Probar el propósito remoto

Probar el propósito remoto
Por R.C. Sproul

«¿Por qué permitió Dios que sucediera?». Esta pregunta pretende probar el propósito remoto o final. La pregunta supone algo crucial para nuestra comprensión de Dios. Supone que Dios pudo haber evitado lo que sucedió. Si negamos esta verdad, negamos el carácter mismo de Dios. Si Dios no pudo haberlo evitado, ya no sería Dios. Al preguntar por qué, también asumimos algo más que es vital. Suponemos que hay una respuesta a la pregunta. Suponemos que Dios tuvo una razón o un propósito para lo que ocurrió.

La pregunta permanece: «¿Fue buena la razón o el propósito de Dios?». Plantear la pregunta es responderla, si es que sabemos algo acerca de Dios. Nos equivocamos en nuestro razonamiento. Establecemos objetivos inútiles. Nos apresuramos a pensar lo absurdo. Perseguimos fines pecaminosos. No sugiramos que Dios tiene el mismo tipo de intencionalidad viciosa.

El único propósito o intención que Dios tiene es completamente bueno. Cuando la Biblia habla del ejercicio soberano del beneplácito de Su voluntad, no hay indicio alguno de arbitrariedad o intención malvada. El beneplácito de Su voluntad es siempre la buena intención de Su voluntad. Su beneplácito siempre es bueno, Su voluntad es siempre buena y Sus intenciones son siempre buenas.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
¿Qué circunstancias pasadas o presentes en tu vida te han hecho preguntar «por qué»? Pídele a Dios que te muestre cómo Sus buenas intenciones se reflejan en estas situaciones.

En busca de propósito

Por R.C. Sproul

Cuando buscamos propósito, debemos distinguir entre propósitos inmediatos y remotos. Los inmediatos se refieren a los que están a mano. Los remotos se refieren a los propósitos distantes, alejados, finales. El objetivo inmediato del jugador de fútbol americano es hacer un primer down. El objetivo más remoto es un touchdown. El objetivo aún más remoto es ganar el partido. El objetivo final es ganar un campeonato.

Recordamos el conmovedor encuentro entre José y sus hermanos, cuando estos temían las recriminaciones de su poderoso hermano por la traición que habían cometido contra él. Pero José vio una notable coincidencia en acción entre las intenciones inmediatas y las remotas. Él dijo: «Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien».

Aquí lo inmediato y lo remoto parecían ser mutuamente excluyentes. La intención divina fue exactamente lo opuesto a la intención humana. Los hermanos de José tenían un objetivo; Dios tenía otro diferente. La sorprendente verdad aquí es que el propósito remoto se cumplió a través del inmediato. Esto no disminuye la culpabilidad de los hermanos pues su intención y acciones eran malas. Sin embargo, a Dios le pareció bien que sucediera para que se cumpliera Su propósito.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Piensa en cómo el propósito inmediato puede estar contribuyendo al propósito remoto de Dios en tu vida.

Para estudiar más a fondo
Génesis 50:18-20

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.
Cómo entender el propósito de Dios

R.C. Sproul
El Dr. R.C. Sproul fue fundador de los Ministerios Ligonier, pastor fundador de Saint Andrew’s Chapel en Sanford, Florida y primer presidente de Reformation Bible College. Escribió más de cien libros, incluyendo La santidad de Dios, Escogidos por Dios, Todos somos teólogos, Moisés y la zarza ardiente, Sorprendido por el sufrimiento, entre otros.

La respuesta a la pregunta más importante

Serie: Cómo entender el propósito de Dios

R.C. Sproul

«¿Por qué?». Esta simple pregunta que hacemos varias veces al día, está cargada de supuestos de lo que los filósofos llaman teleología. La teleología es el estudio del diseño y el propósito. Proviene de la palabra griega telos, que aparece repetidas veces en el Nuevo Testamento.

Buscamos descubrir la razón por la que las cosas suceden como lo hacen. «¿Por qué llueve?»; «¿Por qué la tierra gira sobre su eje?»; «¿Por qué dijiste lo que dijiste?». Cuando planteamos la pregunta del propósito, es porque nos preocupa el fin, el objetivo y la meta. Todos estos términos sugieren intención. Suponen un significado y no un sinsentido.

El cínico puede responder a la pregunta «¿Por qué?» replicando de forma simplista: «¿Por qué no?». Sin embargo, incluso en esta respuesta se observa un compromiso ligeramente encubierto con el propósito. Si damos una razón para no hacer algo, entonces estamos diciendo que lo opuesto tiene un propósito o cumple un fin. Los seres humanos son criaturas comprometidas con el propósito. Las intenciones informan nuestras acciones.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
¿Cómo afecta el propósito a tu vida diaria, a tus prioridades, planes y actividades?

