Los creyentes aborrecen el mal

8 de julio

Los creyentes aborrecen el mal
Aborreced lo malo.

Romanos 12:9

El mal es la antítesis de la santidad y por tanto la antítesis de la piedad. Así que el hijo de Dios aborrece lo malo porque Dios aborrece el mal (paráfrasis de Pr. 8:13).

Si verdaderamente usted ama a Dios aborrecerá toda forma de maldad. Como amaba tanto a Dios, David resolvió que «corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado» (Sal. 101:4). El fiel cristiano no debe comprometerse con lo malo.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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El Querer y el Hacer _ 8

Iglesia Evangélica de la Gracia

El Querer y el Hacer

David Barceló

 

David Barceló

Westminster en California (MA) y Westminster en Filadelfia (DMin)

David es licenciado en Psicología y graduado de los seminarios Westminster en California (MA) y Westminster en Filadelfia (DMin). Es miembro de la NANC y graduado en Consejería Bíblica por IBCD. David ha estado sirviendo en la Iglesia Evangélica de la Gracia, desde sus inicios en mayo de 2005, siendo ordenado al ministerio pastoral en la IEG en junio de 2008.

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¿Siervo o amigo?

Lunes 8 Julio

(Jesús dijo:) Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

Juan 15:14-15

¿Siervo o amigo?

En la antigüedad había una gran diferencia entre un esclavo y un hombre libre. ¡Sin duda era muy raro que un amo tratara a su esclavo como a un amigo!

Ahora bien, Jesús honró a sus discípulos llamándolos “amigos”. Les habló con confianza y sencillez. Les compartió el secreto de su misión en la tierra. Les dio a conocer todo lo que escuchó de su Padre, como también nos lo enseña a nosotros por medio del evangelio. Les habló del amor de Dios, de su deseo de perdonar al hombre y reconciliarlo con él. Esa fue su manera de obrar.

El privilegio que tiene el creyente de vivir como amigo de Cristo depende de su obediencia a sus mandamientos. Jesús nos ordena, en particular, amarnos unos a otros (Juan 15:12). Los que ponen en práctica el amor divino son verdaderamente sus amigos. Un amigo es alguien en quien uno confía, a quien le puede revelar sus pensamientos, sentimientos, proyectos.

Los creyentes tienen el privilegio de servir al Señor. A los apóstoles les gustaba presentarse como siervos del Señor Jesús (Romanos 1:1; 2 Pedro 1:1; etc.). Sin embargo, por más grande que sea el privilegio de ser sus siervos, el de ser sus amigos es aún mayor. Considerados como esclavos solo necesitaríamos instrucciones claras para cumplir la tarea que nos confió. Pero como amigos, conocemos sus pensamientos y sus sentimientos. Y esto es suficiente para dirigir toda nuestra conducta, respecto a Dios como a nuestro prójimo.

Daniel 9:20-27 – Lucas 1:26-56 – Salmo 80:1-7 – Proverbios 19:1-2

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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