Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 3

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Crezcamos juntas en la Palabra de Dios

Ene 1 – Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 3

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/crezcamos-juntas-en-la-palabra-de-dios-dia-3/

Patricia de Saladín:¡Feliz año nuevo para todas las que nos escuchan! ¡Estamos muy contentas de poder iniciar el año 2021 juntas—unidas en un mismo sentir en torno a la Palabra de Dios!

Annamarie Sauter:Con nosotras Margarita de Michelén 

Margarita de Michelén: ¿Qué queremos? Que ustedes vean la Biblia a colores, que la vean en la magnitud con que Dios quiere que la veamos. Porque en la medida que hagamos eso vamos a crecer no solamente en Su conocimiento, sino en un estilo de vida de adoración porque de la abundancia del corazón habla la boca. 

Annamarie:Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

Aquí está Patricia con nosotras.

Patricia: Hemos estado hablando a lo largo de estas conversaciones en estos días, sobre nuestro reto que terminó ayer –de Mujer Verdadera 365– y si te perdiste alguno de estos programas quiero que los encuentres en avivanuestroscorazones.com, y en el día de hoy me acompañan otra vez, Elba de Reyes, Yamell de Jaramillo, Margarita de Michelén y Laura González de Chavez.

¡Feliz año nuevo chicas!

Maggie: ¡Feliz año nuevo a todas! Qué bendición.

Yamell de Jaramillo: ¡Feliz año nuevo!

Laura Gonzalez de Chavez: ¡Felicidades! 

Elaba de Reyes:¡Feliz año nuevo y muchas bendiciones!

Patricia: El día de ayer estuvimos viendo una serie de cosas acerca de la Palabra de Dios…vimos muchas cosas, y a veces vemos la Palabra de Dios, vemos esa Biblia tan grande y decimos, «esto es imposible, yo no puedo añadir una cosa más a mi día a día». Y ahora vamos a comenzar este año otra vez leyendo la Palabra de Dios completa de tapa a tapa.

Pero déjame animarte y déjame decirte que no solamente es posible, es una bendición. Queremos ser mujeres de la Palabra, y la única manera de ser mujeres de la Palabra es creciendo en el conocimiento de esa Palabra; y la Palabra es como Laura decía ayer, es ese alimento, esa comida, esa bebida. La Palabra es pan, es agua, es leche, es carne. ¿Y qué hace la comida? Nosotras cuidamos mucho lo que comemos, muchas comemos tres veces al día. La comida nos sustenta, sustenta la vida, nos nutre, nos satisface, nos da refrigerio.

Y la Palabra de Dios es la fuente de nuestra, vida es la fuente de nuestra fortaleza, y si no comemos y bebemos esa Palabra tendremos un hambre constante. Esa Palabra también es luz, y dice la misma Palabra en el Salmo 119, que «la exposición a Tu Palabra oh Dios, alumbra, hace entender a los simples». Y con esa luz es que Dios nos da dirección, sabiduría, discernimiento, perspectiva. Y hoy estamos aquí otra vez para seguir hablando de esa Palabra y para animarnos en este nuevo año a seguir creciendo como dice Pedro, «en el conocimiento y en la gracia de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo».

Laura: Así es Patricia. La verdad es que el año pasado y cada año que he estado en la Palabra ha sido una fuente fresca de gracia como dice Juan 4:14, «pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna». Y aunque ya la leímos todas juntas el año pasado y las que nos están siguiendo que quizás no han terminado están haciendo el reto a su paso, cada vez que leemos la Palabra, cada año que la leemos, encontramos más y más tesoros. 

Hay textos que leímos el año pasado que ahora se resaltan de manera diferente, dependiendo de la etapa, de la circunstancia que estemos atravesando, y se hacen frescos. Le comentaba a Patricia recientemente acerca del Salmo 90 el versículo 14.

Yo estaba pasando por un tiempo así, como de descontento, sin motivo, por el pecado que que tenemos en nuestros corazones; y tenía como esta lucha interna y ese día leyendo ese salmo el Espíritu Santo lo resaltó de una manera muy particular. Y el salmo dice: «sácianos por la mañana con tu misericordia (o con tu amor inagotable dice otra traducción) y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días»; y el Espíritu Santo me mostró que yo no estaba saciándome de Su misericordia, no estaba saciándome de Su amor inagotable, yo estaba buscando saciarme en otras cosas que yo creía que no tenía y que debería tener, y esa mañana –porque estaba en la Palabra, porque tenía ese hábito de ir a la Palabra– el Señor me encontró con ese versículo que he leído veinte mil veces, pero que ahora Dios lo mostró de una manera muy particular.

Por eso no queremos terminar el reto con el del año pasado. Queremos volverlo a iniciar porque es un reto de cada año; y mi anhelo y el de todas nosotras en el ministerio, es que las mujeres que nos siguen se conecten la Palabra de Dios así como escuchan el audio del programa cada día, pero que se conecten a la Palabra que es la fuente principal donde ellas pueden ir cada día de su vida a buscar lo que solamente la Palabra les puede dar.

Elba: Amén. Y en el programa pasado hablamos de escudriñar y Maggie explicaba y hemos insistido una y otra vez que no es solo leer, que debemos profundizar, pero me encanta una frase de Spurgeon que dice que «la Biblia es como un mar que está lleno de perlas, pero las más preciosas están en lo profundo y debemos sumergirnos a buscarlas», y este año es una invitación. 

Leíste la Palabra el año pasado, pero este año ya tiene nuevas perlas, perlas más hermosas para nosotras, y lo que un pasaje te dijo en un momento puede tener un significado más apropiado para ti, quizás en lo que estás viviendo, en la revelación que Dios te da de Él mismo. O sea que, la Biblia es una revelación constante de un Dios eterno que se revela a través de Su Palabra. Así que es hermoso poder compartir este año con ustedes nuevamente.

Laura: Así es. Debemos leerla, releerla, releerla y volverla a leer. Reflexionar en ella, meditar en ella, y muchas veces –yo sé que ustedes estarían de acuerdo conmigo– somos ávidas lectoras, pero leemos libros sobre cómo ser una mejor mamá, cómo tener un mejor matrimonio, cómo cambiar a mi esposo, cómo criar a mis hijos, y todo eso está muy bien, pero al final si no somos lectoras de las palabras del mismo Dios, no tendremos la sabiduría que necesitamos por más libros que leamos. Así que es leerla, creerla, abrazarla, amarla y vivirla, ponerla por obra.

Y es necesario hacer tiempo y orar a Dios, «Señor dame esa sed, yo quiero sed de ti, de Tu Palabra y de ti, de Tu sabiduría; y Dios lo va a cumplir porque ese es un deseo de Su corazón. 

Maggie: Para mí el reto ha sido una bendición. Ha sido un reto leer, un reto escribir, un reto mantenerme, pero la vida cristiana es un reto, y hoy más que nunca nosotros estamos viviendo en una generación donde de verdad yo nunca pensé ver lo que mis ojos están viendo y oír lo que mis oídos están oyendo.

Nosotras tenemos tres millones quinientos sesenta y seis mil cuatrocientos ochenta letras que el Señor dejó en Su Palabra para que nos artillemos, porque definitivamente por lo que estamos viendo, el día de la redención está más cerca que el día en que creímos y he pensado muchas veces qué nos costará a nosotras sufrir por Jesucristo; porque las cosas se están poniendo o blanco o negro y tú vas a tener que tomar la decisión.

Entonces, lo único que a nosotras nos puede fortalecer, animar, dar esperanza, aunque todo esté oscuro es Su Palabra. Creo que hoy en día hay muchos cristianos débiles o nosotras podemos caer en debilidad porque no somos mejores que nadie, porque quieren conocer la Palabra de Dios, pero no quieren conocer a fondo el corazón de Dios; y para eso se necesita tiempo y se necesita no ser superficial sino darles mente a las cosas

Y creo que si nosotras no nos saturamos de la Palabra de Dios, cuando nos llegue de golpe lo que viene por ahí, nosotras no vamos a tener la suficiente fortaleza, entonces ese tesoro hay que irlo guardando, ese arsenal para esta batalla hay que irlo guardando para entonces poder presentar con mansedumbre defensa de esa fe que nosotras tenemos.

Yamell: Y yo quiero agregar a eso que decías, Maggie, y todas han puntualizado y han apuntado a lo que queremos hacer este nuevo año, y es el profundizar, eso es lo que queremos. No queremos quedarnos solamente en la superficie, es ir más allá y algo que a mí me ha pasado particularmente, era como decía Elba, cosas que yo sabía pero no recordaba. Vi detalles nuevos, vi cosas diferentes, pude hacer conexiones diferentes, aprendí a saborear y apreciar tantas verdades, como Su gracia, Su amor, Su misericordia y Su paciencia sobre todo, para con mi propia vida.

