Procrastinación

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Procrastinación

alimentemos_el_almaCómo escapar de la presión ……“¡Otra vez tarde!… ¿Cómo pudo s uceder?… ¿Por qué no empecé antes?… ¿Qué me pasa? La fecha límite llegó y se fue, pero aquí estoy otra vez sintiéndome culpable, frustrado y derrotado… ¿Cómo puedo salir de esta olla de presión y disfrutar de haber terminado un encargo y de haberlo entregado a tiempo?” La procrastinación es una ladrona que continuamente nos roba el placer de escuchar las anheladas palabras de: “¡Hiciste un trabajo excelente!” Por consecuencia, otros también pierden continuamente porque no reciben nuestro trabajo a tiempo. “La procrastinación me ha robado la confianza, la integridad y la paz. Ahora, el clamor de mi corazón es: ¡Dios, por favor, enséñame a evitar esta destructiva enfermedad de posponer las cosas! Oh Señor, muéstrame cómo administrar sabiamente el tiempo”. “Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así”. (Lucas 12:42-43)

¿ Hay alguna diferencia entre procrastinación y pereza?

Muchas personas suponen que la procrastinación es pereza. Sin embargo, la pereza es sólo una de las causas de la primera. El perezoso es negligente con sus responsabilidades porque no quiere hacer sus tareas. Por otro lado, usted puede ser muy productivo y no perezoso, pero a la vez ser un procrastinador porque no empieza sus tareas a tiempo. El que pospone las cosas desea trabajar, pero se demora. El perezoso carece de deseos de trabajar y se rehúsa a hacerlo. “El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar”. (Proverbios 21:25)

“¿ Es posible que exista una combinación de causas que hagan más difícil vencer la tentación de seguir posponiendo las cosas?”

Sí. Una persona puede vivir en temor y sentirse demasiado abrumada. Por tanto, batalla con la procrastinación. Otro puede posponer las cosas debido tanto a su baja auto-estima como a su falta de metas. Ya sea que su actitud tenga una o varias causas, la Biblia dice que podemos vencer en todas y cada una de las veces que nos veamos tentados a posponer las cosas. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. (1 Corintios 10:13)

Lista de comprobación para los posibles procrastinadores

Las siguientes preguntas le ayudarán a determinar si tiene los desagradables síntomas de la procrastinación y si ésta le está provocando problemas en su vida.

¿Pospone iniciar un proyecto hasta que ya es demasiado tarde para empezarlo?

¿Obstruye los esfuerzos de los demás demorándose en hacer su parte?

¿Evita competir con otros y sabotea su propio éxito?

¿Es indeciso y obliga a los demás a tomar las decisiones por usted?

¿Evita hacer compromisos?

¿Se enoja cuando se le pide que haga algo desagradable?

¿Generalmente llega tarde a sus citas?

¿Siempre se demora para pagar sus deudas y otras obligaciones financieras?

¿Se ha aficionado a actividades que le quitan el tiempo como ver demasiada televisión y salir de compras?

“El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia”. (Proverbios 18:15)

Los cuatro factores que contribuyen a demorar las cosas innecesariamente

Comportamiento aprendido… Con el paso del tiempo, generalmente aprendemos a reaccionar ante la vida observando y “copiando” a quienes nos rodean.

Falta de auto-disciplina… la falta de capacidad de organización es un problema técnico, pero la falta de disciplina es un problema emocional, del carácter.

Desconocimiento de cómo administrar proyectos… Sentirse abrumado por la enormidad de una tarea se debe a que la vemos como un trabajo insalvable en vez de verla como un trabajo complejo compuesto de varios componentes más pequeños y manejables.

Pobre administración del tiempo… No usar el tiempo sabiamente cuando se trabaja en un proyecto puede llevarnos al desastre.

“Escojamos para nosotros el juicio, conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno”. (Job 34:4)

Versículo clave para memorizar

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. (Efesios 5:15-16)

Pasaje clave para leer y meditar

Proverbios 24:30-34

Diez pasos para alcanzar el éxito

1. Reconozca que la procrastinación es la asesina de la motivación. (Proverbios 21:25)

2. Dígale a Dios que está cansado de luchar contra el reloj; pídale sabiduría en el manejo de su tiempo. (Eclesiastés 8:6)

3. Mantenga una pequeña agenda con todos sus horarios (Eclesiastés 3:17)

4. No invierta demasiado tiempo en lo insignificante. Cada día enumere las cinco tareas más importantes y realícelas en ese orden. (Proverbios 28:19)

5. Haga una evaluación realista del tiempo que le tomará completar cada proyecto. (Lucas 14:28-29)

6. No se sienta culpable si no puede completar todas sus tareas en un día. ¡No puede! (Hebreos 10:35-36)

7. Evalúe el diálogo que tiene consigo mismo cuando se atranca emocionalmente. (Salmos 19:14)

8. Si no sabe cómo empezar, pídale a un amigo o consejero que lo ayude. (Proverbios 12:15)

9. Someta su vida a Cristo, entréguele el control total de ella. (Gálatas 2:20)

10. Pida al Señor que cumpla su promesa de proveer todo lo que necesita a través de su dependencia en Cristo. (2 Pedro 1:3-4)

Evite el mal de posponer las cosas Cuando usted sabe lo que debe hacer, pero por alguna razón no lo hace, es tiempo de evitar la procrastinación.

