MIEDO AL RIDÍCULO

MIEDO AL RIDÍCULO

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Pablo Martini
Programa No. 2016-08-21

El miedo a hacer el ridículo es una patología de la conducta humana que experimentamos a medida que crecemos. Este temor se mantiene de forma más o menos presente y se acentúa. Principalmente durante los momentos previos a una reunión social o un acto en el que piensas que vas a estar sometido a la observación de otros con los que no tienes suficiente confianza: una conferencia, un examen oral, una recepción, una boda, etc., pueden ser situaciones en las que se teme hacer el ridículo, especialmente si tienen algo de nuevo, ya que entonces, estas personas se encuentran incapaces de prever lo que puede suceder y no se pueden tranquilizar pensando que anteriormente tampoco salieron airosos de situaciones similares. En un sentido no es malo pero puede ser peligroso. Cuando esto se torna en fobia que me controla puedo estar en problemas. Existe cierto margen de error en cada proyecto que encaremos, tenemos que considerarlo al momento de planificar.
Pero debemos saber también que son esos “imprevistos” los que sacan de nosotros dosis extras de energía que teníamos ocultas, ignoradas u olvidadas. Si todo se desarrollaría en el plano de lo humanamente posible, o “fríamente calculado”, nunca habría emoción ni lugar para la fe. Fe es justamente eso: Avanzar cuando no tengo todas las respuestas, continuar cuando alguien me dice que vas a hacer el ridículo, mantener mis convicciones aunque las mayorías opinen lo contrario. Los que viven con temor a hacer el ridículo serán ridiculizados al final por no haber hecho nada. El miedo, los prejuicios, el “qué dirán” y la vergüenza, son estorbos para el desarrollo de mi carácter de fe. Lo desconocido siempre asusta, pero Dios es un Dios que te llevará, en más de una oportunidad a lugares nuevos y desconocidos para ti. Aún así debes saber que Dios nunca te llevará a un lugar que Él antes no haya preparado, y en eso descansa tu confianza.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Los que viven con temor a hacer el ridículo serán ridiculizados al final por no haber hecho nada.

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En las sombras

21 Septiembre 2016

En las sombras

chuck_swindoll
por Charles R. Swindoll

1 Reyes 17:2-6

Cualquier recluta que haya pasado por un campamento de entrenamiento podrá decirle que a toda hora del día alguien le está ordenando a uno a dónde ir, cuándo estar allí, qué hacer y cómo sobrevivir. Eso es parte fundamental del entrenamiento básico. Y Dios hizo lo mismo con su profeta. Le dijo a Elías exactamente a dónde debía ir, qué iba a hacer cuando llegara a allí, y cómo se las arreglaría para sobrevivir. A Elías debió parecerle muy extraño ese plan.

Lo primero que tenía que hacer era esconderse.

«¿Esconderme? ¡Yo soy un profeta! Un hombre de palacio. Yo estoy proclamando tu Palabra. Pareces olvidar, Señor, que fui llamado a predicar.»

No, le dijo Dios a Elías. Esta vez no. «Escóndete», le dijo.

La palabra hebrea utilizada aquí sugiere la idea de ocultamiento, de mantenerse aparte con un propósito. «Ocúltate, mantente en secreto».

Una de las órdenes más difíciles de escuchar, una de las más difíciles de obedecer, es la orden de esconderse. La orden de marcharse solo, de desaparecer de la vista del público, de retirarse y de permanecer oculto deliberadamente. Esto es especialmente cierto si usted se siente cómodo siendo el centro de la atención pública, si es una persona franca y abierta, y si está dotada de habilidades para el liderazgo. También es cierto si es una persona activa que le gusta que las cosas se hagan.

Es posible que usted sea una mujer muy capaz, ya sea ama de casa o profesional. Pero, de repente, es sacada de su mundo de actividad interminable y de envolvimiento efectivo. Pero Dios le dice, claramente: «Escóndete. Permanece a solas. Deja de estar en primer plano. Aléjate de las cosas que satisfacen tu orgullo y tu ego, y ve a vivir en el arroyo.»

A veces, la enfermedad obliga a hacer este cambio. A veces, es cuando llegamos al límite de nuestras energías y comenzamos a agotarnos, o estamos a punto de eso. Algunas veces, Dios, sin darnos explicaciones, sencillamente nos quita de un lugar y nos moldea de nuevo para ponernos en otro.

Dios tenía un par de razones para ordenarle a Elías que se escondiera. Primera: quería protegerle de Acab; y, segunda: quería prepararlo para que se convirtiera en un hombre de Dios. Cuando Dios nos dice, de repente, casí como viniendo del mismísimo cielo: «Escóndete». Él tiene, por lo general, estos propósitos en mente: protección y preparación.

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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El río del santuario

Ezequiel 46-48

9781586403546

El río del santuario

46 “Así dice el Señor Dios[a]: ‘La puerta del atrio interior que mira al oriente estará cerrada los seis días de trabajo; pero se abrirá el día de reposo; también se abrirá el día de la luna nueva. ‘Y el príncipe entrará desde el exterior por el camino del vestíbulo de la puerta y se detendrá junto al poste de la puerta. Entonces los sacerdotes ofrecerán su holocausto y sus ofrendas de paz, y él adorará junto al umbral de la puerta y luego saldrá, pero no se cerrará la puerta hasta la tarde. ‘El pueblo de la tierra también adorará a la entrada de esa puerta delante del Señorlos días de reposo y en las lunas nuevas. ‘El holocausto que el príncipe ofrecerá al Señor el día de reposo será de seis corderos sin defecto y un carnero sin defecto; y la ofrenda de cereal será de un efa[b] por carnero, y la ofrenda de cereal con[c] los corderos según lo que pueda dar[d], y un hin[e] de aceite por efa.‘El día de la luna nueva ofrecerá un novillo sin defecto de la vacada, también seis corderos y un carnero, que serán sin defecto. ‘Y proveerá una ofrenda de cereal, un efa por novillo y un efa por carnero, y con[f] los corderos según lo que pueda[g], y un hin de aceite por efa. ‘Y cuando el príncipe entre, entrará por el camino del vestíbulo de la puerta y saldrá por el mismo camino[h]. ‘Pero cuando el pueblo de la tierra venga delante del Señor en las fiestas señaladas, el que entre por la puerta del norte para adorar, saldrá por la puerta del sur, y el que entre por la puerta del sur, saldrá por la puerta del norte. Nadie saldrá[i] por la puerta por la cual entró, sino que saldrá por el lado opuesto. 10 ‘Y cuando entren, el príncipe entrará en medio de ellos; y cuando ellos salgan, saldrá él[j]. 11 ‘En los días festivos y en las fiestas señaladas la ofrenda de cereal será de un efa por novillo y de un efa por cordero, y con[k] los corderos, según lo que pueda dar[l], y de un hin de aceite por efa. 12 ‘Y cuando el príncipe ofrezca una ofrenda voluntaria, un holocausto u ofrendas de paz como ofrenda voluntaria al Señor, le abrirán la puerta que da al oriente, y ofrecerá su holocausto y sus ofrendas de paz como lo hace en el día de reposo. Luego saldrá, y cerrarán la puerta después que él salga.

13 ‘Cada día ofrecerás un cordero de un año sin defecto para holocausto al Señor; mañana tras mañana lo ofrecerás. 14 ‘También con él ofrecerás cada mañana una ofrenda de cereal, la sexta parte de un efa y la tercera parte de un hin de aceitepara humedecer la flor de harina; es la ofrenda continua de cereal al Señor como ordenanza perpetua[m]. 15 ‘Ofrecerán, pues, el cordero, la ofrenda de cereal y el aceite, mañana tras mañana, como un holocausto continuo.’

16 “Así dice el Señor Dios: ‘Si de su heredad el príncipe hace un regalo a alguno de sus hijos, será para sus hijos; es posesión de ellos por heredad. 17 ‘Pero si de su heredad hace un regalo a uno de sus siervos, será de él hasta el año del jubileo; después volverá al príncipe. Su heredad será sólo de sus hijos; a ellos pertenecerá. 18 ‘Y el príncipe no tomará nada de la heredad del pueblo, despojándolos[n] de su posesión; dará heredad a sus hijos de su propia posesión, para que ninguno de mi pueblo sea echado de su posesión.’”

19 Después me llevó por la entrada que estaba al lado[o] de la puerta, a las cámaras sagradas de[p] los sacerdotes que daban al norte; y he aquí, había allí un lugar al fondo, hacia el occidente. 20 Y me dijo: Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán la ofrenda por la culpa y la ofrenda por el pecado, y donde cocerán la ofrenda de cereal, para que no tengan que sacarlas al atrio exterior, y santifiquen[q]así al pueblo. 21 Entonces me sacó al atrio exterior y me llevó por los cuatro ángulos del atrio; y he aquí, en cada ángulo del atrio había un atrio pequeño. 22 En los cuatro ángulos del atrio había atrios cercados, de cuarenta codos[r] de largo y treinta de ancho; los cuatro atrios en los ángulos tenían una misma medida. 23 Yhabía un muro alrededor de ellos, alrededor de los cuatro, y debajo había fogones construidos alrededor de los muros. 24 Y me dijo: Estos son los fogones[s] donde los servidores de la casa cocerán los sacrificios del pueblo.

El río del santuario

47 Después me hizo volver a la entrada del templo[t]; y he aquí, brotaban aguas de debajo del umbral del templo[u] hacia el oriente, porque la fachada del templo[v]daba hacia el oriente. Y las aguas descendían de debajo, del lado[w] derecho del templo[x], al sur del altar. Me sacó por la puerta del norte y me hizo dar la vuelta por[y] fuera hasta la puerta exterior, por la puerta que da al oriente. Y he aquí, las aguas fluían del lado[z] sur.

