HAY QUE RECONOCER LA TRAMPA

HAY QUE RECONOCER LA TRAMPA

10/26/2016

la-verdad-para-hoyCada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.

(Santiago 1:14)

alimentemos_el_almaLa tentación no viene de Dios, sino de adentro. El vocablo tentado se empleaba en contextos de cacería para describir animales que se atraen a las trampas, y se emplea seducido para describir pescar con una carnada. Toda persona es tentada cuando la trampa del pecado tiene una carnada que apela a su lujuria. La lujuria de una persona que responde a la seducción de la trampa la atrae engañosamente hasta el punto que es atrapada.

¿Qué nos impulsa tanto hacia la carnada? No es Dios. Y tampoco lo son Satanás, ni sus demonios, ni el sistema malvado del mundo el que nos seduce para que mordamos el anzuelo. Es nuestra naturaleza lujuriosa la que nos impulsa a morderlo. Nuestra carne, nuestra naturaleza caída, tiene un deseo de lo malo.

Desde una perspectiva espiritual, el problema es que, aunque hemos sido redimidos y hemos recibido una nueva naturaleza, tenemos todavía un enemigo dentro. La pasión interior de la carne, no Dios, es la culpable de que seamos tentados a pecar.

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Valentía invariable

26 Octubre 2016

Valentía invariable
por Charles R. Swindoll

2 Reyes 1:1-18

alimentemos_el_almaNo podemos evitar admirar la invariable valentía de Elías. El hombre está solo, delante del rey y, seguramente, rodeado de soldados atravesándolo con una lanza. Pero el siervo de Dios no pensó dos veces en el peligro. Estaba tan convencido, tan dedicado a su Señor, que el pensamiento de protegerse a sí mismo jamás cruzó por su mente.

La valentía de los hombres y las mujeres de Dios demuestra por su disposición a enfrentar condiciones desagradables, incluso circunstancias amenazantes, con una calma admirable. Actúan con firme decisión, aunque eso signifique acarrearse a la impopularidad personal. Nada frena su pasión de obedecer a su Dios. . . cueste lo que cueste.

Pocos en la historia de la iglesia poseyeron esta cualidad de valentía apasionada en mayor medida que Martin Lutero. Se ha dicho que fue, quizás, el hombre más valiente que jamás ha existido.  Lutero dijo en su histórico viaje a Worms lo siguiente: “Ustedes pueden esperar de mí cualquier cosa, menos que me atemorice o que me retracte. No huiré, ni mucho menos me retractaré.”

Los amigos de Lutero estaban preocupados por su seguridad. Al pensar en los graves peligros que le esperaban, trataron de disuadirlo. Pero el simple pensamiento de no ir a Worms lo disgustaba hasta el punto de llevarlo a decir: “Iré a Worms aunque allí haya tantos demonios como tejas en las azoteas”.

En una ocasión posterior, mientras aguardaba reunirse con todos los prelados de la iglesia, le preguntaron a Lutero si sentía temor. “¿Temor? Más que al Papa y a sus cardinales, a quién más temo es ese gran Papa, a mí mismo.”

Elías se alzó por encima de sus enemigos, de su rey e incluso de sí mismo; se mantuvo firme, dio el mensaje, y se negó a restarle fuerza. Que cada vez sea más grande el número de personas como él, en estos días en los que es tan común encontrar una teología superficial y complaciente, tan característica de los ministerios superficiales y superefusivos.

Y que usted encuentre el espíritu de valentía en su propio corazón.

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

SER O HACER

SER O HACER

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 Pablo Martini
Programa No. 2016-10-26

alimentemos_el_almaExiste una marcada tendencia a confundir el obrar de una persona con la persona que obra. En este mundo amigo de las ocupaciones y  el activismo, los seres humanos se han transformado en “quehaceres humanos”, máquinas de producir y producir. Aquellos que desarrollan una buena aptitud para “hacer cosas” son tildados de triunfadores y exitosos, mientras que aquellos que dedican más tiempo a la reflexión y a las cosas eternas pierden su tiempo. No somos lo que hacemos, hacemos lo que somos. En nuestras agendas se reflejan nuestros valores y en nuestras actividades, nuestras prioridades. Esta sutil tendencia se ha introducido aún en la misma iglesia, donde aquellos “capaces” y con ministerios públicos, escalan y ocupan puestos de liderazgo, pues se supone que hacen tantas cosas que deben ser muy espirituales y aprobados por Dios. Déjame decirte que a Dios no le impresionan tus obras, sino la transparencia de tus motivaciones y tu corazón contrito y humillado. Dios puede usar al que quiera, inclusive a un asno, si es necesario, pero esto no convierte al asno en un consagrado siervo del Señor. El mismo Rey Saúl, hombre de tendencias carnales, celoso, envidioso y desobediente, profetizó lleno del Espíritu de Dios. Fue tal la sorpresa de sus contemporáneos que llegó a ser un dicho popular de aquel entonces: “Mira, hasta Saúl entre los profetas”. Dios quiso entregar su Palabra, y en su Soberana Gracia escogió a este hombre casi en contra de su propia voluntad.

