¿Eso es lo que me espera?

Un Mensaje a la Conciencia

¿Eso es lo que me espera?

Carlos Rey y Linda Stewart

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio http://www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«Veo a mis padres levantarse cada día a las cinco de la mañana y volver a las ocho de la noche…. Suelo verlos agotados casi siempre y sin tiempo de nada…. Cada vez que me despierto para ir a la universidad y los veo, me desilusiono pensando: “¿Eso es lo que me espera vivir como empresario?” Las rutinas me aterran. Detesto que el mundo tenga que funcionar así…. Tengo miedo de esa vida triste.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimado amigo:

»Es prudente que ya esté contemplando las ramificaciones de la carrera que está emprendiendo. Las largas horas que trabajan sus padres son, en definitiva, una desventaja del empleo que tienen. Usted no lo dice, pero al parecer tiene planes de seguir sus pasos y tal vez hacerse cargo del negocio de ellos en el futuro. Es posible que usted sienta que no tiene más opción que esa debido a las expectativas de ellos.

»Aunque muchas personas tienen pocas opciones y consiguen empleos aburridos y físicamente extenuantes, un título universitario por lo general les depara más oportunidades. Como usted ya está cursando estudios universitarios, tiene un porvenir con buenas perspectivas. Pudiera parecer que lo que estudia actualmente lo limitará a ciertas profesiones, pero un título universitario en cualquier rama de estudios lo preparará para una amplia gama de profesiones….

»Si usted de veras siente que debe seguir los pasos de sus padres, es importante que recuerde que podrá valerse de tecnología que no existía sino hasta hace pocos años. Mientras cursa estudios en la universidad, tiene una magnífica oportunidad de investigar las maneras en que pudiera revolucionar los procesos que emplea ese negocio. Desde luego, le llevará varios años incorporar tales adelantos, y quizá tenga que convencer a sus padres (si el negocio les pertenece en la actualidad).

»Si no se le ocurre ninguna opción que pudiera hacer más emocionantes sus planes actuales para un futuro empleo, entonces le recomendamos que considere otras posibilidades…. [Ninguna carrera] es una buena opción a menos que esté relativamente seguro de que pueda sustentarse usted mismo y sustentar a su futura familia con sus ingresos. Una de las razones por las que tantas personas tienen empleos que no las satisfacen es que comprenden que el sustentar a la familia es aún más importante que tener una profesión satisfactoria.

»Dios sabe lo que más le conviene a usted, así que necesita su sabiduría divina. Si está dispuesto a entregarle su vida a Él y a seguir sus pasos, entonces podrá confiar en que lo guíe de modo que descubra una carrera y una vida que lo satisfagan a usted. Los que confían en Dios no tienen por qué sentir miedo.1»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa la pestaña en http://www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 501.

1 Sal 56:11

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Me cuesta decir la verdad

Un Mensaje a la Conciencia

Me cuesta decir la verdad

Carlos Rey y Linda Stewart

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio http://www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Soy una joven de veinticinco años. Desde pequeña, mis padres me criaron en un ambiente de mentira….

»Comencé hace cinco años y medio una relación con un joven…. [pero él] terminó la relación porque le mentí… y estoy muy arrepentida de mi actitud. ¿Podré recibir perdón de su parte? Creo que lo que más recibo es condena por mi pecado de la mentira, pero sinceramente me cuesta decir la verdad. Necesito una nueva oportunidad, pero veo que todo se torna muy complejo. Tenía planes y proyectos para el futuro porque hay mucho amor de mi parte, pero por mi pecado todo se acabó.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»Comprendo lo difícil que es abandonar el hábito de mentir. En el Caso 43 en http://www.conciencia.net puede leer acerca de mi experiencia personal.

»Usted nos pregunta si su novio podrá perdonarla. Y luego dice que necesita una nueva oportunidad. No sabemos si él podrá perdonarla, pero aunque llegue a hacerlo, es posible que no le dé otra oportunidad….

»¿Puede usted, sin embargo, dejar de mentir? ¿Puede llegar a ser digna de confianza y estar lista para otro noviazgo significativo? ¡Sí, sí puede! Pero será necesario que usted cambie sus prioridades.

»Actualmente usted está concentrada en cómo restaurar su noviazgo…. Necesita más bien concentrar todo su esfuerzo en volver a ser digna de confianza, no por causa de ningún hombre, sino porque comprende que el mentir puede envenenar todas sus relaciones humanas, incluso las que tiene con sus amigos y familiares.

