¿CUÁL DEBERÍA SER LA RELACtÓN ENTRE TEOLOGÍA Y CIENCIA?

Autor: William Lane Craig

¿CUÁL DEBERÍA SER LA RELACtÓN ENTRE TEOLOGÍA Y CIENCIA?

a1Las respuestas a esta pregunta tan discutida pueden dividirse básicamente en dos grandes campos: quienes insisten en que no hay conflicto posible entre la ciencia y la teología y aquellos que consideran que dicho conflicto es posible. Los cristianos deberían ser cautelosos antes de aceptar la respuesta fácil del primer campo. Es muy tentador para los creyentes religiosos tratar de evitar todo el problema y afirmar que la religión y la ciencia nunca pueden entrar en conflicto, no hay nada de qué preocuparse. Pero esta respuesta puede ser considerada inaceptable una vez que la examinamos con más detenimiento, porque cualquiera que opte por esta primera respuesta, debe sostener una teoría de la doble verdad, según la cual algo puede ser científicamente falso pero teológicamente verdadero; o que son complementarias, que la ciencia y la teología son dos campos que no se superponen (la ciencia se refiere a los hechos y la teología nos da el marco de los valores y el sentido). Sin embargo, la teoría de la doble verdad es incoherente, dado que hay una verdad objetiva acerca de la realidad. (Afirmar: «No hay verdad objetiva» sería en sí una verdad objetiva y, por lo tanto, ¡estaría refutando lo que pretende afirmar!). Pero si hay una verdad objetiva acerca de cómo es el mundo, no es lógico afirmar, por ejemplo, que mientras, desde el punto de vista científico, es verdadero que el universo es eterno y no fue creado, no obstante, desde el punto de vista teológico, es verdad que tuvo un principio y que fue creado.

Con respecto a que se traten de dos disciplinas complementarias, la aproximación popular demasiado a menudo no es más que una excusa velada para desestimar los postulados de verdad de la religión, como es evidente en el comentario cándido de Freeman Dyson: «A fin de cuentas, la ciencia trata acerca de cosas y la teología trata acerca de palabras». La idea de que sean dos campos complementarios también es inaceptable, porque la fe cristiana hace afirmaciones históricas, y la historia tiene, desde un punto de vista epistemológico, la misma jerarquía que la ciencia, como es evidente especialmente en las ciencias históricas como la paleontología y la cosmología. Por lo tanto, no se puede evitar la posibilidad de verdades conflictivas entre la ciencia y la religión. Debemos reconocer el riesgo que esto implica para la fe cristiana: la verdad del cristianismo estaría en peligro. Sin embargo, ahí radica también su grandeza, porque el mundo que ambos campos tienen en común y que hace posible el conflicto también ofrece la posibilidad de verificar las verdades preconizadas por la teología cristiana.

¿Cómo describe la ciencia moderna al mundo?

C.P. Snow se lamentaba en su famoso ensayo: «The Two Cultures» [Las dos culturas], que a pesar de que la mayoría de las personas viven en una era científica y disfrutan diariamente los beneficios de la misma, no tienen idea de lo que ésta enseña acerca del mundo. Aunque la mayoría hemos cursado materias de ciencia en la escuela y la secundaria, pocos podríamos describir ni siquiera a grandes rasgos la imagen del mundo representada por la ciencia moderna. Sin embargo, si no se entiende cómo concibe el mundo, resulta imposible poder relacionar nuestra teología con la ciencia y arribar a una cosmovisión unificada. Por lo tanto, con la ayuda de Victor Weisskopf, quisiera esbozar un perfil de la visión que la ciencia moderna tiene del mundo conforme a su desarrollo histórico:

Unificación de la mecánica celestial y terrenal: las mismas leyes de la naturaleza rigen en todo el universo.

La existencia de especies atómicas: toda la materia es el resultado de la combinación de unos cientos de átomos elementales diferentes.

El calor es movimiento aleatorio: el calor se debe al movimiento de las partículas de la materia y no es en sí una sustancia.

La unificación de la electricidad, el magnetismo y la óptica: son todas manifestaciones del mismo campo electromagnético.

La evolución de los seres vivos: la vida y la complejidad biológica surgió como se describe en la síntesis Neodarwiniana.

La teoría de la Relatividad: el espacio y el tiempo están unificados en las cuatro dimensiones espacio y tiempo, cuya curvatura corresponde a campos gravitacionales.

La teoría Cuántica: a un nivel sub-atómico las nociones de posición y de momento tienen límites debidos a la indeterminación causal.

