10. LOS CELOS

ESTUDIO BÍBLICO GIGANTES AL ACECHO

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10. LOS CELOS

David Logacho
2016-04-21

a1Saludos cordiales amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Gracias por dispensarnos su sintonía. Continuamos tratando el tema de los gigantes en nuestra vida. Me refiero a esas cosas que cómodamente se ha instalado en nuestra vida y nos han llegado a dominar de tal manera que echan a perder todo lo que podríamos ser o hacer para el Señor. Estos gigantes pueden ser el desánimo, la crítica, el temor, el chisme, la culpa, la dureza de corazón, el complejo de inferioridad y algunos otros que los conoceremos a medida que progresamos en esta serie. Todas estas cosas son como poderosos gigantes que si se lo permitimos nos causarán gran aflicción. Gracias a Dios que los que somos creyentes hemos recibido el poder para conquistar a cada uno de estos gigantes. Eso lo hemos visto en nuestros estudios bíblicos anteriores. En el estudio bíblico de hoy, vamos a hablar de otro gigante, tan poderoso como los otros, llamado celos.

Se dice con justa razón que los celos están en cada uno de nosotros desde que nacemos hasta que morimos. Mi esposa y yo, hemos traído al mundo tres preciosos hijos. Cuando el mayor tenía tan sólo dos años nació su hermanita. Usted a lo mejor dirá: Qué bueno, así el hermano mayor ya tuvo compañía. Pues… nosotros también pensamos así. Pero a decir verdad, no resultó del todo de esa manera. ¿Sabe por qué? Pues por ese poderoso gigante llamado celos. Lamentablemente el hermanito mayor se sintió celoso por la llegada de su hermanita. Claro, las atenciones de los padres y los halagos de la familia ya no eran sólo para él. Tenía que compartir no sólo la atención y los halagos, sino muchas cosas más con aquella intrusa que de pronto apareció dando alaridos en la casa. Y no estamos hablando de un viejo pecador empedernido. Estamos hablando de una criatura de tan sólo dos años. Pero he allí, los celos estaban ya causando problema en él. Con el correr del tiempo, este gigante de los celos ya no causará solamente un lloriqueo constante como en el caso de un niño celoso, sino un comportamiento totalmente extravagante, en el caso de un adulto. Por los celos, el ser humano es capaz de causar terribles desastres. Tanto usted como yo, podemos citar caso tras caso de personas destruidas por haberse entregado al implacable gigante de los celos, hogares destruidos por los celos, iglesias destruidas por los celos. Con sobrada razón, Santiago dice en su libro, en el capítulo 3 versículo 16: Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

Este es un axioma inviolable. Donde usted vea a un hombre celoso o a una mujer celosa, allí habrá peleas, vocabulario soez, intrigas, malos pensamientos, calumnias, chismes y rumores. Cuánto problema puede causar los celos. Los celos, amable oyente, son esas emociones negativas que experimentamos cuando tememos que cualquier afecto o bien que disfrutamos o pretendemos disfrutar, llegue a ser logrado por otro. Dicho en otras palabras, los celos tienen que ven con la incomodidad que sentimos cuando vemos amenazados los afectos o bienes que consideramos como de nuestra exclusiva propiedad. Es por eso que si alguien recibe cierto reconocimiento que nosotros estábamos dándolo como nuestro, casi inmediatamente comenzamos a pensar: Vaya, por qué a él y no a mí. Yo merecía más que él. Lo que pasa es que a nadie le importo. Nadie se fija en mí. Es el gigante de los celos que ha atacado. Una esposa podría pensar: Mi esposo ya no me ama. Debe haber otra mujer en su vida. Presa de este pensamiento esta esposa celosa tejerá una serie de episodios fantásticos. Si su esposo no llega a casa a la hora que se supone, pensará: Seguramente debe estar con esa otra mujer, por eso no llega a tiempo. El gigante de los celos ha atacado a esta esposa. Los celos pueden provocar verdaderos desastres amable oyente. Proverbios 6:34 dice: Porque los celos son el furor del hombre,Y no perdonará en el día de la venganza.

