3/6 – De la tribulación al triunfo, 2ª Parte

Gracia a Vosotros

Serie: Beneficiándonos de las pruebas de la vida

3/6 – De la tribulación al triunfo, 2ª Parte

John MacArthur

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Bueno, abramos nuestras Biblias en esta noche en Santiago; y quiero que veamos de nuevo el capítulo 1, versículos 2 al 12.  Y no supongo que podremos cubrir toda esta sección. Quiero tomarme el tiempo con estas verdades, porque son tan ricas y tan maravillosas. Quiero volver a leer Santiago 1, versículos 2 al 12.

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas. Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que Le aman.”

Ahora, terminamos nuestro mensaje la última vez con la frase “los que Le aman.” Y en esta ocasión quiero comenzar retomando esa misma frase. Amar a Dios es sin duda alguna la clave para soportar todas las pruebas de la vida. Quizás es la evidencia más decisiva de un alma regenerada.

Si algo es verdad de una persona regenerada es que ama a Dios. Eso me parece ser el fondo del asunto. Los cristianos verdaderos, entonces, aquí son designados como aquellos que Le aman. Ése es un título para cristianos. ¡Qué título tan hermoso es, de hecho!

Y esa es la razón por la que soportan. Soportan porque tienen un amor fuerte por Dios. Y no importa cuál sea la prueba, cuál sea la lucha, la dificultad, soportan porque el amor los sostiene. Creo que usted puede ver eso en cualquier relación. Cualquier relación inclusive a nivel humano, en donde el vínculo del amor es muy fuerte se mantendrá en medio de todo tipo de adversidad. Y en esas pruebas y tribulaciones y pruebas y la dificultad que enfrenta la vida de un cristiano, lo que nos mantiene unidos al Señor, lo que mantiene firme nuestra fe es este fuerte vínculo de amor.

Hace algunos años atrás, Gardner Spring era pastor en la ciudad de Nueva York y él escribió acerca del poder perseverante del amor. Y estas son sus palabras, y cito: “Hay una diferencia enorme entre un afecto así y esa amistad profana y egoísta con Dios que termina en nuestra propia felicidad como su motivo y fin supremo. Si un hombre en su supuesto amor hacia Dios no tiene consideración alguna y definitiva fuera de su propia felicidad, si él se deleita en Dios no por lo que Dios es, sino por lo que Dios es para él, en un sentimiento así, no hay virtud moral. De hecho, hay un gran amor hacia sí mismo, pero no hay un amor verdadero hacia Dios. Pero en donde la enemistad de la mente carnal es matada, el alma se reconcilia con la persona divina como tal. Dios mismo es la plenitud de Su gloria manifestada y se convierte en el objeto de la contemplación devota y objeto de deleite. En sus horas más favorecidas, las perspectivas de un buen hombre son en gran medida desviadas de sí mismo.

Conforme sus pensamientos se concentran hacia la excelencia diversa de la Deidad, él rara vez se detiene para inquirir si el Ser cuya virtud llena su mente y en comparación, a cuya dignidad y belleza todas las cosas son átomos y vanidad, extenderá Su misericordia hacia él. Su alma se aferra a Dios y en la calidez y ardor del afecto devoto, él con frecuencia puede decir: “¿a quién tengo en los cielos sino a Ti? Y no hay nada en la tierra es de fuera de Ti. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así brama el alma mía, oh Dios, por Ti.”” Fin de la cita.

Ahora, lo que él quiere decir con todo eso, claro es que el vínculo que liga a un hombre o mujer a Dios es el vínculo del amor. No sólo afecto superficial, no sólo simplemente sentimiento que es básicamente egoísta – esto es mientras que yo reciba lo que yo quiero de Ti, voy a estar cerca de Ti, sino un verdadero vínculo de amor que puede soportar cualquier prueba. Gardner Spring entonces presenta una evaluación personal en una serie de preguntas. Y creo que son útiles. Él le pregunta al lector lo siguiente: ¿amas a Dios por lo que imaginas que Él es o por lo que Él es? ¿Estás contento con Su virtud y amas toda parte del mismo? ¿Amas Su santidad como también Su gracia y Su justicia como también Su misericordia? ¿Lo amas meramente en base a Su amor hacia ti o lo amas porque Él es en sí mismo amoroso? ¿Lo amas simplemente porque esperas que te salvará o crees debes amarlo que supieras que te condenará? ¿Es tu amor a Dios supremo? ¿A quién amas más que a Dios? ¿En la virtud de quién ves más belleza? ¿En la bienaventuranza de quién está el objeto de los deseos más cálidos o más deseo? ¿Con quién estás más agradecido? No puede ser un asunto más difícil que tú respondas estas preguntas. Puede haber peligro, pero con toda certeza, no puede haber necesidad de estar engañado en un asunto tan claro.”

Y después, él dice esto: “el amor supremo a Dios es la evidencia decisiva del corazón renovado.” Me encanta eso. “El amor supremo a Dios es la evidencia decisiva del corazón renovado.” La persona que soporta las pruebas, está diciendo Santiago, son aquellos que lo aman.

Ahora, hay algunas cosas que no prueban el amor verdadero. No prueban la realidad de la fe verdadera, viva. La moralidad externa no la prueba. Hay muchas personas que externamente son morales que no aman a Dios. El conocimiento teológico no lo prueba. Hay muchas personas que saben mucho acerca de teología, eso no significa necesariamente que aman a Dios. La actividad religiosa no prueba la fe genuina viva. Hay todo tipo de personas involucradas en actividad religiosa que no aman a Dios. Inclusive, la convicción de pecado y el temor de juicio no necesariamente prueba la fe genuina salvadora.

¿Qué es lo que entonces prueba la fe salvadora? Bueno, ciertamente la fe salvadora de basa en un amor genuino hacia Dios. ¿Qué prueba que ese amor es genuino? ¿Qué es lo que demuestra el amor genuino? Bueno, de eso habla Santiago. De eso trata toda esta epístola. Y él prueba si usted ama a Dios con una serie de pruebas.

Primero, está la prueba y veremos ésta más adelante en el capítulo 1, la prueba de la culpabilidad en la tentación. Y después, está la prueba de cómo respondemos a la Palabra, después está la prueba de un amor imparcial a otros, la prueba de las obras justas. La prueba de la lengua, la prueba de la sabiduría humilde, la prueba de la satisfacción mundana, la prueba de la dependencia, la prueba de la paciencia, la prueba de la veracidad y finalmente, la prueba de la oración.

Ahora, todas esas son pruebas las cuales una persona que verdaderamente ama a Dios aprobará. Pero la prueba inicial y lo que estamos viendo en esos versículos es la prueba de soportar las pruebas, la aflicción, revela si el amor realmente es un vínculo fuerte, si es fe genuina. La fe verdadera sostenida por el amor verdadero, persevera en esta prueba.

Ahora, de regreso en el versículo 2 señalamos la última vez que caeremos en varias pruebas. También señalamos, versículo 3, que esto es para probar la validez de nuestra fe. Diferentes pruebas vienen a nuestra fe para probar nuestra fe, para demostrar la legitimidad de nuestro amor.

Pedro escribe acerca de lo mismo, ¿no es cierto?, En Primera de Pedro 1:6 al 8, como vimos la última vez. Después, en el versículo 12 él básicamente resume esta sección con afirmaciones semejantes. El hombre que soporta las pruebas, va a ser recompensado y él va a revelar que es uno que realmente ama al Señor.

Entonces, aquí estamos tratando con pruebas como una prueba de salvación genuina, lo cual se basa en el amor verdadero. Recuerde que la palabra para prueba aquí es peirasmos, de la palabra peirazō, lo cual significa probar. Es la prueba de la fe viva.

Ahora, la última vez hablamos del hecho de que nosotros, como cristianos verdaderos, no sólo estamos enteramente seguros desde el punto de vista de Dios, sino que perseveramos desde nuestro de punto de vista, ¿se acuerda de eso? Un equilibrio muy, muy importante. El creyente verdadero es sostenido por el Señor, pero el creyente verdadero también se aferra al Señor. Él persevera a lo largo de la prueba. Y entonces, usted puede ver a una persona en una prueba y ver la validez de su fe mediante la validez de su amor. Si se aferran a su fe. Si no hay prueba, y no hay tribulación que pueda destruir su confianza en Dios, entonces muestran en esa prueba que tienen fe viva salvadora.

Si se rinden en medio de esa prueba, y en cierta manera maldicen a Dios o dejan a Dios o niegan a Dios o ignoran a Dios, entonces muestran que tiene fe muerta. Mi hijo Matt me estaba contando el otro día de un hombre que se casó en un punto en su vida aquí en Grace Community Church y se fue a otra Iglesia en donde estuvo sirviendo en el ministerio como pastor, como parte del personal. Su esposa se divorció de él y en este punto en su vida, no tiene interés en absoluto en la fe cristiana. Él ha negado la fe, la ha hecho a un lado de manera total, no muestra en absoluto atracción hacia Cristo. Y lo que eso me dice es que cuando él fue colocado en una prueba muy severa, demostró ser muerta y no viva en absoluto.

Por otro lado, ¿cuántas personas han enfrentado pruebas severas y al final, han demostrado que tuvieron fe en Dios, que fue de hecho fe viva?

Pero esta parte del énfasis que Santiago se preocupa por mostrar es cómo nosotros como santos, podemos perseverar en medio de las pruebas y aprovecharlas al máximo. ¿Cómo podemos aprovecharlas al máximo, como también demostrar la legitimidad de nuestra fe?

Bueno, hay varios medios para perseverar. La perseverancia es el santo de Dios aferrándose a Su amor y a Su fe. ¿Y cuáles son los medios? ¿Cómo podemos perseverar en medio de las pruebas? Inclusive como cristianos verdaderos, ¿cómo podemos aprovechar al máximo nuestras pruebas? ¿Cómo podemos ser victoriosos en nuestras pruebas? Bueno, vamos a ver cinco medios claves para perseverar en medio de las pruebas.

En primer lugar, comenzamos con una actitud de gozo -comenzamos con una actitud gozosa. Versículo 2: “hermanos míos,” y con esto él quiere decir creyentes, cristianos judíos, sí, con toda certeza; pero, no obstante, aunque son los judíos, las 12 tribus dispersadas, como dice el versículo 1, son creyentes, los llama hermanos a lo largo de esta epístola. Capítulo 1, versículo 2, versículo 16, versículo 19; capítulo 2, versículo 1, versículo 5, versículo 14, versículo 15; capítulo 3, nuevamente en el versículo 1; capítulo 5, versículo 7, 9, 10, 19; y quizás me pasé por alto algunas. Y en algunas ocasiones, los llama “hermanos amados”. Entonces, los está identificando como creyentes. Y la palabra “míos” tiene una palabra algo maravillosa y cálida que tiene el efecto de identificarse con ellos en un vínculo en común.

Entonces, lo abraza, por así decirlo, como sus hermanos cristianos y dice: “para comenzar, si van a perseverar en medio de las pruebas diversas, si van a salir triunfantes al final, tienen que ver cualquier prueba que sea y considerarla como gozo.” En primer lugar, una actitud gozosa.

Ahora, la palabra “tened”. Tened. Es un aoristo Significa considérenla o evalúenla como gozo. Digo, eso es algo en lo que usted se disciplina, en un sentido, a ser. Cuando usted dice: esto va a ser gozo, voy a considerar esto gozo. Un compromiso consciente con una actitud gozosa. Cuando Pablo le dice a los Filipenses en el capítulo 4 “he aprendido, sea cual sea mi estado, a estar contento.” Él lo dice después de que acaba de decir “regocijaos siempre y lo vuelvo a decir, regocijaos”. Y él dijo eso mientras que era un prisionero. Él había aprendido a hacer eso. Él había cultivado eso. Eso no es algo que sucede por accidente.

Entonces, hermanos míos, tened por sumo gozo, no sólo gozo parcial, sino sumo gozo cuando, noten esa pequeña palabra cuando, no es ‘si’, sino que es la palabra cuando. De hecho, es la palabra hotan, quiere decir ‘siempre que’, y cuando es usada en esta forma en particular con el subjuntivo en un sentido está diciendo siempre que. Y créanme, es inevitable.