Empiece apartando unos momentos para estar a solas. Reflexione en dos o tres ocasiones en que usted pospuso hacer algo sin necesidad.

Escriba lo que recuerde.

¿Qué responsabilidad pospuso?

¿Qué lo motivó a hacerlo?

¿Cómo se sintió?

¿Cuál fue el resultado de su procrastinación?

¿Qué otras personas salieron perjudicadas por su falta de cumplimiento?

¿Observó algunos patrones comunes de comportamiento? Por ejemplo, ¿tenía usted miedo de la reacción de los demás?

¿Vive en temor constante?

Este reconocimiento por sí solo no le hará cambiar, pero sí puede motivarle a dar los primeros pasos para dejar la procrastinación.

Las Referencias Rápidas de la Biblioteca de Claves Bíblicas para Consejería de Hope For The Heart proveen verdades bíblicas concisas para los problemas actuales.

Para mayor información sobre este tema pida la Clave Bíblica: “La procrastinación: Cómo evitar la enfermedad de posponer las cosas”.

http://www.esperanzaparaelcorazon.org/

Haz clic para acceder a Referencia%20Rapida%20-%20Procrastinacion.pdf

NO DUDEMOS

NO DUDEMOS

la-verdad-para-hoy

10/20/2016

El que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

Santiago 1:6-7

alimentemos_el_almaLa persona que duda y que no cree que Dios puede dar sabiduría es como el mar ondulante e intranquilo, que se mueve de un lado a otro con sus interminables olas, que nunca puede calmarse. No tiene sentido alguno que tal persona suponga que recibirá algo del Señor.

Cuando se enfrenta a una prueba, un incrédulo que dice conocer a Cristo dudará de Dios y se enojará con Él y finalmente se apartará de la iglesia. Un cristiano verdadero que es espiritualmente inmaduro pudiera reaccionar de igual manera porque reacciona emocionalmente ante sus circunstancias difíciles y no entiende plenamente a Dios. En medio de una prueba, no tendrá una actitud gozosa, una mente comprensiva, una voluntad dócil ni un corazón creyente. Parecerá incapaz de buscar la sabiduría de Dios y no estará dispuesto a aprovecharse de los recursos que Él ha provisto, sin conocer la solución de que puede disponer mediante la fiel y constante oración al Señor.

Disponible en Internet en: http://www.gracia.org
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Cuando la depresión ataca

20 Octubre 2016

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Cuando la depresión ataca
por Charles R. Swindoll

1 Reyes 19:1-9

alimentemos_el_alma¿Por qué Elías tuvo miedo de las amenazas de Jezabel? ¿Por qué huyo de su permanente prioridad de servir a Dios y se escondió temeroso bajo la sombra de ese solitario árbol, en lo más recóndito del desierto?

En primer lugar porqué no estaba pensando de manera clara o realista. Estaba tan miope que no era capaz de pensar en el origen de esa amenaza. Pensemos en esto. La amenaza no había vendido de Dios, sino de un ser humano carnal e incrédulo que vivía su vida impía a años luz de Dios. Si Elías hubiera pensado de manera clara y realista, se habría dado cuenta de esto.

En segundo lugar, porque se separó de las relaciones que podían fortalecerlo.

En tercer lugar, porque se vio atrapado en la fama de una gran victoria. Nuestros momentos más vulnerables vienen, por lo general, después de una gran victoria, especialmente si esa victoria es una experiencia sublime con Dios. Ahí es cuando necesitamos prepararnos para defendernos del enemigo.

En cuarto lugar, porque estaba agotado física y emocionalmente. Elías había tenido una vida muy difícil durante años. Era un hombre perseguido, considerado por el rey como el enemigo público número uno. No hay dudas de que Elías había llegado al fin de sus fuerzas físicas y, con toda seguridad, emocionales, todo lo cual no podía sino debilitarlo espiritualmente. No sé si Elías estaba disgustado, pero lo que sí puedo decirle es que estaba agotado. Podemos oírlo en sus cansadas palabras: “¡Basta ya, oh SEÑOR! ¡Quítame la vida, porque yo no soy mejor que mis padres!”.

En quinto lugar, porque cayó en la autocompasión. La autocompasión es una emoción patética. Nos engaña. Exagera. Nos lleva a las lágrimas. Cultiva una mentalidad de víctima en nuestra mente. Y en el peor de los casos, puede llevarnos al punto de hacernos querer morir, que es exactamente lo que le sucedió a Elías.

Le abrimos la puerta a esa patética mentira, a esa autocompasión cuando no fijamos una norma no realista y luego no podemos estar a la altura de ella. La autocompasión ataca nuestra mente como una bestia y nos tritura con sus garras.