Muy bien, con todo lo que hemos dicho, estoy seguro que habrá reconocido cuan peligroso es este gigante llamado celos. Ahora viene lo bueno. ¿Qué hacer para conquistar a este poderoso gigante? Primero, es necesario reconocer que los celos son pecado. Como leímos ya en Santiago 3:16 los celos son la fuente de una serie de conductas pecaminosas en el ser humano, perturbación y toda obra perversa, dice el texto. Además note lo que dice Gálatas 5:19-21 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, Gal 5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Gal 5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

En este pasaje bíblico vemos que los celos están en el mismo plano que el adulterio, la fornicación, los homicidios, las borracheras y todo lo demás. Por tanto los celos son un pecado que ofende la santidad de Dios. Si usted es una persona celosa, no justifique sus celos diciendo: Es que me provocan, o es que tengo suficientes motivos para ser celoso o celosa. Lo aconsejable es ir al Señor en oración para decirle: Señor, soy un celoso o una celosa, me he dejado dominar del gigante de los celos, reconozco que es pecado y no quiero seguir viviendo de esta manera. Luego de confesar los celos como pecado, en segundo lugar, debe apartarse de los celos. No es algo sencillo se lo aseguro y por eso usted necesitará aferrarse con todas sus fuerzas al Señor. Pida al Señor en oración la ayuda necesaria para vencer a este poderoso gigante. Cada vez que surja ese sentimiento de celos, reconózcalo inmediatamente, y una vez detectado, no deje que su mente se ocupe más en eso. Destierre inmediatamente ese pensamiento. No piense que los celos le van a ayudar a resolver los problemas que tenga, cualquiera que estos sean. Si por ejemplo, se siente celoso de un compañero de trabajo, pensando que a lo mejor él va a recibir una promoción y no usted, piense y razone que esta actitud es fruto de sus celos e inmediatamente sáquela de su mente.

Tercero, jamás actúe motivado por los celos. El gigante de los celos insistirá que usted haga algo en contra de la persona contra quien se siente celoso o celosa. Si se trata de su esposo, el gigante de los celos insistirá que usted inicie una pelea, o lo que se llama una escena de celos, ante la más mínima provocación, no importa si se trata de una situación real o creada en su imaginación. Si es su compañero de trabajo, el gigante de los celos insistirá que usted busque maneras para hacer quedar mal a su compañero de trabajo ante sus superiores, de modo que su propia imagen se vea bien. Usted sabe, el viejo truco de hacer quedar mal a otros para quedar bien nosotros. No actúe motivado por los celos. Lo único que obtendrá es fortalecer a ese gigante que le tiene dominado y que se llama celos y ciertamente, en algún momento se arrepentirá de eso. Recuerde lo que pasó con el celoso rey Saúl cuando David apareció en la escena como el ungido futuro rey. Los celos de Saúl le llevaron a perseguir a David para matarlo, pero en el intento, Saúl mismo fue víctima de la violencia que causó. Por algo afirma el popular dicho: Quien siembra vientos cosechará tormentas.

Cuarto, procure compartir su problema de celos con alguna persona madura espiritualmente hablando. De esta forma, el peso de los celos se hará más ligero. No esconda ese pecado de celos que ya ha detectado en su vida. Confróntelo y pida consejo a hombres y mujeres de Dios para derrotarlo. Es interesante que según la ley Mosaica, si un marido se sentía celoso de su mujer, no debía quedarse en casa alimentando a ese gigante llamado celos, por medio de sospechas sobre su mujer y haciéndole la vida imposible. Según el libro de Números, capítulo 5, lo que debía hacer es ir al sacerdote y allí, ante él, tratar el asunto para terminar de una vez por todas con esos celos tan funestos. Definitivamente, amable oyente, Dios no quiere que vivamos saturado de celos. Los celos nos quitan el gozo de vivir para Dios, y lo que es peor nos conducen al pronunciado barranco de hacer o decir cosas totalmente fuera de lugar. Debemos confrontar este pecado y desterrarlo de nuestra vida. Por último, si usted es una persona celosa, debe como nunca confiar en la suficiencia de Dios para satisfacer cualquiera de nuestras necesidades. Dios sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros. Puede ser que nosotros pensemos que tal o cual cosa nos hará felices y por eso lo buscamos con tanto ahínco y sentimos celos ante todo lo que amenace con privarnos de aquello que esperamos. Pero solamente Dios sabe lo que es mejor para nosotros. Busquemos lo que deseamos con dedicación, pero si no lo conseguimos, no pensemos que fue porque otros fueron mejores que nosotros, sino simplemente porque aquello que buscábamos no fue lo mejor y Dios no nos lo dio porque él busca lo mejor para nosotros.

