¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA MALDAD?

Autor: Ronald Rhodes

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA MALDAD?

a1La creación original fue «muy buena» (Génesis 1:31). No había pecado, no existía la maldad, no había sufrimiento ni muerte. Hoy, en cambio, el mundo está sumido en el pecado, la maldad, el sufrimiento y la muerte. ¿Cómo se llegó a este estado? Las Escrituras enseñan que el descenso comenzó cuando Adán y Eva se aprovecharon del libre albedrío que Dios les había dado y le desobedecieron (Génesis 3).

Algunas personas se preguntan por qué Dios no podría haber creado al ser humano de manera tal que nunca hubiera podido pecar, no dando cabida así a la maldad. El hecho es que dicho escenario implicaría que no fuéramos verdaderamente humanos. No tendríamos la capacidad para tomar decisiones ni para amar libremente. Este escenario hubiera requerido la creación de robots capaces de actuar solo conforme a lo que estaban programados, como esas muñecas que hablan cuando halamos una cuerda y dicen: «Te amo» Paul Little señala que con dicha muñeca «no habría insultos, jamás habría conflictos, ¡nadie diría ni haría nada que pudiera entristecerte! Pero, ¿quién querría vivir en ese estado? Tampoco existiría la posibilidad del amor. El amor es voluntario. Dios podría habemos hecho como robots, pero habríamos dejado de ser hombres. Aparentemente pensó que valía la pena correr el riesgo de creamos como nos creó».

El amor no puede programarse; debe expresarse libremente. Dios quería que Adán y toda la humanidad mostraran amor eligiendo libremente la obediencia. Por eso, Dios le dio a Adán y a todos los demás seres humanos el libre albedrío. Geisler tiene razón cuando dice que «el amor forzado es una violación; y Dios no es un violador divino. No hará nada que coaccione las decisiones de los hombres». Una elección libre, sin embargo, deja abierta la posibilidad de una elección errónea. Como lo expresa J.B. Phillips: «La maldad es algo inherente al riesgo implícito en el don del libre albedrío».

En vista de los hechos bíblicos, podemos concluir que el plan de Dios tenía el potencial para la maldad cuando concedió la libertad de elección a los seres humanos, pero que el origen concreto de la maldad fue resultado de un hombre que se apartó de la voluntad de Dios y prefirió concentrarse en sus propios deseos egoístas.Norman Geisler y Jeff Amanu, señalan: «Mientras que Dios creó el hecho de la libertad, son los humanos los que ejercen los actos de la libertad. Dios hizo posible el mal, las criaturas lo hicieron efectivo». Desde que Adán y Eva hicieron efectiva la maldad, aquella primera vez en el Jardín de Edén, la naturaleza del pecado se ha transmitido a todo hombre y mujer (Romanos 5:12; 1 Corintios 15:22), y es debido a la naturaleza pecaminosa que hoy continuamos ejerciendo nuestro libre albedrío para hacer efectiva la maldad (Marcos 7:20-23).

Es más, los males naturales, como los terremotos, los tornados y las inundaciones, radican en el mal uso que damos a nuestro libre albedrío. No debemos olvidar que como vivimos en un mundo caído, estamos sujetos a desastres de la naturaleza que no habrían ocurrido si el hombre no se hubiera rebelado contra Dios en un principio (Romanos 8:20- 22) En el Jardín de Edén no había ni desastres naturales ni muerte hasta después del pecado de Adán y Eva (Génesis 1-3). No habrá desastres naturales ni muerte en el cielo nuevo y la tierra nueva, cuando Dios, de una vez por todas, ponga fin a la maldad (Apocalipsis 21:4).

¿QUIÉN CREO A DIOS? Edición en español publicada por Editorial Vida – 2007 Miami, Florida

© 2003 por Ravi Zacharias y Norman Geisler

Muy cerca y personal

Septiembre 25

Muy cerca y personal

Lectura bíblica: Santiago 4:7–10

Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Santiago 4:8

a1¿Qué te gustaría hacer para estar aún más cerca de Dios de lo que estás ahora?