»¿Cómo puede usted llegar a ser digna de confianza? Tiene que decir la verdad el ciento por ciento del tiempo. Si dice la verdad casi todo el tiempo, con una que otra mentira en una situación difícil, ¿puede así ser digna de confianza? Lamentablemente no. Con una sola mentira se siembra la duda en la mente de alguien. Usted tiene que determinar decir la verdad en toda situación, pase lo que pase. De hacerlo así, con el paso del tiempo la verdad se convertirá en un hábito y en una nueva manera de vivir.

»Así como una sola mentira puede descalificar a cualquiera de nosotros como digno de confianza, un solo pecado basta para separarnos de Dios. Como todos los seres humanos han pecado, todos están separados de Dios. Por eso envió Dios a su Hijo Jesucristo para que pagara el castigo por nuestros pecados.1 Cuando le pedimos a Dios que nos perdone, y reconocemos que Cristo ya pagó el castigo, podemos recibir el perdón y volver a disfrutar de una relación con Él. Esa relación es necesaria para que tengamos la seguridad de la vida eterna. Así que pídale a Dios que la perdone y que restaure la relación con Él. Y luego pídale que le ayude a asegurarse de que cada palabra que salga de su boca sea la verdad.»

Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se ingresa en el sitio http://www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 500.

1 Ro 3:23-24

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Adicción por la pornografía

Un Mensaje a la Conciencia

Con: Carlos Rey y Linda Stewart

Caso 288

Adicción por la pornografía

Me siento frustrado al no poder vencer un hábito que adquirí desde los quince años. Tengo veintitrés, y soy adicto a la pornografía. No la puedo evitar…. Soy universitario con muy buenas calificaciones. He oído comentarios en donde algunos padres me ponen de ejemplo para sus hijos; pero sólo yo sé cómo vivo, y estoy luchando día a día para tratar de evitar este vergonzoso hábito.

CONSEJO

Estimado amigo:

Nos alegramos de que nos haya contado su caso como el primer paso que da para superar este vicio destructivo. Para algunos, la pornografía es un mal hábito esporádico que hace que se sientan culpables, avergonzados y frustrados en las relaciones humanas. Pero según muchos expertos, es probable que ese mal hábito se convierta en un vicio. Cada vez más exposición a la pornografía hace que el cerebro emita sustancias químicas (llamadas neurotransmisores) que el cuerpo comienza a ansiar, muy parecido a la manera en que los adictos a las drogas ansían la droga que les gusta. Pero al igual que con las drogas callejeras, el cerebro pronto emite la señal de que necesita esas sustancias químicas para sobrevivir. Esa señal de parte del cerebro es el vicio. Y cuanto más uno se entrega a las ansias de consumir, más se emiten las sustancias químicas, produciendo un círculo vicioso que nunca queda satisfecho.

Para quebrar la adicción, es necesario abstenerse por completo y sufrir los síntomas del síndrome de abstinencia que se manifestarán cuando al cerebro se le priva de las sustancias químicas que ansía consumir. De nada servirá tratar de reducir o manejar una moderada exposición a la pornografía, porque al cerebro hay que obligarlo a que rompa por completo la conexión que ha formado entre la pornografía y esas sustancias químicas. Esto pudiera dar como resultado sueños tormentosos o noches de insomnio, con lo que comprueba el poder que las sustancias químicas ejercen sobre el cuerpo cuando uno ni siquiera está despierto.

Comience a guardar un registro de todas las veces que se siente tentado a ver imágenes pornográficas. ¿Mira usted las revistas exhibidas cerca de las cajas registradoras a la salida de las tiendas? ¿Ve a diario carteleras que exhiben a mujeres semidesnudas? ¿Sintoniza programas de televisión o ve películas que contienen imágenes tentadoras? ¿Emplea usted una computadora en un lugar privado? ¿Va a lugares en que las mujeres se visten de un modo seductor? Todas esas situaciones desencadenan las ansias que siente. Examine el registro que lleva de lo que está haciendo, y conciba una manera de evitar cada situación que lo induce a ser tentado. Anote las decisiones que tome para evitar estas situaciones que desencadenan la tentación.