Cosas que se supone que uno sabía, que ya había aprendido. Saber las cosas desde una perspectiva diferente, por situaciones como decía Elba, de que nos encontramos en etapas diferentes. Entonces yo creo que así como fue un año atípico, igual no sabemos lo que va a pasar este nuevo año, pero es importante el profundizar, y entonces, conservar ese hábito que ya adquirimos –o como decía Elba, personas que nunca habían leído la Biblia completa– pero es no dejarlo.

Hay otros hábitos dónde se puede profundizar, hay otras cosas que queremos ir más allá y hay múltiples formas. Nosotros no vamos a hacer aquí ahora un molde de galletitas –como dicen en inglés– y que todo el mundo tiene que hacerlo igual, porque lo que funciona para mí tal vez no funciona para ti y viceversa. Pero sí, definitivamente, el poder desarrollar hábitos y yo sé que Laura tiene algunas cuantas cosas en ese sentido de cosas prácticas, yo he copiado muchas de las cosas que Laura ha hecho y también de lo que Maggie hace.

Y creo que sería bueno en este momento hablar un poquito de cómo desarrollar esos hábitos, o qué cosas podemos hacer de forma práctica para implementar este nuevo año, en este nuevo camino, el profundizar en la lectura de la Palabra de Dios.

Laura: Para las que se van a unir, es muy importante cultivar el hábito, porque no es algo que se da automáticamente por nuestro pecado, como hablamos al principio en los programas pasados, por las distracciones que hay, por cómo nos desenfocamos, por cómo comemos chatarra en lugar de ir a la Palabra. Entonces es necesario cultivar el hábito y nada es más importante.

Como a mí me ha funcionado, es lo primero en la mañana. No esperar que el día arranque para entonces al final del día, ya cansada y con sueño, tratar de leer la Palabra. Sino lo más importante es lo primero en el día y lo más importante es estar con el Señor –y me encanta el ejemplo que vemos en Jesús y lo leemos en Marcos– que se levantaba temprano. Dice que aún cuando era de noche se iba a un lugar solitario a orar y a hablar con Su Padre.

Y si eso era Jesús, el Hijo de Dios, que tenía que hacer eso, qué nos queda a nosotras pecadoras débiles, como si pudiéramos ir nosotras por el día en nuestra propia sabiduría y prudencia. Necesitamos oír de nuestro Padre cada día. Busca una hora del día y un lugar en tu casa, si es en la mañana que sea cada día a la misma hora. Me encanta Isaías que dice, «mañana tras mañana me despierta, despierta mi oído para escuchar como los discípulos».

Oremos por eso, que el Señor nos despierte; cuando no nos despertamos, que sea el Señor que nos despierte para ir a Su Palabra. Y quizás tenemos que hacer arreglos la noche antes. No podemos irnos a dormir a las 2 de la mañana porque nos queremos levantar. Así de importante es ir a la Palabra, hacer todos los arreglos que podamos para que ese tiempo no se comprometa, porque es importante. Entonces, hacerla un hábito cada día a la misma hora. En segundo lugar, seguir un plan. Leer sistemáticamente porque cuando nosotros leemos, «ay sí, hoy tengo deseos de leer Juan», «hoy tengo deseos de leer un salmo porque me siento triste». No ir así a la Palabra, sino seguir un plan. 

Tenemos el plan de Mujer Verdadera 365, pero si van al internet y buscan planes bíblicos para leer la Biblia lo van a encontrar, y entonces eso te ayuda a ir sistemáticamente a través de la Palabra. Entonces cuando ya estés leyéndola, hacerle preguntas al texto. Leerlo quizás varias veces. Es mejor hasta leer pequeñas porciones, si eso es lo que tú tienes tiempo de hacer, que tratar de abarcar mucho y quedarte en la superficie.

A mí me ha funcionado la porción que hacemos para leerla en un año, que son como tres capítulos, a veces dos. Entonces leer eso y hacerle preguntas al texto. ¿Qué me enseña ese texto acerca de Dios? ¿Qué me habla del carácter de Dios en esto que leí? ¿Qué quiso decir el autor en ese momento para ese pueblo, pero qué enseña acerca de Dios y Su carácter? ¿Qué enseña acerca de Jesús, dónde veo a Jesús aquí? ¿Qué me enseña acerca de mí, de mis pecados? ¿Qué promesas hay para mí que puedo orar a Dios? ¿Qué mandamientos hay que debo obedecer o que quizás estoy en desobediencia? ¿Qué ejemplos hay ahí? ¿Qué pecados me está diciendo ahí? 

Como dice Santiago, que es como que nos paramos en un espejo, tú te levantas en la mañana, te pones en el espejo de la Palabra y te miras. Entonces hay algo que la Palabra te dice acerca de ti que tienes que corregir, luego que tú hagas todas estas preguntas acerca de la idea original del autor y del contexto. Y entonces aplicar esa palabra, y luego por supuesto tener un tiempo de reflexión.

No es solamente leer, cotejé, leí, ya. No, reflexiona. Quédate con un versículo. Quédate con ese versículo que más te habló, que más te ministró, que más te trajo convicción, que más te asombró acerca de Dios. Escríbelo. Quédate ahí pensando y pensando. Llena tu mente con eso. Quédate con eso en ese día.

Otros recursos, después que ya tú lees y meditas. Yo tengo un diario donde escribo las cosas que Dios me mostró, donde confieso mis pecados, donde escribo mis oraciones. Entonces lleva tu diario, pero también, si tienes el tiempo, ve a otros recursos, ve a una Biblia de estudio y ve qué comentarios puedes encontrar que te ayuden y te traigan luz sobre un pasaje que quizás no entendiste o que quizás te amplíen un poquito lo que tú captaste, y entonces ora, ora eso que Dios te mostró.

Hablábamos hace poco, las hermanas de Aviva, que a veces oigo mujeres que dicen, «yo oro todos los días. Yo me levanto y me tiro de la cama y caigo de rodillas a orar», pero esa mujer no está en la Palabra, entonces mi pregunta para esa persona es, ¿qué oras? Tus luchas, tus ideas, tus necesidades, todo eso está bien y hay lugar para eso en la oración, pero la gasolina de tu oración, lo que debe motivar tu oración es lo que Dios te ha hablado a ti; porque eso, tú sabes que está orando la voluntad de Dios. Entonces, es muy importante a la hora de orar, orar acerca de lo que Dios te ha mostrado.

Ese día que yo decía que me sentía descontenta y Dios me habló así, mi oración fue, «Señor, sáciame, sáciame de ti, de Tu amor, de Tu misericordia, porque yo estoy buscando saciarme de otras cosas». Entonces eso es lo que debe dirigir nuestra oración. No sé si alguna de ustedes tiene alguna otra cosa que agregar acerca de hábitos.

Elba: Me encanta eso que mencionas de último, Laura, de la oración; porque algo que ha impactado mi vida es orar la Palabra. Y un libro que hemos recomendado y quisiéramos seguir recomendando es el de Donald Whitney, Orando la Biblia. ¿Por qué? Porque él dice que cuando vamos con nuestras oraciones por nosotras, que son, «muy bien, Señor, tengo este problema, Tú lo sabes todo, mira esta necesidad, mira mi hijo…», estamos siempre diciendo las mismas cosas con las mismas palabras; pero cuando vamos a la Palabra le estamos llevando al Señor Su Palabra y la estamos dejando delante de Su trono, y eso va moldeando nuestro corazón conforme a Su voluntad.

Así que no solamente leemos la Palabra en el devocional, debemos meditarla –como tú decías– y orar conforme a Su Palabra. Y definitivamente no todas estamos en la misma etapa de la vida y muchas comentan que van atrasadas, por eso mismo. Y no importa si tú eres la mamá de un bebecito de días o de meses, tú puedes orar y aún escuchar la Palabra en audio mientras estás lactando. O sea, la Palabra está ahí para nosotros.

He tenido etapas en mi vida donde he batallado con migrañas muy fuertes y no he podido leer por mucho tiempo. He tenido que usar el audio, la Biblia en audio. Y les confieso que le ha dado un nuevo frescor. Porque a veces cuando leemos nuestros ojos se posan en las letras y como que ya se vuelve muy familiar. Cuando escuchas, a veces tienes que poner mucha atención y eso para las mamás de bebecitos o alguien que esté en cama por una enfermedad o alguien envejeciente que no puede leer es un recurso invaluable.

Pero al final es lo mismo, es leer o escuchar la Palabra meditarla y orarla. Y eso transforma nuestra vida.

Laura: Así es, Elba y oyéndote hablar, me pongo a pensar por ejemplo, un momento de mi vida que yo esté temerosa o que piense, «estoy confundida no sé qué hacer»; fíjate, si yo voy a Salmo 23, «Señor, tú eres mi pastor, yo no tengo nada que temer. Estoy confundida en el camino pero Tú eres un pastor fiel que va delante de mí, que me muestra el camino. Tú me dices que nada me va a faltar.

La oración tiene que recordarnos las promesas de Dios y las verdades de Dios porque muchas veces nos quedamos en la oración con nuestra necesidad, lo cual está ahí, somos humanas. Pero si no vamos a la promesa es como cuando oramos, «Señor, perdóname». Es que ya el Señor me perdonó. Es, «gracias Señor porque Tú me perdonaste, porque Tú sabes que soy polvo, porque Tú sabes que voy a pecar, pero tú me has perdonado en Cristo».