(a) remontarte en un avión de caza a una altura de 25.000 metros
(b) escalar el monte Everest
(c) tener zancos soldados para siempre a tus pies.

Hablando en serio, acercarse a Dios no tiene que ver con acercarte físicamente al cielo. Tu meta es acercarte relacionalmente. Este es un gran anhelo. En realidad, el hecho de estar interesado en acercarte en una relación personal con Dios es un paso en la dirección correcta.

Tema para comentar: ¿Qué intentos reales has hecho para acercarte a Dios? ¿Cuáles te dieron mejores resultados? ¿Cuáles no?

Cuando quieres estar más cerca de Dios, aquí van tres cosas buenísimas para probar:

Primero, piensa lo acertado acerca de Dios. No cabe duda de que Dios quiere ser tu amigo increíblemente cercano. Aún más de lo cerca que quieres estar tú de él, quiere estar él de ti. Por eso, si alguna vez te preocupas de que Dios no se interesa por ti, sácate enseguida esas ideas de la cabeza. No proceden de Dios. Él te ama y se acerca a ti todo lo que lo tú dejas acercarse.

Segundo, dedícale tiempo a Dios. Esto lo logras con las actividades esenciales que son leer su Palabra y hablar con él en oración. Así que lee su libro. Cuéntale tus temores y esperanzas. Agradécele por amarte y querer ser tu amigo cercano. Confiésale tus pecados y pídele que te ayude a quedarte cerquita de él al hacer las cosas que le agradan.

Tercero, dedícale tiempo a las personas que le dedican tiempo a Dios. Te acercas a Dios por medio de la adoración: cantando alabanzas a Dios con otros creyentes, hablando con él, pensando en él, recordando cuánto te ama, acordándote de lo que Cristo hizo por ti y aprendiendo más de su Palabra al estudiarla con otros creyentes.

Tienes la clave en la sencillas palabras de Santiago: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros” (Santiago 4:8). Con cada paso que tomas hacia Dios, él toma uno gigantesco hacia ti. No puedes lograr estar más cerca de Dios por incluir unas pocas cosas “cristianas” en tu vida. ¡Puedes acercarte más a él al tener una relación con Dios llena de propósito y pidiéndole ayuda para poder conocerlo mejor!

PARA DIALOGAR
¿De qué manera estás tratando de acercarte más a Dios? ¿Hay algo que necesitas cambiar?

PARA ORAR
Señor, gracias porque quieres ser mi amigo increíblemente cercano.

PARA HACER
¿Cuál es la cosa que quieres hacer hoy para acercarte más a Dios?

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

¿CÓMO PUEDE DIOS SER AMANTE Y JUSTO A LA VEZ?

Autor: Norman Geisler

¿CÓMO PUEDE DIOS SER AMANTE Y JUSTO A LA VEZ?

a1Puede parecer que el amor y la justicia son atributos incompatibles. Si Dios es Justo, debe castigar el pecado. Pero si es un Dios de amor, debería perdonar el pecado. ¿Cómo puede tener a la vez ambos atributos?

Los atributos (o características) de Dios no son contradictorios. Él es absolutamente Justo y, no obstante, incondicionalmente un Dios de amor. Ambos atributos se complementan. Dios es «Santo por ser Justo» y es «Justo por ser Santo». Es decir, imparte su justicia con amor, y propaga su amor con justicia.

El perfecto ejemplo de cómo el amor y la justicia de Dios se concilian lo encontramos en la cruz. En su amor, Dios envió a su Hijo para pagar el castigo de nuestros pecados para que su justicia fuera satisfecha y su amor se manifestara. Porque «la paga del pecado es muerte» (Romanos 6:23). Y el pecado contra el Dios eterno exige la muerte eterna (d. Apocalipsis 20:14-15). Por eso, cuando Cristo murió por nuestros pecados como leemos en Romanos 5:8, el Justo sufrió por los injustos (cf. 1 Pedro 3:18) para llevamos a Dios.

«Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en Él recibiéramos la justicia de Dios» (2 Corintios 5:21).