 

A veces nuestros momentos más vulnerables vienen después de una gran victoria.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

NO SÉ DÓNDE DEJÉ EL PARAGUAS

NO SÉ DÓNDE DEJÉ EL PARAGUAS

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Pablo Martini
Programa No. 2016-10-20

alimentemos_el_almaSomos propensos a usar el recurso de la oración como quien usa un paraguas en día de tormenta, luego ni recuerdo dónde le dejé. Son oraciones de emergencia, producto de esos momentos de crisis en que nos acordamos que Dios existe para olvidarle luego cuando todo pasó. Este tipo de oraciones solamente consigue lo que necesito hoy, ahora, ya, pero me priva de una bendición mayor, pues el propósito de orar, más que acercarme a las bendiciones que estoy esperando de Dios, me debe acercar al Dios de las bendiciones. Cuando mi piedad se reduce solamente a una comunicación apresurada con Dios porque estoy en apuros, no saco el provecho principal de ese momento.

“Cuando tú ores”, dijo Jesús, “entra en tu cuarto y cierra la puerta”. Nadie cierra la puerta si sabe que va a salir pronto. Él nos estaba advirtiendo sobre el peligro de este tipo de oraciones de emergencia. En cambio, cuando voy a su trono con un corazón inclinado antes que  mis rodillas inclinadas, descubro su Persona, su presencia inunda mi ser, y salgo de ese cuarto impregnado del aroma de la comunión íntima. El propósito de la oración es, primordialmente, transformar al que ora, y eso es tiempo dedicado. Moisés bajaba del monte después de interceder varios días por el pueblo de Israel y era tal el impacto de ese tiempo de comunión que su rostro resplandecía. Jesús, orando en otro monte, se transformó delante de Pedro, Jacobo y Juan. Esteban, orando, vio que el cielo se abría y su rostro parecía el de un ángel. ¿Cómo quedas luego de tu tiempo a solas con Dios? Tal vez todavía no has recibido lo que pediste, pero ya se hizo realidad en ti el versículo: “y la paz de Dios que no se puede explicar con palabras empieza a guardar vuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús”. Quizás la situación aun no cambió, pero la paz que llena tu ser es tal que te hace ver las cosas con otra óptica y a ti te parece como que todo cambia.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

La oración debe acercarme más al Dios de las bendiciones que a las bendiciones de Dios.

Disponible en Internet en: http://www.labibliadice.org

Contenido publicado con autorización de:
La Biblia Dice
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Telf. 00593-2-2475563
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Discusión con algunos escribas y fariseos

Mateo 15-19

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Discusión con algunos escribas y fariseos

alimentemos_el_alma15 Entonces se acercaron* a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan. Y respondiendo El, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre,” y: “Quien hable mal desu padre o de su madre, que muera[a].” Pero vosotros decís: “Cualquiera que diga asu padre o a su madre: ‘Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no necesitará más honrar[b] a su padre o a su madre[c].” Y asíinvalidasteis la palabra[d] de Dios por causa de vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo:

Este pueblo con los labios me honra,
pero su corazon esta muy lejos de mi.
Mas en vano me rinden culto,
enseñando como doctrinas preceptos de hombres.”

Lo que contamina al hombre

10 Y llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: 11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. 12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron[e] cuando oyeron tus palabras[f]? 13 Pero El contestó y dijo: Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos[g]. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos la parábola. 16 Y El dijo: ¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento?17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago[h] y luego se elimina[i]? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.

Jesús sana a la hija de una cananea

21 Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada. 23 Pero El no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela[j], pues viene gritando tras nosotros. 24 Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Pero acercándose ella, se postró[k] ante El, diciendo: ¡Señor, socórreme!26 Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos. 27 Pero ella dijo: Sí, Señor; pero[l] también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento[m].

Jesús sana a muchos junto al mar de Galilea

29 Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;31 de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados[n], los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.

Alimentación de los cuatro mil

32 Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.33 Y los discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús entonces les dijo*:¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y El mandó a la multitud que se recostara en el suelo; 36 y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Y después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca y fue a la región de Magadán[o].

Fariseos y saduceos piden señal

16 Entonces los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús, y para ponerle a prueba[p] le pidieron que les mostrara una señal[q] del cielo. Pero respondiendo El, les dijo: [r]Al caer la tarde decís: “Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo.” Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador.” ¿Sabéis discernir el aspecto[s] del cielo, pero no podéis discernir las señales de los tiempos? Una generación perversa y adúltera busca señal[t], y no se le dará señal[u], sino la señal de Jonás. Y dejándolos, se fue.

La levadura de los fariseos y saduceos

Los discípulos, al pasar al otro lado, se habían olvidado de tomar panes. Y Jesús les dijo: Estad atentos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. Y ellos discutían entre sí, diciendo: Lo dice porque no tomamos panes. Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: Hombres de poca fe, ¿por qué discutís entre vosotros que no tenéis pan? ¿Todavía no entendéis ni recordáis los cinco panes para los cinco mil, y cuántas cestas recogisteis? 10 ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? 11 ¿Cómo es que no entendéis que no os hablé de los panes? Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. 12 Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.

