SUPERACIÓN PERSONAL

SUPERACIÓN PERSONAL

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Pablo Martini
Programa No. 2016-10-29

alimentemos_el_almaEl principio de la superación personal no es un nuevo concepto en valores, o en la sección “recursos humanos” de una empresa al estilo moderno. Dios puso en nuestro ser ese valor, ese sentido de auto superación y de progreso personal, solo que recomienda hacerlo pacientemente y “en sus fuerzas”, nunca separados de Él. El estancamiento, el conformismo y un estilo de vida cómodo nunca estuvieron presentes en el plan de Dios al diseñar tu vida. Pablo lo expone muy bien en el capítulo 3 de su carta a los Filipenses. Es que la senda de aquel que camina en justicia es como la luz del alba que va aumentando hasta llegar a un momento de plena luz cuando el día ya es perfecto. Vivimos en una sociedad donde, al mismo tiempo que se propone la escalada social a cualquier costo en una lucha cruel y despiadada por la competencia, también se nos seduce a un estilo de vida “ligth”, al facilismo y la comodidad. El concepto del sacrificio ya no figura en nuestros jóvenes que pretenden tener todo al alcance de sus manos con un solo “click”.  Hasta que no estés dispuesto a perder de vista el horizonte nunca descubrirás nuevas costas. El apóstol Pablo fue un adelantado del primer siglo de la iglesia cristiana, él dijo: “En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios. Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como maestro constructor, eché los cimientos, y otro construye sobre ellos. Pero cada uno tenga cuidado de cómo construye”.

Como puedes apreciar el concepto de sobreedificar domina la mente de este gran hombre. Glorias pasadas, así como errores cometidos, momentos gratos en el banco de tu memoria así como los otros, los traumáticos y dolorosos. El recuerdo de amigos y de traidores, tu primera novia, así como la compañera de toda tu vida, son el sustrato donde deben enraizarse nuevos logros, con fuerzas renovadas y metas más sublimes. No te estanques, (si no quieres oler a podrido).

PENSAMIENTO DEL DÍA:

A menos que hagas algo más allá de lo que ya has alcanzado nunca podrás crecer.

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Introducción

Lucas 1-3

9781586403546

Introducción

alimentemos_el_alma1 Por cuanto muchos han tratado de compilar una historia de las cosas que entre nosotros son muy ciertas[a], tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron[b] testigos oculares y ministros de la palabra[c], también a mí me ha parecido conveniente, después de haberlo investigado[d] todo con diligencia desde el principio, escribírtelas ordenadamente, excelentísimo Teófilo, para que sepas la verdad precisa acerca de las cosas que te han sido enseñadas[e].

Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, que tenía por mujer una de las hijas de Aarón[f] que se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor. No tenían hijos, porque Elisabet era estéril, y ambos eran de edad avanzada[g].

Pero aconteció que mientras Zacarías[h] ejercía su ministerio sacerdotal delante de Dios según el orden indicado a su grupo, conforme a la costumbre del sacerdocio, fue escogido por sorteo para entrar al templo del Señor y quemar incienso. 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora de la ofrenda de incienso. 11 Y se le apareció un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de[i] él.13 Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás[j] Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento. 15 Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. 16 Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. 17 E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.

18 Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada[k]. 19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy en[l] la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. 20 Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo. 21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de su tardanza en el templo. 22 Pero cuando salió, no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo; y él les hablaba por señas, y permanecía mudo. 23 Y[m] cuando se cumplieron los días de su servicio sacerdotal, regresó a su casa.

24 Y después de estos días, Elisabet su mujer concibió, y se recluyó[n] por cinco meses, diciendo: 25 Así ha obrado el Señor conmigo en los días en que se dignómirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.

Anuncio del nacimiento de Jesús

26 Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada[o] con un hombre que se llamaba José, de los descendientes[p] de David; y el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando el ángel, le dijo: ¡Salve, muy favorecida[q]! El Señor está[r] contigo; bendita eres tú entre las mujeres[s]. 29 Pero ella se turbó mucho por estas[t] palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería éste. 30 Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por[u] nombre Jesús. 32 Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. 34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que soy virgen[v]? 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño que nacerá[w] será llamado Hijo de Dios. 36 Y he aquí, tu parienta Elisabet en su vejez también ha concebido un hijo; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril. 37 Porque ninguna cosa[x] será imposible para[y] Dios. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

María visita a Elisabet

39 En esos[z] días María se levantó y fue apresuradamente a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet. 41 Y aconteció que cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, 42 y exclamó a gran voz y dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿Por qué me ha acontecido esto a mí[aa], que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque he aquí, apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de gozo en mi vientre. 45 Y bienaventurada la que creyó que tendrá[ab] cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor. 46 Entonces María dijo:

Mi alma engrandece al Señor,
47 y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
48 Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva;
pues he aquí, desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada.
49 Porque grandes cosas me ha hecho el Poderoso;
y santo es su nombre.
50 Y de generacion en generacion[ac] es su misericordia
para los que le temen.
51 Ha hecho proezas[ad] con su brazo;
ha esparcido a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
52 Ha quitado a los poderosos de sus tronos;
y ha exaltado a los humildes;
53 a los hambrientos ha colmado de bienes
y ha despedido a los ricos con las manos vacías.
54 Ha ayudado a Israel, su siervo,
para recuerdo de su[ae] misericordia
55 tal como dijo a nuestros padres,
a Abraham y a su descendencia[af] para siempre.

