¿PRUEBA O TENTACIÓN?

¿PRUEBA O TENTACIÓN?

la-verdad-para-hoy

10/24/2016

No nos metas en tentación.

Mateo 6:13

alimentemos_el_almaLa tentación es una experiencia común de todos los seres humanos, sean cristianos o no. Pablo dice en 1 Corintios 10:13 que toda tentación es “humana”. Cómo enfrentarse a la lucha de la tentación es una característica de la autenticidad de nuestra fe o nuestra falta de ella.

Las pruebas que el Señor permite en nuestra vida para fortalecernos también pueden convertirse en tentaciones. Pudieran ser incitaciones al pecado y no un medio para el crecimiento espiritual. Cada dificultad que se me presenta me fortalece porque obedezco a Dios y me mantengo confiado en su cuidado y poder, o me lleva a dudar de Dios y a desobedecer su Palabra.

Cada prueba tiene muchas características para convertirse en tentación. La diferencia está en cómo reaccionar ante ella.

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Levantemos la mirada

24 Octubre 2016

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Levantemos la mirada
por Charles R. Swindoll

1 Reyes 19:20-21

alimentemos_el_almaGracias a la actitud tierna y compasiva de Dios, Elías salió a gatas de la cueva. «Se fue de allí». Dios lo reanimó por medio del descanso y la comida, le dio un sabio consejo y lo hizo sentir importante de nuevo. ¡Eso sí que es compasión!

Después, Dios le permitió a Elías que pasara su manto a Eliseo, su sucesor. Pero el Señor hizo mucho más que eso, muchísimo más. Porque Eliseo “se levantó, fue tras Elías y le servía”. Dios no solamente le dio un sucesor, sino además un amigo íntimo, personal, alguien que amaba a Elías y lo comprendía lo suficiente como para ayudarlo y animarlo.

Dios no nos ha creado para que vivamos como ermitaños en una cueva. Nos ha creado para que vivamos en un compañerismo, en comunión y en comunidad unos con otros. Por eso es tan importante la iglesia, el cuerpo de Cristo, ya que allí nos unimos en amor y en apoyo muto. Estamos llamados a ser parte de la vida de otros porque, de lo contrario, nos replegamos y nos concentramos en nosotros mismos, pensando en lo difícil que es nuestra situación o en qué injustos son los demás.

Elias nos recuerda levantar la mirada.

Levantemos la mirada después de que el Señor nos saque misericordiosamente de la depresión.

Levantemos la mirada cuando el Señor nos permita descansar y renovarnos después de una agenda agotadora que ha hecho sentir sus efectos en nosotros.

Levantemos la mirada y demos gracias al Señor cuando Él nos hable tierna y pacientemente desde Su Palabra, después de que hayamos salido del foso de la autocompasión.

Levantemos la mirada y alabemos al Señor cuando nos da fielmente la compañía y el apoyo de un amigo que nos entiende y anima.

Levantemos la mirada y reconozcamos al Dador más que al regalo.

Digamos: “Gracias, Señor, por contarnos todo acerca de Elías,” quien es un ejemplo inolvidable de que lo único que debemos hacer es levantar la mirada.

Levantemos la mirada después de que el Señor nos saque de la depresión.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

PRIORIDADES CORRECTAS

PRIORIDADES CORRECTAS

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Pablo Martini
Programa No. 2016-10-24

alimentemos_el_almaEs por muchos conocida la situación vivida en la aldea de Betania, en casa de María, Martha y Lázaro. Es un cuadro cotidiano que se observa a diario. El error de Marta en Betania fue doble, primero el sobrecargarse con “muchas” cosas, como el mismo Señor le hiciera notar, pero también el hecho de ocupar el tiempo de la meditación espiritual con tareas secundarias. Ella estaba trabajando en tiempo de descanso y reflexión, y eso es sutilmente trágico, por eso Jesús le señaló que la hermana había escogido la parte mejor.  Es que tanto el activismo excesivo como el ocio desmedido, son igualmente perjudiciales para la vida de los que quieren seguir a Cristo. Martha estaba abocada a una actividad oportuna pero en un momento inoportuno. Estaba haciendo algo correcto de manera incorrecta. Aquel que es impulsivo, hace fuera de tiempo lo que otros hacen en el momento ideal. Discernir las oportunidades es un síntoma de madurez y sabia administración de este préstamo tan valioso que se llama “tiempo” y que pasa indiferente ante nuestros ojos.