La Biología Molecular: el descubrimiento de la macro- molécula de ADN reveló que el código genético es responsable del desarrollo de los seres vivos.

La «Escala» Cuántica: los sistemas materiales están ordenados jerárquicamente de manera que, cuanto menor sea el sistema, mayor será la energía condensada allí, develando así el secreto de la energía nuclear.

Un universo en expansión: el universo tiene una evolución histórica que comenzó con una gran explosión.

Muchas de estas cuestiones dan lugar a importantes cuestiones de orden apologético. Los cristianos alertas, especialmente los líderes, necesitan contar con una comprensión general de estas cuestiones y estar preparados para ofrecer su perspectiva al respecto y sugerir recursos apropiados a quienes deseen respuestas más profundas.

Lamentablemente, las cuestiones que deben discutirse son tantas y la amplitud de los temas es tan vasta que el espacio del que disponemos no permitirá más que un tratamiento superficial de los mismos. Por lo tanto, he decidido considerar brevemente solo cuatro áreas que se han caracterizado últimamente por una interacción significativa entre la teología cristiana y la ciencia.

¿QUIÉN CREO A DIOS? Edición en español publicada por Editorial Vida – 2007 Miami, Florida

© 2003 por Ravi Zacharias y Norman Geisler

Dios rompió tu molde

Octubre 4

Dios rompió tu molde

Lectura bíblica: Salmo 139:13–18

Tú formaste mis entrañas… Te doy gracias porque has hecho maravillas. Salmo 139:13, 14

Qué susto se dio Celina. Paseando muy tranquila por el centro de su pueblo, de pronto vio a su hermana melliza.

a1Eso no tendría nada de raro si Celina tuviera una hermana melliza.

A Celina le empezó a dar vueltas las cabeza. Quizá ella y esta chica idéntica habían sido separadas cuando nacieron. O quizá sus padres la habían clonado secretamente. O quizá alguna extraña mutación había producido un chica igualita a ella.

Está bien, está bien. ¡Me inventé este cuento! La realidad es que vivirás toda tu vida y nunca te encontrarás con nadie que sea totalmente igual a ti centímetro por centímetro, kilo por kilo, nariz por nariz, oreja por oreja, cabello por cabello. Aun los mellizos “idénticos” tienen diferencias físicas. Aun si tu exterior se pareciera a otro, nadie puede ni siquiera empezar a describir las diferencias en tu interior. Nuestro cerebro tiene diferencias innatas evidentes. Nuestro medio ambiente crea diferencias aún mayores. Todas esas cosas se suman para hacer de cada uno de nosotros una persona tremendamente única.

Cuando se trató de crearte a ti, Dios te hizo singular. De los miles de millones de seres humanos en el planeta Tierra en este momento, nadie es justamente como tú. Ocupas un lugar único en los designios perfectos de Dios. Quizá no sepas todos los detalles de por qué Dios te diseñó exactamente de la manera como lo hizo. Pero él sí sabe. Aun antes de que nacieras, ya tenía planeado cada momento de tu vida.

A lo mejor eres sesudo pero te gustaría ser un buen deportista. O a lo mejor eres callado y preferirías ser el que alegra todas las fiestas. No obstante, cada cualidad tiene su valor. Por eso, no malgastes tu vida deseando tener el cabello, el cuerpo, los talentos o las habilidades de alguna otra persona. Cada minuto que te enfocas en tratar de ser como otra persona es un minuto que te pierdes de ser tú mismo.

A Dios le superencanta la variedad. Por eso no es lógico pensar que pudiera crear gente idéntica. Su amor por nuestras diferencias se nota en la manera como nos creó. Altos, bajos, gordos, delgados. Gente que necesita anteojos. Gente a quienes les gusta dejarse crecer la barba. Ojos negros, ojos azules. Gente con tonos de piel diferentes y con diferentes colores de cabello. Dios los hizo a todos.

Dios te ha dado una personalidad con cualidades y habilidades especiales, ¡cosas que hacen que tú seas tú! Sólo cuando puedas apreciar esas características podrás desarrollarlas al máximo. ¡Y únicamente cuando pongas en práctica todos los dones que Dios te ha dado serás todo lo que Dios tuvo la intención que fueras!

PARA DIALOGAR
Piensa en las cualidades especiales que Dios le ha dado a cada uno de tus familiares. ¿De qué manera puede cada uno de ustedes usar esos dones para servirle?

PARA ORAR
Señor, ayúdanos a valorar las cualidades singulares que tú has dado a cada integrante de nuestra familia.

PARA HACER
Demuestra hoy tu aprecio por la singularidad de cada uno de tus familiares.

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.