Aprovechando al máximo los materiales VIVIR LA BIBLIA

La formación espiritual del niño

imgres

Betty S. de Constance

Parte 3

Una metodología práctica para la enseñanza bíblica de los niños

Capítulo 13

Aprovechando al máximo los materiales VIVIR LA BIBLIA

a1En mi experiencia a través de los años, en las iglesias evangélicas he encontrado muchas personas con una gran disposición de trabajar con los niños. Ellos se sienten desafiados con la idea de que Dios pueda usarlos para bendecir la vida de los niños. Sin embargo, hay algo que siempre desanima a este gran ejército de voluntarios. Es la falta de materiales adecuados para enseñar correctamente la Biblia. La mayoría de estos voluntarios “se las arregla” por un tiempo, utilizando cualquier recurso que puedan conseguir a duras penas. Pero la constante presión de tener una lección nueva cada semana hace que pronto se desanimen y quieran abandonar su compromiso inicial. Algunos, después de años de luchar a solas, se dan por vencidos y dejan para siempre el ministerio con los niños. El reclamo constante que he escuchado en mis viajes a través de América Latina es la falta de materiales didácticos para la enseñanza de la Biblia.

Desde hace más de veinte años he pensado en esta realidad y trabajado para solucionarlo. Los materiales que ahora escribo, junto con un grupo de colaboradores, representa una filosofía particular de enseñanza que quiero explicar.

Lecciones que siguen un orden cronológico

Los materiales, conocidos ahora como VIVIR LA BIBLIA, han sido escritos pensando en las realidades de las iglesias evangélicas de América Latina. Una queja común de muchos maestros es que la mayoría de los materiales que se consiguen para uso en las escuelas dominicales cubren algunas partes de la Biblia y nada más. Como resultado, los niños terminan estudiando vez tras vez los mismos personajes y los incidentes más destacados de la Biblia. Para tratar de corregir ese error nos hemos propuesto escribir materiales educativos siguiendo un orden cronológico, es decir, un orden en relación de las fechas de los sucesos o los incidentes con el tiempo. Esto permite que el niño que es fiel en su asistencia a la escuela dominical por tres años recibirá una vista panorámica de la parte narrativa de la Biblia. La parte narrativa se refiere a los eventos en la vida de personajes. Por supuesto, no se pretende incluir todas las historias que se encuentran registradas en la Biblia, sino que se han elegido aquellos incidentes y personajes más adecuados al proceso de aprendizaje del niño. Utilizando este método, el niño (y su maestro) se salvará de estudiar año tras año las mismas historias, dejando de lado mucha riqueza bíblica sin conocer. No se busca que el niño conozca todo lo que dice la Biblia puesto que hay partes que él no va a poder entender. Si son difíciles para el adulto, cuánto más para el niño. Más bien la finalidad es que el niño reciba el efecto de la enseñanza de la Biblia por medio de su correcta aplicación a su vida.

Esto no quiere decir que forzosamente las lecciones de VLB tienen que ser enseñadas en cierto orden o sino no sirven. Más bien se trata de enlazar una serie con la siguiente para darle una continuidad correcta.

Ayudas visuales actualizadas

Otra característica que se ha tomado en cuenta al preparar estos materiales es el reconocimiento de que los niños tienen ciertas limitaciones particulares en el aprendizaje. El niño no aprende de la misma manera en que lo hace el adulto. Para el adulto, la explicación verbal de algún elemento desconocido generalmente le basta para elaborar y entender el concepto. Pero para el niño no es así. Como todavía su vocabulario no está muy desarrollado, muchas de las palabras que no conoce las interpreta a base de sus limitadas experiencias y les da a ellas el significado que encuadra con su experiencia de vida.

En una ocasión una maestra contó a su clase la historia de Jesús hablando con la mujer samaritana mientras estaba sentado al lado de un pozo. Para su sorpresa, cuando los niños repasaron la historia, hablaron de Jesús sentado en la calle. Al reflexionar, la maestra se dio cuenta de que su clase se componía de niños de la ciudad y que los únicos “pozos” que conocían eran los que se formaban en el asfalto de las calles. La idea mental de los niños de un Jesús sentado en plena calle hablando con una mujer era perfectamente coherente con su limitada experiencia.