56 Y María se quedó con Elisabet[ag] como tres meses, y después regresó a su casa.

Nacimiento de Juan el Bautista

57 Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. 58 Y sus vecinos y parientes oyeron que el Señor había demostrado su gran[ah]misericordia hacia ella; y se regocijaban con ella. 59 Y[ai] al octavo día vinieron para circuncidar al niño, y lo iban a llamar Zacarías según el nombre de su padre.60 Pero la[aj] madre respondió, y dijo: No, sino que se llamará Juan. 61 Y le dijeron: No hay nadie en tu familia[ak] que tenga ese nombre. 62 Entonces preguntaban por[al] señas al padre, cómo lo quería llamar. 63 Y él pidió una tablilla y escribió lo siguiente[am]: Su nombre es Juan. Y todos se maravillaron. 64 Al instante le fue abierta su boca y suelta su lengua, y comenzó a hablar dando alabanza a Dios.65 Y vino temor sobre todos los que vivían a su alrededor; y todas estas cosas se comentaban en toda la región montañosa de Judea. 66 Y todos los que las oían lasguardaban en su corazón, diciendo: ¿Qué, pues, llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor ciertamente estaba con él.

Profecía de Zacarías

67 Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó diciendo:

68 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque nos ha visitado y ha efectuado redención para su pueblo,
69 y nos ha levantado un cuerno de salvación
en la casa de David su siervo,
70 tal como lo anunció[an] por boca de sus santos profetas desde los tiempos antiguos,
71 salvación[ao] de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos aborrecen;
72 para mostrar misericordia a nuestros padres,
y para recordar su santo pacto,
73 el juramento que hizo[ap] a nuestro padre Abraham:
74 concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos,
le sirvamos sin temor
75 en santidad y justicia delante de El, todos nuestros días.
76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo;
porque irás delante del Señor para preparar sus caminos;
77 para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación
por[aq] el perdón de sus pecados,
78 por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
con que la Aurora nos visitará desde lo alto,
79 para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pies en el camino de paz.

80 Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que apareció en público a Israel.

Nacimiento de Jesús

2 Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado[ar]. Este fue el primer censo que se levantó[as] cuando Cirenio era gobernador de Siria. Y todos se dirigían a inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. Y también José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, para inscribirse junto con María, desposada con él, la cual estaba encinta. Y sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Los pastores y los ángeles

En la misma región había pastores que estaban en el campo[at], cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. 10 Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; 11 porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo[au] el Señor. 12 Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. 13 Y de repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo:

14 Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz entre los hombres en quienes El se complace[av].

15 Y aconteció que cuando los ángeles se fueron[aw] al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos, pues, hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha dado a saber. 16 Fueron a toda prisa, y hallaron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre. 17 Y cuando lo vieron, dieron a saber lo[ax] que se les había dicho acerca de este Niño. 18 Y todos los que lo oyeron se maravillaron de las cosas que les fueron dichas por los pastores. 19 Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. 20 Y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.

21 Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, el nombre dado por el ángel antes de que El fuera concebido en el seno materno.

Jesús presentado en el templo

22 Cuando se cumplieron los días para la purificación de ellos, según la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor 23 (como está escrito en la Ley del Señor: Todo varon que abra la matriz[ay] sera llamado santo para el Señor),24 y para ofrecer un sacrificio conforme a lo dicho en la Ley del Señor: un par de tortolas o dos pichones. 25 Y[az] había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón; y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26 Y por el Espíritu Santo se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo[ba] del Señor. 27 Movido por[bb] el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús le trajeron para cumplir por El[bc]el rito de la ley, 28 él tomó al Niño[bd] en sus brazos, y bendijo a Dios y dijo:

29 Ahora, Señor, permite que tu siervo se vaya
en paz, conforme a tu palabra;
30 porque han visto mis ojos tu salvación
31 la cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32 luz de[be] revelacion a los gentiles,
y gloria de tu pueblo Israel.

33 Y los padres del niño[bf] estaban asombrados de las cosas que de El se decían.34 Simeón los bendijo, y dijo a su madre María: He aquí, este Niño ha sido puesto para la caída y el levantamiento[bg] de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción 35 (y una espada traspasará aun tu propia alma) a fin de que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. 36 Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada[bh], y había vivido con su marido siete años después de su matrimonio[bi], 37 y después de viuda, hasta los ochenta y cuatro años. Nunca se alejaba del templo, sirviendo noche y día con ayunos y oraciones. 38 Y llegando ella en ese preciso momento[bj], daba gracias a Dios, y hablaba de El a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

Crecimiento de Jesús

39 Habiendo ellos cumplido con todo conforme a la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 Y el Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre El.

El niño Jesús discute con los maestros

41 Sus padres acostumbraban ir a Jerusalén todos los años a la fiesta de la Pascua. 42 Y cuando cumplió doce años, subieron allá conforme a la costumbre de la fiesta; 43 y al regresar ellos, después de haber pasado todos los días de la fiesta, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres, 44 y suponiendo que iba en la caravana, anduvieron camino de un día, y comenzaron a buscarle entre los familiares y conocidos. 45 Al no hallarle, volvieron a Jerusalén buscándole. 46 Y aconteció que después de tres días le hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Y todos los que le oían estaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas. 48 Cuando sus padres le vieron, se quedaron maravillados; y su madrele dijo: Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Mira, tu padre y yo te hemos estado buscando[bk] llenos de angustia. 49 Entonces El les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa[bl] de mi Padre? 50 Pero ellos no entendieron las palabras que El les había dicho. 51 Y descendió con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madreatesoraba todas estas cosas[bm] en su corazón. 52 Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura[bn] y en gracia para con Dios y los hombres.

Predicación de Juan el Bautista

3 En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilatogobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de la región de Iturea y Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, durante el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados; como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías:

Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
haced derechas sus sendas.
Todo valle[bo] sera rellenado,
y todo monte y collado rebajado[bp];
lo torcido se hara recto,
y las sendas asperas se volverán caminos llanos;
y toda carne[bq] vera la salvacion de Dios.”

Por eso, decía a las multitudes que acudían para que él las bautizara: ¡Camada de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá? Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento; y no comencéis a deciros a vosotros mismos: “Tenemos a Abraham por padre”, porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. Y también el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.10 Y las multitudes le preguntaban, diciendo: ¿Qué, pues, haremos?11 Respondiendo él, les decía: El que tiene dos túnicas, comparta con el que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. 12 Vinieron también unos recaudadores de impuestos[br] para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? 13 Entonces él les respondió: No exijáis[bs] más de lo que se os ha ordenado. 14 También algunos soldados le preguntaban, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y él les dijo: A nadie extorsionéis, ni a nadie acuséis falsamente, y contentaos con vuestro salario.

