Papas Evangélicos

Papas Evangélicos

Walter Jolón

El catolicismo romano afirma que el papa posee infalibilidad, es decir, cuando el papa habla en su calidad de pastor y maestro de todos los cristianos (católicos) y se dirige a ellos en asuntos de la fe y la moral, sus definiciones y doctrina van dirigidas sin error alguno y con autoridad suprema y soberana 1. El papa tiene la facultad de decidir algo por toda la iglesia ex cátedra (con autoridad), además, según el catolicismo, la infalibilidad del papa proviene de la asistencia divina revelada y establecida como un dogma o ley.

El problema de la doctrina de la infalibilidad papal es que todo creyente (católico romano) debe someterse a la enseñanza del papa y considerarla como perfecta y sin error porque viene por medio de revelación divina, la doctrina no puede ni debe ser contradicha, quien actúe de esta manera será considerado apóstata, hereje o rebelde.

Los protestantes o evangélicos históricamente han visto esta doctrina como sumamente peligrosa por las implicaciones que acarrea debido a que va en contra del principio de Sola Escritura que enseña que sólo la Biblia es la Palabra de Dios autoritativa e inspirada, es decir, la única fuente de doctrina cristiana, y que es accesible para todos, es decir, que es capaz de ser entendida con claridad, y se puede auto interpretar por ella misma 2(Véase 2 Ti. 3.16). La iglesia evangélica o protestante durante algunas décadas ha estado sufriendo la infiltración de doctrinas similares a la doctrina de la infalibilidad papal. Han surgido hombres y hasta mujeres que reclaman la autoridad apostólica similar a la autoridad que les fue delegada a los Apóstoles de Cristo (apóstoles modernos), pero el problema no queda únicamente allí, además de atribuirse autoridad apostólica similar a la autoridad del Apóstol Pedro, se han atribuido revelación divina para establecer nuevas doctrinas, lo sorprendente de esto es que se está promoviendo y esparciendo dentro del evangelicalismo que históricamente ha declarado dañina y peligrosa toda doctrina que va en contra del principio de la reforma protestante de Sola Escritura, todo lo que Dios quiso revelar quedó plasmado en el canon bíblico, no existe revelación ni autoridad más allá de la que posee la Biblia. No necesitamos nuevas revelaciones, la Biblia es la revelación suficiente (Véase Judas 32 P. 1.19). No necesitamos más autoridad, la Biblia posee la autoridad inherente porque es la Palabra de Dios, inerrante, infalible, única y santa.

Los papas evangélicos o apóstoles modernos operan bajo algunas de las siguientes características:

  1. Se atribuyen mayor autoridad que los oficios ministeriales de pastor-maestro que fueron establecidos desde la conformación de la iglesia primitiva.
  2. Se atribuyen nuevas revelaciones, nuevas enseñanzas extra bíblicas, o mejor dicho, anti-bíblicas.
  3. Enseñan que sus revelaciones no pueden ser contradichas, quien esté en contra de dichas revelaciones, según lo que ellos creen, está operando bajo alguna, sino es que todas las siguientes características:
    • El razonamiento y cuestionamiento.
    • Persecución de los profetas (modernos) o está en rebelión ante la autoridad.
    • Traición a la confianza delegada.
    • Persona no elegida por Dios que se dedica a perseguir a los apóstoles y profetas (modernos).
    • Únicamente observa lo que está escrito en la Biblia y no está abierta a las nuevas cosas que Dios está haciendo en este tiempo a través de los apóstoles y profetas modernos.
    • Únicamente le interesa la doctrina y no está abierto al trabajo y enseñanza de los nuevos apóstoles y profetas.
    • Únicamente sustenta las viejas revelaciones contenidas en la Biblia y no está abierto a las nuevas verdades reveladas a los apóstoles y profetas modernos.
    • Se quedó estancada en lo que Dios hizo en el pasado y no ha alcanzado a visualizar lo que Dios está haciendo el día de hoy a través de los apóstoles y profetas modernos.
    • Ha desafiado el movimiento apostólico y profético y disfruta criticar a las personas.
  4. Operan bajo la teología del dominionismo (“el reino aquí y ahora”).
  5. Operan bajo la teología de la prosperidad.
  6. Son parte del movimiento de la palabra de fe.
  7. Operan bajo la jerarquización de la iglesia diseñando organigramas y diferentes niveles de autoridad.

