SOMÉTASE AL ESPÍRITU

Septiembre 23

SOMÉTASE AL ESPÍRITU

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

Romanos 5:5

Tiene que darle al Espíritu Santo el control absoluto de su vida. Usted puede aferrarse a los sentimientos de amargura, ansiedad y odio contra alguien, o puede rendirlos al Espíritu de Dios. Cuando usted se somete al Espíritu Santo, Él toma el control de su vida y sustituye la amargura con el amor y la venganza con el afecto. Pablo dijo: “Acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros” (1 Ts. 4:9).

La capacidad para amar a los demás está en usted; solo tiene que comprender ese recurso. Si usted se somete al Espíritu Santo, Él lo enseñará a amar.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, www.portavoz.com

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Esperanza para el peor de los pecadores

SEPTIEMBRE, 23

Esperanza para el peor de los pecadores

Devocional por John Piper

Tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión del que tendré compasión. (Éxodo 33:19)

Moisés necesitaba tener esperanzas de que Dios en realidad podría tener misericordia de un pueblo de dura cerviz, que acababa de cometer idolatría y de menospreciar al Dios que lo había sacado de Egipto.

Para darle a Moisés la esperanza y la confianza que necesitaba, Dios dijo: «Tendré misericordia del que tendré misericordia». En otras palabras: «Mis elecciones no dependen del grado de maldad o bondad que hay en el hombre sino únicamente de mi voluntad soberana. Por lo tanto, nadie puede decir que es demasiado malo para que se le muestre gracia».

La doctrina de la elección incondicional es la gran doctrina de la esperanza para el peor de los pecadores. Lo que esto significa es que, a la hora de recibir o no la gracia, nuestro pasado no influye en absoluto sobre la decisión de Dios.

Si ustedes no han nacido de nuevo y no han recibido la fe que es para salvación en Cristo Jesús, no se hundan en la desesperanza ni piensen que la corrupción o insensibilidad excesiva de su vida pasada es un obstáculo insalvable para la obra de la gracia de Dios. Dios se deleita en magnificar la libertad de su gracia al salvar al peor de los pecadores.

Vuélvanse de su pecado; clamen al Señor. Incluso al leer este devocional, él les está concediendo gracia y les está dando un fuerte incentivo para que acudan a él buscando misericordia.

«Venid ahora, y razonemos —dice el Señor— aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán» (Isaías 1:18).


Devocional tomado del sermón “Tendré Misericordia del que Tendré Misericordia”

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2 Samuel 19 | 2 Corintios 12 | Ezequiel 26 | Salmo 74

23 SEPTIEMBRE

2 Samuel 19 | 2 Corintios 12 | Ezequiel 26 | Salmo 74

Es conveniente reflexionar sobre el Salmo 74 en esta etapa de nuestra lectura de los profetas mayores. Parece escrito en una época de desastre nacional, quizás la devastación de 587 a.C. (compárese con Salmo 79, 137; Lamentaciones 2:5–9). El golpe más duro de todos es el silencio de los profetas (74:9). Después, repentinamente, en medio de la oscuridad y el caos, encontramos un aliento de alabanza (74:12–17), antes de que las tinieblas desciendan de nuevo (74:18–23). La interrupción es elocuente, acentuada por un cambio repentino de la primera persona del plural a la primera del singular: “Tú, oh Dios, eres mi rey desde tiempos antiguos” (74:12). Nos detendremos en algunos rasgos dignos de ser tenidos en cuenta:

(1) La angustia de este capítulo surge de la fe, no del escepticismo, y mucho menos del cinismo. Estas personas conocen a Dios, pero no pueden ver lo que él está haciendo. No se quejan tanto de su castigo como de la duración del mismo: actúan como si supiesen que este es merecido, ¿pero acabará algún día? ¿No habrá alivio? “¿Por qué, oh Dios, nos has rechazado para siempre?” (74:1). “Dirige tus pasos hacia estas ruinas eternas” (74:3). “¿Hasta cuándo, oh Dios, se burlará el adversario? ¿Para siempre insultará tu nombre el enemigo?” (74:10).

(2) Se hace un gran hincapié en la memoria de Dios, o mejor dicho, en pedirle que recuerde. No es que el salmista crea que algo ha podido escaparse de la mente de Dios, y que es necesario recordarle algunos aspectos básicos que, bajo la presión de gobernar el universo, ha podido pasar por alto accidentalmente. Esta petición es explícita en 74:2, 18, 22 y frecuentemente se halla implícita, por ejemplo, “ten en cuenta tu pacto” (74:20). Estos pasajes ofrecen una percepción de lo que significa este “acordarse”: es un llamamiento a Dios para que actúe a la luz de su antigua relación con su pueblo por medio del pacto, el pueblo que adquirió “desde tiempos antiguos” (74:2), la tribu de su herencia, que él mismo redimió (74:2). Se trata de una súplica para que Dios “recuerde” la misericordia en medio de la ira.

(3) Los versículos 4–8 parecen surgir de un testigo que ve cómo el templo está siendo destruido, de una memoria en la que se ha grabado para siempre el dolor. El salmista dice a Dios que ese era “el lugar de sus asambleas” (74:4). Los siguientes versículos desbordan dolor.

(4) Ahora, quizás, estamos mejor colocados para reflexionar sobre el papel de los versículos 12–17 en el salmo. Precisamente cuando parece haber poca esperanza, es más importante que el creyente recuerde el poder de Dios en la creación (74:16–17) y en la redención (74:13–15). ¿Cómo obrará en nuestra vida esa forma de actuar?

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 266). Barcelona: Publicaciones Andamio.

El medio ambiente

Domingo 23 Septiembre

Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero tú eres el mismo.

Salmo 102:25-27

Dios… ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia.

Hechos 17:30-31

El medio ambiente

Hace algunos años un experto en medio ambiente denunciaba la utilización irresponsable de los recursos naturales. «El problema, decía, no es volver al estado del pasado, sino preservar temporalmente lo que todavía pueda serlo. No podemos volver al huerto de Edén; solo podemos rumiar nuestro pecado. El paraíso ya no existe; y el último juicio se acerca».

Este experto hacía alusión a la Biblia. No sabemos si era cristiano, pero sea como fuere, debemos buscar en ella las respuestas a nuestras preguntas, pues su Autor también es el Creador del universo.

– El huerto de Edén, el paraíso, es el lugar donde Dios colocó al hombre responsable, después de la creación, un lugar perfectamente adaptado a sus necesidades y a su felicidad.

– El primer pecado, comer del fruto prohibido, tuvo lugar en ese huerto. Esta primera desobediencia deshonró a Dios y tuvo consecuencias irreparables para el hombre y para el planeta. El pecado es una contaminación que deteriora el mundo moral y origina las demás poluciones. En todos los ámbitos, cambia el orden establecido por Dios.

– Nuestro experto no nos da mucha esperanza y, efectivamente, la Biblia afirma que la tierra envejece y desaparecerá mediante el juicio de Dios. Pero hay un mensaje de esperanza: a pesar del mal y de la contaminación, podemos conocer a Dios y tener su perdón, su paz. ¡Por ahí es por donde debemos empezar!

Jeremías 52:1-16 – 2 Corintios 11:16-33 – Salmo 106:40-48 – Proverbios 23:29-35

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