Honrarse los unos a los otros

Honrarse los unos a los otros

7/12/2018

En cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. (Romanos 12:10)

Si usted está consagrado al amor fraternal, es obvio que usted les dará preferencia a los demás creyentes. Eso quiere decir que usted tendrá una genuina humildad y no tendrá “más alto concepto de sí que el que debe tener” (Ro. 12:3; vea también Fil. 2:3). También significa que usted dará honra a sus hermanos en Cristo y tomará la iniciativa de ponerlos en primer lugar.

No halagará a otro creyente simplemente con la esperanza de que lo halague a usted también o para congraciarse con él. Más bien le expresará sincero aprecio, respeto y amor como un hermano en la fe y miembro de la familia de Dios.

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La fe quita la culpa, la codicia y el temor

JULIO, 12

La fe quita la culpa, la codicia y el temor

Devocional por John Piper

Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera. (1 Timoteo 1:5)

La fe en la gracia de Dios expulsa de nuestro corazón el poder del pecado que detiene el amor.

Cuando nos sentimos culpables, tendemos a revolcarnos en una depresión egocéntrica y a sentir lástima por nosotros mismos. Nos volvemos incapaces de ver y mucho menos aún de preocuparnos por las necesidades de los demás. O jugamos al hipócrita para cubrir nuestra culpa, y así ?destruimos toda la sinceridad en nuestras relaciones; o hablamos acerca de las faltas de otros para minimizar nuestra propia culpa.

Es igual con el temor. Cuando nos sentimos atemorizados, tendemos a no acercarnos al desconocido en la iglesia que quizá esté necesitando unas palabras de bienvenida y de aliento. Podemos rechazar la oportunidad involucrarnos en misiones en lugares donde las personas aún no fueron evangelizadas porque suena muy peligroso; o podemos gastar demasiado dinero adquiriendo seguros en exceso, o sumirnos en toda clase de fobias minúsculas que nos hacen preocuparnos por nosotros y nos ciegan a las necesidades de los demás.

Si somos codiciosos, quizás gastemos dinero en lujos —dinero que más bien deberíamos invertir en la expansión del evangelio—. No emprendemos nada riesgoso, no sea que nuestras preciadas posesiones y futuro financiero se vean amenazados. Nos enfocamos en cosas en lugar de personas, o vemos a las personas como recursos para obtener ganancias materiales.

La fe en la gracia venidera produce en nosotros amor al echar fuera de nuestro corazón la culpa y el temor y la codicia.

Echa fuera la culpa porque se sostiene firmemente de la esperanza de que la muerte de Cristo es suficiente para asegurar justicia y absolución ahora y por siempre (Hebreos 10:14).

Echa fuera el temor porque descansa en la promesa: «No temas, porque yo estoy contigo… Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia» (Isaías 41:10).

Y echa fuera la codicia porque confía en que Cristo es más valioso que todo lo que el mundo entero pueda ofrecernos (Mateo 13:44).

En cada caso, la gloria de Cristo se magnifica cuando estamos más satisfechos con su gracia venidera que con las promesas del pecado.


Devocional tomado del libro “Future Grace” (Gracia Venidera), páginas 282-283

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Josué 16–17 | Salmo 148 | Jeremías 8 | Mateo 22

12 JULIO

Josué 16–17 | Salmo 148 | Jeremías 8 | Mateo 22

En cada etapa de la descripción que Jeremías hace de la rebelión del pueblo de Dios, se reiteran algunas facetas de su pecado, otras se perfeccionan y se introducen algunas nuevas. Hoy, nos centraremos en dos de estas últimas (Jeremías 8).