Los padres y maestros tienen múltiples ejemplos parecidos a éste que muestran las limitaciones del vocabulario de un niño. Nuestra primera reacción a una situación así es de reírnos frente a su ignorancia. Sin embargo, es el adulto que tiene la culpa por dar por sentado que los niños entienden ciertos detalles, ignorando que éstos sólo sirven para confundir al niño. Ésta es una de las razones fundamentales por usar material visualizado en la enseñanza de los niños. Una figura, lámina o dibujo le sirve al maestro como un respaldo seguro en su enseñanza, haciendo más probable que el niño comprenda lo que se está explicando. Por eso, cada lección de los materiales VLB incluye elementos visualizados para lograr claridad en la enseñanza. Las partes visualizadas contienen un estilo de dibujo que se podría llamar “caricatura respetuosa”, creados por Clemente Montag, un talentoso dibujante cristiano argentino. Su estilo hace más fácil cruzar las diferencias culturas y lograr un nivel de identificación de parte de los niños de diversas naciones. Hemos comprobado que sus ilustraciones bíblicas y de la vida real logran una respuesta positiva en los niños y esto ayuda para que la enseñanza sea agradable y quede fijada en su mente.

Las actividades participativas

Muchos educadores experimentados nos aseguran que el niño no hace suyo ningún elemento aprendido si no participa en alguna expresión propia de ese concepto. La regla didáctica inalterable es ésta: el niño aprende participando. Esto rige también en cuanto al aprendizaje de los valores cristianos. La meta es que el niño internalice o asuma los valores que va aprendiendo con relación a la vida cristiana. El paso esencial en el proceso del aprendizaje de estos valores es la oportunidad de ponerlos en práctica en circunstancias acordes con sus experiencias de niño.

A pesar de este fundamento pedagógico para la enseñanza, es sorprendente cuán pocos de los materiales para la enseñanza de la Biblia a los niños contienen ayudas para una correcta aplicación de la lección. Se da por sentado que el maestro tendrá la capacidad y experiencia como para poder hacer esa aplicación. Creo que seguimos el modelo que tenemos en los mensajes del pastor en donde, por lo general, no hay una aplicación específica que ayude a los oyentes a poner en práctica lo que han escuchado. Se supone que la gente lo hará a su modo. Pero en mi experiencia como educadora y directora de programas educativos, ésta es precisamente el área donde fracasamos en la enseñanza de la Biblia. Nunca debemos dar por sentado que las personas sabrán hacer su propia aplicación, mucho menos que los niños lo podrán hacer.

Es por eso que desde un comienzo nos hemos propuesto proveer los elementos necesarios para que el maestro pueda hacer la aplicación de la verdad bíblica a su clase de escuela dominical. En los materiales VLB se encuentran instrucciones detalladas para lograr este fin. Se hace esto a través de una diversidad de actividades: estudio de casos, rol-plays, dramatizaciones, diálogos, canciones, juegos y actividades diversas utilizando visuales. Generalmente estas actividades se llaman “la aplicación”. Yo prefiero el término sugerido por la profesora Ana Somoza, “transferencia a la vida” porque estamos tratando de trasladar la enseñanza de la lección bíblica a la realidad de la vida del niño. Los maestros que han estado usando por un tiempo los materiales VLB comentan que son las aplicaciones detalladas lo que realmente distingue a los materiales. Este énfasis sobre la participación del niño ha sido la razón de incluir también una manualidad como parte de cada lección. La enseñanza básica de cada lección está sintetizada en el trabajo manual, de modo que el niño pueda llevar a su casa un elemento que refuerce lo que aprendió en esa clase, algo sobre lo cual siente orgullo porque es algo elaborado por él.

La división de las edades

Otro elemento que es importante aclarar tiene que ver con la división de las clases según las edades. Para los niños de menos de doce años, utilizamos únicamente dos divisiones: escolares y preescolares.