Esto no significa que no importa mi estado espiritual, total Dios usa a quién quiera, esté como esté. Pero esta verdad bíblica es necesaria para “bajar los humos” a todos aquellos que se equivocan tratando de impresionar a Dios con su logros, descuidando su reales motivaciones. Nunca olvides que Dios no mira como mira el hombre, porque el hombre ve lo que está delante de sus ojos (logros, metas, éxito, actividad), pero Dios mira lo que hay en el corazón (confesión, lágrimas, quebranto y sinceridad).

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Ser un discípulo de Dios demanda mucho más que el hacer cosas buenas para Dios.

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El juicio hacia los demás

Mateo 7-10

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El juicio hacia los demás

alimentemos_el_alma7 No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. ¿Y por qué miras la mota[a] que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir[b] a tu hermano: “Déjame sacarte la mota del ojo”, cuando[c] la viga está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.

No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose os despedacen.

La oración recibirá respuesta

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad[d], y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le[e] dará una piedra, 10 o si[f]le pide un pescado, le[g] dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden? 12 Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas.

Dos puertas y dos sendas

13 Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición[h], y muchos son los que entran por ella. 14 Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Cómo conocer a los falsos profetas

15 Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. 18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis. 21 No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros[i]?”23 Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad.”

Los dos cimientos

24 Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; 25 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[j], soplaron los vientos y azotaron[k] aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca. 26 Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; 27 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[l], soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción.

28 Cuando[m] Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de su enseñanza; 29 porque les enseñaba como uno que tiene autoridad, y no como sus escribas.

Curación de un leproso

Y cuando bajó del monte, grandes multitudes le seguían. Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante El[n], diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra[o]. Entonces Jesús le dijo*: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos.

Jesús sana al criado del centurión

Y cuando entró Jesús[p] en Capernaúm se le acercó un centurión suplicándole,y diciendo: Señor, mi criado[q] está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho[r]. Y Jesús le dijo*: Yo iré y lo sanaré. Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra[s] y mi criado[t] quedará sano. Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con[u]soldados a mis órdenes[v]; y digo a éste: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. 10 Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que leseguían: En verdad os digo que en Israel[w] no he hallado en nadie una fe tan grande. 11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán[x] a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. 12 Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes. 13 Entonces Jesús dijo al centurión: Vete; así como has creído, te sea hecho. Y el criado[y] fue sanado en esa misma hora.

Jesús sana a la suegra de Pedro y a muchos otros

14 Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste[z] que yacía en cama[aa]con fiebre. 15 Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y le servía. 16 Y al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con supalabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, 17 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: El mismo tomo nuestras flaquezas y llevo[ab] nuestras enfermedades.

Lo que demanda el discipulado

18 Viendo Jesús una multitud a su alrededor, dio orden de pasar al otro lado. 19 Y un escriba se le acercó y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 20 Y Jesús le dijo*: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 21 Otro de los discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22 Pero Jesús le dijo*: Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.

Jesús calma la tempestad

23 Cuando entró Jesús[ac] en la barca, sus discípulos le siguieron. 24 Y de pronto[ad]se desató una gran tormenta[ae] en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús[af] estaba dormido. 25 Y llegándose a El, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Y El les dijo*: ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. 27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Quién es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Los endemoniados gadarenos

28 Cuando llegó al otro lado, a la tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por aquel camino. 29 Y[ag] gritaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo[ah], Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes del tiempo[ai]? 30 A cierta distancia de ellos había una piara de muchos cerdos paciendo; 31 y los demonios le rogaban, diciendo: Si vas a echarnos fuera, mándanos a la piara de cerdos. 32 Entonces El les dijo: ¡Id! Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y he aquí que la piara entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas. 33 Los que cuidaban la piarahuyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso[aj] lo de los endemoniados. 34 Y[ak] toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de su comarca.

Curación de un paralítico

9 Y subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad. Y[al] le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados. Y[am] algunos de los escribas decían para sí[an]: Este blasfema. Y Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, y anda”? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (entonces dijo* al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Y él levantándose, se fue a su casa. Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor[ao], y glorificaron a Dios, que había dado tal poder[ap] a los hombres.

Llamamiento de Mateo y la cena en su casa

Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo*: ¡Sígueme! Y levantándose, le siguió.