Orientación para maestros de niños escolares de la serie “Soy discípulo”

La formación espiritual del niño

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Betty S. de Constance

Parte 3

Una metodología práctica para la enseñanza bíblica de los niños

Capítulo 16

Orientación para maestros de niños escolares de la serie “Soy discípulo”

a1Cristo nos dejó a nosotros, sus seguidores, la misión de hacer discípulos de él. No hay una edad mínima para comenzar la gran aventura de conocer a Dios y crecer en él. Dios mandó a su pueblo que instruyeran a sus hijos en los caminos de él, para que lo honraran y lo obedecieran (Deuteronomio 6:1–9). Samuel, quien llegó a ser un gran profeta, estaba dedicado a Dios y lo servía desde su niñez (1 Samuel 2:18). Jesús llamó a los niños para que se acercaran a él, los bendijo y declaró que el reino de Dios es de quienes son como ellos (Marcos 10:13–16). El apóstol Pablo dice que su hijo espiritual Timoteo, desde su niñez, había conocido las Sagradas Escrituras. Y que las mismas le daban la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús (2 Timoteo 3:15).

El niño puede ser discípulo de Jesús y no hay mejor regalo que ayudarlo a conocer al Señor y seguir madurando en él. Es cierto que los niños escolares no han desarrollado todavía su capacidad para analizar ideas abstractas. Sin embargo, en la misma etapa cuando comienzan a leer, ellos inician su habilidad de manipular pensamientos. En ese período, los niños empiezan a razonar de una forma sencilla y pueden pensar en posibles consecuencias de sus acciones.

En los últimos años, están descubriendo que los niños pueden hacer más de lo que originalmente habían pensado en el siglo pasado, acerca del desarrollo del niño. Para potenciar sus habilidades, se les debe proveer de las herramientas para aprender a través de sus propias acciones e investigaciones. Otro factor muy importante en cuanto a los cambios de los niños escolares es su nueva habilidad social; pueden compartir sus experiencias y aprender de los demás.

La serie Soy Discípulo de los libros VIVIR LA BIBLIA contiene estudios participativos para ayudar a los niños escolares a conocer a Jesús personalmente y crecer como discípulo de él. Los seis libros investigan qué es seguir a Jesús y cómo hacerlo. Son lecciones que tienen como meta ayudar en el discipulado del niño y lograr transformaciones en las actitudes, los valores y las conductas de ellos. La base bíblica de las lecciones son los libros del Nuevo Testamento desde Juan a Apocalipsis. Cada estudio trata un principio básico del conocimiento de Jesús y la vida en él.

Las lecciones preparan al niño desde una edad temprana a formar conceptos bíblicos y le capacitan con herramientas para crecer en su propia vida espiritual como el estudio de la Palabra, la oración, el servicio, el apoyo entre el grupo y la práctica de las enseñanzas. Esta serie toma en serio la misión de discipular a los niños para que ellos puedan discipular a otros, quienes puedan discipular a otros…

Es preciso reconocer la dependencia en el Señor para hacer la tarea que él ha encomendado y con la confianza plena en el poder del Espíritu Santo para hacer la obra. El instrumento principal del discipulado es la vida del discipulador o del maestro, la persona guiada por el Espíritu Santo, nutrida por la Palabra de Dios y fortalecida por la oración. Es por esto que cada lección tiene una sección especialmente dedicada para la vida y el ministerio del maestro, El rincón del maestro, que contiene pequeños devocionales. El pasaje bíblico y el tema no tienen una relación directa con la lección de los niños; son pensamientos bíblicos para edificar, animar y alentar la vida personal del maestro. Quien da constantemente, necesita recibir también. El deseo es que el Señor fortalezca a cada maestro en su ministerio.

Secciones de las lecciones

Hoja de presentación

Para ayudar al maestro en su preparación, la primera página de cada lección resume todo el desarrollo de la clase. En la misma, se ven los objetivos, los métodos y recursos necesarios. Además, se agrega una pequeña evaluación para realizar después de la lección.

Los objetivos

Un objetivo es la afirmación de lo que el maestro espera alcanzar en la clase. Es una herramienta útil, ya que dirige y orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje llevado a cabo en el aula. Con el objetivo, el maestro aspira a lograr un cambio en la vida de cada uno de sus alumnos. Además, brinda la posibilidad de evaluar los resultados y saber si se ha logrado la meta propuesta o no. Es importante que el maestro tenga los objetivos en mente para no perder el sentido de la enseñanza.