Muchas veces al vicio de la pornografía lo avivan las emociones negativas. ¿Se entristece o se deprime usted, y busca consuelo en la pornografía? ¿Con frecuencia siente que ha fracasado o ha sido rechazado? ¿Se siente solo o aburrido por tener demasiado tiempo sin nada que hacer? Esos sentimientos también desencadenan la tentación, y para ponerlos al descubierto usted tiene que consultar con un consejero profesional o un amigo de confianza con el que pueda hablar con toda franqueza.

El apóstol Pablo escribió: «La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios.»1 Con eso San Pablo le está dando a usted una solución y esperanza para superar su problema. Él dijo que usted debe «aprender a controlar su propio cuerpo». Es posible aprender a dominar su cuerpo, pero será mucho menos difícil si usted decide aceptar a Jesucristo, el Hijo de Dios, como su Salvador personal. Él puede ayudarlo de una manera integral. Lo ama y conoce sus problemas, y conoce su cuerpo mejor que usted mismo. ¡Dele la oportunidad hoy mismo!

Le deseamos lo mejor,

Linda
____________________
1 1Ts 4:3-5

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CONQUISTADORES CONQUISTADOS

25 jul 2017

CONQUISTADORES CONQUISTADOS

por Carlos Rey

Su vida entre los indios comenzó cuando naufragó en las costas de Yucatán. Hacía sólo una década que había despedido el siglo quince y le había dado la bienvenida al dieciséis. Pero Gonzalo Guerrero, marinero del puerto de Palos, decidió sacarle todo el provecho posible a la oportunidad que le había deparado el destino, y se adaptó de manera extraordinaria a un nuevo ambiente y a una extraña cultura. Con decir que llegó a ser cacique en tiempos de paz, y capitán en tiempos de guerra. Para completar, tuvo tres hijos de una mujer maya.

Su nuevo mundo comenzó a resquebrajarse en 1519 cuando Hernán Cortés mandó buscarlo. Ya llevaba un cuarto de siglo trasplantado en tierra extranjera, y se sentía a gusto, así que se negó a unirse a los hombres de Cortés. Envió más bien a decirle que allí tenía hijos bonitos, y que si Cortés los favorecía con una parte de su mercancía, él se la daría a sus hijos y les diría: «Estos juguetes los envían mis hermanos, desde mi tierra.»

Ante la inesperada respuesta de Guerrero, Cortés ordenó que Alonso de Ávila y sus jinetes arremetieran contra aquellos indígenas de Yucatán. No les importó que su antiguo amigo formara parte de su nuevo enemigo, ni que ese enemigo estuviera en tremenda desventaja militar. Al contrario, aprovecharon la superioridad de sus armas para barrer con los guerreros que les ofrecieron resistencia. Y se retiraron, victoriosos, dejando a su medio hermano entre los vencidos en el campo de batalla. Un tiro de arcabuz le había partido la frente a aquel extraño indio con barba. Su cuerpo, desnudo, estaba labrado de arabescos de tinta y sangre, y símbolos de oro le colgaban de la nariz, los labios y las orejas.

Gonzalo Guerrero cayó en el nuevo mundo defendiendo su nueva tierra. Peleó junto a sus hermanos y contra sus hermanos. Pero los hermanos que él escogió no fueron los antiguos con los que nació sino los nuevos con los que murió. Por eso lo califica el escritor Eduardo Galeano como «el primer conquistador conquistado por los indios».1 Así como el conquistador Guerrero, también nosotros navegamos en busca de un mundo mejor. El nuevo mundo nuestro es el cielo, donde no hay guerra ni muerte ni dolor.2 Si lo deseamos, cuando naufragamos en sus costas, podemos nacer de nuevo al igual que Gonzalo.3 En el caso nuestro, descubrimos una nueva familia a la que podemos pertenecer, y decidimos formar parte de ella. Adoptamos nuevos valores y una nueva cultura, y cambiamos a tal grado que ya no somos los mismos de antes.4 Esa familia espiritual es la familia de Dios. Al unirnos a ella, adoptamos a Dios como nuestro Padre, y a sus hijos como nuestros hermanos, los únicos en la vida que nosotros mismos podemos escoger.5 Permitamos que Dios nos conquiste como hijos suyos, y de nosotros se dirá que somos conquistadores conquistados por el Padre celestial.