En la mayoría de las escuelas dominicales se hace una división para niños escolares de esta forma: niños de seis a ocho años y niños de nueve a once años. Esto es correcto porque es una división natural. En los materiales de VLB identificamos a los manuales para estas dos edades como Serie Escolar. Creemos que el niño debe tener seis años para comenzar este nivel porque, para aprovechar las lecciones, es necesario que sepa leer o, por lo menos, sepa identificar palabras. Los niños de seis años necesitarán una ayuda especial de parte del maestro porque aún no saben leer. Es obvio que al tener una posible diferencia de seis años en la edad de los alumnos, el maestro tendrá que adecuar la historia bíblica a la edad de la mayoría de la clase. En la mayoría de los manuales hay sugerencias específicas para la enseñanza de la lección según esta división. Las ayudas visuales sirven para clases de ambos niveles. Es oportuno señalar que los trabajos manuales pueden resultar difíciles para los niños de seis y siete años. Por lo tanto, el maestro tendrá que ir a la clase habiendo hecho en su casa parte del armado de la manualidad.

La otra división que utilizamos se denomina Serie preescolar y son las lecciones para niños de tres a cinco años. Esta serie está dirigida especialmente a niños de cuatro y cinco años, pero contienen muchas actividades que los niños de tres años pueden aprovechar. Niños menores de tres años no deben formar parte de estas clases.

La duración de las clases

Otro elemento que forma parte de nuestra filosofía educativa tiene que ver con la duración de las clases. El estudio de la Biblia es algo que requiere mucho tiempo. Sin embargo, el tiempo que tenemos disponible para la formación espiritual de los niños generalmente se reduce a una media hora, o quizá 45 minutos, por semana. Si comparamos este tiempo con las muchas horas por día que el niño pasa en la escuela, nos daremos cuenta qué difícil, por no decir imposible, es la tarea de tener que enseñar las verdades bíblicas en un tiempo tan reducido. Sabemos que en el sentido práctico no nos quedan muchas opciones. Hemos elegido extender algo el tiempo de las clases. Por eso las lecciones de VLB han sido planeadas para ocupar una hora y media de tiempo. En muchas iglesias, el tiempo designado para clases de escuela dominical es de 25 a 30 minutos y en ese caso, las lecciones resultarán demasiado largas. Por eso algunos manuales traen sugerencias de cómo las lecciones pueden ser enseñadas en dos clases consecutivas. Otros manuales presentan un desarrollo específico para dos lecciones utilizando el mismo pasaje bíblico. Como estamos dedicados a la formación espiritual del niño, algo tan importante como lo es la formación intelectual, es necesario darle todo el tiempo posible. Entonces el niño se dará cuenta de la importancia del aprendizaje bíblico, porque se busca proveerle un tiempo agradable trabajando, compartiendo y jugando en su clase de la escuela dominical. Este tipo de enseñanza demanda más tiempo que los 30 minutos tradicionales.

Para que el maestro pueda tener el tiempo necesario para la lección, sugerimos algunas opciones.

1. Cuando los niños lleguen a la iglesia, llevarlos a la clase inmediatamente, sin que participen en una apertura de la escuela dominical.

2. Hacer que los niños participen en la apertura, pero permitirles que se queden en su aula hasta terminar la hora de la escuela dominical, sin participar en una clausura.

3. Dividir la lección en dos partes, para ser enseñada en dos domingos consecutivos. En cada manual hay instrucciones específicas para seguir este método. Creo que esta tercera opción es la más adecuada y la que menos altera el programa ya establecido para la escuela dominical.

Hay ciertas tradiciones que se siguen en las iglesias evangélicas que deben ser evaluadas. Por ejemplo, generalmente la apertura y la clausura de la escuela dominical, tan tradicionales en algunas iglesias, no están dirigidas a ninguna edad en particular ni tampoco cumplen una finalidad clara. En la práctica, lamentablemente, la apertura sirve para ocupar el tiempo en algunos cantos, anuncios o un mini-sermón, esperando que lleguen los alumnos que habitualmente aparecen tarde. En la clausura se espera que los alumnos repitan el texto bíblico que se ha aprendido ese domingo, obligando a que el maestro dedique una buena parte del tiempo de la clase a la memorización apurada de un versículo. Dada esa realidad, sería mucho mejor hacer un cambio en la estructura de la escuela dominical para que los niños aprovechen todo el tiempo posible aprendiendo de la Biblia en un contexto adecuado con sus necesidades.

