Una Mejor Manera de Educar a un Hijo

Una Mejor Manera de Educar a un Hijo

Instruye al niño en su camino,

Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. (Proverbios 22:6)

Proverbios 22:6 es probablemente el pasaje más conocido en cuanto a la crianza de los hijos y, de manera irónica, el más malentendido. Una interpretación clásica de este proverbio dice algo como esto:

Asegúrate de que tus hijos asisten con regularidad al estudio bíblico y a la iglesia. Enseña a tus hijos para que sepan y obedezcan los Diez Mandamientos; enséñales a orar antes de las comidas, al irse a la cama, y en emergencias. Y asegúrate de alimentarles con una dieta continua de versículos bíblicos. Haz esto temprano porque, ¡cuidado! la rebelión de adolescentes, en donde ellos sembrarán mucha cizaña, los desviará en su jornada espiritual. Cuando su aventura se acabe, volverán a Dios. Puedes contar con esto, porque este versículo tiene la promesa de Dios al respecto.

La interpretación clásica tiene dos strikes en su contra. Primero, hace a un lado las muy coloridas e intrincadas imágenes verbales que usa el poeta hebreo. Segundo, no es cierto en la experiencia. Algunos jóvenes se han rebelado y vuelto, pero otros nunca vuelven, escogiendo más bien seguir en pecado hasta la tumba.

Otra interpretación dice que los padres tienen dos opciones que presentar a sus hijos: la senda justa, sabia, o la senda destructiva y necia. Si se los envía por el camino justo disfrutarán de una vida larga, justa. Esto no es exactamente consejo sabio; ni tampoco muy útil. La sabiduría por lo general ofrece perspectiva que es menos obvia.

Una mejor interpretación de este versículo empieza con un aprecio de la complejidad con que el poeta usa el hebreo. Estos dos versos, de pocas palabras, y sencillos, están repletos de alusión y metáfora poéticas, conllevando sabiduría práctica y consoladora que ningún padre puede el lujo de perdérsela. Lo más importante de estas lecciones se puede hallar en dos expresiones.

Instruye

La palabra hebrea que se traduce “instruye” quiere decir “dedicar,” o “consagrar.” Se la usa sólo cuatro veces en el Antiguo Testamento, tres veces en referencia a la dedicación de un edificio, y una vez en referencia a un niño, en Proverbios 22:6. En varios de los lenguajes semitas brota de un término relativo al paladar o a las encías. Un verbo árabe, muy próximo a esta palabra, describe la costumbre de la partera de mojar su dedo en jugo de dátiles exprimidos a fin de masajear el paladar y encías del recién nacido. Esto estimula el instinto del bebé a chupar, de manera que se le pueda dar de lactar lo más pronto posible. En otras palabras, estimula las encías del bebé a fin de promover el comportamiento que beneficiará al niño. Con destreza y sabiduría utiliza el instinto natural del bebé para guiarle a lo que es mejor para él mismo.

La mejor instrucción paterna se logra cuando optamos por la inspiración en vez de la coacción. Hacemos esto al descubrir los deseos naturales y capacidades singulares del niño o niña, y promoviendo la conducta que le permita desarrollarse según eso.

Esto no quiere decir que meramente permitimos que los niños hagan lo que se les antoja, o que debamos evadir la corrección. Un término muy parecido tiene que ver con el entrenamiento de un caballo. La imagen es la del freno del caballo, que subyuga al caballo con el propósito de dirigir sus energías naturales sin dañar su espíritu. Nótese, sin embargo, que el freno no es un yugo. Sólo el que no sabe pone una cuerda en la boca del caballo para dominarlo. Los jinetes de experiencia saben que el freno del caballo es un punto de contacto en su relación con el animal. Los caballos quieren correr porque Dios les dio el deseo de cumplir el propósito para el que fueron creados. Un jinete sabio, y cuidadoso, usa el freno y las riendas para ayudar a que el caballo realice su propósito con seguridad y eficiencia.

El término hebreo combina las ideas de “dedicar,” “boca,” “someter,” y “dar experiencia.”

En su camino

Esta es probablemente la expresión más debatida del proverbio. El hebreo es muy sencillo: “de acuerdo a su camino” o, incluso más textualmente, “en la boca de su camino” (allí está la imagen de la boca de nuevo), pero traducirlo tal vez no sea tan sencillo. Como ya se dijo arriba, algunos aducen que el libro de Proverbios sugiere sólo dos caminos en que la persona puede ir: el camino del sabio y el camino del necio. En un sentido muy amplio, tienen razón. Pero el uso diestro del lenguaje por parte del escritor nos dice que su consejo va mucho más allá de lo obvio.

La palabra hebrea clave en la frase es la que se traduce “camino.” Puede referirse a un camino literal, como una carretera, o puede ser menos literal y referirse a la manera en que algo actúa, como por ejemplo en Proverbios 30:18-19:

Tres cosas me son ocultas;

Aun tampoco sé la cuarta:

El rastro del águila en el aire;

El rastro de la culebra sobre la peña;

El rastro de la nave en medio del mar;

Y el rastro del hombre en la doncella.

