Practicando la hospitalidad. (Romanos 12:13)

La hospitalidad bíblica

7/19/2018

Practicando la hospitalidad. (Romanos 12:13)

Los verdaderos discípulos de Cristo no solo deben satisfacer las necesidades de los creyentes y los incrédulos con los que se encuentran, sino también buscar oportunidades de ayudar a quienes no conocen. Esa es la definición bíblica de hospitalidad. Hebreos 13:2 nos dice: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”.

Usted debe considerar cualquier oportunidad de brindar hospitalidad como un feliz privilegio, no como una carga (1 P. 4:9). Sin duda Gayo tenía esa actitud correcta en su hospitalidad con los maestros que pasaban por su ciudad, ya que el apóstol Juan lo elogió: “Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje” (3 Jn. 5-6).

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Sus tiempos son perfectos

JULIO, 19

Sus tiempos son perfectos

Devocional por John Piper

Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna. (Hebreos 4:16)

Todo ministerio es en el futuro: en un momento, en un mes, en un año, o en una década. Tenemos tiempo de sobra para inquietarnos por nuestra ineptitud; pero cuando eso sucede, debemos recurrir a la oración.

La oración es la forma de fe que nos conecta hoy con la gracia que nos hará aptos para llevar a cabo el ministerio de mañana. El momento oportuno lo es todo.

¿Qué pasaría si la gracia llegara muy temprano o muy tarde? La traducción tradicional de Hebreos 4:16 esconde una promesa preciosa relacionada a esa pregunta. Necesitamos una traducción más literal para verla.

La redacción más tradicional dice algo así: «Así? que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento en que más la necesitemos». El griego original detrás de la frase «gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos», traducido literalmente sería: «gracia para la ayuda oportuna».

El punto es que la oración es la manera de hallar gracia venidera para la ayuda oportuna. Esta gracia siempre llega a tiempo desde el «trono de la gracia». La frase «trono de la gracia» significa que la gracia venidera proviene del Rey del Universo, quien determina los tiempos por su propia autoridad (Hechos 1:8).

Sus tiempos son perfectos, pero raramente coinciden con los nuestros: «Porque mil años ante tus ojos son como el día de ayer que ya pasó » (Salmos 90:4). A nivel mundial, él fija los tiempos para el auge y la caída de las naciones (Hechos 17:26). A nivel personal, Salmos 31:15 dice: «En tu mano están mis años».

Cuando nos preguntamos por el tiempo oportuno de la gracia venidera, debemos pensar en el «trono de la gracia». Nada puede estorbar el plan de Dios de enviarnos gracia en el momento en que es mejor para nosotros. La gracia venidera es siempre oportuna.


Devocional tomado del libro “Future Grace” (Gracia Venidera), página 295

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Jueces 2 | Hechos 6 | Jeremías 15 | Marcos 1

19 JULIO

Jueces 2 | Hechos 6 | Jeremías 15 | Marcos 1

Jeremías 15 presenta algunas de las perspectivas más evocadoras de la vida interior y el pensamiento del profeta Jeremías:

(1) Jeremías ha estado intercediendo ante Dios en favor del pueblo del pacto (Jeremías 14). Este pide al profeta que pare porque no escuchará (14:11–12). De hecho, dice ahora que incluso si Moisés y Samuel se presentasen delante de él e intercediesen por el pueblo, no lo salvaría (15:1). Siglos antes, Moisés y Samuel lo habían hecho con éxito por Israel (Éxodo 32:11–14; Números 14:13–24; Deuteronomio 9:18–20, 25–29; 1 Samuel 7:5–9; 12:19–25), aunque es importante recordar que también garantizaron la disponibilidad del pueblo a volver al Señor con contrición y renovada obediencia, algo que Jeremías no había sido capaz de lograr. Ahora, Dios le está diciendo que no lo conseguirá: el pueblo irá al cautiverio. La iniquidad y la idolatría durante el reinado de Manasés fueron la gota que colmó el vaso (15:4; véase 2 Reyes 21:10–15; 23:26; 24:3).

(2) En 15:10, Jeremías desea abiertamente no haber nacido nunca. Toda la nación lucha y contiende con él. Todos lo maldicen, no por haber sido corrupto en los negocios, sino por haber transmitido fielmente la palabra del Señor. Dios lo tranquiliza (15:11–14; el mejor hierro procedía “del norte”, de la zona del Mar Negro, por lo que es una forma de decir que los brazos de Israel no podrán superar los de los babilonios). Sin embargo, este tema está presente en la angustia de Jeremías. Una parte de él quiere justicia, retribución para sus perseguidores (15:15). Esa misma parte se deleita totalmente en las palabras de Dios (15:16a). No obstante, por otro lado, su lealtad a Dios y a sus palabras es precisamente lo que lo aísla del pueblo: “He vivido solo, porque tú estás conmigo y me has llenado de indignación” (15:17b). Algunos de sus enemigos más virulentos eran sus propios familiares (cp. Mateo 10:36). En ocasiones, Jeremías se ve tentado a creer que Dios ha fracasado, como un torrente intermitente (un wadi, 15:18) que a veces fluye con vida y bendición, y otras no proporciona nada.

La respuesta de Dios (15:19–21) es que, si Jeremías demuestra ser totalmente fiel en la comunicación de sus palabras, continuará siendo el portavoz de Dios y quedará preservado de las malvadas maquinaciones de sus enemigos. Sin embargo, un hecho es innegociable: “Que ellos se vuelvan a ti, pero tú no te vuelvas a ellos” (15:19b).

La profunda tensión existente entre la fidelidad a Dios y la separación del propio pueblo es una constante invariable en la actuación de ministros fieles destinados en culturas decadentes.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 200). Barcelona: Publicaciones Andamio.

¡Su hermano está atrapado ahí, abajo!

Jueves 19 Julio

Para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.

Tito 3:8

Que sostengáis a los débiles.

1 Tesalonicenses 5:14

¡Su hermano está atrapado ahí, abajo!

Al este de Basilea (Suiza), unos obreros estaban construyendo una canalización para las aguas residuales. Para ello era necesario excavar una zanja de cinco metros de profundidad. Como no había llovido desde hacía varias semanas y el suelo estaba duro y seco, no reforzaron adecuadamente las paredes laterales de la zanja. Pero esta negligencia resultó catastrófica, pues de repente, en un lugar inestable, las paredes se derrumbaron y sepultaron a varios obreros.

Los socorristas llegaron inmediatamente. Muchos curiosos también se acercaron para ver las operaciones de salvamento. Entonces una mujer se acercó a uno de ellos y, poniéndole la mano sobre su hombro, le dijo: «Christian, ¿sabes que tu hermano está sepultado ahí?». Al escuchar estas palabras, el hombre palideció. Rápidamente se quitó su abrigo, tomó una pala y se metió en la zanja para excavar con todas sus fuerzas junto a los demás, sin descanso, hasta rescatar a las víctimas, incluido su hermano.

Amigos creyentes, ¡aquí hay una lección para nosotros! ¡Cuánta gente a nuestro alrededor es prisionera de esta naturaleza de pecado, que nos excluye de toda relación con Dios! ¿Nos preocupamos por ellos? Perdidos y tristes, al igual que estos obreros, ¡necesitan ser liberados! Tengamos compasión para socorrer a nuestros padres, vecinos, compañeros de trabajo… ¡Hablémosles de Cristo el Salvador! Él es el único camino para pasar de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida eterna.

Números 29 – Lucas 7:1-23 – Salmo 85:8-13 – Proverbios 19:22-23

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