Deja de buscar la iglesia perfecta

Deja de buscar la iglesia perfecta

Emanuel Elizondo

En mi iglesia perfecta los hermanos siempre llegan a tiempo. La predicación expositiva es aplicable a la vida diaria. Rara vez hay malos entendidos. Casi nunca escuchamos chisme, y las familias viven prácticamente sin problemas, poniendo en práctica lo que oyen los domingos. Nuestra casa de reunión es preciosa: la arquitectura ni demasiado contemporánea, ni muy anticuada. Los jóvenes viven en santidad para Cristo, los padres son líderes en la casa, y las esposas se someten amorosamente a sus maridos.

Excepto, por supuesto, que esta iglesia existe solo en la imaginación.

Mi iglesia, en realidad, es muy diferente. Es más hospital que museo de cera. Hay personas que llegan siempre a tiempo… a la predicación. Y nuestro local de reunión es pequeño y multipropósito.

Mi iglesia está muy lejos de ser la iglesia perfecta.

¿Y sabes? Me encanta.

El mito de la iglesia perfecta
Un pastor me advirtió hace tiempo de los “brinca iglesias”. Son hermanos que van de iglesia en iglesia, siempre buscando una que satisfaga sus necesidades. Se caracterizan por ser amables, pero algo críticos de “su antigua iglesia”. Normalmente prefieren ayudar pero no comprometerse. Y al año o dos se retiran porque la gente no era lo suficientemente amable, o el pastor no los visitó con frecuencia, o el programa de niños no era muy bueno, o la predicación era a veces aburrida. Así que se retiran a buscar otra iglesia. Siempre buscando la perfecta. Nunca encontrándola.

El problema es que nunca la encontrarán. La iglesia perfecta no existe, o por lo menos, no como la están buscando.

Déjame repetir eso de nuevo: la iglesia perfecta no existe. Antes de que respondas: “¡Por supuesto que es perfecta, ya que es el cuerpo de Cristo!”, sí, en eso tienes razón, y hablaremos de eso más abajo. A lo que me refiero es que hay muchas personas que buscan iglesias de la misma manera que buscan restaurantes: buen ambiente, asientos cómodos, y un menú para cualquier paladar. Los cristianos nos hemos vuelto bastante requisitosos al ir de compras en busca de iglesia. Rara vez se piensa en términos de lo que se puede aportar. Más bien, en lo que se puede recibir.

Por supuesto, hay congregaciones que hace mucho que deberían haber hecho algunos cambios, y soy el primero en decir que me desespera ver la increíble desorganización y falta de esfuerzo que abunda en las iglesias hispanas. Pero al mismo tiempo me entristece la constante rotación de personas en nuestras congregaciones debido a que “no encuentran lo que estaban buscando”, sea lo que sea.

Perfecta y perfeccionándose
“Por tanto”, dice Pablo, “ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús” (Ro. 8:1). De manera real, todo hijo de Dios es perfecto. Ha sido declarado justo por el poder de Dios y a través de la obra santificadora en Cristo. Esta es una verdad impresionante. A los ojos de Dios somos declarados perfectos con base en la obra perfecta de Jesucristo. De manera posicional, somos justos, ¡aunque sigamos cometiendo pecado en nuestra carne! De allí que Lutero decía que somos simul justus et peccator: simultáneamente justos y pecadores.

En Cristo, la iglesia es santa y perfecta, ya que “Cristo amó a la iglesia y se dio El mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada” (Ef. 5:25b-27). En ese sentido, ¡toda verdadera iglesia es perfecta! Cristo mismo la ha santificado y purificado, con el propósito de presentársela a sí mismo. De una manera real, toda (verdadera) iglesia imperfecta es en realidad perfecta en Cristo.

Pero al mismo tiempo, toda iglesia —compuesta por cristianos individuales— está en un proceso continuo de santificación. Por eso los apóstoles constantemente exhortan a la santidad.

Escucho a personas decir que debemos ser como a las iglesias del Nuevo Testamento. Me pregunto, a qué iglesia en específico se refieren. ¿La de Corinto? ¿La de Galacia? ¿Pérgamo? Uno no tiene que ser un erudito para ver que la mayoría de las iglesias del Nuevo Testamento tenían problemas. Muchos problemas. Serios problemas.