El bosquejo de la lección

El bosquejo presenta el desarrollo de la clase, pero de una manera esquemática. En el mismo consta: el tiempo estimado para cada momento, los métodos y los recursos que se requieren. Se puede usar para tener una idea general de la lección y como último chequeo para estar seguro de contar con todos los elementos necesarios.

La evaluación del maestro

Después de cada clase es importante hacer una evaluación para descubrir las necesidades de los niños y realizar los cambios necesarios en las siguientes lecciones.

En la evaluación, el maestro considera si se cumplieron los objetivos, cómo fue la participación de los niños y las necesidades que él haya detectado. La evaluación también ayuda a observar cuáles fueron las dificultades que se presentaron para aprender de ellas y mejorar la tarea docente. Por eso es recomendable tener un cuaderno y anotar allí todas las observaciones

Marco de la clase

La preparación

Preparación personal

Ayuda al maestro a centrar su mirada en el propósito de la clase. Además, contiene una reflexión para que el maestro piense si él vive o no la enseñanza bíblica que va a transmitir a sus niños o no.

Preparación de las actividades

Explica con más detalles los recursos que se necesitan para cada momento de la clase. Es importante que el maestro preste atención a las indicaciones, ya que son elementos que debe preparar con anticipación y, de esta manera, tenerlos listos en el encuentro con sus alumnos.

Contexto para el maestro

En esta sección se le da al docente un panorama más amplio de la historia bíblica que deberá narrar a sus alumnos. En la misma aparecen datos que no es necesario que conozca el alumno, pero que son importantes para que el maestro tenga un conocimiento bíblico más completo. Además, permite responder verazmente cualquier pregunta de los niños.

Desarrollo de la clase

Los niños aprenden haciendo; por eso la metodología de estas lecciones es participativa y activa. Cada lección en la serie Soy Discípulo comienza con una actividad que realizan los niños. En cada clase se utilizan varios métodos de enseñanza para que los niños estén activamente involucrados y motivados en la clase. Algunos métodos son juegos, simulacros, dramatizaciones, narraciones, proyectos e ilustraciones.

La incentivación

Las lecciones contienen una incentivación. La misma tiene el propósito de despertar el interés de los niños y prepararlos para la enseñanza bíblica. En cada lección se utiliza un método diferente, de tal manera que los niños sean sorprendidos de clase en clase y no pierdan la motivación.

La enseñanza bíblica o el contenido bíblico

La parte central de la lección es la enseñanza bíblica. En esta sección el maestro debe ir llevando a sus alumnos a investigar una nueva verdad bíblica. Los mismos niños aprenden a usar sus Biblias y descubrir los principios de Dios, usando técnicas como pregunta-respuesta, grupos de investigación, comparaciones y dibujos. Los niños, y adultos, se acuerdan muy poco de lo que escuchan, pero se acuerdan mucho de lo que hacen y experimentan.

Para hacer más vivencial la enseñanza también se incluyen láminas. Si el maestro desea variar esta técnica, las láminas pueden hacerse en transparencias y mostrarse con un retroproyector.

La aplicación

La clase termina con actividades para que el niño aplique lo aprendido en la lección. Este momento tiene como propósito que el niño transfiera lo aprendido a su propia vida. Se utiliza la Hoja de Apoyo, proyectos, oraciones, prácticas, roll-play, la memorización de textos y otros métodos para que el niño incorpore el principio bíblico a su vida.

La memorización

Es importante guardar la Palabra de Dios, porque es viva y poderosa, ya que juzga los pensamientos e intenciones del corazón (Hebreos 4:12). Ella puede ayudarnos en momentos de mucha necesidad y de ahí la importancia de memorizar los textos bíblicos. Se pueden utilizar varios métodos para ayudar a los niños en la memorización de versículos, que sin duda es un gran beneficio en la capacitación de todo discípulo.

Es conveniente que en cada clase haya un repaso del texto anterior. El maestro puede hacerles preguntas a los alumnos para asegurarse de que hayan captado el significado y entendido la esencia del mismo. Además, el diálogo proporcionará el clima adecuado para la aplicación del texto a la vida cotidiana del niño.

El aula y la creatividad

El maestro puede enriquecer cada una de las lecciones con ideas propias, pues él es quien conoce los gustos y las necesidades de los niños de su clase. Y, sin duda, las manualidades favorecen la creatividad y colaboran con efectividad en el momento de la aplicación de la enseñanza presentada. Por esta razón es bueno tener a su alcance materiales que puedan ayudarlo a realizar diferentes propuestas.