Eduardo Galeano, Memoria del fuego I: Los nacimientos, 18a ed. (Madrid: Siglo XXI Editores, 1991), p. 112-13.
2 Ap 21:4
3 Jn 3:3‑13
4 Ro 12:2
5 Jn 1:12 

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EJEMPLO DE RECTITUD, INTEGRIDAD Y JUSTICIA

24 jul 2017

EJEMPLO DE RECTITUD, INTEGRIDAD Y JUSTICIA

por el Hermano Pablo

El espectáculo era apasionante, al extremo de ser morboso. Unas cincuenta personas lo contemplaban ávidamente. Se trataba de una joven de dieciséis años de edad, de la ciudad Ho Chi Min, en la antigua Saigón. Ella intentaba suicidarse, arrojándose de un alto puente al río que corría abajo. Las cincuenta personas, sin corazón, le gritaban: «¡Tírate! ¡Tírate!» Y en un momento dado, la adolescente, en efecto, se lanzó al agua.

Nueve personas corrieron al borde del puente para verla caer al agua. El peso acumulado rompió el frágil puente, y las nueve cayeron al abismo. Pero, cosa curiosa, la joven suicida se salvó, pues lograron rescatarla, mientras que los nueve mórbidos curiosos perecieron en las aguas.

A la gente como que le gustan los espectáculos morbosos, truculentos, dramáticos, trágicos; especialmente el espectáculo que dan los presuntos suicidas. Los espectadores no acuden necesariamente para mostrarles cariño y aconsejarles que conserven la vida. Al contrario, ansiosos de sangre y de desgracia ajena, gritan: «¡Tírate! ¡Tírate!»

Dicen que cuando se junta una multitud, el nivel intelectual de la gente desciende al del más bruto. Lo mismo pasa con el sentido moral. Éste también baja de grado conforme aumenta el monto de gente congregada.

«Las multitudes —concluyó Goethe— oyen mejor los gritos que las razones.» Cuanta más gente se reúne en un lugar para vociferar y gritar, más baja el nivel de humanidad, y más sube el nivel de inhumanidad.

¿Será por eso que nuestros jóvenes caen tan fácilmente en la desgracia de la inmoralidad y el materialismo? «Todos lo hacen», es la excusa que ofrecen, y siguiendo el rumbo del montón, se reducen al nivel del menor común denominador.

¿Dónde está el joven recto? ¿Dónde está el líder íntegro? ¿Por qué tiene que ser el perverso, el injurioso, el malo, el que atrae la atención?

Dios ha creado a todo joven como un individuo. Cada uno es un ser único. No hay nada en el mundo entero que lo obligue a ser como los demás. Es un individuo en el sentido más estricto de la palabra. Más vale que no deshonre su individualidad, ni sacrifique su decencia, ni se rebaje al nivel del montón, sino que sea el líder sano, recto y fuerte que este mundo tanto necesita.

Jesucristo establece el dechado para nuestra vida. Él se atrevió a ser diferente de todos los demás, dando ejemplo de rectitud, integridad y justicia. Sigamos su ejemplo. Ser recto en toda causa es mil veces más grato que recibir el aplauso del montón. Atrevámonos a ser personas dignas de confianza.

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ESTE AÑO CONOCÍ A MI PADRE

22 julio 2017

«ESTE AÑO CONOCÍ A MI PADRE»

por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio http://www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue:

«Tengo veinticuatro años, y este año conocí a mi padre. Él nos abandonó (a mi mamá y a mí) y se fue a otro país cuando yo aún no había nacido. No voy a negar que crecí con resentimiento hacia él, pero lo [había perdonado]….

»Lo vi, lo abracé, y no puedo describir con palabras la felicidad que sentí. Al parecer, él [sintió lo mismo]. Me hice ilusiones; sin embargo, sólo lo vi una vez más, y él se olvidó de mí de nuevo. ¡Me duele tanto su actitud, ya que yo no le he reclamado nada! ¿Debiera yo seguir buscándolo?»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»El dolor que siente se hace más intenso debido a las esperanzas y los sueños que usted había guardado en el corazón para el momento en que por fin llegara a conocer a su padre biológico. Usted le dio el regalo del perdón, y es como si él se lo hubiera devuelto bruscamente, como si ese perdón no tuviera valor alguno. La esperanza que usted albergaba como adulta se esfumó, como también se esfumó ese anhelo de niña por un padre. Lamentamos mucho todo el dolor que está sintiendo.

»En lo que está equivocada es en pensar que él la está rechazando. No es así. Eso no tiene nada que ver con usted. Cuando él se encontró con usted, estaba sinceramente contento de ver que ha llegado a ser una mujer maravillosa, y en definitiva no se trataba de que estuviera rechazándola. Estoy segura de que él considera ese tiempo que pasaron juntos como una experiencia maravillosa que está contento de haber disfrutado.