En realidad, todas dejan mucho qué desear. Los corintios tienen un desorden en la iglesia (1 Cor. 14:40). A los gálatas Pablo dice, “¡Oh, gálatas insensatos! ¿Quién los ha fascinado…?” (Gál. 3:1). La palabra “fascinó” puede traducirse como “hechizó” (léxico BDAG). Pablo simplemente no podía creer lo sucedido en Galacia. ¡Era como si alguien los hubiera hechizado! En Apocalipsis, las iglesias de Éfeso, Pérgamo, Tiatira, Sardis, y Laodicea son exhortadas a arrepentirse (Apoc. 2:5, 16, 21–22; 3:3, 19).

En este otro sentido, no hay iglesia perfecta. Solo iglesias en perfeccionamiento.

Pero hay algo que me llama la atención. Aun con los problemas, con las rebeldías, con las malas actitudes, siguen siendo iglesias de Jesús. A los Corintios, Pablo los llama la “iglesia de Dios”, y “santificados” (1 Co. 1:2). A los Gálatas los llama “hijos” (Gá. 4:6). Inclusive las siete iglesias de Asia claramente pertenecen a Jesucristo mismo; el hecho de que las llame al arrepentimiento habla de la preocupación que Jesús tiene por ellas.

Buscando una buena iglesia
¿Y entonces? ¿Qué esperanza hay? Mucha. Si estás buscando iglesia, busca una iglesia fiel. Que ame a Cristo y predique la Palabra. No te enfoques en los programas o instalaciones (por importante que eso pueda ser). Tampoco en que todos se vistan como tú y siempre te saluden. Mejor busca una iglesia compuesta por gente imperfecta que está en Cristo y en proceso de perfección por el poder del Espíritu. Busca una iglesia en donde se predique la palabra de Dios, se administren las ordenanzas con fidelidad, y se busque vivir en santidad.

Y entonces comprométete. Asiste. Ponte bajo la autoridad de los ancianos. Busca servir en lugar de criticar. Recuerda, la posición del crítico es la más cómoda: no hace nada pero encuentra fallas en todo.

Y si ya te encuentras en una iglesia fiel pero imperfecta, deja de esperar a que la gente se te acerque, ¡tú acércate! Deja de esperar a que alguien te visite, ¡tú visita! Conviértete en un agente de cambio con toda humildad y mansedumbre. Emociónate con tu iglesia. Apoya a los líderes. Involúcrate con los hermanos.

Las iglesias necesitan una multitud de hermanos comprometidos con el servicio y sacrificio. Que piensen más en otros y menos en ellos mismos.

Si tu iglesia parece más hospital que museo de cera, da gloria a Dios. Estás en el lugar correcto.

Imagen: Lightstock.
Emanuel Elizondo (MDiv, DMin) es editor en jefe de Biblias Holman. Enseña teología en la UCLA y predica en la iglesia Vida Nueva en Monterrey, México, donde vive con su esposa Milka. Tiene un doctorado en predicación expositiva en The Master’s Seminary. Puedes seguirlo en Facebook y Twitter.

Biblia de estudio Spurgeon

Coalición por el Evangelio

Biblia de estudio Spurgeon

Cuando estaba en la secundaria leí Discursos a mis estudiantes por Charles H. Spurgeon. Esa lectura no solo impactó mi vida, sino que además me introdujo a la vida y obra del hombre que ha sido llamado, con mucha razón, “el príncipe de los predicadores”. Desde entonces me he beneficiado de leer múltiples sermones y libritos escritos por el predicador bautista del siglo XIX. Sin embargo, no tenía a mi disposición un recurso que reuniera lo mejor de Spurgeon en un solo lugar.

Así que me dio mucho gusto cuando recibí la Biblia de estudio Spurgeonpues suple precisamente esa necesidad. Esta preciosa Biblia, publicada por Holman Bible Publishers, es un producto hecho con los más altos estándares de calidad, y será de mucho provecho para la iglesia hispana.

Una Biblia con un enfoque en Cristo

En los últimos años hemos visto la publicación de varias Biblias de estudio. Somos recipientes de una múltiple cantidad de bendiciones y acceso sin precedentes en la historia hispana a recursos de sana doctrina publicados con altos estándares de calidad. Pero, ¿qué diferencia a la Biblia de estudio Spurgeon a otras Biblias de estudio?