10 Y sucedió que estando El sentado[aq] a la mesa en la casa, he aquí, muchos recaudadores de impuestos[ar] y pecadores llegaron y se sentaron[as] a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11 Y cuando vieron esto, los fariseos dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores? 12 Al oír El esto, dijo: Los que están sanos[at] no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 13 Mas id, y aprended lo que significa: “Misericordia[au] quiero y no sacrificio”; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Pregunta sobre el ayuno

14 Entonces se le acercaron* los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, pero tus discípulos no ayunan? 15 Y Jesús les dijo: ¿Acaso los acompañantes del novio[av] pueden estar de luto mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será[aw] quitado, y entonces ayunarán. 16 Y nadie pone un remiendo[ax] de tela nueva[ay] en un vestido viejo; porque el remiendo[az] al encogerse tira del vestido y se produce una rotura peor.17 Y nadie echa vino nuevo en odres[ba] viejos, porque entonces[bb] los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.

Curación de una mujer y resurrección de la hija de un oficial

18 Mientras les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial[bc] de la sinagoga y se postró delante de El[bd], diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 19 Y levantándose Jesús, lo siguió, y también sus discípulos.20 Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 pues decía para sí: Si tan sólo toco su manto, sanaré[be]. 22 Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado[bf]. Y al instante[bg] la mujer quedó sana[bh].23 Cuando entró Jesús en la casa del oficial[bi], y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden, 24 les dijo: Retiraos, porque la niña[bj] no ha muerto, sino que está dormida. Y se burlaban de El. 25 Pero cuando habían echado fuera a la gente, El entró y la tomó de la mano; y la niña[bk] se levantó[bl]. 26 Y esta noticia[bm] se difundió por toda aquella tierra.

Curación de dos ciegos y un mudo

27 Al irse Jesús de allí, dos ciegos le siguieron, gritando y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 28 Y después de haber entrado en la casa, se acercaron a El los ciegos, y Jesús les dijo*: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le respondieron*: Sí, Señor. 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe. 30 Y se les abrieron los ojos. Y Jesús les advirtió rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 31 Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella tierra.

32 Y al salir ellos de allí, he aquí, le trajeron un mudo endemoniado. 33 Y después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se ha visto[bn] cosa igual en Israel. 34 Pero los fariseos decían: El echa fuera los demonios por el príncipe de los demonios.

Ministerio de Jesús

35 Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. 36 Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo* a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. 38 Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.

Llamamiento de los doce apóstoles

10 Entonces llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder[bo] sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

Y los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; y Jacobo[bp], el hijo de Zebedeo, y Juan[bq] su hermano;Felipe y Bartolomé[br]; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos[bs]; Jacobo[bt], el hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananita[bu], y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Jesús envía a los doce

A estos doce envió Jesús después de instruirlos, diciendo: No vayáis por[bv] elcamino de los gentiles, y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos. Sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y cuando vayáis, predicad diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado.” Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia[bw] recibisteis, dad de gracia[bx]. No os proveáis de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en vuestros cintos, 10 ni de alforja[by] para el camino, ni de dos túnicas[bz], ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén[ca]. 11 Y en cualquier ciudad o aldea donde entréis, averiguad quién es digno en ella, y quedaos allí hasta que os marchéis. 12 Al entrar en la casa, dadle vuestro saludo de paz. 13 Y si la casa es digna, que vuestro saludo de paz venga sobre ella; pero si no es digna, que vuestro saludo de paz se vuelva a vosotros. 14 Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies. 15 En verdad os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad.

Advertencias a los doce

16 Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed[cb] astutos como las serpientes e inocentes como las palomas. 17 Pero cuidaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales[cc] y os azotarán en sus sinagogas;18 y hasta seréis llevados delante de gobernadores y reyes por mi causa, como un testimonio a ellos y a los gentiles. 19 Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis; porque a esa hora se os dará lo que habréis de hablar.20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. 21 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte[cd]. 22 Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. 23 Pero cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque en verdad os digo: no terminaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.

Palabras de aliento a los doce

24 Un discípulo[ce] no está por encima del maestro, ni un siervo por encima de su señor. 25 Le basta al discípulo llegar a ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su casa! 26 Así que no les temáis, porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. 27 Lo que os digo en la oscuridad, habladlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. 28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer[cf] tanto el alma como el cuerpo en el infierno[cg].29 ¿No se venden dos pajarillos[ch] por un cuarto[ci]? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre. 30 Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. 31 Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos[cj]. 32 Por tanto, todo el que me[ck] confiese delante de los hombres, yo también le[cl] confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.33 Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

El costo del discipulado

34 No penséis que vine a traer[cm] paz a la tierra; no vine a traer[cn] paz, sino espada.35 Porque vine a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su misma casa. 37 El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. 38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará.

40 El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta como[co] profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo como[cp] justo, recibirá recompensa de justo.42 Y cualquiera que como[cq] discípulo dé de beber aunque sólo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños[cr], en verdad os digo que no perderá su recompensa.