La confesión de Pedro

13 Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o uno de los profetas.15 El les dijo*: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo[v], el Hijo del Dios viviente. 17 Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Yo también te digo que tú eres Pedro[w], y sobre esta roca[x] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades[y] no prevalecerán contra ella. 19 Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será[z] atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será[aa]desatado en los cielos. 20 Entonces ordenó a los discípulos que a nadie dijeran que El era el Cristo[ab].

Jesús anuncia su muerte y resurrección

21 Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar[ac] a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios[ad], Señor! Eso nunca te acontecerá[ae]. 23 Pero volviéndose El, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí[af], Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Condiciones para seguir a Jesús

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 25 Porque el que quiera salvar su vida[ag], la perderá; pero el que pierda su vida[ah] por causa de mí, la hallará. 26 Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? 27 Porque el Hijo del Hombreha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensara a cada uno segun su conducta. 28 En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino.

La transfiguración

17 Seis días después, Jesús tomó* consigo a Pedro, a Jacobo[ai] y a Juan su hermano, y los llevó* aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. Y he aquí, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con El. Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo a Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas[aj], una para ti, otra[ak] para Moisés y otra[al] para Elías. Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y[am]una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd. Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. Entonces se les acercó Jesús, y tocándolos, dijo:Levantaos y no temáis. Y cuando alzaron sus ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

Elías y Juan el Bautista

Mientras descendían del monte, Jesús les ordenó, diciendo: No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos. 10 Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero? 11 Y respondiendo El, dijo: Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas; 12 pero yo os digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le hicieron[an] todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a manos de ellos. 13 Entonces los discípulos entendieron que les había hablado de Juan el Bautista.

Jesús sana a un muchacho epiléptico

14 Cuando llegaron a la multitud, se le acercó un hombre, que arrodillándose delante de El, dijo: 15 Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico[ao] y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.16 Y lo traje a tus discípulos y ellos no pudieron curarlo. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo acá. 18 Y Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento[ap].

19 Entonces los discípulos, llegándose a Jesús en privado, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? 20 Y El les dijo*: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada os será imposible. 21 [aq]Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno.

Jesús anuncia otra vez su muerte

22 Mientras andaban juntos por Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres. 23 Y le matarán, y al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron mucho.

Pago del impuesto del templo

24 Cuando llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban el impuesto de dos dracmas[ar] y dijeron: ¿No paga vuestro maestro las dos dracmas? 25 El dijo*: Sí. Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó[as], diciendo:¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños? 26 Y cuando respondió: De los extraños, Jesús le dijo: Entonces los hijos están exentos[at]. 27 Sin embargo, para que no los escandalicemos[au], ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga[av]; y cuando le abras la boca hallarás un estáter[aw]; tómalo y dáselo por ti y por mí.

El mayor en el reino de los cielos

18 En aquel momento[ax] se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en el reino de los cielos? Y El, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: En verdad os digo que si no os convertís[ay] y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste[az] en mi nombre, a mí me recibe. Pero al que haga tropezar[ba] a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.

¡Ay de los que son piedras de tropiezo!

¡Ay del mundo por sus piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de tropiezo; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! Y si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar[bb], córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de pecar[bc], arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno[bd] de fuego.

10 Mirad que no despreciéis a uno de estos pequeñitos, porque os digo que sus ángeles en los cielos contemplan siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. 11 [be]Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.

Parábola de la oveja perdida

12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada? 13 Y si sucede que la halla, en verdad os digo que se regocija más por ésta que por las noventa y nueve que no se han descarriado. 14 Así, no es la voluntad de[bf] vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos.

Sobre la exhortación y la oración

15 Y si tu hermano peca[bg], ve y repréndelo a solas[bh]; si te escucha, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para quetoda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. 17 Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos[bi]. 18 En verdad os digo: todo lo que atéis[bj] en la tierra, será[bk] atado en el cielo; y todo lo que desatéis[bl] en la tierra, será[bm] desatado en el cielo. 19 Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por[bn]mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Importancia del perdón

21 Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? 22 Jesús le dijo*: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Parábola de los dos deudores

23 Por eso, el reino de los cielos puede compararse[bo] a cierto[bp] rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Y al comenzar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos[bq]. 25 Pero no teniendo él con qué pagar, su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer e hijos y todo cuanto poseía, y así pagara la deuda. 26 Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: “Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré.” 27 Y el señor de aquel siervo tuvo compasión, y lo soltó y le perdonó la deuda. 28 Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios[br], y echándole mano, loahogaba, diciendo: “Paga lo que debes.” 29 Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba, diciendo: “Ten paciencia conmigo y te pagaré.” 30 Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.31 Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido. 32 Entonces, llamándolo su señor, le dijo*: “Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste. 33 “¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?” 34 Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía. 35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón[bs] cada uno a su hermano.

Jesús en Judea

19 Y aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, partió de Galilea y sefue a la región de Judea, al otro lado del Jordán; y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí.