Cuando en 1990 se fundó Publicaciones Alianza, se estableció que sería una editorial dedicada exclusivamente a la educación cristiana. Una de las metas de la editorial es mejorar la enseñanza bíblica en el ámbito niño y adolescente, proveyendo ayudas prácticas para ese fin. Otra es proveer talleres y encuentros de maestros para ayudar a cambiar las actitudes tradicionales y sugerir métodos para mejorar la enseñanza espiritual de la niñez. Y una tercera meta es la de ayudar a las iglesias a cambiar las estructuras tradicionales de la escuela dominical para que se dedique más tiempo a la enseñanza en sí de los niños. Es alarmante ver hoy día que hay iglesias que han decidido no tener una escuela dominical, o una enseñanza sistemática para la niñez, creyendo que ya no sirve. ¡Eso es trágico!

En alguna medida, nuestra visión para que se logren estas metas se va cumpliendo. Aunque nunca podremos decir que la tarea está cumplida, de a poco veo que nuestra visión se encarna en muchos otros, quienes harán los cambios que, con el andar de los años, nuestra sociedad nos obliga hacer. Los que mantienen viva esta visión la llevarán a nuevas alturas. Pido que el Señor nos conceda la humildad de cambiar lo que es necesario para educar mejor a los niños y adolescentes de nuestras iglesias y proveerles los elementos para la formación espiritual de sus vidas.

De Constance, B. S. (2004). La formación espiritual del niño (3a edición, pp. 109–117). Buenos Aires, Argentina: Publicaciones Alianza.

Muerte de Saúl y de sus hijos

1 Crónicas 10-13

imgres

Muerte de Saúl y de sus hijos

(1 S. 31.1-13)

a110:1  Los filisteos pelearon contra Israel; y huyeron delante de ellos los israelitas, y cayeron heridos en el monte de Gilboa.

Y los filisteos siguieron a Saúl y a sus hijos, y mataron los filisteos a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.

Y arreciando la batalla contra Saúl, le alcanzaron los flecheros, y fue herido por los flecheros.

Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y hagan escarnio de mí; pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó la espada, y se echó sobre ella.

Cuando su escudero vio a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada y se mató.

Así murieron Saúl y sus tres hijos; y toda su casa murió juntamente con él.

Y viendo todos los de Israel que habitaban en el valle, que habían huido, y que Saúl y sus hijos eran muertos, dejaron sus ciudades y huyeron, y vinieron los filisteos y habitaron en ellas.

Sucedió al día siguiente, que al venir los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte de Gilboa.

Y luego que le despojaron, tomaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar las nuevas a sus ídolos y al pueblo.

10 Y pusieron sus armas en el templo de sus dioses, y colgaron la cabeza en el templo de Dagón.

11 Y oyendo todos los de Jabes de Galaad lo que los filisteos habían hecho de Saúl,

12 se levantaron todos los hombres valientes, y tomaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos, y los trajeron a Jabes; y enterraron sus huesos debajo de una encina en Jabes, y ayunaron siete días.

13 Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina,

14 y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.

David es proclamado rey de Israel

(2 S. 5.1-5)

11:1  Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: He aquí nosotros somos tu hueso y tu carne.

También antes de ahora, mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel mi pueblo.

Y vinieron todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos pacto delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová por medio de Samuel.

David toma la fortaleza de Sion

(2 S. 5.6-10)

Entonces se fue David con todo Israel a Jerusalén, la cual es Jebús; y los jebuseos habitaban en aquella tierra.

Y los moradores de Jebús dijeron a David: No entrarás acá. Mas David tomó la fortaleza de Sion, que es la ciudad de David.

Y David había dicho: El que primero derrote a los jebuseos será cabeza y jefe. Entonces Joab hijo de Sarvia subió el primero, y fue hecho jefe.

Y David habitó en la fortaleza, y por esto la llamaron la Ciudad de David.