15 Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos se preguntaban[bt] en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo[bu], 16 Juan respondió, diciendo a todos: Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo; a quien no soy digno de desatar la correa de sus sandalias; El os bautizará con[bv] el Espíritu Santo y fuego. 17 El bieldo está en su mano para limpiar completamente su era y recoger el trigo en su granero; pero quemará la paja en fuego inextinguible.

18 Y[bw] también con muchas otras exhortaciones Juan anunciaba las buenas nuevas al pueblo. 19 Pero Herodes el tetrarca, siendo reprendido por él por causa de Herodías, mujer de su hermano, y por todas las maldades que Herodes había hecho, 20 añadió además a todas ellas, ésta: que encerró a Juan en la cárcel.

Bautismo de Jesús

21 Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, Jesús también fue bautizado: y mientras El oraba, el cielo se abrió, 22 y el Espíritu Santo descendió sobre El en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.

Genealogía de Jesús

23 Y cuando comenzó su ministerio, Jesús mismo tenía unos treinta años, siendo, como se suponía[bx], hijo de José, quien era hijo de Elí, 24 y Elí, de Matat; Matat, de Leví; Leví, de Melqui; Melqui, de Jana; Jana, de José; 25 José, de Matatías; Matatías, de Amós; Amós, de Nahúm; Nahúm, de Esli; Esli, de Nagai; 26 Nagai, de Maat; Maat, de Matatías; Matatías, de Semei; Semei, de José; José, de Judá;27 Judá, de Joana; Joana, de Resa; Resa, de Zorobabel; Zorobabel, de Salatiel; Salatiel, de Neri; 28 Neri, de Melqui; Melqui, de Adi; Adi, de Cosam; Cosam, de Elmodam; Elmodam, de Er; 29 Er, de Josué[by]; Josué, de Eliezer; Eliezer, de Jorim; Jorim, de Matat; Matat, de Leví; 30 Leví, de Simeón; Simeón, de Judá; Judá, de José; José, de Jonán; Jonán, de Eliaquim; 31 Eliaquim, de Melea; Melea, de Mainán; Mainán, de Matata; Matata, de Natán; Natán, de David; 32 David, de Isaí; Isaí, de Obed; Obed, de Booz; Booz, de Salmón[bz]; Salmón, de Naasón;33 Naasón, de Aminadab; Aminadab, de Admín; Admín, de Aram[ca]; Aram, de Esrom; Esrom, de Fares; Fares, de Judá; 34 Judá, de Jacob; Jacob, de Isaac; Isaac, de Abraham; Abraham, de Taré; Taré, de Nacor; 35 Nacor, de Serug; Serug, de Ragau; Ragau, de Peleg; Peleg, de Heber; Heber, de Sala; 36 Sala, de Cainán; Cainán, de Arfaxad; Arfaxad, de Sem; Sem, de Noé; Noé, de Lamec; 37 Lamec, de Matusalén; Matusalén, de Enoc; Enoc, de Jared; Jared, de Mahalaleel; Mahalaleel, de Cainán; 38 Cainán, de Enós; Enós, de Set; Set, de Adán; y Adán, de Dios.

Notas al pie:

  1. Lucas 1:1 O, sobre las cuales hay plena convicción
  2. Lucas 1:2 Lit., llegaron a ser
  3. Lucas 1:2 I.e., el evangelio
  4. Lucas 1:3 O, seguido
  5. Lucas 1:4 O, instruido oralmente
  6. Lucas 1:5 I.e., de descendencia sacerdotal
  7. Lucas 1:7 Lit., avanzados en sus días
  8. Lucas 1:8 Lit., él
  9. Lucas 1:12 Lit., cayó sobre
  10. Lucas 1:13 Lit., llamarás su nombre
  11. Lucas 1:18 Lit., avanzada en sus días
  12. Lucas 1:19 Lit., estoy junto a
  13. Lucas 1:23 Lit., Y sucedió que
  14. Lucas 1:24 Lit., estuvo escondida
  15. Lucas 1:27 O, comprometida para casarse
  16. Lucas 1:27 Lit., de la casa
  17. Lucas 1:28 O, ricamente bendecida
  18. Lucas 1:28 O, sea
  19. Lucas 1:28 Algunos mss. antiguos no incluyen: bendita…mujeres
  20. Lucas 1:29 Lit., las
  21. Lucas 1:31 Lit., y llamarás su
  22. Lucas 1:34 Lit., no conozco hombre
  23. Lucas 1:35 Lit., lo santo engendrado
  24. Lucas 1:37 Lit., palabra
  25. Lucas 1:37 O, con
  26. Lucas 1:39 Lit., estos
  27. Lucas 1:43 Lit., ¿Y de dónde esto a mí
  28. Lucas 1:45 O, porque habrá un
  29. Lucas 1:50 Lit., a generaciones y generaciones
  30. Lucas 1:51 Lit., proeza
  31. Lucas 1:54 Lit., con el fin de recordar
  32. Lucas 1:55 Lit., simiente
  33. Lucas 1:56 Lit., ella
  34. Lucas 1:58 Lit., engrandecido su
  35. Lucas 1:59 Lit., Y sucedió que
  36. Lucas 1:60 Lit., su
  37. Lucas 1:61 O, entre tus parientes
  38. Lucas 1:62 Lit., hacían
  39. Lucas 1:63 Lit., diciendo
  40. Lucas 1:70 Lit., habló
  41. Lucas 1:71 O, liberación
  42. Lucas 1:73 Lit., que juró
  43. Lucas 1:77 O, que consiste en
  44. Lucas 2:1 I.e., el Imperio Romano
  45. Lucas 2:2 O, Esto tuvo lugar como primer censo
  46. Lucas 2:8 Lit., a campo raso
  47. Lucas 2:11 I.e., el Mesías
  48. Lucas 2:14 Lit., hombres de su agrado, o, posiblemente, de buena voluntad
  49. Lucas 2:15 Lit., se fueron de ellos
  50. Lucas 2:17 Lit., acerca de la palabra
  51. Lucas 2:23 I.e., primogénito
  52. Lucas 2:25 Lit., Y he aquí
  53. Lucas 2:26 I.e., al Mesías
  54. Lucas 2:27 Lit., Y en
  55. Lucas 2:27 Lit., hacer por El según
  56. Lucas 2:28 Lit., le tomó
  57. Lucas 2:32 O, para
  58. Lucas 2:33 Lit., su padre y madre
  59. Lucas 2:34 O, la resurrección
  60. Lucas 2:36 Lit., avanzada en muchos días
  61. Lucas 2:36 Lit., de su virginidad
  62. Lucas 2:38 Lit., a esa hora
  63. Lucas 2:48 Lit., te buscamos
  64. Lucas 2:49 O, los negocios; lit., las cosas
  65. Lucas 2:51 Lit., las palabras
  66. Lucas 2:52 O, edad
  67. Lucas 3:5 O, barranco
  68. Lucas 3:5 O, allanado
  69. Lucas 3:6 O, persona
  70. Lucas 3:12 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  71. Lucas 3:13 O, no colectéis
  72. Lucas 3:15 O, pensaban
  73. Lucas 3:15 I.e., el Mesías
  74. Lucas 3:16 O, en, o, por
  75. Lucas 3:18 Lit., Por tanto
  76. Lucas 3:23 Lit., como se pensaba
  77. Lucas 3:29 En el texto gr., Jesús
  78. Lucas 3:32 En el texto gr., Sala
  79. Lucas 3:33 En el texto gr., Arní
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UN GOLPE MORTAL A LOS DESEOS PECAMINOSOS