Notas al pie:

  1. Mateo 7:3 O, paja, y así en los vers. 4 y 5
  2. Mateo 7:4 Lit., dirás
  3. Mateo 7:4 Lit., y he aquí
  4. Mateo 7:7 O, Seguid pidiendo,…buscando,…llamando
  5. Mateo 7:9 Lit., no le
  6. Mateo 7:10 Lit., también
  7. Mateo 7:10 Lit., no le
  8. Mateo 7:13 O, destrucción
  9. Mateo 7:22 O, muchas obras de poder
  10. Mateo 7:25 Lit., ríos
  11. Mateo 7:25 Lit., dieron contra, y así en el vers. 27
  12. Mateo 7:27 Lit., ríos
  13. Mateo 7:28 Lit., Y sucedió que cuando
  14. Mateo 8:2 O, le adoró
  15. Mateo 8:3 Lit., su lepra fue limpiada
  16. Mateo 8:5 Lit., El
  17. Mateo 8:6 Lit., muchacho
  18. Mateo 8:6 Lit., terriblemente atormentado
  19. Mateo 8:8 Lit., di con una palabra
  20. Mateo 8:8 Lit., muchacho
  21. Mateo 8:9 Lit., teniendo
  22. Mateo 8:9 Lit., debajo de mí
  23. Mateo 8:10 Algunos mss. antiguos dicen: ni en Israel
  24. Mateo 8:11 Lit., se recostarán
  25. Mateo 8:13 Lit., muchacho
  26. Mateo 8:14 Lit., él
  27. Mateo 8:14 Lit., postrada y
  28. Mateo 8:17 O, cargó con
  29. Mateo 8:23 Lit., El
  30. Mateo 8:24 Lit., Y he aquí
  31. Mateo 8:24 Lit., un sacudimiento
  32. Mateo 8:24 Lit., El
  33. Mateo 8:29 Lit., Y he aquí
  34. Mateo 8:29 Lit., ¿Qué a nosotros y a ti
  35. Mateo 8:29 I.e., antes del tiempo designado para el juicio
  36. Mateo 8:33 Lit., y
  37. Mateo 8:34 Lit., Y he aquí
  38. Mateo 9:2 Lit., Y he aquí
  39. Mateo 9:3 Lit., Y he aquí
  40. Mateo 9:3 Lit., dentro de sí
  41. Mateo 9:8 O, se llenaron de asombro
  42. Mateo 9:8 O, autoridad
  43. Mateo 9:10 Lit., reclinado
  44. Mateo 9:10 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  45. Mateo 9:10 Lit., reclinaron
  46. Mateo 9:12 Lit., fuertes
  47. Mateo 9:13 O, Compasión
  48. Mateo 9:15 Lit., hijos del tálamo
  49. Mateo 9:15 Lit., sea
  50. Mateo 9:16 Lit., lo que se pone encima
  51. Mateo 9:16 Lit., sin encoger
  52. Mateo 9:16 Lit., lo que llena
  53. Mateo 9:17 I.e., cueros usados como recipientes
  54. Mateo 9:17 Lit., y si no
  55. Mateo 9:18 O, principal
  56. Mateo 9:18 O, le adoró
  57. Mateo 9:21 Lit., seré salva
  58. Mateo 9:22 Lit., te ha salvado
  59. Mateo 9:22 Lit., desde aquella hora
  60. Mateo 9:22 Lit., salva
  61. Mateo 9:23 O, principal
  62. Mateo 9:24 O, muchacha
  63. Mateo 9:25 O, muchacha
  64. Mateo 9:25 O, fue levantada
  65. Mateo 9:26 Lit., fama
  66. Mateo 9:33 Lit., ha aparecido
  67. Mateo 10:1 O, autoridad
  68. Mateo 10:2 O, Santiago
  69. Mateo 10:2 Gr., Ioannes; heb., Johanan
  70. Mateo 10:3 I.e., hijo de Tolomeo
  71. Mateo 10:3 O, publicano; i.e., uno que explotaba la recaudación de los impuestos romanos
  72. Mateo 10:3 O, Santiago
  73. Mateo 10:4 O, el zelote; i.e., miembro de un grupo radical
  74. Mateo 10:5 O, No os apartéis hacia
  75. Mateo 10:8 O, gratuitamente
  76. Mateo 10:8 O, gratuitamente
  77. Mateo 10:10 O, mochila, o, bolsa
  78. Mateo 10:10 I.e., ropa interior
  79. Mateo 10:10 Lit., alimento o sustento
  80. Mateo 10:16 O, mostraos
  81. Mateo 10:17 O, sanedrines, o, concilios
  82. Mateo 10:21 O, los matarán
  83. Mateo 10:24 O, alumno
  84. Mateo 10:28 O, destruir
  85. Mateo 10:28 Gr., guéenna
  86. Mateo 10:29 O, gorriones
  87. Mateo 10:29 Gr., assarion; equivale aprox. a 1/16 denario
  88. Mateo 10:31 O, gorriones
  89. Mateo 10:32 Lit., por mí
  90. Mateo 10:32 Lit., por él
  91. Mateo 10:34 Lit., a echar
  92. Mateo 10:34 Lit., a echar
  93. Mateo 10:41 Lit., en nombre de
  94. Mateo 10:41 Lit., en nombre de
  95. Mateo 10:42 Lit., en nombre de
  96. Mateo 10:42 O, humildes
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NO HA DE CULPARSE A DIOS

