Él está en el libro

Él está en el libro

5/16/2018

Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis. (1 Pedro 2:2)

Para ser más semejante a Cristo hay que conocer la Palabra de Dios. Hay que saber cómo Cristo vivió cuando estuvo en la tierra, y el único lugar donde aprender eso es en las Escrituras, que son la revelación de Cristo. El Antiguo Testamento prepara la escena para Él, crea la necesidad de Él y predice su venida. Los Evangelios relatan su llegada. El libro de Hechos describe el inmediato efecto de su ministerio. Las epístolas describen la importancia a largo plazo de su vida y ministerio. Y Apocalipsis da detalles de su futura venida y de su juicio de la tierra.

Cristo es el punto central de toda la Biblia, y hay que estudiarla para saber cómo es Él. Muy a menudo estudiamos la Biblia en busca de argumentos teológicos o para responder preguntas. Esas cosas son importantes, pero lo más importante del estudio bíblico es saber más de Cristo para que podamos ser como Él.

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El amor más libre

MAYO, 16

El amor más libre

Devocional por John Piper

He aquí, al Señor tu Dios pertenecen los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que en ella hay. Sin embargo, el Señor se agradó de tus padres, los amó, y escogió a su descendencia después de ellos, es decir, a vosotros, de entre todos los pueblos, como se ve hoy. (Deuteronomio 10:14-15)

El amor electivo de Dios es completamente libre. Es el bondadoso desborde de su felicidad ilimitada, guiada por su infinita sabiduría.

Deuteronomio 10:14-15 describe el deleite que Dios tiene al elegir a Israel de entre los pueblos de la tierra. Observemos dos detalles.

Primero, notemos la diferencia entre los versículos 14 y 15. ¿Por qué Moisés ubica la elección de Israel en medio de la escena de Dios como propietario de todo el universo? ¿Por qué el versículo 14 dice que a Dios pertenecen el cielo, la tierra y todo lo que en ellos hay, y luego el versículo 15 dice que él escogió a Israel para que fuera su pueblo?

Al parecer, el motivo es erradicar la idea de que Dios estaba restringido de algún modo en la elección de su pueblo. Este pasaje busca derribar el mito de que cada pueblo tiene su propio dios y que este dios tiene derechos sobre su propio pueblo y nadie más.

La verdad es que este es el único Dios verdadero. Es dueño de todo lo que hay en el universo y puede tomar a cualquier pueblo que elija para hacer de él su especial posesión.

Por lo tanto, la maravillosa e inefable verdad revelada a Israel es que Dios los eligió. No tenía que hacerlo. Tenía el derecho y el privilegio de elegir a cualquier pueblo que quisiera sobre la faz de la tierra para llevar a cabo su propósito redentor.

Por consiguiente, cuando se llama a sí mismo «Dios de Israel» no quiere decir que está al mismo nivel que los dioses de Egipto o Canaán. Él es dueño de esos dioses y de sus pueblos. Si le hubiera placido hacerlo así, podría haber elegido a un pueblo totalmente distinto para realizar sus propósitos.

La finalidad de vincular de este modo los versículos 14 y 15 es hacer hincapié en la libertad de Dios, sus derechos universales y su autoridad.

El segundo detalle a notar (en el versículo 15) es la forma en que Dios ejerce su libertad soberana: «El Señor se agradó de tus padres, los amó». En su libre elección, le plació amar a los padres del pueblo de Israel.

El amor de Dios por ellos era libre y movido por misericordia, y no estaba restringido a ningún atributo intrínseco de su judaísmo ni por virtud alguna de Israel.

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Números 25 | Salmo 68 | Isaías 15 | 1 Pedro 3

16 MAYO

Números 25 | Salmo 68 | Isaías 15 | 1 Pedro 3

Una de las enseñanzas sorprendentes de 1 Pedro es cómo está vinculada la conducta cristiana con conseguir oyentes para el evangelio. Vimos este tema en la meditación de ayer. Los cristianos deben vivir de tal forma que incluso los paganos se vean obligados a glorificar a Dios (1 Pedro 2:12). La voluntad del Señor es que, realizando el bien, hagamos “callar la ignorancia de los insensatos” (2:15). Este mismo asunto se desarrolla en el capítulo 3. Las mujeres con maridos incrédulos deben adornarse con un espíritu tierno y tranquilo a fin de que estos “puedan ser ganados más por vuestro comportamiento que por vuestras palabras, al observar vuestra conducta íntegra y respetuosa” (3:1–2).