Enseñanza de Jesús sobre el divorcio

Y se acercaron a El algunos fariseos para probarle, diciendo: ¿Es lícito a un hombre divorciarse de[bt] su mujer por cualquier motivo? Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio los hizo varon y hembra, y añadió: “Por esta razon el hombre dejara a su padre y a su madre y se unira a su mujer, y los dos seran una sola carne”? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. Ellos le dijeron*: Entonces, ¿por qué mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarla?El les dijo*: Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de[bu] vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de[bv] su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete[bw] adulterio[bx]. 10 Los discípulos le dijeron*: Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse. 11 Pero El les dijo: No todos pueden aceptar este precepto, sino sólo aquellos a quienes les ha sido dado. 12 Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, quelo acepte.

Jesús bendice a los niños

13 Entonces le trajeron algunos niños para que pusiera las manos sobre ellos y orara; y los discípulos los reprendieron. 14 Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos[by] es el reino de los cielos. 15 Y después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí.

El joven rico

16 Y he aquí se le acercó uno y dijo: Maestro, ¿qué bien haré para obtener la vida eterna? 17 Y El le dijo: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Sólo Uno es bueno; pero si deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18 El le dijo*: ¿Cuáles? Y Jesús respondió: No mataras; no cometeras adulterio; no hurtaras; no daras falso testimonio; 19 honra a tu padre y a tu madre; y amaras a tu projimo como a ti mismo. 20 El joven le dijo*: Todo esto lo he guardado; ¿qué me falta todavía?21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme. 22 Pero al oír el joven estas palabras[bz], se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.

Peligro de las riquezas

23 Y Jesús dijo a sus discípulos: En verdad os digo que es difícil que un rico entre en el reino de los cielos. 24 Y otra vez os digo que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios. 25 Al oíresto, los discípulos estaban llenos de asombro, y decían: Entonces, ¿quién podrá salvarse? 26 Pero Jesús, mirándolos, les dijo: Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible. 27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos[ca]?28 Y Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre[cb], o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien[cc] veces más, y heredará la vida eterna.30 Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.

Notas al pie:

  1. Mateo 15:4 Lit., muera a muerte
  2. Mateo 15:6 I.e., en el sentido de socorrer
  3. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos no incluyen: o a su madre
  4. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos dicen: la ley
  5. Mateo 15:12 O, fueron ofendidos
  6. Mateo 15:12 Lit., la palabra
  7. Mateo 15:14 Varios mss. antiguos no incluyen: de ciegos
  8. Mateo 15:17 Lit., vientre
  9. Mateo 15:17 Lit., se echa en la letrina
  10. Mateo 15:23 Lit., Despídela
  11. Mateo 15:25 O, adoró
  12. Mateo 15:27 Lit., porque
  13. Mateo 15:28 Lit., desde aquella hora
  14. Mateo 15:31 O, sanos
  15. Mateo 15:39 Algunos mss. posteriores dicen: Magdala
  16. Mateo 16:1 Lit., tentándole
  17. Mateo 16:1 O, un milagro
  18. Mateo 16:2 Los mss. más antiguos no incluyen el resto del vers. 2 y el vers. 3
  19. Mateo 16:3 Lit., la faz
  20. Mateo 16:4 O, milagro
  21. Mateo 16:4 O, milagro
  22. Mateo 16:16 I.e., el Mesías
  23. Mateo 16:18 Gr., Petros; i.e., una piedra
  24. Mateo 16:18 Gr., petra; i.e., una piedra grande
  25. Mateo 16:18 I.e., los poderes de la muerte
  26. Mateo 16:19 O, habrá sido
  27. Mateo 16:19 O, habrá sido
  28. Mateo 16:20 I.e., el Mesías
  29. Mateo 16:21 Lit., a mostrar
  30. Mateo 16:22 Lit., (Dios tenga) misericordia de ti
  31. Mateo 16:22 Lit., será
  32. Mateo 16:23 Lit., Ponte detrás de mí
  33. Mateo 16:25 O, alma
  34. Mateo 16:25 O, alma
  35. Mateo 17:1 O, Santiago
  36. Mateo 17:4 O, tiendas sagradas
  37. Mateo 17:4 Lit., una
  38. Mateo 17:4 Lit., una
  39. Mateo 17:5 Lit., y he aquí
  40. Mateo 17:12 Lit., hicieron en él o hicieron en su caso
  41. Mateo 17:15 Lit., lunático
  42. Mateo 17:18 Lit., aquella hora
  43. Mateo 17:21 Los mss. más antiguos no incluyen este vers.
  44. Mateo 17:24 Impuesto para sostener el templo, equivalente a dos denarios, o sea dos días de sueldo
  45. Mateo 17:25 I.e., anticipó lo que Pedro le iba a decir
  46. Mateo 17:26 O, libres
  47. Mateo 17:27 O, no sea que los ofendamos
  48. Mateo 17:27 Lit., suba
  49. Mateo 17:27 O, siclo; i.e., moneda equivalente a cuatro dracmas
  50. Mateo 18:1 Lit., aquella hora
  51. Mateo 18:3 Lit., os volvéis
  52. Mateo 18:5 Lit., a un tal niño
  53. Mateo 18:6 O, escandalice
  54. Mateo 18:8 Lit., tropezar
  55. Mateo 18:9 Lit., tropezar
  56. Mateo 18:9 Gr., guéenna
  57. Mateo 18:11 La mayoría de los mss. antiguos no incluyen este vers.
  58. Mateo 18:14 Lit., delante de
  59. Mateo 18:15 Muchos mss. agregan: contra ti
  60. Mateo 18:15 Lit., entre tú y él solos
  61. Mateo 18:17 O, publicano; i.e., uno que explotaba la recaudación de los impuestos romanos
  62. Mateo 18:18 O, prohibáis
  63. Mateo 18:18 O, habrá sido
  64. Mateo 18:18 O, permitáis
  65. Mateo 18:18 O, habrá sido
  66. Mateo 18:19 Lit., de
  67. Mateo 18:23 Lit., fue comparado
  68. Mateo 18:23 Lit., un hombre
  69. Mateo 18:24 Un talento equivale aprox. a 21.6 kg. de plata
  70. Mateo 18:28 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  71. Mateo 18:35 Lit., de vuestros corazones
  72. Mateo 19:3 O, repudiar a
  73. Mateo 19:8 O, repudiar a
  74. Mateo 19:9 O, repudie a
  75. Mateo 19:9 Algunos mss. antiguos dicen: la hace cometer
  76. Mateo 19:9 Algunos mss. antiguos agregan: y el que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio.
  77. Mateo 19:14 O, de los tales
  78. Mateo 19:22 Lit., la palabra
  79. Mateo 19:27 Lit., habrá para nosotros
  80. Mateo 19:29 Muchos mss. agregan: o mujer
  81. Mateo 19:29 Algunos mss. dicen: muchas
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Jesús, Señor del día de reposo