Entonces como que sea esa Palabra y esas verdades informando mis oraciones. Y claro, como el salmista, yo voy a traer mis oraciones. Pero fíjate que el mismo salmista empezaba con su duda, con su temor y al final él terminaba con la perspectiva de Dios…

Yamell: …hablándole a su alma, diciéndole y enfocándola. Ahora cuando tú mencionas Laura el temor, aquellas de nosotras que luchamos con temor, ansiedad, depresión, muchas de esas cosas, también es importante en esos momentos recordar la Palabra de Dios, porque eso es lo que te va a hacer enfocarte donde tienes que poner tus ojos. O sea, no en el problema, no en el temor. No es restándole importancia, sino es hablándole a mi alma. Eso que tú dices Laura, a mí me encanta eso de los salmos porque te derramas y dices, «me siento así, me siento asá», pero al final qué le dice, «alma mía descansa en Jehová. Pon tus ojos en Jehová». La oración, cuando oramos de una manera así como decimos, tú le informas a tu alma, tú le informas a tu corazón, y esa es la forma en la que vas a calmar lo que estás pasando en ese momento.

Y es la forma también de cambiarte a ti. Y eso nos dice Romanos, «renueva tu mente». Pero voy a renovar mi mente a través de la Palabra de Dios. Creo que eso es súper importante el que el que lo hayas mencionado.  Maggie, ibas a decir algo.

Maggie: Yo iba a agregar que a mí me ha sido de mucha utilidad, no solamente tener varias versiones de la Biblia, eso es bueno, sino también tener un diccionario bíblico, y tener mi amado diccionario Strong, porque ahí cuando tú buscas esa palabra en ese versículo es como que tú ves la palabra a color. Les voy a dar una muestra porque Laura trajo a colación el Salmo 23 y en esos 6 versículos, aparecen seis nombres del Señor.

Aparece el nombre Jehová Rohi, Jehová Yireh, Jehová Shalom, Jehová Rafa, Jehová Tsidkenu, Jehová Maccaddeschem. Cuando ves todos esos nombres usados en un texto tan corto y lo que significa cada uno, de verdad, amadas hermanas, es para brincar de alegría, de gozo, porque el Dios que nosotros tenemos es un Dios maravilloso que lo abarca todo. Entonces de verdad ¿qué queremos? Que vean la Biblia a colores y en la magnitud con que Dios quiere que la veamos, porque en la medida que hagamos eso, nosotros vamos a crecer no solamente en Su conocimiento sino en un estilo de vida de adoración, porque de la abundancia del corazón habla la boca. Entonces ¿qué es lo que nosotros queremos? No tener mucho conocimiento, queremos tener un estilo de vida que proclame a aquellos que no creen, esa mujer tiene algo diferente y cuando vengan a preguntarnos, nosotros decirles, «mira lo que nosotros tenemos aquí, a ese gran Dios, a esa Palabra». 

Y eso es lo único que te puede dar la esperanza, la salida, la solución, todo lo que tú necesitas.

Patricia: Amén Maggie a todo eso que dijiste. Yo tengo una pregunta, muchas de nosotras que ya hicimos este reto, que corrimos esta carrera, estamos listas para iniciar otra vez con todo el ánimo. Es más, con más ánimo que el año pasado. Pero yo quisiera que una mujer que nos escucha hoy, que no tiene ni idea de lo que sucedió con el Reto Mujer Verdadera 365, que ustedes le expliquen cómo se acerca a todo esto que estamos hablando, y cómo dice, «bueno me pongo mis zapatos y voy a comenzar a correr con este grupo de mujeres que van a volver a leer la Biblia entera en este año 2021.

Laura qué le dirías a esa mujer que escucha hoy por primera vez.

Laura: Bueno, le diría primero que tenemos esta Biblia disponible, Biblia devocional Mujer Verdadera, pero que para unirse al reto simplemente tiene que pedirle a Dios sed e iniciar su hábito. Y puede usar cualquier Biblia que ella tenga a mano. En la página avivanuestroscorazones.com, ella va a encontrar los recursos y las indicaciones que necesita para unirse al reto.

Algo importante que quisiera decir, que a mí me ayudó y me ministró mucho este año que pasó, es que cuando yo sé que otras mujeres alrededor del mundo están leyendo lo mismo que yo estoy leyendo, que estamos unidas, eso me inspira a seguir. Entonces las animo a formar un grupo de WhatsApp o un grupo en su iglesia o un grupo por Zoom, donde se reúnan con otro grupo de mujeres que estén leyendo la Palabra, y compartan lo que Dios les está mostrando, lo que van aprendiendo. Porque es maravilloso.

La vida cristiana se vive en comunidad. Hay una parte de leer la Escritura nosotras solas que es importante, pero qué bueno poderla comentar con otros y poder ser animadas en esa carrera. Así que simplemente necesitan una Biblia, quizás un diario si quieren escribir sus notas, y si quieren ir más profundo un diccionario –como decía Maggie– un comentario.

Pero al final, lo básico es una Biblia, quizás lápiz y un diario, y tiempo y hambre para estar en la Palabra y seguir juntas por este camino, y visitar avivanuestroscorazones.com porque ahí van a poder encontrar otros recursos que les van a ayudar a hacer este reto.

Patricia: Amén. A mí también me estimula saber que hay otras leyendo y corriendo junto conmigo aunque yo no las vea. Somos como un gran ejército que estamos enfocadas en la misma dirección y eso es maravilloso

Laura: Así que queremos animarte a ti qué escuchas, si no estuviste en el reto del año pasado, te animamos a hacerlo este año junto con nosotras y con miles de mujeres alrededor del mundo. Así que las animamos a unirse al reto, a unirse a otras hermanas, a animar a otras hermanas a hacerlo con ustedes, y a proponerse estar en la Palabra cada día. Aunque no lo hagan en un año, esa sería la meta, pero si no, pueden ir en pocas porciones a la vez; la cosa es estar en la Palabra de Dios y el hambre va incrementando a medida que nos exponemos porque vamos conociendo este Dios que nos asombra y queremos conocerlo más y más y más. Y esa hambre nunca se sacia porque nos sacia de una manera pero por otra no nos sacia porque queremos más y más y más.

Patricia: Y yo quiero animarte, si estás en algún punto en tu lectura bíblica –es una sugerencia pero es con el ánimo de animarte a que salgamos juntas– ahora, hoy, día primero de enero vamos a salir juntas en Génesis 1, con este ejército de mujeres que va a correr esta carrera hasta diciembre, donde vamos a ver toda la Biblia otra vez completa de tapa tapa, porque así vas a poder no solamente leer la porción que está asignada, sino que vas a poder leer el devocional y vas a poder leer los comentarios de otras mujeres.

Y así somos parte –todas– de ese ejército que va a correr. Y es nuestro deseo que se haga realidad en nosotras lo que dice colosenses 3:16: «que la palabra de Cristo habite (more) en abundancia en vosotros con toda sabiduría, enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones». 

Maggie, a la luz de todo esto que hemos hablado y de este nuevo año que inicia y de la belleza de nuestro Dios y de ese tesoro de esa Palabra que nos ha dejado, ¿podrías por favor despedir este programa con una oración? 

Maggie: Claro que sí. Oremos. Señor alto y sublime, alabado sea Tu grande y Tu poderoso nombre. Alabada sea Tu persona, Tu carácter, Tus obras y Tu Palabra. Alabada seas bendita Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hasta aquí oh Señor Tú nos has traído, y sabemos oh Señor, que hasta el fin nos llevarás. Tú nos has hecho pasar por aguas muy turbulentas durante el año 2020, donde hemos visto muchas aflicciones, muchas pruebas, muchas muertes, muchos dolores, muchas pérdidas económicas. 

Pero hay algo que Tú nos has dejado bien claro, es que a pesar de todo Tú eres el Altísimo que gobierna sobre todas las cosas y Tú eres quien sostiene, no solamente al mundo sino la historia de toda la humanidad. Qué tranquilidad trae esto a nuestras almas. Algún día en Tu casa moraremos por largos días. Gracias Señor, por este Reto de Mujer Verdadera 365. Gracias por cada una de las mujeres a las cuales Tú moviste a escribir estas meditaciones. Gracias por todas aquellas que han llevado a cabo este reto. Gracias por todas aquellas que han tomado de su tiempo para hacer comentarios edificantes.

Oh Señor, continúa bendiciéndonos con Tu Palabra en este próximo año 2021. Queremos ponerlo en Tus manos. Pero queremos y rogamos que en este nuevo año 2021, veamos más y más la hermosura de nuestro Señor Jesucristo, porque Él es nuestro camino, la verdad, la vida. Es el Señor, el amo, el maestro, el profeta, el sacerdote, el abogado, el Salvador, la raíz, el pan que nos sustenta, nuestro pastor, la vid verdadera, nuestra agua, nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación, nuestra redención, nuestro sanador, nuestro amigo, nuestro hermano.