En 1 Pedro 3:8–22, se expresa una idea parecida. Este pasaje contiene uno de los textos más difíciles del Nuevo Testamento (3:18b–21), que no podremos abordar aquí. Sin embargo, relaciona de nuevo la conducta cristiana con el sufrimiento y, por consiguiente, con el testimonio cristiano, lo cual no quiere decir que aquella cumpla una función meramente utilitaria. Los cristianos no deben actuar de forma piadosa solo porque ello aumente su credibilidad para propósitos propagandísticos. Existen muchas razones para hacer el bien. El Señor nos ha “llamado” a ello (3:9); hacer el bien es parte fundamental de nuestra identidad. Además, ese comportamiento hereda la bendición de Dios (3:9–12). Quitando las horribles excepciones que surgen de los regímenes y renegados corruptos (que son muchos), un ciudadano que haga el bien no ha de temer a la opresión de los que gobiernan los sistemas de justicia criminal (3:13). Deberíamos mantener una conciencia limpia delante del Dios viviente (3:16). Por encima de todos los ejemplos posibles, encontramos el de Jesucristo (3:17–18).

No obstante, además de todas estas razones para vivir piadosamente, Pedro relaciona de nuevo la conducta con el testimonio. Aunque suframos injustamente, no viviremos con temor, como los paganos (3:13). Más bien, en nuestras lágrimas honraremos “a Cristo como Señor” (3:15); “santificaremos” o “consagraremos” a Cristo como Señor. En este contexto, escucharemos el mandato apostólico: “Estad siempre preparados para responder a todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros” (3:15). Es parecido al de Pablo en 2 Timoteo 4:2: “Sea o no oportuno”. Por supuesto, esa buena disposición presupone que el corazón ansía llevar testimonio y un compromiso de crecer en conocimientos apologéticos. Al igual que en otras muchas áreas de la vida, aprendemos mejor cómo hacer las cosas haciéndolas. No obstante, el sentido inmediato de Pedro es que debemos dar testimonio “con gentileza y respeto… para que los que hablan mal de vuestra buena conducta en Cristo, se avergüencen de sus calumnias” (3:15, 16).

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 136). Barcelona: Publicaciones Andamio.

¿Es posible cambiar radicalmente?

Miércoles 16 Mayo

(El apóstol Pablo escribió:) Habiendo yo sido antes blasfemo… e injuriador; mas fui recibido a misericordia… la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.

1 Timoteo 1:13-14

¿Es posible cambiar radicalmente?

Chuck Colson era consejero personal del presidente Richard Nixon cuando en 1973 estalló el escándalo político Watergate. Colson, implicado en dicho escándalo, dimitió. Desconcertado, reconoció su culpabilidad y entregó su vida a Jesucristo. En el juicio, después de haber reconocido su culpabilidad, fue condenado y encarcelado.

Un periodista escribió: «La cárcel cambió radicalmente la vida de Chuck Colson». Este respondió en uno de sus libros: «Es posible que el periodista lo haya percibido así, pero no es la realidad. Lo que me cambió radicalmente no fue la cárcel, sino el hecho de haber tomado en serio las verdades que la Biblia revela. Ella fue la que me colocó ante mi pecado y ante la necesidad de arrepentirme. La Biblia me produjo sed de justicia e hizo que buscase la santidad; ella me invitó a ser amigo de los que sufren. Todavía hoy, la Biblia dirige mi vida».

Uno de sus allegados dijo: «Si Chuck cambió, entonces hay esperanza de que cualquier persona pueda cambiar».

¿Cómo puede la Biblia cambiar a la persona que la lee? Porque la pone en relación con su autor: Dios mismo. Él revela su amor hacia cada uno de nosotros y nos muestra cómo ser liberados de lo que nos hace pecar.

Aceptarlo para sí mismo es el principio de una nueva vida. El sentimiento de culpabilidad, de vacío, es reemplazado por la paz interior y la liberación de aquello que me esclaviza. La vida con Cristo es una vida que tiene un sentido, un objetivo, con una presencia divina a mi lado.

Isaías 65 – Marcos 13 – Salmo 58:6-11 – Proverbios 15:19-20
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