La justicia de Dios exige que el pecado sea castigado, pero su amor lo lleva a salvar a los pecadores. Con la muerte de Cristo se satisface la justicia divina y se manifiesta su amor. Por lo tanto, no hay contradicción entre la justicia absoluta y el amor incondicional. A modo de ilustración, Dios es como un juez que, después de pronunciar la sentencia a la parte culpable, se quitó la toga, se paró junto al convicto y pagó la pena. En el calvario, Jesús hizo lo mismo por nosotros. En la cruz se conciliaron la justicia y misericordia.

Conclusión

Hasta los niños más pequeños como mi nieto pueden hacer preguntas difíciles, pero hay buenas respuestas para todas estas «preguntas acerca de Dios» y la Biblia nos exhorta a encontrarlas y darlas. Pablo escribió: «Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno» (Colosenses 4:6).

Una acotación, mi nieto acaba de graduarse y se está preparando para estudiar Apologética (la defensa de la fe) en un seminario. Pronto estará preparado para responder al mismo tipo de preguntas que hizo. Uno no puede más que imaginarse qué estaría haciendo hoy si nadie hubiese respondido a sus preguntas.

¿QUIÉN CREO A DIOS? Edición en español publicada por Editorial Vida – 2007 Miami, Florida

© 2003 por Ravi Zacharias y Norman Geisler

 

Un poco de descanso y relajación

Septiembre 24

Un poco de descanso y relajación

Lectura bíblica: Mateo 6:19–24

No podéis servir a Dios y a las riquezas. Mateo 6:24

a1—Está bien, entiendo que no puedo quitarle la primera parte a mi Biblia ni los mandatos que contiene —dijo Nora—. Pero mire los Diez Mandamientos. Una amiga creyente y yo tuvimos una discusión tremenda sobre el cuarto mandamiento, ese de acordarse del sábado para santificarlo. ¿Eso quiere decir que si hago mis tareas escolares el domingo estoy pecando? ¿O si hago trabajar a otro porque como en un restaurante el domingo o porque miro la TV los domingos a la tarde? Mi amiga afirma que la Biblia dice que no podemos trabajar los domingos ni siquiera para hacer las tareas escolares.

Aquí va la primera mitad de la respuesta. Los cristianos de la actualidad no están obligados a seguir la ley del sábado del Antiguo Testamento. De hecho, es el único de los Diez Mandamientos que no se repite en el Nuevo Testamento. Seguir esa ley significaría paralizar todo trabajo desde la puesta del sol el viernes hasta la puesta del sol el sábado. Ese es el sábado judío.

Pero aquí va la segunda mitad de la respuesta. Los cristianos primitivos siguieron observando el principio moral en que se basa la ley al reservar el primer día de la semana —el domingo— para descansar y adorar a Dios (ver Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2; Apocalipsis 1:10).
Ahora, junta esas dos partes: No tienes que obedecer la ley del sábado del Antiguo Testamento, pero debes reservar un día por semana para descansar y adorar a Dios (ver Hebreos 10:25).

El domingo da resultado porque es el día cuando se llevan a cabo la mayoría de los cultos cristianos. Los creyentes que están obligados a trabajar los domingos deben dedicar parte del domingo o de otro día para adorar al Señor y descansar. Pueden concurrir a los cultos los sábados de noche que ahora realizan muchas iglesias.
Y esa no es una idea que es buena únicamente para los mayores. Si eres estudiante, la escuela es tu trabajo. En este caso, Dios quiere que veas cómo puedes hacer para que tus tareas escolares no interfieran con tu tiempo de adoración y descanso que Dios te quiere dar.

Ahora bien, quizá estés inquieto por esos jugadores de fútbol que están obligados a trabajar los domingos porque tú quieres acomodarte en el sillón para ver un buen partido. Bueno, no pecas por mirar partidos de fútbol, o por correr por el patio, o por comer en un restaurante o por comprar algo los domingos. Si los que te atienden quieren obedecer a Dios, escogerán otro día a la semana para descansar y adorar a Dios. Si no lo hacen, es decisión de ellos, no tuya.