»Sin embargo, para un hombre como él, el vínculo biológico que los une no significa nada. Él la abandonó desde el principio porque no le dio ninguna importancia a ese parentesco, y su actitud no ha cambiado. Él es producto de una cultura en la que es aceptable tener relaciones sexuales con una persona con la que uno no está casado, tal vez procrear hijos como resultado, y no sentir ningún afecto por la mujer ni por los hijos…. Lo más probable es que él no sea capaz de comprender cómo ve usted las cosas ni cómo la ha lastimado.

»Nuestro Padre celestial diseñó el matrimonio para que fuera un vínculo que evitara el dolor que usted está sintiendo. El matrimonio no es una idea arcaica que tenga el fin de restringir la libertad sexual, sino la sempiterna creación de Dios diseñada para proporcionar un ambiente de amor y de afecto de parte de padre y madre hacia los hijos. Cuando los padres suyos decidieron tener una relación sexual sin estar casados, en efecto optaron por negarle a usted la oportunidad de crecer en tal ambiente. Lamentamos mucho esa pérdida que usted sufrió.

»Cambie su manera de pensar acerca de ese hombre. Él fue un donante biológico, pero nunca fue ni llegará a ser su padre. Considérelo como algo del pasado, y resuelva llevar una vida en la que jamás permita que sientan tal dolor sus futuros hijos.»

Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar la pestaña en http://www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 313.

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CON UN MINUTO DE DIFERENCIA

21 Julio 2017

CON UN MINUTO DE DIFERENCIA

por Carlos Rey

Royal Underwood llamó para pedir que enviaran a su casa una ambulancia. Era la una menos cuarto de la madrugada, y su esposa se sentía mal. La ambulancia llegó y se llevó rápidamente a Genoveva. Royal, el esposo, se sentó a su lado en el vehículo y la consoló con dulzura.

Al llegar al hospital de la ciudad, bajaron a los dos en camilla. Genoveva se moría de un derrame cerebral, y Royal, de un ataque cardíaco. Murieron con un minuto de diferencia, el día en que cumplían cincuenta y cinco años de casados.

Jacqueline, hija de la pareja, manifestó: «Mis padres se mantuvieron siempre muy unidos. Se habían prometido ante Dios amor eterno, y así murieron, cuando cumplían cincuenta y cinco años de matrimonio.»

He aquí un caso que reconforta: un hombre y una mujer que se casan y se prometen amor y fidelidad, que toman a pecho el voto del ministro que los casó. «Así que ya no son dos, sino uno solo —dice el texto sagrado que leyó el clérigo en su boda—. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».1

A lo largo de más de medio siglo de matrimonio, Royal y Genoveva, sin lugar a dudas, pasaron por muchas pruebas y tribulaciones. No fueron más que una pareja común, que debieron luchar por progresar, por ganarse la vida, por criar decentemente a sus hijos, por vencer enfermedades, contratiempos y sinsabores.

No fueron nada extraordinario, a menos que juzguemos extraordinario el caso de un matrimonio que dura cincuenta y cinco años y que mantiene tanto tiempo la fidelidad, la honra, el amor mutuo y la fe en Dios Todopoderoso, ante quien pronunciaron sus votos nupciales.

Es posible vivir unidos y enamorados mucho tiempo. Y es posible vivir en fidelidad recíproca, sin dejar que el adulterio intervenga y manche las relaciones, contamine el hogar y amenace con destruir la armonía familiar.

También es posible vivir sin hablar jamás de divorcio, comprendiéndose, tolerándose, ayudándose mutuamente, llevando juntos las cargas y soportando los sinsabores de la vida, y a la vez disfrutando, íntima y placenteramente, de las delicias del amor.

No todo en un matrimonio ha de ser discordia, reyerta, incomunicación, disgustos, amargura, infidelidad o divorcio. ¡También hay matrimonios sanos, limpios, estables, dichosos y permanentes, con todo lo escasos que sean!

¿Cómo lograr un matrimonio feliz? Pidiéndole a Cristo que sea nuestro Salvador y el protector de nuestra relación conyugal, y que sea el Señor de nuestro hogar y el Maestro de toda nuestra familia. Entreguémonos a Aquel que, si bien no ha de morir con nosotros con un minuto o más de diferencia, sí murió por nosotros con unos dos mil años de diferencia, para que pudiéramos vivir junto a Él eternamente.