Entonces, cuando usted caiga, parapiptō, en cierta manera la idea de caer; tropezarse y caer en una prueba. Es utilizada aquí y creo que sólo es utilizada en otros dos lugares. Una vez en Lucas 10:30, cuando se cuenta la historia del buen samaritano. Y el hombre va caminando por el camino y cayó en medio de ladrones. Esa es la palabra caer. Tiene la idea de ser sorprendido y caer repentinamente en manos de ladrones. También es usada en Hechos 27:41 en donde Pablo estaba tomando un barco a Roma. Dice que el barco cayó en un lugar en donde se encontraban dos mares. Si usted ha navegado en el mar, sabe pues que cuando dos cuerpos de agua se unen, puede ser muy difícil. Es como pegarse contra una pared. Y entonces, ellos cayeron en ese lugar. De nuevo, de pronto, de manera inesperada, cayeron en esa condición.

Y entonces, la palabra significa una ocurrencia no planeada, sorpresiva, que de pronto se apodera de usted. Peri significa alrededor de. Lo rodea, lo envuelve. Entonces, todos nosotros en nuestras vidas vamos a estar en cierta manera sorprendidos cayendo en problemas que no hemos planeado, que nos rodean. Y la intención de esto significa aquí que no sólo parece que hay una salida fácil de esto. Cristo enfrentó eso. En Lucas 22:28 Él les dijo a Sus discípulos: “ustedes han estado conmigo en Mis peirasmos,” han estado conmigo en Mis problemas. Han estado conmigo en Mis pruebas. Y realmente, no hay manera de salir. Lo rodean a usted. Lo rodean a usted.

Jesús nunca buscó problemas, pero siempre los aceptó. Y nuestro querido Señor inclusive tuvo gozo en ellos. Usted recuerda Hebreos capítulo 12, versículo 2: “viendo a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, quien por el gozo que fue puesto delante de Él soportó la cruz menospreciando el oprobio.” Y Él enfrentó lo que enfrentó porque Él vio más allá de la prueba al gozo de que podría disfrutar cuando la prueba se acabara. En otras palabras, lo que lograría. Lo que llevaría a cabo.

Más adelante en Hebreos 12, estoy seguro que usted está familiarizado con los versículos 10 y 11, dice: “las pruebas no parecen tener gozo al principio. Ninguna disciplina, al presente, parece ser causa de gozo, sino de tristeza. No obstante, después da el fruto apacible de justicia, a aquellos que han sido ejercitados apropiadamente mediante esa prueba.”

Entonces, cuando usted puede ve venir una prueba, su actitud debe ser una actitud de gozo porque espera que la obra perfeccionadora del Señor llevará a cabo su obra de perfección en usted mediante esa prueba. Usted aprende, entonces, a cultivar esa actitud correcta. La manera en la que el Salvador vivió fue clara. Él enfrentó en dolor hasta llegar al gozo. ¿Debemos esperar algo diferente?

Si usted recuerda ahí atrás en Mateo 10, cuando Jesús de hecho dijo eso, Él les dijo a Sus discípulos que Él se estaba preparando para enviarlos y que no debían esperar algo diferente de lo que Él había soportado. Él dice en el capítulo 10, versículo 25, “bástele al discípulo ser como su maestro.” Y de lo que Él estaba hablando aquí no era tanto del discipulado como modelar, sino discipulado como sufrimiento. Y después en Juan, capítulo 15, Él dice: “Si Me aborrecieron a Mí, os aborrecerán a vosotros. Si me persiguieron a Mí, los perseguirán a ustedes.” Y en el capítulo 16 Él dice: “vendrá el día cuando los hombres piensan que agradan a Dios al castigarlos a ustedes.”

Podemos regocijarnos porque vemos más allá de lo inmediato. Podemos regocijarnos porque tenemos una visión de que, a través de la prueba, el Señor está llevando a cabo una obra perfeccionadora. Observe Juan 16 por tan sólo un momento. Quiero llevarlo a varios versículos ahí para ayudar, en cierta manera, a aclarar este punto. Y realmente, hemos cubierto tanto acerca del significado de las pruebas en nuestro último mensaje, que en cierta manera estamos añadiendo a esto como un medio para llegar a un fin. Para aquellos de ustedes que no estuvieron aquí, me disculpo por no tener todo al día. Pero confío que el Señor lo va a instruir de cualquier manera.

En Juan 16:20, Jesús dice: “de cierto, de cierto, os digo.” Y de nuevo, Él realmente está advirtiendo a Sus discípulos. “Os digo que lloraréis y os lamentaréis y el mundo se regocijará.” En otras palabras, Él está esperando Su muerte y el mundo se va a regocijar. Pero aquellos que Le aman, van a llorar y lamentarse. “Y tendréis tristeza,” y me encanta esto, “pero vuestra tristeza,” ¿se qué?, “Se convertirá en gozo.”

Y después, Él da una ilustración. Una mujer cuando está en dolores de parto tiene tristeza porque su hora ha venido, ha llegado. Pero tan pronto como ha dado a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia por el gozo de que un hombre ha nacido en el mundo. Qué hermosa analogía. Qué hermoso retrato. “Y vosotros ahora,” versículo 22, “tenéis tristeza. Pero os volveré a ver. Y vuestro corazón de regocijará y ningún hombre quitará vuestro gozo.”

Ahora, creo que eso es aplicable a la vida de todo creyente. Conforme entramos en algún tipo de prueba, sea cual sea esa prueba, necesitamos tener la visión que ve más allá de la prueba al gozo que va a venir cuando hayamos pasado esa prueba. Cuando hayamos sido fortalecidos por eso.

Y entonces, nuestra respuesta, de regreso, una vez más a Santiago, capítulo 1, no es un gozo parcial, sino que es sumo gozo. Habiendo llegado a una convicción decisiva, definida, establecida de que vamos a enfrentar las pruebas con la actitud correcta, podemos tener todo gozo.

Ahora, algunos comentaristas dicen que sumo gozo y nada más, lo cual equivale a gozo puro. Algunos comentaristas dicen que significa gozo no mezclado. Algunos comentaristas dicen que significa gozo completo. Otros dicen gozo total. Y uno que me gustó dice: “mero gozo.” Escoja el que quiera. Todos significan lo mismo. Pero este es un gozo del que considera un privilegio que su fe de aprobada porque sabe que la prueba de su fe lo va a acercar al Salvador. Y entonces, anhela a tal grado esta intimidad y esa relación de dependencia, que inclusive la prueba es un amigo bienvenido.

¿Ha notado que en sus pruebas usted es mucho más sensible a la presencia de Dios? ¿Ha notado eso? ¿Ha notado que cuando usted enfrenta tiempos difíciles, su vida de oración se incrementa, su comunión con Dios se incrementa, comienza a escudriñar las Escrituras para encontrar respuestas a sus problemas, comienza a pedir a la gente que ore por usted, y todo esto lo acerca al Señor? Y más acerca a la fuente misma de su gozo. Tenemos el privilegio de que nuestra fe sea probada. Tenemos el privilegio de sufrir. Debemos considerarlo un privilegio y aceptarlo con gozo.

En Primera de Pedro 2:20, él dice: “si hacen bien y sufren por ello, recíbanlo con paciencia porque esto es aceptable para Dios.” Realmente, están sufriendo a favor de Él. Y recuerde esto: Hebreos 12, él dice que “todavía no habéis sufrido hasta la sangre”. Digo, todavía no ha sufrido como Jesús sufrió. ¿Ha pensado alguna vez en eso? Yo pienso mucho en eso. Cuando estoy enfrentando una prueba, y tengo mis pruebas, y se vuelve algo difícil y estoy preguntándome si esta es una ocasión muy feliz, y si hay algo qué regocijarme, siempre recuerdo que no he llegado, ni siquiera me he acercado a su sufrir hasta la sangre como Jesucristo. Y si Él pudo soportar la cruz y verla como una oportunidad gozosa para cumplir algo grande para el propósito de Dios, entonces, ¿cómo es que yo no voy a soportar mi pequeña prueba también con gozo?

No sólo veo a Cristo como un modelo, pero creo que en ciertas maneras Cristo es un modelo no realista para mí porque yo digo “no importa lo que haga, nunca seré como Él.” Entonces, denme alguien que se parezca más a mí, a quien pueda imitar en mi vida. E inevitablemente me veo atraído a un hombre llamado el apóstol Pablo, quien me parece ser alguien tan cercano a Cristo como cualquier hombre lo será. Y cada vez que él enfrenta pruebas, él parece poder regocijarse y gozarse sin importar qué es lo que esté pasando.

Recuerdo Hechos 16, ahora a la medianoche Pablo y Silas están en la cárcel. Tienen que saber que ése no es un lugar agradable. No están como algunas cárceles en la actualidad. Este sería un lugar sucio, sin condiciones sanitarias, un lugar oscuro. Y no sólo eso, están ahí en el cepo y los cepos significaban que sus brazos estaban estirados, estirando sus miembros. Estiraban sus piernas de tal manera que sus piernas fueran jaladas al máximo, causando que sus músculos se tensaran debido a la inmovilidad y al ser estirados de manera excesiva. Y ahí están, en esta condición, en el cepo, en la cárcel. Su vida está en juego y dice que a la medianoche Pablo y Silas oraban y cantaban alabanzas a Dios. Ahora, esa es una actitud gozosa en medio de una prueba difícil, pero esa parece ser la porción de Pablo.

También recuerdo Segunda de Corintios 12; y Pablo, usted recordará, tuvo algún tipo de aguijón en la carne, un mensajero de Satanás enviado para abofetearlo. Una grave dificultad por la cual él oró tres veces que el Señor se la quitara y no se la quitó. Y entonces, Él dice: “bástate Mi gracia, Pablo. No necesitas que te elimine la prueba. Necesitas la gracia para soportarla. Te voy a dar esa gracia porque Mi fortaleza es perfeccionada en tu debilidad.” Y entonces, Pablo dice: “de manera gustosa, por lo tanto, me voy a gloriar en mis debilidades para que el poder de Cristo repose sobre mí.” Debe regocijarse en su prueba.

En primer lugar, lo acerca al Señor. En segundo lugar, le permite tener el privilegio de la participación de Sus sufrimientos. En tercer lugar, lo mantiene ¿qué? Lo mantiene humilde, ¿no es cierto? Lo mantiene dependiente. Es un privilegio.

Observe Filipenses 1. No todo el sufrimiento es necesariamente sufrimiento físico. Algunas veces, tenemos que enfrentar sufrimiento emocional y mental. Pero en Filipenses, capítulo 1, Pablo está hablando acerca de las cosas que él está haciendo. Y claro, es un prisionero cuando escribe Filipenses. Y él dice en el versículo 12: “las cosas que le han pasado,” esto es el encarcelamiento, “han contribuido más bien a la extensión del Evangelio de tal manera que en mis cadenas,” él está encadenado, “en Cristo se manifiestan en todo el palacio.” Él estuvo encadenado a todos estos soldados romanos y como resultado, los estaba ganando a todos al Señor. Y estaban teniendo un avivamiento en el palacio de César. Y esa es la razón por la que al final de Filipenses, versículo 22 del capítulo 4, él dice: “todos los santos os saludan, primordialmente los de la casa de César.” No sabían lo que tenían en sus manos. Pensaban que tenían a un prisionero. Tenían, en cierta manera, a una especie de evangelista auto designado que habían encadenado sus propios soldados y como consecuencia, le habían dado una audiencia cautiva.

Él dice en el versículo 14 “muchos de los hermanos en el Señor han adquirido más confianza por mis cadenas.” En otras palabras, la gente ve a este ministerio en la cárcel como algo válido. Y entonces, están pensando: ‘si voy a la cárcel, voy a tener un avivamiento como Pablo.”

Digo, hay muchas maneras de tener un ministerio en la cárcel, ¿verdad? Y Pablo dice: “por cierto, algunos predican a Cristo por envidia y contienda. Y esto quiere decir algunos dedican a Cristo de manera antagonista en contra de mí. Algunos, no querían a Pablo. Y lo que realmente estaban haciendo es que, si usted va a estudiar el trasfondo aquí, es que estaban hablando mal de Pablo porque él había echado a perder su ministerio, el Señor lo había hecho a un lado, él ya había acabado su día y ahora, él había sido puesto a un lado. Algunos pudieron haber estado diciendo que él había cometido algún pecado. Fuera lo que fuere, ciertamente era contienda y envidia, versículo 16. “Estaban tratando de añadir aflicción a mis cadenas.” No era tan malo que estuviera encadenado.

