La puerta estrecha

La puerta estrecha

8/3/2018

Entrad por la puerta estrecha. (Mateo 7:13)

Muchos han admirado los principios enseñados en el Sermón del Monte, pero la mayoría no ha seguido esos principios. Muchos han respetado a Jesús como un gran maestro pero nunca lo han recibido como Salvador y Señor.

Eso es porque no han entrado por “la puerta estrecha”; la puerta de Dios, la única que lleva a la vida eterna.

El camino angosto de la vida cristiana es por la puerta estrecha de Cristo mismo. “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí” (Jn. 14:6). ¿Ha entrado usted por la puerta estrecha?

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Por qué tenemos un cuerpo

AGOSTO, 03

Por qué tenemos un cuerpo

Devocional por John Piper

Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo. (1 Corintios 6:20)

Dios no creó el universo físico y material de un modo arbitrario. Él tenía un propósito: agregar maneras para que su gloria sea externalizada y hecha manifiesta. «Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de sus manos» (Salmos 19:1).

Nuestro cuerpo entra en la misma categoría de cosas físicas que Dios creó por esta razón. Él no va a volverse atrás en el plan de glorificarse por medio de los seres humanos y cuerpos humanos.

¿Por qué Dios decidió tomarse la molestia de ensuciarse las manos, por así decirlo, con nuestra carne decadente y manchada de pecado, a fin de reestablecerla como cuerpo de resurrección y vestirla de inmortalidad? La respuesta es: porque su Hijo pagó el precio de la muerte para que el propósito del Padre respecto al universo material se cumpliera, o sea, que Dios fuera glorificado en él por siempre y para siempre, incluyendo nuestros cuerpos.

Eso es lo que el texto bíblico dice: «Por precio habéis sido comprados [por la muerte de su Hijo]; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo». Dios no desestimará ni deshonrará la obra de su Hijo. La honrará al levantar nuestros cuerpos de entre los muertos, y nosotros haremos uso de nuestro cuerpo para glorificarlo por los siglos de los siglos.

Ese es el motivo por el que tenemos un cuerpo ahora. Y ese es también el motivo por el que ese cuerpo será resucitado para ser como el cuerpo glorioso de Cristo.

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Jueces 17 | Hechos 21 | Jeremías 30–31 | Marcos 16

3 AGOSTO

Jueces 17 | Hechos 21 | Jeremías 30–31 | Marcos 16

Jeremías 30–31 interrumpe el material biográfico relativo a Jeremías con una serie de afirmaciones acerca de la restauración de Israel y Judá. Unas veces, se nombran los dos reinos (30:3); otras, ambos se denominan “Jacob” (30:7) o “Israel” (30:10; 31:1). Tal como ocurre en la profecía de Isaías, sólo el contexto determina si “Israel” se refiere al reino del norte, ya en el exilio desde hace más de un siglo, o a todo “Jacob” (para ser más exactos, la parte que oye y regresa a la tierra). La herida “incurable” y la llaga que “no tiene remedio” son consecuencias de su pecado (30:12–14), una realidad invariable a este lado de la Caída. “’Pero yo te restauraré y sanaré tus heridas’, afirma el Señor’ ” (30:17). Destacaremos dos reflexiones:

(1) Jeremías 31:15: Raquel, una de las matriarcas, cuya tumba se encontraba cerca de Ramá, a unos ocho kilómetros al norte de Jerusalén (1 Samuel 10:2–3; Josué 18:25), se representa aquí llorando por sus “hijos” deportados en 722 a.C. (cuando las tribus del norte fueron al exilio), y de nuevo en 587 (cuando se llevaron lo que quedaba del reino del sur, Jeremías 40:1). Mateo 2:17–18 afirma que estas palabras se cumplen (tipológicamente) cuando las madres lloren de nuevo a raíz de la matanza de inocentes relacionada con el nacimiento de Jesús. Aunque los exiliados retornaron a Jerusalén durante el período persa, las características más maravillosas que rodearon al fin del exilio no empiezan a revelarse hasta la venida del Mesías.

(2) Jeremías 31:29ss.: esta promesa de un nuevo pacto es extraordinariamente penetrante. Debido a la naturaleza tribal y representativa del antiguo pacto, el pueblo acuñó un proverbio: “Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos les dio dentera” (31:29). Bajo el pacto mosaico, las personas especiales, esto es, profetas, reyes y otros pocos individuos, eran ungidos especialmente con el Espíritu y desempeñaban la tarea de representar al pueblo ante Dios, y a este ante aquel. “¡Conoce al Señor!”, exhortaban. Debido a esta estructura tribal y representativa, cuando los líderes pecaban (“comieron uvas agrias”), toda la nación caía en la corrupción y sufría la destrucción (“a los hijos les dio dentera”). Sin embargo, bajo el nuevo pacto, el proverbio ya no se aplica (31:30ss.). Todos los que están bajo el nuevo pacto conocerán al Señor: Dios pondrá su ley en la mente de ellos y la escribirá en su corazón (31:33). Ya no habrá más maestros que actúen como mediadores, porque todos lo conocerán (31:34); estos simplemente formarán parte del cuerpo, no tendrán un conocimiento “interno” de Dios. El perdón de pecados será absoluto (31:34).

Identifique en qué partes del Nuevo Testamento se tratan estos temas.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 215). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

Viernes 3 Agosto

Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

Mateo 4:10

Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Efesios 2:8-9

Cinco «solamente»

Hace algunos siglos, en Europa, las publicaciones más importantes estaban escritas en latín. La enseñanza de la Biblia fue resumida en cinco puntos llamados los cinco «solae» (plural de la palabra latina que significa «solamente»):

– Sola Scriptura (solo mediante la Escritura): la Biblia, o la Escritura, es la única autoridad que permite determinar la verdad de Dios. Es la Palabra de Dios (Colosenses 1:25), la cual es preciso distinguir muy bien de las tradiciones particulares de las iglesias, que no tienen la misma autoridad que las Santas Escrituras.

– Solo Christo (solo mediante Cristo): Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5). Jesús fue el único que vivió una vida sin pecado y se sacrificó para que los hombres pudiesen ser justificados ante Dios. La salvación proviene solamente de él.

– Sola gratia (solo por gracia): la salvación no es el resultado de nuestros esfuerzos o méritos, sino que se obtiene solo mediante la gracia divina (Efesios 2:8). Esta gracia conduce al creyente a tener una vida santa, una vida que honra al Señor.

– Sola fide (solo por la fe): la gracia de Dios se recibe aceptándola. Recibimos la salvación por medio de la fe, no a través de prácticas o por mediación de terceras personas (Hechos 16:31).

– Soli Deo gloria (a Dios solo la gloria): Ningún ser humano, muerto o vivo, ni un objeto, ni un símbolo, incluso sagrado tiene derecho de recibir nuestra adoración. Solo a Dios debemos adorar y orar (Apocalipsis 22:9).

Jeremías 7 – Lucas 13:18-35 – Salmo 90:1-6 – Proverbios 20:22©

Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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