Aquí la palabra hebrea se traduce “rastro,” y se refiere a una manera característica. Debemos instruir al hijo de acuerdo a su manera característica. Algunos se inclinan por lo artístico, otros por lo atlético y otros por lo académico. Algunos tienen voluntad fuerte y otros son más sumisos. A un hijo se le puede animar con recompensas o reconocimiento, en tanto que a otro eso no puede importarle menos.

Mire la riqueza de imágenes y sabiduría que se empaca en un solo proverbio. “Instruir” exige una relación en la cual el padre y el hijo se dedican a un propósito compartido, con todos los privilegios y responsabilidades que lo acompañan. El padre halla maneras de animar una conducta que alegra a todos y satisface las necesidades más hondas del hijo o hija. Incluye guiar un espíritu indómito a fin de darle propósito y dirección.

Recibimos a cada hijo o hija de la mano de Dios, no como un trozo maleable de barro para moldearlo como se nos antoje, sino como una persona singular, distinta, con un destino. Hacemos honor a la creación de Dios de este individuo único en su clase, al adaptar nuestra instrucción a su manera característica. Luchar en contra de eso es luchar contra la creación de Dios.

Más bien, estudie a su hijo cultivando una relación íntima con él. Ayude a cada hijo o hija a descubrir su camino, la senda para seguir la cual fue creado. Entonces pídale a Dios que le ayude a aprovechar al máximo las tendencias naturales de su hijo, de modo que él pueda vivir en armonía con el diseño de Dios. Y cuando venga la madurez, el éxito de ese hijo o hija será un legado que pueden disfrutar juntos.

Acerca del Autor

Visión Para Vivir es el ministerio de enseñanza bíblica de los pastores Charles R. Swindoll y Carlos A. Zazueta.

El ministerio está comprometido a la excelencia en la comunicación de las verdades de la Escritura y la persona de Jesucristo…

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Las consecuencias de las decisiones

25 Octubre 2017

Las consecuencias de las decisiones
por Charles R. Swindoll

Salmos 137

Nadie puede negar el dolor causado por las consecuencias de las malas acciones. Puede ser algo tan sencillo como el castigo que recibimos de la vara de un padre o algo tan duradero y severo como una sentencia de prisión. Cualquiera, sin embargo, no es fácil de aceptar. La persona que le es infiel a su cónyuge y después abandona el matrimonio llegará a sufrir las consecuencias en algún momento. El hijo que huye de la casa durante un momento de rebeldía, debe vivir con las consecuencias dolorosas de ello. El político que hace promesas irreales e inalcanzables si llega a ser elegido debe enfrentar la crítica después de la elección. El ministro que transige en el área de la ética o la moral debe vivir con la vergüenza privada y la pérdida del respeto público. La lista continúa.

Aun cuando nuestra época está caracterizada por una erosión de responsabilidad personal y por los muchos intentos de cubrir las consecuencias de las malas acciones, los días que se viven en desobediencia siguen siendo una realidad. El pecado todavía da su fruto amargo. Las consecuencias devastadoras todavía le esperan al transgresor. La Biblia dice: «No se engañen; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará» (Gálatas 6:7).  Son pocas las personas que tienen vidas más sombrías que aquellos que han desobedecido y que ahora sufren el afán de las consecuencias duraderas.

El Salmo 137 es una canción de luto que habla de personas que están enfrentando el afán de las consecuencias duraderas después de una larga historia de malas decisiones.

El compositor sirve de vocero para expresar la angustia del pueblo del pacto de Dios que fue removido de su tierra prometida, extirpado de su primogenitura. Como si fuesen una banda de prisioneros de guerra judíos, ellos fueron cautivados por los babilonios y llevados a una tierra extranjera. Los primeros renglones nos dan el escenario.

Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos y llorábamos
acordándonos de Sion (v. 1).
Un paso breve por los siguientes ocho versículos nos ayuda a detectar otros términos que revelan esa sensación de sentirse prisioneros:

Versículo 3: » Los que nos habían llevado cautivos… nos habían hecho llorar».

Versículo 4: «…nos habían hecho llorar».

Versículo 7: «Acuérdate, oh Señor,  de los hijos de Edom».

Versículo 8: « Oh hija de Babilonia, la despojadora».

¿Por qué estaba un escritor hebreo en Babilonia? ¿Cuáles fueron los eventos que hizo que él y otros quedarán cautivos bajo este gobierno extranjero?

Créame. No fue un accidente. Sucedió exactamente cómo Dios lo había anunciado por medio de su profeta Jeremías:

Por tanto, así ha dicho el Señor de los Ejércitos: ‘Por cuanto no han escuchado mis palabras, he aquí yo enviaré a tomar a todas las gentes del norte y a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus habitantes, y contra todas las naciones de alrededor, dice el Señor. Los destruiré por completo y los convertiré en escarnio, rechifla y ruinas perpetuas. Toda esta tierra será convertida en desolación y espanto. Y estas naciones servirán al rey de Babilonia durante setenta años’ (Jeremías 25:8-9, 11).