Ahora, había personas que estaban tratando de lastimarlo y herirlo y de decir cosas malas en contra de él. “Predican a Cristo por contienda, algunos, no obstante, predican a Cristo por amor. Y saben que estoy en la cárcel porque he sido puesto para la defensa del Evangelio.” Pero, versículo 18, me encanta esto, él dice: “y entonces,” ¿qué? ¿Cuál es la diferencia? “Cristo es predicado y en esto me regocijo y me regocijaré aún.” ¡Qué modelo! Qué modelo de hombre es él. Él es un hombre de gozo.

Observe en el capítulo 12, versículo 17 él dice: “si tengo que ser ofrecido como un sacrificio por vuestra fe.” En otras palabras, si muero salvándolos a ustedes, me gozo y me regocijo. Digo, él era desechable, ¿no es cierto? Realmente, lo era. Él no consideraba su vida de gran estima para sí mismo. Él dice en Hechos 20: “todo lo que quería hacer era terminar el ministerio.” En el capítulo 3, versículo 7, “las cosas que eran ganancia para mí,” ¿cuáles eran esas? “Circuncidado al octavo día, de la nación de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos, en cuanto a la ley, fariseo. En cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia. En cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Todo este tipo de pedigrí religioso no significa nada para mí, lo considero como pérdida por Cristo. Y todo lo tengo por pérdida por la excelencia del conocimiento de Jesucristo, Señor mío, por quien he sufrido la pérdida de todas las cosas y las tengo por estiércol a fin de ganar a Cristo.”

Después, en el capítulo 4, él dice: “regocijaos en el Señor. Y vuelvo a decir, regocijaos.” Él ha aprendido que debe regocijarse en cualquier estado en el que está. ¿Por qué? Porque él podía ver que se estaba acercando a Dios. Él estaba en comunión en los sufrimientos de Cristo. Y esa fue su oración, ¿no es cierto? “A fin de conocerle, la participación de Sus padecimientos.” Y él sabía que él podía ver el poder de Cristo en su debilidad. Él sabía que a partir de eso, el Señor lo haría un hombre mejor. Y llevara a cabo alguna obra gloriosa y probar su fe.

Éste fue el gozo de Job. Job dijo: “Él sabe el camino que yo tomo. No voy a debatir con Dios. Él sabe el camino que tomo.” Y él dice: “y cuando me haya probado yo saldré como oro.” Digo, yo quiero que Él haga lo que va a hacer por el gozo del producto final. Job inclusive dijo, ese es el 23:10 de Job, “aunque me matare, aún confiaré en Él.” Su esposa dijo: “maldice a Dios y muere.” Y él se estaba regocijando.

Las pruebas deben enfrentarse con una actitud gozosa. Producen fe probada, nos fortalecen, nos acercan a la comunión con Dios, nos identifican en los sufrimientos de Cristo y qué identificación tan dulce es esa. Y prometen mejores cosas venideras. Me imagino que una manera en la que podemos disfrutar del sufrimiento en la actualidad es porque será tan maravilloso cuando lleguemos al futuro. Como Romanos 8, la gloria que será revelada, los sufrimientos de la actualidad no son dignos de ser comparados con ella, ¿verdad? Es algo así como el hombre que se golpeó su cabeza contra la pared porque se sintió tan bien cuando dejó de hacerlo. Se va a sentir muy bien, ¿no es cierto? Cuando se acabe. Qué privilegio.

Entonces, ¿en dónde comienza con sus pruebas? Yo creo que lo que Santiago está diciendo es que comienza con una actitud gozosa, porque todas las cosas pequeñas que Dios está usando en esa prueba se van a cumplir en su vida. Qué costa tan rica y maravillosa ver su fe probada, ver su fe es fortalecida, ver, quizás, algún pecado siendo quitado de su vida, llenando su corazón de esperanza para ese mejor día en el cual usted no tendrá pruebas. Acercándolo a la oración y a la comunión para que se identifique con Cristo. ¡Qué cosas tan maravillosas, causa de gozo!

Estaba leyendo a Warren Wiersbe, quien es un querido amigo. Y en su comentario de Filipenses él tiene un párrafo que es excelente. Quiero compartirlo con usted. Él dijo: “nuestros valores determinan nuestras evaluaciones. Si valoramos la comodidad más que la virtud, entonces las pruebas nos van a molestar. Si valoramos lo material y lo físico más que lo espiritual, no podremos tenerlas por sumo gozo. Si vivimos únicamente para el presente, y olvidamos el futuro, entonces, las pruebas nos amargarán. No nos mejorarán.” Fin de la cita. Tiene razón. Sus valores determinan su evaluación.

Ahora, escuche con atención. Si usted no se puede regocijar en sus pruebas, sus valores están mal. ¿Escucho eso? Sus valores están mal. Usted no está viendo que Dios tiene un propósito en eso. Ahora, mientras que estoy predicando esto, estoy pensando en mi mente “el Señor probablemente te va a hacer vivir este sermón en unas cuantas semanas.” No me sorprendería en absoluto.

Walter Knight escribió en una ocasión “presionado más allá de la medida y presionado a toda extensión, presionado a tanta intensidad que parece más allá de la fortaleza. Presionado en el cuerpo y presionado en el alma. Presionado en la mente hasta que la oscuridad surge. Presionado por enemigos y presionado por amigos. Presión sobre presión hasta que la vida casi termina. Presionado a amar la vara y el callado. Presionado a conocer a ninguna ayuda más que a Dios. Presionado a la libertad en donde nada se aferra. Presionado a la fe para las cosas imposibles. Presionado a vivir una vida en el Señor. Presionado a vivir una vida derramada por Cristo.” ¿No es eso hermoso? Él quiere presionarlo en esa dirección.

Y Amy Carmichael dijo: “¿no tienes una cicatriz escondida en el pie, en el costado o en la mano? Te oigo cantado como un poderoso en la tierra. Oigo a todo reconocer tu estrella ascendiente, brillante. No tienes cicatriz. No tienes herida. Sin embargo, yo fui herido por los arqueros. Se apoyaron contra mí como un árbol para morir y fui rasgado como las bestias salvajes que me rodearon. No tienes herida. No hay herida, no hay cicatriz. Sí, el amo será como el siervo. Y perforados serán los pies que me siguen. Pero los tuyos están enteros. ¿Puede el que no tiene herida ni cicatriz haberse ido lejos?” El gozo y el privilegio de llevar en nuestro cuerpo las marcas de Cristo, soportando pruebas para el fortalecimiento de la fe. Una actitud gozosa.

Quiero mostrarle una segunda cosa. Un medio para perseverar en la prueba. No sólo una actitud gozosa. Sino también una mente que entiende. Una mente que entiende. Observe el versículo 3. ¿Cuál es la primera palabra en el versículo 3? ¿Cuál es? Sabiendo. Eso habla de la mente. Usted no sólo debe tener una actitud gozosa sino también una mente que entiende. Y la palabra es ginōskō, básicamente tiene la idea de conocimiento que viene a partir de una experiencia personal. El conocimiento personal que hemos aprendido debido a que hemos encontrado la verdad nosotros mismos. Sabiendo esto.

Ahora, lo que él quiere decir con esto es: mira, si vas a enfrentar una prueba de manera victoriosa, si vas a perseverar, tienes que saber unas cuantas cosas. Tienes que entender unas cuantas cosas. Cristo tuvo gozo al soportar la cruz porque Él sabía lo que iba a suceder. Él sabía lo que iba a venir. Tú también necesitas saber algunas cosas. ¿Qué es lo que necesitas saber? Bueno, sabiendo esto: que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Entonces, necesitas saber que lo que está pasando en tu vida, está produciendo algo muy benéfico.

Permítame ver si puedo explicarle esto un poco más. ¿Qué es lo que usted necesita saber para perseverar en las pruebas? ¿Qué es lo que necesita saber? Bueno, en primer lugar, necesita saber que saber que su fe está siendo probada. Usted necesita saber eso. Usted pregunta por qué necesita saber eso. Bueno, porque cuando usted salga del otro lado de la prueba y todavía tenga su fe, será bueno saber que usted es real, ¿verdad? Es maravilloso. Si usted me pregunta cómo sé que soy cristiano, una de las cosas que le voy a decir es: “bueno, amor al Señor con todo mi corazón, ciertamente no tanto como debiera, pero lo amo con todo lo que siento que debo darle.” Y entonces, sé que amo, sé que soy estoy cristiano debido a mi amor por el Señor, pero también sé que soy cristiano porque he enfrentado situaciones difíciles y salí del otro lado. Y toda mi esperanza y toda mi confianza todavía está en Él.

Entonces, sepa esto, que su fe es probada, cualquier cosa que sea legítima va a ser probada. Y la verificación de la fe verdadera debe ser algo maravilloso. ¡Qué aliento es ver que mi fe fue genuina! Que atravesé la prueba y la pasé. La palabra dokimion significa prueba. Sabiendo esto, que la prueba de su fe trae perseverancia. Produce, la palabra produce significa lograr o alcanzar. Nunca piense que las pruebas no hacen algo. Lo hacen. Las pruebas, todas las pruebas que vienen a nuestra vida tienen el diseño de lograr algo. Están diseñadas para producir algo. Están diseñadas para hacer algo. ¿Y qué es eso aquí? Es hupomonē, no paciencia. La mejor palabra es perseverancia, tolerancia. La paciencia es esa palabra makrothumiala cual tiene que ver con ser paciente con la gente. Esta es la palabra soportar, perseverar. Es el poder que permanece. Esta es una buena traducción. Perseverancia quizás sería la mejor. Y quizás es uno de esos pasajes en donde los teólogos de la antigüedad basaron la doctrina de la perseverancia de los santos como un término teológico. Es la tenacidad de espíritu que se aferra bajo la presión mientras espera el tiempo de Dios para quitarlo, para sacarlo, para recompensarlo cuando la prueba se acabe.

Oh, qué cosa tan maravillosa, tan maravillosa. Tener en su vida perseverancia. Y cada vez que usted atraviesa una prueba, cada vez que yo atravieso por una prueba y pasamos esas pruebas, somos fortalecidos. Hemos adquirido un poco más de perseverancia.

En el Salmo 40, versículo 1, esperé pacientemente a Jehová y Él se inclinó a mí, oyó mi clamor y me sacó del pozo de la desesperación y colocó mis pies sobre una roca y estableció mi andar. Él puso un cántico nuevo en mi boca. Hombre, cada vez que usted sale de una prueba, ¿no se siente así? Clamé al Señor y me levantó, me colocó sobre una roca. Puso un canto en mi corazón y salí más fuerte que nunca debido a la perseverancia de esa prueba.

Ahora, quiero mostrarle algo. Vayamos a 1 Corintios 10, simplemente necesito profundizar un poco en esto. Primera de Corintios 10:13 dice: “no os ha sobrevenido ninguna tentación,” es el mismo término aquí, “ninguna prueba que no sea humana. En otras palabras, usted no va a enfrentar algún tipo de prueba sobrenatural que va a ser tan poderosa que no hay nada dentro de la esfera humana que pueda resistirlo. No. Las pruebas que vienen son pruebas comunes para los seres humanos. Pero fiel es Dios, ahora escuche esto, que no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir. Quiero que se detenga y piense en eso.

Ahora, ¿acaso toda persona tiene la misma capacidad en términos de soportar las pruebas? ¿Es así? No. Un nuevo cristiano, un bebé cristiano, con conocimiento y entendimiento limitado y una experiencia muy limitada no va a tener la misma capacidad de soportar las pruebas al nivel que alguien más pueda. Y yo creo que lo que el apóstol está prometiendo aquí es que Dios nunca lo va a colocar en una prueba que usted no pueda enfrentar hasta que Él lo haya colocado en otras preliminares para fortalecerlo para ese nivel de prueba. Y esa es la promesa de Primera de Corintios 10:13. Nunca vendrá a su vida o a mi vida una prueba que será absolutamente abrumadora.

En primer lugar, el Señor nos va a traer pruebas, va a probar nuestra fe, fortaleciendo nuestra fe, produciendo perseverancia para que, de manera gradual, podamos avanzar para Él, enfrentando pruebas más grandes para estar listos para enfrentar esas pruebas.

