La actitud entusiasta

Julio 15

La actitud entusiasta

Fervientes en espíritu. (Romanos 12:11)

Uno de los defectos más arraigados de la humanidad es la carencia de entusiasmo individual. A menudo nuestros fracasos en lograr lo que debiéramos son resultado directo de la apatía y la falta de compromiso. Pero si usted es cristiano, eso no debe ser así.

El entusiasmo requiere resolución y persistencia respaldadas por el Espíritu, no simples buenas intenciones humanas. Henry Martyn, el incansable misionero de la India, dirigió su ministerio con entusiasmo y fervor bíblicos. Era su deseo “consumirse por Dios”. Y el apóstol Pablo nos exhorta a que “no nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gá. 6:9).

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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Desde el fondo del mar_2

Iglesia Evangélica de la Gracia

El Evangelio según Jonás

Desde el fondo del mar

David Barceló

David Barceló

Westminster en California (MA) y Westminster en Filadelfia (DMin)

David es licenciado en Psicología y graduado de los seminarios Westminster en California (MA) y Westminster en Filadelfia (DMin). Es miembro de la NANC y graduado en Consejería Bíblica por IBCD. David ha estado sirviendo en la Iglesia Evangélica de la Gracia, desde sus inicios en mayo de 2005, siendo ordenado al ministerio pastoral en la IEG en junio de 2008.

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Las estrellas

Lunes 15 Julio

Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre?

Salmo 8:3-4

El Señor… cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres.

Salmo 147:2, 4

Las estrellas

Durante la revolución francesa (1789-1799) se tomaron medidas radicales para borrar todo vínculo con el cristianismo. «Todas las señales que evoquen a Dios deben desaparecer», se le explicó a un anciano. Y este respondió: «Bien, pero supongo que por ahora van a dejar aunque sea las estrellas en el cielo».

En nuestros días, en Europa, también hay una corriente muy fuerte de descristianización. Se quieren conservar algunos valores provenientes del cristianismo, pero se rechaza a Aquel que es el origen y la fuente del mismo. Sin embargo, las estrellas continuarán en el cielo. Más allá de los discursos humanos está ese lenguaje sin palabras, ese testimonio de la existencia de Dios, dado por el universo estrellado.

¿Se ha detenido usted alguna vez, maravillado, ante el esplendor de un cielo adornado de estrellas? Esta es la experiencia que el rey David describe en el Salmo 8. Dirigiéndose a Dios, exclamó: “¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmo 8:4). Estas preguntas, muy actuales, nos asaltan. ¿Quién soy yo frente al inmenso universo? ¿Quién soy en medio de los siete mil millones de seres humanos que pueblan el planeta?

Frente a esta inmensidad, David tomó conciencia de otro tema de admiración más grande aún: ¡Dios se acuerda y se ocupa del hombre! Reconoció que, en este inmenso universo, el hombre es el objeto del amor de Dios y de su salvación.

Miqueas 5-6 – Lucas 5:1-16 – Salmo 84:1-4 – Proverbios 19:15-16

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