con la razón por la cual celebramos la Navidad.

El año pasado hicimos adornos navideños con los nombres de Cristo. De esta forma nuestros árboles de Navidad sirven para instruirnos como dice Deuteronomio: que nuestros hogares, nuestros portales, los dinteles de nuestras puertas, y en efecto, nuestros árboles navideños, proclamen la verdad de Cristo.

Nancy: Y, a propósito, aún si no pones un árbol de Navidad… sé que pensamos que todo el mundo pone uno, pero algunos años yo no lo pongo.

Bárbara: Así es. Yo ya no pongo mucho el árbol. De hecho, el año pasado puse una urna muy interesante. Está llena de ramas que pinté de blanco, y allí es donde cuelgo todos mis adornos. Así que no es realmente un árbol en el sentido de ser un árbol verde y natural. Pero en verdad me gusta porque muestra los adornos. Y, claro, el mío estaba lleno de los adornos de los nombres de Cristo. Me encantó.

Nancy: A mí me encanta tener en mi casa todo el año cosas decorativas en la pared que guíen y apunten a mi propio corazón y a los invitados que vienen a casa, a las Escrituras.

Bárbara: A mí también.

Nancy: Pienso que hay algo alentador, hay exhortación, hay un enfoque en Cristo.

Bárbara: Estoy totalmente de acuerdo.

Nancy: Se supone que debemos tomar en cuenta a Cristo. Se supone que debemos fijar nuestros ojos en Él. Y si podemos entrar en un hogar y ver en las paredes, en los estantes y en las mesas, recordatorios de las Escrituras y de quién es Cristo, es una forma de mantenernos centradas en Él y que la Palabra de Dios quede en el centro de nuestros corazones.

Así que estos nombres de Cristo no son exclusivamente para la Navidad.

Bárbara: Oh no, en lo absoluto.

Nancy: Así que nosotros nos hemos estado enfocando en los nombres de Jesús, y eso me lleva otra vez a los adornos, que tú has llamado Bárbara “Adornos de Adoración”. Para aquellos que no nos escucharon ayer, explícales el significado de ese nombre, “Adornos de Adoración”.

Bárbara: Cuando pensamos en la Navidad, una de las frases en uno de nuestros villancicos favoritos que todos cantamos cada año dice, “Oh venid y adoremos”.

El propósito de la Navidad y de celebrarla es que lo veneremos, que adoremos a Cristo, al Rey recién nacido. Y aun así, la manera en que celebramos la Navidad prácticamente nos ayuda muy poco a enfocarnos en adorarlo a Él.

Así que hemos creado esos adornos, y los hemos llamado “Adornos de Adoración” porque son ornamentos que deben llevarnos a adorar a Cristo. Con los ornamentos viene un folleto que habla sobre el significado de cada uno de estos siete nombres.

Está diseñado para ser leído en voz alta. Puedes colgar en tu árbol un adorno cada día o mostrar uno cada día en un marco. Yo tengo dos de ellos enmarcados en mi casa; los enmarqué en la Navidad del año pasado, y han estado ahí desde entonces. Me encanta tenerlos donde yo pueda ver los nombres de Cristo en mi casa.

Pero volviendo al folleto, este te brinda una oportunidad como madre—si todavía tienes niños en casa—de leerles a tus hijos las historias sobre cada uno de estos siete nombres, de manera que ellos entiendan por qué Jesús fue llamado “Admirable, Consejero”, por qué Él fue llamado “Dios Poderoso”, por qué Él es llamado “El Señor Jesucristo”. ¿Qué significa esto y qué debe significar para nosotros? ¿Qué significa esto para mí como creyente? ¿Y qué necesito hacer en respuesta a este nombre?

Así que estos adornos no solo están hechos para llevar tu corazón a la adoración, sino también para enseñarles a tus hijos, y a pasar la verdad a la próxima generación como se nos instruye a hacer en Deuteronomio, a enseñarles estas verdades a tus hijos.

Nancy: Pienso en el capítulo 2 de Lucas, al principio de la historia de la Navidad, cuando Jesús acababa de nacer y los pastores vinieron a verlo. Ellos habían venido a adorarle. Y luego dice,–y estás familiarizada con este versículo–, en Lucas 2:19 dice, “Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón.”

Creo que una de las cosas que no hacemos mucho durante la Navidad es atesorar las cosas que hemos visto y oído, las cosas que sabemos de Cristo, y reflexionar sobre ellas en nuestros corazones, y hacer esto juntos en familia. Muchas familias están ocupadas todo el año, pero creo que si hay una temporada en el año más agitada que otras o quizás la más agitada del año, es la Navidad y las fiestas alrededor de ella. Oigo a familias y gente sin familia—como personas solteras, o padres que ya no tienen hijos en casa—volviéndose locos. Y se preguntan, “¿Cómo podemos evitar tanto caos y locura en esta temporada?

Bueno, estos adornos de adoración y el material que viene con ellos, pienso que son una forma de hacer una pausa y reflexionar en las maravillas de Su Nombre, parar y adorar a Cristo por quien Él es.

Bárbara: Así es.

Nancy: Puedes poner el árbol. Puedes decorarlo. Pero puedes terminar tan agotada y frenética que todo el mundo está como temiendo la Navidad y pensando, ¡Gracias al Señor que faltan once meses para la próxima Navidad!

Bárbara: Exactamente.

Nancy: Y realmente no queremos que la gente termine así.

Bárbara: No, no, no queremos eso.

Nancy: Así lo que necesitamos es empezar a prepararnos. Creo que a muchas de nuestras oyentes les gustaría tener estos adornos en sus casas, les gustaría prepararse, y piensan, cómo puedes obtener estos recursos o recursos como estos para estar lista cuando la Navidad llegue, entrenando a tus hijos, reflexionando en estas cosas, poniendo este tipo adornos en sus casas.

Y en el día de hoy y mañana vamos a hablar de cuáles son estos nombres. Pero también queremos decirles que ustedes pueden desarrollar con estas mismas ideas cosas en sus casas que las lleven a reflexionar sobre los nombres y sobre realmente la idea central de la Navidad, que es Cristo.

En el caso de Bárbara y de “Vida en Familia Hoy” ellos han producido paquetes de siete adornos, y son algunos de los nombres de Cristo que se relacionan particularmente con la Navidad y con Su nacimiento. Bárbara, vamos a comenzar hoy con el nombre…

Bárbara: El nombre “Jesús”. Es una historia tan interesante, y la conocemos muy bien. Pero cuando retrocedemos y miramos el milagro de cómo se le dio el nombre de Jesús… Fue el ángel Gabriel quien anunció cuál sería Su nombre.

Pienso que es maravilloso. Es asombroso dar marcha atrás y pensar en cómo pudo haber sido para María y José recibir esa visita del ángel, y luego el ángel les dice cuál será el nombre de este niño. Y por eso he escrito en el folleto acerca de qué significa el nombre de “Jesús” y por qué tiene ese significado.

Nancy: Y de la forma que ese nombre está relacionado al nombre de Josué en el Antiguo Testamento.

Bárbara: Así es.

Nancy: Quien fue un libertador y un líder militar en el Antiguo Testamento, y cómo Jesús vendría y libertaría a Su pueblo.

Bárbara: Exactamente.

Nancy: A salvarlos del enemigo, del pecado y de Satanás.

Bárbara: Así es.

Nancy: Realmente une de manera preciosa las Escrituras, el dar un paso atrás y mirar el significado de ese nombre.

Bárbara: Sí. Y pienso que lo importante es que comuniquemos esta verdad a nuestros hijos. Es uno de los primeros nombres que los niños aprenden—Jesús–ellos saben decirlo desde que tienen dos o tres años. Pero a medida que van creciendo, no saben el significado de este nombre.

Nancy: ¡Algunas veces los adultos tampoco saben lo que significa!