El Dios que guarda el pacto soberano fiel, que mantiene seguros a Sus hijos, lo hace de una manera personal, íntima, a lo largo de todos los días y horas de nuestras vidas, no sólo mediante alguna afirmación de fiat hecha en el pasado, sino que más bien trabajando con ellos día tras día. Es como un corredor. Me acuerdo que hace algunos años atrás, tuvieron, no me acuerdo cómo usted lo llama, una competencia en Cal State Northridge hecho para la gente discapacitada del programa del Dr. Britton. Y alguien me preguntó si iba a correr. Y yo dije “bueno, no lo sé.” La gente quería invertir dinero para que yo corriera. Y cuando llegó este certamen, muchas personas habían prometido mucho dinero para esta causa si yo corría. Creo que un hombre prometió $100 por vuelta. Ahora, eso es mucha presión. Digo, sabía que si corría una vuelta más podía llegar a $100 más para el programa, ¿verdad? Y usted tenía que hacerlo en una hora. Bueno, no había estado corriendo. No corro porque tengo mis rodillas lastimadas por heridas del fútbol americano de años pasados.

Pero determiné que ese día iba a correr. Creo que corrí 26 vueltas en una hora y quiero que sepan, ustedes no sabían esto, pero no pude caminar por una semana. Mis rodillas se hincharon y no quiero entrar a toda mi historia médica, pero no podía caminar. Y, por supuesto, recibí todo un discurso de parte de mi esposa por excederme en estas cosas. Y en lo único en lo que podía pensar era que había obtenido este dinero para este proyecto, usted sabe. Pero fue un buen recordatorio de que cualquier persona que quiere desarrollar la capacidad de correr a distancias largas, debe comenzar poco a poco. Y en mi caso, fue al revés. Comencé grande y no he corrido desde ese entonces. Trabajamos, no es cierto, hasta llegar hasta la máxima capacidad.

Y el punto de Santiago está aquí. Éste es exactamente. Entendiendo y sabiendo que Dios está fortaleciendo su fe. Él está produciendo una mayor perseverancia para un mayor ministerio, para un mayor servicio, para pruebas mayores, para un gozo mayor, podría añadir. Y no le he dicho en muchas ocasiones que entre más difícil es la batalla, más dulce es la victoria, ¿verdad? Entre más difícil sea la prueba, más dulce es cuando usted sale de ella, ¿no es cierto? Esa es una realidad. Y he aprendido en mi vida que cuando usted está en una prueba, siempre, siempre hay luz en la mañana y cuando usted sale de ella, usted se regocija por la fortaleza incrementada y la liberación de Dios, lo cual vuelve a probar que Él es digno de confianza, lo cual fortalece su fe.

En 2 Tesalonicenses 1, Pablo les escribe a los cristianos tesalonicenses y dice: “gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo; debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como conviene porque nuestra fe que crece de manera excesiva.” ¿No es eso bueno? Su fe crece de manera abundante. “Y el amor de todos vosotros y el uno hacia el otro abunda de tal manera que nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra perseverancia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis.” ¿Saben lo que la perseverancia les trajo? Les trajo una fe creciente, un amor abundante y un testimonio tremendo. Es muy productivo. En el capítulo 3, versículo 5, él les dice: “el Señor dirija vuestros corazones al amor de Dios y a la esperanza paciente de Cristo.” Fueron un grupo maravilloso que perseveró.

En Hebreos, capítulo 11, también se nos ilustra esta verdad. Se habla de Moisés. “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.” En otras palabras, el hombre vivió a la luz de lo que la perseverancia traería en el futuro. Él vio hacia el futuro. Entonces, “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados…” Y demás.

Y después, él pasa ahí a hablar de otras personas en tiempos terribles de pruebas. Si usted pasa al versículo 32, simplemente, tiene más y más de ellos. Gedeón, y Barac, y Sansón, y Jefté, y David, así como Samuel y los profetas; siempre por la fe, por la fe, por la fe. Los grandes héroes de la fe aquí. Confiaron en Dios en medio de circunstancias increíbles. “que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido.” Y todo lo hicieron por la fe.

Y después, él llega al capítulo 12 y dice: “esos son los héroes de la fe. Y ustedes están rodeados por tan grande nube de testigos,” eso significa tantas personas que han dado testimonio de la virtud de la fe. Hombre, más vale que hagas a un lado las cosas en tu vida y corras la carrera de la fe como ellos. Y el gran consumador y autor de la fe es Cristo, quien es el más grande ejemplo de gozo en medio de las pruebas. Cuando vienen las pruebas, entonces, tenemos una mente que entiende. Entendemos que el Señor está produciendo perseverancia. Y la perseverancia nos fortalece para un ministerio más grande. Y nuestra fe es probada.

Hay un tercer ingrediente, y simplemente le voy a dar este en esta noche y los otros dos la próxima vez. El tercer medio necesario para la perseverancia, primero la actitud gozosa, en segundo lugar, una mente que entiende y, en tercer lugar, una voluntad sumisa. Una voluntad sumisa. Me encanta esto en el versículo 4. Es tan directo. Obsérvelo. “Mas tenga,” este es un imperativo presente activo. Este es un mandamiento, “mas tenga la paciencia su obra perfecta.” Deje que Dios haga Su obra. Que la perseverancia haga lo que Dios quiere que haga. Este es un mandato demandando sumisión. Lo que él está diciendo es sea sumiso a la prueba. No pelee contra ella. No discuta contra ella. No levante el puño contra Dios. Acéptela. Si trata de pelear contra ella, si trata de resistirla si trata de discutir con ella y debatir con ella, bueno, quizás pueda traer a su vida la disciplina de Dios. “Hijo mío, no me desprecies la disciplina del Señor ni desmayes cuando eres reprendido por Él. Porque a quien el Señor ama, Él disciplina y azota a todo hijo a quien Él recibe.” Si soportas en medio de la disciplina, Dios te trata como hijo. Él está perfeccionándote, Él está moldeándote. Y si peleas contra esto, vas a descubrir que se vuelve más y más difícil.

Entonces, debemos someternos. Debemos someternos. Dije esto, recuerde, cuando estábamos estudiando 1 Corintios 10 hace años atrás. La única manera de salir de una prueba es pasarla. No hay salidas laterales. La manera de salir de atravesarla. “Dios es fiel, quien no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir, sino que justamente con la tentación os dará la salida para que podáis soportar.” Y la manera de pasarla es siempre soportar las pruebas.

Entonces, con gozo en las pruebas porque vemos el futuro glorioso, porque somos acercados a la comunión dulce con el Padre, porque somos enriquecidos en la comunión de los sufrimientos de Cristo. Porque vemos el pecado que es quitado de nuestra vida. Porque nos da una mayor esperanza para el cielo en el gozo de todo esto, comenzamos a ver cómo perseverar.

Después, viene el entendimiento de que Dios está haciendo esto para crear una mayor perseverancia, para una mayor utilidad, para pruebas mayores y después, nos sometemos a eso con un espíritu sumiso, una voluntad sumisa. Y vea lo que dice aquí: “más tenga la paciencia su obra perfecta.” Lo que está tratando de hacer. Deje que la perseverancia tenga una obra perfecta. Lo que está tratando de hacer es simplemente hacerlo a usted mejor.

La palabra perfecta aquí sería mejor traducida espiritualmente maduro. No resista las pruebas, no pelee contra ellas, no las resistas, no niegue a Dios esta obra maravillosa y perfeccionadora que Él quiere hacer en su vida. En el Salmo 131, simplemente un Salmo de 3 versículos, se pierde, pero escuche lo que dice: “Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes para mí. En verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre.” Un hermoso pensamiento. Señor, en lo que me has metido me ha hecho crecer. He madurado, me has quitado el biberón es lo que está diciendo. Y ese es un privilegio. Un corazón agradecido por ser destetado para ser fortalecido.

Job le agradeció a Dios. Y se sometió con disposición a toda prueba que el Señor le dio, aunque su corazón algunas veces estuvo confundido. ¿Y sabe lo que es interesante? No fueron las circunstancias las que confundieron a Job. No fueron las circunstancias que le molestaron. Fue el hecho de que él no podía recibir una respuesta de Dios lo que le molestó. Él estuvo preguntando y no recibía nada a cambio. Y ésa fue la dificultad. En Job 5:7, él dice, Elifaz está hablando, “Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción. Ciertamente yo buscaría a Dios, y encomendaría a Él mi causa; El cual hace cosas grandes e inescrutables, y maravillas sin número; Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, y envía las aguas sobre los campos; Que pone a los humildes en altura, y a los enlutados levanta a seguridad.”

Él dice cuando atraviesa por una prueba, simplemente encomiéndese al Señor. Simplemente, entréguese a Dios. Confíe en Él. Salmo 37 dice: “no te alarmes debido a los malhechores. Encomienda a Jehová tu camino, confía también en Él.” Las escrituras dicen: “y Él lo hará.”

Ahora escuche, siga esto. La perseverancia no es la meta. La meta es la perfección. La perseverancia es un medio para llegar a eso. Es así. Usted atraviesa una prueba, usted se vuelve más fuerte. Usted tiene mayor perseverancia. Esa mayor perseverancia le va a permitir enfrentar una mayor prueba. Y esa mayor perseverancia una prueba más grande y la secuencia de esto va a traer madurez espiritual.

La perfección realmente es sinónimo de madurez espiritual. Deje que la perseverancia llegue a la meta o al fin o al cumplimiento, el cual es madurez espiritual. No significa ausencia de pecado. No. No hay indicación de ausencia de pecado. Santiago 3:2 en muchas cosas todos tropezamos, pero el punto es madurez espiritual, desarrollo maduro completo. En los términos de 1 Juan 2:14, ser un padre espiritual que conoce a Aquel que es desde el principio.

Por cierto, este término perfecto, teleion, se usa en fuentes seculares acerca de animales que han llegado a su máximo nivel de crecimiento. Aquí es usado de cristianos que han llegado a su máximo nivel de madurez. Produce a un cristiano totalmente maduro. Entonces, el Señor le está dando perseverancia para colocarlo en una mayor prueba para hacerlo un cristiano más fuerte, un cristiano más maduro.

En Filipenses 3:15 dice: “por lo tanto, tantos como son maduros” y demás. Entonces, es alcanzable. Usted puede llegar ahí. El Señor lo está metiendo ahí para que usted llegue ahí. La fe es probada para hacernos más dependientes, para darnos una fe más fuerte, para llevarnos a una comunión más profunda. Y eso nos hace más maduros.

La palabra perfecto tiene la idea de virtud. Llevarnos al lugar en donde realmente queremos estar y donde el Señor quiere que estemos. También, en cierta manera, expresa la idea de equilibrio, una justicia equilibrada estable. El mejor versículo para explicarlo, me encanta este, Gálatas 4:19, Pablo dice: “nunca estaré satisfecho o estaré en trabajo siempre teniendo un dolor espiritual hasta que, escuche esto, Cristo sea, ¿qué?, Formado en vosotros. ¿No es éste un pensamiento maravilloso? Ese es el deseo. Esa es la meta espiritual definitiva, hasta que Cristo sea formado de manera completa en nosotros.

Y él describe lo que él quiere decir por perfección en el versículo 4: “mas tenga la paciencia su obra perfecta para que seáis perfectos,” y repite nuevamente teleioi, “y cabales o completos. Esa es una palabra maravillosa, holoklēros.  Holos significa entero. Tenemos una palabra en la actualidad, holografía, la cual es un retrato de 360°, holografía. Holos y klēros significa todas las porciones. Él quiere que en todas las porciones usted esté intacto, espiritualmente completo, bien redondeado; y después, el negativo de esto, “sin que os falte cosa alguna.” Esta es una afirmación que abarca mucho. Él lo mete en el medio de pruebas para que usted pueda adquirir perseverancia, para que usted pueda atravesar por más pruebas, hasta que usted haya llegado a ser alguien que está totalmente completo, una persona madura en Cristo.

Sólo las pruebas realmente pueden hacer eso. Toman la Palabra de Dios, la cual es capaz para perfeccionarlo, 2 Timoteo dice, y las pruebas, 1 Pedro 5:10, “el Dios de toda gracia, después de que hayáis padecido por un poco de tiempo,” ¿qué?, “os perfeccione.” Las pruebas y las Escrituras y la perfección que viene.