Siempre es bueno contar con una lista de los elementos que utilizará con mayor frecuencia durante el año.

Si se cuenta con un aula disponible, entonces se puede decorar para favorecer un ambiente cálido y acogedor. Se pueden usar pósteres cristianos y cuadros alegres. También se puede preparar un cartel en donde figuren los cumpleaños de los niños y de los maestros. Los niños pueden hacer dibujos que representen las lecciones y los textos memorizados. ¡No hay límite para la creatividad del maestro y sus alumnos!

De Constance, B. S. (2004). La formación espiritual del niño (3a edición, pp. 159–164). Buenos Aires, Argentina: Publicaciones Alianza.

Sufrimiento por los pecados

Sufrimiento por los pecados

4/21/2016

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Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne. (Romanos 8:3)

a1Cuando como creyentes sufrimos la persecución, la crítica o incluso la muerte, somos pecadores que sufren debido a los pecados de los demás. Nuestro dolor puede ser resultado de los pecados de odio, enojo, envidia o asesinato.

Cristo también sufrió por los pecados, pero como el inmaculado. Primera Pedro 2:22 dice que Él “no hizo pecado”. Nunca pensó, dijo ni hizo nada malo. Más bien, todo lo que pensó, dijo e hizo fue perfectamente santo. Los pecados de los demás lo pusieron en la cruz: de quienes se burlaron de Él y de quienes lo clavaron en la cruz. Él murió por los pecados del mundo entero.

El versículo de hoy dice que Jesús murió “a causa del pecado”. Él sufrió como ofrenda por el pecado porque “la paga del pecado es muerte” (Ro. 6:23). Así como en el Antiguo Testamento Dios exigía un sacrificio de animal para simbolizar la necesidad de nuestra expiación por el pecado, el Nuevo Testamento presenta a Cristo como el sacrificio que no solo proporcionó un símbolo, sino también la realidad de nuestra expiación eterna por el pecado.

http://http://www.gracia.org/recursos.aspx?page=Devocional

Distribución de músicos y cantores

1 Crónicas 24-26

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24:1  También los hijos de Aarón fueron distribuidos en grupos. Los hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

Mas como Nadab y Abiú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio.

Y David, con Sadoc de los hijos de Eleazar, y Ahimelec de los hijos de Itamar, los repartió por sus turnos en el ministerio.

Y de los hijos de Eleazar había más varones principales que de los hijos de Itamar; y los repartieron así: De los hijos de Eleazar, dieciséis cabezas de casas paternas; y de los hijos de Itamar, por sus casas paternas, ocho.

Los repartieron, pues, por suerte los unos con los otros; porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo príncipes del santuario, y príncipes de la casa de Dios.

Y el escriba Semaías hijo de Natanael, de los levitas, escribió sus nombres en presencia del rey y de los príncipes, y delante de Sadoc el sacerdote, de Ahimelec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, designando por suerte una casa paterna para Eleazar, y otra para Itamar.

La primera suerte tocó a Joiarib, la segunda a Jedaías,

la tercera a Harim, la cuarta a Seorim,

la quinta a Malquías, la sexta a Mijamín,

10 la séptima a Cos, la octava a Abías,

11 la novena a Jesúa, la décima a Secanías,

12 la undécima a Eliasib, la duodécima a Jaquim,

13 la decimatercera a Hupa, la decimacuarta a Jesebeab,

14 la decimaquinta a Bilga, la decimasexta a Imer,

15 la decimaséptima a Hezir, la decimaoctava a Afses,

16 la decimanovena a Petaías, la vigésima a Hezequiel,

17 la vigesimaprimera a Jaquín, la vigesimasegunda a Gamul,

18 la vigesimatercera a Delaía, la vigesimacuarta a Maazías.

19 Estos fueron distribuidos para su ministerio, para que entrasen en la casa de Jehová, según les fue ordenado por Aarón su padre, de la manera que le había mandado Jehová el Dios de Israel.