Bárbara: Oh, yo lo sé—los adultos tampoco saben lo que significa. A decir verdad, aprendí muchísimo trabajando en esta serie y haciendo la investigación del significado de cada uno de los nombres. Pero cuando cuelgas en el árbol el nombre de Jesús, y lees la historia de ese nombre, simplemente nos conduce a la adoración. Y esto no es porque lo que está escrito en el folleto sea tan bueno, sino porque nos recuerda la verdad de quién es Él y porqué Dios lo envió y porqué lo necesitamos.

De esto debe tratarse la Navidad. Debe tratarse de adorar a Jesús porque Él estuvo dispuesto a venir y nacer como un bebé. Lo que Él hizo por nosotros, el que Él haya venido, es algo tan maravilloso, abrumador, asombroso, e incomprensible.

Nancy: Amén, así es. Y he observado a algunas de mis amigas que tienen niños pequeños. Si los padres han estado orando y enseñando a sus hijos los caminos de Dios, los corazones de algunos de esos niños estarán tiernos, sensibles, y receptivos.

Tengo una amiguita de seis años y el otro día ella me detuvo en la entrada de mi casa y me dijo, “Señorita Nancy, ¿pudieras orar por mi sobre…?” Entonces ella empezó a decirme que tenía miedo de algo que estaba por suceder. Y nos detuvimos ahí mismo en la entrada y oramos. Ella volvió donde mi otra vez hace apenas unos días–la misma niña—y me dijo, “Oh señorita Nancy, yo oré la otra noche, y le pedí a Jesús que perdonara mis pecados y que me ayudara a querer a mi hermanita.”

Y yo miro a esta niña y me digo, “El Espíritu de Dios está obrando en su corazón.” ¡Que etapa tan tierna y tan sensible!– antes de que los niños pierdan el interés y quieran salirse de la iglesia–, hay que aprovechar la admiración que estos niños sienten.

Y a propósito, quizás tú seas abuela. Quizás tus hijos no están criando a sus hijos en la fe, pero tienes oportunidades durante la Navidad de estar con esos niños. Quizás eres madre soltera o seas como una hermana mayor y amiga para los hijos de otros. Hay muchas maneras de influenciar las vidas de estos pequeños. Y además estaremos recordándole a nuestros propios corazones quién es Jesús y por qué vino. La maravilla de todo esto radica en mirar estos nombres con ojos frescos. Pienso que hacerlo nos aviva y eso es algo grandioso.

Bárbara: Claro que sí. Una de mis historias favoritas del año pasado es que regalamos varios de estos adornos a una iglesia en un área de escasos recursos en el centro de la ciudad en Little Rock. Ellos usaron el folleto para enseñar a los niños que venían a la iglesia sobre los nombres de Jesús. Luego ellos le dieron a cada niño uno de esos nombres como regalo de Navidad. La señora que maneja el programa me dijo, “Debiste haber visto los ojos de esos niños. Se les agrandaron como platillos.”

Fue mucho mejor darles a esos niños un adorno que podían llevarse a sus casas, y ser de ellos para siempre, en vez de darles algún pequeño juguete o una bolsa de caramelos. El ministerio de esta iglesia les leyó las historias de los nombres de Jesús y luego le dio a cada niño un adorno. Me encanta eso, porque de eso es que se trata la Navidad.

Me da la impresión que esos niños van a atesorar esos adornos por muchos años. Sé que eso es lo que yo hubiera hecho porque cuando era una niña, recuerdo ser receptiva a todo sobre Jesús en mi pequeña clase en la iglesia los domingos. Si alguien me hubiera dado un adorno con el nombre de Cristo, probablemente aún lo tuviera conmigo, porque todavía tengo algunas cosas que nos dieron en la escuela dominical cuando era pequeña.

Así que hay muchas maneras de usar estos “adornos de adoración” aparte de usarlos con tu propia familia.

Nancy: Y también fuera de la temporada navideña.

Bárbara: Exactamente.

Nancy: Prácticamente durante todo el año. Queremos poner cosas a nuestro alrededor y en nuestros hogares, como recordatorios visuales de quién es Jesús, por qué vino. Su obra redentora, Su amor por nosotros. Así que de estos nombres diferentes, estos “Adornos de Adoración”, ya hablamos de Jesús, y vamos a hablar mañana de un par de nombres más,–además Él es llamado Salvador, El Señor Jesucristo, Emmanuel, Admirable, Consejero, Dios Fuerte, y Príncipe de Paz.

Claro, estos últimos nombres son los que encontramos en Isaías—700 años antes del nacimiento de Cristo. Dios le dio los nombres a Su Hijo, y nos dijo cuáles serían esos nombres. Cada uno de esos nombres nos dice algo maravilloso y especial sobre Jesús.

Y el último nombre, Príncipe de Paz, como hemos estado diciendo, es hermoso. El adorno viene con una pequeña historia de ese nombre. Y es bueno para los adultos leerlo y también para los niños. Vamos a hablarle un poco de los antecedentes. Leeremos parte de esa historia mañana, así que esperamos que regreses con nosotros de nuevo en Aviva Nuestros Corazones.

Carmen: Asegúrate de hacer que esta época del año sea significativa. Hoy hemos oído de algunas ideas que pudieran ayudarte a darle un giro a tus celebraciones navideñas.

Y recuerda tu compromiso de orar por Aviva Nuestros Corazones. No podríamos llegar a ti sin tus oraciones. Espero que esta semana de preparación de Navidad sea significativa para ti y para toda tu familia.

Bueno, hoy se nos acabó el tiempo, pero Bárbara estará otra vez aquí con nosotros mañana, en Aviva Nuestros Corazones. Vamos a hablar del significado del nombre Príncipe de Paz y por qué necesitamos a Jesús y cómo Él nos trae la paz que no podemos obtener de ninguna otra fuente. Gracias por estar con nosotros hoy, y espero que nos acompañes en el próximo programa de Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique otra fuente.

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

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Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

Música: Venid y Adoremos, Tercer Cielo, Es Navidad ℗ 2008 Kasa Producciones; Al Mundo Paz, Papel Maché, Ve Dilo en las Montañas – EP ℗ 2014 Papel Maché

Importancia de Acción de Gracias – Dic 15

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Festividades centradas en Cristo

Aviva Nuestros Corazones

Dic 15 – Importancia de Acción de Gracias

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/importancia-de-accion-de-gracias/

Carmen Espaillat: Los adornos navideños son divertidos, e incluso transmiten una gran cantidad de significados. Aquí está Bárbara Rainey.

Bárbara Rainey: Tengo una verdadera carga por devolverle a la celebración de la Navidad su enfoque en Cristo. Muchas de nosotras estamos decorando nuestros árboles de Navidad con osos de peluche, pelotas de fútbol y cientos de cosas que no tienen absolutamente nada que ver con Jesucristo.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss, en la voz de Patricia de Saladín.

Lo creas o no, celebraremos la Navidad dentro de unas semanas. Estos últimos días pudieran ser una montaña rusa de compromisos sociales y ocupaciones o un tiempo significativo centrado en Jesús. Nancy va a hablar de esto. Pero primero permíteme recordarte que ores por este ministerio, recuerda orar por Aviva Nuestros Corazones pues en este momento es muy importante.

Oramos para que el Señor supla todas las necesidades del ministerio para el año que iniciará pronto. Tus oraciones son muy valiosas para nosotros. ¡Gracias por llevarnos al trono de la gracia en tus oraciones!

En los próximos días, Nancy te ayudará a tener un concepto más significativo de la Navidad. Aquí está ella para presentarnos a la invitada de hoy.