Es un privilegio tan grande que tenemos, ser hijas tuyas, que nosotras queremos que todas las mujeres rebosen de alegría aún en medio de circunstancias adversas; y el deseo que consume nuestro corazón es que Tu obra sea avivada en medio de estos tiempos tan oscuros, sabiendo que la redención está más cerca del día en que nosotras creímos, y que pronto esa estrella resplandeciente de la mañana, ese sol de justicia, aparecerá y nos llevará a vivir a aquellos cielos y tierra nuevos, donde morará la perfecta justicia porque el justo será el Rey de reyes y Señor de señores. 

Ven y bendícenos de una forma especial y extraordinaria a lo largo del 2021, y guárdanos fieles hasta el último aliento de nuestra nariz. En el dulce y poderoso nombre de Jesús oramos estas cosas. Amén y amén. 

Annamarie:Has estado escuchando a Patricia de Saladín, Laura González, Elba de Reyes, Margarita de Michelén y Yamell de Jaramillo. Ellas te han animado a profundizar en la Palabra de Dios. No a almacenar información acerca de la Biblia, sino a vivirla y que esta afecte cada una de tus decisiones de modo que camines en la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.

Hoy escuchaste mencionar el Salmo 23; este es un salmo que casi todas nosotras hemos oído. En nuestra próxima serie Nancy nos llevará versículo a versículo, apuntándonos a Cristo como el Buen Pastor que provee para cada una de nuestras necesidades y que nos da esperanza para el futuro. Acompáñanos para esta próxima serie de Aviva Nuestros Corazones.

Creciendo en la Palabra de Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Te recordamos que la lectura bíblica para hoy es Génesis capítulos 1 al 3.

Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.

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Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 2

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Crezcamos juntas en la Palabra de Dios

Dic 30 – Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 2

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/crezcamos-juntas-en-la-palabra-de-dios-dia-2/

Annamarie Sauter:Con nosotras Laura Gonzalez de Chavez.

Laura Gonzalez de Chavez:La Palabra de Dios es es un banquete, es un banquete diario del cual comemos y bebemos hasta que seamos saciadas, ya no tenemos que ir a buscar más nada ni siquiera otros recursos ni un blog ni un podcast.

Annamarie:Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

Aquí está Patricia para dar inicio al programa de hoy.

Patricia de Saladín: La lectura para hoy en el Reto Mujer Verdadera 365 es Apocalipsis capítulos 20 al 22. ¡Hemos llegado al último día del año! 

Esta es nuestra última lectura de este año. Hoy estamos celebrando que hemos llegado a la meta final. Algunas comenzamos a correr desde enero del 2020; pero si tú eres de las que te uniste en marzo en junio o recién te uniste ahora a fin de año, ¡felicidades!, porque el fin de esto es que crezcamos en el conocimiento de Cristo a través de Su Palabra, y que atesoremos esa Palabra en nuestros corazones.

Y yo no sé tú, pero siento que ya he llegado a esa meta final donde extiendo mi pecho, corro y corto esa cinta con mi cuerpo, de haber corrido una carrera de maratón, una carrera de larga distancia. Un maratón es un recorrido donde la persona que lo emprende se reta a sí misma y descubre su fortaleza mental, espiritual. 

Pero en nuestro caso Dios nos ha ayudado a desarrollar nuestros músculos espirituales y a disciplinarnos para la piedad, y estamos tan entusiasmadas por lo que Dios ha hecho y por lo que hará en nuestras vidas, en la medida en que atesoramos Su Palabra en nuestros corazones. Y ayer dimos inicio a una conversación en la que comenzamos a hablar acerca de este Reto Mujer Verdadera 365 y lo que ha significado para tantas de nosotras.

Cómo hemos visto la fidelidad de Dios, bendiciendo un proyecto que parecía tan ambicioso. Y hoy continúan conmigo Elba de Reyes, Yamell de Jaramillo, Margarita de Michelén y Laura González de Chávez.

Saludos otra vez y encantada de estar aquí con ustedes en este último día del año 2020. 

Elba de Reyes:¡Wow! Qué bendición estar aquí, Patricia y todas las demás, es un regalo del Señor poder abrir los brazos y llegar a la meta.

Margarita de Michelén (Maggie):Puedo decir, Ebenezer, hasta aquí nos ha traído el Señor. Gloria a Dios por eso, por este gran privilegio de poder participar de este hermoso reto junto a mis hermosas y amadas hermanas.

Laura: Así es, qué gozo seguir hablando de este tema que nos apasiona, y hablar de las obras portentosas de Dios en este año.

Yamell de Jaramillo:Amén.Feliz de estar aquí y sí, de haber llegado como dice Patricia, a la meta con un año tan interesante como lo fue el 2020.

Patricia: Y en esa carrera hubo trayectos llanos, pero por lo general el trayecto estuvo escabroso, hubo colinas, valles, terreno rocoso, pero corrimos como dice Hebreos, corrimos la carrera con fidelidad, puestos los ojos en Jesús.

Saben que nosotros vivimos en una era que podríamos llamar espiritual, donde las personas se vuelven, no necesariamente a Dios, sino a todo lo que es espiritual. Y entonces a eso se le suma que vivimos en una era de mucha prisa; la vida es una vida deprisa. A pesar de que la pandemia nos ha detenido, encontramos formas de vivir ocupadas y muy ocupadas, ajetreadas.

Y cuando finalmente nosotras como mujeres estamos tranquilas, entonces usamos los teléfonos, las computadoras, las redes, Facebook, Twitter, Instagram, los blogs, los chats, y hoy estamos inundadas para que no tengamos lo que se conoce como una vida contemplativa, un tiempo de quietud. Y la mayoría de nosotras podemos decir que somos cristianas pero, sí somos honestas, la mayoría debe reconocer que hay algo que no anda bien con lo que decimos que somos, y nuestra relación con Dios y Su Palabra.

Y este reto de Mujer Verdadera está diseñado para recuperar, para volver y recuperar ese tiempo que nosotras necesitamos con Dios en Su Palabra, con nuestro Señor Jesucristo. No podemos ignorar los enemigos que tenemos que nos empujan, Satanás nuestro propio corazón, el mundo, las influencias. Nosotras queremos tener devocionales significativos pero qué me dicen ustedes, yo quiero que traigamos aquí sobre la mesa todas las cosas que hemos enfrentado y que enfrentamos, aun queriendo de todo corazón hacer fielmente ese reto.

Laura: Patricia, yo creo que bien dice dijiste que estamos viviendo en una época de una increíble distracción, a veces es difícil hasta enfocar nuestros pensamientos en una tarea porque, si no suena el teléfono, es alguien en un chat, que si un texto, que si un email, que si un blog, que si un programa. Ahora hay podcast sobre todo tema. Ya la verdad es que hay como una sobreinformación y nos cuesta mucho trabajo concentrarnos en lo verdaderamente importante.

En mi caso particular, recuerdo cuando me convertí, hace como 20 años, no existían muchas de estas cosas y quizás eso me ayudó a crear el hábito de estar en la Palabra, al punto, que hoy con las distracciones que hay, puedo ponerlas a un lado –y les tengo que confesar que me da trabajo– las tengo que poner a un lado para concentrarme en lo que estoy haciendo que es estar en un tiempo a solas con Dios en Su Palabra para que Él me hable y para que Él me guíe, para que Él ordene mis prioridades, para que Él me recuerde quién es Él, para que me recuerde quién soy yo, para que me recuerde quién soy en Él, y eso es algo que tenemos que buscar intencionalmente.

Recuerdo cuando me convertí, muy a principios de mi conversión, hubo un versículo que me retó que dice, «acérquense a Dios y él se acercará a ustedes» (Sant.4:8). Y recién convertida Dios me dio esa sed tan grande que yo tenía de conocerlo a través de Su Palabra.

Yo sabía que era importantísimo para mí estar en la Biblia porque si no yo no iba a conocer este Dios que se había revelado a mí. Inmediatamente la comencé a leer tapa tapa y cada año lo he hecho, pero yo puedo entender que es un reto hoy en día con tantas cosas y tantas distracciones y todo es obra del enemigo que no quiere que nosotras estemos ahí en esa fuente que es la Palabra de Dios, que es viva, que es eficaz, que es más cortante que cualquier espada de dos filos, que nos penetra los pensamientos y el alma.

Entonces claro que el enemigo va a poner todo tipo de obstáculos para que no estemos en ella.

Elba: Así es. En mi caso yo puedo compartir que aunque me convertí hace unos 35 años y tenía una excelente iglesia y sólida instrucción, quizás no había nadie que caminara junto conmigo los primeros días y no tuve esa convicción como tú Laura de leer la Biblia de tapa tapa. Sí me levantaba cada día temprano, sí pasaba un tiempo con el Señor, pero quizás me concentré en el Nuevo Testamento –por eso de que te dicen, «comienza por Mateo o comienza por Juan»– y entonces yo entendí que la Biblia podía ser como fragmentada y que yo podía tomar una parte y concentrarme en ella y luego volver a otra.