La raíz del problema

Ser parte de estas nuevas enseñanzas y su influencia sobre la iglesia evangélica presenta un grave problema, se pierde por completo el espíritu de la Reforma, y sobre todo se omite el principio de Sola Escritura; cientos de miles de personas de la iglesia evangélica moderna por ignorancia, ocio y engaño son fieles y sumisos a lo que los papas evangélicos enseñan, que a la misma Palabra de Dios. El ser humano, en su condición caída tiende a idolatrar; no existieran papas evangélicos si nosotros no los eleváramos a esas posiciones de autoridad y revelación.

Lo mismo sucede del lado de los doctrinalmente despiertos, tendemos a elevar en autoridad los magisterios de hombres que han buscado y se han mantenido fieles a las Escrituras, por ejemplo, si John Piper, R.C. Sproul o John MacArthur emiten una opinión sobre algún asunto teológico o doctrinal damos por sentado que es verdad (“Si ellos lo dicen, tiene que ser verdad”), pero debemos comprender que ellos siguen siendo falibles y que la responsabilidad al final no es de ellos si no nuestra, a cada uno de nosotros el Señor nos ha dado las mismas herramientas para el estudio y la comprensión de las Escrituras así como a ellos, recordemos, todo cristiano posee el Espíritu de Dios como Maestro para adquirir conocimiento y entendimiento de las verdades reveladas en las Escrituras que son la fuente del conocimiento de los mismos hombres que, sin habernos percatado, también los hemos convertido en papas evangélicos. ¿Necesitamos a hombres como Agustín de Hipona, Martin Lutero, Juan Calvino, John Owen, Charles Spurgeon, Martyn Lloyd-Jones, J.I. Packer, John Piper, R.C. Sproul, John MacArthur, Miguel Núñez, entre muchísimos más? Por supuesto que sí, pero no perdamos de vista que ellos no son la autoridad máxima; esta aclaración es necesaria porque a veces perdemos ese enfoque, las redes sociales son testigos de esto, encontramos debates y defensas acaloradas de nombres de hombres falibles y defectuosos como nosotros, todos ellos flaquean en algún punto doctrinal, y eso es bueno para que no los idolatremos, pero todos en conjunto también se complementan y eso puede ser provechoso para la Iglesia. Aprendamos humildemente unos de otros, reconozcamos siempre que seguimos siendo seres humanos falibles, defectuosos y pecadores pero que Dios, misericordiosamente nos ha dado el privilegio de enseñar y también de aprender por medio de la sabiduría que Él mismo otorga a todos los que se la pidan (Véase Stg. 1.5).

En síntesis, el problema no radica en los líderes que promueven las enseñanzas modernas similares a la doctrina católica de la infalibilidad papal infiltradas en la iglesia evangélica, tampoco es problema de los hombres fieles que promueven la sana doctrina, el problema radica en el corazón del ser humano, independientemente de la denominación o religión, la raíz del problema es que somos idólatras en nuestra condición caída.

Llamado a la reflexión

Haber vivido esta experiencia de primera mano en el movimiento apostólico y profético me motiva a escribir y dar a conocer la gravedad del asunto, el motivo del artículo no es con un espíritu sectario, ni con el ánimo de causar disolución, sin embargo, al seguir observando las prácticas dañinas de personas involucradas en estas prácticas y al contemplar la ceguera espiritual de tantas personas, me lleva a escribir para hacer un llamado a los que practican como también a los que reciben estas enseñanzas a que reflexionen y recapaciten y regresen a la Biblia. Lean, estudien y sométanse a la autoridad de la Palabra de Dios; no estoy llamando a la rebelión ni a la anarquía o autogobierno en la iglesia, debemos recuperar el gobierno eclesiástico bíblico por medio de ancianos (Véase 1 Ti. 5.17;  Tit. 1.52.2Stg. 5.14), donde el liderazgo se ejerce con humildad y servicio y no existe enseñoramiento de la grey (Véase 1 P. 5.2).  Recordemos que no hay mayor autoridad que la Biblia, ni si quiera existe persona, dogma, declaración, confesión, concilio, presbiterio, oficio, etc. que se iguale en autoridad a las Escrituras.