Nancy Leigh DeMoss: Estaba cenando con unos amigos en su casa la otra noche. Y ellos tienen cuatro hijos pequeños. Y durante la conversación me dijeron, «Estamos tratando de averiguar qué podemos hacer para mantener centrada la Navidad en Cristo.» Y empezamos a hablar de todas las actividades que se realizan durante estas semanas y sobre la necesidad de hacer conciencia en los niños de que, no solo se trata de conseguir regalos, sino de dar y centrarnos en Cristo. Y yo estaba tan feliz de tener esa conversación como una preparación para el día de hoy con mi amiga de mucho tiempo, Bárbara Rainey. Bárbara, bienvenida a Aviva Nuestros Corazones.

Bárbara Rainey: Gracias, Nancy. Es un gusto estar aquí.

Nancy: El gusto es nuestro por tenerte aquí en nuestro estudio en Michigan.

Bárbara: Es maravilloso. No lo había visto antes.

Nancy: He estado muchas veces en los estudios de “Vida en Familia Hoy” que es donde sirves junto con tu esposo. De hecho, ustedes fueron los co fundadores de “Vida en Familia”. Y grabamos Aviva Nuestros Corazones durante los primeros ocho años en sus estudios allí en Little Rock. Así que es muy agradable, muy grato recibirte en nuestros estudios aquí.

Bárbara: Me encanta estar aquí.

Nancy: Eres como la reina de las fiestas, haciendo que todo sea especial y significativo. Y te he seguido de cerca en los últimos años, de cómo has invertido en las familias y al mismo tiempo tratas de marcar la pauta para que las festividades no sean sin sentido o secularizadas, sino realmente centradas en Cristo.

Y estamos en un momento oportuno para hablar sobre el día de Acción de Gracias y porque pronto será Navidad. En estas semanas para muchas familias serán solo un montón de actividades, corriendo de aquí para allá, para luego llegar al 1ro de enero y decir: «Uff, ¿Qué pasó? ¿Qué hemos hecho?».

Estoy tan agradecida de que vas a ayudarnos en los próximos días a pensar en lo que podemos hacer como individuos y como familias para hacer de esta temporada de Navidad, un tiempo significativo.

Así que, Bárbara, eres una madre de seis hijos adultos, y ahora, ¿Cuántos nietos tienes?

Bárbara: En realidad, diecinueve. Es todo un grupo.

Nancy: Son muchos niños. Así que tienes festejos enormes con tu familia en estos días festivos, tanto lo tuviste en el día de Acción de Gracias y ahora los tendrás en Navidad. Lo primero que pensé fue, ¿Cómo hacer de estas fiestas, de estas vacaciones, ocasiones realmente significativas en la vida de tu familia?

Bárbara: Bueno, empecé a pensar en esto cuando, como madre, tenía una casa llena de niños. Mis hijos estaban corriendo alrededor y todos estaban entusiasmados con las fiestas. Ellos escuchaban de sus amigos sobre Santa Claus y todas esas cosas. Recuerdo pensar: espera, no todo es acerca de Santa Claus. ¿Cómo puedo enseñar a mis hijos que en realidad todo es acerca de Jesús?

Así que probamos diferentes cosas a través de los años. Pero nunca, nunca encontré, en lo personal, como madre, los recursos que me ayudarían a comunicar la profundidad de la verdad, a mis hijos. Lo más que pudimos hacer, fue recrear la escena del pesebre como punto central de la decoración navideña.

Dennis y yo hemos trabajado muy duro, para ayudar a nuestros niños a enfocarse en dar y que eso es lo que hay que hacer: dar unos a otros. A nosotros, ésta experiencia nos ayudó a enseñarles a nuestros hijos quién era Jesús y por qué nació, por qué vino y su importancia.

Gran parte de la razón por la que yo no había hecho nada hasta entonces, era porque estaba ocupada siendo mamá. Vivía tan abrumada como la mayoría de las madres hoy. Estaba atareada con la Navidad y las fiestas en la escuela y esas cosas que había que hacer. Así que tomar el tiempo como madre y crear algo para hacerlo con mis hijos, simplemente no iba a suceder. Por eso ahora, en mis años de ocio, estoy disfrutando mucho de la creación de productos y recursos que los padres podemos utilizar durante las vacaciones, para enseñarle a nuestros hijos la verdad sobre Cristo. Cosas que me hubiera gustado haber tenido. Realmente ha sido un deleite poder hacer esto.

Nancy: Y ustedes han producido unos materiales preciosos. Y lo que me gusta es que no solo son hermosos a la vista, sino que están acompañados de grandes herramientas de enseñanzas para que las familias conozcan la Palabra. Y vamos a hablar de algunos de esos recursos y la forma de utilizarlos durante los próximos días.

Pero ahora tenemos las navidades casi encima de nosotras. Y hace poco celebramos el día de Acción de Gracias. Y esta se ha convertido en una fiesta muy secularizada. Cuando los hijos están creciendo, se pone un montón de atención en la actitud de gratitud, para el tiempo de Acción de Gracias. Pero es necesario también tomarlo como un tiempo de expresar realmente gratitud al Señor y a los demás.

Vamos por un momento a ese tiempo cuando tus hijos eran pequeños. ¿Cómo era el día de Acción de Gracias en tu casa?

Bárbara: Bueno, recuerdo un día de fiesta específico cuando quería comunicarles a mis hijos la verdad de lo que se trata todo esto. Lo que significa el verdadero agradecimiento. Y he descubierto, a través de los años, que las vacaciones y las festividades son momentos de enseñanza primordiales para las familias. Creo que nuestros hijos saben intuitivamente que hay algo importante, de lo contrario, ¿Por qué estaríamos celebrándolo? Ellos sienten que hay algún significado detrás de esta cosa llamada «Día de Acción de Gracias.» Y que hay algo trascendental detrás de esta fiesta llamada «Navidad».

Nancy: Es que es algo más que un día en que estamos libres de la escuela.

Bárbara: Exactamente. Así que creo que sus corazones están, tal vez más abiertos, que en otras épocas del año de vida ordinaria. Y me di cuenta de eso con mis hijos. Es un momento de aprendizaje que creo que los padres, muy a menudo se apresuran, porque no saben qué hacer. Ellos no saben cómo conectar con sus hijos a un nivel significativo, quieren, pero no saben cómo.

Así que empecé hace años. Mi hijo menor tendría dos o tres años en ese entonces y tú sabes que soy encargada del departamento de historia en la universidad, ya que me encanta la historia y me encanta el patrimonio de nuestro país. Encontré algunas historias que podía leerle a mis hijos y enseñarles acerca de lo que significa el día Acción de Gracias, porqué lo   celebramos y porqué es un día de fiesta en este país.

Fue muy simple lo que hice. Solo les leía esas historias a mis hijos. Dennis y yo nos turnábamos. Leíamos alrededor de la mesa en el desayuno. No las leíamos alrededor del pavo a la hora de la cena, todos disfrazados y eso, porque cuando nos reuníamos con la familia, era simplemente demasiada gente, demasiado caos. Y así lo hicimos, era nuestro pequeño «servicio de acción de gracias por la mañana», por decirlo así, en torno al desayuno, solos con nuestra familia inmediata.

Nancy: ¿Y eso fue una tradición en tu casa durante años y años?

Bárbara: Bueno, comenzó y se convirtió en una tradición, porque me sentía como si estuviera haciendo algo para impartir la verdad a mis hijos. Me sentía enseñando acerca de la gratitud, por tener ese “pequeño desayuno familiar” donde leíamos las historias. Luego, cada uno de nosotros tenía una tarjeta o una hoja de papel de cuaderno -en realidad no importaba lo que fuera- y cada uno escribía cinco cosas por las que estuviera agradecido.

Nancy: Y ¿Lo hacían antes o después de comer?

Bárbara: Bueno, lo hacíamos antes, porque yo siempre preparaba una gran cacerola de desayuno. Y mientras estaba todavía en el horno, nos sentábamos a la mesa a leer las historias, y a llenar nuestras tarjetas. Entonces cada uno leía lo que había anotado en su tarjeta o papelito hasta dar la vuelta mientras compartíamos alrededor de la mesa.