Y edificó la ciudad alrededor, desde Milo hasta el muro; y Joab reparó el resto de la ciudad.

Y David iba adelantando y creciendo, y Jehová de los ejércitos estaba con él.

Los valientes de David

(2 S. 23.8-39)

10 Estos son los principales de los valientes que David tuvo, y los que le ayudaron en su reino, con todo Israel, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová.

11 Y este es el número de los valientes que David tuvo: Jasobeam hijo de Hacmoni, caudillo de los treinta, el cual blandió su lanza una vez contra trescientos, a los cuales mató.

12 Tras de éste estaba Eleazar hijo de Dodo, ahohíta, el cual era de los tres valientes.

13 Este estuvo con David en Pasdamim, estando allí juntos en batalla los filisteos; y había allí una parcela de tierra llena de cebada, y huyendo el pueblo delante de los filisteos,

14 se pusieron ellos en medio de la parcela y la defendieron, y vencieron a los filisteos, porque Jehová los favoreció con una gran victoria.

15 Y tres de los treinta principales descendieron a la peña a David, a la cueva de Adulam, estando el campamento de los filisteos en el valle de Refaim.

16 David estaba entonces en la fortaleza, y había entonces guarnición de los filisteos en Belén.

17 David deseó entonces, y dijo: !!Quién me diera de beber de las aguas del pozo de Belén, que está a la puerta!

18 Y aquellos tres rompieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén, que está a la puerta, y la tomaron y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová, y dijo:

19 Guárdeme mi Dios de hacer esto. ¿Había yo de beber la sangre y la vida de estos varones, que con peligro de sus vidas la han traído? Y no la quiso beber. Esto hicieron aquellos tres valientes.

20 Y Abisai, hermano de Joab, era jefe de los treinta, el cual blandió su lanza contra trescientos y los mató, y ganó renombre con los tres.

21 Fue el más ilustre de los treinta, y fue el jefe de ellos, pero no igualó a los tres primeros.

22 Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón valiente de Cabseel, de grandes hechos; él venció a los dos leones de Moab; también descendió y mató a un león en medio de un foso, en tiempo de nieve.

23 El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor, mas él descendió con un báculo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza.

24 Esto hizo Benaía hijo de Joiada, y fue nombrado con los tres valientes.

25 Y fue el más distinguido de los treinta, pero no igualó a los tres primeros. A éste puso David en su guardia personal.

26 Y los valientes de los ejércitos: Asael hermano de Joab, Elhanan hijo de Dodo de Belén,

27 Samot harodita, Heles pelonita;

28 Ira hijo de Iques tecoíta, Abiezer anatotita,

29 Sibecai husatita, Ilai ahohíta,

30 Maharai netofatita, Heled hijo de Baana netofatita,

31 Itai hijo de Ribai, de Gabaa de los hijos de Benjamín, Benaía piratonita,

32 Hurai del río Gaas, Abiel arbatita,

33 Azmavet barhumita, Eliaba saalbonita,

34 los hijos de Hasem gizonita, Jonatán hijo de Sage ararita,

35 Ahíam hijo de Sacar ararita, Elifal hijo de Ur,

36 Hefer mequeratita, Ahías pelonita,

37 Hezro carmelita, Naarai hijo de Ezbai,

38 Joel hermano de Natán, Mibhar hijo de Hagrai,

39 Selec amonita, Naharai beerotita, escudero de Joab hijo de Sarvia,

40 Ira itrita, Gareb itrita,

41 Urías heteo, Zabad hijo de Ahlai,

42 Adina hijo de Siza rubenita, príncipe de los rubenitas, y con él treinta,

43 Hanán hijo de Maaca, Josafat mitnita,

44 Uzías astarotita, Sama y Jehiel hijos de Hotam aroerita;

45 Jediael hijo de Simri, y Joha su hermano, tizita,

46 Eliel mahavita, Jerebai y Josavía hijos de Elnaam, Itma moabita,

47 Eliel, Obed, y Jaasiel mesobaíta.

El ejército de David

12:1  Estos son los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra.

Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos para tirar piedras con honda y saetas con arco. De los hermanos de Saúl de Benjamín:

El principal Ahiezer, después Joás, hijos de Semaa gabaatita; Jeziel y Pelet hijos de Azmavet, Beraca, Jehú anatotita,

Ismaías gabaonita, valiente entre los treinta, y más que los treinta; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad gederatita,

Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías harufita,

Elcana, Isías, Azareel, Joezer y Jasobeam, coreítas,

y Joela y Zebadías hijos de Jeroham de Gedor.

También de los de Gad huyeron y fueron a David, al lugar fuerte en el desierto, hombres de guerra muy valientes para pelear, diestros con escudo y pavés; sus rostros eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas.

Ezer el primero, Obadías el segundo, Eliab el tercero,

10 Mismana el cuarto, Jeremías el quinto,

11 Atai el sexto, Eliel el séptimo,

12 Johanán el octavo, Elzabad el noveno,

13 Jeremías el décimo y Macbanai el undécimo.

14 Estos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad. El menor tenía cargo de cien hombres, y el mayor de mil.

15 Estos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado por todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al poniente.

16 Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David al lugar fuerte.

17 Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande.

18 Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa.

19 También se pasaron a David algunos de Manasés, cuando vino con los filisteos a la batalla contra Saúl (pero David no les ayudó, porque los jefes de los filisteos, habido consejo, lo despidieron, diciendo: Con peligro de nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl).

20 Así que viniendo él a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés, Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletai, príncipes de millares de los de Manasés.

21 Estos ayudaron a David contra la banda de merodeadores, pues todos ellos eran hombres valientes, y fueron capitanes en el ejército.

22 Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como ejército de Dios.

23 Y este es el número de los principales que estaban listos para la guerra, y vinieron a David en Hebrón para traspasarle el reino de Saúl, conforme a la palabra de Jehová:

24 De los hijos de Judá que traían escudo y lanza, seis mil ochocientos, listos para la guerra.

25 De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres, valientes y esforzados para la guerra.

26 De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos;

27 asimismo Joiada, príncipe de los del linaje de Aarón, y con él tres mil setecientos,

28 y Sadoc, joven valiente y esforzado, con veintidós de los principales de la casa de su padre.

29 De los hijos de Benjamín hermanos de Saúl, tres mil; porque hasta entonces muchos de ellos se mantenían fieles a la casa de Saúl.

30 De los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos, muy valientes, varones ilustres en las casas de sus padres.

31 De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, los cuales fueron tomados por lista para venir a poner a David por rey.

32 De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.

33 De Zabulón cincuenta mil, que salían a campaña prontos para la guerra, con toda clase de armas de guerra, dispuestos a pelear sin doblez de corazón.

34 De Neftalí, mil capitanes, y con ellos treinta y siete mil con escudo y lanza.

35 De los de Dan, dispuestos a pelear, veintiocho mil seiscientos.

36 De Aser, dispuestos para la guerra y preparados para pelear, cuarenta mil.

37 Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas y gaditas y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con toda clase de armas de guerra.

38 Todos estos hombres de guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel; asimismo todos los demás de Israel estaban de un mismo ánimo para poner a David por rey.

39 Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían preparado para ellos.

40 También los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisión de harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite, y bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.

David propone trasladar el arca a Jerusalén

13:1  Entonces David tomó consejo con los capitanes de millares y de centenas, y con todos los jefes.

Y dijo David a toda la asamblea de Israel: Si os parece bien y si es la voluntad de Jehová nuestro Dios, enviaremos a todas partes por nuestros hermanos que han quedado en todas las tierras de Israel, y por los sacerdotes y levitas que están con ellos en sus ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros;

y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella.

Y dijo toda la asamblea que se hiciese así, porque la cosa parecía bien a todo el pueblo.

David intenta traer el arca

(2 S. 6.1-11)

Entonces David reunió a todo Israel, desde Sihor de Egipto hasta la entrada de Hamat, para que trajesen el arca de Dios de Quiriat-jearim.

Y subió David con todo Israel a Baala de Quiriat-jearim, que está en Judá, para pasar de allí el arca de Jehová Dios, que mora entre los querubines, sobre la cual su nombre es invocado.