Años después empecé a leerla de tapa tapa, pero lo quiero compartir porque leyendo los comentarios y contestando muchas veces, he encontrado mujeres que confiesan que tienen 15 años, 10 años, 20 años, y nunca han leído la Biblia de tapa tapa. Qué bueno que este año te has animado; qué bueno que ahora Dios te ha dado la convicción de que la Biblia es un solo libro –si bien son todos estos libros recopilados juntos– pero es un todo, que ya como hablamos antes, empieza en Génesis y culmina en Apocalipsis.

Así que, qué bueno.

Laura: Así es. Imagínate que compras una novela y dices, «voy a leer primero el capítulo 5 y voy a leer el capítulo 10». No puedes hacer eso porque te pierdes de toda la narrativa y de la historia de la novela. Este es el libro que Dios dejó para nosotros y leer un texto o un o un texto aislado en Facebook, por más por más que te traspase, no es suficiente leer un texto o un salmo o un proverbio, sino que hay que leerla toda, conocer toda la historia, zambullirse en la historia bíblica, conocer la narrativa de principio a fin para poder conocer a Dios, cómo Él piensa, para que nuestro entendimiento sea informado con los principios bíblicos para que podamos tener una mente bíblica, y caminar de una manera que agrade a Dios para tomar decisiones, para interpretar los tiempos.

No podemos hacer nada de eso leyendo un versículo aquí y allá, o abriendo la Biblia al azar para ver qué Dios me tiene que decir, eso es como horóscopo casi, y esa no es la intención de la Biblia. La intención de la Biblia es conocer a Dios desde el principio hasta el fin, y que nuestra mente sea informada y podamos ir adquiriendo la mente de Cristo, y eso no se hace leyendo un capítulo o un libro solamente.

Yamell: Ahora que mencionas eso, Laura, y escuchándolas hablar, pienso que lo importante es conocer a Dios, conocer Su carácter. ¿Para qué? Para que de esa manera podamos vivir lo que nos dice la Palabra de Dios. O sea, mientras yo más me acerco a Dios a través de diferentes disciplinas que que conocemos, pero es a través de Su Palabra, cuando yo digo que la Palabra de Dios me limpie, entonces voy a poder reflejar al mundo Su carácter, y entonces voy a poder servirle mejor a Dios.

Laura: Conozco personas que se memorizan la Palabra y se memorizan un libro completo; pero a la hora de hacer una decisión, ellas no conocen los principios bíblicos, la mente de Cristo, la sabiduría de Dios, porque muchas veces van a la Palabra y recuerdan un versículo –lo cual es muy bueno, cuando uno memoriza y está en temor, uno recuerda un versículo que vuelve a enfocar tu mente en la verdad para huir de la tentación o algo así– eso está excelente, pero no es solamente eso, es conocer todo el consejo de Dios para aplicarlo a mi situación particular.

Eso requiere conocer el consejo completo, no solamente un versículo aislado.

Yamell: Y eso que tú dices Laura, conectando con lo que mencionaba Elba y conectando con el programa de ayer, lo que hablamos de ver a Cristo en todas las Escrituras, pienso en Levítico con Gálatas, por ejemplo. Esa conexión que tú puedes hacer. Es entender todo el consejo de Dios. He visto personas que dicen, «no, no, no, es que eso es Antiguo Testamento, ya eso no. Yo estoy bajo el nuevo pacto». 

No, tenemos que profundizar y tenemos que ver todo el consejo de Dios.

Maggie: Yo voy a traer dos ejemplos prácticos que vinieron a mi mente mientras las oía hablar. Uno está en Juan 5:39, y como Laura dijo, tenemos que ver el contexto –no solamente del capítulo, sino del libro. En ese contexto de Juan 5, vemos que el Señor sana un paralítico, pero lo sana en día sábado. Qué sucede, los judíos procuraban matar al Señor Jesús. El Señor Jesús, más adelante en los versículos del 19 al 20, establece Su autoridad. Él dice, «yo no vengo a hablar por mi propia cuenta sino que yo vengo hacer lo que el Padre me dice que yo debía hacer. Yo hago lo que mi Padre hace».

Y vemos también más adelante, como Juan el Bautista da testimonio de Jesucristo, y ese testimonio de Cristo eran Sus obras y Sus milagros. Pero qué sucede, los judíos tenían a la mano las Escrituras y el Señor les dice lo siguiente –y me encanta la ironía con que el Señor dice este pasaje. Dice así la Palabra de Dios: «También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí». El Señor les está diciendo, «ustedes parece que escudriñan las Escrituras, parece que conocen la Escritura, pero aquí estoy yo, el Mesías prometido y ustedes no se han dado cuenta de que yo soy ese Mesías prometido.

Ellos escudriñaban las Escrituras, investigaban las Escrituras. Pero llegó el tiempo y las Escrituras les pasaron por encima y no se dieron cuenta quién les estaba hablando. Sin embargo, en el segundo ejemplo que está en Hechos 17, nosotros vemos que los bereanos «eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando las Escrituras para ver si estas cosas eran así» (v.11). Este verbo escudriñar es interrogar, investigar, determinar, preguntar, discernir, examinar.

Y ese es el espíritu que nosotras deseamos transmitir a las hermanas oyentes. Examinen, escudriñen las Escrituras. Las Escrituras no fueron –es verdad que hay pasajes complejos– pero con la ayuda poderosa del Espíritu Santo, Él nos hará entender todas las cosas. Lo primero que tenemos que hacer es ir a la Palabra y dejar que ella nos hable. Si no entendemos algo, entonces podemos buscar las herramientas necesarias; pero la Biblia habla, habla por sí misma y realmente estos bereanos nos dejan un buen ejemplo. 

Ellos verificaron eso que oyeron abriendo las Escrituras, y aquí vemos dos formas de escudriñar, una que te llena el intelecto y te pasa la verdad bíblica por encima, y otro escudriñar que te lleva a eso que decía Patricia, de bajar ese conocimiento a la práctica, de modo que nosotros llevemos una vida consecuente entre lo que decimos creer y la forma en que vivimos.

Patricia: Amén. Y hablando de eso, Elba, también tú tienes el testimonio de muchas de esas que están corriendo, que ya corrieron que se van a volver a unir y van a seguir corriendo, y quizás quieras compartir alguno.

Elba: Claro que sí. En lo personal, me ha pasado que habiendo leído la Biblia de tapa a tapa anteriormente, cómo les ha pasado ustedes, yo no la había leído con otra nube de testigos junto conmigo, con tantas personas que no conozco y que se han vuelto familiares; o sea, sus comentarios cada día edifican mi alma. Ver cómo Dios ha ido trabajando en sus vidas y cómo empezaron leyendo quizás más informativamente. Luego abriendo sus corazones delante de todas las demás y puedo decir por ejemplo, aquí hay un testimonio en un momento que decía, «cómo me quebranta e impresiona conocer más y más los atributos de Dios, que lejos de ser crueles aún en apariencia, no solo son justicia sino en verdad una muestra de Su misericordia». 

Y ella pone muchas lágrimas llorando y dice, «mi corazón llora de agradecimiento aun en reconocimiento de mi maldad, pero viendo Su misericordia para hablarnos hoy a través de sus escritos». Otras hablan de cómo por primera vez ven ese carácter de Dios, esa justicia de Dios, pero esa misericordia también, y cómo su vida ha sido transformada. Y yo, leyendo la Palabra y leyéndolas a ellas, he sido transformada también. Me ministra, me edifica, me redarguye muchas veces ver su quebrantamiento, y quizás yo no estoy igual en este momento o en ese punto, pero ha sido una bendición.

Así que las animo, no solamente a leer la meditación, sino aún los comentarios con los que estas hermanas edifican nuestras almas.

Laura: Así es, y participar con sus propios comentarios, porque como tú dices Elba, uno lee cosas que uno dice: «wow, yo no había visto eso así, qué bien cómo el Espíritu es tan puntual en cada una, que las ministra de maneras diferentes».

Yamell: Y tú sabes que la Palabra de Dios es nuestro espejo. Es nuestro estándar, es nuestro norte, es el manual de vida. Por ende, nosotras no podemos desestimar o pensar que por más sencillo que parezca un tema, que la Biblia no tiene algo que decir. Y yo creo que, si bien es cierto que no voy a encontrar algo así específico con un nombre, sí entiendo que Dios tiene algo que decir con respecto a todas las áreas de nuestras vidas. Y es por eso que debemos conocer en detalle lo que la Biblia dice. No según mi interpretación o mi conveniencia, sino lo que en realidad Dios quiere decir.

Y me gusta eso que mencionabas, los bereanos, porque ese es un ejemplo de que tenemos que ser como ellos. Tenemos que indagar, tenemos que estudiar, ver por nosotras mismas. Orar que Dios nos dé deseo por la Palabra, pero también ver qué tiene que decirme a mí la Palabra de Dios. Y yo creo que la nuestra es una generación que tiene una gran cantidad de recursos ahí, pero es saber cómo usar esos recursos.