Nancy: Y ¿Escribían algo por lo que estuvieran agradecidos desde el año anterior?

Bárbara: Sí. Se nombran cinco cosas por las que estés agradecida a partir del Día de Acción de Gracias del año anterior.

Nancy: ¿Y también los más pequeños hacían eso?

Bárbara: Sí. Tengo un recuerdo realmente bello de Laura, nuestra hija menor, de cuando tenía unos tres años. Tenía un pedazo de papel de cuaderno con líneas por todas partes y garabatos de crayón. Y entonces le pregunté: «¿Por qué estás agradecida, Laura?» y entre sus tantos garabatos señala uno y dice: «Mi Tobija.» Y así lo escribió: «Mi Tobija”. Y le digo: » ¿Y por qué más estás agradecida?» «Por mi familia”.

Nancy: ¡Ay! ¡Pero que linda!

Bárbara: Es uno de mis recuerdos favoritos. Con los años hemos coleccionado todo un álbum de esas “tarjetas”. Desde los finales de los años ochenta, principios de los noventa. Durante los últimos veinte y tanto de años, tengo esas tarjetas de cada Acción de Gracias en el que hemos estado. Por supuesto, que conforme nuestros hijos crecían, sus declaraciones de gratitud se hacían más significativas, más profundas, porque comprendían mejor de qué se trataba todo esto. Y así, esas tarjetas se han convertido en un verdadero tesoro.

Nancy: Y ¿Alguna vez llegaron a ese momento de esas edades en las que algunos niños o jóvenes no estaban tan ansiosos de participar?

Bárbara: Oh, por supuesto. Es decir, los niños a veces van a dar un giro de ojos. Me refiero, todos esos años de la adolescencia. O simplemente pueden estar teniendo un mal día, y se van o preguntan «¿Tenemos que hacer esto de nuevo?» Pero los padres tenemos que perseverar, porque están a cargo, no los niños. Si dejas que los niños te dicten lo que se va a hacer, entonces nunca va a suceder. Es un ejercicio de fe. Gran parte de la crianza de los hijos es un ejercicio de fe.

Tratar de hacer algo significativo en el día Acción de Gracias, en la Navidad y en otras fiestas, es también un ejercicio de fe. Yo les digo a mis hijos, «necesitan aprender acerca de la gratitud.» No estoy diciendo literalmente esas palabras, pero en mi corazón yo sé que es lo mejor. Tanto ellos, como nosotros, tenemos que aprender a ser agradecidos. Y así, «Vamos a hacer esto te guste o no.» Así que algunos de esos años en los que no estaban muy dispuestos a participar, podían escribir una respuesta corta de una sola palabra como Dios, familia, o amigos.

Nancy: Y no muy profunda.

Bárbara: Sí, ellos no quieren pensar mucho, pero está bien. Quiero decir, es lo que son. Es la etapa en la que se encuentran. Es parte del proceso de crecer juntos como una familia.

Debido a lo que hemos hecho todos los años el día de Acción de Gracias, se ha convertido en la fiesta más importante para nuestra familia. Mucho más que la Navidad. El día de Acción de Gracias es la fecha en la que todos nosotros, cada año, nos reunimos e intercambiamos por lo que estamos agradecidos. Esa experiencia nos ha unido mucho más de lo que simplemente hubieran hecho: ver fútbol y comer pavo.

Nancy: Pero ¿Hacen esas cosas, también?

Bárbara: Sí, claro. Hacemos todas esas cosas, claro que las hacemos. Cuando nos reunimos más tarde, con el resto de la familia, es cuando tenemos nuestra gran cena de pavo, y luego todos miramos fútbol en la noche y al día siguiente. Especialmente desde que nuestros hijos estaban empezando la universidad, pues para ellos era importante. Lo vemos con ellos.

Nancy: Y por cierto, de nuevo, volviendo al desayuno, la cazuela de desayuno que preparas se llama. . .

Bárbara: Bueno, en realidad hay dos. Una de ellas es «la receta de tostadas francesas», y la otra es simplemente “huevos en cazuela”, que nos dan un poco de proteína, pues tenemos que tener un poco de proteína.

Nancy: Tal vez, cuando celebres la Navidad quieras hacer alguna receta especial. O tal vez desees tomar la idea de que cada persona escriba las cosas por las que están agradecidos, alrededor de la mesa.

Tengo una curiosidad, Bárbara. Ahora que tus hijos han crecido y la mayoría de ellos están casados y tienen sus propias familias, ¿Alguno de ellos continúa con esa tradición?

Bárbara: Bueno, no sé con seguridad porque a menudo muchos de ellos vuelven a casa, así que simplemente lo hacemos juntos. Nuestros hijos vienen a nuestro hogar para Acción de Gracias más que para la Navidad. Así que los días de Acción de Gracias, no estoy muy segura cómo lo celebren.

Nancy: Y ¿Entonces, tus nietos ahora también lo hacen contigo?

Bárbara: Si, así es. Tengo un montón de tarjetas y la repasamos cada día de Acción de Gracias. Creo que la tradición está tan arraizada en ellos que cuando aún no vienen la siguen celebrando.

Nancy: Y ahora recuerdo algo sobre unos granos de maíz.

Bárbara: Bueno, una de las historias que he leído a los niños, no se puede probar históricamente, pero la tradición nos dice que en ese invierno, el primer invierno que los peregrinos pasaron en la colonia de Massachusetts (lo que se convirtió en la colonia Massachusetts), sus raciones de alimentos se agotaron. Así que el gobernador Bradford y los otros líderes decidieron que si iban a sobrevivir el invierno, cuando es obvio que no podían cultivar nada, no había tiendas y no podían comprar comida y lo poco que tenían era carnada para la pesca en la bahía, los suministros de alimentos tendrían que ser racionados. Y la tradición dice que cada persona se limitaba a cinco granos de maíz.

Y así es que en la mañana de Acción de Gracias, cuando nos sentamos mientras están listas las cacerolas, cada uno tiene cinco granos de maíz en el plato. Así que a medida en que avanzamos en el círculo, compartiendo por lo que estamos agradecidos, cada uno deposita un grano de maíz en la pequeña cesta y luego leemos el número uno de nuestra lista. En seguida se da la vuelta y así dos, tres, cuatro y cinco.

Nancy: Y creo que ese tipo de simbología es muy importante.

Bárbara: También lo creo.

Nancy: No tiene nada de importante un grano de maíz, pero es como un retrato hablado, una imagen en la mente del niño para recordar.

Bárbara: Estoy de acuerdo. Creo que es bueno que los niños se involucren. Y si son o no literalmente cinco granos de maíz o no, es un buen recordatorio de, «Wow, ellos no tenían mucho”, aunque tuvieran diez granos. Es difícil sobrevivir con tan poco. Y, sin embargo, el gobernador Bradford y otros escribieron historias sobre cómo ellos continuaron alabando a Dios y dándole gracias a pesar de no tener casi nada que comer, a pesar de que muchas personas estaban muriendo de enfermedad, nadie murió de hambre. Es tan sorprendente para mí que en medio de circunstancias tan difíciles, esas personas cada día estaban alabando a Dios. Así que es una maravillosa lección que debemos sembrar en la mente de nuestros niños.

Hemos leído esas historias en los días de Acción de Gracias durante más de veinte años. Mis hijos se las saben de memoria. Y ahora mis nietos están empezando a memorizarlas. Si me salto una línea, me dicen, «Se te olvidó sobre. . . lo que sea.» Me encanta que se saben las historias tan bien porque funciona como un recordatorio de que: si pueden estar agradecidos en condiciones duras, entonces deberían estar aún más agradecidos en situaciones que no son tan difíciles.