Y llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab en un carro nuevo; y Uza y Ahío guiaban el carro.

Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas.

Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaban.

10 Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios.

11 Y David tuvo pesar, porque Jehová había quebrantado a Uza; por lo que llamó aquel lugar Pérez-uza,[a] hasta hoy.

12 Y David temió a Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo he de traer a mi casa el arca de Dios?

13 Y no trajo David el arca a su casa en la ciudad de David, sino que la llevó a casa de Obed-edom geteo.

14 Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom, y todo lo que tenía.

Footnotes:

  1. 1 Crónicas 13:11Esto es, el quebrantamiento de Uza.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Una encrucijada en el camino

Abril 17

Una encrucijada en el camino

Lectura bíblica: 1 Corintios 10:12, 13

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, quien no os dejará ser tentados más de los que podéis soportar, sino que juntamente con la tentación dará la salida, para que la podáis resistir. 1 Corintios 10:13

a1Cierra los ojos. Salvo el que está leyendo, por supuesto.

Imagínate estar caminando por un camino rumbo a la playa. El paisaje es hermoso y el tiempo magnífico. Al pasar una curva, te encuentras con dos caminos. El camino a la derecha es angosto y sube derecho por la montaña. El camino a la izquierda es ancho y va hacia abajo. Tu mapa muestra claramente que el camino a la derecha es el que te lleva a la playa, pero desde el punto donde te encuentras, lo único que ves por ese rumbo es una escalada difícil. El camino a la izquierda parece que te llevaría a tu destino con solo sentarte y deslizarte de espalda hasta llegar al final.

Abre los ojos y conversa sobre esto: ¿Qué camino escogerías? ¿Por qué?

Escucha ahora cómo eso se aplica a seguir a Jesús.

En nuestro caminar por la vida llegamos a muchas encrucijadas. Cada una representa una decisión que debemos tomar. Cuando de ser un discípulo de Jesús se trata, la decisión correcta es siempre la senda que nos mantiene haciendo el bien y viviendo cerca de Jesús.

Eso significa que necesitamos reconocer cuando llegamos a un punto de decisión, a una encrucijada. Piensa de qué manera se presentan las encrucijadas en el camino de tu propia vida.

Lugares. La mayoría vamos a ciertos lugares donde nos metemos en líos. Quizá sea la casa de un amigo donde siempre molestamos a una hermanita hasta que la hacemos llorar. O el parque donde empiezan las peleas. O un negocio donde nos sentimos tentados a robar una golosina. Esas son las encrucijadas en el camino. Si sabemos que nos encontraremos en una situación que nos perjudicará ¿por qué meternos en ella?

Personas. Dios quiere que convivamos con todos. Pero hay algunos con quienes nos irá mal, los que nuestros padres llaman “malas influencias”. A veces una amistad es una encrucijada en el camino: una elección entre el camino de Dios y un camino malo. Si siempre te metes en lío con algún amigo en particular, quizá ha llegado el momento de dejar de andar con él.

Cosas. Los libros, las revistas, la ropa y los juegos de vídeo pueden apartarnos de Cristo si jugamos con cosas dañinas o hacemos que las cosas buenas sean más importantes que Cristo. Nos encontramos en una encrucijada en el camino cada vez que tenemos la opción de escoger lo bueno o ignorar lo malo.
Aunque estés andando por el camino equivocado, no es demasiado tarde para dar media vuelta y tomar la senda de Dios y hacer el bien. Pero la mejor decisión es tomar la senda correcta tan pronto como llegues a una encrucijada en el camino.

PARA DIALOGAR
¿Qué personas, lugares y cosas hacen que te sea difícil seguir a Dios? ¿Por qué es difícil escoger el camino correcto? ¿Por qué debes elegir la senda de Dios?

PARA ORAR
Señor, ayúdanos a ver las áreas peligrosas en nuestra vida. Ayúdanos a tomar la decisión correcta cada vez que llegamos a una encrucijada en el camino.

PARA HACER
Anota hoy cuántas encrucijadas enfrentaste en el camino, decisiones entre lo bueno y lo malo. ¿Cómo te ayuda Dios a tomar la decisión correcta?

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.