Dios quiere que tengas la experiencia de enfocarte en él de una manera especial un día por semana. También quiere que tengas un descanso. ¡Y esa adoración y ese descanso son un regalo que te hace a ti!

PARA DIALOGAR
¿Qué opinas de un Dios que quiere que te tomes un tiempo cada semana para descansar y adorarlo? ¿Qué te parece ese regalo cariñoso que te da?

PARA ORAR
Señor, gracias porque nos amas tanto que quieres que descansemos y te adoremos.

PARA HACER
¿Qué hacen ustedes como familia para hacer del domingo (u otro día) un día de adoración y descanso?

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

¿CÓMO PUEDE UN DIOS BUENO MANDAR A LAS PERSONAS AL INFIERNO?

Autor: Norman Geisler

¿CÓMO PUEDE UN DIOS BUENO MANDAR A LAS PERSONAS AL INFIERNO?

a1Esta pregunta supone que Dios envía a las personas al infierno contra la voluntad de ellas. Pero no es ese el caso. Dios quiere que todos sean salvos (d. 2 Pedro 3:9). Quienes no son salvos es porque no desean serlo. Jesús dijo: «¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!» (Mateo 23:37).

Como lo expresó C.S. Lewis: «La puerta del infierno se cierra del lado de adentro». Todos aquellos que se encuentran allí lo hacen por decisión propia. Además agrega: «En última instancia, hay solo dos tipos de personas: aquellas que le dicen a Dios: «Hágase tu voluntad» y aquellas a quien Dios les dice: «Hágase tu voluntad». Todas las personas que eligen hacer su propia voluntad acabarán en el infierno». Lewis creía que «sin esa decisión personal no habría infierno. Ningún alma que quiera ferviente y constantemente tener gozo quedará defraudada. Quienes buscan, encontrarán. A quienes llamen, se les abrirá»5.

Dios es Justo y debe castigar el pecado (cf. Habacuc 1:13; Apocalipsis 20:11-15), pero es también Amor (d. 1Juan 4:16), y este no puede obligar a nadie a amarlo. El amor no obra por coerción sino solo por persuasión. Amar por obligación es una contradicción de términos. Por lo tanto, el amor de Dios exige que haya un infierno donde aquellas personas que no desean amarlo puedan experimentar el gran divorcio cuando él les diga: «¡Hágase tu voluntad!».

¿QUIÉN CREO A DIOS? Edición en español publicada por Editorial Vida – 2007 Miami, Florida

© 2003 por Ravi Zacharias y Norman Geisler

La gracia es suficiente, ¿o no?

Septiembre 23

La gracia es suficiente, ¿o no?

Lectura bíblica: Hebreos 10:1–10

La ley es sólo una sombra de los bienes venideros y no la presencia misma de estas realidades. Hebreos 10:1 (NVI)

a1Nora estaba confundida. Tenía el ceño fruncido y una expresión en su rostro que más bien parecía un gigantesco signo de interrogación. Ella no era la única en la clase de la Escuela Dominical que parecía perdida.

—Algunas de estas cosas del Antiguo Testamento son de lo más raras —le dijo al maestro—. Lo que yo quiero saber es que si como cristianos se supone que también tenemos que obedecer al Antiguo Testamento, ¿o no?
—Bueno, empecemos con la diferencia principal —sugirió el maestro—. Habrás notado que los cristianos no siguen la práctica del Antiguo Testamento de sacrificar animales para estar bien con Dios.
—Sí —respondió ella, asintiendo con la cabeza—. Nadie me dijo que trajera una vaca o una paloma al templo y que la dejara aquí. Pero, ¿por qué le dijo Dios a su pueblo que sacrificaran animales? Y si los animales reconciliaban al pueblo con Dios en el Antiguo Testamento, ¿por qué tuvo que morir Jesús?