Nancy: Así es. Bárbara has desarrollado algunos recursos relacionados con varias festividades, entre ellas el día de Acción de Gracias. Creo que es una de las principales.

Bárbara: Fueron los primeros que hice. Sí, tomé todas esas historias y escribí un libro para leer en el día de Acción de Gracias.

Nancy: Espero que ustedes busquen realmente al Señor en todos los momentos de sus vidas no solo en el día de Acción de Gracias, que definitivamente puede ser un momento especial de celebración y agradecimiento. Yo vivo sola, así que tengo mis propias tradiciones de Acción de Gracias. Generalmente estoy con mi familia. Mi madre hace años, muchos, muchos años atrás, ella tenía una bella voz, y ella grabó unas canciones de Acción de Gracias cantando los coros, la música de temporada. Era una cinta o un casete. Lo tengo, claro, ahora en un CD. Una de mis tradiciones de Acción de Gracias es escucharlo.

Y, por supuesto, los Salmos están llenos de canciones de gratitud. Ya sea que estés sola o acompañada, lee algunos de esos pasajes, como el Salmo 103. Bendice alma mía al Señor, bendiga todo mi ser su Santo Nombre… (Vs.1-2)

Así que entre la prisa y la agitación de tu casa en estas semanas, toma un momento para contar, para enumerar los beneficios del Señor. Cuenta Sus bendiciones. Nómbralas una por una y te sorprenderá de lo que el Señor ha hecho.

Incluso me doy cuenta Bárbara, que en tu familia y en la mía y en cualquier vida, hay temporadas en que el día de Acción de Gracias cae en momentos difíciles. Tal vez haya sido la pérdida de un ser querido, o hay un lugar vacío en la mesa que debería estar ocupado, tal vez por un hijo o una hija pródiga y nuestros ojos están llenos de lágrimas, de tristeza en lugar de alegría en este día de Acción de Gracias.

Pero en medio de las lágrimas y de la pérdida, hay que levantar nuestros ojos y decir: «Oh, Señor, Tú eres fiel, Tú sigues siendo misericordioso, Tu fidelidad se eleva sobre mí como dicen las Escrituras. “Tu misericordia es para siempre”. Así que, incluso en esos momentos de tristeza, ofrecemos un sacrificio de acción de gracias, contando Sus bendiciones y dando gracias al Señor. ¡Y qué gran manera de entrenar y discipular a nuestros hijos!

Eso con relación al día de Acción de Gracias. Pero ahora también estamos celebrando la temporada de Navidad. Y vamos a estar hablando mucho más de este tema en los próximos dos días. Solo quiero dejar establecido el escenario para los próximos programas. Porque como hemos visto, la decoración navideña nos rodea por todas partes, y ya las tiendas están listas y preparadas desde hace días.

Bárbara: Si, ya desde hace meses.

Nancy: Si, durante mucho tiempo. Pero Bárbara, tú has desarrollado algunas herramientas realmente geniales y recursos para celebrar la Navidad señalando el verdadero significado de Cristo a las familias. Y es algo que vamos a ver en los próximos días, un conjunto de adornos para árboles de Navidad, llamados “Adornos de Adoración”.

Bárbara: Es correcto.

Nancy: Y ¿Cómo se te ocurrió ese nombre?

Bárbara: Bueno, el nombre de «Adornos de Adoración” que acabamos de crear fue porque el motivo de la Navidad es acerca de adorar a Cristo. Uno de nuestros himnos favoritos dice: «Venid adoremos.» Así que estos adornos no solo son para adornar el árbol, sino para llevarnos a adorar a Jesucristo. Hemos creado la primera de una serie de adornos llamada «Sus Nombres de Navidad.» Y este es un conjunto de siete ornamentos que son los nombres de Jesucristo que más frecuentemente se asocian con la historia de la Navidad. Surgen del pasaje de Lucas 2. Y hay un pasaje en Mateo donde Él se llama Emmanuel, y pasajes de Isaías también, donde es llamado Admirable, Consejero, Príncipe de Paz, Dios fuerte.

Tomamos esos nombres y los pusimos en unas hermosas letras que brillan ligeramente, para que esta Navidad sea más enfocada en Cristo. Y es que muchas de nosotras estamos decorando nuestros árboles de Navidad con osos de peluche, pelotas de fútbol y cientos de cosas que no tienen absolutamente nada que ver con Jesucristo.

Desde mediados de los años noventa, más o menos, lo que ha sido un tiempo largo, he buscado cada año, cuando los adornos de Navidad se presentan en las tiendas en todo el lugar y es difícil hallar algo acerca de Cristo. Podemos encontrar cruces de vez en cuando, pesebres, estrellas, pero en realidad no hay nada que te lleve a un lugar de adoración.

Para ello creamos siete decoraciones llamadas «Sus Nombres de Navidad.» Y con ese conjunto, esa caja de siete nombres, viene un pequeño folleto, muy bien diseñado. En este cuadernillo hay una historia de dos páginas sobre cada nombre. Por ejemplo ¿Por qué Él es llamado Admirable Consejero? ¿Y qué tiene que ver eso con nosotros? ¿Por qué es El Dios Poderoso? Fue declarado antes de su nacimiento que Su nombre sería Dios Poderoso. Esa es una declaración muy significativa. Tenemos que entender por qué ese nombre y los demás fueron elegidos para Él y la diferencia de todos Sus otros nombres.

Nancy: Vamos a hablar más sobre algunos de esos nombres, su importancia para nosotras, y por qué son significativos. También hablaremos acerca de este conjunto de adornos llamado «Adornos de Adoración» durante los próximos días.

Ya está por terminar este año y nuestro ministerio está confiado en que Dios suplirá las necesidades para poder continuar sirviendo a las mujeres hispanas durante el nuevo año. ¿Tomarías un momento para orar por nosotros?

Y si te sientes dirigida a dar una ofrenda, puedes hacerlo al visitar AvivaNuestrosCorazones.com o llamar al 1-800-569-5959, desde los Estados Unidos y Canadá. Si llamas, asegúrate de especificar que tu donación es para el ministerio de alcance hispano. Gracias de antemano por orar y/o contribuir con este ministerio.

Bárbara, ha sido un placer tenerte con nosotros en el programa de hoy. Y quiero animar a nuestras oyentes a sintonizarnos mañana y a medida que continuamos con la discusión sobre cómo abordar las festividades de Navidad, y qué podemos hacer esta próxima semana para proteger nuestros propios corazones y los de nuestras familias y festejar de verdad de una manera significativa, de lo que se tratan estas celebraciones de los días santos. Así que únete a nosotros de nuevo aquí mañana en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique otra fuente.

Música: Venid y Adoremos, Tercer Cielo, Es Navidad ℗ 2008 Kasa Producciones; Allá en el Pesebre, Cedarmont Kids, Villancicos Navideños ℗ 2001 Provident Label Group, LLC

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

Una deuda de gratitud – Nov 27

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Una actitud de gratitud

Aviva Nuestros Corazones

Nov 27 – Una deuda de gratitud

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/una-deuda-de-gratitud/

Carmen Espaillat: La gratitud en medio de la vida cotidiana puede ser imposible.  Aquí está Nancy Leigh DeMoss.

Nancy Leigh DeMoss: Recuerdo  una temporada en mi propia vida cuando me sentía muy dolida a causa de una serie de circunstancias que estaba enfrentando.  Y por unos dieciocho  meses yo no pude dar gracias.

Carmen Espaillat: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Esta semana te he estado compartiendo sobre el libro de Nancy, Sea Agradecido: Su camino al gozo. ¿Por qué es tan importante escoger la gratitud? Bueno, sabes que la gratitud no siempre llega fácil.  Algunas veces es una decisión difícil.  Nancy nos describirá cómo  se siente tomar esa decisión  cuando uno siente como si la vida misma conspirará en contra de la gratitud.