Mateo 19:6

«TAN PURA COMO ANTES DE SER VIOLADA»

20 jul 2017

«TAN PURA COMO ANTES DE SER VIOLADA»

por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio http://www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Hace un año me enamoré de un hombre cuarenta y dos años mayor que yo. Él tiene sesenta y tres, y yo, veintiuno. Dice que me ama mucho, pero no me habla de planes futuros…. No he tenido relaciones íntimas con él, debido a que fui violada y él no lo sabe…. Mi familia no quiere que lo deje, porque él me da dinero….

»A veces siento que lo amo, otras no porque me da vergüenza cuando él toma mi mano en público…. Sólo digo que si Dios me lo quita, me quisiera quedar sola. No quiero que se den cuenta de mi deshonra.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»El hecho de que usted fue violada no quiere decir que ahora viva en deshonra. ¡Usted no tuvo la culpa! Fue la víctima; usted no hizo nada malo. Es tan pura ahora como lo era antes de ser violada. La pureza viene de las decisiones que usted toma y no de los actos de los demás. Pero usted lamentablemente se ha convencido de que ha perdido su pureza, y esa mentira la está llevando a tomar muy malas decisiones.

»Usted dice que no ha tenido relaciones íntimas con ese hombre mayor porque él no sabe que fue violada. El hecho de que hubo algo que hizo que usted optara por no entregarse a él físicamente nos alegra, pero por una razón muy diferente. Es porque una relación íntima sólo es significativa y honrada cuando se da entre esposo y esposa. Dios quiso que la relación sexual fuera la expresión de amor que une al hombre a la mujer con quien se casa…. Así que la animamos a que siga conservando su pureza con ese hombre como también con cualquier novio que tenga en el futuro.

»La misma mentira que la convence de que ya no es una mujer pura impide que usted tenga esperanzas de disfrutar de una relación romántica con alguien de su edad. Usted más bien ha estado dispuesta a conformarse con las atenciones y las ventajas económicas que le ofrece un hombre lo bastante viejo como para ser su abuelo. ¡No le haga caso a esa mentira, como tampoco a los miembros de su familia que quieren que usted se quede con él por su dinero! No espere un solo día más para decirle que usted es demasiado joven para comprender el mundo de él y que por eso no va a seguir siendo su novia.

»Cualquier novio que tenga en el futuro, que la merezca a usted, comprenderá que, a pesar de haber sido víctima de violación, de todos modos puede llegar a su noche de bodas tan pura como cualquier novia. El momento oportuno para contarle acerca de la violación es cuando los dos comiencen a hablar del matrimonio. No tiene por qué decirle a ningún otro hombre con el que salga nada sobre ese incidente sino sólo hasta que encuentre a ese hombre especial con el que vaya a casarse….»

Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo ingresar en el sitio http://www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 450.

¿LADRILLOS O TELARAÑAS?

19 jul 2017

¿LADRILLOS O TELARAÑAS?

por Carlos Rey

Hace algunos años llegó a Los Ángeles, California, un acróbata que se dio a conocer en sus anuncios como «La mosca humana». El hombre le anunció al público que en determinada fecha escalaría uno de los edificios en la zona céntrica de Los Ángeles, ante todos los presentes.

Cuando llegó el momento esperado, las calles estaban llenas de personas que iban a ver si era verdad lo que se había anunciado. En efecto, con gran agilidad el acróbata comenzó a escalar la pared del edificio. Al subir ponía lentamente las manos y los pies en cada rendija o pedazo de piedra que sobresaliera aun lo más mínimo, como si fuera una mosca humana.

Poco antes de la cima llegó a un punto donde su mano, por más que la estiraba, no alcanzaba la siguiente rendija debido a que en la pared había un pedazo viejo de ladrillo. Le faltaban sólo unos centímetros para llegar a la meta, así que decidió dar un pequeño salto para agarrar con una mano ese pedazo que sobresalía. En efecto, dio el salto, se agarró del ladrillo, y cuando empezó a afianzarse en él con fuerza, resultó que lo que a él le parecía un ladrillo no era más que una telaraña cubierta con el polvo de la ciudad. Como era de esperarse, la telaraña cedió de inmediato, y el acróbata se desprendió desde lo alto, cayó en la calle y murió al instante.