Para estudiar más a fondo
Efesios 3:8-11

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.
Cómo entender el propósito de Dios

R.C. Sproul
El Dr. R.C. Sproul fue fundador de los Ministerios Ligonier, pastor fundador de Saint Andrew’s Chapel en Sanford, Florida y primer presidente de Reformation Bible College. Escribió más de cien libros, incluyendo La santidad de Dios, Escogidos por Dios, Todos somos teólogos, Moisés y la zarza ardiente, Sorprendido por el sufrimiento, entre otros.

Ejercitar tu poder de elección

Ejercitar tu poder de elección

Serie: Cómo aprender las leyes de Dios
Por R.C. Sproul
¿Tiene el hombre libre albedrío? Esta es una de las preguntas teológicas más comunes. A veces no se presenta como una pregunta sino como una objeción a la idea de un Dios soberano.

En el centro del problema está la definición de libre albedrío. ¿Qué queremos decir cuando afirmamos que el hombre tiene libre albedrío? En pocas palabras, el libre albedrío significa simplemente que el hombre tiene la habilidad de elegir lo que quiere. Esta habilidad requiere la presencia de una mente, de una voluntad y de un deseo. Si estas facultades están presentes y funcionando, ese hombre tiene libre albedrío.

Libre albedrío no significa que el hombre puede elegir hacer lo que quiera y necesariamente tener éxito. Nosotros podemos elegir volar sin la ayuda de dispositivos mecánicos. Podemos caer por el aire, pero no podemos volar. Nos hace falta el equipamiento natural necesario (en este caso, alas) para poder volar. Sin embargo, esto no significa que no seamos libres. Sí significa que nuestra «libertad» está limitada por nuestras limitaciones físicas. Mi voluntad puede ser derrotada por la voluntad de una mayoría o de algún poder superior. Ese poder conflictivo no elimina mi libertad, pero podría imponer límites sobre ella.

Uno de los límites más importantes para mi libertad soy yo mismo. Si examinamos cuidadosamente cómo funciona la voluntad, encontraremos un punto de ironía que a menudo es pasado por alto en las discusiones sobre el libre albedrío. El punto es este: no solo puedo elegir lo que quiero sino que debo escoger lo que quiero si mi elección ha de ser realmente libre. La elección se hace basada en un deseo. Sin el deseo no puede haber una elección libre (sobre todo cuando hablamos de una elección moral).

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Dios te dio libre albedrío para elegir. Eliges de acuerdo a tus deseos. ¿Te guiarán tus deseos presentes a tomar decisiones sabias para el futuro?

Para estudiar más a fondo
Deuteronomio 30:19 – Josué 24:15 – Salmo 25:12

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.
Cómo aprender las leyes de Dios

R.C. Sproul
El Dr. R.C. Sproul fue fundador de los Ministerios Ligonier, pastor fundador de Saint Andrew’s Chapel en Sanford, Florida y primer presidente de Reformation Bible College. Escribió más de cien libros, incluyendo La santidad de Dios, Escogidos por Dios, Todos somos teólogos, Moisés y la zarza ardiente, Sorprendido por el sufrimiento, entre otros.

Redescubrir la ley

Serie: Cómo aprender las leyes de Dios

Por R.C. Sproul

La reforma de Israel se llevó a cabo por medio del redescubrimiento de la ley, la cual despertó brevemente a esta nación corrupta y le permitió ver su bancarrota espiritual. Siendo joven, el rey Josías inició el proceso de reforma con una depuración espiritual, una limpieza de los elementos paganos de la vida religiosa de la nación.

Pocos años después, Hilcías encontró el libro de la ley del Señor dada por medio de Moisés. Un escriba la trajo al rey Josías y la leyó. El resultado fue dramático: «Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos» (2 Re 22:11).

Josías fue despertado a la grandeza de la ira de Dios. Se dio cuenta de que Dios había derramado Su ira sobre la nación de Israel. Entendió que este juicio divino sobre la nación era el resultado directo del pecado.

El cambio inmediato más visible en la reforma nacional de Israel fue la restauración de la adoración verdadera, una adoración libre de idolatría y fundamentada en un entendimiento sano del carácter de Dios y Su ley.

Necesitamos un nuevo descubrimiento de la ley de Dios y de la Palabra de Dios en nuestra tierra. Sí, la Palabra de Dios necesita ser redescubierta en la plaza pública, pero sobre todo necesita ser redescubierta en la casa de Dios.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Renueva tu compromiso personal con la Palabra de Dios. ¡Empieza hoy!