Permítame llevarlo a un pasaje que va a llevar a este punto a una conclusión. En Jeremías 48, Jeremías 48, uno de mis pequeños textos favoritos en el Antiguo Testamento porque es tan rico en su significado. En Jeremías 48, hay un juicio que se habla en contra de Moab, el cual, claro, él estaba en el sur y al este de Jerusalén, una nación vecina pagana. De hecho, Dios había maldecido a los moabitas y no se permitía que hubiera ningún moabita en la casa de Israel. Y hubo una maravillosa excepción a esta historia, Ruth por la gracia de Dios. Pero en el versículo 11, quiero que note esto, “quien estuvo” dice, “Moab, desde su juventud.” ¿Sabe cuál es el problema de Moab? Moab es impío. Moab es no regenerado. Moab es disoluto. ¿Sabe por qué? “Porque Moab nunca tuvo problemas en su vida.” Una vida sin problemas produce una virtud muy débil. ¿Muy bien?

Ahora observe. “Y sobre su sedimento ha estado reposado.” ¿Qué es sedimento? Bueno, sedimento es lo que se asienta en la parte de abajo de una piel que contiene vino, en el proceso de hacer el vino, sobre su sedimento ha estado reposado. Y no fue vaciado de vasija en vasija. Ni nunca estuvo en cautiverio. Por tanto, “quedó su sabor en él y su olor no se ha cambiado.”

Usted pregunta qué quiere decir esto. Bueno, le voy a decir lo que es. Este es un retrato del proceso de hacer vino. Ahora, quiero decirle cómo se hace. Digo esto a manera de estudio y no por experiencia. Quiero decirle cómo se hace. Usted tiene una serie de pieles que contienen vino. Y entonces, usted toma este fruto de la vid, el jugo de uva y lo vacía en una piel de vino. Y usted deja que se asiente.

Y conforme se asienta por un tiempo, el sedimento se asienta en la parte de abajo y comienza a separar el vino del jugo. Usted entonces, después de un período de tiempo, y este es un proceso típico de producción de vino, toma algo de lo que está en esa piel que contiene el vino y lo vacía en otra. Y algo del sedimento se queda en la parte de abajo. Usted lo vacía en la siguiente piel que lo contiene y de nuevo el proceso es repetido a lo largo de un transcurso de tiempo. Y sea cual sea el sedimento, se queda en la parte de abajo de ese. Usted lo repite una, y otra, y otra y otra vez. Y finalmente, lo hacía en una piel y espera por mucho tiempo. Y lo vuelve a vaciar de tal manera que no hay sedimento y va a estar dulce.

Todo ese sedimento es recolectado. Y de este sedimento se hace el vinagre. Pero el vino ahora tiene una fragancia dulce y un sabor dulce. Y ha llegado a ser eso porque ha sido vaciado de contenedor, a contenedor, a contenedor. Y en cada caso, el vaciarlo en otro contenedor ha permitido que lo amargo se quede en el fondo.

Y Dios está diciendo: “si Moab tan sólo hubiera sido vaciado de problema, a problema, a problema, de tal manera que lo amargo se hubiera quedado afuera, Moab habría tenido un aroma dulce. Pero Moab ha estado quieto.” Eso es algo malo. Tened por sumo gozo. Y entienda esto y sométase a esto porque Dios, conforme lo vacía a usted y a mí, de prueba, en prueba, en prueba, todo lo amargo se está quedando en la parte de abajo hasta que finalmente, traemos delante del Señor únicamente un sabor dulce y un aroma dulce sin amargura en absoluto.

Nos regocijamos en nuestras pruebas con eso en mente. Entendemos la obra perfeccionadora y nos sometemos con disposición. Ahora, si usted puede enfrentar sus pruebas de esta manera, usted va a convertir la tribulación en triunfo, ¿verdad? Hay dos más y las veremos la próxima vez. Oremos.

Padre, no queremos que habiendo oído olvidemos o habiendo recordado, no apliquemos. Sino que deseamos que Señor, oigamos y apliquemos estas cosas en nuestras vidas. Ayúdanos ahora a internalizar y hacer las personales, inclusive conforme hablamos estas palabras escritas de una manera tan hermosa por el escritor del himno. Y que sea nuestra propia oración cuando digamos: “estate quieta, alma mía.” Que eso signifique mi alma.

Y que sea cual fuere la prueba, sea cual fuere la lucha, que te la dejemos a Ti para que Tú la ordenes y proveas, sabiendo que en todo cambio Tú vas a ser fiel, que Tú eres nuestro mejor amigo, nuestro amigo celestial. Y sin importar qué tan espinoso sea el camino, que Tú nos guíes a un fin gozoso. Que esta sea la expresión de nuestros corazones conforme cantamos juntos. Y Señor, lleva a cabo en toda vida Tu obra perfecta y de gracia por causa del Salvador. Amén.

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Características de la literatura sapiencial

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Características de la literatura sapiencial

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La pregunta que oigo con frecuencia, aunque debo confesar que no con tanta frecuencia hoy en día como antes, debido a los cambios en las traducciones populares de la Biblia, pero la pregunta que solía escuchar todo el tiempo era, «RC, ¿Dios crea el mal?» Y usualmente respondía rápido y decía: «No, Dios no crea el mal”.

Ese es el a priori bíblico, que Dios no es el autor o el creador del mal. Y luego, de inmediato ellos respondían: ‘Pero la Biblia dice que lo hace’. E iban al capítulo 45 del libro del profeta Isaías y citaban el texto en el que Dios dice que ‘causa bienestar’ o ‘crea bienestar’ y “crea calamidades” . Y entonces ellos decían: ‘Aquí mismo, en la Escritura dice que Dios crea el mal’.

Y luego eso provocaba una larga discusión en relación a algunos de los principios que necesitamos tener a nuestra disposición para interpretar la Escritura donde podamos reconocer ciertas formas de escritura, o formas literarias o géneros literarios que se usan con frecuencia a lo largo de la Biblia.

Otro ejemplo similar es una declaración que proviene del contenido del Padre Nuestro, donde cada vez que decimos la oración, repetimos las palabras: «Y no nos metas en tentación”.

Y personas me dicen: «Bueno, ¿no dice Santiago que cuando uno es tentado no digas que es tentado por Dios?  Dios nunca tienta a nadie, pero las tentaciones surgen de los deseos de tu propio corazón.

Y si ese es el caso, según Santiago, entonces ¿por qué deberíamos orar? o ¿por qué Jesús nos enseñó a orar, diciendo a Dios: «Y no nos metas en tentación “, como si Dios fuera a hacer tal cosa de tratar de llevarnos o tentarnos a pecar?

Bueno, de nuevo, si reconociéramos la forma literaria en la que aparecen esas palabras, no nos perderíamos en las falsas conclusiones que podríamos sacar. Bueno, ¿de qué forma literaria estoy hablando? Estoy hablando de una forma literaria que es muy importante en la literatura de la Biblia, que se encuentra mucho y más ampliamente, pero de ninguna manera exclusivamente, en los libros del Antiguo Testamento que llamamos los libros poéticos.

Ahora, en el mundo judío antiguo, los judíos se referían a tres libros en el Antiguo Testamento como los libros poéticos. Y esos libros eran Salmos, Proverbios, y el libro de Job, por la sencilla razón de que en la forma que ellos aparecen, es la forma de poesía hebrea.

Ahora en nuestros días, cuando dividimos los diversos grupos o clasificaciones de los libros en el Antiguo Testamento, tenemos una categoría que usamos más amplia, hablamos en términos de la llamada “literatura sapiencial”.

Y la literatura sapiencial en el Antiguo Testamento contiene los tres libros poéticos que acabo de mencionar, Salmos, Proverbios, y Job, pero también hay otros dos libros que suelen incluirse normalmente bajo esta Literatura Sapiencial, aunque a veces debatible.

Pero esos otros dos libros que usualmente son incluidos en este grupo son los libros: el Cantar de los Cantares y el libro de Eclesiastés.

En el Nuevo Testamento, el libro que a menudo se pone en la categoría de literatura sapiencial es la epístola de Santiago, escrita probablemente por el hermano de nuestro Señor.

Ahora, la literatura sapiencial del Antiguo Testamento se centra en filosofía. Pero esto es un poco engañoso porque cuando piensas en la palabra “filosofía” estoy seguro que piensas en la especulación abstracta caracterizada por la búsqueda metafísica de los antiguos griegos y de los pensadores teóricos occidentales.

Pero en su forma rudimentaria, la palabra filosofía en el griego significa ‘fileo’ amor, como en Filadelfia, amor fraternal; el amor de Sofía, el amor por la sabiduría.

Muy a menudo, en nuestra comprensión de la filosofía estamos hablando de especulación abstracta. Pero para el judío, el énfasis y el punto central de la filosofía judía, tal como se encuentra en el amor judío por la sabiduría o en la literatura sapiencial no es, “¿cómo podemos discernir respuestas a preguntas fundamentales a través de la especulación abstracta?”, sino que la principal preocupación de la filosofía judía era, ¿cómo puedo vivir una vida piadosa día a día, que es agradable a Dios?”

Es decir, era una orientación mucho más práctica de la que normalmente solemos encontrar en la filosofía tradicional de occidente. Es por eso que la literatura sapiencial declara una y otra vez que “el temor del Señor es el principio de la sabiduría”.

Puesto que el tipo de sabiduría no es un simple sentido común o sagacidad que asociamos con personas que son inteligentes, sino, más bien, la sabiduría es la sabiduría de conocer lo que agrada a Dios y cómo debemos vivirlo. Y eso no puede conocerse, sino hasta que el alma está primero en una actitud de reverencia y adoración delante Dios.

Eso es lo que se entiende por “el temor del Señor”; es el prerrequisito previo, el fundamento necesario para acumular sabiduría. Ahora, para entender la literatura sapiencial, los proverbios, por ejemplo, y los salmos, tenemos que entender, ante todo, algo acerca de la naturaleza de su contenido poético. Nosotros tenemos poesía en el idioma español y tenemos distintas maneras de escribir poesía y recordar poemas, y una de las cosas a la que prestamos atención es a la métrica y la estrofa y el ritmo del lenguaje; y es algo común en nuestra literatura poética usar la técnica de la rima. Aunque no toda la poesía en español rima.’, gran parte de nuestra poesía rima.

Pero la rima no era parte importante de la poesía hebrea. Pero la métrica y el ritmo, sí eran importantes para la poesía hebrea y esa es una de las cosas más difíciles de traducir por los traductores.

También encontrarás en la poesía hebrea juegos de palabras y modismos que son parte de su riqueza poética, lo cual no siempre puede ser traducido de un idioma a otro. Recuerdo que cuando vivía y estudiaba en Holanda, haciendo un posgrado que tenía que hacerlo en otro idioma.

Hay un libro pequeño que apareció llamado “La dificultad de un irlandés con el idioma holandés” que devoré y me reí como loco porque pude identificarme con el libro por todos los errores que cometí y todos los problemas que tuve.

Vivíamos en un pueblo a unos 40 kilómetros fuera de Ámsterdam y la dueña de casa no hablaba inglés. Recuerdo que un día bajé a la cocina después de estudiar, y ella me preguntó qué estaba haciendo. Yo le contesté: «Estoy tomando un descanso», que es una expresión idiomática que no se puede traducir directamente al holandés.

Y ella me miró desconcertada y perpleja porque dije que estaba tomando un descanso.  Y ella dijo: ¿qué significa en holandés? Eso no significa nada en holandés. Y entonces, “ah, ya recuerdo”, la palabra holandesa para ‘tomar’ o el concepto para ‘tomar un descanso’ es la palabra ‘pauze’, como ‘pause’ en inglés; pero la palabra en holandés para pausa, es igual como pause en inglés, con la diferencia que la “e” no es muda. Uno dice “pauz -e”.

Pero ya que esta fue una de esas palabras que era la misma en inglés, yo dije “Oh” en holandés, dije: «Usted sabe, parece que estoy tomando una ‘pause’».

Solo que no pronuncié la E, entonces P-A-U-S en holandés es la palabra para “Papa”. Y la palabra que yo traduje para ‘descanso’ fue la palabra holandesa para ‘hernia’. Yo solo estaba tratando de decirle a esta señora que estaba tomando un descanso de mi trabajo y terminé diciéndole que el Papa tenía una hernia y ella se preocupó mucho.

