Mas carne, más barata y a gusto del consumidor

Mas carne, más barata y a gusto del consumidor

a1Te invito a una hamburguesa cerca de mi casa porque tengo ganas de hablarte de Dios y de la iglesia, pero no quiero sonar demasiado religioso aunque muchas veces lo soy a mi pesar. En lugar de quedar contigo en un “templo” prefiero comentarte algunas cosas en un burger. He escrito algo, me gustaría que lo leyeras, sé que ahora leer no está de moda pero, esta vez, prefiero escribirlo para que no se me quede nada en el tintero. Si quieres podemos hablar de lo que he escrito, paramos cuando quieras, pregúntame o contesta mis preguntas, pero no te quedes ahí pasmado mientras te acabas la última patata. Tomemos decisiones, creo que está en nuestras manos hacer que nuestras vidas cambien.

¿Sabes? Nuestra vida espiritual se parece a esta hamburguesería, tanto en cosas buenas como en malas.

¿Qué vas a pedir?

Menú 1. Abriendo el apetito

Voy a ser sincero, veo mucha gente que “va a la iglesia” como si fuera a un “burger”. Es lo primero que me viene a la mente al ver mi propia vida cristiana y tal vez la de muchos.

Seguir a Jesús es lo mejor que podemos hacer, todo un reto que nos motiva a avanzar y a no conformarnos con lo que otros han hecho, pero creo que lo hemos entendido mal, que no somos responsables con lo que se nos ha otorgado.

Le hemos quitado importancia a todo lo que Dios nos ofrece y lo hemos convertido en comida rápida, en un producto que ofrecemos para saciar nuestras necesidades del momento.

Llevamos una vida de iglesia acomodada y a gusto del consumidor, una iglesia de la burguesía, hecha por nosotros y para nosotros.

Escuchamos Su Palabra como si fuera una hamburguesa que tiene que saber muy bien, pero poco nos interesa si realmente nos alimentará y será de provecho para nuestras vidas o nos convertirá en obesos espirituales acostumbrados a que nos lo den todo y ahora, y sin quemar ni un gramo de grasa espiritual.

Sampedro, Á. (2013). Igleburger (pp. 10–12). Álex Sampedro.

1. La fiabilidad del Nuevo Testamento

Autor: LEE STROBEL

1. La fiabilidad del Nuevo Testamento

a1En el capítulo anterior, vimos que los Evangelios que describen los milagros de Jesús se remiten a material aportado por testigos oculares, han sido confirmados por la arqueología en los casos que pueden verificarse y nos llegaron a través de los siglos con fidelidad. Además, el historiador Gary Habermas, autor de The Historical Jesús [El Jesús histórico], detalla treinta y nueva fuentes extrabíblicas de la antigüedad que corroboran más de cien hechos acerca de la vida, las enseñanzas, la muerte y la resurrección de Jesús.

A la luz de las presuposiciones contra todo lo sobrenatural propuestas por el Seminario de Jesús, y otros, la evaluación del estudioso del Nuevo Testamento, el inglés R.T. France, es de particular pertinencia:

«En cuanto a su carácter literario e histórico, tenemos buenas razones para tomar en serio a los Evangelios como fuente de información acerca de la vida y las enseñanzas de Jesús y, por lo tanto, como prueba de los orígenes históricos del cristianismo … A partir de allí, la decisión de cuánto el académico está dispuesto a aceptar la veracidad de los hechos documentados dependerá más de su apertura a una cosmovisión «sobrenatural» que de consideraciones estrictamente históricas».

Hay milagros en todo el estrato de las fuentes de los Evangelios. Por ejemplo, muchos eruditos sostienen la hipótesis de que Mateo y Lucas usaron como fuente un antiguo documento que contenía los dichos de Jesús, conocido como «Q», en donde habría información muy primitiva cuya confiabilidad esencial no podría haber sido arruinada por el desarrollo legendario. «Aun en Q, hay claramente una percepción del ministerio de milagros de Jesús», observa Craig Blomberg, autor de The Historical Reliability of the Gospels, [La historicidad de los Evangelios]. Por ejemplo, cuando los discípulos de Juan el Bautista le preguntaron a Jesús si era realmente el Cristo, les respondió en esencia que consideraran los milagros de sanidad y las resurrecciones como evidencia ( Mateo 11:2-6; Lucas 7:18-23).