Por siglos, el Señor había enviado profetas para que le dijeran al pueblo de Judá que su idolatría y su desobediencia continua los llevaría al exilio. No obstante, ellos continuaron en su desobediencia por más de trescientos años desde los últimos días del reinado de Salomón. Después de la muerte de Salomón, el reino de la nación judía se había dividido. Una guerra civil causó que diez de las doce tribus de Israel se refugiaran en el norte bajo el liderazgo del rey Jeroboam. Las otras dos tribus se fueron al sur siguiendo al rey Rehoboam, el hijo de Salomón.

En la Escritura, el reino del norte es llamado «Israel» y el reino del Sur es llamado «Judá». Israel tuvo diecinueve reyes durante sus más de doscientos años antes que cayera ante los asirios en el año 722  a. C. Judá tuvo veinte reyes y sólo ocho de ellos fueron reyes justos. Por muchos años, Judá vivía entre la obediencia y la rebelión hasta que el Señor permitió que los babilonios (que también se llamaban caldeos) la capturaran y la mantuvieran en esclavitud por setenta años, tal como Jeremías lo había predicho. El Salmo 137 fue escrito durante (o tal vez poco después) la cautividad de Judá en Babilonia.

Afirmando el alma
El Señor siempre nos amonesta antes de castigarnos. ¿Ha recibido advertencias para que deje un pecado habitual del cual no se ha arrepentido? ¿Cuál ha sido su reacción? ¿Qué fue lo que sucedió después? Si usted está escuchando advertencias ahora, piense en una persona confiable que le puede ayudar a «ponerlo en raya» antes que sea demasiado tarde.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Destetado de la arrogancia

24 Octubre 2017

Destetado de la arrogancia
por Charles R. Swindoll

Salmos 131

Así como nos sucede a todos nosotros en momentos especiales, David aprendió un principio muy importante y quiso compartirlo. Él quería que todo su pueblo participara con él de esta experiencia gozosa. David concluye el Salmo 131 con una exhortación a la nación que Él dirige:

Versículo 3

Espera, oh Israel, en el Señor
desde ahora y para siempre
.

Permítame hacerle un comentario personal. Esta canción de David ha sido muy reconfortante para mí. Me encanta su calma pacífica. He necesitado el mensaje de este salmo. Quizás usted también. Es posible que Dios le esté «destetando» de su arrogancia. Tal vez usted se ha dejado llevar por la fama de este mundo, sólo para darse cuenta que no es duradera. Ha creído en alguien solo para ver cómo le falla y se vuelve en contra suya. Es muy posible que usted haya sido atrapado por la trampa de la auto exaltación y recientemente cayó miserablemente. Tal vez usted estaba acostumbrado al honor y a ser una figura pública pero al igual que Moisés, todo eso se ha ido, al menos por un rato. Quizás ya nadie necesita su talento, o su trabajo, o su consejo.

Tal vez se pregunte: «¿Qué está sucediendo?» La arrogancia no disfruta vivir esas experiencias de humildad; la paciencia debe tomar el control y exigirle de manera consciente a nuestra alma que se serene en momentos así. Pero, «¿por qué». Dios responde esa pregunta en el Salmo 131″.

Quizás usted ha sido «destetado» de la madre de la importancia, del prestigio, del aplauso público, del honor y la arrogancia. ¿Quién realiza el destete? ¿El niño? No, nunca. La acción del destete no es algo que el niño haga si no algo que le hacen al niño. Lo que tenemos que hacer es someternos. Dios es responsable. Él está deshaciéndose de cada plataforma que usted usa como apoyo para que usted mismo tenga que buscar su apoyo en Dios (Vea Proverbios 3:5-6). Dios está cambiándole su dieta. Él quiere que usted deje la leche de la inmadurez y empiece a comer la carne de una humildad genuina. Y Él desea que usted aprenda esto, «desde ahora y para siempre».

Afirmando el alma
¿Hay alguien que usted admire por su humildad genuina?
Haga el esfuerzo de enviarle una tarjeta de agradecimiento a esa persona expresándole su gratitud. Sea específico y detallado. Luego de hacerlo, no la firme y envíele esa carta de manera anónima.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Compostura y serenidad

23 Octubre 2017

Compostura y serenidad
por Charles R. Swindoll

Salmos 131

Después de haber elegido entrar en una temporada de serenidad, alejándose de la vista del público, David examina el efecto de la humildad en su alma. El Salmo 131 continúa con varias ilustraciones curiosas.