Lamentablemente, lo que nos falta es deseo de hacerlo porque recursos tenemos en gran cantidad, colores, materiales, como tú quieras. Vas a encontrar la Biblia física, digital, con marcadores, sin marcadores, o sea, no hay excusa, pero no podemos tampoco dar por sentado y creerme también como tú dices, y conformarme con lo que diga otro. No, yo debo hacer el ejercicio de estudiar por mí misma y a mí me gusta mucho lo que dice el Salmo 119 en uno de sus versículos.

Dice: «Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino» (v,105, NTV). Creo que si quiero saber por dónde debo caminar, mi brújula es Su Palabra. Entonces yo creo que eso es súper importante. Cuando oramos le hablamos a Dios. 

Me encantan los salmos porque para mí ha sido bueno ver cómo el salmista derrama su corazón tal y como lo siente, «me siento así, me siento…» como tú quieras. Eso es la oración, el derramar tu corazón delante de Dios. Le hablas a Dios pero cuando lees la Palabra de Dios, Dios te habla a ti; y es a través de eso que vas a cambiar.

Yo no soy el estándar, el estándar no es otra persona, es la Palabra de Dios y es Cristo. Y digo siempre, aún lo que nosotras estamos diciendo aquí, ustedes mis hermanas que nos están escuchando, están llamadas a buscar la Palabra de Dios y ver que lo que estamos enseñando está alineado con la Palabra de Dios, con el correcto enfoque y la sana doctrina. Hay que ser como los de Berea y profundizar porque hay mucho. 

Laura: Oyéndote hablar, creo que lo que nos falta es hambre, hambre de Dios. Y sí, tenemos hambre, pero buscamos satisfacerla de la manera incorrecta. Porque dice la Palabra de Dios que es un banquete, es un banquete diario del cual comemos y bebemos hasta que seamos saciadas. Ya no tenemos que ir a buscar más nada, ni siquiera otros recursos ni un blog o un podcast. Ahora, hay tantos recursos –como tú dices– que muchas veces preferimos ir al podcast aún al de Aviva Nuestros Corazones, y nos quedamos satisfechas con eso. Eso es como ir a un a un lugar donde un banquete maravilloso y yo comerme un pancito, cuando tengo el banquete para mí.

Entonces, cómo no ir a ese banquete diariamente a procurar ese pan que nos sostiene, a esa agua de vida que nos sacia. Entonces nos quedamos en la orillita oyendo algunos podcast aquí y allá, que sí, por supuesto cómo están basados en la verdad nos ayudan, pero nunca será igual que ir a la Palabra de Dios. Buscamos la excusa, «no, porque es difícil de entender, ahí hay cosas que son difíciles», efectivamente, cuando vas a Ezequiel, Apocalipsis, a muchos de esos libros, son un poco difíciles, pero dice Isaías que la Palabra no vuelve vacía.

La puedes leer y quizás no entiendas todo, pero eso no importa tú sigues ahí en fe porque la Palabra va a cumplir el propósito para el cual Dios la envió, y toda Escritura, dice Timoteo, todos los libros, todos los versos, de principio a fin, todos son inspirados por Dios y son útiles para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia.

Me encanta cómo dice Damaris cuando habla del texto que dice, «si yo no estoy en la Palabra no voy a ser enseñada, no voy a ser reprendida, no voy a ser corregida y no voy a ser instruida, porque eso es lo que me instruye». También dice Romanos que el Antiguo Testamento, que muchas, como hablamos ahorita, que hay personas que no lo quieren leer porque, «ay no, eso es como complicado, yo prefiero el nuevo», pero dice que ese libro fue escrito para nuestra instrucción, y para animarnos y darnos esperanza.

Toda toda la Palabra completa es un banquete, tú quieres todo el banquete y eso te sacia. Porque todos tenemos sed, lo que pasa es que la satisfacemos de forma que no nos llena. Entonces, queremos animarlas a que a que vayan a toda la Palabra y la busquen con afán.

Maggie: Amén. Jesucristo mismo citó el Antiguo Testamento una y otra vez. Entonces, si para Cristo el Antiguo Testamento fue importante hacerlo saber, para nosotras también tiene que serlo. Porque es maravilloso ver en el Nuevo Testamento cómo todo el Antiguo Testamento tuvo su cumplimiento. Y eso de verdad, cada vez que tú descubres una profecía y ves su cumplimiento en el Nuevo Testamento, de verdad, de verdad, es para brincar y saltar de gozo y alegría. Y aleluya, gloria a Dios, porque Tú abriste los ojos de mi entendimiento para ver esa verdad y afirmarme más en la fe, porque las profecías lo que deben hacer es eso, confirmar nuestra fe y seguir creyendo en ese Dios que llevará a cabo Su historia hasta el final.

Laura: Yo quiero animarlas, porque así como cuando no comemos comida cuando nosotros pasamos un día de ayuno o cuando tenemos tantas ocupaciones que no podemos comer, nos da dolor de estómago, nos debilitamos, igualmente nuestro espíritu se debilita cuando no estamos en la Palabra. Y como nos recuerda Deuteronomio que dice, «no solo de pan vivirá el hombre, sino que vive de toda palabra que sale de la boca de Dios». O sea, de eso se alimenta nuestro espíritu. Así que no seamos mujeres débiles espiritualmente, no estemos pasando hambre espiritualmente porque hay un manjar disponible para nosotras. 

Annamarie: ¿Te has conformado con estar a la orilla de los tesoros de la sabiduría de Dios, o estás dispuesta a profundizar? Patricia de Saladín, Laura Gonzalez de Chavez, Elba de Reyes, Margarita de Michelén y Yamell de Jaramillo, te han animado a sumergirte en el banquete de la Palabra de Dios. ¿Dirás: «Sí, Señor»?

Mañana ellas regresarán con nosotras para animarnos, no solo a leer la Biblia, sino a vivirla. Te esperamos para este próximo programa de Aviva Nuestros Corazones.

Creciendo en la Palabra de Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de la Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.

Arraigado, Jonathan y Sarah Jerez ℗ 2020 Jonathan y Sarah Jerez.

Permisos de publicación autorizados del Ministerio Aviva Nuestros Corazones para Alimentemos El Alma

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 1

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Crezcamos juntas en la Palabra de Dios

Dic 30 – Crezcamos juntas en la Palabra de Dios, día 1

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/crezcamos-juntas-en-la-palabra-de-dios-dia-1/

Annamarie Sauter:Con nosotras Laura Gonzalez de Chavez.

Laura Gonzalez de Chavez:No se trata de adquirir información acerca de la Biblia, conocer la teología bíblica y conocer todos los detalles teológicos –que sí es importante; lo importante es que nuestros afectos sean impactados porque al final no se trata de información o de almacenar datos acerca de la Biblia sino de conectarnos a Jesucristo.

Annamarie:Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

Aquí está Patricia con nosotras.

Patricia de Saladín:La lectura para hoy en el reto Mujer Verdadera 365 es Apocalipsis capítulos 17 al 19. En cada programa de este año nos has escuchado recordarte las lecturas bíblicas diarias que miles de mujeres alrededor del mundo estamos leyendo juntas.

Y es porque en Aviva Nuestros Corazones queremos dejar un legado—y queremos que tú también dejes un legado, un legado de piedad y de fidelidad. Esto solo será posible en la medida en que crecemos en el conocimiento de Dios a través de Su Palabra. Si queremos que las próximas generaciones también persigan el hábito de tener un encuentro diario con Jesús, debemos buscarle nosotras primero y cultivar una relación personal profunda y vivificante con Él.

¡Él quiere que le conozcamos! Y, ¡Él te conoce y quiere revelarse a ti a través de Su Palabra! Y es por eso que en este año 2020, en enero, comenzamos este reto y te hemos animado a leer la Biblia cada día de tapa a tapa—la Palabra inspirada, inerrante, infalible y todo suficiente de Dios. 

Hoy escucharás una conversación en la que estaremos hablando más acerca de esta carrera que corrimos este año, y de lo que ha significado el Reto Mujer Verdadera 365 en la medida en que nos acercamos al final de este año 2020, al final, a la meta de esta carrera, y damos inicio al año 2021. El día de hoy me acompañan para esta conversación: Elba de Reyes, Yamell de Jaramillo, Margarita de Michelén y Laura González de Chávez.

Bienvenidas todas, qué bueno estar juntas en este programa ahora en este fin de año.

Elba de Reyes:Gracias Patricia, qué bueno estar con ustedes.

Laura: Gracias Patricia.

Yamell de Jaramillo: Gracias.

Margarita de Michelén: Un placer estar con ustedes.

Patricia: Y para comenzar esta conversación quiero darle la palabra a mi amiga, mi hermana, Laura, porque como hemos mencionado anteriormente, este proyecto, este reto, esta carrera, Dios la puso en su corazón junto con esta creación de esta Biblia Mujer Verdadera, y cómo Dios no solamente lo puso en su corazón sino que bendijo mucho más abundantemente de lo que nosotros imaginamos un proyecto tan ambicioso. Entonces, Laura, quiero dejarte la palabra y que oigamos lo que Dios ha puesto en tu corazón.