NO HA DE CULPARSE A DIOS

la-verdad-para-hoy

10/25/2016

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.
(SANTIAGO 1:13)

alimentemos_el_almaAunque algunos creen en el antiguo concepto de que Dios es responsable de nuestra tentación y de nuestro pecado, Santiago prohíbe tal concepto en el versículo de hoy.
Santiago advierte contra el justificar nuestro pecado y culpar a Dios en medio de nuestra lucha contra la tentación. Cuando esté luchando con la tentación y casi a punto de rendirse, no se justifique diciendo que Dios lo está tentando.


Suponiendo que nadie acuse a Dios de hacer que él peque, Santiago quiere decir que no debemos ni siquiera pensar en Dios como la causa de nuestros pecados. La mayoría de las personas no llegan tan lejos como para ver a Dios como el tentador directo, pero sí creen que Dios es indirectamente el culpable por haber permitido la situación y la posibilidad del fracaso. Pero Dios no es el causante directo de la tentación, ni es siquiera su causa remota. Nunca se considere una víctima de la providencia de Dios.

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Dos solemnes recordatorios

25 Octubre 2016

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Dos solemnes recordatorios
por Charles R. Swindoll

1 Reyes 21:1-29

alimentemos_el_almaDespués de dejar constancia de estas terribles profecías, dichas por el Señor a través de Elías, el escritor de 1 Reyes hace este comentario en cuanto a las vidas de Acab y Jezabel: “No hubo realmente nadie, como Acab, que se vendiera para hacer lo malo ante el SEÑOR, pues su mujer Jezabel lo incitaba” (1 Reyes 21:25). ¡Qué pareja! Estaban asociados para las peores iniquidades, hasta que Dios finalmente les dijo: “¡basta!”.

Aquí encontraremos dos serios y solemnes recordatorios que debemos considerar:

En primer lugar, que la paciencia de Dios tiene un límite. Nadie sabe hasta cuando. Los molinos de la justicia de Dios muelen despacio, pero muelen muy bien. El Señor, por su gran paciencia y misericordia, espera que nosotros escuchemos su voz y le obedezcamos. La gente oye el Evangelio de la salvación y no responde. Pero Dios espera. Algunos dicen conocerlo, pero viven de una manera que dice todo lo contrario. Dios sigue esperando.

La paciencia de Dios a veces nos frustra, particularmente cuando el mal persiste y Él no interviene para detenerlo. En momentos así nos resulta fácil convencernos de que el mal pasa todo el tiempo desapercibido.

Usted y yo no sabemos en qué punto llega Dios a su divino límite, y dice: “¡Basta! ¡Es suficiente! ¡No voy a seguir tolerando esto!” Pero yo sé por este pasaje y otros de la Biblia, por lo que hizo con Sodoma y Gomorra, con Herodes Agripa, y con Acab y Jezabel, que la paciencia de Dios puede finalmente agotarse, y de hecho se agota. No se engañe creyendo que su paciencia es eterna.

En segundo lugar, Dios cumple su palabra. Nadie la detiene. Jamás olvide lo que leyó en esta parte. Acab y Jezabel eran muy poderosos, muy intimidantes, muy impíos. Pensaban que ellos lo controlaban todo, que eran invencibles. Pero cuando Dios intervino, fue su fin. No pudieron detener el castigo divino.

Si usted es un hijo de Dios, Él no le echará de su familia. Pero si se niega tercamente a obedecerlo, andando en sus propios caminos, su disciplina será muy dura para con usted. Él le ama demasiado como para no tener en cuenta sus acciones.

Dios es bueno y justo. Y cuando su justicia finalmente decide actuar, no hay forma de escapar de ella. Si usted piensa lo contrario, está lamentablemente fuera de la realidad.