Nancy Leigh DeMoss: En el Día de Acción de Gracias del año pasado recibí una carta de una querida pareja de unos 89 años de edad, Del Fehsenfeld y su esposa, Dot.  Yo los llamaba Abuelo y Abuela Fehsenfeld.  Esta es una pareja llena de gratitud.  Aquí está la carta que ellos enviaron como una carta de gratitud a todos sus amigos.  La carta decía:

Mis queridos amigos y colaboradores en Cristo, “Este es el día que el Señor ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él” (citando el Salmos 118 versículo 24)

Debemos  regocijarnos sin importar nuestro estado físico (saludable o no).  Cuando nos damos cuenta de nuestra posición en Cristo, no tenemos opción.  Al tomar un inventario personal le damos gracias a Él porque:

Y ellos listaron cinco razones por las cuales ellos daban gracias al Señor y a cada razón le seguía una referencia bíblica.

  • Nosotros hemos sido salvos.
  • Nosotros hemos sido santificados.
  • Nosotros hemos sido sellados por el Espíritu Santo.
  • Nosotros hemos sido eternamente asegurados.
  • Nosotros estamos satisfechos

Al lado de esta última razón ellos anotaron el Salmo 103 versículo 5 y dice “el que colma de bienes tus años” Y continuaron diciendo:

No necesitamos cosas materiales, entretenimiento, o provocar un sentimentalismo emocionante para tener gozo.  En Cristo tenemos todo lo que necesitamos y todo lo que queremos.  Aun cuando La Sra. Fehsenfeld y yo hemos frecuentado las oficinas de los doctores más de lo que hubiéramos  preferido [y eso sería quedarse corto,  de hecho el año pasado los dos experimentaron desafíos serios en cuanto a su salud] aun así  nosotros estamos contentos y nos regocijamos por qué Él ha sido nuestro sostén  en medio del dolor, del sufrimiento y de las cirugías. Nosotros te invitamos a que te unas a nosotros a obedecer el mandato de Él cuando dice:

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.  (1 Tesalonicenses 5:18)

Y qué gran reto es esto para mí en mis cuarenta años, cuando me quejo sobre las cosas tan insignificantes de la vida cotidiana que me desorientan y me perturban, y oír decir a esta pareja que se aproxima a sus noventa años, “Nosotros estamos agradecidos, Nosotros estamos agradecidos.”

¿Sabes lo que ellos están haciendo? Ellos están ofreciendo a Dios lo que la Escritura llama “un sacrificio de alabanza”. En el libro de Hebreos nosotras leemos sobre esto.  Hebreos  capítulo 13 dice: “Por tanto mediante Él” mediante Jesucristo, “ofrezcamos continuamente un sacrificio de alabanza a Dios, es decir el fruto de labios que confiesan su nombre” (versículo 15).

Un sacrificio de alabanza.  El Salmo 116 habla de este mismo tipo de sacrificio.  El salmista dice, Te ofreceré sacrificio de acción de gracias, e invocaré el nombre del SEÑOR” (versículo 17).

Hay veces que es muy fácil estar agradecidas con el Señor.  Cuando brilla el sol y tienes dinero en tu cuenta de banco, y tienes salud, y tu esposo está locamente enamorado de ti, y tus hijos se levantan y te bendicen obedeciendo cada una de tus instrucciones, bueno, cualquiera puede estar agradecida bajo esas circunstancias.

Pero muchas veces es difícil dar las gracias.  Hay veces que cuesta dar las gracias.  Hay veces que ofreces un sacrificio de  acción de gracias por medio de tus lágrimas y dices “Señor no entiendo por qué permites que yo esté pasando por estas circunstancias, y aunque no entienda porque he recibido estos papeles de divorcio que yo no quiero, y aunque no entienda porque mi hijo o mi hija están respondiendo  de esta manera que no te agrada; he decidido que en medio de esta batalla, en medio de esta presión, en medio de estos problemas, he decidido darte gracias porque Tú aún eres Dios, Y aún eres bueno.  Y estás cumpliendo Tus propósitos por medio de cada una de las circunstancias en las que yo me encuentro”.

Martin Rinkart fue un pastor en Alemania quien a la edad de 31 años llegó a ser el pastor de la iglesia en su pueblo de Eilenberg. Él  ahí llegó en 1618, justo cuando la Guerra de los 30 Años había iniciado, una de las guerras más sangrientas en toda la historia.  Esa guerra trajo gran destrucción a todos los países de Europa.  De hecho, la población de Alemania fue reducida de 16 millones de habitantes a 6 millones durante esos treinta años.

La ciudad de Eilenberg donde Rinkart fue pastor experimentó ola tras ola de pestilencia y hambre; y la llegada y salida de ejércitos invasores que marchaban a través de la ciudad dejando a su paso muerte y destrucción.  La ciudad se llenó de refugiados de la guerra.

En 1637 en medio de esta guerra se desató una plaga.  Los otros dos ministros de esa misma ciudad fallecieron, pero Rinkart se quedó en esa ciudad y llevó a cabo la labor de los dos ministros al igual que la suya.  Todo el día, día tras día a lo largo de ese año, él iba de cama en cama cuidando a los enfermos, orando y animando a los moribundos.

Él enterró a casi 5,000 personas ese año incluyendo a su propia esposa, algunas veces haciendo el servicio funeral sobre 40 o 50 cuerpos a la vez.  Rinkart mismo falleció un año después del final de la guerra.

Durante ese tiempo tan desalentador en su vida, y en la vida de su ciudad, él compuso un gran himno de gratitud.  Se dice que fue escrito como un ejemplo de gracia para sus hijos, escrito en medio de esas circunstancias tan devastadoras.  Tal vez tú estés familiarizada con este himno.

Démosle gracias todos a nuestro Dios con corazón, manos y voces. Quien ha hecho cosas maravillosas y en quien este mundo se regocija. Quien desde los brazos de nuestra madre nos ha bendecido en el camino con innumerables regalos de amor y todavía hoy es nuestro.

Toda alabanza y gratitud a Dios el Padre sea dada, el Hijo y Santo Espíritu supremo y altísimo cielo. El único Dios eterno quien adora el cielo y la tierra. Quien fue, quien es y siempre será.

Ese es un sacrificio de acción de gracias y ese mismo sacrificio de gratitud que Martin Rinkart ofreció en los años 1600 es el mismo que nos bendice a nosotras hoy. Tú no sabes cómo puede bendecir a otras tu disposición de ofrecer un sacrificio de acción de gracias especialmente cuando más te cuesta.

Una de mis heroínas favoritas de la fe es la Dra. Helen Roseveare quien fue por muchos años una cirujana misionera en lo que antes era el Congo Belga.  Ella fue  misionera en ese lugar creo que por unos 20 años.

Pero llegó el día cuando alrededor del año 1970 un grupo de rebeldes llegaron a la ciudad y empezaron a robar y azotar a la nación. La doctora Roseveare y algunos de sus colegas del ministerio sintieron la necesidad de quedarse y continuar sirviendo a la gente que Dios los había enviado a ministrar.

Durante ese tiempo, la doctora Roseveare describe la noche cuando los rebeldes llegaron al terreno de la misión donde ella vivía.  Ellos azotaron el lugar y ferozmente golpearon y abusaron sexualmente de las mujeres misioneras en ese lugar.  Al tratar de darle sentido a esa atrocidad, ella cuenta la lucha que  llevó a cabo los días posteriores a  esa noche tan terrible.

Ella había llegado a ese lugar para dar su vida y  servir a esta gente solamente para experimentar lo que ella sufrió.