En primer lugar, Jeremías se centra en la negativa del pueblo a aprender de sus errores y arrepentirse, algo totalmente antinatural. La presentación del argumento gira en torno a un juego de palabras: el término hebreo para “volverse” o “arrepentirse” es el mismo que se traduce “regresar”. El sentido es que, habitualmente, alguien que se “desvía”, es decir, que comete un error, finalmente vuelve, aprendiendo de la experiencia. Sin embargo, Israel siempre se desvía (8:4) y nunca aprende de las amargas consecuencias de sus actos. Esto se debe a que aman su pecado, “se aferran al engaño, y no quieren volver” al Señor (8:5). “Nadie se arrepiente de su maldad; nadie reconoce el mal que ha hecho” (8:6).

Aquellos que leen el Antiguo Testamento por primera vez se preguntan en ocasiones cómo se puede ser tan torpe y no aprender después de los múltiples ciclos de rebelión y castigo. Las ratas introducidas en un laberinto aprenden a adaptarse a los estímulos externos; hasta cierto punto, los niños bien educados aprenden a adecuarse a las expectativas culturales y esconden sus peores instintos. ¿Por qué no aprende Judá de la historia del reino norteño? ¿O incluso de su propia historia cuadriculada? Aunque se puede mejorar la conducta con formación, la historia bíblica demuestra que el problema tiene relación con la naturaleza humana. Somos una raza caída. Los pecadores pecarán. Credos, pactos, votos y liturgia pueden domesticar a la bestia durante un tiempo, pero no lograrán cambiar para siempre lo que somos. La historia de Israel pone de manifiesto este concepto, no porque los israelitas sean la peor de las razas, sino porque son humanos, y caídos. Ni siquiera las personas privilegiadas, escogidas y agraciadas como ellos conseguirán escapar de la espiral negativa. ¡Qué ingenuos somos si creemos que nosotros sí podemos!

En segundo lugar, muchos de estos individuos no solo creen neciamente que son “sabios” porque “la ley del SEÑOR nos apoya” (8:8, tema común en los profetas), sino que, en este caso, el problema se agrava por “la pluma engañosa de los escribas” que “la ha falsificado” (8:8). Esta es la primera referencia a los “escribas” como clase en el Antiguo Testamento. Las personas que cumplen con la obligación de estudiar, preservar y exponer las Escrituras, las utilizan de forma errónea. Quizás toman elementos que les gustan y los combinan como les interesa, ignorando el todo; quizás elaboran inteligentes técnicas que hacen que la ley diga lo que sus presuposiciones y teología exigen. ¿Suena familiar? Repasemos la meditación del 4 de julio.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, pp. 193–194). Barcelona: Publicaciones Andamio.

El crecimiento espiritual

Jueves 12 Julio

Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

2 Pedro 3:18

Vamos adelante a la perfección.

Hebreos 6:1

El crecimiento espiritual

La epístola a los Hebreos nos habla de creyentes que, después de haber progresado en el conocimiento de Cristo, no veían más la necesidad de leer regularmente la Palabra de Dios. Su amor por el Señor Jesús se había enfriado, las verdades conocidas anteriormente habían sido olvidadas. Habían vuelto al estado de “niños”; necesitaban que las bases de la Palabra de Dios les fuesen enseñadas nuevamente. Se habían vuelto “tardos para oír” (Hebreos 5:11-12).

Este peligro también nos acecha: después de haber pasado por la feliz etapa de nuestra conversión, podemos dejarnos llevar por la pereza espiritual. Esta decadencia puede ser el resultado de la negligencia, de las múltiples ocupaciones, de una falta de amor por el Señor. ¡El mundo ofrece tantas cosas para desviar la mente de lo que es primordial para la fe!

Conformarse con un cristianismo elemental, limitado al perdón de nuestros pecados, no llena el alma del conocimiento de la voluntad de Dios. El cristiano está invitado a recibir la sabiduría y la inteligencia espiritual mediante la Palabra de Dios. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105). Solo ella puede obrar en nosotros para que andemos “como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios” (Colosenses 1:10).

“Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo” (Salmo 61:1-3).

Números 22 – Lucas 3 – Salmo 82 – Proverbios 19:9-10

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