Llamado al arrepentimiento

Como dije anteriormente, al final la responsabilidad es nuestra, cada uno de nosotros, de forma individual comparecerá delante del Juez, no tendremos excusa, no  podremos culpar ni religión ni denominación alguna, ni mucho menos podremos señalar personas específicas, la completa responsabilidad es nuestra ahora, y seguirá siendo nuestra hasta el día que debamos entregar cuentas. Es una buena actitud que juntos nos arrepintamos, porque al final, nuestra naturaleza caída nos ha traicionado al depender de otros individuos y otorgarles autoridad, autoridad que solamente pertenece a Dios y Su Palabra. Oremos por los católicos para que procedan al arrepentimiento, pero también oremos por los pentecostales, metodistas, presbiterianos, bautistas, por nosotros mismos, etc., porque al final, de una u otra manera, hemos cometido el mismo error. Oremos, seamos humildes y arrepintámonos. Ya no existirán más papas evangélicos cuando cuando ya no los convirtamos en ídolos. La doxología de la oración del Señor, el Padrenuestro, nos enseña claramente la actitud que debemos demostrar: “… porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” (Mt. 6.13).

Utilicemos comentarios, libros, podcasts, videos, la televisión, la radio, la internet y toda clase de recursos bíblicos que Dios nos ha otorgado como medios de gracia para nuestro estudio, pero recordemos, nada de esto fuera posible si la Palabra de Dios no hubiese sido revelada ni inspirada por medio del Espíritu Santo para que ahora poseamos el libro de Dios, la Biblia. Sin la Biblia, todo lo demás se derrumba.

Soli Deo Gloria.

Acerca del autor

Walter Jolón fue alcanzado por la gracia de Dios en marzo del año 2008, desde entonces sirve Cristo, es fundador del Ministerio Evangelio Verdadero y actualmente está en el proceso de plantación de una iglesia saludable centrada en el evangelio en su ciudad natal al sur de Guatemala, está felizmente casado con Jackelinne con quién Dios los bendijo procreando dos hijos, Oliver y Fabrizio.

Procure lo que es bueno

Procure lo que es bueno

7/27/2017

Procurad lo bueno delante de todos los hombres. (Romanos 12:17)

Si verdaderamente respeta a los demás, incluso a sus enemigos, estará predispuesto a hacer lo bueno con relación a ellos. Tal respeto lo ayuda a disciplinarse y prepararse antes de reaccionar en todas las situaciones de una manera agradable a Dios.

Comportarse de una manera que procura lo que es bueno y que muestra misericordia y perdón a los demás, incluso hacia sus enemigos, debe ser un testimonio positivo para ellos. Eso también adornará en todo “la doctrina de Dios nuestro Salvador” (Tit. 2:10).

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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Si no luchamos contra la lujuria

JULIO, 27

Si no luchamos contra la lujuria

Devocional por John Piper

Amados, os ruego… que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma. (1 Pedro 2:11)

Cuando confronté a un hombre respecto del adulterio en el que estaba viviendo, traté de entender su situación y le rogué que volviera con su esposa. Entonces le dije: «¿Sabes? Jesús dijo que si no peleas contra este pecado con una seriedad que hasta estarías dispuesto a arrancarte el ojo, te irás al infierno y sufrirás allí para siempre».

Como cristiano profesante, me miró con una incredulidad total, como si nunca hubiera escuchado algo igual en su vida, y me dijo: «¿Quieres decir que crees que una persona puede perder su salvación?».

Es así que he podido observar, una y otra vez y por experiencia personal, que hay muchos cristianos profesantes que tienen una visión de la salvación que está desconectada de la vida real, que nulifica las advertencias de la Biblia, y que pone a la persona que peca y que dice ser cristiana fuera del alcance de las exhortaciones bíblicas. Yo creo que esta visión de la vida cristiana está consolando a miles que caminan por el camino ancho que guía a la destrucción (Mateo 7:13).