Versículo 2

¿Se encontraba ese guerrero apasionado y capaz, irritado y desubicado porque ya no era el capitán del equipo y ahora era solo un espectador? Para nada. Esto es lo que dice:

Más bien, he sosegado y acallado mi alma
como un niño destetado al lado de su madre.
Como un niño destetado está mi alma dentro de mí
.

Allí no hay ningún rasgo de irritación en sus palabras. El término, «sosegado» significa mantenerse en calma o nivelado. Esta misma palabra hebrea aparece también en Isaías 28:25 con referencia al campo del granjero que antes era áspero pero ahora que ha sido sembrado, este campo se encuentra «nivelado». David nos está diciendo que su alma no se encuentra irritada sino más bien en calma. Esa es una hermosa descripción de tranquilidad y paciencia. El resultado es que su alma está «acallada».

Después de mencionar su condición interna serena, David utiliza la ilustración tierna de un bebé que está descansando al lado de su madre. Dos veces utiliza la palabra «destetado» para describir al niño. La idea es que el niño ya no está desesperado por tener la leche de su madre; todo está en calma. La aspereza del ego ha sido nivelada y ahora se encuentra en calma y contento.

A propósito, es importante ver cómo esta analogía simbólica transmite la propia experiencia de David. Hagámoslo contestando a tres preguntas:

1. ¿Quién es el niño? Es el ser interno de David.
2. ¿Quién es la madre? Es su vida pública.
3. ¿De qué ha sido destetado? De la necesidad de buscar la afirmación en la fama.

David ya no necesita la atención. Él ha sido destetado de ese deseo por buscar la prominencia, por buscar el lugar de honor. David dice: «Ya no necesito eso. Ya estoy destetado».

El término «destetado» también da la connotación de madurez. David ya no necesita la leche de la madre que es la atención pública ya que él es una persona lo suficientemente madura para buscar el alimento sólido que se obtiene por medio de la humildad.

Note que el niño todavía sigue relacionándose con su madre. La posición de David como rey lo coloca en el ojo público. Él no puede llevar a cabo sus actividades sin presentarse ante el pueblo. Sin embargo, al igual que un hijo maduro, él ya no se encuentra bajo las faldas de su madre. Él no depende más de su madre.

Afirmando el alma
La canción de David ilustra la necesidad de la atención pública como si fuera el apetito de un bebé. ¿Qué es lo que una persona debe desarrollar para madurar y no necesitar de la adoración o la afirmación pública? ¿Qué puede hacer usted para desarrollar esas áreas donde usted necesita madurez?

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Una disposición para aprender

21 Octubre 2017

Una disposición para aprender
por Charles R. Swindoll

Salmos 131

La canción de David preservada para nosotros como el Salmo 131, continúa diciendo que él no ha andado en «pos de grandezas ni de cosas demasiado sublimes para mí». Lo que él quiere decir es que no andaba buscando lugares de prominencia ni grandeza. Reconoce sus propias limitaciones ya que ha hecho una evaluación honesta de su conocimiento y sus aptitudes y por ello sabe que no tiene que aparentar. Sencillamente no tiene nada que probarle a nadie. David no solamente está dispuesto a hacerlo sino que le complace la idea de no tener que estar en una plataforma pública buscando el aplauso inconstante de la gente.

Esto me recuerda otro gran hombre de Dios, Moisés. Según Hechos 7:22, Moisés fue educado en las escuelas más importantes de Egipto. Fue dotado con una personalidad poderosa. Era un hombre impresionante. Moisés era un guerrero valiente brillante y si se puede decir hasta heroico. Para muchos era claro que él estaba destinado a ser el faraón de la tierra. A los cuarenta años, sin embargo, mató a un egipcio e intentó liberar a su pueblo (los judíos) por sus propios medios. Éxodo 2:11-15 nos cuenta toda la historia. Debido a ello, él tuvo que huir de Egipto hasta el desierto de Madian, un lugar seco, candente y olvidado. Allí vivió junto a otros pastores por otros cuarenta años, sin ningún reconocimiento y sin ningún aplauso. Piénselo. Moisés, un miembro prominente de la familia real, se pasó cuarenta años sin dirigir a nadie más que a un rebaño de ovejas, totalmente separado de la gente. F. B. Meyers escribe lo siguiente acerca de esta experiencia:

Moisés estaba desconectado de Dios (en Egipto). Así que él huyó y cruzó el desierto que se encontraba entre él y la frontera oriental; recorrió las montañas de la península del Sinaí, y terminó cansado sentándose al lado de un pozo en la tierra de Madian. Allí comenzó una vida silenciosa como pastor en esa tierra maravillosa que en más de una ocasión le sirvió como una escuela divina.

Experiencias así no les suceden a todos. Nos apuramos pensando que todo marcha bien; tomamos ciertas decisiones que son en vano; nos enfrentamos con la decepción y empezamos a temer las muestras de desaprobación humana; huimos de los lugares que nos exponen y nos escondemos en las cuevas del olvido. Allí nos encontramos con la presencia de Dios y lejos del orgullo del hombre. Allí es donde nuestra visión se aclara, donde el cieno se despega de la corriente de nuestra vida tal como el ródano mientras pasa por las aguas profundas del lago de Ginebra; nuestro ego muere; nuestro ser toma del río de Dios el cual está lleno de agua; nuestra fe comienza a asirse de su brazo y a ser el canal donde se manifiesta su poder y de allí nos convertimos en su mano para dirigir un éxodo.