UN GOLPE MORTAL A LOS DESEOS PECAMINOSOS

la-verdad-para-hoy

10/28/2016

Amados hermanos míos, no erréis.
SANTIAGO 1:16

alimentemos_el_alma¿En qué punto se enfrenta usted al pecado? No en el punto de la conducta, porque entonces es demasiado tarde, sino en el punto del deseo. La persona que puede dominar sus reacciones emocionales puede enfrentarse con el pecado. Cuando se le está bombardeando con reacciones emocionales negativas, una persona con una mente santificada puede desactivar los deseos antes que ellos sean activados por la voluntad. Pero una vez que dominan la voluntad, su nacimiento es inevitable.
Tiene que enfrentarse a las emociones lujuriosas si quiere enfrentarse con éxito al pecado en su vida. Si expone sus emociones al anzuelo, puede quedar atrapado a menos que tome medidas inmediatas.

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Tiempo de escrutinio

28 Octubre 2016

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Tiempo de escrutinio
por Charles R. Swindoll

2 Reyes 2:1-14

alimentemos_el_almaEl renunciar a lo personal no nos llega de manera natural. Es una virtud que se aprende (muchas veces de manera dura), estimulada por unos pocos y modelada por un número menor aún, especialmente por quienes han llegado a ser conocidos como personalidades del tipo A. Los profetas son famosos por mostrar este temperamento, lo cual hace a Elías aún más admirable. Sin sacarle el cuerpo de heroísmo, era tan blando como la arcilla en las manos de su Señor. Como vimos antes, Elías daba lo mejor de sí mismo cuando estaba “bajo la sombra del Todopoderoso”. Su vida fue de poder, porque había llegado al punto en el que aceptaba la muerte de sus propios deseos, si eso significaba poder mostrar al máximo la gloria de Dios.

El punto del comienzo, el punto de la oración, el punto de la batalla, el punto de la muerte; nosotros también, tenemos estos puntos en nuestras vidas.

En primer lugar, hay un punto de comienzo, de partida, el comienzo mismo de nuestra experiencia cristiana cuando nacemos de nuevo. Ese es nuestro punto de comienzo. En nuestro Gilgal, nos volvemos enteramente nuevos.

Para algunos de nosotros, ese punto de comienzo, de partida, ha quedado distante en el pasado. Escudriñe su memoria. ¿Puede recordar el momento cuando dio sus primeros pasos, como bebé en la fe? Se tambaleaba un poco y aquellas personas que le amaban y guiaban, le ayudaban a mantenerse firme sobre sus pies. Pero aprendió lo más importante de la vida: cómo compartir su fe.

Luego viene el punto de la oración. ¿Lo recuerda? Comenzó primero a aprender lo que era sacrificar, rendir las cosas que le eran queridas y preciosas. Para algunos otros, fue una pérdida por un aborto, o la muerte de un hijo. Para algunos, fue la muerte de un esposo o una esposa. Quizás para usted fue la pérdida de un empleo, o de su negocio, o de su largamente acariciado sueño y que usted sabe, nunca podrá realizar. Al llegar totalmente solo a su propio Betel, aprendió a orar.

Dios hizo un verdadero trabajo en su vida al llevarle desde ese punto de comunión a la siguiente fase que Él dispuso para usted. Y porque ya había aprendido el valor de la oración, usted construyó su altar y aprendió aun más a los pies del Señor. Escudriñe su pasado. ¿Lo recuerda?

El renunciar a lo personal es difícil de aprender, pero bien vale el esfuerzo.