Laura: Bueno, primero que nada, qué bendición estar aquí al final de este año, que ha sido un año muy especial en la vida de tantos, del mundo entero, y hablar de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas y también de lo que Dios ha hecho través de la Palabra en nuestras vidas. Cuando este proyecto inició en el año 2019 –en nuestra imaginación– que me acuerdo que empezamos a contribuir todas en la Biblia, sabíamos que iba a ser una empresa difícil pero sabíamos que no lo hacíamos en nuestras fuerzas ni con nuestros talentos, sino que íbamos a depender totalmente de la obra del Espíritu Santo y de Su poder dentro de nosotros. Y era un proyecto que iniciamos en fe y realmente es solamente en fe que uno puede completar un proyecto de esta naturaleza. Y tampoco en el 2019, cuando pensamos en hacer esto en el 2020, no nos imaginábamos lo que vendría este año con la pandemia, y cómo Dios detuvo el mundo entero, que eso también yo creo que contribuyó –no sé si ustedes están de acuerdo conmigo– que esto contribuyó a que muchas mujeres tuvieran el tiempo para disponerse a estar en la Palabra, para poder crear el hábito.

Porque sabemos que es un hábito que hay que crear y hay que tener el tiempo para eso. Y Dios detuvo el mundo.

Patricia: Creo que Dios también –no solamente creó el espacio con la pandemia, el aislamiento, el toque de queda– sino que creó la angustia en muchas mujeres de ir y buscarlo a Él desesperadamente, y sabemos que Él se revela en Su Palabra. 

Yamell:Y creo que eso que tú decías, Patricia, esa misma desesperación, esa incertidumbre que trajo esta pandemia –al ni siquiera saber qué esperaba– yo creo que también influyó en eso, en que reconociéramos muchas, muchas de nosotras, que solamente en Su Palabra era que podíamos encontrar ese refugio y ese consuelo ante lo que estábamos viviendo.

Era algo de «qué es esto, qué es este virus», toda esa incertidumbre creo que también influyó en que este proyecto llegara a hacer todo el impacto que hizo en muchas de las mujeres y en nosotras mismas también.

Laura: Así es. Yo creo que Dios nos dio el corazón del salmista cuando en medio del destierro que estamos todas, era tan obvio, tan tangible lo que estaba pasando a nuestro alrededor, que él decía: «Como siervo que anhela las corrientes de agua, así suspira oh Dios el alma mía» (Sal.42:1). Estábamos verdaderamente desesperadas y Dios puso –como dice Patricia– esa angustia en muchas de nosotras; y quizás personas que nunca habían estado la Palabra, por primera vez sentían esa necesidad de estar conectadas a la a la verdad de Dios a través de la Palabra.

Elba: Yo pienso que Dios también nos sorprendió, porque Él usó medios con los que nosotros no estábamos contando, como el WhatsApp. Estábamos entendiendo que los estudios iban a ser a través de la página; una mujer se conectaba, leía, pero es que las mujeres somos demasiado relacionales y Dios llevó esto por canales que nosotros no podemos ni siquiera cuantificar. Nosotros podemos saber cuántas personas se conectan a la página pero no quiénes reciben este mensaje a través de medios como el WhatsApp; y ha sido como que Dios nos sorprendió con la magnitud de Su grandeza. Me quedo asombrada de verdad, porque uno sabe que está compartiendo la Palabra, que ella es viva, que es eficaz, que no vuelve vacía. Y también que Dios es poderoso para hacer mucho más de lo que nosotros pensamos o entendemos. Pero fue como un tsunami de testimonios, de necesidad. Cuando un programa de estos quizás no llega un día, tú puedes ver la sed, el deseo de devorar esa Palabra que tienen muchas mujeres.

Así que, yo creo que Dios en eso a cada una de nosotras nos ha sorprendido. 

Maggie:Y una de las cosas también, que podemos extraer de todo esto, es que no son 7000 mujeres las que no han doblado rodilla ante Baal, son miles y miles de mujeres. Y yo creo que eso ha sido una estocada al enemigo porque él sabe que no va a poder contra la iglesia de Cristo.

Y dondequiera que haya una persona creyente y haya un medio de información, allá va a llegar la Palabra, ya sea para salvación, ya sea para ánimo, para santificación –como es el caso de todas las creyentes– y yo misma he oído, no solamente de muchas creyentes, que han sido edificadas, sino de muchas personas que han venido a los pies de Jesucristo.

Y como bien decía una de ustedes, este año nos sorprendió, y realmente vemos la importancia de la Palabra de Dios en la vida. Porque la Palabra de Dios es como algo que vas atesorando, y cuando llega el momento de la prueba, el Espíritu Santo es quien te ayuda y te recuerda todas aquellas cosas que tienes que recordar para que no suceda lo que dice el Salmo 85. 

Dice el Salmo 85: 8: «Escucharé lo que hablará Dios a su pueblo porque hablará paz para que no se vuelvan a la locura». Y definitivamente este encierro ha hecho que mucha gente tambalee. Entonces, ¿qué es lo único que nos va a tener en pie y firmes ante cualquier tempestad? La Palabra de Dios.

Laura: Así es. Y qué increíble ver cómo en ese encierro y en esa desconexión física en nuestras iglesias, con nuestros hermanos, a través de los medios que tenemos hoy pudimos conectarnos alrededor de la Palabra con este reto, y supimos que iglesias completas estaban haciendo el reto juntas. Entonces, de verdad que no fue algo agradable este año con esta pandemia y todo lo que eso trajo a muchas familias y muchas muertes, pero Dios lo usó para bien en la vida de muchas porque las atrajo a Él.

Y entonces para hablar un poquito acerca de la Palabra, vamos a hablar un poco acerca del evangelio en la Palabra de Dios. Porque muchas personas desconectan el Antiguo Testamento del Nuevo Testamento, como si fueran dos cosas diferentes, pero al final de cuentas es la historia de Jesucristo de principio a fin; desde el inicio en Génesis hasta el final en Apocalipsis, y queremos hablar un poquito de eso, de cómo nosotros vemos el evangelio desde Génesis hasta Apocalipsis. Porque hay personas por ejemplo que se concentran en leer el Nuevo Testamento porque ese es el nuevo pacto, pero se olvidan de que Dios es el mismo en el Antiguo Testamento y en el nuevo, y que todo apuntaba desde el inicio hasta Jesucristo.

Hablemos un poquito acerca de eso, acerca de cómo vemos el evangelio de principio a fin, esa historia de la redención del principio hasta el fin.

Yamell: Quería mencionar –ahora que te escuché hablando– que sin lugar a dudas es impresionante, como tú dices Laura, el poder conectar el Antiguo Testamento con el Nuevo Testamento, pero también poder ver a Cristo. Cristo desde el principio fue ese Mesías esperado y yo creo que eso es algo que nosotros debemos tener en cuenta siempre, siempre, siempre. 

Primero Cristo, y conecto ahí también con el evangelio, eso es lo que nosotros tenemos que tener o sea para mí fue impresionante ver a un Dios que es desde el principio desde Génesis 3, cuando entró el pecado en el mundo, Dios pudo habernos destruido como raza humana y borrar todo y empezar todo desde cero. 

Pero en Su amor y Su misericordia Él prometió una salida a Su tiempo, a Su manera y eso es lo que a mí me impresiona, ir viendo que ese camino de los profetas desde Abraham, siempre apuntaba a Cristo. Y esa es la centralidad de de toda la Palabra de Dios, es Cristo quién está escondido –como dicen en el Antiguo Testamento– pero está ahí, entonces no podemos desconectarlo. 

Y recuerdo a Isaías. Es wow ver esa descripción de ese siervo y mucha gente ha pensado, «no, que habla de fulanito, o del otro, del rey…» No, a quien apunta es a Cristo. Y entonces entrar y verlo en los evangelios, los detalles que cada uno de ellos en su manera de escribir fueron presentando a Cristo, para mí fue muy bueno volver a verlo.

Pero eso que tú dices Laura es clave, no podemos sacar a Cristo y verlo como dos cosas separadas, todo se trata de Cristo.

Maggie: Voy a decir algo en una forma medio poética, la Biblia es una obra de arte de Dios. La forma y el contenido de cada uno de sus libros y la unidad de la Biblia completa, representa la mayor obra literaria jamás escrita. Recordemos que allí había gente muy letrada, como Pablo, como algunos de los profetas como el mismo Isaías que tú mencionabas, pero había personas que eran simples pastores que no sabían nada.

Sin embargo nosotras vemos que mediante todos esos géneros literarios hay una historia unificada que es la historia de la humanidad, y es Dios contando la historia de la redención de todos aquellos elegidos de pura gracia, para que vengan a formar parte de Su pueblo. Entonces, una de las cosas que me ha gustado mucho y que yo siempre trato de leer la Biblia así, es ver, creación, caída, redención y consumación. Entonces cada uno de los libros desde Génesis hasta Apocalipsis, abre un camino a Jesucristo. Para eso les voy a dar unos ejemplos. 