Mateo 12-15

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Jesús, Señor del día de reposo

alimentemos_el_alma12 Por aquel tiempo[a] Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Y cuando lo vieron los fariseos, le dijeron: Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero El les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes consagrados[b], que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y están sin culpa? Pues os digo que algo[c] mayor que el templo está aquí. Pero si hubierais sabido lo que esto significa[d]: “Misericordia[e] quiero y no sacrificio”, no hubierais condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.

Jesús sana al hombre de la mano seca

Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos. 10 Y he aquí, había allí un hombre que tenía una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? 11 Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca? 12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo. 13 Entonces dijo* al hombre:Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra. 14 Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon[f] contra El, para ver cómo podrían destruirle.

Jesús, el siervo escogido

15 Mas Jesús, sabiéndolo, se retiró de allí. Y muchos le siguieron, y los sanó a todos. 16 Y les advirtió que no revelaran quién era El[g]; 17 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

18 Mirad, mi Siervo[h], a quien he escogido[i];
mi amado en quien se agrada[j] mi alma;
sobre El pondre mi Espiritu,
y a las naciones[k] proclamara justicia[l].
19 No contendera, ni gritara,
ni habra quien en las calles oiga su voz.
20 No quebrara la caña cascada,
ni apagara la mecha que humea,
hasta que lleve[m] a la victoria la justicia[n].
21 Y en su nombre pondran las naciones[o] su esperanza.

Jesús y Beelzebú

22 Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía. 23 Y todas las multitudes estaban asombradas, y decían: ¿Acaso no es éste el Hijo de David? 24 Pero cuando los fariseos lo oyeron, dijeron: Este no expulsa los demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios. 25 Y conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. 26 Y si Satanás expulsa a Satanás, está[p] dividido contra sí mismo; ¿cómo puede entonces mantenerse en pie su reino? 27 Y si yo expulso los demonios por Beelzebú, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros. 29 ¿O cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata[q]? Y entonces saqueará su casa. 30 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. 31 Por eso os digo: todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.32 Y a cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este siglo[r] ni en el venidero. 33 O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Camada de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. 36 Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Escribas y fariseos demandan señal

38 Entonces le respondieron algunos de los escribas y fariseos, diciendo: Maestro, queremos ver una señal[s] de parte tuya. 39 Pero respondiendo El, les dijo: Una generación perversa y adúltera demanda señal[t], y ninguna señal[u] se le dará, sino la señal[v] de Jonás el profeta; 40 porque como estuvo Jonas en el vientre del monstruo marino tres dias y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra. 41 Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí. 42 La Reina del Sur se levantará con esta generación en el juicio y la condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más grande que Salomón está aquí. 43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no lo halla. 44 Entonces dice: “Volveré a mi casa de donde salí”; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. 45 Va entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa.

La madre y los hermanos de Jesús

46 Mientras El aún estaba hablando a la multitud, he aquí, su madre y sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con El. 47 Y alguien le dijo: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera deseando hablar contigo. 48 Pero respondiendo El al que se lo decía, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ¡He aquí mi madre y mis hermanos! 50 Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Parábolas sobre el reino

13 Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar. Y se congregaron junto a El grandes multitudes, por lo que subió a una barca y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa.

Parábola del sembrador

Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte[w] cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte[x] cayó entre[y]espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte[z] cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta. El que tiene oídos[aa], que oiga.