El renunciar a lo personal es difícil de aprender, pero bien vale el esfuerzo.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

SILENCIO FATAL

SILENCIO FATAL

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Pablo Martini
Programa No. 2016-10-28

alimentemos_el_almaDios nos provee abundante ejemplo en la Biblia sobre personajes que cuando tenían que hablar no hablaron, entonces Dios levantó a otros que acabaron avergonzando a los que permanecían en silencio. La reina Esther es un caso típico de esto. De nacionalidad judía, esta mujer aparece en escena como esclava bajo el imperio Asirio y posteriormente hecha reina por edicto real. Sí, la vida le sonrió. Pero parece que su “buen pasar” le estaba haciendo olvidar sus raíces y sus comienzos. (Cosa no recomendable). Su pueblo biológico estaba bajo amenaza de exterminio aunque dentro del palacio se vivía una atmósfera de lujo y seguridad. Fuera de las paredes reales, su tío, Mardoqueo, hacía lo imposible por modificar semejante realidad sin resultados aparentes. Fue entonces que le pidió a Esther que interceda por el pueblo hebreo ante su esposo, el rey. Al comienzo vaciló, temiendo por su propia vida, pero las palabras de Mardoqueo le hicieron reflexionar: “Si te quedas callada en este tiempo, el alivio y la liberación de los judíos surgirán de otro lugar; pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¡Y quién sabe si para un tiempo como éste has llegado al reino!”

Injusticias similares a estas nos rodean. Edictos, leyes y nuevas normas de ética y moral nos bombardean cada vez con su relativismo. ¿Qué hacer? ¿Callar? ¿Mirar para otro lado? ¿Decir no es mi problema, que vean ellos cómo se las arreglan, bastante tengo yo con lo mío?…  Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, dice la Biblia. Además, tenemos un mensaje de verdad que no puede ni debe quedar oculto. Hace más de dos mil años un sepulcro vacío anunciaba la gloria de que el primer hombre volvió de la muerte porque esta no le pudo retener, (y no fue cualquier  muerte). ¿Podrían haberse quedado callados sus discípulos, ante semejante demostración de deidad envasada en un cuerpo humano?, obvio que no. Nunca se callaron, no podían detenerlos, ellos sabían que tenían la verdad. Si tú la tienes no te calles. Si no la tienes búscala. Será esa verdad la que te hará experimentar la verdadera libertad de vida.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Quien oculta la verdad promueve la mentira.

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Muerte de Juan el Bautista

Mateo 14-16

9781586403546

Muerte de Juan el Bautista

alimentemos_el_alma14 Por aquel tiempo[a], Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús, y dijo a sus sirvientes: Este es Juan el Bautista. El ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él. Porque Herodes había prendido a Juan, lo había atado[b] y puesto en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla. Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo[c], porque consideraban[d] a Juan como un profeta. Pero cuando llegó[e] el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodíasdanzó ante[f] ellos y agradó a Herodes. Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. Ella, instigada por su madre, dijo*: Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista. Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus[g] juramentos y de sus invitados[h], ordenó que se la dieran; 10 y mandó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Y trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, y ella se la llevó a su madre. 12 Los discípulos de Juan[i] llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.

Alimentación de los cinco mil

13 Al oír esto, Jesús se retiró de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes lo supieron[j], le siguieron a pie desde las ciudades. 14 Y al desembarcar[k], vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos. 15 Al atardecer se le acercaron los discípulos, diciendo: El lugar está desierto y la hora es ya avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos. 16 Pero Jesús les dijo: No hay necesidad de que se vayan; dadles vosotros de comer. 17 Entonces ellos le dijeron*: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. 18 El les dijo: Traédmelos acá. 19 Y ordenando a la muchedumbre que se recostara sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. 20 Y comieron todos y se saciaron. Y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. 21 Y los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Jesús anda sobre el mar

22 Enseguida hizo que los discípulos[l] subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud. 23 Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo. 24 Pero la barca estaba ya a muchos estadios[m] de tierra, y era azotada[n] por las olas, porque el viento era contrario. 25 Y a la cuarta vigilia de la noche[o], Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar. 27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis.28 Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. 29 Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.

34 Terminada la travesía, bajaron a[p] tierra en Genesaret. 35 Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús[q], enviaron a decirlo por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los que tenían algún mal. 36 Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

Discusión con algunos escribas y fariseos

15 Entonces se acercaron* a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan. Y respondiendo El, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre,” y: “Quien hable mal desu padre o de su madre, que muera[r].” Pero vosotros decís: “Cualquiera que diga a su padre o a su madre: ‘Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no necesitará más honrar[s] a su padre o a su madre[t].” Y asíinvalidasteis la palabra[u] de Dios por causa de vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo:

Este pueblo con los labios me honra,
pero su corazon esta muy lejos de mi.
Mas en vano me rinden culto,
enseñando como doctrinas preceptos de hombres.”

Lo que contamina al hombre

10 Y llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: 11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. 12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron[v] cuando oyeron tus palabras[w]? 13 Pero El contestó y dijo: Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos[x]. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos la parábola. 16 Y El dijo: ¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento?17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago[y] y luego se elimina[z]? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.

Jesús sana a la hija de una cananea

21 Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada. 23 Pero El no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela[aa], pues viene gritando tras nosotros. 24 Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Pero acercándose ella, se postró[ab] ante El, diciendo: ¡Señor, socórreme!26 Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos. 27 Pero ella dijo: Sí, Señor; pero[ac] también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento[ad].

Jesús sana a muchos junto al mar de Galilea

29 Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;31 de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados[ae], los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.

Alimentación de los cuatro mil

32 Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.33 Y los discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús entonces les dijo*: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y El mandó a la multitud que se recostara en el suelo; 36 y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Y después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca y fue a la región de Magadán[af].

Fariseos y saduceos piden señal

16 Entonces los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús, y para ponerle a prueba[ag] le pidieron que les mostrara una señal[ah] del cielo. Pero respondiendo El, les dijo: [ai]Al caer la tarde decís: “Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo.”Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador.” ¿Sabéis discernir el aspecto[aj] del cielo, pero no podéis discernir las señales de los tiempos? Una generación perversa y adúltera busca señal[ak], y no se le dará señal[al], sino la señal de Jonás. Y dejándolos, se fue.