Jesús dijo que si no peleamos contra la lujuria, no iremos al cielo. No significa que los santos siempre vencen al pecado: la cuestión es que nos determinemos a pelear, no que tengamos una victoria perfecta.

Lo que está en juego es mucho más importante que lo que pasaría si el mundo explotara en mil pedazos a causa de misiles de largo alcance, o si los terroristas bombardearan la ciudad en la que vivimos, o si el calentamiento global derritiera los polos, o si el SIDA arrasara con las naciones. Todas estas calamidades solo pueden matar el cuerpo; pero si no peleamos contra la lujuria, perderemos nuestra alma.


Devocional tomado del libro “Future Grace” (Gracia Venidera), página 331

Todos los derechos reservados ©2017 Soldados de Jesucristo y DesiringGod.org

La canción afligida de una oveja asustada

27 Julio 2017

La canción afligida de una oveja asustada
por Charles R. Swindoll

Salmos 23

He descubierto que no hay muchas batallas internas más intensas que las batallas del afán de la incertidumbre. Estoy seguro que también usted ha tenido esas batallas cuando tiene que tomar una decisión sobre el trabajo, una nueva dirección de la vida, el propósito en el dolor, seguridad en el empleo, presiones financieras, discapacidades físicas, conflictos de relaciones y otra gran cantidad de rompecabezas confusos que no pueden resolverse fácil o rápidamente. Es por esas horas oscuras de incertidumbre que David compuso una canción que conocemos  como el Salmo 23. Esta breve canción compuesta por un ex pastor de ovejas es de mucha estima para las personas en cada circunstancia de la vida:

El soldado en batalla que teme por su vida o una lesión
La viuda acongojada frente a una tumba fresca que se pregunta si podrá seguir adelante con su vida
La persona que se siente culpable y busca perdón y dirección
El solitario que busca amor y compañía
El santo que sufre postrado en una cama de dolor
El destituido y el olvidado
El deprimido y el que no tiene trabajo
El prisionero y el perseguido
El pródigo y el huérfano

Todos hemos sufrido el afán de la incertidumbre. Cuando las pruebas de la vida nos empujan al límite y nuestros corazones están cargados, este magnífico salmo del pastor nos ofrece consuelo y seguridad, especialmente para aquellos que se sienten lejos de la presencia continua de Dios.

Debido a la popularidad de esta canción y de las muchas verdades escondidas en ella, vamos a dedicarle más tiempo a analizarlo. Por lo tanto, he decidido no escribir un bosquejo formal. Más bien, consideraremos la analogía de la oveja con respecto a los hijos de Dios, el tema de la provisión constante de nuestro Señor y Pastor y una explicación de cada versículo.

Así que entonces, comencemos con la analogía central de la canción de David. El Salmo 23 es una canción de angustia de parte de una oveja asustada como si estuviera considerando su relación con su pastor y registrando allí mismo sus experiencias. Considere algunas de las similitudes que hay entre una oveja indefensa y los débiles hijos de Dios:

1. Una oveja no tiene sentido de dirección. A diferencia de los gatos y los perros, las ovejas se pierden muy fácilmente aunque se encuentren en el ambiente familiar de su propio territorio. Lo mismo le ocurre a los creyentes, no podemos guiarnos a nosotros mismos. Debemos confiar completamente en la Palabra de Dios y en la voz de nuestro Pastor y Salvador.

2. Una oveja prácticamente es indefensa. La mayoría de los animales tienen medios eficaces de defensa: garras afiladas, dientes, velocidad, capacidad para esconderse, olores peculiares, la vista o el oído, una gran fortaleza, ferocidad etc. Pero las ovejas son débiles, ignorantes y despistadas; tienen piernas torcidas y pezuñas diminutas.  Por demás, son lentas y ni siquiera tienen un gruñido feroz. ¡Son indefensas! La única protección para una oveja es un pastor vigilante. Lo mismo pasa con el creyente, al que se le amonesta para que sea fuerte «en el Señor» (Efesios 6: 10).

3. Las ovejas se asustan con facilidad. Las ovejas son ignorantes, tienen poca estatura y como conocen sus debilidades se consuelan estando en la presencia del pastor y escuchando sus canciones en la noche. El salmo 27: 1 también se refiere a este tipo de relación que tenemos con Dios.