Cuando el hombre salió hacia el oriente con un cordel en la mano, midió mil codos[aa], y me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta los tobillos. Midióotros mil, y me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta las rodillas. De nuevo midió otros mil y me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta la cintura[ab]. Y midió otros mil; y ya era un río que yo no pude vadear, porque las aguas habían crecido, aguas que tenían que pasarse a nado, un río que no se podía vadear.Entonces me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Me llevó y me hizo volver a la orilla del río. Y cuando volví, he aquí, en la orilla del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen hacia la región oriental y descienden al Arabá[ac]; luego siguen hacia el mar y desembocan en el mar; entonces las aguas del mar quedan purificadas[ad]. Y sucederá que dondequiera que pase el río[ae], todo ser viviente que en él se mueve, vivirá. Y habrá muchísimos peces, porque estas aguas van allá, y las otras son purificadas[af]; así vivirá todo por donde pase el río. 10 Y[ag] junto a él se pararán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim habrá un lugar para tender las redes. Sus peces serán según sus especies, como los peces del mar Grande, numerosísimos.11 Pero sus pantanos y marismas no serán purificados[ah]; serán dejados[ai] para salinas. 12 Junto al río, en su orilla, a uno y otro lado, crecerán toda clase deárboles que den fruto para comer. Sus hojas no se marchitarán, ni faltará su fruto. Cada mes darán fruto porque sus aguas fluyen del santuario; su fruto será para comer y sus hojas para sanar.

Límites y división de la tierra

13 Así dice el Señor Dios[aj]: Estos serán los límites según los cuales repartiréis la tierra por heredad entre las doce tribus de Israel; José tendrá dos partes. 14 La repartiréis por heredad a cada uno en igual proporción que[ak] a su hermano; porque juré[al] darla a vuestros padres, esta tierra os tocará en heredad.

15 Y estos serán los límites de la tierra: Por el lado norte, desde el mar Grande, camino de Hetlón, hasta la entrada de Zedad; 16 Hamat, Berota, Sibraim, que está entre el límite de Damasco y el límite de Hamat; Hazar-haticón, que está en el límite de Haurán. 17 Y el límite se extenderá[am] desde el mar hasta Hazar-enán enel límite de Damasco, y en el norte, hacia el norte, al límite de Hamat; este es el lado norte. 18 Y por el lado oriental, entre[an] Haurán, Damasco, Galaad y la tierra de Israel, al Jordán; mediréis desde el límite norte hasta el mar oriental; este es el lado oriental. 19 Y el lado sur, hacia el sur, se extenderá desde Tamar hasta las aguas de Meriba de Cades, hacia el torrente de Egipto, hasta el mar Grande; este es el lado sur, hacia el sur. 20 Y el lado occidental será el mar Grande, desde el límite sur hasta enfrente de Lebo-hamat[ao]; este es el lado occidental.

21 Repartiréis, pues, esta tierra entre vosotros según las tribus de Israel. 22 La[ap]sortearéis como heredad entre vosotros y entre los forasteros que residen en medio de vosotros y que hayan engendrado hijos entre vosotros. Y serán para vosotros como nativos entre los hijos de Israel; se les sorteará herencia con vosotros entre las tribus de Israel. 23 En[aq] la tribu en la cual el forastero resida, allíle daréis su herencia —declara el Señor Dios.

48 Estos son los nombres de las tribus: desde el extremo norte, junto al[ar]camino de Hetlón a Lebo-hamat[as], hasta Hazar-enán en el límite de Damasco al norte, junto a[at] Hamat, desde el lado oriental hasta el occidental[au]: Dan, unaparte. Junto al límite de Dan, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Aser, una parte. Junto al límite de Aser, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Neftalí, una parte. Junto al límite de Neftalí, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Manasés, una parte. Junto al límite de Manasés, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Efraín, una parte. Junto al límite de Efraín, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Rubén, una parte. Junto al límite de Rubén, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Judá, una parte.

Y junto al límite de Judá, desde el lado oriental hasta el lado occidental estará la porción[av] que separaréis[aw], de veinticinco mil codos[ax] de ancho, y de largo como una de las demás partes, desde el lado oriental hasta el lado occidental; y el santuario estará en medio de ella. La porción que separaréis para el Señor será de veinticinco mil codos de largo y diez mil de ancho. 10 Y la porción sagrada será para éstos, es decir, para los sacerdotes, hacia el norte, de veinticinco mil codos de largo, hacia el occidente de diez mil de ancho, hacia el oriente de diez mil de ancho, y hacia el sur de veinticinco mil de largo; y el santuario del Señor estará en medio de ella. 11 Esta será para los sacerdotes santificados de los hijos de Sadoc, que han guardado mi ordenanza, que no se descarriaron cuando los hijos de Israel se descarriaron, como se descarriaron los levitas. 12 Y será para ellos una porción de la porción de la tierra, un lugar santísimo, junto al límite de los levitas. 13 A lo largo del límite de los sacerdotes, los levitas tendrán veinticinco mil codos de largo y diez mil de ancho. La longitud total será de veinticinco mil codos y la anchura de diez mil. 14 No venderán nada de ella ni la cambiarán, ni cederán esta porción escogida[ay] de la tierra, porque es consagrada para el Señor.

15 El resto de cinco mil codos de ancho y de veinticinco mil de largo[az] será para uso común de la ciudad, para viviendas y para pastizales[ba]; y la ciudad estará en medio de ella. 16 Y éstas serán sus medidas: al lado norte, cuatro mil quinientoscodos, al lado sur, cuatro mil quinientos codos, al lado oriental, cuatro mil quinientos codos, y al lado occidental, cuatro mil quinientos codos. 17 Y la ciudad tendrá pastizales[bb]: al norte, doscientos cincuenta codos, al sur, doscientos cincuenta codos, al oriente, doscientos cincuenta codos, y al occidente, doscientos cincuenta codos. 18 Lo que quede de la longitud a lo largo de la porción sagrada será de diez mil codos hacia el oriente y de diez mil hacia el occidente; y estará a lo largo de la porción sagrada. Y sus productos servirán de alimento para los trabajadores de la ciudad. 19 Y los trabajadores de la ciudad, de todas las tribus de Israel, la cultivarán. 20 Toda la porción será de veinticinco milcodos por veinticinco mil; separaréis[bc] la porción sagrada, un cuadrado[bd], junto con la propiedad[be] de la ciudad.

21 Y lo que quede será para el príncipe, a uno y otro lado de la porción santa y de la propiedad[bf] de la ciudad; a lo largo de los veinticinco mil codos de la porción hasta el límite oriental y hacia el occidente enfrente de los veinticinco mil, hacia el límite occidental, a lo largo de las partes, será para el príncipe. Y la porción sagrada y el santuario del templo[bg] estarán en medio de ella. 22 Y excluyendo la propiedad[bh] de los levitas y la propiedad[bi] de la ciudad que están en medio de lo que pertenece al príncipe, todo lo que está entre el límite de Judá y el límite de Benjamín, será para el príncipe.

23 En cuanto a las demás tribus, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Benjamín, una parte. 24 Junto al límite de Benjamín, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Simeón, una parte. 25 Junto al límite de Simeón, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Isacar, una parte. 26 Junto al límite de Isacar, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Zabulón, una parte. 27 Junto al límite de Zabulón, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Gad, una parte.28 Y junto al límite de Gad, al lado sur, hacia el sur, el límite será desde Tamar hasta las aguas de Meriba de Cades, hacia el torrente de Egipto hasta el mar Grande. 29 Esta es la tierra que sortearéis como herencia para las tribus de Israel, y éstas serán sus porciones —declara el Señor Dios[bj].

30 Y estas son las salidas de la ciudad: al lado norte, cuatro mil quinientos codospor medida. 31 Las puertas de la ciudad llevarán[bk] los nombres de las tribus de Israel; tres puertas al norte: la puerta de Rubén, una; la puerta de Judá, otra; la puerta de Leví, otra. 32 Al lado oriental, cuatro mil quinientos codos, y tres puertas: la puerta de José, una; la puerta de Benjamín, otra; la puerta de Dan, otra. 33 Al lado sur, cuatro mil quinientos codos por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra. 34 Y al lado occidental, cuatro mil quinientos codos y sus tres puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, otra; la puerta de Neftalí, otra. 35 La ciudad tendrá dieciocho milcodos en derredor; y el nombre de la ciudad desde ese día será: el Señor está allí[bl].

Notas al pie:

  1. Ezequiel 46:1Heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y así en el resto del cap.
  2. Ezequiel 46:5Un efa equivale aprox. a 22 litros
  3. Ezequiel 46:5Lit., por
  4. Ezequiel 46:5Lit., un donativo de su mano
  5. Ezequiel 46:5Un hin equivale aprox. a 3.7 litros
  6. Ezequiel 46:7Lit., por
  7. Ezequiel 46:7Lit., según su mano alcance
  8. Ezequiel 46:8Lit., por su camino
  9. Ezequiel 46:9Lit., El no volverá
  10. Ezequiel 46:10Así en muchos mss. y versiones antiguas; en el T.M., ellos saldrán
  11. Ezequiel 46:11Lit., por
  12. Ezequiel 46:11Lit., un donativo de su mano
  13. Ezequiel 46:14O, estatuto perpetuo
  14. Ezequiel 46:18Lit., oprimiéndolos
  15. Ezequiel 46:19Lit., hombro
  16. Ezequiel 46:19Lit., a
  17. Ezequiel 46:20O, transmitan santidad
  18. Ezequiel 46:22Aquí el codo equivale aprox. a 52.5 cm.
  19. Ezequiel 46:24Lit., casas para cocer
  20. Ezequiel 47:1Lit., casa
  21. Ezequiel 47:1Lit., casa
  22. Ezequiel 47:1Lit., casa
  23. Ezequiel 47:1Lit., hombro
  24. Ezequiel 47:1Lit., casa
  25. Ezequiel 47:2Lit., por el camino de
  26. Ezequiel 47:2Lit., hombro
  27. Ezequiel 47:3Aquí el codo equivale aprox. a 52.5 cm.
  28. Ezequiel 47:4O, a los lomos
  29. Ezequiel 47:8O, desierto
  30. Ezequiel 47:8Lit., saneadas
  31. Ezequiel 47:9Lit., entren los dos ríos
  32. Ezequiel 47:9Lit., saneadas
  33. Ezequiel 47:10Lit., Y sucederá que
  34. Ezequiel 47:11Lit., saneados
  35. Ezequiel 47:11Lit., dados
  36. Ezequiel 47:13Heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y así en el resto del cap.
  37. Ezequiel 47:14Lit., a cada uno como
  38. Ezequiel 47:14Lit., alcé mi mano para
  39. Ezequiel 47:17Lit., será
  40. Ezequiel 47:18Lit., de entre
  41. Ezequiel 47:20O, de la entrada de Hamat
  42. Ezequiel 47:22Lit., Y será que la
  43. Ezequiel 47:23Lit., Y será que en
  44. Ezequiel 48:1Lit., a la mano del
  45. Ezequiel 48:1O, la entrada de Hamat
  46. Ezequiel 48:1Lit., a la mano del
  47. Ezequiel 48:1Lit., y habrá para él un lado oriental y un lado occidental
  48. Ezequiel 48:8O, contribución, y así en el resto del cap.
  49. Ezequiel 48:8Lit., ofreceréis
  50. Ezequiel 48:8O posiblemente, cañas, y así en el resto del cap.
  51. Ezequiel 48:14Lit., lo primero o las primicias
  52. Ezequiel 48:15Lit., al frente
  53. Ezequiel 48:15O, terrenos públicos
  54. Ezequiel 48:17O, terrenos públicos
  55. Ezequiel 48:20Lit., ofreceréis
  56. Ezequiel 48:20Lit., un cuarto
  57. Ezequiel 48:20O, posesión
  58. Ezequiel 48:21O, posesión
  59. Ezequiel 48:21Lit., de la casa
  60. Ezequiel 48:22O, posesión
  61. Ezequiel 48:22O, posesión
  62. Ezequiel 48:29Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  63. Ezequiel 48:31Lit., según
  64. Ezequiel 48:35Heb., YHWH-shamma