Hay tiempo para todo debajo del sol, dijo el viejo predicador de Eclesiastés, tiempo para trabajar y tiempo para descansar, tiempo para planificar y tiempo para actuar, tiempo para hablar y tiempo para escuchar atentamente sentado a los pies de Aquel que siempre tiene algo para enseñarnos. Quien se dedica al trabajo y el esfuerzo cuando es tiempo de meditación está errando al blanco, así como también quien se dedica a meditar cuando hay que actuar pierde el tiempo y las oportunidades. Satanás sabe que el tiempo que tú apartes para oír las palabras de vida eterna que brotan de los labios del Señor en cada página de las sagradas escrituras es vital para tu crecimiento interior, por eso intentará, de todos los modos posibles, ocupar ese tiempo con las “urgencias de la vida”. Y ten cuidado porque lo urgente mayormente grita mucho más fuerte que lo realmente importante. Escoge aquello que es necesario, y entonces estarás capacitado para hacer cualquier cosa que desees.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Gasta tiempo a los pies de Jesús y haz lo que quieras luego

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Predicación de Juan el Bautista

Marcos 1-3

9781586403546

Predicación de Juan el Bautista

alimentemos_el_almaPrincipio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios[a].

Como está escrito en el profeta Isaías:

He aqui, yo envio mi mensajero delante de tu faz,
el cual preparara tu camino.
Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
haced derechas sus sendas.”

Juan el Bautista apareció en el desierto predicando[b] el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. Y acudía a él toda la región de Judea, y toda la gente de Jerusalén, y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán. Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía[c] un cinto de cuero a la cintura, y comía langostas[d] y miel silvestre. Y predicaba[e], diciendo: Tras mí viene uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os bauticé con[f] agua, pero El os bautizará con[g] el Espíritu Santo.

Bautismo y tentación de Jesús

Y sucedió en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 E inmediatamente, al salir del agua, vio que los cielos se abrían, y que el Espíritu como paloma descendía sobre El; 11 y vino una voz de los cielos, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.

12 Enseguida el Espíritu le impulsó* a ir al desierto. 13 Y estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y estaba entre las fieras, y los ángeles le servían.

Jesús principia su ministerio

14 Después que Juan había sido encarcelado[h], Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios, 15 y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed[i] en el evangelio.

Llamamiento de los primeros discípulos

16 Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, hermano de Simón, echando una red en el mar, porque eran pescadores. 17 Y Jesús les dijo: Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de hombres. 18 Y dejando al instante las redes, le siguieron. 19 Yendo un poco más adelante vio a Jacobo[j], el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, los cuales estaban también en la barca, remendando las redes. 20 Y al instante los llamó; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras El.

Jesús enseña en Capernaúm

21 Entraron* en Capernaúm; y enseguida, en el día de reposo entrando Jesús en la sinagoga comenzó a enseñar. 22 Y se admiraban de su enseñanza; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. 23 Y he aquí[k]estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar, 24 diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo[l], Jesús de Nazaret[m]? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios.25 Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! 26 Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él. 27 Y todos se asombraron de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva con autoridad! El manda aun a los espíritus inmundos y le obedecen. 28 Y enseguida su fama se extendió por todas partes, por toda la región alrededor de Galilea.

Jesús sana a la suegra de Simón y a muchos otros

29 Inmediatamente después de haber salido de la sinagoga, fueron[n] a casa de Simón y Andrés, con Jacobo[o] y Juan. 30 Y la suegra de Simón yacía enferma con fiebre; y enseguida le hablaron* de ella. 31 Jesús se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía.

32 A la caída de la tarde, después de la puesta del sol, le trajeron todos los que estaban enfermos y los endemoniados. 33 Y toda la ciudad se había amontonado a la puerta. 34 Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y expulsó muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque ellos sabían quién era El[p].

Jesús recorre Galilea

35 Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba. 36 Y Simón y sus compañeros salieron a buscarle;37 le encontraron y le dijeron*: Todos te buscan. 38 Y El les dijo*: Vamos a otro lugar, a los pueblos vecinos, para que predique[q] también allí, porque para eso he venido. 39 Y fue por toda Galilea, predicando[r] en sus sinagogas y expulsando demonios.

Curación de un leproso

40 Y vino* a El un leproso rogándole, y arrodillándose le dijo[s]: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo*: Quiero; sé limpio. 42 Y al instante la lepra lo dejó y quedó limpio. 43 Entonces Jesús lo amonestó severamente y enseguida lo despidió, 44 y le dijo*: Mira, no digas nada a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu limpieza lo que Moisés ordenó, para testimonio a ellos. 45 Pero él, en cuanto salió, comenzó a proclamarlo abiertamente[t] y a divulgar el hecho, a tal punto que Jesús[u] ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que se quedaba fuera en lugares despoblados; y venían a El de todas partes.