Moisés no eligió dejar su vida próspera y cambiarla por la de un pastor desconocido; su propia ambición lo llevó a la humillación. Afortunadamente, el Señor utilizó esa experiencia para ayudarle al futuro líder para que obtuviera humildad. Hay una gran diferencia entre ser humillado y volverse humilde. Dios utilizó el fracaso de Moisés para moldear a uno de los líderes más grandes que el mundo haya conocido.

A diferencia de Moisés, David tomó la decisión consciente de no involucrarse en asuntos de grandeza o de clamor público. Al menos por un tiempo, él quería tener una vida de soledad y meditación.

Afirmando el alma
Nuestro mejor momento para aprender es cuando somos humildes. De hecho, la disposición para aprender es una cualidad vital en una persona humilde. ¿Recuerda alguna experiencia que le ha vuelto humilde? ¿Algo bueno resultó de este periodo de humildad? En vez de esperar que una circunstancia nos humille, ¿por qué no pedirle a Dios que nos dé una actitud de humildad? ¿Le pone esto nervioso? Si es así, ¿por qué?

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Enfocandose en sí mismo

20 Octubre 2017

Enfocandose en sí mismo
por Charles R. Swindoll

Salmos 131

En un estilo muy claro, David le habla al Señor en el Salmo 131. A través de la canción, él mantiene una conversación con Dios. Aunque la humildad es el tema del Salmo, el enfoque se encuentra en él. Ocho veces durante los primeros dos versículos, él utiliza la conjugación de los verbos y los pronombres en primera persona. El poema es un vistazo breve del diario personal de David.

Versículo 1

Oh Señor, no se ha envanecido mi corazón
ni mis ojos se han enaltecido
ni he andado en pos de grandezas
ni de cosas demasiado sublimes para mí.

Tal vez recuerde que en la Biblia hebrea lo que aparece primero en la oración con frecuencia se coloca allí con el propósito de darle énfasis. Esto se nota claramente cuando la frase está colocada y escrita en una manera un tanto extraña. Esto es precisamente lo que encontramos en el versículo 1. Existen tres frases negativas y cada una inicia el renglón: «no se ha envanecido», «no se han enaltecido», «no he andado». David está comunicando la profundidad de sus sentimientos. La estructura de sus palabras revela una gran pasión. Lo mismo sucede con esos términos.

El término, «envanecido», viene del verbo «gabah», que significa exaltarse o ponerse en alto. David menciona primero su corazón, la principal raíz interna de la arrogancia. Él dice que Dios puede escudriñar su corazón y no encontrará rastros de una actitud arrogante en él. David dice que Dios puede «escudriñar» y «conocer el corazón» (Salmo 139:23).

El siguiente término, «enaltecido» proviene de otra palabra que tiene un significado similar y significa ser elevado. La idea aquí es que una persona que es arrogante lo demuestra con sus ojos, «ojos altaneros». Eso es exactamente lo que Proverbios 30:11-13 dice:

Hay generación que maldice a su padre
y no bendice a su madre.
Hay generación limpia en su propia opinión.
a pesar de que no ha sido lavada de su inmundicia.
Hay generación cuyos ojos son altivos
y cuya vista es altanera.

La «mirada enaltecida» tiene que ver con aquellos ojos «altaneros». Podemos notar esto en las máscaras de muchos actores de Hollywood y personalidades de la televisión. David declara que su corazón y sus ojos pueden pasar la prueba del escrutinio de Dios.

Existen dos maneras sencillas que revelan la verdadera condición del corazón ante Dios. (Muchos de nosotros pensamos que podemos ocultarlo, pero no es así). La primera es por medio de los ojos (tal como lo hemos visto aquí) y la segunda, por medio de la boca (como lo dice Jesús en Lucas 6:45). Claro está que la vida de una persona también es la prueba de la condición de su corazón, pero se necesita más tiempo para poder analizarla. Las personas sabias tanto como los consejeros expertos le ponen mucha atención a las palabras (lo que se dice y lo que no) y a los ojos de las personas. El corazón es como un pozo y los ojos y la lengua son como cubetas que extraen el agua del mismo pozo. Si no hay una verdadera humildad en el corazón, los ojos lo demuestran.