Si bien a todos nos preocupa la seguridad física a tal grado que juzgamos como espectáculo el que alguien juegue con ella, debiera preocuparnos igualmente la seguridad espiritual. No hay nada más serio ni más importante en esta vida que la seguridad del alma, y sin embargo el hombre no sólo juega con el cuerpo sino también con el alma como si fuera una bola de billar. La impulsa de un lado a otro de la mesa de este mundo, de esta idea a aquella filosofía, de esta ideología a aquella religión, rebotando de una banda a otra, siempre con hambre, nunca satisfecho. De ese modo deja al azar lo que más debiera importarle: el destino eterno de su alma.

Una de las ideas más engañosas en la actualidad, que es como una telaraña que se proyecta como ladrillo, es aquella que dice que todos los caminos conducen al cielo. ¡Qué fácil sería escalar esa pared hasta llegar al cielo si así fuera! Si no importa lo que creemos, entonces Dios envió en vano a su Hijo Jesucristo al mundo para mostrarnos el camino al cielo, y Cristo murió en vano para salvarnos de nuestros pecados. Desengañémonos antes que sea demasiado tarde. En vez de aventurarnos, agarrándonos de telarañas, reconozcamos que el único camino que nos lleva al cielo es el que construyó Cristo con ladrillos seguros al morir en la cruz por nosotros.

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VENENO ENDULZADO

18 jul 2017

VENENO ENDULZADO

por Carlos Rey

Sucedió de pronto y sin motivo aparente. En una escuela de una ciudad de México, un niño empezó a sufrir convulsiones. Lo llevaron de urgencia al hospital, y allí comenzaron los exámenes de rigor para diagnosticar su enfermedad.

En eso estaban cuando desde otra zona de la ciudad trajeron a otro niño que tenía los mismos síntomas. En el transcurso del día, más enfermos fueron a parar a varios hospitales de la ciudad, con una sospechosa similitud de síntomas en todos los casos. La mayoría eran niños, todos eran de la misma ciudad y todos habían comido ciertos panes dulces esa mañana.

La investigación minuciosa practicada por las autoridades competentes condujo a una panadería donde descubrieron que el azúcar usado en los panes de ese día se había contaminado inadvertidamente con veneno de ratas. El veneno no era lo bastante fuerte como para causar la muerte en adultos, aunque hubo algunos adultos que enfermaron a causa de él, pero los pequeños no pudieron resistirlo. Antes que pudieran descubrir la causa de la enfermedad y combatirla, ya había cobrado diecinueve vidas pequeñas e inocentes.

Panes al parecer inofensivos, con la misma apariencia de siempre, con el mismo olor y el mismo sabor de siempre, distribuidos por la misma agencia y comprados en las mismas tiendas. Nada parecía haber cambiado, y sin embargo centenares enfermaron de gravedad y diecinueve murieron.

Sucedió en México, pero pudo haber sucedido en cualquier país del mundo, porque todos tenemos hambre del «pan nuestro de cada día». Es tan natural que Jesucristo mismo, el Hijo de Dios, nos enseñó en el padrenuestro a que se lo pidiéramos al Padre celestial.1

De ahí la siguiente canción que algunos, cuando niños, cantábamos con toda la familia al unísono antes de comer: //«Gracias damos, Señor, por el pan:// //por el pan espiritual, que alimenta a cada cual, y también por el pan material.»// Porque así como tenemos hambre de «nuestro pan cotidiano», que es el pan material, también tenemos hambre de pan espiritual, que es el único alimento que satisface los deseos del alma. Dentro de cada uno de nosotros hay un vacío que sólo ese pan puede llenar.

Lamentablemente hay muchos que, en sus ansias de satisfacer esa hambre, se abastecen del pan que ofrecen algunas sectas y religiones. El tal pan espiritual se hace pasar no sólo por inofensivo sino por alimenticio, cuando en realidad no es más que una adulteración de la verdad. Es decir, consta de un poco de verdad más un poco de veneno, lo suficiente como para matar espiritualmente al incauto.

Para evitar consumir ese veneno sólo hay que examinar toda doctrina, por cuenta propia, a la luz de la Biblia. En ella Jesucristo, el Hijo de Dios, declara: «Yo soy el pan de vida…. Si alguno come de este pan, [no morirá, sino que] vivirá para siempre.»2

1 Mt 6:9,11
2 Jn 6:48,50,51

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