Además, el milagro de la alimentación de los cinco mil aparece en todos los Evangelios, así que   «reafirman los múltiples testimonios de estos hechos», dice William Lane Craig, profesor de investigación de Filosofía en la Facultad de teología Talbot. Y recalca: «En ninguna de las fuentes hay vestigios de un Jesús de Nazaret que no fuera milagroso».

Esto es aún cierto para el caso de las cuatro fuentes independientes que los escépticos del Seminario de Jesús reconocen como base para Mateo, Marcos y Lucas.

En consecuencia, la mayoría de los críticos del Nuevo Testamento, incluso algunos de los más escépticos, se han visto obligados a admitir que Jesús, efectivamente, realizó milagros. «Quizás no todos crean que estos fueron milagros genuinos -observa William Lane Craig- pero la idea de
Jesús de Nazaret como un hacedor de milagros y exorcista es parte del Jesús histórico que por lo general aceptan los críticos hoy».

¿QUIÉN CREO A DIOS? Edición en español publicada por Editorial Vida – 2007 Miami, Florida

© 2003 por Ravi Zacharias y Norman Geisler

 

La sabiduría de la locura

Octubre 20

La sabiduría de la locura

Lectura bíblica: 1 Corintios 1:18–20

Para los que se pierden, el mensaje de la cruz es locura. 1 Corintios 1:18

a1Julio no veía la hora de llegar a la escuela esa mañana. Tenía que hablar con Tony, el chico que se sentaba al lado de él.

—¡Deberías haber estado allí!
—¿Estado dónde? —preguntó Tony, acomodando los libros en su pupitre.
Julio empezó a explicar:
—Papá me llevó a la carrera de autos este fin de semana. ¡Fue increíble! Hubieras visto los autos.
—He visto autos —dijo Tony.
—No, no entiendes. Estos autos eran increíbles. Cuando aceleraban el motor parecía que a uno le estaban sacudiendo los huesos. Y eran tan veloces que parecía que iban a salir volando de la pista para ir a parar a las gradas.
Tony se encogió de hombros:
—No hacen más que dar vueltas y vueltas. Me parece medio sonso.
Con esto, Julio se vino abajo.
—Lo único que te puedo decir es que fue extraordinario —dijo suspirando—. Si lo hubieras visto, pensarías lo mismo.
Tema para comentar: ¿Alguna vez has tratado de describirle a alguien una experiencia, pero no agarraba la onda? ¿Cómo te sentiste?

Frustrado, ¿no es cierto? A ti te resultaba tan claro pero para tu amigo que no lo vivió no tenía sentido.

Puede ser lo mismo cuando hablamos de Jesús. La Biblia nos dice que estemos preparados para compartir nuestra fe con todos, pero a veces nuestra explicación de Cristo y de lo que ha hecho en nuestra vida puede sonar extraño. En consecuencia, cuentas la asombrosa nueva de que Jesús es el Hijo de Dios, y algunos explotan. Le dices a alguien que has aceptado a Cristo como tu Salvador personal, y se echa a reír. Hablas de algo que aprendiste en la iglesia o de leer la Biblia, y los demás no entienden nada.

De eso está hablando Pablo. Dijo que el mensaje de Cristo —el mensaje que es tan superpoderoso para los que creen— les suena como una locura a otros.

Pero no te desanimes. Sigue adelante y testifica con confianza, porque estás testificando de la sabiduría y la verdad absolutas de Dios. Nunca sabes cómo el Espíritu Santo está usando tus palabras. Al final de cuentas, no te toca a ti cambiar el corazón de nadie. Por eso puedes ser fiel en hablar de lo que Dios ha hecho en tu vida, confiado que lo usará para su gloria.

PARA DIALOGAR:
¿De qué manera reaccionan las personas cuando hablas de Jesús?

PARA ORAR:
Señor, ayúdanos hoy a ser buenos amigos. Usa nuestras palabras y nuestra bondad hacia los demás como un medio para tocarles el corazón.

PARA HACER:
¿Puedes mencionar tres amigos que necesitan confiar en Cristo como su Salvador? ¿De qué manera puedes dejar que Dios te use para mostrarles que quiere salvarlos?

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.