Afirmando el alma
Dedique un tiempo a analizarse usted mismo. ¿Usted necesita ser el centro de atención para poder sentirse realizado? ¿Piensan los demás que usted es una persona que tiene confianza en sí misma o le describirían como una persona arrogante? Si usted desea una perspectiva completa sobre usted mismo, pídales a las personas más cercanas a usted que le den su opinión más sincera.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Una humildad genuina

19 Octubre 2017

Una humildad genuina
por Charles R. Swindoll

Salmos 131

El Salmo 131 tiene solamente tres versículos y es uno de los capítulos más cortos de la Biblia. Pero tal como lo dice el dicho, «lo bueno viene en envases pequeños», y este salmo es prueba de ello. Charles Haddon Spurgeon, el príncipe de los predicadores, dijo lo siguiente acerca de esta canción de David:

«Si comparamos los salmos con las gemas, podríamos decir que este salmo es una perla que adorna bellamente el cuello de la paciencia. Es uno de los salmos más cortos de la Biblia, pero uno de los más largos de aprender. Habla de un niño, pero contiene la experiencia de un hombre en Cristo. La humildad es sinónimo de un corazón santificado, una voluntad sumisa a la mente de Dios y una esperanza puesta en el Señor únicamente».

Es una descripción muy apta para este pequeño salmo. Es probable que el lector apurado lo pase desapercibido y que aquellos que se impresionan con el tamaño y los términos lo consideren casi insignificante, no obstante, este salmo tiene un mensaje muy apropiado para nuestra época. David compone una canción que habla de un hábito peligroso: la arrogancia. David dice que él no quiere ser arrogante ni está interesado que le vean o que le ponga atención. De hecho, él dice que su deseo es alejarse de cualquier lugar que represente una atención pública.

La humildad genuina no es algo que podamos anunciar fácilmente. Si hablamos de esta virtud, por ende, damos a entender que no la tenemos. La humildad es la flor más bella y más rara que puede florecer. Si la mostramos a vista de todos, instantáneamente se marchita y pierde su fragancia. La humildad, tal como W. Graham Scroggie la define, es una característica que solo puede explayarse a «cuarto cerrado»  y que no se puede anunciar a los cuatro vientos. Sencillamente le pertenece a la vida individual, al diario privado de aquellos que caminan con Dios. Todo lo contrario a aquellas frases en un testimonio que más bien parecen una oda a la vanagloria.

David, sin embargo no estaba vanagloriándose en el Salmo 131; él escribe esta canción como parte de su propia vida emocional. Es una conversación con el Señor que en cierta manera nosotros llegamos a escuchar, un poema breve en el cual él menciona sus convicciones con respecto a su intención de separarse del ojo público.

No tenemos idea de lo que hizo que David escribiera esta canción. Tal como lo hemos mencionado antes, la causa de muchas de las canciones bíblicas antiguas sigue siendo un misterio. No obstante, podemos utilizar nuestra imaginación de lo que pudo haber sido. Es común que nos sintamos humillados después de haber pecado o de haber cometido una serie de errores, como dice el dicho, después de haber «metido las patas». Es en esos momentos que nuestro deseo es encontrar un lugar oculto y escondernos. Me refiero a esos momentos, cuando observamos nuestra propia arrogancia y nuestros propios intentos engañosos de encubrirla. Solo queda  arrodillarnos ante Dios y pedirle que tenga misericordia. También están esas ocasiones que nos llevan a analizar nuestro corazón: momentos de enfermedad; heridas profundas; una espera dolorosa;  eventos decepcionantes; la pérdida de un ser querido; la separación de un amigo; la soledad; la presión. Cuando estamos en esas encrucijadas, no queremos estar en medio de la gente. Las luces resplandecientes parecen ser tan vanas y el ruido algo repulsivo. Es allí, durante esos momentos que buscamos el silencio y la comunión humilde con el Creador. Es probable que algunas de estas situaciones fueran las que hicieron que el cantante de Israel escribiera esta canción sobre la humildad.

Afirmando el alma
Escriba sus propias definiciones de los siguientes términos:
Arrogancia
Impaciencia
Humildad
Compostura
Al lado de cada palabra, coloque el nombre de una figura prominente que exhibe esta cualidad. ¿Qué hace esa persona para tener esa característica?

La humildad es la flor más bella y más rara que puede florecer.—Charles R. Swindoll

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Una inversión para el futuro

18 Octubre 2017

Una inversión para el futuro
por Charles R. Swindoll

Salmos 127 y 128

Los salmos 127 y 128 concluyen con una mirada al futuro distante donde se ve una familia madura y saludable. Así como el granjero se imagina su cultivo mientras está plantando las semillas, Salomón nos ayuda a ver el fruto de nuestra labor en el hogar.

Los años futuros más allá del hogar

Así será bendecido el hombre que teme al Señor.
¡El Señor te bendiga desde Sion!
Que veas el bien de Jerusalén
todos los días de tu vida.
Que veas a los hijos de tus hijos.
¡La paz sea sobre Israel! (Salmo 128:4-6)

El escenario doméstico ahora se completa. Los hijos fueron educados, criados y ya han salido del nido. El salmista nos muestra una imagen placentera de serenidad que incluye tres áreas de bendición:

1. Deleite personal (v. 4). El salmista dice: «así será» bendecido. ¿Por qué será bendecido? Los padres han invertido mucho esfuerzo y con constancia invirtieron en sus hijos, por lo tanto la felicidad viene como recompensa de Dios. Créame, si usted decide poner a Cristo como la figura central de su hogar y su Palabra como la autoridad para guiar a sus hijos, usted estará invirtiendo correctamente.