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De los sufrimientos al servicio

20 Septiembre 2016

De los sufrimientos al servicio

chuck_swindoll

por Charles R. Swindoll

1 Reyes 17:2-6

Al leer estas palabras y tratar de imaginar el ambiente en el que se desarrollan, comenzamos a ver la sorprendente naturaleza del plan de Dios. Lo más lógico, al parecer, habría sido mantener a Elías ante el rey, es decir, utilizar al profeta como un aguijón incesante, presionando al impío monarca a humillarse, obligando a rendir su voluntad a aquel que lo había creado. A fin de cuentas, ninguno de los asesores y consejeros del rey Acab tenía la integridad de Elías. No había nadie cerca que pudiera confrontar la idolatría del rey ni sus crueles e injustas acciones en contra del pueblo de Israel. Era, por tanto, muy lógico que Elías se quedara en la corte del rey.

Todo lo dicho anteriormente responde a la lógica humana, pero el plan de Dios está siempre lleno de sorpresas y misterio.

Aunque nosotros habríamos elegido dejar a Elías allí, para que confrontara a Acab, ese no era el plan del Padre celestial. Él tenía cosas que quería lograr en enfrentamientos que habrían podido destruir a un siervo menos obediente, menos consagrado y menos preparado. Por tanto, Dios envió a Elías a un lugar solitario, escondido de todo el mundo, donde no solo estaría protegido del peligro físico sino también mejor preparado para llevar a cabo una misión muy grande.

El héroe temeroso de Dios que va ser un instrumento útil en las manos del Señor, tiene que ser humillado y obligado a confiar en Él. Hay, en otras palabras, que «bajarle los humos.» O, como le encantaba decir al pastor y escritor A.W. Tozer: «Es dudoso que Dios pueda bendecir grandemente a un hombre, si antes no lo ha herido profundamente.» Mi experiencia a lo largo de los años ha sido que, cuanto más profunda es la herida, más grande es el servicio.

El plan de Dios está siempre lleno de sorpresas y misterio.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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MEJOR ES DAR

MEJOR ES DAR

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Pablo Martini
Programa No. 2016-08-20

Muchas veces Dios nos quita cosas para luego devolverlas. Y no es que Dios sea sádico o juegue con nuestras emociones, lo hace para que actualicemos nuestra escala de valores y para que identifiquemos qué cosas nos están atando con lo temporal o qué cosas están compitiendo con su señorío. Así fue el caso con Abraham, a quién le dio el hijo de la promesa nada más y nada menos que a los cien años de edad y con una esposa estéril, para pedírselo luego a los 17 años, para que lo entregue en sacrificio en el monte Moriah, en donde , en sentido figurado, lo entregó. ¿Sería que Abraham estaba comenzando a amar más a la promesa de Dios que al Dios de la promesa?… Idéntico fue el caso con la mamá de Moisés, Jochabed. Esta valiente mujer tuvo que tomar la difícil decisión de entregar a las turbulentas aguas del río Nilo a su bebé de tres meses de edad, que Dios le había concedido, para recibirlo luego y criarlo por seis años ¡con todos los gastos pagados! O al profeta Jonás. Este terco personaje estaba desfalleciendo por el calor del desierto en un momento de crisis espiritual, emocional y física, cuando Dios le proporciona sombra de una calabacera que milagrosamente creció en una sola noche. Pero así como creció, al otro día el mismo Dios envió un gusano que la secó por completo. ¿Estás jugando conmigo, Señor?… “No, Jonás, pero me temo que estás más alegre por las provisiones de Dios que por el Dios de las provisiones”…
Quizás ahora entiendas porque muchas veces Dios te hace pasar por el valle de la sombra de muerte. No es que signifiques poca cosa para Él, o que te haya olvidado. Tampoco que otros tengan más valor que tú, o que seas un fracaso. Al contrario, es la tierna mano de nuestro buen Dios que sabe cuando necesitamos cada cosa y cuando no la necesitamos. Si te entregas a su mano sin resistencia aprenderás a ver su amor en cada acto de tu vida.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Dios es celoso, nunca lo olvides.

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Quito-Ecuador

La gloria de Dios llena el templo

Ezequiel 43-45

9781586403546

La gloria de Dios llena el templo

43 Entonces me llevó a la puerta, la puerta que mira hacia el oriente; y he aquí, la gloria del Dios de Israel venía de la parte del oriente. Su voz era como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía de su gloria. Y tenía[a] el aspecto de la visión que vi, como la visión que había visto cuando El vino[b] a destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que yo había visto junto al río Quebar. Entonces me postré sobre mi rostro. La gloria del Señor entró en el templo[c] por el camino de la puerta que da hacia el oriente. Y el Espíritu me levantó y me llevó al atrio interior, y he aquí, la gloria del Señor llenó el templo.

Y oí a uno que me hablaba desde el templo, mientras el hombre estaba de pie junto a mí, y me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar de las plantas de mis pies, donde habitaré entre los hijos de Israel para siempre. Y la casa de Israel no volverá a profanar mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus prostituciones y con los cadáveres de sus reyes cuando mueran[d], poniendo su umbral junto a mi umbral, y sus postes junto a mis postes con sólo un muro entre ellos y yo. Ellos han profanado mi santo nombre con las abominaciones que han cometido; por eso los he consumido en mi ira. Que alejen ahora de mí sus prostituciones y los cadáveres de sus reyes, y yo habitaré entre ellos para siempre.

10 Y tú, hijo de hombre, describe[e] el templo[f] a la casa de Israel, para que se avergüencen de sus iniquidades, y tomen las medidas de su plano[g]. 11 Y si se avergüenzan de todo lo que han hecho, enséñales el diseño[h] del templo, su estructura, sus salidas, sus entradas, todos sus diseños[i], todos sus estatutos[j] y todas sus leyes. Y escribe esto ante sus ojos para que guarden todas sus leyes[k] y todos sus estatutos, y los cumplan. 12 Esta es la ley del templo: todo su territorio[l]sobre la cumbre del monte por todo alrededor será santísimo. He aquí, ésta es la ley del templo.

13 Estas son las medidas del altar en codos[m] (cada codo de un codo y un palmo menor): la base[n], un codo, el ancho, un codo; su reborde en la orilla por todo alrededor, un palmo. Y ésta será la altura[o] del altar: 14 desde la base en el suelo hasta el zócalo inferior será de dos codos, por un codo de ancho; y desde el zócalo menor hasta el zócalo mayor será de cuatro codos, por un[p] codo de ancho. 15 El hogar del altar[q] será de cuatro codos, y del hogar del altar[r] se extenderán hacia arriba cuatro cuernos. 16 El hogar del altar[s] será de doce codosde largo por doce de ancho, cuadrado por sus cuatro lados. 17 Y el zócalo será de catorce codos de largo por catorce de ancho por sus cuatro lados; el borde alrededor será de medio codo, y su base, de un codo alrededor; sus gradasmirarán al oriente.

18 Y me dijo: Hijo de hombre, así dice el Señor Dios[t]: “Estos son los estatutos para el altar el día que sea construido, para ofrecer holocaustos sobre él y para esparcir sobre él sangre. 19 “A los sacerdotes levitas que son de la descendencia de Sadoc, que se acercan a mí para servirme” —declara el Señor Dios— “darás un novillo de la vacada para la ofrenda por el pecado. 20 “Y tomarás de su sangre y la pondrás sobre sus cuatro cuernos, en los cuatro ángulos del zócalo y en el borde todo alrededor; así lo limpiarás y harás expiación por él. 21 “Luego tomarás el novillo para la ofrenda por el pecado, y será quemado en el lugar señalado del templo, fuera del santuario. 22 “Al segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto para la ofrenda por el pecado, y purificarás el altar como lo purificaroncon el novillo. 23 “Cuando hayas terminado de purificarlo, ofrecerás un novillo sin defecto de la vacada y un carnero sin defecto del rebaño. 24 “Los ofrecerás delante del Señor, y los sacerdotes echarán sal sobre ellos y los ofrecerán en holocausto al Señor. 25 “Durante siete días prepararás diariamente un macho cabrío para la ofrenda por el pecado; también serán preparados un novillo de la vacada y un carnero sin defecto del rebaño. 26 “Durante siete días harán expiación por el altar y lo purificarán; así lo consagrarán[u]. 27 “Cuando hayan terminado estos[v] días, sucederá que del octavo día en adelante, los sacerdotes ofrecerán[w]sobre el altar vuestros holocaustos y vuestras ofrendas de paz; y yo me complaceré en vosotros” —declara el Señor Dios.