El maestro explicó que en el Antiguo Testamento el pueblo de Dios ofrecía granos, por ejemplo, de trigo, aves y animales como un acto de adoración. Y una vez por año celebraban un sacrificio muy, pero muy especial el día de la Expiación (ver Levítico 23:28). Pero estos sacrificios tenían que repetirse un año tras otro, porque no limpiaban totalmente al pueblo de sus pecados. Los que adoraban a Dios seguían sintiéndose culpables. Sabían que necesitaban algo más.
Jesús fue ese “algo más”. Cuando Jesús vino al mundo, anuló los sacrificios de la fe del Antiguo Testamento al pagar la pena por nuestros pecados una vez para siempre.
Cuando murió Jesús, hizo por nosotros lo que nosotros no podemos hacer por nosotros mismos. Como cristianos, confiamos en Jesús como el pago de Dios por nuestros pecados. Su muerte en la cruz significa que no necesitamos complacer a Dios tratando de ser perfectos. Ni pagando por nuestros pecados con nuestra propia vida. Ni derramando la sangre de animales.

Algunas veces, como creyentes, quisiéramos acelerar el Antiguo Testamento y concentrarnos directamente en Jesús. Pero todo el Antiguo Testamento fue escrito para enseñarnos (ver 1 Corintios 10:11). Y los sacrificios de la época del Antiguo Testamento son una representación de cómo Jesús sacrificaría su vida para darnos perdón. Dios usó cientos de años de sacrificios para pintarnos un cuadro de lo horrible que es el pecado y la profunda necesidad que el ser humano tiene de un verdadero Salvador. ¡Seguramente Dios cree que esas son lecciones importantes que debemos aprender!

PARA DIALOGAR
¿De qué manera fue Jesús un sacrificio mejor que el de animales?

PARA ORAR
Señor, te damos gracias por tu amor que nunca cambia. Gracias por darnos a Jesús como el sacrificio perfecto y completo por nuestros pecados.

PARA HACER
Determina una manera de explicarle a un amigo la relación de los sacrificios del Antiguo Testamento con lo que Jesús hizo por nosotros.

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

¿CÓMO PUEDE HABER TRES PERSONAS EN UN DIOS?

Autor: Norman Geisler

¿CÓMO PUEDE HABER TRES PERSONAS EN UN DIOS?


a1¿Cómo puede Dios ser tres y sin embargo Uno? ¿Acaso no es eso una contradicción? Todo parecería indicar que si Dios es Uno no puede ser tres, o que si es tres no puede ser Uno. Pero no puede ser al mismo tiempo tres y uno. Sería una violación al principio más fundamental de la lógica, el principio de no contradicción.

En primer término, creer como cree el cristianismo en una Trinidad, tres personas en una, no es una contradicción. Estamos frente a una contradicción solo cuando algo es A y no es A al mismo tiempo y en el mismo sentido. Dios es tanto tres y uno al mismo tiempo pero no en el mismo sentido. Él es tres personas pero una en esencia. Dios es tres personas pero solo una en naturaleza.

Sería una contradicción decir que Dios tiene tres naturalezas en una naturaleza o que son tres personas en una persona. Pero no hay ninguna contradicción cuando se afirma que Dios es tres personas en una naturaleza. Dios es como un triángulo; tiene al mismo tiempo tres ángulos y, sin embargo, es solo un triángulo. Cada ángulo no es lo mismo que todo el triángulo. O sea, Dios es como la tercera potencia (1′). 1 x 1 x1=1.Dios no es 1+1+1=3,en cuyo caso sería triteísmo o politeísmo. Dios es uno, manifestado eterna y simultáneamente en tres personas diferentes.

Dios es amor (cf. 1 Juan 4:16). Pero para que haya amor, debe haber un ser que ame (el Padre), un ser amado (el Hijo) y un espíritu de amor (el Espíritu Santo). Por lo tanto, el amor mismo es una unidad tripartita.

Otra ilustración de la Trinidad es que Dios es como mi mente, las ideas, y las palabras. Hay una unidad entre éstas y, sin embargo, es posible diferenciarlas unas de otras.

Por supuesto, la Trinidad es un misterio. No es posible comprenderla con la razón pero tampoco es contraria a la razón. Podemos entenderla, pero no podemos llegar a comprenderla en toda su plenitud. Alguien, con mucha sabiduría, ha dicho: «Si intentáramos entender a Dios completamente, podríamos llegar a perder el juicio, pero si no creemos sinceramente en la Trinidad, ¡perderemos el alma!».