No le niego que el mundo se burlará de usted. Sus vecinos y algunos maestros pensarán que usted está loco. Lo criticarán, lo malentenderán y a veces usted se sentirá tentado a transigir. Las mismas fuerzas del infierno desatarán toda su furia contra usted. Pero si usted se mantiene de rodillas y en La Palabra diariamente; si usted mantiene el parámetro con amor gentileza y constancia, Dios le promete que cuando lleguen los años dorados usted podrá ver el pasado y disfrutar de un deleite personal. Lo contrario es igualmente cierto. Si usted cede sus responsabilidades como padre, espere consecuencias serias y tristes.

2. Beneficios cívicos (v. 5). ¡Hasta Sion va ser bendecida! ¡Jerusalén será próspera y fuerte! La idea aquí es que su descendencia será utilizada para influir positivamente en la sociedad. Durante los días de su vida anciana, usted disfrutará el hecho de que su guía al principio y la contribución privada a la vida hogareña de sus hijos, redituará en dividendos públicos.

3. Bendiciones nacionales (v.6). En este versículo final, los nietos aparecen en escena. Usted es el abuelo, los ve y presencia la inversión de la segunda generación. Sus hijos continúan una capacitación similar de tal forma que toda la nación se beneficia y se bendice porque el Señor desde el principio era el centro de su hogar.

Afirmando el alma
Quizás el pensamiento más estimulante de nuestro estudio sobre estas dos canciones es que estamos criando el futuro de nuestra nación. Dedique un tiempo a hablar con sus hijos acerca de su futuro, lo que ellos quieren lograr y lo que quieren llegar a ser. Luego encuentre maneras tangibles de estimular sus sueños.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

La importancia del liderazgo

17 Octubre 2017

La importancia del liderazgo
por Charles R. Swindoll

Salmos 127 y 128

Las canciones de Salomón sobre un hogar sólido, los salmos 127 y 128, ahora se enfocan en el liderazgo. Después de considerar el valor de los hijos, Salomón examina la función del liderazgo en el hogar.

La dirección del hogar

Bienaventurado todo aquel que teme al Señor
y anda en sus caminos:
Cuando comas del trabajo de tus manos
serás feliz y te irá bien.
Tu mujer será como una vid
que lleva fruto a los lados de tu casa;
tus hijos serán como brotes de olivo
alrededor de tu mesa 
(Salmo 128:1-3).

En el Salmo 127, las flechas se encuentra en nuestras manos y necesitan dirección. El compositor continúa sus pensamientos con respecto a la familia en el Salmo 128 y dice que «todo aquel que teme al Señor» será bendecido o feliz. Aquí el contexto es la familia y específicamente los hijos que Dios da. Los versículos 1 y 2 del Salmo 128 muestra la progresión cuando vemos cómo es que se debe dirigir cuidadosamente cada flecha: 1) en el temor al Señor y 2) andando en sus caminos. Una vez más vemos que la felicidad continua sigue siendo la atmósfera que rodea el lugar («bienaventurado»).

Los padres que eduquen a sus hijos según los principios bíblicos tienen la esperanza de ser bienaventurados. De hecho, el versículo 2 dice que esa inversión le permitirá “comer del trabajo de sus manos» y «le irá bien». Otra vez la ilustración presenta unas manos (al igual que en el Salmo 127:4). Las manos de los padres disfrutan el producto de su trabajo al «comer» del jardín que han cultivado. Cuando los hijos comprenden la importancia de la sumisión, de la obediencia y la comprensión, los dividendos empiezan a recibirse.

El versículo 3 presenta una imagen grata. El padre ve la mesa. Ve a su esposa («una vid que lleva fruto») y ve a sus hijos («brotes de olivo»). Note que a los hijos no se les llama «ramas» sino más bien plantas. Esto parece enfatizar la idea de que cada descendiente es un individuo independiente, singular y que en años futuros reproducirá su propia simiente. Otra diferencia es que la madre está representada como una vid, mientras que los hijos están representados como plantas de olivo. Es una distinción interesante y buena.

Nosotros, como padres, cometeríamos un error al creer que nuestros hijos son como son. El padre atlético, por ejemplo, tiene la tendencia de desear que esa misma cualidad surja en su hijo, al grado de obligarlo. Lo mismo puede pasarle a una madre artista. Ella insiste persistentemente que su hija tenga ese mismo talento aun cuando frecuentemente ese no es el interés de la hija. ¿Por qué? Le respondo utilizando los símbolos del compositor. Somos viñas, pero nuestros hijos son plantas de olivo. Sin embargo, a pesar del talento o la falta del talento de un hijo, la capacitación que le damos debe ser una instrucción espiritual (el temor al Señor). Cada hijo debe ser dirigido a la fe en el Señor Jesucristo y dedicarle una gran cantidad de tiempo a instruirlo en los principios de la Escritura.