La levadura de los fariseos y saduceos

Los discípulos, al pasar al otro lado, se habían olvidado de tomar panes. Y Jesús les dijo: Estad atentos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. Y ellos discutían entre sí, diciendo: Lo dice porque no tomamos panes. Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: Hombres de poca fe, ¿por qué discutís entre vosotros que no tenéis pan? ¿Todavía no entendéis ni recordáis los cinco panes para los cinco mil, y cuántas cestas recogisteis? 10 ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? 11 ¿Cómo es que no entendéis que no os hablé de los panes? Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. 12 Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.

La confesión de Pedro

13 Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o uno de los profetas.15 El les dijo*: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo[am], el Hijo del Dios viviente. 17 Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Yo también te digo que tú eres Pedro[an], y sobre esta roca[ao] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades[ap]no prevalecerán contra ella. 19 Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será[aq] atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será[ar]desatado en los cielos. 20 Entonces ordenó a los discípulos que a nadie dijeran que El era el Cristo[as].

Jesús anuncia su muerte y resurrección

21 Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar[at] a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios[au], Señor! Eso nunca te acontecerá[av]. 23 Pero volviéndose El, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí[aw], Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Condiciones para seguir a Jesús

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 25 Porque el que quiera salvar su vida[ax], la perderá; pero el que pierda su vida[ay] por causa de mí, la hallará. 26 Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? 27 Porque el Hijo del Hombreha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensara a cada uno segun su conducta. 28 En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino.

Notas al pie:

  1. Mateo 14:1 O, aquella ocasión
  2. Mateo 14:3 O, encadenado
  3. Mateo 14:5 O, a la multitud
  4. Mateo 14:5 Lit., tenían
  5. Mateo 14:6 Lit., ocurrió
  6. Mateo 14:6 Lit., en medio de
  7. Mateo 14:9 Lit., los
  8. Mateo 14:9 Lit., de los que se reclinaban a la mesa con él
  9. Mateo 14:12 Lit., Y sus discípulos
  10. Mateo 14:13 Lit., oyeron
  11. Mateo 14:14 Lit., Y saliendo
  12. Mateo 14:22 Lit., obligó a los discípulos que
  13. Mateo 14:24 Un estadio equivale aprox. a 180 metros
  14. Mateo 14:24 Lit., atormentada
  15. Mateo 14:25 I.e., entre las tres y las seis de la mañana
  16. Mateo 14:34 Lit., llegaron a la
  17. Mateo 14:35 Lit., El
  18. Mateo 15:4 Lit., muera a muerte
  19. Mateo 15:6 I.e., en el sentido de socorrer
  20. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos no incluyen: o a su madre
  21. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos dicen: la ley
  22. Mateo 15:12 O, fueron ofendidos
  23. Mateo 15:12 Lit., la palabra
  24. Mateo 15:14 Varios mss. antiguos no incluyen: de ciegos
  25. Mateo 15:17 Lit., vientre
  26. Mateo 15:17 Lit., se echa en la letrina
  27. Mateo 15:23 Lit., Despídela
  28. Mateo 15:25 O, adoró
  29. Mateo 15:27 Lit., porque
  30. Mateo 15:28 Lit., desde aquella hora
  31. Mateo 15:31 O, sanos
  32. Mateo 15:39 Algunos mss. posteriores dicen: Magdala
  33. Mateo 16:1 Lit., tentándole
  34. Mateo 16:1 O, un milagro
  35. Mateo 16:2 Los mss. más antiguos no incluyen el resto del vers. 2 y el vers. 3
  36. Mateo 16:3 Lit., la faz
  37. Mateo 16:4 O, milagro
  38. Mateo 16:4 O, milagro
  39. Mateo 16:16 I.e., el Mesías
  40. Mateo 16:18 Gr., Petros; i.e., una piedra
  41. Mateo 16:18 Gr., petra; i.e., una piedra grande
  42. Mateo 16:18 I.e., los poderes de la muerte
  43. Mateo 16:19 O, habrá sido
  44. Mateo 16:19 O, habrá sido
  45. Mateo 16:20 I.e., el Mesías
  46. Mateo 16:21 Lit., a mostrar
  47. Mateo 16:22 Lit., (Dios tenga) misericordia de ti
  48. Mateo 16:22 Lit., será
  49. Mateo 16:23 Lit., Ponte detrás de mí
  50. Mateo 16:25 O, alma
  51. Mateo 16:25 O, alma
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EL NACIMIENTO DEL PECADO

EL NACIMIENTO DEL PECADO

la-verdad-para-hoy

10/27/2016

Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.

(Santiago 1:15)

alimentemos_el_almaLa mayoría de las personas piensan que el pecado es un acto o comportamiento individual. Pero el versículo de hoy dice que el pecado no es un acto; es el resultado de un proceso.

El pecado comienza con deseo, que está relacionado con la emoción. Comienza cuando usted desea sentirse satisfecho al adquirir algo, cuando tiene un anhelo emotivo de poseer algo que ve. Entonces la tentación afecta su mente mediante el engaño. Usted comienza a justificar su derecho a tener lo que desea. Su mente es engañada al creer que la satisfacción de sus deseos satisfará sus necesidades.

Acto seguido, su voluntad comienza a planificar cómo va a obtener lo que quiere, y cuando la lujuria es seducida (como quien dice) por la carnada, queda preñada en el vientre de la voluntad de una persona. Por último, ocurre el acto del pecado.

El saber cómo nace el pecado debiera ayudarlo a huir de la tentación.

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Palabras francas

27 Octubre 2016

Palabras francas
por Charles R. Swindoll

2 Reyes 1:1-18

alimentemos_el_almaEs incontable el número de personas que hoy en día quieren conocer el futuro. Los periódicos y revistas tienen columnas de horóscopos. La televisión hace publicidad de servicios psíquicos por línea telefónica directa. En las bancas de las paradas de autobuses hay avisos de quirománticos. Y los estantes de revistas que están junto a las cajas registradoras en los supermercados ofrecen libros sobre astrología, numerología y otros temas similares.