Propósito de las parábolas

10 Y acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? 11 Y respondiendo El, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 13 Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. 14 Y en[ab] ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:

Al oir oireis, y no entendereis;
y viendo vereis, y no percibireis;
15 porque el corazon de este pueblo se ha vuelto insensible[ac]
y con dificultad oyen con sus oidos;
y sus ojos han cerrado,
no sea que vean con los ojos,
y oigan con los oidos,
y entiendan con el corazon,
y se conviertan,
y yo los sane.”

16 Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen.17 Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.

Explicación de la parábola del sembrador

18 Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino. 20 Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino quesólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae. 22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo[ad]y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto. 23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.

Parábola del trigo y la cizaña

24 Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a[ae] un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[af] entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[ag] brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo[ah], pues, tiene cizaña?” 28 El les dijo: “Un enemigo[ai]ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?” 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30 “Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.’”

Parábola del grano de mostaza

31 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.

Parábola de la levadura

33 Les dijo otra parábola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas[aj] de harina hasta que todo quedó fermentado.

34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola, 35 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo:

Abrire mi boca en parabolas;
hablare de cosas ocultas desde la fundacion del mundo.

Explicación de la parábola del trigo y la cizaña

36 Entonces dejó a la multitud y entró en la casa. Y se le acercaron sus discípulos, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Y respondiendo El, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, 38 y el campo es el mundo; y la buena semilla son[ak] los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno; 39 y el enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es el fin[al] del mundo[am], y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[an] del mundo[ao].41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos losque son piedra de tropiezo[ap] y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandeceran como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos[aq], que oiga.

Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor

44 El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

45 El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Parábola de la red barredera

47 El reino de los cielos también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase; 48 y cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas[ar], pero echaron fuera los malos. 49 Así será en el fin[as] del mundo[at]; los ángeles saldrán, y sacarán[au] a los malos de entre los justos, 50 y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.

Parábola del dueño de casa

51 ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron*: Sí. 52 Y El les dijo: Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al[av] dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Jesús enseña en Nazaret

53 Y sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí. 54 Y llegando a su pueblo, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que se maravillaban y decían: ¿Dónde obtuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos[aw]? 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo[ax], José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo éste todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban a causa de El. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. 58 Y no hizo muchos milagros[ay] allí a causa de la incredulidad de ellos.

Muerte de Juan el Bautista

14 Por aquel tiempo[az], Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús, y dijo a sus sirvientes: Este es Juan el Bautista. El ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él. Porque Herodes había prendido a Juan, lo había atado[ba] y puesto en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla. Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo[bb], porque consideraban[bc] a Juan como un profeta. Pero cuando llegó[bd] el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodíasdanzó ante[be] ellos y agradó a Herodes. Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. Ella, instigada por su madre, dijo*: Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista. Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus[bf] juramentos y de sus invitados[bg], ordenó que se la dieran; 10 y mandó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Y trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, y ella se la llevó a su madre. 12 Los discípulos de Juan[bh] llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.

Alimentación de los cinco mil

13 Al oír esto, Jesús se retiró de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes lo supieron[bi], le siguieron a pie desde las ciudades. 14 Y al desembarcar[bj], vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos. 15 Al atardecer se le acercaron los discípulos, diciendo: El lugar está desierto y la hora es ya avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos. 16 Pero Jesús les dijo: No hay necesidad de que se vayan; dadles vosotros de comer. 17 Entonces ellos le dijeron*: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. 18 El les dijo: Traédmelos acá. 19 Y ordenando a la muchedumbre que se recostara sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. 20 Y comieron todos y se saciaron. Y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. 21 Y los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Jesús anda sobre el mar

22 Enseguida hizo que los discípulos[bk] subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud. 23 Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo. 24 Pero la barca estaba ya a muchos estadios[bl] de tierra, y era azotada[bm] por las olas, porque el viento era contrario. 25 Y a la cuarta vigilia de la noche[bn], Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar. 27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis.28 Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. 29 Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.

34 Terminada la travesía, bajaron a[bo] tierra en Genesaret. 35 Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús[bp], enviaron a decirlo por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los que tenían algún mal. 36 Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

Discusión con algunos escribas y fariseos

15 Entonces se acercaron* a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan. Y respondiendo El, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre,” y: “Quien hable mal desu padre o de su madre, que muera[bq].” Pero vosotros decís: “Cualquiera que diga asu padre o a su madre: ‘Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no necesitará más honrar[br] a su padre o a su madre[bs].” Y asíinvalidasteis la palabra[bt] de Dios por causa de vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo:

Este pueblo con los labios me honra,
pero su corazon esta muy lejos de mi.
Mas en vano me rinden culto,
enseñando como doctrinas preceptos de hombres.”

Lo que contamina al hombre

10 Y llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: 11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. 12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron[bu] cuando oyeron tus palabras[bv]? 13 Pero El contestó y dijo: Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos[bw]. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos la parábola. 16 Y El dijo: ¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento?17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago[bx] y luego se elimina[by]? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.