Curación de un paralítico

2 Habiendo entrado de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa. Y se reunieron muchos, tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y El les exponía[v] la palabra. Entonces vinieron* a traerle un paralíticollevado entre cuatro. Y como no pudieron acercarse[w] a El a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde El estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios[x]? Y al instante Jesús, conociendo en[y] su espíritu que pensaban de esa manera dentro de sí mismos, les dijo*: ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados(dijo* al paralítico): 11 A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 12 Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios, diciendo: Jamás hemos visto cosa semejante.

Llamamiento de Leví y la cena en su casa

13 Y El salió de nuevo a la orilla del mar, y toda la multitud venía a El, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo*: Sígueme. Y levantándose, le siguió.

15 Y sucedió[z] que estando Jesús[aa] sentado[ab] a la mesa en casa de Leví[ac], muchos recaudadores de impuestos[ad] y pecadores estaban comiendo[ae] con Jesús y sus discípulos; porque había muchos de ellos que le seguían. 16 Al ver los escribas de los fariseos que El comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a sus discípulos: ¿Por qué El come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores? 17 Al oír esto, Jesús les dijo*: Los que están sanos[af]no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Pregunta sobre el ayuno

18 Los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando; y vinieron* y le dijeron*: ¿Por qué ayunan los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos, pero tus discípulos no ayunan? 19 Y Jesús les dijo: ¿Acaso pueden ayunar los acompañantes del novio[ag] mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán en aquel día. 21 Nadie pone un remiendo[ah] de tela nueva[ai] en un vestido viejo, porque entonces el remiendo[aj] al encogerse tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce una rotura peor. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres[ak] viejos, porque entonces[al] el vino romperá el odre, y se pierde el vino y también los odres[am]; sino que se echa vino nuevo en odres[an] nuevos.

Jesús, Señor del día de reposo

23 Y aconteció que un día de reposo Jesús[ao] pasaba por los sembrados, y sus discípulos, mientras se abrían paso, comenzaron a arrancar espigas. 24 Entonces los fariseos le decían: Mira, ¿por qué hacen lo que no es lícito en el día de reposo? 25 Y El les dijo*: ¿Nunca habéis leído lo que David hizo cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y sus compañeros, 26 cómo entró en la casa de Dios en tiempos de Abiatar, el sumo sacerdote, y comió los panes consagrados[ap] que no es lícito a nadie comer, sino a los sacerdotes, y dio también a los que estaban con él? 27 Y El les decía: El día de reposo se hizo[aq] para el[ar] hombre, y no el hombre para el[as] día de reposo. 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.

Jesús sana al hombre de la mano seca

3 Otra vez entró Jesús en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca. Y le observaban para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusarle. Y dijo* al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte aquíen medio. Entonces les dijo*: ¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar? Pero ellos guardaban silencio. Y mirándolos en torno con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano quedó sana[at]. Pero cuando los fariseos salieron, enseguida comenzaron a tramar[au] con los herodianos en contra de Jesús[av], para ver cómo podrían destruirle.

Las multitudes siguen a Jesús

Jesús se retiró al mar con sus discípulos; y una gran multitud de Galilea le siguió; y también de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y Sidón; una gran multitud, que al oír todo lo que Jesús hacía, vino a El. Y dijo a sus discípulos que le tuvieran lista una barca por causa de la multitud, para que no le oprimieran; 10 porque había sanado a muchos, de manera que todos los que tenían aflicciones se le echaban encima para tocarle. 11 Y siempre que los espíritus inmundos le veían, caían delante de El y gritaban, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. 12 Y les advertía con insistencia que no revelaran su identidad[aw].

Designación de los doce apóstoles

13 Y subió* al monte, llamó* a los que El quiso, y ellos vinieron a El. 14 Y designó a doce[ax], para que estuvieran con El y para enviarlos a predicar, 15 y para que tuvieran autoridad de expulsar demonios. 16 Designó a los doce: Simón (a quien puso por nombre Pedro), 17 Jacobo[ay], hijo de Zebedeo, y Juan hermano de Jacobo[az] (a quienes puso por nombre Boanerges, que significa, hijos del trueno);18 Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo[ba], hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananita[bb]; 19 y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Jesús y Beelzebú