¿QUIÉN CREO A DIOS? Edición en español publicada por Editorial Vida – 2007 Miami, Florida

© 2003 por Ravi Zacharias y Norman Geisler

¿Vale hoy el Antiguo Testamento?

Septiembre 22

¿Vale hoy el Antiguo Testamento?

Lectura bíblica: 1 Juan 2:7–11

Amados, no os escribo un mandamiento nuevo sino el mandamiento antiguo que teníais desde el principio…… este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros. 1 Juan 2:7; Juan 15:12

a1Los padres de Alejandro le compraron una regla que tenía impresa los nombres de todos los libros de la Biblia. En el campamento de la iglesia hasta aprendió un canto con todos los nombres. Pero sigue estancándose allí por Abdías. Y lo peor es que no sabe qué tiene de malo eso.

Tema para comentar: La primera parte de la Biblia, ¿tiene alguna importancia en la actualidad?

¡Sí! Jesús dijo: “No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17).
Los Diez Mandamientos, por ejemplo, nos enseñan cosas que debemos hacer por amor, y cosas sin amor para evitar, en nuestra relación con Dios y con los demás:

1. No tendrás otros dioses delante de mí indica que tu amor a Dios debe ser puro, sin competir con otras personas, cosas o ideas.
2. No te harás imagen de ningún tipo te indica que enfoques tu dedicación en Dios mismo, no en objetos religiosos ni en dioses falsos.
3. No tomarás en vano el nombre de Jehovah tu Dios indica que tu lealtad a Dios incluye respeto por su persona y por su nombre.
4. Acuérdate del día del sábado para santificarlo te indica que debes honrar a Dios dedicando un tiempo semanal para adorarlo y para descansar.
5. Honra a tu padre y a tu madre te indica que expreses tu cariño por tus padres respetándolos y obedeciéndolos.
6. No cometerás homicidio te indica que debes amar a tus prójimos por medio de considerar de inmenso valor la vida humana.
7. No cometerás adulterio te indica que seas fiel y te conserves puro para tu cónyuge o para tu futuro cónyuge.
8. No robarás te indica que demuestres tu amor a otros respetando sus pertenencias.
9. No darás falso testimonio contra tu prójimo te indica que demuestres amor por medio de la honestidad y veracidad.
10. No codiciarás te indica que tu amor por tu prójimo debe centrarse en lo que puedes dar a otros en lugar de lo puedes hacer para obtener lo que les pertenece a ellos.

Dios no quiere que tengamos que andar adivinando cómo se expresa el amor. Lo explica claramente en sus mandamiento. ¡Tenemos un Dios que tiene un amor increíble!

PARA DIALOGAR
¿Qué provecho te brinda el Antiguo Testamento?

PARA ORAR
Señor, enséñanos lo bueno y lo malo por medio de tus mandatos que nunca cambian.

PARA HACER
Memoriza los nombres de los libros del Antiguo Testamento o los Diez Mandamientos.

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

¿QUÉ HACÍA DIOS ANTES DE CREAR AL MUNDO?

Autor: Norman Geisler

¿QUÉ HACÍA DIOS ANTES DE CREAR AL MUNDO?

a1Otra pregunta acerca de Dios que a menudo plantea dificultades es: ¿Qué hacía Dios antes de crear el mundo? Agustín, el famoso erudito cristiano del siglo quinto, tenía dos respuestas: una graciosa y la otra en serio. La primera era que Dios ocupaba su tiempo preparando el infierno para las personas que hacían este tipo de preguntas. La respuesta seria era que no disponía de tiempo porque el tiempo no existía antes de haberse creado.

El tiempo comenzó con la creación. Antes de la creación, el tiempo no existía y, por lo tanto, Dios no disponía de tiempo. El mundo no tuvo principio con una creación en el tiempo sino con la creación del tiempo. Pero, tal vez se pregunten, si el tiempo no existía antes de que comenzara el tiempo, ¿qué había en vez de tiempo? La respuesta es: la eternidad. Dios es eterno, y lo único que había antes de que existiera el tiempo era la eternidad.