Deberes de los levitas y sacerdotes

44 Entonces me hizo volver por el camino de la puerta exterior del santuario que da hacia el oriente, y estaba cerrada. Y el Señor me dijo: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá y nadie entrará por ella, porque el Señor, Dios de Israel, ha entrado por ella; por eso permanecerá cerrada. En cuanto al príncipe, él, como príncipe, se sentará allí para comer pan delante del Señor; entrará por el camino del vestíbulo de la puerta y por el mismo[x] camino saldrá.

Luego me llevó por el camino de la puerta del norte al frente del templo[y]; miré, y he aquí, la gloria del Señor llenaba la casa del Señor, y me postré sobre mi rostro.Y el Señor me dijo: Hijo de hombre, pon atención[z], mira con tus ojos y oye con tus oídos todo lo que te digo acerca de todos los estatutos de la casa del Señor y acerca de todas sus leyes; y fíjate bien[aa] en cuanto a la entrada del templo y a todas las salidas del santuario. Y dirás a los rebeldes[ab], a la casa de Israel: “Así dice el Señor Dios[ac]: ‘Son ya demasiadas todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel, cuando introdujisteis extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para que estuvieran en mi santuario y profanaran[ad] mi casa; cuando les ofrecisteis mi alimento, la grosura y la sangre; invalidasteis[ae], pues, mi pacto; esto además de todas vuestras abominaciones. ‘No os habéis ocupado de guardar mis cosas sagradas, sino que habéis puesto extranjeroscomo guardas de mis ordenanzas en mi santuario.’

“Así dice el Señor Dios: ‘Ningún extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de carne, entrará en mi santuario; ninguno de los extranjeros que están entre los hijos de Israel. 10 ‘Y los levitas que se alejaron de mí cuando Israel se descarriaba, que se alejaron de mí tras sus ídolos, llevarán el castigo por su iniquidad. 11 ‘Serán servidores en mi santuario, encargados de las puertas del templo y servidores en el templo; ofrecerán[af] el holocausto y el sacrificio para el pueblo, y estarán delante de ellos para servirles. 12 ‘Por cuanto les sirvieron delante de sus ídolos, y fueron tropezadero de iniquidad para la casa de Israel, por tanto he jurado[ag] contra ellos,’ —declara el Señor Dios— ‘que llevarán el castigo por su iniquidad. 13 ‘No se acercarán a mí para servirme de sacerdotes, ni se acercarán a ninguna de mis cosas santas, ni a las cosas santísimas, sino que cargarán su ignominia y las abominaciones que han cometido. 14 ‘Los pondré[ah]como guardas de las ordenanzas del templo, de todo su servicio y de todo lo que se ha de hacer en él.

15 ‘Pero los sacerdotes levitas, hijos de Sadoc, que se ocupaban de guardar mi santuario cuando los hijos de Israel se alejaron de mí, se acercarán a mí para servirme, y estarán delante de mí para ofrecerme la grosura y la sangre’ —declara el Señor Dios. 16 ‘Ellos entrarán en mi santuario, y se acercarán a mi mesa para servirme y guardar mis ordenanzas. 17 ‘Y[ai] cuando entren por las puertas del atrio interior, se pondrán vestiduras de lino; no se pondrán lana[aj] mientras estén sirviendo en las puertas del atrio interior y en el templo. 18 ‘Llevarán turbantes de lino sobre sus cabezas, y calzoncillos de lino sobre sus lomos; no se ceñirán denada que los haga sudar. 19 ‘Cuando salgan al atrio exterior, al atrio exterior donde está el[ak] pueblo, se quitarán las vestiduras con que han estado sirviendo y las dejarán en las cámaras sagradas, y se pondrán otras vestiduras a fin de no santificar[al] al pueblo con sus vestiduras. 20 ‘No se afeitarán la cabeza, ni se dejarán crecer[am] el cabello; sólo se recortarán el pelo de su cabeza. 21 ‘Ningún sacerdote beberá vino cuando entre al atrio interior. 22 ‘No tomará por mujer ni a viuda ni a divorciada, sino que tomará a una virgen del linaje de la casa de Israel, o a una viuda que sea viuda de sacerdote. 23 ‘Enseñarán a mi pueblo a discernir entre lo sagrado y lo profano, y harán que ellos sepan distinguir entre lo inmundo y lo limpio. 24 ‘En un pleito actuarán como jueces; lo decidirán conforme a mis ordenanzas. También guardarán mis leyes y mis estatutos en todas mis fiestas señaladas, y santificarán mis días de reposo. 25 ‘No se acercarán[an] a persona muerta para no contaminarse; pero por el padre, la madre, el hijo, la hija, el hermano, la hermana que no tenga marido, podrán contaminarse. 26 ‘Después de haberse purificado, se le contarán siete días. 27 ‘Y el día que entre en el santuario, en el atrio interior, para ministrar en el santuario, ofrecerá su ofrenda por el pecado’ —declara el Señor Dios.

28 ‘Y[ao] con respecto a la heredad para ellos, yo soy su heredad; no les daréis posesión en Israel: yo soy su posesión. 29 ‘Comerán la ofrenda de cereal, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa; toda cosa consagrada en Israel será de ellos. 30 ‘Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y de toda clase de ofrenda[ap] de vuestras ofrendas[aq], serán para los sacerdotes; también daréis al sacerdote las primicias de vuestras masas[ar] para que haga reposar una bendición sobre vuestra casa. 31 ‘Los sacerdotes no comerán el cuerpo muerto o despedazado de ninguna ave ni de ningún animal.

Tierra para los sacerdotes

45 ‘Cuando repartáis por suertes la tierra en heredad, ofreceréis una parte[as] alSeñor, una porción sagrada de la tierra; la longitud será de veinticinco mil codos[at], y la anchura será de veinte mil[au]. Será sagrada en toda su extensión alrededor.‘De ella se tomará[av] para el santuario quinientos codos por quinientos, en cuadro alrededor, y un espacio abierto en derredor[aw] de cincuenta codos. ‘Y de esta área[ax] medirás una longitud de veinticinco mil codos, y una anchura de diez mil; y en ella estará el santuario, el lugar santísimo. ‘Esta será la porciónconsagrada de la tierra para los sacerdotes, ministros del santuario, que se acercan para ministrar al Señor; será un lugar para sus casas y un lugar sagrado para el santuario. ‘Y un área de veinticinco mil codos de largo y de diez mil de ancho será para los levitas, ministros del templo[ay], para su posesión, con ciudades donde habitar[az]. ‘Daréis a la ciudad en posesión un área de cinco mil codos de ancho y de veinticinco mil codos de largo junto a la parte[ba] reservada de la porción sagrada; ésta será para toda la casa de Israel. ‘Y el príncipe tendrátierra a ambos lados de la parte[bb] sagrada y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de la parte[bc] sagrada y de la propiedad de la ciudad; por el lado occidental hacia el occidente y por el lado oriental hacia el oriente, su longitud corresponderá a una de las porciones, desde el límite occidental hasta el límite oriental. ‘Esta tierra será su posesión en Israel; así mis príncipes no oprimirán más a mi pueblo, sino que darán el resto de la tierra a la casa de Israel según sus tribus.’

“Así dice el Señor Dios[bd]: ‘Basta ya, príncipes de Israel; dejad la violencia y la destrucción, y practicad el derecho y la justicia. Acabad con las extorsiones que hacéis a mi pueblo’ —declara el Señor Dios. 10 ‘Tendréis balanzas justas, efa[be]justo y bato[bf] justo. 11 ‘El efa y el bato serán de la misma[bg] cantidad, de modo que el bato contenga un décimo del homer[bh] y el efa un décimo del homer; se les medirá de acuerdo con el homer. 12 ‘Y el siclo[bi] será de veinte geras[bj]. Veinte siclos, veinticinco siclos y quince siclos serán una mina[bk] para vosotros.

Ofrendas y fiestas

13 ‘Esta es la ofrenda que ofreceréis: la sexta parte de un efa por cada homer de trigo; la sexta parte de un efa por cada homer de cebada; 14 y la ordenanza para el aceite, para el bato de aceite, será la décima parte de un bato por cada coro[bl];éste equivale a diez batos o un homer (porque diez batos son un homer); 15 y una oveja por cada rebaño de doscientas de los abrevaderos de Israel, para la ofrenda de cereal, para el holocausto y para las ofrendas de paz, a fin de hacer expiación por ellos’ —declara el Señor Dios. 16 ‘Todo el pueblo de la tierra contribuirá[bm] a esta ofrenda para el príncipe en Israel. 17 ‘Y al príncipe le corresponderá proveerlos holocaustos, las ofrendas de cereal y las libaciones en las fiestas, en las lunas nuevas y en los días de reposo, en todas las fiestas señaladas de la casa de Israel. El proveerá la ofrenda por el pecado, la ofrenda de cereal, el holocausto y las ofrendas de paz para hacer expiación por la casa de Israel.’

18 “Así dice el Señor Dios: ‘En el mes primero, el primer día del mes, tomarás de la vacada un novillo sin defecto y purificarás el santuario. 19 ‘Y el sacerdote tomará de la sangre de la ofrenda por el pecado y la pondrá sobre los postes de la puerta del templo[bn], en los cuatro ángulos del zócalo del altar y sobre los postes de la puerta del atrio interior. 20 ‘Y así harás el día séptimo del mes para todo aquel que se desvíe o que sea ingenuo[bo]. Así haréis expiación por el templo[bp]. 21 ‘En el mesprimero, a los catorce días del mes, será para vosotros la Pascua, fiesta de siete días; en ella se comerá el pan sin levadura. 22 ‘En ese día, el príncipe ofrecerá por sí mismo y por todo el pueblo de la tierra un novillo en ofrenda por el pecado. 23 ‘Y en los siete días de la fiesta ofrecerá en holocausto al Señor siete novillos y siete carneros sin defecto, cada día de los siete días, y en ofrenda por el pecado un macho cabrío cada día. 24 ‘Y proveerá como ofrenda de cereal un efa por novillo, un efa por carnero, y un hin[bq] de aceite por efa. 25 ‘En el mes séptimo, a los quince días del mes, en la fiesta, proveerá de igual manera por siete días para[br] la ofrenda por el pecado, para[bs] el holocausto, para[bt] la ofrenda de cereal y para[bu]el aceite.’