20 Y de los hijos de Leví que quedaron: Subael, de los hijos de Amram; y de los hijos de Subael, Jehedías.

21 Y de los hijos de Rehabías, Isías el jefe.

22 De los izharitas, Selomot; e hijo de Selomot, Jahat.

23 De los hijos de Hebrón: Jerías el jefe, el segundo Amarías, el tercero Jahaziel, el cuarto Jecamán.

24 Hijo de Uziel, Micaía; e hijo de Micaía, Samir.

25 Hermano de Micaía, Isías; e hijo de Isías, Zacarías.

26 Los hijos de Merari: Mahli y Musi; hijo de Jaazías, Beno.

27 Los hijos de Merari por Jaazías: Beno, Soham, Zacur e Ibri.

28 Y de Mahli, Eleazar, quien no tuvo hijos.

29 Hijo de Cis, Jerameel.

30 Los hijos de Musi: Mahli, Edar y Jerimot. Estos fueron los hijos de los levitas conforme a sus casas paternas.

31 Estos también echaron suertes, como sus hermanos los hijos de Aarón, delante del rey David, y de Sadoc y de Ahimelec, y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas; el principal de los padres igualmente que el menor de sus hermanos.

Distribución de músicos y cantores

25:1  Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue:

De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf, bajo la dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey.

De los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, Matatías y Simei; seis, bajo la dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y alabar a Jehová.

De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Hananías, Hanani, Eliata, Gidalti, Romanti-ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Mahaziot.

Todos éstos fueron hijos de Hemán, vidente del rey en las cosas de Dios, para exaltar su poder; y Dios dio a Hemán catorce hijos y tres hijas.

Y todos éstos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban por disposición del rey.

Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue doscientos ochenta y ocho.

Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.

La primera suerte salió por Asaf, para José; la segunda para Gedalías, quien con sus hermanos e hijos fueron doce;

10 la tercera para Zacur, con sus hijos y sus hermanos, doce;

11 la cuarta para Izri, con sus hijos y sus hermanos, doce;

12 la quinta para Netanías, con sus hijos y sus hermanos, doce;

13 la sexta para Buquías, con sus hijos y sus hermanos, doce;

14 la séptima para Jesarela, con sus hijos y sus hermanos, doce;

15 la octava para Jesahías, con sus hijos y sus hermanos, doce;

16 la novena para Matanías, con sus hijos y sus hermanos, doce;

17 la décima para Simei, con sus hijos y sus hermanos, doce;

18 la undécima para Azareel, con sus hijos y sus hermanos, doce;

19 la duodécima para Hasabías, con sus hijos y sus hermanos, doce;

20 la decimatercera para Subael, con sus hijos y sus hermanos, doce;

21 la decimacuarta para Matatías, con sus hijos y sus hermanos, doce;

22 la decimaquinta para Jeremot, con sus hijos y sus hermanos, doce;

23 la decimasexta para Hananías, con sus hijos y sus hermanos, doce;

24 la decimaséptima para Josbecasa, con sus hijos y sus hermanos, doce;

25 la decimaoctava para Hanani, con sus hijos y sus hermanos, doce;

26 la decimanovena para Maloti, con sus hijos y sus hermanos, doce;

27 la vigésima para Eliata, con sus hijos y sus hermanos, doce;

28 la vigesimaprimera para Hotir, con sus hijos y sus hermanos, doce;

29 la vigesimasegunda para Gidalti, con sus hijos y sus hermanos, doce;

30 la vigesimatercera para Mahaziot, con sus hijos y sus hermanos, doce;

31 la vigesimacuarta para Romanti-ezer, con sus hijos y sus hermanos, doce.

Porteros y oficiales

26:1  También fueron distribuidos los porteros: de los coreítas, Meselemías hijo de Coré, de los hijos de Asaf.

Los hijos de Meselemías: Zacarías el primogénito, Jediael el segundo, Zebadías el tercero, Jatniel el cuarto,

Elam el quinto, Johanán el sexto, Elioenai el séptimo.

Los hijos de Obed-edom: Semaías el primogénito, Jozabad el segundo, Joa el tercero, el cuarto Sacar, el quinto Natanael,

el sexto Amiel, el séptimo Isacar, el octavo Peultai; porque Dios había bendecido a Obed-edom.

También de Semaías su hijo nacieron hijos que fueron señores sobre la casa de sus padres; porque eran varones valerosos y esforzados.

Los hijos de Semaías: Otni, Rafael, Obed, Elzabad, y sus hermanos, hombres esforzados; asimismo Eliú y Samaquías.

Todos éstos de los hijos de Obed-edom; ellos con sus hijos y sus hermanos, hombres robustos y fuertes para el servicio; sesenta y dos, de Obed-edom.

Y los hijos de Meselemías y sus hermanos, dieciocho hombres valientes.

10 De Hosa, de los hijos de Merari: Simri el jefe (aunque no era el primogénito, mas su padre lo puso por jefe),

11 el segundo Hilcías, el tercero Tebalías, el cuarto Zacarías; todos los hijos de Hosa y sus hermanos fueron trece.