Así que esos son los problemas que tenemos al pasar de un idioma a otro. Podría contarles de algunos otros que también fueron solo graciosos y muy vergonzosos. Pero en cualquier caso, el recurso literario principal que encontramos en la poesía hebrea es un recurso llamado paralelismo. — Paralelismo. Veamos si puedo deletrear esto. Esta es una palabra que a menudo la tengo que repetir dos veces cuando la digo. Parece un trabalenguas entre la ‘r’ y la ‘l’. Pero creo que lo digo bien.

‘Paralelismo’, como la palabra lo indica, describe una forma escrita en la que dos o más segmentos, versos o pares, o lo que sea, se enuncian en algún tipo de relación paralela. Así que si solo miras a una línea de una declaración paralela e ignoras el resto de lo que está dicho en ella y alrededor de ella, puedes fácilmente llegar a un entendimiento erróneo de lo que se dice, porque el segmento paralelo amplifica y explica, hasta cierto punto, lo que se dice en la declaración inicial.

Por ejemplo, cuando volvemos al problema de si Dios crea el mal, en Isaías 45, permítanme leerles cómo se traduce en La Biblia de las Américas.  Al final del versículo 6 leemos: «Yo soy el Señor, y no hay otro; el que forma la luz y crea las tinieblas, el que causa bienestar y crea calamidades».

Bueno, esto puede ser confuso, pero esto es lo que se llama paralelismo sinónimo, donde los dos segmentos están diciendo básicamente lo mismo con diferentes palabras. Ahora, es confuso, ya que cada uno de estos segmentos indica un contraste. En la primera parte de Dios está diciendo: ‘Yo soy el Dios que crea la oscuridad y soy el Dios que crea la luz’.

Así que la oscuridad y la luz están puestas una frente a la otra. En la traducción original, el segundo verso dice: “Yo hago o creo el bienestar y creo la calamidad”.

Y de aquí es donde salen todas estas preguntas, donde el texto dice Dios: “crea la calamidad”. Bueno, la palabra hebrea para calamidad tiene al menos ocho matices distintos y estamos infiriendo la idea del mal moral. Y básicamente lo que Dios está diciendo es “Yo traigo la paz, también traigo perturbación. Traigo prosperidad, también traigo calamidad”.

Y si hubiéramos visto al principio que esa frase se encuentra en términos de paralelismo, si hubiera alguna confusión sobre lo que una parte significaba, entonces podríamos haberla descubierto al ver su relación con sus otras partes.

«Y no nos metas en tentación, sino líbranos del mal». Ahora hay más ambigüedad porque la palabra que se traduce en español «mal» sugiere algo genérico, algo abstracto o neutro, donde la palabra en el texto griego del Padre Nuestro no es «poneron», lo cual sería el mal en general o el mal en abstracto, sino que es «ponerós», la cual es la forma nominativa singular masculina de la palabra que suele traducirse como «el maligno».

Entonces, lo que Jesús está diciendo es que cuando oren, díganle a Dios: ‘No nos metas en tentación, sino líbranos del maligno’. ¿Qué está diciendo? De nuevo, la palabra “tentar” también puede usarse para “probar”. Y Jesús está diciéndole a su pueblo: ‘tuve que soportar el ataque desenfrenado de Satanás en la soledad del desierto.

Voy a orar y pedirles que oren por ustedes para que Dios no les ponga a prueba, sino que Él los mantenga alejados del ataque del enemigo. Que incluso como lo hizo con Job, Él puso un cerco a su alrededor y lo protegió de los dardos del enemigo, así deberías estar orando, ‘Señor, no nos dirijas al lugar de prueba, sino líbranos del maligno’. Y eso se hace evidente cuando nos familiarizamos con el paralelismo.

Como ya dije, el paralelismo es la característica principal de la poesía hebrea y lo encontramos de forma prominente y generalizada en los libros poéticos, pero no solo en los libros poéticos. Encontramos usos extensos de poesía entre los profetas: en Isaías, Jeremías, incluso en la oración de Jonás, cuando le pide a Dios que lo libere y Dios lo rescata al enviarle un gran pez para salvarlo del mar.

Y encontramos intercalados en los evangelios y las epístolas, pequeñas porciones de escritos poéticos. Y casi en todas partes donde encuentres poesía, encontrarás paralelismo. Así que es una herramienta muy importante para entender y les mostraré más ejemplos mientras vemos un breve panorama de entre la literatura sapiencial misma.

Pero antes de hacer eso, de nuevo, la primera clase es paralelismo sinónimo, donde se repite el mismo pensamiento.  Les daré un ejemplo. “Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitantes todos del mundo”. Ahora, “oíd esto”, “escuchad”, es lo mismo. “Pueblos todos”, “habitantes todos del mundo”, lo mismo es dicho en ambos versículos.

Ahora, este fue simple. Una de las que más me ha llamado la atención es la bendición hebrea, que también es muy reveladora para nosotros y extremadamente rica cuando vemos el paralelismo.

Y voy a tomar un momento para poner esto aquí. “El Señor te bendiga y te guarde”. ¿correcto?

Esa es la primera línea donde pedimos que Dios bendiga a la gente y la guarde. Luego la misma idea es repetida en la línea siguiente. “El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti” ¿Bien? “haga resplandecer” y “tenga de ti misericordia”. Bueno, esas no son las mismas palabras. Pero ¿qué quiere el judío de la gracia de Dios, sino ser preservado, ser guardado? Y ¿qué significa ser bendecido en Israel? Bendición, la bienaventuranza es identificada en términos de la proximidad que uno disfruta del rostro de Dios.

“El Señor te bendiga”, “El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, que el Señor levante la luz de su rostro sobre ti y te conceda paz”.

Lo mismo se dice en las tres líneas, solo que con un lenguaje diferente, pero donde es tan enriquecedor es, si quieres entender la idea judía de la gracia, es que sin duda está vinculado a la idea de shalom, paz.

Es una paz benévola. Es una paz que experimentamos cuando sabemos que somos guardados o preservados por Dios. ¿Quieren saber lo que es la bienaventuranza? Es mirar al rostro de Dios, para que la luz de su rostro brillando sobre ti. Si quieren buscar en la antítesis decimos, ¿cuál es la maldición? La maldición de Dios es ¿Qué? Cuando Él apaga las luces, cuando Él aparta su rostro, cuando ya no nos preserva, cuando Él retiene su gracia y nos quita nuestra paz. Entonces, con este tipo de evaluación, podemos encontrar las profundidades y riquezas que están contenidas en estos pasajes.

La segunda forma de paralelismo que encontramos con frecuencia se llama paralelismo antitético, donde, en este caso, después de que el primer segmento hace una declaración, una declaración positiva, su opuesto es indicado a continuación, en el segundo segmento por contraste o antítesis.

“La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira”. ¿Ves? Si usas un tipo de lenguaje, eso quita el furor, lo calma, ves, y trae paz. Si usas otro tipo de lenguaje, eso exacerba la situación y genera conflicto.

Esto lo lees con frecuencia en Proverbios. El sabio hace tal y tal, pero el necio hace otra cosa. Y entonces encuentras allí un ejemplo de paralelismo antitético.

El tercer tipo de paralelismo es lo que se conoce como “sintético”, al igual que los materiales sintéticos, orlón, rayón, y otros. El paralelismo sintético es cuando el segundo segmento o la segunda parte de la declaración, o bien se basa en la primera, o completa lo que dejó sin terminar en el primer segmento.

Y verás esto con frecuencia sobre todo en Proverbios donde tendrás la primera línea, luego la segunda línea se basará en la primera línea, luego la tercera línea te llevará al siguiente grado y a la cuarta y puede seguir por varios versos. Y a eso se le llama síntesis porque algo es nuevo.

Algo nuevo es añadido en el segundo segmento que no se encuentra en el primer segmento, pero lo que es nuevo no es antitético o establece un contraste con lo que ya se dijo.

«Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida».

Vieron que en ese segundo segmento, no hay un contraste ni es sinónimo, sino que introduce una nueva declaración en este componente básico o construcción. Ahora, hay otras formas de poesía algo más oscuras y esotéricas a las que no voy a entrar debido a que no es necesario tratar con ellas en su viaje inaugural por la Escritura, pero, solo estén alertas cuando estén leyendo la Escritura y estén teniendo problemas para interpretarla por ustedes mismos, busquen el género, busquen la forma literaria en la que aparece porque puede ser una declaración poética y la poesía tiene sus propias reglas de interpretación que difieren de nuestra prosa normal. Y no solo eso, como una guía para evitar errores, pero también para ver eso que es tan hermoso en términos de la revelación de Dios cuando Dios usa este medio particular de comunicación para expresar su Palabra.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

http://www.ligonier.es

15/27 – El ministerio profético de Cristo

Aviva Nuestros Corazones

Serie: El Cristo incomparable

15/27 – El ministerio profético de Cristo

Nancy Leigh DeMoss

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/el-ministerio-profetico-de-cristo/

Leslie Basham: Nancy Leigh DeMoss nos recuerda que después que el Antiguo Testamento llegó a su fin, pasaron 400 años de silencio de parte del Señor.

Nancy Leigh DeMoss: Después de haber tenido por años a un profeta tras otro hablando de parte de Dios; el silencio era ensordecedor, pero el pueblo aún esperaba. Ellos se aferraban a la esperanza del gran profeta prometido en Deuteronomio 18.

Leslie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Estamos conociendo a Jesús de nuevas maneras mientras Nancy Leigh DeMoss continúa con esta serie, El Cristo incomparable.

Nancy: Al mirar en el Antiguo Testamento, podemos ver tres oficios importantes ordenados por Dios.  Estos tres son profeta,  sacerdote y  Rey. Diferentes hombres fueron profetas, otros fueron sacerdotes y otros fueron reyes.  Algunos fungieron en más de un rol, y estos hombres tomaron estos roles porque les fueron dados por Dios.

Todos estos oficios, y las personas que los desempeñaban, anunciaban y apuntaban al Mesías…a Cristo.  Vemos en la vida de Cristo como Él perfectamente cumplió con estos tres oficios.

Hoy estaremos considerando a Cristo como un profeta en Su ministerio profético.

Ahora esta palabra profeta y profecías…la han escuchado siendo utilizada en muchas formas diferentes, unas que son más bíblicas que otras.  Vamos a apegarnos aquí solo a las Escrituras.  Los profetas del Antiguo Testamento fueron mensajeros.  Ellos  fueron comunicadores de parte de Dios.  Ellos fueron elegidos y señalados por Dios mismo.   Ninguno se levantó un día y dijo, “Oh, yo quiero ser un profeta, creo que voy a ir al seminario y seré un profeta”.

No, Dios los trajo de lo que estaban haciendo, Dios hablaba a Sus profetas y les revelaba Su voluntad.  Él les comunicaba directamente a los profetas lo que Él quería que Su pueblo supiera.

Ahora recuerden que ellos no tenían la Biblia.  Es decir que este era el medio de Dios para comunicarse con Su pueblo.  Dios les daba a los profetas anuncios, instrucciones, palabras de aliento, palabras de advertencia.  Lo que sea que Él quería que Su pueblo supiera, Él se lo decía a los profetas, y los profetas lo escuchaban y entonces se lo decían al pueblo.

Las palabras de Dios a los profetas incluían dos tipos esenciales de discursos.  Primero estaba el de anunciar y luego estaba el de predecir o profetizar.

  • Proclamar, pasando el mensaje de Dios que podía ser algo acerca del pecado del pueblo o acerca de Su justicia o acerca de Sus caminos o de Su voluntad.
  • Pero entonces también estaba el de predecir, o profetizar acerca del futuro.

Algunas veces en las profecías podemos ver —la proclamación—o la predicción. A veces podías ver ambas cosas entremezcladas, pero pudiendo dividirlas entre las dos categorías.  No todas las profecías eran acerca del futuro.  Algunas eran acerca del presente; esa era la del que proclama.  Pero otras predecían algo acerca del futuro.

  • De manera que Dios hablaba a Sus profetas, les revelaba Su voluntad—lo que Él quería que Su pueblo supiera.
  •  Entonces, los profetas tenían que escuchar lo que Dios decía.  Ellos tenían que recibir Su revelación.
  • Y luego era la responsabilidad de los profetas de proclamar al pueblo el mensaje que ellos habían recibido de Dios.

De manera que vemos esta dinámica de comunicación.  Dios hablaba a Sus profetas; los profetas escuchaban; ellos recibían el mensaje; y entonces ellos le transmitían el mensaje al pueblo.