Notas al pie:

  1. Ezequiel 43:3 Lit., Y era como
  2. Ezequiel 43:3 Así en algunos mss. y versiones antiguas; en el T.M., yo vine
  3. Ezequiel 43:4 Lit., la casa, y así en los vers. 5 y 6
  4. Ezequiel 43:7 La mayoría de los mss. dicen: en sus lugares altos
  5. Ezequiel 43:10 Lit., declara
  6. Ezequiel 43:10 Lit., casa, y así en el resto del cap.
  7. Ezequiel 43:10 Lit., la perfección o el diseño
  8. Ezequiel 43:11 O, la forma
  9. Ezequiel 43:11 O, formas
  10. Ezequiel 43:11 El T.M. agrega de nuevo: todos sus diseños
  11. Ezequiel 43:11 Así en la versión gr. (Sept.); en el T.M., su forma
  12. Ezequiel 43:12 Lit., frontera
  13. Ezequiel 43:13 Aquí el codo equivale aprox. a 52.5 cm., y así en el resto del cap.
  14. Ezequiel 43:13 Lit., cavidad o seno
  15. Ezequiel 43:13 Así en la versión gr. (Sept.); en el T.M., borde o parte posterior
  16. Ezequiel 43:14 Lit., el
  17. Ezequiel 43:15 O, Y el ariel
  18. Ezequiel 43:15 O, y del ariel
  19. Ezequiel 43:16 O, Y el ariel
  20. Ezequiel 43:18 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y así en el resto del cap.
  21. Ezequiel 43:26 Lit., y llenarán sus manos
  22. Ezequiel 43:27 Lit., los
  23. Ezequiel 43:27 Lit., harán
  24. Ezequiel 44:3 Lit., por su
  25. Ezequiel 44:4 Lit., casa, y así en el resto del cap.
  26. Ezequiel 44:5 Lit., pon tu corazón
  27. Ezequiel 44:5 Lit., pon tu corazón
  28. Ezequiel 44:6 Lit., la rebelión
  29. Ezequiel 44:6 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y así en el resto del cap.
  30. Ezequiel 44:7 Lit., para profanarlo, a
  31. Ezequiel 44:7 Así en algunas versiones antiguas; en el T.M., invalidaron
  32. Ezequiel 44:11 Lit., degollarán
  33. Ezequiel 44:12 Lit., alzado mi mano
  34. Ezequiel 44:14 Lit., Los daré
  35. Ezequiel 44:17 Lit., Y será que
  36. Ezequiel 44:17 Lit., no vendrá lana sobre ellos
  37. Ezequiel 44:19 Lit., al
  38. Ezequiel 44:19 O, no transmitir santidad
  39. Ezequiel 44:20 O, colgar
  40. Ezequiel 44:25 Lit., No irá
  41. Ezequiel 44:28 Lit., Y sucederá que
  42. Ezequiel 44:30 U, ofrenda(s) alzada(s)
  43. Ezequiel 44:30 U, ofrenda(s) alzada(s)
  44. Ezequiel 44:30 O, harina gruesa
  45. Ezequiel 45:1 O, contribución
  46. Ezequiel 45:1 Aquí el codo equivale aprox. a 52.5 cm., y así en el resto del cap.
  47. Ezequiel 45:1 Así en la versión gr. (Sept.); en el T.M., diez mil
  48. Ezequiel 45:2 Lit., será
  49. Ezequiel 45:2 O, tierra de pasto
  50. Ezequiel 45:3 Lit., medida
  51. Ezequiel 45:5 Lit., de la casa
  52. Ezequiel 45:5 Así en la versión gr. (Sept.); en el T.M., veinte cámaras
  53. Ezequiel 45:6 O, contribución
  54. Ezequiel 45:7 O, contribución
  55. Ezequiel 45:7 O, contribución
  56. Ezequiel 45:9 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y así en el resto del cap.
  57. Ezequiel 45:10 Un efa equivale aprox. a 22 litros
  58. Ezequiel 45:10 Un bato equivale aprox. a 22 litros
  59. Ezequiel 45:11 Lit., serán una
  60. Ezequiel 45:11 Un homer equivale aprox. a 220 litros
  61. Ezequiel 45:12 Un siclo equivale aprox. a 11.4 gramos de plata
  62. Ezequiel 45:12 Un gera equivale aprox. a 0.57 gramos de plata
  63. Ezequiel 45:12 Aquí la mina es de 60 siclos o 684 gramos de plata
  64. Ezequiel 45:14 Un coro equivale aprox. a 220 litros
  65. Ezequiel 45:16 Lit., estará
  66. Ezequiel 45:19 Lit., de la casa
  67. Ezequiel 45:20 Lit., simple
  68. Ezequiel 45:20 Lit., la casa
  69. Ezequiel 45:24 Un hin equivale aprox. a 3.7 litros
  70. Ezequiel 45:25 Lit., según
  71. Ezequiel 45:25 Lit., según
  72. Ezequiel 45:25 Lit., según
  73. Ezequiel 45:25 Lit., según

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Cuando se nos «bajan los humos»

19 Septiembre 2016

Cuando se nos «bajan los humos»

chuck_swindoll
por Charles R. Swindoll

1 Reyes 17:2-6

No sé si usted ha escuchado la frase «¡Les voy a bajar los humos!»; yo la escuché por lo menos una vez durante las diez semanas que pasé en el campamento de entrenamiento de reclutas de la Infantería de Marina de los Estados Unidos, hace 45 años, y debo haberlo oído después de una docena de veces más. Recuerdo que estas palabras fueron parte del tema del discurso de bienvenida, pronunciado con pasión, por un hombre al que aprendí a obedecer rápidamente. Esas palabras todavía las tengo grabadas en la mente, y el agudo tono de la voz de mi instructor de prácticas sigue estando presente en mi memoria. Hablaba en serio, y cumplió su promesa.

Allí estábamos una banda de alrededor de 70 jóvenes desorganizados, de toda calaña, y de todas las estaturas y orígenes, en un lugar extraño, sin tener idea (gracias a Dios), de lo que nos esperaba. Durante los meses que siguieron quedó eliminada toda pizca arrogante autosuficiencia, todo indicio de un espíritu independiente, y todo pensamiento de rebeldía. Cualquier indiferencia se nos ordenaba, sin chistar. Aprendimos a sobrevivir en la vía crucis del entrenamiento intenso y severo que ha caracterizado a la Infantería de Marina de los Estados Unidos de América.

El disciplinado régimen del campamento de entrenamiento —día tras día, semana tras semana— produjo cambios notables en cada uno de nosotros. Como resultado, salimos de allí siendo completamente diferentes a cómo habíamos llegado. El aislamiento del lugar, la ausencia de comodidades, el entrenamiento severo y monótono, la inexorable repetición de inspecciones, las pruebas que nos obligan a enfrentar lo desconocido sin demostrar temor (todo mezclado con la exasperante determinación y el constante acoso de nuestro instructor de prácticas) produjo beneficios maravillosos. Casi sin darnos cuenta, al mismo tiempo que aprendíamos a someternos a las órdenes de nuestro líder, nos encontramos al final en buenas condiciones físicas, estimulados emocionalmente y mentalmente preparados para cualquier conflicto que pudiera presentarse, incluso la realidad del enfrentamiento con el enemigo en un combate.

Esa clase de entrenamiento severo que reciben los reclutas es precisamente lo que el Señor tuvo en mente cuando envió a su siervo Elías desde la corte del rey Acab al arroyo de Querit. El profeta no imaginaba ni remotamente que su ocultamiento en Querit habría de ser su campo de entrenamiento. Allí sería entrenado para que confiara en su Líder, de modo que finalmente pudiera enfrentarse a un peligroso enemigo.

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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MAL GENIO

MAL GENIO

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Pablo Martini
Programa No. 2016-08-19

El mal genio es una debilidad que conduce al empleo de la violencia. La conclusión lógica es que si vivimos en una sociedad violenta debe ser porque estamos de mal genio, ¿verdad? La ira del hombre es una manifestación peligrosa de su estado emocional que puede dominar al que está enfurecido y puede afectar a todos los que le rodean. Existen niños que manifiestan ira gritándole a sus compañeros, o aún a sus padres. Los padres pierden el control con sus hijos, el esposo tiene actitudes violentas con su cónyuge. El empleado se queja de los maltratos de sus jefes, los políticos gritan en los parlamentos. ¿Por qué nos volvimos tan violentos? Las cárceles están repletas de personas que, en un arranque de ira, se han extralimitado tal vez con la persona que más amaban y le han quitado la vida. Mujeres golpeadas o abusadas sicológicamente, gritos de furia en la carretera porque se aglomeró el tránsito, platos rotos y portazos en el seno familiar, discusiones, golpes en la cancha de football y en las tribunas… Ira, violencia, Enojo.

No es malo enojarse, hay situaciones que demandan una enérgica respuesta de nuestra parte, pero es peligroso subirse al tren de la ira si no estoy seguro de quién lo conduce, porque si se descarrila puede acabar en tragedia. Proverbios 19:19 dice: “El iracundo tendrá que afrontar el castigo; y si intentas disuadirlo aumentarás su enojo”. Jesús también se enojó. Nos cuenta Marcos que enfurecido al observar cómo los religiosos de su época habían convertido el templo en una feria de mercado, improvisó un azote y, a los latigazos, sacó a todos los comerciantes de aquel lugar. Pero lo notable es que sus emociones estaban controladas por una profunda comunión con el Dios de paz ya que la noche anterior, nos dice el capítulo 11:11, había entrado también en el templo y había presenciado un espectáculo semejante, sin embargo, “como ya anochecía” se controló y volvió a su casa en Betania. ¿Te das cuenta? Ira bajo control es aceptable, furia descontrolada es peligrosamente trágica. ¿Quién conduce el tren de tu ira? Si no lo sabes, te aconsejo que no te subas.