Para empezar, nunca se había publicado en español una Biblia cuyos comentarios vinieran enteramente del predicador bautista. Es importante destacar que los comentarios vienen de los sermones de Spurgeon. El propósito de los comentarios no es proveer un análisis exegético de las frases del texto bíblico, sino que más bien tienen un enfoque aplicativo, muy Cristocéntrico, que calentará el corazón del lector y elevará sus afectos en adoración. Por lo tanto es una lectura más bien devocional, pero de ninguna manera superficial; todo lo contrario.

Puesto que los comentarios vienen de los sermones del predicador, no todas las páginas contienen comentarios, puesto que Spurgeon no predicó de todos los textos ni de todas las secciones de la Biblia (aunque es verdaderamente sorprendente la gran variedad de textos que expuso durante su vida, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, cosa que pocos predicadores hacen hoy en día). Sin embargo esto no se convierte en un problema puesto que la Biblia de estudio Spurgeon contiene numerosos comentarios de todos los libros de la Biblia.

Como en la gran mayoría de las Biblias de estudio, hay una breve sección de introducción a cada libro. Pero lo que la pone aparte es que además de los comentarios al pie de la página, a lo largo de las hojas se pueden encontrar citas destacadas de Spurgeon, las cuales pueden fácilmente implementarse en un sermón. No solamente hay citas destacadas, sino también algunas de las ilustraciones que usó Spurgeon en sus propios sermones. Esto será de ayuda para todo lector, y sin duda alguna a los predicadores y expositores.

Para fácil referencia, la Biblia contiene un índice de citas e ilustraciones. Viene también con una concordancia extensa y siete mapas a todo color.

Mi característica favorita de la Biblia es que contiene 20 de los sermones perdidos de Spurgeon. Estos son sermones que el pastor bautista predicó entre 1851 y 1854, y que fueron publicados hace poco tiempo, después de que se descubrieran por primera vez recientemente. En la Biblia se incluye una reproducción de hoja completa del bosquejo escrito con el puño y letra del predicador, en el lado izquierdo (verso) de la página. Es decir, se reproduce una fotografía del manuscrito original. Del lado derecho (recto) se traduce el bosquejo al español, una traducción buena y fiel. Para mí fue interesante ver cómo bosquejaba Spurgeon. Con razón se ganó el título del “príncipe…”.

Si hay algo que disfruté al leer los comentarios de Spurgeon es su enfoque Cristocéntrico. Para Charles Spurgeon, toda la Biblia se trataba de Jesucristo, y toda ella apunta a Él. Esto se refleja en cómo sus comentarios están saturados de Jesús.

Una Biblia bien producida

Mencioné arriba que esta Biblia está producida con altos estándares de calidad. Eso es algo que me sorprendió: lo bella que es. Esta Biblia viene en varias presentaciones:

  • En pasta dura de tela, color marrón claro.
  • En símil piel, color negro con una franja marrón.
  • En piel genuina, color negro.

La que recibí, de piel genuina color negro, mide 23 cm de alto y 17.5 de largo, con un grosor de unos 4 cm. La letra es grande y fácil de leer, tanto el texto bíblico como los comentarios de Spurgeon al pie de la página. También se incluyen referencias cruzadas, las cuales están bien señaladas en un recuadro aparte color café (cosa que celebro, porque en la mayoría de las Biblias las referencias cruzadas son confusas).

Así que la Biblia de estudio Spurgeon no solamente es una excelente Biblia para uno mismo, sino también para regalar, incluso en ocasiones especiales, ya que es una que durará por años. Y por qué no, podría regalarse de una generación a otra. Indudablemente es un obsequio fenomenal para cualquier pastor.

Charles Spurgeon fue un regalo para la iglesia. Esta Biblia de estudio también lo es. Gracias a Dios por recursos como estos, que estoy seguro tienen como propósito exaltar el nombre de Dios y acercar nuestros corazones a Jesucristo. Recomiendo esta Biblia por su contenido y por el nivel de excelencia que demuestra en su producción.

Emanuel Elizondo (MS, MDiv) sirve como director editorial en Coalición por el Evangelio. Enseña teología en la UCLA y predica en la iglesia Vida Nueva en Monterrey, México, donde vive con su esposa Milka. Estudia un doctorado en predicación expositiva en The Master’s Seminary. Puedes seguirlo en Facebook y Twitter.