Dios usó un sinnúmero de cosas durante el tiempo de restauración en su vida, pero hay una que yo nunca olvidaré.  Ella cuenta como el proceso de restauración comenzó cuando ella escuchó como si el mismo Dios le preguntara, “¿Helen estás dispuesta a agradecerme por algo que tal vez yo nunca te dé el privilegio de entender? ¿Te das cuenta? Nosotras tendemos a pensar si tan solo pudiéramos  entender los propósitos de Dios en estas circunstancias en nuestras vidas, entonces le podríamos dar gracias.  Pero la prueba de la fe es esta: “¿Estoy dispuesta a ofrecer un sacrificio de acción de gracias aun cuando no tengo las respuestas a todas mis preguntas, a los “porqués” de las circunstancias en las que me encuentro, cuando no hay manera de entender lo que me ha sucedido?”

Recuerdo  una temporada en mi propia vida cuando  me sentía muy dolida a causa de una serie de circunstancias que llegaron a mi vida.  Y por unos dieciocho meses yo no pude dar gracias.

No era como si  conscientemente dijera, “yo no voy a dar gracias”, simplemente  no lo hacía.

Al recordar ese periodo en mi vida creo que  en realidad renuncié a una gran medida de gracia que Dios deseaba darme para poder atravesar esas circunstancias, pero yo no estuve dispuesta a  ofrecer un sacrificio de acción de gracias.

Te puedo decir cuándo y dónde comenzó el proceso de restauración para mí. Fue en una cabaña en la montaña en Carolina del Norte, arrodillada en un piso de madera al lado de una silla de madera  y ahí ofrecí a Dios el sacrificio de acción de gracias por primera vez.  Le dije, “Señor aun no entiendo porque Tú has escogido estas circunstancias en mi vida, y no sé si algún día lo llegue a comprender,  pero en fe te doy las “gracias”.  Gracias por permitirlo, gracias por escoger esto en mi vida.  Yo sé que cualquier cosa que Tú haces es buena, y te doy las gracias. Ahora, ¿el hacer esta declaración, hizo desaparecer instantáneamente todo el dolor? No, aún hubo lágrimas y un sentimiento de pérdida que se convirtió en un sentimiento de pérdida saludable. Al yo ofrecer un sacrificio de acción de gracias, Dios comenzó a restaurar, a renovar y a reconstruir mi espíritu.

Hoy  puedo mirar hacia atrás y sentir una verdadera gratitud sobre esas circunstancias.  Durante ese tiempo  no me sentía agradecida.  Pero al final mi respuesta fue una expresión de fe.  Fue un acto de la voluntad y ahora puedo mirar hacia atrás y  ver cuánto ha hecho Dios por mí, en mí y por medio de mí.

He descubierto en mi propio caminar con el Señor que básicamente en cada circunstancia de la vida yo tengo dos opciones.

  • Me puedo quejar.
  • o puedo adorar.

Yo puedo quejarme o adorar.  Necesitamos ayudarnos  unas a otras a no ser quejumbrosas.  Necesitamos ayudarnos unas a otras a ser adoradoras, y a fomentar la belleza de una actitud de gratitud.

Y hoy al completar esta serie hablemos  de cómo podemos fomentar un espíritu de gratitud.

Primero, somete todos tus derechos a Dios. Si retienes esos derechos, si tienes expectativas de cómo mereces ser tratada, te predispones a la desilusión.  Pero si sometes todos tus derechos a Dios, entonces cualquier cosa que Dios te dé será una bendición y estarás agradecida por ello.

En una de mis lecturas sobre este tema encontré un pasaje pequeño escrito por un hombre llamado Russell Kelfer, quien ahora se encuentra con el Señor.  El fue un gran maestro de la Biblia, y muchas de sus enseñanzas  han sido publicadas.  En algunos de sus escritos sobre la actitud de gratitud él sugiere a las personas que tomen un pequeño juramento.  Permíteme leer la manera en la que él sugiere rendir todos tus derechos a Dios.

Al haber nacido de nuevo en la familia de Dios, yo por este medio reconozco que Dios ha comprado mi vida incluyendo todos mis derechos y el control de esta vida por la eternidad.

También reconozco que Él no me ha garantizado una vida libre de dolor, o una vida exitosa o próspera.  Él no me ha garantizado salud.  Él no me ha garantizado padres perfectos.  Él no me ha garantizado hijos perfectos. Él no me ha garantizado la ausencia de problemas, dificultad, malos entendidos o persecuciones.

Lo que Él sí me ha prometido es vida eterna.  Lo que Él sí me ha prometido es una vida abundante.  Lo que Él sí me ha prometido es amor, gozo, paz, paciencia, mansedumbre, humildad y dominio propio.  Él se dio a sí mismo por mí a cambio de los derechos de mi vida.

Por lo tanto, yo renuncio a todos mis derechos y expectativas y humildemente le pido a Él que por medio de Su gracia los reemplace por un espíritu de gratitud por cualquier cosa que Él en Su sabiduría permita en mi vida.  Y firma.

Su servidor.

Él sugiere firmar este documento y  someter todos tus derechos a Dios.

En segundo lugar, permíteme animarte a confesar y a arrepentirte de cualquier ingratitud que Dios descubra en tu corazón.  Hemos visto que el pecado de ingratitud no es un pecado pequeño.  Entonces, donde sea que  Dios te haya revelado el pecado de ingratitud, que has fallado en dar gracias por todo, confiésalo como pecado y arrepiéntete.

En tercer lugar, permíteme sugerir una semana de gratitud, una semana entera donde tu enfoque sea la gratitud.  Comprométete por una semana a no pedirle nada a Dios al contrario busca cada oportunidad para darle las gracias a  Dios y a otros.

De hecho, nosotras hemos preparado un pequeño recurso que estará disponible en esta semana de acción de gracias.  Es un pequeño devocional acompañado con un ejercicio escrito para cada día que te ayudará a practicar una semana de acción de gracias.

Durante esa semana, la semana cuatro, nosotras te sugerimos que tomes un tiempo para contar tus bendiciones.  “Bendiciones, cuantas tienes ya.” Me encanta ese himno antiguo.

Cuando combatida por la adversidad creas ya perdida tu felicidad, mira lo que el cielo para ti guardó, cuenta las riquezas que el Señor te dio.

¡Bendiciones, cuántas tienes ya! Bendiciones, Dios te manda más; Bendiciones, te sorprenderás cuando veas lo que Dios por ti hará.

¿Andas agobiado por algún pesar?

Duro te parece amarga cruz llevar,

Cuenta las promesas del Señor Jesús,

Y de las tinieblas nacerá la Luz.

¡Bendiciones, cuántas tienes ya!

Bendiciones, Dios te manda más;

Bendiciones, te sorprenderás

Cuando veas lo que Dios por ti hará.

Un escritor dijo, “La gratitud nace en los corazones que toman el tiempo para contar las misericordias del pasado.”

Tengo un amigo que habla de aquel día cuando él se cepillaba sus dientes y  meditaba en este versículo: “Den gracias en todo” (ver 1 Tesalonicenses 5:18).  Ese día él fue retado a dar gracias a Dios en todo.

El cuenta, “yo empecé a darle gracias a Dios por mi cepillo de dientes.  Después por la pasta de dientes.  Entonces, me di cuenta que yo nunca le había dado gracias a Dios por mis dientes”.  Si la provisión en el futuro dependiera del agradecimiento de hoy, ¿cuánto  tendría yo mañana?”

Después de haber contado y nombrado tus bendiciones una por una,  haz inventario de tus cuentas de gratitud.  ¿Qué quiero decir con eso? ¿Hay alguien a quien no le has pagado tu deuda de gratitud?

Todas nosotras tenemos una deuda de gratitud con Dios que jamás por toda la eternidad podremos pagar. Entonces ¿cómo te va en tus cuentas de gratitud?  ¿Le debes gratitud a Dios o a otras personas? ¿Hay personas específicas en tu vida a quien le debes gratitud? ¿Hay un individuo, un miembro tu familia, una amiga ha tocado o  beneficiado tu vida? ¿a quien todavía no le has dado las “Gracias”?