PENSAMIENTO DEL DIA:

El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.

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La Biblia Dice
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Visión del templo futuro

Ezequiel 40-42

9781586403546

Visión del templo futuro

40:1 En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez días del mes, catorce años después de haber sido tomada[a] la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del Señor, y me llevó allá. En visiones de Dios, El me llevó a la tierra de Israel y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual, hacia el sur, había una construcción parecida a una ciudad. Me llevó allá; y he aquí, había allí un hombre cuyo aspecto era semejante al bronce, con un cordel de lino y una caña de medir en la mano, y estaba de pie en la puerta. Y el hombre me dijo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y presta atención a[b] todo lo que te voy a mostrar; porque para mostrártelo has sido traído aquí. Declara todo lo que ves a la casa de Israel.

Y he aquí, por el exterior del templo[c] había un muro, todo alrededor, y en la mano del hombre había una caña de medir de seis codos[d] (cada codo de un codo[e] y un palmo menor[f]). Midió el espesor del muro[g], y tenía una caña; y la altura, una caña.Entonces fue a la puerta que miraba al oriente, subió las gradas, y midió el umbral de la puerta, y tenía una caña de ancho[h], y el otro umbral, una caña de ancho[i]. La cámara[j] tenía una caña de largo y una caña de ancho; y entre las cámaras había cinco codos; el umbral de la puerta junto al vestíbulo de la puerta hacia[k] el interior tenía una caña de fondo. Entonces midió el vestíbulo de la puerta, hacia[l] el interior, y tenía una caña. Midió el vestíbulo de la puerta, y tenía ocho codos, y sus pilares, dos codos. Y el vestíbulo de la puerta estaba hacia[m] el interior. 10 Las cámaras de la puerta hacia el oriente eran tres por cada lado; las tres tenían la misma medida. Los pilares a cada lado tenían también la misma medida. 11 Midió la anchura del vestíbulo[n], y tenía diez codos, y la longitud de la puerta, trece codos. 12 Y había una barrera[o] frente a las cámaras de un codo por un lado, y de un codo por el otro; cada cámara tenía seis codos por un lado y seis codos por el otro. 13 Midió la puerta desde el techo de una cámara al techo de la otra; una anchura de veinticinco codos desde una puerta hasta la puerta opuesta[p]. 14 Midió[q] también los pilares, y tenía sesenta codos de altura. El atrio alrededor de la puerta se extendía hasta el pilar lateral. 15 Y desde el frente de la puerta de entrada hasta el frente del vestíbulo de la puerta interior había cincuenta codos. 16 Y había ventanas estrechas[r] que daban hacia las habitaciones, hacia sus pilares de dentro de la puerta por todo alrededor y asimismo para los pórticos. Habíaventanas todo alrededor por dentro, y en cada pilar había figuras de palmeras.

17 Entonces me llevó al atrio exterior, y he aquí, había cámaras y un pavimento construido todo alrededor del atrio; treinta cámaras daban al pavimento. 18 El pavimento (esto es, el pavimento inferior) estaba al lado[s] de las puertas, correspondiendo a la longitud de las puertas. 19 Midió el ancho desde el frente de la puerta inferior hasta el frente del atrio interior por fuera, y tenía cien codos al oriente y al norte.

20 Y con respecto a la puerta del atrio exterior que daba al norte, midió su longitud y su anchura. 21 Había tres cámaras[t] en cada lado, y sus pilares y sus pórticos eran de la misma medida que la primera puerta. Su longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos. 22 Sus ventanas, sus pórticos y sus figuras de palmeras teníanlas mismas medidas de la puerta que daba al oriente; se subía a ella por siete gradas, y su pórtico estaba[u] delante de ellas. 23 El atrio interior tenía una puerta frente a la puerta del norte así como también a la puerta del oriente; y midió cien codos de puerta a puerta.

24 Luego me llevó hacia el sur, y he aquí, había una puerta hacia el sur; y midió sus pilares y sus pórticos conforme a aquellas mismas[v] medidas. 25 La puerta[w] y sus pórticos tenían ventanas todo alrededor como las otras[x] ventanas; la longitud era de cincuenta codos y la anchura de veinticinco codos. 26 Y había siete gradas para subir a ella, y sus pórticos estaban delante de ellas; y tenía figuras de palmeras sobre sus pilares, una a cada lado. 27 El atrio interior tenía una puerta hacia el sur; y midió de puerta a puerta hacia el sur, y eran cien codos.

28 Después me llevó al atrio interior por la puerta del sur, y midió la puerta del sur conforme a aquellas mismas medidas. 29 También sus cámaras, sus pilares y sus pórticos eran conforme a aquellas mismas medidas. Y la puerta[y] y sus pórticos tenían ventanas todo alrededor; era de cincuenta codos de largo y veinticinco codos de ancho. 30 Y había pórticos todo alrededor de veinticinco codos de largo y cinco codos de ancho. 31 Sus pórticos daban al atrio exterior; y había figuras de palmeras en sus pilares, y se subía por ocho gradas.

32 Entonces me llevó al atrio interior que daba al oriente, y midió la puerta conforme a aquellas mismas medidas. 33 También sus cámaras, sus pilares, y sus pórticos eranconforme a aquellas mismas medidas. Y la puerta[z] y sus pórticos tenían ventanas todo alrededor; era de cincuenta codos de largo y veinticinco codos de ancho. 34 Y sus pórticos daban al atrio exterior; y había figuras de palmeras en sus pilares a cada lado, y se subía por ocho gradas.

35 Me llevó luego a la puerta del norte, y la midió conforme a aquellas mismas medidas,36 con sus cámaras, sus pilares y sus pórticos. La puerta[aa] tenía ventanas todo alrededor; era de cincuenta codos de largo y veinticinco codos de ancho. 37 Sus pilaresdaban al atrio exterior; y había figuras de palmeras en sus pilares a cada lado, y se subía por ocho gradas.

38 Había una cámara con su entrada junto a los pilares de las puertas; allí lavaban el holocausto. 39 Y en el vestíbulo de la puerta había a cada lado dos mesas, en las cuales se degollaban el holocausto, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa.40 Y por el lado[ab] de afuera, conforme uno subía[ac] a la entrada de la puerta, hacia el norte, había dos mesas; y al otro lado[ad] del vestíbulo de la puerta había dos mesas.41 Había cuatro mesas a un lado y cuatro mesas al otro lado, junto a[ae] la puerta: ocho mesas sobre las cuales degollaban los sacrificios. 42 Y para el holocausto había cuatro mesas de piedra labrada de un codo y medio de largo, un codo y medio de ancho y un codo de alto, sobre las cuales se colocaban los instrumentos con que degollaban el holocausto y el sacrificio. 43 Ganchos dobles, de un palmo menor de longitud, estaban colocados en el interior, todo alrededor; y sobre las mesas estaba la carne de la ofrenda.

44 Fuera de la puerta interior, en el atrio interior, había dos cámaras[af], una de las cualesestaba al lado[ag] de la puerta del norte con su fachada hacia el sur, y la otra al lado[ah]de la puerta del sur[ai] con su fachada hacia el norte. 45 Y él me dijo: Esta cámara cuya fachada da al sur, es para los sacerdotes encargados del templo[aj]; 46 y la cámara cuya fachada da al norte, es para los sacerdotes encargados del altar. Estos son los hijos de Sadoc, que, de los hijos de Leví, se acercan al Señor para servirle. 47 Y midió el atrio, un cuadrado de cien codos de largo y cien codos de ancho; y el altar estaba delante del templo.

48 Me llevó después al pórtico del templo y midió cada pilar del pórtico, cinco codos por un lado y cinco por el otro; y la anchura de la puerta, tres codos por un lado y tres codos por el otro. 49 La longitud del pórtico era de veinte codos y la anchura de once codos; y junto a las gradas por donde se subía a él, había columnas junto a los pilares, una a un lado y otra al otro.

41 Entonces me llevó a la nave[ak] y midió los pilares; seis codos[al] de ancho por un lado y seis codos de ancho por el otro era la anchura de cada pilar[am]. Y la anchura de la entrada era de diez codos, y los lados[an] de la entrada eran de cinco codos por un lado y cinco codos por el otro. Midió la[ao] longitud de la nave y tenía cuarenta codos, y la anchura, veinte codos. Luego entró al interior y midió cada pilar de la entrada, y tenían dos codos, la entrada tenía seis codos de altura, y la anchura de la entrada, siete codos. Midió su longitud y tenía veinte codos, y la anchura, veinte codos delante de la nave. Entonces él me dijo: Este es el lugar santísimo.

Después midió la anchura del muro del templo[ap] y tenía seis codos, y la anchura de las cámaras laterales, cuatro codos por todos los lados alrededor del templo. Las cámaras laterales estaban superpuestas[aq] en tres pisos, treinta en cada piso[ar]; y las cámaras laterales se extendían hasta[as] el muro que estaba en su lado interior[at], todo alrededor, para que fueran aseguradas sin que fueran aseguradas al muro del templo.Las cámaras laterales alrededor del templo se ensanchaban en cada piso sucesivo. Debido a que la estructura alrededor del templo se ensanchaba por etapas por todos los lados del templo, la[au] anchura del templo aumentaba según se subía. Así se podía subir del piso inferior al más alto por el piso intermedio. También vi que el templo tenía todo alrededor una plataforma elevada[av]; los cimientos de las cámaras laterales tenían de alto una caña entera de seis codos largos[aw]. La anchura del muro exterior de las cámaras laterales era de cinco codos. Pero el espacio libre entre[ax] las cámaras laterales que pertenecían al templo 10 y las cámaras exteriores era de veinte codos de anchura por todos los lados alrededor del templo. 11 Y las entradas de las cámaras laterales[ay] que daban hacia el espacio libre consistían en una entrada hacia el norte y otra entrada hacia el sur; y la anchura del espacio libre era de cinco codos, todo alrededor.