Para muchos esta promoción puede sonar como pura tontería; puede parecer solo una diversión inocente. Después de todo, ¿qué tan malo puede ser leer el horóscopo todos los días? Pero escuche bien: ¡eso es territorio del enemigo! No es ninguna tontería ni una diversión inocente. Al igual que los ídolos de piedra y madera de Ecrón, estos videntes modernos son sus sustitutos, para impedirnos poner nuestra confianza en el Dios vivo.

A Dios le desagrada cualquier participación nuestra en el ocultismo. No importa cuál sea el motivo, no importa lo grande que sea la necesidad, jugar con el ocultismo es pecado. La Palabra de Dios es muy clara en este asunto. En el libro de Levítico, Dios le da a su pueblo este expreso mandamiento: “No recurráis a los que evocan a los muertos ni busquéis a los adivinos para contaminarnos con ellos. Yo, el SEÑOR, vuestro Dios” (Levítico 19:31).

Más allá de esto, Dios es deshonrado por la averiguación específica del futuro que no tiene como fuente a su Palabra. Me doy cuenta de que la mayoría de las personas que comienzan a jugar con la astrología, la adivinación o las tablas de la ouija, no toman este asunto con seriedad. La astrología, por ejemplo, tiene su atractivo, y la mayoría de las personas lo hacen por diversión o curiosidad. Pero estos sencillos y aparentemente juegos dan inicio a un proceso que muchos no pueden manejar; se abren puertas que debieran permanecer cerradas. Luego será solo cuestión de tiempo antes de que esas personas se vean absorbidas y atrapadas por los tenebrosos poderes de las fuerzas demoníacas.

Pero permítame asegurarle que Dios se siente complacido cuando confiamos solamente en Él. El Señor fortalece a quienes ponen su confianza en Él. Si no estamos arraigados en la Palabra de Dios, y no lo buscamos a Él cada día como nuestra fuerza de fortaleza y conocimiento del futuro, nosotros también podemos fácilmente ser presos de la trampa del ocultismo.

Aprenda una lección permanente de Elías. Manténgase firme en la verdad y cuídese del enemigo. El enemigo no solo juega sucio, sino que también juega para quedarse con todo, y él está jugando por su alma.

El Señor fortalece a quienes ponen su confianza en Él.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

SI UN CIEGO GUÍA A OTRO CIEGO…

SI UN CIEGO GUÍA A OTRO CIEGO…

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Pablo Martini
Programa No. 2016-10-27

alimentemos_el_almaMientras escribo estas sencillas reflexiones, mi país de residencia, Ecuador, vive conmocionado la visita del “Sumo Pontífice”: El Papa Francisco. Carismático, alegre y revolucionador, cautiva millones de almas de niños, jóvenes y adultos que flamean a su paso banderas con la estampa de su sonriente rostro. No solo banderas, camisetas, posters, sombrillas, pulseras, relojes, stikers, todo vale al momento de “lucrar con la fe”, la fe de tantas almas incautas que corren detrás de algo o de alguien que les inspire confianza en medio de un mundo descorazonado y despiadado. (Al mismo tiempo que ese alguien no le confronte con su estilo de vida pecaminoso, obvio). El título de “Sumo Pontífice” viene del latín Summux pontífex, que significa: máximo constructor de puentes. Este título, lo tenían los emperadores romanos, quienes debían incluir dentro de sus ocupaciones, el diseñar y construir puentes que mejoren el complejo vial de Roma.

La Palabra de Dios, la Biblia, presenta a Jesucristo como el Gran Sumo Sacerdote. Él es el Sumo Pontífice divino que construyó el único puente que comunica a los hombres con Dios  y a Dios con el hombre. Es por eso que, en realidad, sólo existen dos clases de religiones en el mundo, dos y no más, la que pretende llegar a Dios en base a esfuerzos (puentes humanos), y la que reconoce que hay un solo Mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre. Él es el único puente verdadero que te lleva al cielo y a Dios. El puente lo construyó Dios mismo usando madera de la cruz de Cristo y aquellos que creemos en esta obra vicaria, de iniciativa divina y consumada, hemos sido hechos justos y aceptos por Dios. Cuando Jesús nos visitó no hubo ni banderas ni aplausos sino sangre, sangre que ningún otro se atrevió a derramar por ti y por mí. . Dios ha colocado un puente, la Cruz de Cristo. Muchos escogen atajos, construyen sus propios puentes, para luego verlos derrumbarse vez tras vez y acabar en tragedia.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

No olvides, hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte.

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Jesús sale a enseñar y predicar

Mateo 11-13

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Jesús sale a enseñar y predicar

alimentemos_el_alma11 Y sucedió que cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y predicar[a] en las ciudades de ellos.

Jesús y los discípulos de Juan

Y al oír Juan en la cárcel de las obras de Cristo[b], mandó por medio de sus discípulos a decirle: ¿Eres tú el que ha de venir[c], o esperaremos a otro? Y respondiendo Jesús, les dijo: Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos reciben la vista y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio[d]. Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí.

Jesús habla de Juan el Bautista

Mientras ellos se marchaban, Jesús comenzó a hablar a las multitudes acerca de Juan: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?Mas, ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Mirad, los que usan ropas finas están en los palacios[e] de los reyes. Pero, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y uno que es más que un profeta. 10 Este es de quien está escrito:

He aqui, yo envio mi mensajero delante de tu faz,
quien preparara tu camino delante de ti.”

11 En verdad os digo que entre los nacidos de mujer[f] no se ha levantado nadiemayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. 12 Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia[g], y los violentos lo conquistan por la fuerza[h]. 13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. 14 Y si queréis aceptarlo, él es Elías, el que había de venir[i]. 15 El que tiene oídos[j], que oiga. 16 Pero, ¿con qué compararé a esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, que dan voces a los otros, 17 y dicen: “Os tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos endechas, y no os lamentasteis[k].” 18 Porque vino Juan que no comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio.” 19 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: “Mirad, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos[l] y de pecadores.” Pero[m] la sabiduría se justifica por sus hechos[n].