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

SEMILLA DE REBELDÍA

SEMILLA DE REBELDÍA

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alimentemos_el_almaTenemos todos en nuestro interior cierta semilla de rebeldía que, no por ser pequeña, debe ser tenida en poca estima. De hecho, cada vez que se dan las condiciones ideales para que brote, (como sucede con toda semilla) emerge de las profundidades de nuestras miserias y contamina todo, echando raíces en cada rincón de nuestro subterráneo corazón. Es esa manifestación de la carne que se opone al espíritu en esta lucha despiadada  que lleva ya más de seis mil años de historia. Cada vez que queremos comprometernos a sujetar esas pasiones al señorío de Cristo aparecen objeciones y vacilaciones propias de nuestra carnal naturaleza. “Te seguiré, PERO déjame primero que vaya y entierre a mi padre”. “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad y predica. PERO Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis”. “La iglesia del Señor crecía y se fortalecía. PERO, Ananías y Safira que tenían una heredad…” ¿Notaste la palabra que se repite?… Y esta misma secuencia se presenta en las vidas de millones de “cristianos” que profesan un cristianismo sin cruz. (Perdón la redundancia) ¡Es una incongruencia! Si no mantenemos esa semilla de rebeldía, de cuestionamiento y de condicionada obediencia, en sujeción por el obrar del Espíritu de Dios, literalmente tropezaremos con la cruz de Cristo y con el Cristo de la cruz. Y la única manera de no tropezar con ella es llevándola a nuestras espaldas, como Él lo hizo. Cada vez que la apoyes en el suelo correrás el riesgo de tropezar con ella.

Tenemos multitud de “peros” que han formado parte de nuestro naufragio espiritual y, a pesar de ello, nos mantenemos en esta obstinada posición esperando vencer a Dios. Jonás tuvo que sufrir horrores hasta ceder, sólo para llegar al mismo punto de antes, porque Dios no negocia contigo, tenlo por cierto: “Y vino POR SEGUNDA VEZ palabra de Jehová a Jonás diciendo: Levántate y ve a Tarsis, aquella gran ciudad y predica”.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Cada vez que te quites la cruz de las espaldas para apoyarla en el suelo tropezarás con ella.

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Jesús es tentado

Mateo 4-6

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Jesús es tentado

alimentemos_el_alma4 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces[a] tuvo hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan[b]. Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: “No solo de pan vivira el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”Entonces el diablo le llevó* a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo*: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está:

“A sus angeles te encomendara”,
y:
En las manos te llevaran,
no sea que tu pie tropiece en piedra.”

Jesús le dijo: También está escrito: “No tentaras[c] al Señor tu Dios.” Otra vez el diablo le llevó* a un monte muy alto, y le mostró* todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras.10 Entonces Jesús le dijo*: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: “Al Señor tu Dios adoraras, y solo a El serviras[d].” 11 El diablo entonces le dejó*; y he aquí, ángeles vinieron y le servían.

Jesús va a Galilea

12 Cuando El oyó que Juan había sido encarcelado[e], se retiró a Galilea; 13 y saliendo de Nazaret, fue y se estableció en Capernaúm, que está junto al mar, en la región de Zabulón y de Neftalí; 14 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

15 ¡Tierra de Zabulon y tierra de Neftali,
camino del mar[f], al otro lado del Jordan, Galilea de los gentiles[g]!
16 El pueblo asentado en tinieblas vio una gran luz,
y a los que vivian[h] en region y sombra de muerte,
una luz les resplandecio[i].

17 Desde entonces Jesús comenzó a predicar[j] y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

Llamamiento de los primeros discípulos

18 Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red al mar, porque eran pescadores. 19 Y les dijo*: Seguidme[k], y yo os haré pescadores de hombres. 20 Entonces ellos, dejando al instante las redes, le siguieron. 21 Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo[l], hijo de Zebedeo, y Juan[m] su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, remendando sus redes, y los llamó. 22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.

La fama de Jesús se extiende

23 Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24 Y se extendió su fama por toda Siria; y traían a El todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos[n] y paralíticos; y El los sanaba. 25 Y le siguieron grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán.

El Sermón del monte

Y cuando vio las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a El. Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:

Las bienaventuranzas

Bienaventurados[o] los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.

Bienaventurados los humildes[p], pues ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.

Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.

10 Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados seréis[q] cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. 12 Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.

13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.

14 Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; 15 ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud[r], sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. 16 Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Jesús cumple la ley y los profetas

17 No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. 18 Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña[s] ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. 19 Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros[t], será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde[u] y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Enseñanza de Jesús sobre el odio

21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No mataras” y: “Cualquiera que cometa homicidio será culpable[v] ante la corte.” 22 Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano[w] será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: “Raca[x]” a su hermano, será culpable delante de la corte suprema[y]; y cualquiera que diga: “Idiota”, será reo del infierno[z] de fuego. 23 Por tanto, si estás presentando tu ofrenda[aa] en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda[ab] allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda[ac]. 25 Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas[ad] con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil[ae], y seas echado en la cárcel. 26 En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo[af].