4. Las ovejas por naturaleza se ensucian fácilmente. Existen otros animales que se lamen, se rascan o ruedan en el pasto para limpiarse pero eso no sucede con las ovejas. Ellas se mantienen sucias indefinidamente a menos que el pastor las limpie. Nosotros también por naturaleza nos ensuciamos. Si no fuera por la limpieza del tierno Pastor (1 Juan 1: 7-9) nos mantendríamos sucios perpetuamente.

5. Las ovejas no pueden encontrar alimento o agua. Aun cuando la mayoría de los animales tienen un sentido agudo de olfato, las ovejas comen hierbas venenosas y mueren. Y cuando eso le sucede a una, las otras hacen lo mismo. Una vez más, los hijos de Dios, son igualmente dependientes.

6. La lana de la oveja no le pertenece a la oveja. Aunque es la oveja la que produce la lana, el pastor es el dueño de su lana. Toda la producción espiritual de buena fe en la vida de un cristiano le pertenece al Señor. El Señor, por medio del Espíritu Santo, le provee esa producción al creyente. De todas y en todas maneras ciertamente: «Pueblo suyo somos y ovejas de su prado (Salmo 100: 3).

Afirmando el alma
Son muy pocas las personas en las culturas urbanas del siglo veintiuno que tienen alguna experiencia con ovejas. Para que pueda aprovechar mejor esa ilustración que Dios utiliza, localice algún material educativo tales como libros, videos, recursos en la Internet, etc. y aprenda todo lo que pueda acerca del cuidado de las ovejas. No obstante, quiero prevenirle que no es una analogía atractiva.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

¿Quién acusará a los escogidos de Dios?

27 de julio

«¿Quién acusará a los escogidos de Dios?».

Romanos 8:33

¡Qué bendito desafío! ¡Cuán incontestable es! Todos los pecados de los elegidos se pusieron sobre nuestro gran Adalid y se eliminaron con la expiación. No hay pecado alguno consignado en el libro de Dios contra los suyos: «No ha notado iniquidad en Jacob ni ha visto perversidad en Israel» (Nm. 23:21). Ellos han sido justificados en Cristo para siempre. Al quitarse la culpa del pecado, se eliminó también el castigo del mismo. El cristiano no debe temer golpe alguno de la mano airada de Dios; más aún, no ha de tener miedo siquiera de una simple mirada ceñuda de la justicia punitiva. El creyente puede verse castigado por el Padre, pero Dios el Juez no tiene otra cosa que decirle al cristiano aparte de esta: «Yo te absuelvo; quedas libre». Para el creyente, no hay muerte penal en este mundo y, mucho menos, una muerte segunda. El cristiano está completamente libre del castigo por la culpa del pecado. El pecado puede hallarse en nuestro camino e inquietarnos con constante lucha; pero es un enemigo posible de vencer para toda alma unida a Jesús. No hay pecado que el creyente no pueda someter si solo se decide a confiar en Dios. Los que visten las ropas blancas en los cielos han vencido por la sangre del Cordero, y nosotros podemos hacer lo mismo. Ninguna concupiscencia es demasiado poderosa; ningún vicio resulta inexpugnable. Por el poder de Cristo los podemos derrotar. ¿Crees tú, cristiano, que tu pecado ya ha sido condenado? Puede cocear y forcejear, pero está condenado a morir. Dios ha escrito sobre su frente la palabra «condenado». Cristo lo ha crucificado, «clavándolo en la cruz». Ve ahora y mortifícalo, y el Señor te ayudará a vivir para su alabanza, pues el pecado con todas sus culpas, vergüenzas y temores, ha muerto.

Hay perdón por la sangre de Jesús,

hay perdón por su muerte en la cruz.

Proclamad que hay perdón,

para todos hay perdón,

los que acuden al Señor Jesús.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 218). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

Pablo y Bernabé

27 JULIO

Jueces 10 | Hechos 14 | Jeremías 23 | Marcos 9

Pablo llevaba quince años evangelizando, o quizás más, probablemente alrededor del área de Tarso antes de que se registrara este “primer” viaje. Sin duda, adquirió muchísima experiencia al evangelizar a judíos y a gentiles, de manera que, cuando aparece en escena como un apóstol fundador de iglesias, no es un joven buscando su ruta, sino un obrero maduro y experimentado.