20 Jesús llegó* a una casa, y la multitud se juntó* de nuevo, a tal punto que ellos ni siquiera podían comer[bc]. 21 Cuando sus parientes oyeron esto, fueron para hacerse cargo de El, porque decían: Está fuera de sí. 22 Y los escribas que habían descendido de Jerusalén decían: Tiene a Beelzebú; y: Expulsa los demonios por el príncipe de los demonios. 23 Y llamándolos junto a sí, les hablaba en parábolas: ¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? 24 Y si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede perdurar. 25 Y si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá permanecer. 26 Y si Satanás se ha levantado contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin[bd]. 27 Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes si primero no lo ata[be]; entonces podrá saquear su casa. 28 En verdad os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias con que blasfemen, 29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón, sino que es culpable de pecado eterno. 30 Porque decían: Tiene un espíritu inmundo.

La madre y los hermanos de Jesús

31 Entonces llegaron* su madre y sus hermanos, y quedándose afuera, mandaron llamarle. 32 Y había una multitud sentada alrededor de El, y le dijeron*: He aquí, tu madre y tus hermanos[bf] están afuera y te buscan. 33 Respondiéndoles El, dijo*: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? 34 Y mirando en torno a los que estaban sentados en círculo, a su alrededor, dijo*: He aquí mi madre y mis hermanos.35 Porque cualquiera que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano y hermana y madre.

Notas al pie:

  1. Marcos 1:1 Muchos mss. no incluyen: Hijo de Dios
  2. Marcos 1:4 O, proclamando
  3. Marcos 1:6 Lit., y
  4. Marcos 1:6 O, saltamontes
  5. Marcos 1:7 O, proclamaba
  6. Marcos 1:8 O, en, o, por
  7. Marcos 1:8 O, en, o, por
  8. Marcos 1:14 Lit., entregado
  9. Marcos 1:15 O, poned vuestra confianza
  10. Marcos 1:19 O, Santiago
  11. Marcos 1:23 Lit., de pronto
  12. Marcos 1:24 Lit., ¿Qué a nosotros y a ti?
  13. Marcos 1:24 Lit., Jesús nazareno
  14. Marcos 1:29 Algunos mss. dicen: después que El había salido…vino
  15. Marcos 1:29 O, Santiago
  16. Marcos 1:34 Algunos mss. dicen: sabían que El era el Cristo
  17. Marcos 1:38 O, proclame
  18. Marcos 1:39 O, proclamando
  19. Marcos 1:40 Lit., diciéndole
  20. Marcos 1:45 Lit., mucho
  21. Marcos 1:45 Lit., El
  22. Marcos 2:2 Lit., hablaba
  23. Marcos 2:4 Lit., traer
  24. Marcos 2:7 Lit., sino uno, Dios
  25. Marcos 2:8 Lit., por
  26. Marcos 2:15 Lit., Y sucede
  27. Marcos 2:15 Lit., El
  28. Marcos 2:15 Lit., recostado
  29. Marcos 2:15 Lit., él
  30. Marcos 2:15 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos, y así en el vers. 16
  31. Marcos 2:15 Lit., reclinados
  32. Marcos 2:17 Lit., fuertes
  33. Marcos 2:19 Lit., hijos del tálamo
  34. Marcos 2:21 Lit., cose lo que se pone encima
  35. Marcos 2:21 Lit, sin encoger
  36. Marcos 2:21 Lit., y si no lo que llena
  37. Marcos 2:22 I.e., cueros usados como recipientes
  38. Marcos 2:22 Lit., y si no
  39. Marcos 2:22 I.e., cueros usados como recipientes
  40. Marcos 2:22 I.e., cueros usados como recipientes
  41. Marcos 2:23 Lit., El
  42. Marcos 2:26 Lit., los panes de la proposición
  43. Marcos 2:27 O, vino a ser
  44. Marcos 2:27 Lit., por causa del
  45. Marcos 2:27 Lit., por causa del
  46. Marcos 3:5 Lit., restaurada
  47. Marcos 3:6 Lit., dando consejo
  48. Marcos 3:6 Lit., El
  49. Marcos 3:12 Lit., no le hicieran manifiesto
  50. Marcos 3:14 Algunos mss. antiguos agregan: a quienes también llamó apóstoles
  51. Marcos 3:17 O, Santiago
  52. Marcos 3:17 O, Santiago
  53. Marcos 3:18 O, Santiago
  54. Marcos 3:18 O, el zelote
  55. Marcos 3:20 Lit., comer pan
  56. Marcos 3:26 Lit., tiene un fin
  57. Marcos 3:27 Lit., no ata al fuerte
  58. Marcos 3:32 Algunos mss. agregan: y tus hermanas
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