Frecuentemente cuando los profetas hablaban, decían una frase que vemos muchas, muchas veces en el Antiguo Testamento: “Así dice el Señor”.

Estas no eran las palabras del profeta.  El profeta no estaba compartiendo sus pensamientos o sus propias opiniones.  No era, “Esto es lo que pienso” o “Esto es lo que yo creo”.  Era más bien, “Así dice el Señor”.

Cuando los profetas hablaban respaldados por la autoridad de Dios, era como si Dios mismo le estuviera hablando a Su pueblo.  Ahora había también algunos falsos profetas que decían, “Así dice el Señor”, pero no estaban realmente hablando de parte de Dios,  y había graves consecuencias para aquellos falsos profetas.

Estamos hablando aquí acerca de verdaderos profetas del Señor.  Ellos decían, “Así dice el Señor”. Estas eran palabras de Dios.  Entonces cuando decían, “Así dice el Señor”, el pueblo necesitaba detenerse, escuchar y reconocer que cuando estos profetas hablaban,  Dios estaba hablando.

Ahora recuerden que Dios los llamaba y los señalaba, por lo que su trabajo era hablar lo que fuera que Dios les ordenara y les  dirigiera a decir.  Ellos trabajaban para Dios.  Ellos eran siervos de Dios.  Ellos eran Sus mensajeros, Sus comunicadores, y ellos eran responsables de dar el mensaje tal cual lo escuchaban—sin cambiarlo; sin agregarle; sin quitarle.  Transmitirlo tal cual lo escucharon.

Así que, déjenme darle algunos ejemplos de esto:

Dios al profeta Jeremías en Jeremías capítulo 1:

Porque adondequiera que te envíe, irás, Y todo lo que te mande, dirás…Entonces el Señor extendió Su mano y tocó mi boca.  Y el Señor me dijo:  “Yo he puesto Mis palabras en tu boca” (v.7,9).

Eso es un profeta.  Ezequiel capítulo 3:

Me dijo además, “Hijo de hombre, ve a la casa de Israel y háblales con Mis palabras” (v. 4).

Eso es un profeta…escuchaba la Palabra de Dios, enseñaba la verdad y la Palabra de Dios a otros.

Un libro de doctrina cristiana lo resumió de esta manera: “Un profeta de Dios es uno que habla por Dios, dando a conocer e interpretando las palabras y la voluntad de Dios al hombre”.  Eso es un profeta.

Ahora bien,  quiero llamar tu atención a un punto realmente importante de un pasaje del Antiguo Testamento.  Si tienes tu Biblia, déjame alentarte a ir al libro de Deuteronomio, al capítulo 18.  Esta es una profecía del Antiguo Testamento acerca de un profeta.  Se hace muy importante, una vez nos percatamos de que Jesús entra en escena.

Moisés es el que está hablando aquí.  Él es uno de los grandes profetas del Antiguo Testamento.  En el versículo 9 hasta el versículo 14,  no vamos a leer esto ahora, pero él le dice al pueblo: “Ustedes no serán como las naciones paganas de alrededor nuestro que hacen caso a los encantadores, a los hechiceros y adivinadores. Sino que ustedes escucharan a Dios y a Sus mensajeros.  Ustedes escucharán a Sus profetas”.  Entonces Él habla de otro profeta,  uno que es él que habría de venir.  Y veamos el versículo 15:

Un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el Señor tu Dios; a él oirán.  Esto es conforme a todo lo que pediste al Señor tu Dios en Horeb el día de la asamblea [cuando se le dio la ley], diciendo: “No vuelva yo a oír la voz del Señor mi Dios, no vuelva a ver este gran fuego, no sea que muera” (v. 15-16).

Ahora, él estaba haciendo referencia a un instante en el Monte Sinaí  en donde el pueblo estaba aterrado al escuchar la voz directa de Dios.  Ellos no podían soportarlo.  Temían que fueran a ser consumidos por Su gloria.  Entonces ellos le pidieron a Dios que les hablara a través de un intermediario, alguien que mediara entre ellos y Dios.  Esto es lo que hacía un profeta.  Moisés era este tipo de profeta.

Dios le hablaba a Moisés allá en la montaña, y entonces Moisés bajaba de la montaña y le decía al pueblo lo que Dios le había dicho.  Y Moisés les recordaba: “Ustedes dijeron, “No permitas que Dios nos hable directamente.  Nos mataría.  Envíanos profetas””. Versículo 17:

Y el Señor me dijo: “Bien han hablado en lo que han dicho.  Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré Mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que Yo le mande [dijo Dios].  Y sucederá que a cualquiera que no oiga Mis palabras que él ha de hablar en Mi nombre, Yo mismo le pediré cuenta”. (v. 17-19).

Esta es una profecía del Antiguo Testamento en relación al Mesías.  Los judíos, luego de cien años, vinieron a creer y a ver que esta era una profecía del Mesías que había de venir.  Dios prometió que enviaría a otro Profeta, un profeta como Moisés en muchos aspectos.  Él sería un maestro, un gobernante , un mensajero — solo que mayor.  Él sería el más supremo de los profetas a través del cual Dios se daría a conocer a Él mismo y Su voluntad a Su pueblo.

Entonces a través de la era del Antiguo Testamento, una generación tras otra esperaba al Profeta (con P Mayúscula) al Profeta prometido.  Y durante este tiempo, Dios habló a través de muchos profetas (con p minúscula) muchos profetas diferentes, pero ninguno era “El Profeta” (con P mayúscula) que había sido prometido.  Estos profetas menores estaban simplemente allanando el camino para el Profeta que había de venir, el Mesías, y estos profetas apuntaban el camino del Profeta, quien claro está, sabemos que era Cristo.

De  manera que tenemos diferentes profetas, mucho de los cuales leemos en las Escrituras.  Hay libros en el Antiguo Testamento que llevan sus nombres — al final del Antiguo Testamento tenemos, a Sofonías, él es un profeta; Hageo, él es un profeta; Zacarías, él es un profeta; y entonces Malaquías—el profeta Malaquías.  Entonces llegamos al final del antiguo pacto, el final del Antiguo Testamento y luego por 400 años no hubo profetas — no hubo profetas verdaderos.  En este tiempo hubo solo  falsos profetas.

¿Por qué no hubo profetas durante esta era? Creo que hay dos razones.  Una, la más obvia, no había Palabra de Dios—¿por qué no había Palabra de Dios? Creo que la razón para esto es porque el pueblo no estaba escuchando.  Ellos no estaban recibiendo.  Sabemos que no hubo palabra de Dios a través de Sus profetas durante un período de 400 años.

El silencio era ensordecedor, después de haber tenido un profeta tras otro hablando de parte de Dios.  Pero la gente aún seguía esperando.  Ellos se aferraban a la promesa del gran Profeta prometido en Deuteronomio 18 — el Profeta (con P mayúscula).  “Levantaré para ellos un profeta como tú de entre sus hermanos.  Y pondré mis palabras en su boca, [dijo Dios] y él les enseñará todo lo que yo le ordene”.  El profeta.  Ellos esperaban; y esperaban.

Y vamos 400 años hacia delante, a partir del tiempo de Malaquías, y entonces entra en escena un profeta: Juan el Bautista.  Un hombre enviado por Dios.  Él fue el último de los profetas del Antiguo Pacto.  Los sacerdotes y los Levitas le preguntaron a Juan el Bautista en Juan capítulo 1: “Eres el profeta —¿el prometido?” (Juan 1:21).

Ahora bien recordemos, que a este momento durante los últimos 400 años ellos no han escuchado a un profeta.  Ellos no tenían una Biblia; ellos no tenían la Palabra.  Es como si Dios no existiera.  Ellos sabían que Él existía, pero ellos no escuchaban nada de parte de Él.  Entonces viene Juan, hablando con la voz de Dios, “Arrepiéntanse.  Crean.  El reino de Dios esta cerca”. Y ellos están diciendo, “Eres tú el Profeta — ¿ese Profeta?”.

Y Juan les dice, en esencia: “No, no soy yo.  Soy un profeta, pero no el Profeta — ¡pero Él viene! ¡Él viene! Y yo he sido enviado para preparar el camino de Su llegada”.

Si nos adelantamos hasta Pentecostés, en el libro de los Hechos.  Pedro está predicando y cita a Deuteronomio 18.  Encontrarás esto en Hechos, capítulo 3, y él dice, en esencia: “Moisés estaba hablando de Jesús” (ver v. 18).  Jesús era el Profeta.  Él dijo esto después de la muerte y resurrección y ascensión de Cristo.  Él lo deja claro, en caso de que alguien tuviera alguna duda de que Jesús era el Profeta.

Es algo muy bonito de ver como durante la vida de Jesús aquí en la tierra, las personas gradualmente comenzaron a reconocer que Él era el profeta enviado por Dios, que Él era el Profeta prometido en Deuteronomio 18.

La mujer en el pozo, la mujer samaritana, dijo en Juan capítulo 4: “Señor, puedo ver que Tú eres el profeta” (Juan 4:19).

Juan capítulo 7: “Cuando escucharon estas palabras, algunas de las personas dijeron, “Este es realmente el Profeta” (Juan 7:40).

Cuando Jesús hizo los milagros, estos milagros fueron evidencias adicionales, que sustentaban que Él era El Profeta esperado.

Después de alimentar a los 5,000, las Escrituras dicen en Juan capítulo 6:”Cuando la gente vio lo que había hecho, dijeron, ‘¡Este es sin duda el Profeta que habría de venir al mundo!’” (Juan 6:14).

Y ahora, leemos esto, y pensamos, sí,sí,sí… y ¿cuál es la gran cosa? Esto era algo muy grande para estas personas que no habían escuchado nada de parte de Dios por tantos años y que desesperadamente necesitaban saber y conocer Su voluntad y Sus caminos.  Dios había prometido, “Yo les enviaré un Profeta”, pero parecía como si Dios no fuera a cumplir Su promesa.  Ellos comenzaron entonces a entender que, “Este es el Profeta”.

Y parte del propósito de los milagros era convencer a la gente de que Él era realmente el Mesías Prometido”

Cuando Él levantó al hijo muerto de la viuda de Naín, en Lucas  capítulo 7 dice, “y glorificaban a Dios diciendo, ‘¡Un gran profeta ha surgido entre nosotros y ‘Dios ha visitado a Su pueblo!’” (Lucas 7:16).  ¡Wao! ¡Palabras de verdad! “Dios ha visitado a Su pueblo”.

Jesús mismo dijo que el mensaje que Él proclamaba había sido recibido de parte de Dios.  Escuchemos estos versículos en el Evangelio de Juan.  Jesús dijo: “Mis enseñanzas no son mías, sino de aquel que me envió” (Juan 7:16).  Suena como un profeta.

“No he hablado en mi propia autoridad, pero el Padre que me envió me ha dado un mandamiento —  qué decir y qué hablar” (Juan 12:49).  Suena como un profeta.

“Todo lo que he escuchado de mi Padre se los he dado a conocer”.  ¿Suena esto como un profeta? Así es.

Y entonces en Su oración sacerdotal en Juan 17, en aquella oración íntima, Jesús le dijo a Su Padre, “porque Yo les he dado las palabras que Me diste: y las recibieron, y entendieron que en verdad salí de Ti” (v.8).  Jesús afirma que lo que había estado diciendo había sido dado a Él por Su Padre y que Él lo estaba compartiendo como profeta al pueblo de Dios.

Entonces vemos que Cristo cumplió con el oficio de profeta.  En los dos diferentes tipos de profecías, Él las cumplió – al predecir y al proclamar.

Al predecir, Él predijo Sus sufrimientos, Su resurrección, etc.  Él era un profeta hablando de cosas del futuro de lo que Dios iba a hacer —  y esto es predecir.  Y Él también cumplió con el rol de profeta al proclamar mientras Él daba a conocer al pueblo la sabiduría de Dios, las Escrituras, la ley, el Evangelio. Él dijo que Él vino a proclamar buenas nuevas a los pobres.  Él estaba dando a conocer a Dios a Su pueblo al hablarles de la Palabra de Dios a Su pueblo.  Entonces vemos a Cristo cumplir con el oficio de un profeta.

Ahora, saben cuál será la próxima pregunta.  Todo esto  es “el qué”. La pregunta es y “ ¿Ahora qué?  Entonces ¿qué? Déjenme darles algunas ideas acerca del “¿Ahora qué?”