12 Entre éstos se hizo la distribución de los porteros, alternando los principales de los varones en la guardia con sus hermanos, para servir en la casa de Jehová.

13 Echaron suertes, el pequeño con el grande, según sus casas paternas, para cada puerta.

14 Y la suerte para la del oriente cayó a Selemías. Y metieron en las suertes a Zacarías su hijo, consejero entendido; y salió la suerte suya para la del norte.

15 Y para Obed-edom la puerta del sur, y a sus hijos la casa de provisiones del templo.

16 Para Supim y Hosa, la del occidente, la puerta de Salequet, en el camino de la subida, correspondiéndose guardia con guardia.

17 Al oriente seis levitas, al norte cuatro de día; al sur cuatro de día; y a la casa de provisiones de dos en dos.

18 En la cámara de los utensilios al occidente, cuatro al camino, y dos en la cámara.

19 Estas son las distribuciones de los porteros, hijos de los coreítas y de los hijos de Merari.

20 Y de los levitas, Ahías tenía cargo de los tesoros de la casa de Dios, y de los tesoros de las cosas santificadas.

21 Cuanto a los hijos de Laadán hijo de Gersón: de Laadán, los jefes de las casas paternas de Laadán gersonita fueron los jehielitas.

22 Los hijos de Jehieli, Zetam y Joel su hermano, tuvieron cargo de los tesoros de la casa de Jehová.

23 De entre los amramitas, de los izharitas, de los hebronitas y de los uzielitas,

24 Sebuel hijo de Gersón, hijo de Moisés, era jefe sobre los tesoros.

25 En cuanto a su hermano Eliezer, hijo de éste era Rehabías, hijo de éste Jesaías, hijo de éste Joram, hijo de éste Zicri, del que fue hijo Selomit.

26 Este Selomit y sus hermanos tenían a su cargo todos los tesoros de todas las cosas santificadas que había consagrado el rey David, y los jefes de las casas paternas, los capitanes de millares y de centenas, y los jefes del ejército;

27 de lo que habían consagrado de las guerras y de los botines, para reparar la casa de Jehová.

28 Asimismo todas las cosas que había consagrado el vidente Samuel, y Saúl hijo de Cis, Abner hijo de Ner y Joab hijo de Sarvia, y todo lo que cualquiera consagraba, estaba a cargo de Selomit y de sus hermanos.

29 De los izharitas, Quenanías y sus hijos eran gobernadores y jueces sobre Israel en asuntos exteriores.

30 De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, hombres de vigor, mil setecientos, gobernaban a Israel al otro lado del Jordán, al occidente, en toda la obra de Jehová, y en el servicio del rey.

31 De los hebronitas, Jerías era el jefe de los hebronitas repartidos en sus linajes por sus familias. En el año cuarenta del reinado de David se registraron, y fueron hallados entre ellos hombres fuertes y vigorosos en Jazer de Galaad.

32 Y sus hermanos, hombres valientes, eran dos mil setecientos, jefes de familias, los cuales el rey David constituyó sobre los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, para todas las cosas de Dios y los negocios del rey.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Tu valor infinito

Abril 21

Tu valor infinito

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Lectura bíblica: 1 Pedro 1:18, 19

Tened presente que habéis sido rescatados… con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 1 Pedro 1:18, 19

Hace varios siglos, un estudioso llamado Morena fue forzado a dejar su hogar. Viviendo en la pobreza en Lombardía, Italia, Morena enfermó de gravedad. Fue llevado a un hospital de caridad. Los médicos, creyendo que el paciente, de apariencia deplorable, era un ignorante, empezaron a hablar entre ellos en latín junto a su lecho. Dijeron:
—Esta criatura despreciable de cualquier manera va a morir, así que probemos hacer un experimento con él.

Morena dominaba el latín casi tan bien como su propia lengua. Juntando todas sus fuerzas, se levantó en la cama y dijo a los sorprendidos doctores:
—¿Cómo pueden llamar “despreciable” a alguien por quien Cristo murió?

Es doloroso observar las maneras como la gente decide cuánto vale alguien.

• Un equipo de béisbol determina que cierto jugador vale decenas de millones de dólares en el transcurso de su carrera como jugador.
• Un soldado en combate descubre que vale una vida humana cuando otro soldado se interpone y es baleado para salvarlo.
• Una madre con muy poco dinero descubre que vale los esfuerzos de voluntarios que dedican días a pintar su casa deteriorada.