12 El edificio que estaba enfrente de la zona separada, hacia el lado occidental, teníasetenta codos de ancho; y el muro del edificio tenía cinco codos de ancho, todo alrededor, y su longitud era de noventa codos. 13 Midió el templo y tenía cien codos de largo; la zona separada con el edificio y sus muros tenían también cien codos de largo.14 La anchura del frente del templo y la de las zonas separadas[az] a lo largo del ladooriental también sumaban cien codos.

15 Midió la longitud del edificio a lo largo del[ba] frente de la zona separada que habíadetrás de él, con una galería[bb] a cada lado, y era de cien codos; también midió la nave interior y los pórticos del atrio. 16 Los umbrales, las ventanas con celosías[bc] y las galerías[bd] alrededor de sus tres pisos, frente al umbral, estaban recubiertos de madera todo alrededor, desde el suelo hasta las ventanas (mas las ventanas estaban cubiertascon celosías), 17 sobre la entrada, hasta el santuario[be] interior y el exterior, y alrededor de todo el muro, por dentro y por fuera, según sus medidas. 18 Y había esculpidos[bf]querubines y palmeras; una palmera entre querubín y querubín, y cada querubín tenía dos caras: 19 cara de hombre hacia la palmera por un lado y cara de leoncillo hacia la palmera por el otro lado; estaban esculpidos alrededor de todo el templo. 20 Desde el suelo hasta encima de la entrada había esculpidos querubines y palmeras, así como enla pared de la nave.

21 Los postes de la nave eran cuadrados, también los del frente del santuario; el aspecto de uno era como el aspecto del otro. 22 El altar era de madera de tres codos de alto, y su longitud de dos codos; sus esquinas, su base[bg] y sus lados[bh] eran de madera. Y él me dijo: Esta es la mesa que está delante del Señor. 23 La nave y el santuario tenían puertas dobles. 24 Las puertas tenían dos hojas, dos hojas giratorias; dos hojas una puerta y dos la otra. 25 También estaban esculpidos en ellas, en las puertas de la nave, querubines y palmeras como los esculpidos en las paredes; y habíaun portal de madera en[bi] la fachada del vestíbulo por el exterior. 26 Y había ventanascon celosías[bj] y palmeras a uno y otro lado, a los dos lados[bk] del vestíbulo; así eranlas cámaras laterales del templo y los umbrales[bl].

42 Luego me sacó al atrio exterior, hacia el norte, y me llevó a la cámara que estabafrente a la zona separada y frente al edificio hacia el norte. A lo largo de la longitud,que era de cien codos[bm], estaba la puerta del norte; la anchura era de cincuenta codos. Frente a los veinte codos del atrio interior, y frente al pavimento del atrio exterior, había una galería[bn] frente a la otra galería[bo] en los tres pisos. Y delante de las cámaras había un corredor interior de diez codos de ancho, una vía de ciencodos[bp]; y sus entradas daban al norte. Las cámaras superiores eran más estrechas porque las galerías[bq] les quitaban más espacio que a las inferiores y a las intermedias del edificio. Pues estaban en tres pisos y no tenían pilares como los pilares de los atrios; por tanto las cámaras superiores se estrechaban a partir del suelo más que las inferiores y las intermedias. Y el muro exterior a lo largo de las cámaras, en dirección al atrio exterior frente a las cámaras, tenía cincuenta codos de largo. Porque la longitud de las cámaras que estaban en el atrio exterior era de cincuenta codos; y[br] las que estaban frente al templo tenían cien codos. Y debajo de estas cámaras estaba la entrada del lado oriental, para entrar en ellas desde el atrio exterior.

10 A lo ancho del muro del atrio hacia el oriente, frente a la zona separada y frente al edificio, había cámaras. 11 Y el corredor delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban al norte; su longitud era igual a su anchura; y todas sus salidas, así como sus disposiciones y sus entradas, eran iguales. 12 Y correspondiendo a las entradas de las cámaras que daban hacia el sur, había una entrada al comienzo del corredor, el corredor frente al muro que daba al oriente, según se entra a ellas.

13 Entonces él me dijo: Las cámaras del norte y las cámaras del sur que están frente a la zona separada, son las cámaras santas donde los sacerdotes que están cerca delSeñor, comerán las cosas santísimas. Allí pondrán las cosas santísimas, la ofrenda de cereal, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa; porque el lugar es santo.14 Cuando entren los sacerdotes allí, no saldrán[bs] al atrio exterior desde el santuario sin haber dejado las vestiduras con que ministran, porque son santas. Se pondrán otras vestiduras para poder acercarse a lo que es del pueblo.

15 Cuando acabó de medir el interior del templo, me sacó por el camino de la puerta que daba al oriente, y lo midió todo alrededor. 16 Midió el lado oriental con la caña de medir, y tenía alrededor quinientas cañas de[bt] la caña de medir. 17 Midió el lado norte con la caña de medir, y tenía alrededor quinientas cañas. 18 Al lado sur midió quinientas cañas con la caña de medir. 19 Se volvió al lado occidental y midió quinientas cañas con la caña de medir. 20 Por los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor de quinientas cañas de largo y quinientas de ancho, para dividir[bu] entre lo sagrado y lo profano.

Notas al pie:

  1. Ezequiel 40:1 Lit., herida
  2. Ezequiel 40:4 Lit., pon tu corazón en
  3. Ezequiel 40:5 Lit., de la casa
  4. Ezequiel 40:5 Aquí el codo equivale aprox. a 52.5 cm., y así en el resto del cap.
  5. Ezequiel 40:5 El codo común equivale aprox. a 45 cm.
  6. Ezequiel 40:5 El palmo menor equivale aprox. a 7.5 cm.
  7. Ezequiel 40:5 Lit., edificio
  8. Ezequiel 40:6 O, fondo
  9. Ezequiel 40:6 O, fondo
  10. Ezequiel 40:7 O, cuarto(s) de guardia(s), y así en el resto del cap.
  11. Ezequiel 40:7 Lit., desde
  12. Ezequiel 40:8 Lit., desde
  13. Ezequiel 40:9 Lit., desde
  14. Ezequiel 40:11 Lit., de la entrada de la puerta
  15. Ezequiel 40:12 Lit., un borde
  16. Ezequiel 40:13 Lit., entrada frente a entrada
  17. Ezequiel 40:14 Lit., Hizo
  18. Ezequiel 40:16 O, sesgadas por dentro
  19. Ezequiel 40:18 Lit., hombro
  20. Ezequiel 40:21 Lit., Y sus cámaras eran tres
  21. Ezequiel 40:22 O, y sus pórticos estaban
  22. Ezequiel 40:24 Lit., a estas, y así en el resto del cap.
  23. Ezequiel 40:25 Lit., Y ella
  24. Ezequiel 40:25 Lit., como estas
  25. Ezequiel 40:29 Lit., ella
  26. Ezequiel 40:33 Lit., ella
  27. Ezequiel 40:36 Lit., Y ella
  28. Ezequiel 40:40 Lit., hombro
  29. Ezequiel 40:40 Lit., al que subía
  30. Ezequiel 40:40 Lit., hombro
  31. Ezequiel 40:41 Lit., del hombro de
  32. Ezequiel 40:44 Así en la versión gr. (Sept.); en el T.M., había cámaras para los cantores
  33. Ezequiel 40:44 Lit., hombro
  34. Ezequiel 40:44 Lit., hombro
  35. Ezequiel 40:44 Así en la versión gr.; en el T.M., este
  36. Ezequiel 40:45 Lit., de la casa, y así en los vers. 47 y 48
  37. Ezequiel 41:1 I.e., el salón interior principal
  38. Ezequiel 41:1 Aquí el codo equivale aprox. a 52.5 cm., y así en el resto del cap.
  39. Ezequiel 41:1 Lit., de la tienda
  40. Ezequiel 41:2 Lit., hombros
  41. Ezequiel 41:2 Lit., su
  42. Ezequiel 41:5 Lit., de la casa, y así en el resto del cap.
  43. Ezequiel 41:6 Lit., cámara sobre cámara
  44. Ezequiel 41:6 Lit., treinta veces
  45. Ezequiel 41:6 Lit., y venían hacia
  46. Ezequiel 41:6 Lit., al interior de las cámaras laterales
  47. Ezequiel 41:7 Lit., por tanto la
  48. Ezequiel 41:8 Lit., una elevación
  49. Ezequiel 41:8 Lit., hasta la juntura
  50. Ezequiel 41:9 Así en la versión gr. (Sept.); en el T.M., de la casa de
  51. Ezequiel 41:11 Lit., Y la entrada de la cámara lateral
  52. Ezequiel 41:14 Lit., zona separada
  53. Ezequiel 41:15 Lit., al
  54. Ezequiel 41:15 O, pasillo
  55. Ezequiel 41:16 O, con marcos
  56. Ezequiel 41:16 O, los pasillos
  57. Ezequiel 41:17 Lit., casa
  58. Ezequiel 41:18 Lit., hechos, y así en el resto del cap.
  59. Ezequiel 41:22 Lit., largo
  60. Ezequiel 41:22 Lit., paredes
  61. Ezequiel 41:25 O, un pabellón de madera sobre
  62. Ezequiel 41:26 O, con marcos
  63. Ezequiel 41:26 Lit., hombros
  64. Ezequiel 41:26 O, pabellones
  65. Ezequiel 42:2 Aquí el codo equivale aprox. a 52.5 cm., y así en el resto del cap.
  66. Ezequiel 42:3 O, pasillo
  67. Ezequiel 42:3 O, pasillo
  68. Ezequiel 42:4 Así en la Sept. y Siríaca; el T.M., dice: un codo
  69. Ezequiel 42:5 O, los pasillos
  70. Ezequiel 42:8 Lit., y he aquí
  71. Ezequiel 42:14 Lit., y allí dejarán
  72. Ezequiel 42:16 Lit., con
  73. Ezequiel 42:20 O, para separar

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Los Caminos de Dios y Nuestros Caminos

Los Caminos de Dios y Nuestros Caminos

chuck_swindoll

por Charles R. Swindoll

En la mañana del 11 de septiembre de 2001, el sol brillaba contra las torres gemelas del Centro de Comercio Mundial de la ciudad de Nueva York, las cuales se elevaban como dos faros resplandecientes de la ingenuidad estadounidense y del poder financiero del mundo. Los viajeros diarios salían de las estaciones del metro en su recorrido diario al centro comercial en la base de las torres y subían en los elevadores a sus oficinas en el cielo. De repente, como un meteoro precipitándose, un avión comercial secuestrado se estrelló contra el centro de una de las torres. Minutos más tarde, otro avión secuestrado se estrelló contra la segunda torre. Mientras que las llamas cubrían los pisos superiores y el país se tambaleaba por las noticias de los dos estallidos, un tercer avión secuestrado se lanzó contra el Pentágono. Antes que pasara una hora, un costado del centro militar de cinco lados estaba en llamas y ambas torres gigantes del Centro de Comercio Mundial se habían derrumbado, matando a miles de personas inocentes y sepultándolas en montones gigantescos de acero y concreto.