(1) Se ha dicho a menudo que dondequiera que iba Pablo, surgía un avivamiento o un motín y, a veces, ambos. Esto no es totalmente cierto, por supuesto. Más aún, un motín, no es necesariamente una señal de autenticidad: tanto depende del contexto y de los oyentes como del predicador y su mensaje y estilo. Pero al menos hay algo de verdad en la observación y se debe al impresionante denuedo del apóstol.

(2) En los primeros años de la iglesia, casi toda la persecución que sufrían los cristianos la iniciaban los judíos. Por supuesto, más tarde el Imperio Romano generó una persecución mucho peor, hasta que a inicios del siglo IV, el emperador Constantino cambió de bando. Pero al principio no fue así. Es difícil hablar de esto en nuestro contexto histórico, dado que vivimos después del Holocausto. Pero los hechos son tozudos y es posible entender por qué era así. Al principio, todos los cristianos eran judíos y durante mucho tiempo, la mayoría seguían siendo judíos. En ambos casos, la disciplina de la sinagoga era posible dentro de comunidades razonablemente cerradas. Más aún, al menos en algunas ciudades, los judíos influyentes podían presionar a las autoridades paganas para que actuaran sobre ciertas personas que muchos judíos consideraban que estaban corrompiendo la tradición y la cultura judías.

(3) En Listra (Hechos 14:8–20), hay un ejemplo espectacular de la inconstancia de una multitud. Al principio, los paganos intentan honrar a Pablo y Bernabé llamándoles Hermes (el dios de la comunicación) y Zeus (jefe del panteón griego), respectivamente, debido a las sanidades que habían hecho en nombre de Jesús. Pablo y Bernabé sólo pudieron controlar a la muchedumbre con muchísimo esfuerzo, persuadida por algunos judíos opositores que habían comenzado a pisarle los talones. La respuesta apostólica es asombrosa: hacen todo lo posible por impedir la aclamación (14:14, 18) y aceptan la persecución como algo que es de esperar para aquellos que entren al reino de Dios (14:22).

(4) De camino a casa, pocos meses después, Pablo y Bernabé regresan a las ciudades donde ya habían fundado iglesias y nombran ancianos en cada una de ellas (14:23). Evidentemente, lo que significa un anciano “maduro” es completamente relativo a la edad y madurez de la congregación.

Reflexiona sobre la relevancia de estos hechos en tu propio contexto.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 208). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Hermosas relaciones entre creyentes

Vestíos, pues… de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros.

Colosenses 3:12-13

Hermosas relaciones entre creyentes

Toda la vida del Señor Jesús ilustra el versículo de hoy. Estas cualidades también deberían caracterizar las relaciones de los cristianos entre sí.

La misericordia: es responder con compasión a las necesidades de los demás. “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio”, dijo Jesús (Mateo 9:13).

La benignidad o bondad: es una actitud fraternal que busca el bien del prójimo. Si hemos “gustado la benignidad del Señor” (1 Pedro 2:3), esta caracterizará nuestras relaciones.

La humildad: solo Jesús fue “manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29). Siempre tomó el último lugar. Y nosotros, ¿logramos olvidarnos de nosotros mismos?

La mansedumbre: es el carácter del que no insiste sobre sus derechos, incluso cuando es acusado injustamente. ¡Es el mejor antídoto contra las contiendas!

La paciencia: Dios es paciente para con todos los hombres, “no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). El que es paciente deposita su confianza en el Señor y sabe esperar.

Soportarse: somos muy diferentes los unos de los otros. Cada uno tiene su propio carácter, sus puntos fuertes y sus puntos débiles. ¡Aceptemos con humildad nuestras diferencias!

Perdonar: estemos dispuestos a perdonar de todo corazón, en todo tiempo y a todos, “como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32).

1 Crónicas 8 – Lucas 10:21-42 – Salmo 89:1-6 – Proverbios 20:8-9

Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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