Enseñanza de Jesús sobre el adulterio

27 Habéis oído que se dijo: “No cometeras adulterio.” 28 Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón.29 Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar[ag], arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno[ah]. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno[ai]. 31 También se dijo: “Cualquiera que repudie a su mujer, que le de carta de divorcio.” 32 Pero yo os digo que todo el que se divorcia de[aj] su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada[ak], comete adulterio.

Enseñanza de Jesús sobre el juramento falso

33 También habéis oído que se dijo a los antepasados: “No juraras falsamente[al], sino que cumpliras tus juramentos[am] al Señor.” 34 Pero yo os digo: no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por[an] Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello. 37 Antes bien, sea vuestro hablar[ao]: “Sí, sí” o “No, no”; y lo que es más de esto, procede del mal[ap].

Enseñanza de Jesús sobre la venganza

38 Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.” 39 Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 40 Y al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica[aq], déjale también la capa[ar]. 41 Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda.

El amor verdadero y su recompensa

43 Habéis oído que se dijo: “Amaras a tu projimo y odiarás a tu enemigo.” 44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, 45 para que seáis[as] hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos[at]? 47 Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles? 48 Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.

La verdadera observancia de la religión

6 Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

Las ofrendas

Por eso, cuando des limosna[au], no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna[av] sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará[aw].

La oración

Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres[ax]. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis.

El Padre nuestro

Vosotros, pues, orad de esta manera:

“Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
10 “Venga tu reino.
Hágase tu voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
11 “Danos hoy el pan nuestro de cada día[ay].
12 “Y perdónanos nuestras deudas[az], como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
13 “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal[ba]. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén.[bb]

14 Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros. 15 Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.

El ayuno

16 Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran[bc] sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 para no hacer ver[bd] a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

El verdadero tesoro

19 No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran[be] y roban; 20 sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban;21 porque donde esté tu[bf] tesoro, allí estará también tu[bg] corazón. 22 La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano[bh], todo tu cuerpo estará lleno de luz. 23 Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad! 24 Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas[bi].25 Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora[bj] al curso de su vida[bk]?28 Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; 29 pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. 30 Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe? 31 Por tanto, no os preocupéis, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?” 32 Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. 33 Pero buscad[bl] primero su[bm] reino[bn] y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas[bo]. 34 Por tanto, no os preocupéis por el día demañana; porque el día de mañana se cuidará[bp] de sí mismo. Bástele a cada[bq] día sus propios problemas.

Notas al pie:

  1. Mateo 4:2 Lit., más tarde, o, después
  2. Mateo 4:3 Lit., panes
  3. Mateo 4:7 O, No pondrás a prueba
  4. Mateo 4:10 O, rendirás culto
  5. Mateo 4:12 Lit., había sido entregado
  6. Mateo 4:15 O, rumbo al mar
  7. Mateo 4:15 O, de las naciones
  8. Mateo 4:16 Lit., sentados
  9. Mateo 4:16 Lit., amaneció
  10. Mateo 4:17 O, proclamar
  11. Mateo 4:19 Lit., Venid en pos de mí
  12. Mateo 4:21 O, Santiago
  13. Mateo 4:21 Gr., Ioannes; heb., Johanan
  14. Mateo 4:24 Lit., lunáticos
  15. Mateo 5:3 O, Felices
  16. Mateo 5:5 O, mansos
  17. Mateo 5:11 Lit., sois
  18. Mateo 5:15 Medida de capacidad de 8.75 litros
  19. Mateo 5:18 Lit., una iota
  20. Mateo 5:19 Lit., los hombres
  21. Mateo 5:19 Lit., haga
  22. Mateo 5:21 O, responsable
  23. Mateo 5:22 Algunos mss. agregan: sin causa
  24. Mateo 5:22 I.e., insensato, o, inútil (en arameo)
  25. Mateo 5:22 Lit., del Sanedrín
  26. Mateo 5:22 Gr., guéenna
  27. Mateo 5:23 O, donativo
  28. Mateo 5:24 O, donativo
  29. Mateo 5:24 O, donativo
  30. Mateo 5:25 Lit., estás
  31. Mateo 5:25 O, sirviente
  32. Mateo 5:26 Lit., cuadrante (equivalente a dos blancas); i.e., 1/64 de un denario
  33. Mateo 5:29 Lit., te escandaliza o te hace tropezar, y así en el vers. 30
  34. Mateo 5:29 Gr., guéenna
  35. Mateo 5:30 Gr., guéenna
  36. Mateo 5:32 O, repudia
  37. Mateo 5:32 O, repudiada
  38. Mateo 5:33 O, No quebrantarás tus votos
  39. Mateo 5:33 Lit., tus votos
  40. Mateo 5:35 O, hacia
  41. Mateo 5:37 O, vuestra palabra
  42. Mateo 5:37 O, del maligno
  43. Mateo 5:40 I.e., ropa interior
  44. Mateo 5:40 I.e., vestido exterior
  45. Mateo 5:45 O, mostréis que sois
  46. Mateo 5:46 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  47. Mateo 6:2 O, hagas una obra de caridad
  48. Mateo 6:4 U, obra de caridad
  49. Mateo 6:4 Algunos mss. posteriores agregan: en público, y así en los vers. 6 y 18
  50. Mateo 6:5 Lit., para ser evidentes a los hombres
  51. Mateo 6:11 O, para el día venidero
  52. Mateo 6:12 I.e., deudas morales, o, pecados
  53. Mateo 6:13 O, del malo
  54. Mateo 6:13 Las palabras: Porque tuyo…Amén no aparecen en los mss. más antiguos
  55. Mateo 6:16 O, hacen que no se puedan reconocer
  56. Mateo 6:18 Lit., no aparecer
  57. Mateo 6:19 Lit., horadan, y así en el vers. 20
  58. Mateo 6:21 Algunos mss. dicen: vuestro
  59. Mateo 6:21 Algunos mss. dicen: vuestro
  60. Mateo 6:22 O, claro
  61. Mateo 6:24 Gr., mamonás
  62. Mateo 6:27 Lit., un codo
  63. Mateo 6:27 Lit., a su estatura
  64. Mateo 6:33 O, buscad continuamente
  65. Mateo 6:33 Lit., el
  66. Mateo 6:33 Algunos mss. dicen: el reino de Dios
  67. Mateo 6:33 O, proporcionadas
  68. Mateo 6:34 O, se preocupará
  69. Mateo 6:34 Lit., al