La primera y más obvia es: Si Él realmente es ese profeta  y Él lo es  entonces debemos  escucharle.

Vimos anteriormente en el Monte de la Transfiguración en donde la voz de Dios habló desde los cielos, y Él dijo: “Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia; escúchenlo” (Mateo 17:5).  Escúchenle a Él.  Estas son las mismas palabras que fueron dichas por Moisés en Deuteronomio 18.

Deuteronomio 18:15 dice: “El Señor tu Dios levantará para ustedes un profeta como yo de en medio de ustedes…es a Él a quien deberán [¿qué?] escuchar”.

Entonces cuando Dios habló estas palabras desde el cielo, “Escúchenle a él”, aquellos discípulos…ellos conocían la profecía de Deuteronomio 18.  Ellos sabían que Dios lo estaba afirmando, “Este es ese Profeta (con P mayúscula).  Escúchenle a Él.  Este es del que Moisés hablaba.  Este es Aquél a quien debemos de escuchar por encima de cualquier otro, porque Él es mayor que cualquier otro profeta o cualquier otra voz.  Cuando Él habla, Dios habla.  Escucha con cuidado todo lo que Él te diga.Creele.  Sométete. Obedécele”.

Tú dices, “Bueno, ¿cómo nos habla Dios a nosotros?”  Él habla a través de Su palabra.  Escuchen este pasaje en 2da de  Pedro capítulo 1.  Recuerden, Pedro estuvo allí en el Monte de la Transfiguración.  Él dice, “Cuando él recibió el honor y la gloria del Padre…la majestuosa gloria de Dios, ‘Este es mi Hijo amado, con quien estoy muy complacido’, nosotros mismos escuchamos esa misma voz desde el cielo, pues estábamos con Él en el monte santo.  Y tenemos algo más seguro”, dice Pedro.

Ahora, Pedro ¿qué podría ser más afirmante que esa experiencia que tuviste en la montaña? Solo tres hombres lo vieron, además de Moisés y Elías – Pedro, Santiago, y Juan.  Pedro dice, “Tenemos algo que es aún más reafirmante que esa experiencia del Monte de la Transfiguración”.  ¿Qué es esto? ¿Qué es más seguro, Pedro?

Es la “Palabra profética, a la cual haces bien en poner atención [¡Escucha, Ponle atención!] como a una lámpara alumbrando en un lugar oscuro, hasta que caiga el día y la estrella de la mañana se levante en sus corazones” (v16-19).

El día llegará en que estaremos cara a cara con Jesús.  Estaremos en la presencia de Su gloria eterna por siempre y para siempre, y entonces no necesitaremos profetas.  Tendremos al Profeta, la Palabra de Dios, la presencia de Dios, la gloria de Dios con nosotros.  Mientras tanto, tenemos la Palabra profética.

Ahora, hoy al escuchar esta palabra, esta puede significar todo tipo de cosas diferentes.  Pero lo que él esta hablando aquí es la Palabra de Dios.   Está en el Libro.  Esta es la Palabra profética.   Esta es la palabra que Dios nos habló a través de las personas que escribieron los diferentes libros — Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Génesis, Éxodo, Levítico — todo esto es palabra profética.  No necesitas otra palabra profética cuando ya tienes la Palabra.

“No tenemos que andar en la oscuridad”, dijo Pedro.  Podemos confiar en Su Palabra.  Podemos conocer el corazón, la mente, los propósitos, la voluntad de Dios porque Cristo ha venido a esta tierra como nuestro Profeta, y Él nos ha dado Su Palabra que podemos tener en la mano y podemos leerla y estudiarla, escucharla, y recibirla como la Palabra del Profeta.

Ahora, solo como un recordatorio: no es solo importante escuchar la palabra de Cristo, sino también que hay consecuencias si no lo hacemos.  Si nos negamos o ignoramos o rechazamos Su Palabra, no tendremos el corazón y la mente de Dios.  No podremos conocerle.  Nos perderemos de tanto y experimentaremos consecuencias cuando no lo escuchamos a Él.  Entonces escuchémosle.

Luego, número dos: Creamosle a Él.  Su Palabra es verdad.  Es autoritativa.

¿Recuerdan ese pasaje en 2da de Crónicas capítulo 20 cuando el Rey Josafat estaba liderando a los israelitas en contra de un enemigo gigantesco? El profeta dijo, “confíen en el Señor Dios nuestro y se mantendrán firmes; crean en sus profetas y triunfarán” (v.20).

Cree en la Palabra de Cristo, El Profeta, el Gran Profeta Final.  Recibe, cree  el Evangelio que Cristo vino a proclamar.

Ahora, una advertencia.  Cuando Jesús vivió aquí en la tierra, las personas que lo conocían mejor no creyeron en Él.  Él fue un “profeta sin honor” en Su propia tierra, en Su propia ciudad.  Ellos estaban tan familiarizados con Él que fallaron en reconocerle.  Ellos no le creyeron.

Algunas de nosotras hemos estado manipulando las enseñanzas  y verdades bíblicas por mucho, mucho tiempo, pero realmente no las estamos creyendo.  No la estamos recibiendo realmente como la verdad. Créela.

Y entonces alábalo y adórale a Él.

Él es el Profeta supremo, no es uno más entre muchos.  Él es el Cristo incomparable.  Esto es lo que leemos en Hebreos capítulo 1, en los versículo 1 y 2: “Muchas veces y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros antepasados por medio de los profetas (con p minúscula), ahora en este momento final nos ha hablado por medio del Hijo”, el Profeta.

Jesús es infinitamente mayor que cualquier otro profeta.  Él no es menos que un profeta enviado por Dios.  Pero Él no es simplemente un profeta, así como lo definen los musulmanes.  Él es el Hijo de Dios.  Él es la Palabra de Dios a través de quien Dios ha hablado y se ha dado a conocer a nosotros.

Finalmente, proclama Su Palabra a otros.

Hay un cierto sentido en el que Cristo continúa Su obra como profeta hasta hoy día — por Su Espíritu, a través de Su iglesia, mientras proclamamos Su evangelio, mientras enseñamos Su Palabra por toda la Tierra.  Hay un sentido de deber que Él nos ha confiado de continuar Su ministerio profético en esta Tierra.

¿Qué significa esto? Bueno, en Juan capítulo 20 dice: “Como el Padre me ha enviado [el Profeta], yo también los envió a ustedes” a compartir Mi Palabra (v. 21).

“Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (ver Mateo 28:19).

Leslie: Jesús tuvo un oficio muy importante como profeta.  No había considerado que tan crucial había sido este rol hasta que escuché este mensaje de Nancy.  Este es parte de la serie, El Cristo incomparable.

Usualmente escojo un libro acerca de Cristo para estudiar durante esta época.  Es una forma de preparar mi corazón para el Domingo de Resurrección.  Meditar en la vida y la obra de Jesús es tan beneficioso.

El mejor de los maestros de todos los tiempos no tuvo entrenamiento en el seminario o títulos avanzados.  De hecho, Él fue entrenado como carpintero.  Aún así Sus enseñanzas fueron fascinantes para las multitudes que se reunían a escucharlo.  Seguiremos admirando mañana los talentos de este increíble Maestro.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

Filipenses 1. “Varón de dolores”.

Usado con permiso del Ministerio Aviva Nuestros Corazones 

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

Roca Inconmovible

Isha – Salmos

DÍA 99 – Salmo 61

Dosis: Refugio

Roca Inconmovible

“Oh Dios, escucha mi clamor y atiende a mi oración. Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo. Porque tú eres mi refugio, mi baluarte contra el enemigo.” (Salmo 61:1–3) (NVI)

Este salmo también inicia con una invocación para que Dios escuche al salmista que se halla “en los confines de la tierra”. Algunos estudiosos dicen que ésta, podría ser una alusión al destierro de alguien que está lejos de Jerusalén. Lo cierto que esta persona está distante, siente que su corazón desmaya y suplica la intervención divina a ese Dios que siempre fue para él como una roca firme.

Hace algunos años, fuimos a visitar “La Catedral” un monumento de roca ubicado al sur de mi país en la reserva natural de Paracas en medio del mar. La Catedral fue una imponente formación rocosa causada por la erosión del mar y el viento a lo largo de los siglos. Su forma cóncava hacía recordar a las cúpulas de las catedrales, y era considerada Patrimonio de la Humanidad, una de las imágenes naturales del Perú más importantes. Tras cruzar el arenal, al borde del precipicio y frente al mar, divisé el montículo de rocas que permanecían firmes en el tiempo, me parecieron hermosas y recordé este salmo. Mientras mis hijos tomaban fotografías, yo entonaba los versos escritos siglos atrás por el salmista. Hice una oración y en mi corazón le dije a Dios: “Tú eres una roca aún más maravillosa, eres una roca eterna”. Contra todo pronóstico, La Catedral que fotografiamos se desplomó durante el violento terremoto de 8 grados en la escala de Richter en Agosto del 2007 que tuvo como epicentro la ciudad de Pisco. Pero Dios, nuestro refugio sigue siendo esa roca inconmovible a la que podemos asirnos en medio de las tormentas de la vida. ¿Es Dios la fortaleza y el refugio de tu vida?

Así como el salmista lo hizo desde tu situación particular, nosotras podemos clamar a ese Dios, a esa roca inconmovible, que no se desmoronará por la eternidad. Sólo Él puede darnos la cobertura, la protección, la seguridad y la firmeza que necesitamos en las dificultades que estemos atravesando.

A la vez, sólo la presencia de Dios en nuestras vidas puede darnos la seguridad que anhelamos para enfrentar el futuro, por eso el salmista añade: “Anhelo habitar en tu casa para siempre y refugiarme debajo de tus alas. Tú, oh Dios, has aceptado mis votos y me has dado la heredad de quienes te honran.” La metáfora de las alas de Dios es otra bella imagen de su protección, comparado con ese amor maternal que tienen las águilas cuando extienden sus alas sobre sus crías. ¿No te conmueve el amor incondicional, eterno y a la vez tierno de Dios? Él quiere que acudas a Él en medio de las tormentas de tu vida, pero además quiere vivir cada día en comunión con cada una de nosotras.

El salmista estaba lejos del Templo, no podía ofrecer sus sacrificios habituales, anhelaba la comunión con Dios, pero descubrió que desde cualquier lugar él podía evidenciar un corazón agradecido, por eso culmina diciendo: “Así cantaré siempre salmos a tu nombre y cumpliré mis votos día tras día.” ¡Cuánto más nosotras que experimentamos a diario su dulce presencia en nuestras vidas!

Oración: Señor gracias por ser esa roca inconmovible a la que puedo acudir como mi refugio. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 114). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

Cómo ser un instrumento útil

Viernes 13 Diciembre

Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.

Salmo 5:3

Hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya.

Cantares 2:14

Cómo ser un instrumento útil

http://labuenasemilla.net/20191213

En una venta de antigüedades, un visitante curioso descubrió un viejo violín cubierto de polvo. La tapa y el fondo estaban abiertos y el barniz descascarado; así ese violín no servía para nada, incluso en las manos de un excelente músico. No era más que un objeto inútil.

Un verdadero creyente es una persona que ha puesto su confianza en Jesucristo, quien murió por él en la cruz para perdonar sus pecados. Cuando comprende que es salvo, experimenta un gozo inmenso y desea vivir con el Señor. Sin embargo, a veces, al pasar el tiempo, los momentos en que se dirige al Señor mediante la oración se hacen cada vez más esporádicos.

Dios quiere que permanezcamos en comunión con él, desea escuchar cada día nuestra “voz”: nuestra oración. Oremos, pues,

– para agradecerle: “Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:17-18);

– para pedirle: “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica” (Efesios 6:18);

– para adorar a Dios: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él (Jesús), sacrificio de alabanza” (Hebreos 13:15).

Dios nos escucha. Jamás se cansará de nosotros, incluso si nos dirigimos a él con torpeza.

Si nuestras oraciones, como los sonidos del violín roto, han cesado por falta de vigilancia, si nuestro interés por las verdades espirituales se ha desvanecido, ¿es definitivo? No. Tarde o temprano el creyente será despertado por los cuidados del Señor para cumplir nuevamente su función.

Cantares 1-2 – Apocalipsis 6 – Salmo 141:1-4 – Proverbios 29:23

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