Para estudiar más a fondo
2 Crónicas 35:3 – 2 Crónicas 34:3 – Salmo 119:92

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.
Cómo aprender las leyes de Dios


R.C. Sproul
El Dr. R.C. Sproul fue fundador de los Ministerios Ligonier, pastor fundador de Saint Andrew’s Chapel en Sanford, Florida y primer presidente de Reformation Bible College. Escribió más de cien libros, incluyendo La santidad de Dios, Escogidos por Dios, Todos somos teólogos, Moisés y la zarza ardiente, Sorprendido por el sufrimiento, entre otros.

Salir del lodo

Serie: Cómo aprender las leyes de Dios

Por R.C. Sproul

Nuestras almas no pueden salir solas del lodo del pecado porque están muertas. La salvación viene no a aquellos que claman: «Muéstrame el camino al cielo», sino a aquellos que dicen: «Llévame porque no puedo solo».

Para cuidarnos de ver la oración del pecador como una mera técnica, debemos recordar que Cristo levanta a los muertos para que puedan caminar. No pronunciamos las palabras mágicas y luego esperamos morir. El cristianismo también involucra el crecimiento espiritual. Requiere trabajo, el arduo trabajo de la santificación. La regeneración es monergista, obra exclusiva de Dios. La santificación, el proceso mediante el cual somos hechos santos, es sinergista, Dios obra junto con nosotros.

La parte de Dios es fácil para Él. Él no necesita atajos porque Él nunca se cansa. Por el contrario, nosotros debemos estar luchando continuamente contra la tentación de buscar atajos. Ninguna técnica nos hará santos. Sin embargo, ninguna técnica del diablo puede detener el proceso de Cristo conformarnos a Su Imagen. A aquellos a quienes Él llama también los santifica.

Nuestra santificación requiere del Espíritu de Dios y, ya que Él ha ordenado Su mundo como lo ha hecho, la santificación requiere el uso disciplinado y repetitivo de los medios de gracia. Cinco minutos al día de estudio bíblico huele a técnica. Algo seco que seguramente está destinado al fracaso. Debemos sumergirnos en la Palabra de Dios. Entonces, tal como Jesús prometió, conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres. Entonces seremos Sus discípulos (Juan 8:31-32).

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Recuerda, Dios está obrando en ti. Él nunca se cansa. Da gracias por este proceso que está en marcha.

Para estudiar más a fondo
Juan 8:31-32 – Juan 8:36 – Salmo 40:2

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.
Cómo aprender las leyes de Dios

R.C. Sproul
El Dr. R.C. Sproul fue fundador de los Ministerios Ligonier, pastor fundador de Saint Andrew’s Chapel en Sanford, Florida y primer presidente de Reformation Bible College. Escribió más de cien libros, incluyendo La santidad de Dios, Escogidos por Dios, Todos somos teólogos, Moisés y la zarza ardiente, Sorprendido por el sufrimiento, entre otros.

Ser parte de la esposa

Serie: Cómo aprender las leyes de Dios

Por R.C. Sproul
Cuando Cristo compró a Su esposa, compró «mercancía dañada». Su esposa estaba manchada por impurezas manifiestas. Estaba cubierta de manchas y desfigurada por arrugas. Sin embargo, no solo la compró sino que también la santificó:

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada (Ef 5:25-27).

Apocalipsis presenta como Cristo prepara a Su esposa para la celebración de Su boda:

Y el ángel me dijo: Escribe: «Bienaventurados los que están invitados a la cena de las bodas del Cordero». Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios (Ap 19:9).

Cada vez que celebramos la Cena del Señor, celebramos no solo el precio de redención pagado por el Esposo, sino que también celebramos simbólicamente la fiesta de bodas del Cordero a la que todo creyente es llamado.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Da gracias por el precio de compra pagado por tu Esposo.

Para estudiar más a fondo
Efesios 5:25-27

1 Corintios 11:23-25

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Cómo aprender las leyes de Dios

R.C. Sproul
El Dr. R.C. Sproul fue fundador de los Ministerios Ligonier, pastor fundador de Saint Andrew’s Chapel en Sanford, Florida y primer presidente de Reformation Bible College. Escribió más de cien libros, incluyendo La santidad de Dios, Escogidos por Dios, Todos somos teólogos, Moisés y la zarza ardiente, Sorprendido por el sufrimiento, entre otros.

Dar fruto espiritual

Serie: Cómo aprender las leyes de Dios

Por R.C. Sproul
Por gracia, Dios ofrece la justicia de Cristo a todo aquel que pone su confianza en Él. Para aquellos que creen, todos aquellos que tienen fe en Él, el mérito de Cristo es imputado a su cuenta.

¿Excluye esto las buenas obras en la vida del creyente? De ninguna manera. Nuestra justificación siempre conduce a las buenas obras. Aunque no hay mérito alguno en nuestras obras, ni las de antes ni las de después de nuestra conversión, las buenas obras son un fruto necesario de la verdadera fe.