Jesús sana a la hija de una cananea

21 Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada. 23 Pero El no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela[bz], pues viene gritando tras nosotros. 24 Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Pero acercándose ella, se postró[ca] ante El, diciendo: ¡Señor, socórreme!26 Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos. 27 Pero ella dijo: Sí, Señor; pero[cb] también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento[cc].

Jesús sana a muchos junto al mar de Galilea

29 Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;31 de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados[cd], los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.

Alimentación de los cuatro mil

32 Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.33 Y los discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús entonces les dijo*:¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y El mandó a la multitud que se recostara en el suelo; 36 y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Y después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca y fue a la región de Magadán[ce].

Notas al pie:

  1. Mateo 12:1 O, aquella ocasión
  2. Mateo 12:4 Lit., los panes de la proposición
  3. Mateo 12:6 O, uno, y así en los vers. 41 y 42
  4. Mateo 12:7 Lit., es
  5. Mateo 12:7 O, Compasión
  6. Mateo 12:14 Lit., tomaron consejo
  7. Mateo 12:16 Lit., no le hicieran manifiesto
  8. Mateo 12:18 O, Hijo
  9. Mateo 12:18 Lit., escogí
  10. Mateo 12:18 Lit., se agradó
  11. Mateo 12:18 O, los gentiles
  12. Mateo 12:18 O, juicio
  13. Mateo 12:20 O, saque
  14. Mateo 12:20 O, el juicio
  15. Mateo 12:21 O, los gentiles
  16. Mateo 12:26 Lit., estaba
  17. Mateo 12:29 Lit., no ata al fuerte
  18. Mateo 12:32 O, tiempo
  19. Mateo 12:38 O, un milagro
  20. Mateo 12:39 O, milagro
  21. Mateo 12:39 O, milagro
  22. Mateo 12:39 O, milagro
  23. Mateo 13:5 Lit., Y otras
  24. Mateo 13:7 Lit., Y otras
  25. Mateo 13:7 Lit., sobre los
  26. Mateo 13:8 Lit., Y otras
  27. Mateo 13:9 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  28. Mateo 13:14 O, para
  29. Mateo 13:15 Lit., se ha engrosado
  30. Mateo 13:22 O, siglo
  31. Mateo 13:24 Lit., fue comparado con
  32. Mateo 13:25 I.e., planta gramínea muy parecida al trigo
  33. Mateo 13:26 Lit., la hierba
  34. Mateo 13:27 Lit., De dónde
  35. Mateo 13:28 Lit., Un hombre enemigo
  36. Mateo 13:33 Gr., sata; un sato equivale aprox. a 13 litros
  37. Mateo 13:38 Lit., éstos son
  38. Mateo 13:39 Lit., la consumación
  39. Mateo 13:39 O, siglo
  40. Mateo 13:40 Lit., la consumación
  41. Mateo 13:40 O, siglo
  42. Mateo 13:41 O, todo lo que ofende
  43. Mateo 13:43 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  44. Mateo 13:48 O, vasijas
  45. Mateo 13:49 O, la consumación
  46. Mateo 13:49 O, siglo
  47. Mateo 13:49 O, separarán
  48. Mateo 13:52 Lit., a un hombre
  49. Mateo 13:54 O, milagros
  50. Mateo 13:55 O, Santiago
  51. Mateo 13:58 O, muchas obras de poder
  52. Mateo 14:1 O, aquella ocasión
  53. Mateo 14:3 O, encadenado
  54. Mateo 14:5 O, a la multitud
  55. Mateo 14:5 Lit., tenían
  56. Mateo 14:6 Lit., ocurrió
  57. Mateo 14:6 Lit., en medio de
  58. Mateo 14:9 Lit., los
  59. Mateo 14:9 Lit., de los que se reclinaban a la mesa con él
  60. Mateo 14:12 Lit., Y sus discípulos
  61. Mateo 14:13 Lit., oyeron
  62. Mateo 14:14 Lit., Y saliendo
  63. Mateo 14:22 Lit., obligó a los discípulos que
  64. Mateo 14:24 Un estadio equivale aprox. a 180 metros
  65. Mateo 14:24 Lit., atormentada
  66. Mateo 14:25 I.e., entre las tres y las seis de la mañana
  67. Mateo 14:34 Lit., llegaron a la
  68. Mateo 14:35 Lit., El
  69. Mateo 15:4 Lit., muera a muerte
  70. Mateo 15:6 I.e., en el sentido de socorrer
  71. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos no incluyen: o a su madre
  72. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos dicen: la ley
  73. Mateo 15:12 O, fueron ofendidos
  74. Mateo 15:12 Lit., la palabra
  75. Mateo 15:14 Varios mss. antiguos no incluyen: de ciegos
  76. Mateo 15:17 Lit., vientre
  77. Mateo 15:17 Lit., se echa en la letrina
  78. Mateo 15:23 Lit., Despídela
  79. Mateo 15:25 O, adoró
  80. Mateo 15:27 Lit., porque
  81. Mateo 15:28 Lit., desde aquella hora
  82. Mateo 15:31 O, sanos
  83. Mateo 15:39 Algunos mss. posteriores dicen: Magdala

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