En Génesis ves que Cristo es la simiente de la mujer; en Éxodo ves que Cristo es el cordero pascual; en Levítico –que es un libro un poco pesado– pero ahí nosotros vemos a Cristo, el futuro sumo sacerdote que vendría a limpiar, no solo nuestros pecados pasados y presentes, sino que ahora mismo está intercediendo por los suyos delante de Su Padre. En Deuteronomio vemos que fue un profeta mucho mayor que Moisés. 

Moisés era una tipificación de lo que sería Cristo como profeta, y así vamos viendo en todo el Antiguo Testamento esa sombra de aquello que habría de venir, que ya en el Nuevo Testamento vemos en Mateo, al Mesías; vemos en Marcos el Obrador de milagros; en Lucas el Hijo del hombre y en Juan el Hijo de Dios y el Logos hecho carne.

Ver todo eso unido es simplemente maravilloso y gloria a Dios por eso.

Patricia: A mí me pasa que aumenta mi fe. Cuando yo veo toda la historia y veo todo ese hilo conector en un libro que tomó 1500 años escribirlo con todos esos autores distintos, como decía Maggie, y ver ese hilo conector, definitivamente incrementa mi fe. Incrementa el hecho de que un Dios soberano es el Autor de esa historia y nada ni nadie va a frustrar Sus planes.

Una de las cosas que más atrapa mi mente en asombro de la gran majestad de Dios y de que nada va a detener Su historia –donde Él ya es vencedor– son los 400 años de silencio con aquel reino dividido, donde parecía que ese que venía a aplastar la cabeza de Satanás ya no existía porque el reino de Israel, el reino de Judá, todo eso hecho trizas en el exilio, y 400 años de aquel silencio… y sin embargo en el exilio Dios preserva la simiente.

Y como dice la Escritura, cuando llegó el tiempo, en el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de mujer, y cada una de esas palabras a mí me incrementa la fe. O sea, yo digo, Señor esto es la verdad y Tú eres Dios soberano, eterno y Tú vas a llevar a cabo esta historia de la redención hasta ese final glorioso y yo confío y creo porque Tú y solo Tú eres Dios, y eso llena mi corazón de asombro y de gratitud a Dios.

Laura: Alabado seas. Aleluya, aleluya. Oyéndolas, mi corazón se emociona, porque si algo queremos pasar a nuestras oyentes, es que, así como empezamos diciendo que la Biblia se trata de Jesús y está de principio a fin, son conocimientos teológicos que son importantes para interpretar la Palabra de Dios. Pero al final lo importante es que nuestros afectos sean impactados y tocados al oirlas hablar con esa pasión. Eso es lo que queremos transmitir a nuestras oyentes, porque no se trata de adquirir información acerca de la Biblia, conocer la teología bíblica y conocer todos los detalles teológicos –que sí es importante– lo importante es que nuestros afectos sean impactados porque al final no se trata de información o de almacenar datos acerca de la Biblia, sino de conectarnos a Jesucristo, a ese de quien se trata la Biblia.

Elba: Por amor Dios da a Su Hijo unigénito, nos dice Juan 3:16, pero es porque Él quiere. Él no nos necesita pero Él quiere tener esa comunión con nosotros. Una relación de amor, de intimidad, de comunión, que Dios creó en el Edén. Dios crea de la nada y no tiene que crear al hombre, pero lo crea para caminar con él, para amarlo, para tener intimidad.

Yo no me imagino lo que es oír la voz de Dios cada día, y el hombre cae en el pecado, todo eso se pierde, la creación se corrompe, pero Dios en Su amor eterno promete a Cristo. Y Cristo está desde Génesis hasta Apocalipsis revelado como este que vino a restaurar esta comunión, a darnos, a llevarnos al Padre nuevamente. A ser ese puente entre nosotros y Dios.

No podemos olvidar que es esa comunión que busca ser restaurada.

Laura: Me llevó a pensar en el Salmo 73, cuando dice el salmista, «yo siempre estoy contigo. Tú me has tomado de la mano derecha, con tu consejo con tu palabras me guiarás y después me recibirás en gloria». O sea, eso es muy hermoso, saber que nosotros caminamos con Dios, con la persona de Jesucristo y que Él está en Su Palabra, Él nos habla cada día, Él nos guía. Y oyéndolas hablar también, me venía a la mente Lucas 24, cuando dice, «¿no ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino cuando nos abría las escrituras?»

Yo creo que hablar de esto debe poner nuestros corazones a arder. No solamente en «cuánto conocimiento tengo acerca de la Escritura», sino «cómo arde mi corazón que podemos llamarnos hijas de Dios, que fuimos rescatadas, que fuimos salvadas, que fuimos lavadas, que fuimos redimidas y que un día estaremos con Él en gloria». Eso es lo que debe arder en nuestros corazones cuando estamos en la Palabra de Dios.

Maggie: Estas no son palabras mías, son palabras de Hardware Hendricks, pero yo creo que es apropiado traerlas aquí, y dice que la Biblia no fue escrita para satisfacer la curiosidad del hombre, sino para ayudarnos a conformar una idea de Cristo. No es para hacernos pecadores sabios, sino para formarnos a la imagen del Salvador. No es para llenar nuestra cabeza de información o de acumulación de hechos bíblicos, sino para transformar nuestras vidas. 

Y como la Palabra de Dios es poder de Dios para salvación, hermana que nos estás escuchando, no existe una situación en nuestras vidas en que la Palabra no traiga luz y consuelo. Puede haber desesperanza, pérdidas, enfermedades, tentaciones, personas difíciles en nuestros caminos, asuntos económicos –como muchos de nosotros estamos enfrentando. Hijos rebeldes, lo que tú quieras, pero para cada una de esas situaciones la Palabra tiene la respuesta. Gloria a Dios por eso, eso es muy esperanzador en momentos como los que estamos viviendo, y ante un 2021 que también parece incierto porque no sabemos lo que va a deparar. 

Laura: Así es, y saber que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Y que Su Palabra no pasa de moda, Su Palabra es relevante para nosotros en todos los tiempos, en todas las circunstancias, y saber que como decíamos en en este primer programa, todo se trata de Jesús y todo es acerca de Jesús. Todo es para Él, todo es por Él y todo es para Su gloria.

Entonces, qué bendición poder hablar acerca de esto y que los corazones de nuestras oyentes ardan junto con los nuestros de saber que somos suyas y de saber que siempre estamos en Su mano y que no importa las pandemias que vengan, no importan las circunstancias, no importan los gobiernos, no importa nada, nosotras estamos seguras en Sus manos.

Patricia: Sabes que este libro, la Biblia, es lo que nos comunica realmente quién es Dios, Su corazón, Sus caminos, Su voluntad y la sabiduría para vivir cada área de la vida; y cada día de este año cuando se anunciaba la lectura, era lo que nosotros hacíamos y también lo que nosotras anhelábamos, que cada mujer sacara ese tiempo aparte para que Dios le hablara de manera particular, a cada una a través de Su Palabra.

Porque es como decía Maggie, es como nosotras vamos a tratar con nuestras relaciones, con nuestras amistades, con el matrimonio si estamos casadas, con la crianza, las finanzas… la Biblia nos comunica los caminos de Dios y nos corrige dónde estamos fallando, nos limpia, nos lava, nos aconseja –como tú leías Laura en el Salmo 73– y en realidad es a través de esa Palabra que conocemos al único Dios vivo y verdadero, al creador de los cielos y de la tierra.

No conoceríamos el evangelio, a Jesucristo, sin esa Palabra; porque vemos los cielos y vemos la grandiosidad de la creación, pero quién es Jesucristo, qué es el evangelio, cómo en Él hay perdón de pecados, cómo yo puedo creer porque Dios cambia mi corazón, eso solamente lo puedo hacer a través de la Palabra. Y si no estamos en la Palabra vamos a tener hambre. Si somos sus hijas estamos desfalleciendo, pero si no estamos en la Palabra no hay manera que encontremos a ese Cristo en el que hay salvación. Ella es indispensable para la vida así que ese libro hay que leerlo y leerlo y leerlo, y nunca, nunca va a ser suficiente. 

Porque yo sé que cada una de nosotras tiene diferentes años de haber conocido al Señor, pero sé que sería el testimonio de cada una de nosotras, que cuando abrimos ese libro encontramos nuevos tesoros todas las veces. Así que Gloria a Dios por su por su hermosa Palabra

Annamarie: Has estado escuchando una conversación entre Patricia de Saladín, Laura González de Chavez, Elba de Reyes, Margarita de Michelén y Yamell de Jaramillo. Ellas nos han estado hablando acerca de la centralidad de Jesucristo y el evangelio en nuestras vidas. Y esto es algo en lo cual podemos profundizar a través de la Biblia. Mañana ellas te animarán a hacer precisamente eso, en la continuación de la conversación.

Creciendo en la Palabra de Dios juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

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