Ahora, no pases por alto a las personas que viven contigo.  Tu esposo, ¿trae el cheque de pago a la casa?  ¿Estás agradecida por ello o estás acostumbrada a ello?  Expresas gratitud por las cosas cotidianas.

Haz una lista de las personas a quienes necesitas agradecer y comienza a dar gracias con tarjetas, con llamadas telefónicas, con  correos electrónicos o en persona.  Cuenta tus bendiciones una por una y después da las gracias a cada persona una por una.  No  esperes hasta el funeral de esa persona para dar las gracias será demasiado tarde, bendícelos hoy con tu gratitud.

Y después da gracias por todo.  Proponte en tu corazón dar gracias en todo. Hay alguna circunstancia o problema en tu vida por el cual nunca has dado  gracias.

Y finalmente mantente al día expresando gratitud al Señor y a otros.

Hace algún tiempo unas amigas me regalaron una libreta que dice en la portada “Contando mis Bendiciones.”  Dentro de la libreta hay páginas con cinco líneas en blanco para cada día.  En esas líneas escribes la fecha y después anotas 5 ó 6 cosas por las cuales estás agradecida ese día.

Ya casi completo esta libreta, pero me puse a revisar algunas de las

cosas que  escribí hace un año y que lindo fue regresar y

repasar lo que Dios hizo y lo bondadoso que Él ha sido.

Mantente al día no solamente expresando gratitud a Dios sino también a otros.  Te quiero animar a que tengas una canasta con tarjetas de agradecimiento con  notas y sobres.  Coloca esta canasta al lado de tu cama o en tu escritorio.  Mantenla cerca de ti porque si tienes que ir a buscar apresuradamente esas tarjetas cuando te llega a tu mente algo por lo que estás agradecida es muy probable que nunca la envíes.

Y por cierto, estoy muy agradecida por los padres que nos hicieron escribir notas de agradecimiento cuando éramos niños.  Ellos nos preguntaban “¿Has escrito tus notas de agradecimiento?  Si ustedes que tienen hijos, enséñenle a sus hijos a escribir notas de agradecimiento.

Llevo conmigo tarjetas de agradecimiento entonces cuando tengo unos minutos libres puedo pausar y escribir notas de gratitud  hacia aquellas personas que han bendecido mi vida.  Este ejercicio diario te ayudará a mantener tus deudas de agradecimiento al día.

Yo creo que una de las cosas más importantes que Dios quiere hacer por medio de Aviva Nuestros Corazones es llamar a las mujeres a ser mujeres agradecidas.  Hoy en día las mujeres en muchos casos se encuentran demasiado enfadadas, amargadas, y lastimadas.   Creo que una de las cosas clave que va a liberar a las mujeres en esta tierra, y llevarlas a vivir vidas abundantes y vidas fructíferas es aprender a ser mujeres agradecidas.

Hay un gran poder en tener un espíritu de gratitud. Un espíritu de gratitud puede vencer la amargura,  el desánimo, la depresión, el egoísmo y la soledad.  Un espíritu de gratitud anima a otras.

Y lo más importante de todo, un espíritu de gratitud honra y glorifica al Señor. Él es digno de todo nuestro agradecimiento y de nuestra alabanza.

Carmen Espaillat: En cada circunstancia tú tienes la opción de quejarte con Dios o de adorar a Dios.  Hoy en día ¿te has estado quejando o  adorando?  Nancy  describe en detalle esta elección cotidiana en su libro Sea Agradecido: Su camino al gozo.

Si lees este libro con un corazón abierto y participas en el estudio de 30 días que encontrarás al final del libro, te encontrarás alabando a Dios más y te quejarás menos.  Para obtener una copia del libro solicítalo en tu librería cristiana más cercana.

El corazón de Nancy está lleno de gratitud hoy.  Le hemos pedido que comparta con nosotras lo que Dios está haciendo por medio de el ministerio de Aviva Nuestros Corazones.

Nancy: Bueno, espero que hayan tenido un gran día ayer.  La temporada de acción de gracias es buen tiempo para recordar y agradecer a Dios por todo lo que Él ha hecho.

Al recordar los últimos meses mi corazón está tan agradecido con Dios por todo lo que Él está haciendo en todo el mundo y en especial  en el mundo de habla hispana a través de Aviva Nuestros Corazones nuestras oraciones han sido contestadas mucho más abundantemente de lo que pedimos o jamás entendimos, Dios, ha sido glorificado y será glorificado y llevará su mensaje, el mensaje del Evangelio y de Cristo para seguir llamando a las mujeres a libertad a plenitud y abundancia en Cristo.

Así que únete a nosotras en especial en el día de hoy y da gracias por Aviva Nuestros Corazones, dale gracias a Dios por haber permitido que el mensaje de Cristo y Su Evangelio llegue a tantas mujeres en el mundo de habla hispana y que continúe esa obra hasta ese día cuando la gloria de Dios llene la tierra como las aguas llenen el mar.

Por ejemplo, recientemente  conocí a una mujer llamada Michelle quien atendió la conferencia de True Woman el año pasado.  Esa fue nuestra primera conferencia nacional y mujeres viajaron de todo el mundo, incluyendo a Michelle quien viajó desde Bermuda para estar con nosotras.

Cuando ella regresó a su hogar empezó a compartir las verdades que ella aprendió en la conferencia Mujer Verdadera.  Desde ese tiempo, un grupo de mujeres se ha estado reuniendo  en su hogar y ella ha estado discipulando a estas mujeres en los caminos de Dios.

Las conexiones globales como ésta solamente son posibles gracias a los radioyentes como tú quienes oran por nosotros y nos apoyan financieramente.  Ese apoyo nos ayuda a poder ministrar a mujeres alrededor del mundo por medio de la radio, las conferencias, las publicaciones y la internet.

Carmen Espaillat: El lunes Nancy regresa a Aviva Nuestros Corazones con una nueva serie titulada “Estad quieta”. ¿Cuándo fue la última vez que te detuviste y te quedaste tranquila delante del Señor? Nancy te mostrará por qué necesitamos esos tiempos de quietud para calmar nuestros corazones.

Espero que tengas un tiempo de adoración significativo en tu iglesia este fin de semana y te esperamos de regreso en Aviva Nuestros Corazones.

Nancy : Oh Señor queremos venir ante ti con un espíritu con una actitud de gratitud, Padre simplemente queremos decirte gracias, gracias pero la palabra es muy pequeña para poder expresar todo lo que hay en nuestros corazones, que Tú has venido haciendo a través de Aviva Nuestros Corazones por todo este tiempo, Te alabamos y Te damos gracias Señor por cada una de nuestras oyentes, gracias por cada país donde este mensaje ha llegado, Te oramos que Tú avives Tu obra en  medio de los tiempos y te damos gracias porque nos estás permitiendo ser testigos de Tu obrar, Padre gracias por cada embajadora de Aviva Nuestros Corazones, gracias por cada traductora de Aviva Nuestros Corazones por cada voluntaria que desinteresadamente Señor pone sus dones a tu servicio para hacer la obra, la obra de la expansión de Tu reino en este mundo, Padre gracias infinitas gracias por todo lo que Tú eres y por todo lo que Tú has hecho por nosotros en la persona de Jesucristo, gracias por Él que es el motivo mayor de nuestra gratitud,  glorifica Señor Tu Hijo, Tu Nombre, Tu Evangelio y que como siempre decimos como dice Tu Palabra Señor que Tu Palabra corra hasta que Tu Gloria, la Gloria de Dios llene esta tierra como las aguas cubren el mar en el nombre de Jesús, amén.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se cite otra fuente.

1 «Now Thank We All Our God.» Martin Rinkart. Our Daily Bread, Feb. 20, 1994.

2 Russell Kelfer. «A Grateful Spirit, Part 2.» (176-B), 14.

3 «Count Your Blessings.» Johnson Oatman, Jr.

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