Los Estados Unidos se han enfrentado cara a cara con la peor clase de maldad nacional: el brutal asesinato en masa de ciudadanos inocentes. Cuando se terminó este artículo, los números aún no se habían calculado; el número de las víctimas en los diferentes lugares y el trauma emocional que una acción tan horrible inflige sobre un país.

A medida que los números son calculados en los próximos días, las preguntas acerca de Dios aumentarán. ¿Dónde estaba Él? ¿Sabía Él que esto venía en camino? Si es así, ¿por qué no intervino? ¿Fue su «voluntad» que miles de personas inocentes murieran de una manera tan horrible y sin sentido?

Algunas personas se burlarán de Dios; otras negarán que Él existe. Como cristianos, daremos una buena impresión de fe, pero dentro de nosotros, probablemente nos estemos haciendo las mismas preguntas. ¿Qué estaba Dios pensando?

¿Podemos conocer lo que Dios piensa?

La respuesta sencilla es no. El patriarca Job, cuyo mundo también se volteó al revés en un solo día lleno de desastres, describió las obras de Dios como «inescrutables» (Job 9:10). De acuerdo a la nota del margen en La Biblia de Las Américas, la palabra inescrutable significa literalmente «hasta que no haya escudriñamiento». Pudiéramos buscar la mano de Dios a través de los tiempos, documentando sus obras en suficientes libros para llenar el mundo entero, y aún así nuestra búsqueda para comprenderlo solamente habría comenzado. ¡No podemos investigar a Dios! Nadie puede decir acerca de Su plan, «¡Lo descubrí! ¡Lo he comprendido!»

Una razón del misterio es que Dios piensa y opera en un nivel diferente al nuestro.

«Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos», declara el Señor.
«Porque como los cielos son más altos que la tierra,
así mis caminos son más altos que vuestros caminos,
y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.»
(Isaías 55:8-9)

Como seres humanos limitados, sencillamente no podemos comprender la mente de un Dios infinito. Pablo escribe,

¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Pues, ¿QUIÉN HA CONOCIDO LA MENTE DEL SEÑOR?, ¿O QUIÉN LLEGÓ A SER SU CONSEJERO? (Romanos 11:33-34)

Como los astrónomos estudiando el cielo de la noche, vemos la inmensidad de Dios, escudriñando su mente buscando razones, motivos, e intenciones. Las torres se derrumban y miles son incinerados vivos mientras lo vemos por televisión, y clamamos, «Dios, ¿qué estás haciendo?» Un hijo único muere, un padre o una madre abandonan a la familia, y le rogamos a Dios que nos ayude a comprenderlo. Aparece una enfermedad, ocurre un accidente, estalla un desastre natural, y miramos hacia arriba buscando respuestas. Pero aun nuestros mejores telescopios teológicos son demasiado débiles para revelar el alcance más profundo de los propósitos de Dios. No importa que tanta educación tenemos, no importa cuánto tiempo hemos caminado con Dios, no importa qué tan perceptivos somos, nunca pudiéramos comprender completamente por qué Él hace lo que hace.

Nuestras limitaciones nos llevan finalmente al ámbito de la fe y nos confrontan con algunas preguntas que sondean nuestra alma:

  • ¿Podemos confiar en un Dios que no comprendemos completamente?
  • ¿Podemos aceptar el hecho de que siempre faltarán algunas partes del cuadro?
  • ¿Podemos aceptar la voluntad de Dios aunque no podamos comprenderla totalmente?

Balanceando los dos lados de la voluntad de Dios

Mientras nos esforzamos por ver a Dios a través de un telescopio, Dios nos ve en todo detalle microscópico desde el principio hasta el fin, desde la concepción hasta la tumba. De acuerdo al salmista, Él conoce «mi sentarme y mi levantarme», y Él aun sabe mis pensamientos y escucha mis palabras antes que yo las diga (Salmo 139:1-2,4). Él «conoce bien todos mis caminos» (v. 3). Y en su libro, Él ha escrito todos «los días que me fueron dados» (v. 16b).

Podemos ver este detallado plan divino para nuestras vidas desde dos puntos de vista al parecer opuestos que siempre debemos mantener balanceados. El primero es el lado de la soberanía de Dios; el segundo el libre albedrío del ser humano.

Lo que Dios decreta

Como el rey soberano del universo, Dios decreta y determina todo lo que ocurre en este mundo. Esto algunas veces es llamado la voluntad «decretada» o «determinada» de Dios. Dios lleva el timón de su creación. No el destino, no la suerte, no alguna fuerza impersonal de la naturaleza, no el mal corriendo locamente sino solamente el Señor está en total control del curso de nuestra vida (vea Isaías 45:6-7).
Esto, también, es un misterio. ¿Cómo pueden las manos de un Dios amoroso trazar un curso para nosotros que incluye dolor y calamidad? Es incomprensible. Pero, si no fuera así, Dios no sería Dios. Él sería un monarca benévolo pero sin poder que se sienta en el cielo retorciendo sus manos, temeroso de que una tragedia inesperada pudiera echar a perder su plan para nuestro placer y comodidad. No, si Dios es verdaderamente Dios, Él es soberano. Y si Él es soberano, Él abarcará todo lo que ocurre.

Habiendo dicho esto, necesitamos notar que hay ciertas cosas que Dios no puede hacer. Por ejemplo, Él no puede mentir y no lo hará (Números 23:19; Hebreos 6:18). Él no puede tentar a nadie a pecar y no lo hará (Santiago 1:13). Él no puede negarse ni contradecirse a sí mismo y no lo hará (2 Timoteo 2:13). Dios es eternamente consistente.

Por lo tanto, podemos hacer cuatro declaraciones acerca de la voluntad decretada de Dios. Primera, es absoluta. Segunda, es inmutable, o inalterable. Tercera, es incondicional. Y cuarta, está en completa armonía con su plan y con su naturaleza; esto es, nunca contradice su santidad, su juicio, su justicia, ni su bondad.

Este cuarto punto en particular nos calma cuando estamos en mares tempestuosos, como el que estamos experimentando ahora después de los ataques al Centro de Comercio Mundial y al Pentágono. Como Dios es bueno, su plan últimamente nos lleva a un buen final.
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito (Romanos 8:28).

Satanás pudiera tratar de utilizar las pérdidas y los fracasos, las tragedias y los ataques terroristas para destruirnos, pero este versículo nos asegura que Dios siempre tiene la última palabra. Cualquier cosa que Satanás trata de hacer para mal, Dios lo cambiará para bien. Dios establece el curso, no Satanás, y podemos descansar en Su plan.

Lo que Dios permite

Desde el punto de vista del «libre albedrío», vemos una perspectiva diferente de la voluntad de Dios. Dios verdaderamente es soberano, pero bajo su sombrilla de control, Él permite opciones, algunas de las cuales son malvadas. Esto es llamado la voluntad permisiva de Dios.

Bajo la voluntad permisiva de Dios, somos responsables de nuestras propias decisiones. No podemos culpar a Dios por nuestro pecado. El alcohólico, por ejemplo, no puede excusar su adicción diciendo, «No tuve opción, Dios “decretó” que yo fuera alcohólico.» Dios no «decreta» que nadie peque (vea Santiago 1:13-15). Más bien, dentro de su voluntad permisiva, Él nos da la libertad de elegir entre la justicia y el pecado, y con esa libertad viene la responsabilidad tanto de la elección como de las consecuencias. Las consecuencias pudieran ser horribles, para nosotros personalmente… y para aquellos cuyas vidas destruye nuestro pecado.

En un mundo pecador, personas inocentes sufren. Pero en medio del caos, la mano de Dios está tejiendo un diseño para un propósito divino que no podemos comenzar a comprender. Vemos los hilos sueltos, rasgados, y nos duele el corazón de pesar y dolor. Sin embargo, Dios ve el cuadro completo, y podemos extraer consuelo de la esperanza de que algún día, nosotros también lo veremos.

Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido (1 Corintios 13:12).

Conclusión

El 11 de septiembre de 2001, nuestros enemigos atacaron los Estados Unidos con armas más poderosas que bombas atómicas: las armas del temor y el odio. Ellos tenían la intención de derribar las torres gemelas de la valentía y la fe que han caracterizado a los Estados Unidos desde su comienzo. Sin embargo, podemos elegir no convertirnos en víctimas de esos ataques. Podemos resistir el temor que nos paralizaría con la esperanza del evangelio, y con el amor de Cristo, podemos desafiar el odio que destruiría nuestra alma. Tomemos una postura firme contra los ataques de Satanás con la armadura completa de la verdad y la justicia de Dios. Y aferrémonos a nuestra fe en medio de esta tragedia, demostrándole al mundo que, como Pablo escribió, «en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó» (Romanos 8:37).

Adaptado del sermón «Foundational Principles about God’s Will [Principios fundamentales acerca de la voluntad de Dios]» de Chuck Swindoll, de la guía de estudio bíblico The Mystery of God’s Will [El misterio de la voluntad de Dios], (Anaheim, Calif.: Insight for Living, 2000), pp. 1-5. Guía disponible solamente en inglés.

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