Más preguntas difíles acerca de Cristo

Autor: LEE STROBEL

Más preguntas difíles acerca de Cristo

a1El pastor inglés, John Stott, ha señalado que Jesús cla~ ramente afirmó que «conocerlo a él era conocer a Dios; verlo era ver a Dios; creer en él era creer en Dios; acep~

tarlo era aceptar a Dios; odiarlo era odiar a Dios; honrarlo era honrar a Dios»’. Pero la pregunta crucial es: «¿Cómo saber que Jesús decía la verdad?».

En mi labor corno periodista para The Chicago Tribune había conocido a varios excéntricos que decían ser Dios, pero no me sentía en la obligación de inclinarme ante ellos y ado~ rarlos. Necesitaba más que una mera afirmación a secas; necesitaba pruebas. Y lo mismo era cierto en mi investiga~ ción espiritual de Jesús. Él podría haber afirmado ser el Unigénito Hijo de Dios, pero ¿qué había hecho para respal~ dar sus palabras?

Este asunto me condujo a tres cuestiones más difíciles, que tienen que ver con si él fue capaz de hacer milagros, cumplir las profecías mesiánicas de la antigüedad y resucitar de entre los muertos: logros que, de ser ciertos, aportarían confirma~ ción convincente a sus palabras de ser el Unigénito Hijo de’ Dios.

¿QUIÉN CREO A DIOS? Edición en español publicada por Editorial Vida – 2007 Miami, Florida

© 2003 por Ravi Zacharias y Norman Geisler

¡Feliz Día de la Dependencia!

Octubre 18

¡Feliz Día de la Dependencia!

Lectura bíblica: Santiago 4:7–10

Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. Santiago 4:10

a1La mayoría de los países tienen un día que llaman Día de la Independencia. Lo festejan de distintas maneras, pero casi todas con desfiles, fuegos artificiales, enarbolando la bandera, escuchando discursos y cantando cantos patrióticos. Es un reconocimiento a la fecha cuando una nación adoptó su Declaración de Independencia, anunciando su liberación de sus ataduras a otra nación.

Pero, ¿sabes que hay algo todavía mejor que ser independiente? Es ser dependiente de Dios.

Es muy probable que nunca se te haya ocurrido organizar un festejo para celebrar el Día de la Dependencia. Tener que depender de alguien es humillante, ¿no te parece? No nos gusta admitir que no podemos hacer todo por nuestra propia cuenta.

Dios nos da a todos capacidades y dones para servirle. Pero en cuanto intentamos hacerlo con nuestras propias fuerzas, estamos declarando la independencia, y eso es exactamente lo opuesto a lo que Dios quiere. En cambio, Dios quiere que admitamos una realidad que nos resulta difícil admitir: sin su poder obrando a través nuestro, somos débiles.

En el momento cuando Pablo se sentía más indefenso, esto es lo que el Señor le dijo: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Entonces Pablo agregó: “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo” (2 Corintios 12:9). Gloriarnos en nuestras debilidades parece una manera rara de conseguir poder, pero ¡así es como obra Dios!

Todos los creyentes hemos decidido admitir que necesitamos que Dios nos salve. Confiar en Cristo quiere decir que nunca podremos ganar su amor y el perdón por nuestras propias fuerzas. Pero el siguiente paso que Dios quiere que tomemos es admitir que nosotros también necesitamos toda su ayuda mientras vivimos la vida cristiana.

Dios te creó para que puedas hacer bien muchas cosas. Pero antes de lanzarte por la vida con tu propio poder, admite que dependes de Dios para que te dé su poder y orientación en todo lo que haces. No te sientas frustrado o avergonzado cuando tienes que depender de Dios. Puedes festejar tu dependencia… ¡todos los días del año!

PARA DIALOGAR
¿Te resulta difícil admitir que necesitas ayuda? ¿Por qué?

PARA ORAR
Señor, queremos depender de ti en todo lo que hacemos. Muéstranos tu poder en nosotros al vivir una vida dependiente de ti.

PARA HACER
Dale una oportunidad a esta cuestión de “dependencia”. Procura hoy servir a Dios haciendo algo que crees que no sabes hacer bien, ¡y pídele que te llene de su poder al hacerlo!

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.