Pero como Morena comprendió claramente, nuestro mayor valor como cristianos viene del hecho de que Dios el Padre permitió que Jesucristo —su Hijo sin pecado— muriera por nuestros pecados. En 1 Pedro 1:18, 19, el apóstol Pedro dijo que no existe cantidad de plata u oro comparable a ese sacrificio. Jesús declaró lo que valemos cuando dijo: “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).

A los ojos de Dios, valías la muerte de su Hijo. Mientras estabas atrapado en tus pecados y en guerra con Dios, no había nada en ti que atrajera a Dios o que lo hiciera enviar a su Hijo para morir por ti (ver Romanos 5:8). No eras recto. No eras bueno. Eras un pecador, exactamente lo contrario al Cordero perfecto. Pero Dios consideró que eras digno de ser amado y tu valor subió tremendamente cuando Jesús dio su vida por ti.

No importa cuál es tu valor para otros en términos terrenales, eres eternamente inestimable por el precio que el Padre cariñosamente pagó por ti.

PARA DIALOGAR
¿Por qué merecen todas las personas ser tratadas con respeto? ¿Qué tiene que ver eso con respetarte a ti mismo?

PARA ORAR
Señor, permítenos comprender el valor que tenemos para ti. Ayúdanos a comprender que nos has hecho más valiosos que todo el oro y la plata del mundo.

PARA HACER
Piensa en las personas a quienes has despreciado, considerándolas de poco valor. ¿Qué puedes hacer hoy por una de esas personas para darles pruebas de su gran valor para ti y para Dios?

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

«TIENE MI APELLIDO»

21 abr 2016

«TIENE MI APELLIDO»

cr

por Carlos Rey

a1En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio http://www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

«Soy un hombre de treinta y siete años. Tengo dos hijos de distintas relaciones. El mayor tiene dieciocho, y la menor trece. Actualmente vivo con la menor y la mamá de ella.

»Con el mayor no he tenido comunicación alguna. Él sabe que yo existo, y tiene mi apellido. Estoy arrepentido, pero no sé por dónde comenzar a pedirle perdón. Nos hemos visto frente a frente… y sólo nos saludamos con gestos. Quisiera [abrazarlo] y pedirle perdón, pero no sé cómo reaccionaría él.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimado amigo:

»… Usted quisiera saber cómo reaccionaría su hijo si le pidiera perdón, pero usted debe comprender que no importa cómo él reaccione. Es usted a quien le corresponde hacer lo debido, ya sea que él responda de forma negativa o positiva. Sin embargo, el hecho de que él lo saluda con un gesto cuando se cruzan y no desvía la mirada pudiera ser señal de que quisiera relacionarse con usted. Aunque él lo rechazara al principio, de todos modos le corresponde a usted tomar la iniciativa.

»Para tener una idea de lo que siente su hijo por usted, ingrese en Internet a conciencia.net y lea los Casos 63 y 244. Si bien su hijo pudiera pasar por un tiempo de enojo a causa de los sentimientos de abandono, es casi seguro que superará ese enojo en uno o dos años, y tarde o temprano lo perdonará. A usted le corresponde ser paciente y comprensivo, aun cuando él arremeta con ira. Recuerde que él tiene una razón válida para estar enojado, y que usted hizo que él creciera huérfano de padre. Deje de preocuparse por su propio temor de ser rechazado. ¡Es usted quien lo rechazó a él, y no él a usted!

»Comience haciendo el arreglo de encontrarse con su hijo en un lugar público como un restaurante, una cafetería o una heladería. Hágale saber lo mucho que siente el no haberse comunicado antes, y que usted quiere cultivar una relación con él. Dígale que, aunque usted no merece su perdón, le pide que lo perdone. Si él se niega a perdonarlo o siquiera a responder, manténgase calmado y en silencio. Recuerde que él ha sentido el rechazo de usted por dieciocho años, así que usted debe estar dispuesto a esperar todo ese tiempo también.

»Pídale a Dios que lo perdone por los errores que usted ha cometido. Pídale que haga de usted la clase de hombre que pueda ser motivo de orgullo para sus hijos. Resuelva que va a leer la Biblia todos los días a fin de aprender a tomar buenas decisiones a favor de su familia. Si usted sigue el ejemplo de Dios como nuestro Padre celestial, puede llegar a ser un gran padre para sus dos hijos.»

Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en http://www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 385.

http://www.conciencia.net/