Afirmando el alma
¿Qué está haciendo usted para proveer la capacitación y la guía espiritual de sus hijos? La capacitación comienza con el liderazgo; ¿sus hijos saben que usted estudia las Escrituras? ¿Cómo puede usted establecer y mantener una cultura centrada en la Biblia en su hogar sin que eso se vuelva algo trillado o superficial?

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Los ladrillos y el mortero

16 Octubre 2017

Los ladrillos y el mortero
por Charles R. Swindoll

Salmos 127 y 128

Si una relación con Dios es el fundamento de un hogar, los hijos son los ladrillos y el mortero. El sabio rey Salomón continúa exaltando el hogar sólido y ahora se enfoca en el valor de los hijos.

Los hijos nacidos dentro del hogar

He aquí, heredad del Señor son los hijos;
recompensa es el fruto del vientre.
Como flechas en la mano del valiente,
así son los hijos que se tienen en la juventud.
Bienaventurado el hombre
que llena de ellos su aljaba.
No se avergonzarán aunque hablen con los enemigos en el tribunal.
 (Salmo 127:3-5)

El compositor capta nuestra atención cuando utiliza la frase, «he aquí». Esos tres versículos hablan ahora de la actitud adecuada que los padres tienen que tener hacia sus hijos.

Observe los tres títulos que el compositor utiliza cuando se refiere a los hijos: (1) “heredad”, (2) “recompensa” y (3) «flechas». Cada una de esas palabras requiere análisis.

El término, “heredad” viene de la palabra hebrea que significa posesión, propiedad o algo que se comparte o se asigna. Los hijos son la posesión del Señor. Los hijos le pertenecen a Él; Dios los comparte con los padres. Ahora bien, este tercer versículo no dice “algunos hijos o “la mayoría de los hijos” sino sencillamente “hijos” implicando con ello todos los hijos… ¡hasta los suyos! No hay tal cosa como un nacimiento accidental o un embarazo sorpresa desde el punto de vista de Dios. Y los padres son sabios cuando reconocen el hecho de que su hijo es un regalo personal de Dios. Si usted y yo creyésemos verdaderamente que Dios nos ha asignado cada hijo que tenemos, entonces le daríamos un significado completamente diferente a aquel hijo que no habíamos planeado tener.

La palabra, “recompensa” transmite la idea de placer, de algo que se da como una prueba tangible de apreciación. Los hijos nunca deben ser vistos como un castigo de Dios, ¡al contrario! El fruto del vientre es una muestra del amor de Dios. Ese hijo es una recompensa que Dios le ha dado.

La palabra «flechas» también tiene un significado importante. Usted puede observar que la ilustración tiene que ver con un guerrero que tiene flechas en su mano. Imagine la escena. Un guerrero en medio de una batalla no se detiene a fabricar sus flechas ni tampoco las ignora. Él las utiliza y las dirige hacia el blanco. Cada padre es responsable por la dirección de sus hijos. Un hijo, al igual que una flecha, es incapaz de dirigirse por sí mismo. Los padres tienen la responsabilidad fundamental de dirigir las vidas tempranas de sus hijos. Esto tiene mucho sentido cuando consideramos que un niño nace en un estado de depravación y pecado interno. Haga una pausa ahora y lea el Salmo 51:5 junto con el Salmo 58:3. Ambos versículos verifican que los hijos nacen en un estado de iniquidad. Salomón enfatiza este hecho en Proverbios 22:15: “La insensatez está ligada al corazón del joven, pero la vara de la disciplina la hará alejarse de él”. Los hijos necesitan autoridad paternal.

¿Qué es lo que sucede cuando un niño no recibe ninguna dirección? Proverbios 29:15 nos responde: “La vara y la corrección dan sabiduría, pero el muchacho dejado por su cuenta avergüenza a su madre”. Por otro lado, lea lo que dice Proverbios 22:6:

Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo no se apartará de él.

Dios nos da los hijos como una responsabilidad delegada para cuidar lo que Él atesora más en el universo: la gente. Cada hijo, por lo tanto, debe ser visto como un regalo, apreciado como una recompensa y dirigido con una flecha.

Afirmando el alma
Dios tiene un designio para cada vida que Él crea y que a propósito, es tan singular como la huella digital de un individuo. Si usted es un padre de familia, escriba el nombre de cada uno de sus hijos en diferentes hojas. En un párrafo, describa los talentos, las habilidades, los intereses y el temperamento de cada uno de sus hijos. Luego determine en que forma usted puede ayudarle a cada uno de sus hijos a que desarrolle sus propias virtudes. Esto puede convertirse en conversaciones bastante significativas.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.