«¿Fruto necesario?». Sí, necesario. Las buenas obras no son necesarias para ganarnos nuestra justificación. Nunca son la base de nuestra justificación, sino que son necesarias en un sentido más estricto. Son consecuencias necesarias de la fe verdadera. Si una persona dice tener fe pero no da fruto alguno de obediencia, esto es evidencia clara de que su afirmación de tener fe es falsa. La fe verdadera produce fruto de manera inevitable y necesaria. La ausencia de fruto indica la ausencia de fe.

No somos justificados por el fruto de nuestra fe. Somos justificados por el fruto de los méritos de Cristo. Recibimos Su mérito solo por la fe, pero es solo por la fe verdadera. Y toda fe verdadera produce fruto verdadero.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Examina tu fe y tu fruto espiritual en oración.

Para estudiar más a fondo
Gálatas 5:22-25

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.
Cómo aprender las leyes de Dios


R.C. Sproul
El Dr. R.C. Sproul fue fundador de los Ministerios Ligonier, pastor fundador de Saint Andrew’s Chapel en Sanford, Florida y primer presidente de Reformation Bible College. Escribió más de cien libros, incluyendo La santidad de Dios, Escogidos por Dios, Todos somos teólogos, Moisés y la zarza ardiente, Sorprendido por el sufrimiento, entre otros.

Abrir nuestros oídos para escuchar

Serie: Cómo aprender las leyes de Dios

Por R.C. Sproul

Dios le dijo a Isaías: «Ve, y di a este pueblo: «Escuchad bien, pero no entendáis; mirad bien, pero no comprendáis». Haz insensible el corazón de este pueblo, endurece sus oídos, y nubla sus ojos, no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y se arrepienta y sea curado» (Is 6:9-10).

Pablo explica este tipo de juicio en Romanos 1:28: «Y como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen».

El peor castigo que puede caer sobre nosotros es que Dios nos entregue a nuestros pecados. Esto anticipa el veredicto de Dios en el juicio final: «Que el injusto siga haciendo injusticias, que el impuro siga siendo impuro» (Ap 22:11a).

Cada vez que se proclama la Palabra de Dios, cambia a todos los que están a su alcance. Nadie puede permanecer inafectado al oír la Palabra de Dios. Para aquellos que la escuchan de manera positiva, hay crecimiento en gracia. A los que la rechazan o son indiferentes a ella se le añaden callosidades a sus almas y sus corazones se endurecen. El ojo se va cerrando, el oído oye cada vez menos, y el misterio del reino es cada vez más oscuro. El que tiene oídos para oír, que oiga.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
Pídele a Dios que abra tus oídos a Su voz, que despeje tus ojos espirituales y que te permita entender con el corazón.

Para estudiar más a fondo
Isaías 6:9-10

Romanos 1:28

Publicado originalmente en el Blog de Ligonier Ministries.
Cómo aprender las leyes de Dios
R.C. Sproul
El Dr. R.C. Sproul fue fundador de los Ministerios Ligonier, pastor fundador de Saint Andrew’s Chapel en Sanford, Florida y primer presidente de Reformation Bible College. Escribió más de cien libros, incluyendo La santidad de Dios, Escogidos por Dios, Todos somos teólogos, Moisés y la zarza ardiente, Sorprendido por el sufrimiento, entre otros.

Aceptar la responsabilidad gradual

Serie: Cómo aprender las leyes de Dios

Por R.C. Sproul 

Existe un principio en el Nuevo Testamento que a menudo es descuidado. Yo lo llamo el principio de la «responsabilidad gradual». El principio lo enseñó Jesús en Lucas 12:48b: «A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él».

Este dicho es parte de la parábola del mayordomo fiel. Enfatiza los términos del juicio con los que el señor de la parábola mide a sus siervos. El castigo impuesto es directamente proporcional al conocimiento previo de cada siervo:

Y aquel siervo que sabía la voluntad de su señor, y que no se preparó ni obró conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes;48 pero el que no la sabía, e hizo cosas que merecían castigo, será azotado poco (vv. 47-48a).
Aquí vemos que el juicio y el castigo son impuestos de acuerdo al conocimiento y la acción. A mayor conocimiento, mayor responsabilidad.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios
¿Eres un fiel mayordomo sobre todas las cosas que Dios te ha confiado?

Para estudiar más a fondo
Lucas 12:47-48 – 1 Corintios 4:2

R.C. Sproul

El Dr. R.C. Sproul fue fundador de los Ministerios Ligonier, pastor fundador de Saint Andrew’s Chapel en Sanford, Florida y primer presidente de Reformation Bible College. Escribió más de cien libros, incluyendo La santidad de Dios, Escogidos por Dios, Todos somos teólogos, Moisés y la zarza ardiente, Sorprendido por el sufrimiento, entre otros.