Además, la idea implícita en este tipo de pregunta es que un ser infinitamente perfecto como Dios podría aburrirse. El aburrimiento, sin embargo, es un signo de imperfección e insatisfacción, mientras que la satisfacción de Dios es perfecta. Por lo tanto, de ninguna manera se puede concebir a Dios aburriéndose, ni siquiera aunque haya tenido largos períodos de tiempo en sus manos. Una mente infinitamente creativa siempre encuentra algo interesante para hacer. Solo las mentes finitas, cuando no encuentran nada interesante que hacer, se aburren.

Por último, el Dios cristiano son tres personas que están en perfecta comunión. No hay manera de que dicho ser pueda aburrirse o sentirse solo. Además de tener siempre alguien «con quien hablar», este alguien es un ser cuyo amor, comprensión y comunión son perfectas. El aburrimiento en dicho ser es imposible.

¿QUIÉN CREO A DIOS? Edición en español publicada por Editorial Vida – 2007 Miami, Florida

© 2003 por Ravi Zacharias y Norman Geisler

Esto es amor

Septiembre 21

Esto es amor

Lectura bíblica: Deuteronomio 28:1–6

Y sucederá que si escuchas diligentemente la voz de Jehovah tu Dios, procurando poner por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy… bendito serás al entrar, y bendito al salir. Deuteronomio 28:1, 6

a1Cecilia era responsable de hacer ciertas tareas en su casa, pero esa semana no las había hecho. Y cuando sus padres le dijeron que tenía que terminarlas el sábado a la mañana —antes de que empezara a hacer ninguna otra cosa— se puso insolente. Sus padres le explicaron con calma que si ella no podía ayudar con las tareas de la casa esa mañana, ellos no podían dejarla ir a la casa de su amiga esa tarde.

A Cecilia no le hizo gracia tal razonamiento. Miró con rabia a sus padres. Y les gritó:
—¡Si de veras me quisieran, me dejarían hacer lo que quiero!

Tema para comentar: Cuando alguien te hace obedecer alguna regla, ¿es bueno eso? ¿De qué manera nos demuestra amor el hecho de exigirnos hacer lo que es bueno?
No tienes que buscar lejos para encontrar chicos que no entienden que hay una relación entre las reglas y el cariño. No sólo tienen problemas con que sus padres o maestros tengan reglas. Creen que Dios debe ser un señor horrible por habernos dado un libro con tantas órdenes. Razonan una de dos cosas:

(a) Si Dios me amara, no me exigiría que siga ninguna regla.
(b) Si Dios tiene reglas que espera que obedezca, no puede ser que me ame.

Esos chicos están confundidos. El amor es lo que motiva las reglas que Dios establece. La introducción al segundo mandamiento aclara desde el principio: “Porque yo soy Jehovah tu Dios,… muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos” (Éxodo 20:5, 6).
Cuando Dios dio la ley, dijo que era “para tu bien” (Deuteronomio 10:13). Su propósito era sustentar y proteger a su pueblo. Su meta al dar su ley era asegurar nuestra prosperidad y nuestro gozo, y evitarnos sinsabores y sufrimientos.

Todas las reglas de Dios demuestran el amor de Dios también de otra manera. Son una señal del amor de Dios porque nos indican cómo disfrutar del amor. Todo el propósito de los Diez Mandamientos y otros mandatos bíblicos es explicar exactamente cómo es el amor, y evitar los conflictos con los demás.

Quizá las palabras del rey David lo resumen mejor. Tenía un concepto increíble de las reglas de Dios: “¡Cuánto amo tu ley!… más que el oro, más que el oro puro” (Salmo 119:97, 127). ¡Dios nos dio sus mandatos llenos de amor porque nos ama!

PARA DIALOGAR
¿No te parece maravilloso que Dios te ama tanto que te da lo que necesitas para amarlo a él y amar a otros?

PARA ORAR
Expresa tu gratitud a Dios por la sabiduría de su amor.

PARA HACER
Dedica hoy un momento para adorar al Dios que dio los mandatos bíblicos.

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.