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¿PRUEBA O TENTACIÓN?

¿PRUEBA O TENTACIÓN?

la-verdad-para-hoy

10/24/2016

No nos metas en tentación.

Mateo 6:13

alimentemos_el_almaLa tentación es una experiencia común de todos los seres humanos, sean cristianos o no. Pablo dice en 1 Corintios 10:13 que toda tentación es “humana”. Cómo enfrentarse a la lucha de la tentación es una característica de la autenticidad de nuestra fe o nuestra falta de ella.

Las pruebas que el Señor permite en nuestra vida para fortalecernos también pueden convertirse en tentaciones. Pudieran ser incitaciones al pecado y no un medio para el crecimiento espiritual. Cada dificultad que se me presenta me fortalece porque obedezco a Dios y me mantengo confiado en su cuidado y poder, o me lleva a dudar de Dios y a desobedecer su Palabra.

Cada prueba tiene muchas características para convertirse en tentación. La diferencia está en cómo reaccionar ante ella.

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Levantemos la mirada

24 Octubre 2016

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Levantemos la mirada
por Charles R. Swindoll

1 Reyes 19:20-21

alimentemos_el_almaGracias a la actitud tierna y compasiva de Dios, Elías salió a gatas de la cueva. «Se fue de allí». Dios lo reanimó por medio del descanso y la comida, le dio un sabio consejo y lo hizo sentir importante de nuevo. ¡Eso sí que es compasión!

Después, Dios le permitió a Elías que pasara su manto a Eliseo, su sucesor. Pero el Señor hizo mucho más que eso, muchísimo más. Porque Eliseo “se levantó, fue tras Elías y le servía”. Dios no solamente le dio un sucesor, sino además un amigo íntimo, personal, alguien que amaba a Elías y lo comprendía lo suficiente como para ayudarlo y animarlo.

Dios no nos ha creado para que vivamos como ermitaños en una cueva. Nos ha creado para que vivamos en un compañerismo, en comunión y en comunidad unos con otros. Por eso es tan importante la iglesia, el cuerpo de Cristo, ya que allí nos unimos en amor y en apoyo muto. Estamos llamados a ser parte de la vida de otros porque, de lo contrario, nos replegamos y nos concentramos en nosotros mismos, pensando en lo difícil que es nuestra situación o en qué injustos son los demás.

Elias nos recuerda levantar la mirada.

Levantemos la mirada después de que el Señor nos saque misericordiosamente de la depresión.

Levantemos la mirada cuando el Señor nos permita descansar y renovarnos después de una agenda agotadora que ha hecho sentir sus efectos en nosotros.

Levantemos la mirada y demos gracias al Señor cuando Él nos hable tierna y pacientemente desde Su Palabra, después de que hayamos salido del foso de la autocompasión.

Levantemos la mirada y alabemos al Señor cuando nos da fielmente la compañía y el apoyo de un amigo que nos entiende y anima.

Levantemos la mirada y reconozcamos al Dador más que al regalo.

Digamos: “Gracias, Señor, por contarnos todo acerca de Elías,” quien es un ejemplo inolvidable de que lo único que debemos hacer es levantar la mirada.

Levantemos la mirada después de que el Señor nos saque de la depresión.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.