Ayes sobre ciudades de Galilea

20 Entonces comenzó a increpar a las ciudades en las que había hecho la mayoría de sus milagros[o], porque no se habían arrepentido. 21 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros[p] que se hicieron en vosotras se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza.22 Por eso os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras. 23 Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el Hades[q] descenderás[r]! Porque si los milagros[s] que se hicieron en ti se hubieran hecho en Sodoma, ésta hubiera permanecido hasta hoy. 24 Sin embargo, os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma que para ti.

La gran invitación

25 En aquel tiempo[t], hablando[u] Jesús, dijo: Te alabo[v], Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños. 26 Sí, Padre, porque así fue de tu agrado. 27 Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce[w] al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce[x]al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 28 Venid a mí, todos los que estáis cansados[y] y cargados, y yo os haré descansar. 29 Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. 30 Porque mi yugo es fácil[z] y mi carga ligera.

Jesús, Señor del día de reposo

12 Por aquel tiempo[aa] Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Y cuando lo vieron los fariseos, le dijeron: Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero El les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes consagrados[ab], que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y están sin culpa? Pues os digo que algo[ac] mayor que el templo está aquí. Pero si hubierais sabido lo que esto significa[ad]: “Misericordia[ae] quiero y no sacrificio”, no hubierais condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.

Jesús sana al hombre de la mano seca

Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos. 10 Y he aquí, había allí un hombre que tenía una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? 11 Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca? 12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo. 13 Entonces dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra. 14 Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon[af] contra El, para ver cómo podrían destruirle.

Jesús, el siervo escogido

15 Mas Jesús, sabiéndolo, se retiró de allí. Y muchos le siguieron, y los sanó a todos. 16 Y les advirtió que no revelaran quién era El[ag]; 17 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

18 Mirad, mi Siervo[ah], a quien he escogido[ai];
mi amado en quien se agrada[aj] mi alma;
sobre El pondre mi Espiritu,
y a las naciones[ak] proclamara justicia[al].
19 No contendera, ni gritara,
ni habra quien en las calles oiga su voz.
20 No quebrara la caña cascada,
ni apagara la mecha que humea,
hasta que lleve[am] a la victoria la justicia[an].
21 Y en su nombre pondran las naciones[ao] su esperanza.

Jesús y Beelzebú

22 Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía. 23 Y todas las multitudes estaban asombradas, y decían: ¿Acaso no es éste el Hijo de David? 24 Pero cuando los fariseos lo oyeron, dijeron: Este no expulsa los demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios. 25 Y conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. 26 Y si Satanás expulsa a Satanás, está[ap] dividido contra sí mismo; ¿cómo puede entonces mantenerse en pie su reino? 27 Y si yo expulso los demonios por Beelzebú, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros. 29 ¿O cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata[aq]? Y entonces saqueará su casa. 30 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. 31 Por eso os digo: todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.32 Y a cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este siglo[ar] ni en el venidero. 33 O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Camada de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. 36 Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Escribas y fariseos demandan señal

38 Entonces le respondieron algunos de los escribas y fariseos, diciendo: Maestro, queremos ver una señal[as] de parte tuya. 39 Pero respondiendo El, les dijo: Una generación perversa y adúltera demanda señal[at], y ninguna señal[au] se le dará, sino la señal[av] de Jonás el profeta; 40 porque como estuvo Jonas en el vientre del monstruo marino tres dias y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra. 41 Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí. 42 La Reina del Sur se levantará con esta generación en el juicio y la condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más grande que Salomón está aquí. 43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no lo halla. 44 Entonces dice: “Volveré a mi casa de donde salí”; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. 45 Va entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa.

La madre y los hermanos de Jesús

46 Mientras El aún estaba hablando a la multitud, he aquí, su madre y sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con El. 47 Y alguien le dijo: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera deseando hablar contigo. 48 Pero respondiendo El al que se lo decía, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ¡He aquí mi madre y mis hermanos! 50 Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Parábolas sobre el reino

13 Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar. Y se congregaron junto a El grandes multitudes, por lo que subió a una barca y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa.

Parábola del sembrador

Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte[aw] cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte[ax] cayó entre[ay]espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte[az] cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta. El que tiene oídos[ba], que oiga.

Propósito de las parábolas

10 Y acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? 11 Y respondiendo El, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 13 Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. 14 Y en[bb] ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:

Al oir oireis, y no entendereis;
y viendo vereis, y no percibireis;
15 porque el corazon de este pueblo se ha vuelto insensible[bc]
y con dificultad oyen con sus oidos;
y sus ojos han cerrado,
no sea que vean con los ojos,
y oigan con los oidos,
y entiendan con el corazon,
y se conviertan,
y yo los sane.”

16 Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen.17 Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.

Explicación de la parábola del sembrador

18 Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino. 20 Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que sólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae. 22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo[bd]y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto. 23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.

Parábola del trigo y la cizaña

24 Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a[be] un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[bf] entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[bg] brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo[bh], pues, tiene cizaña?” 28 El les dijo: “Un enemigo[bi]ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?” 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30 “Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.’”

Parábola del grano de mostaza

31 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.

Parábola de la levadura

33 Les dijo otra parábola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas[bj] de harina hasta que todo quedó fermentado.

34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola, 35 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo:

Abrire mi boca en parabolas;
hablare de cosas ocultas desde la fundacion del mundo.

Explicación de la parábola del trigo y la cizaña

36 Entonces dejó a la multitud y entró en la casa. Y se le acercaron sus discípulos, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Y respondiendo El, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, 38 y el campo es el mundo; y la buena semilla son[bk] los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno; 39 y el enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es el fin[bl] del mundo[bm], y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[bn] del mundo[bo].41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo[bp] y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandeceran como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos[bq], que oiga.

Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor

44 El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

45 El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Parábola de la red barredera

47 El reino de los cielos también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase; 48 y cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas[br], pero echaron fuera los malos. 49 Así será en el fin[bs] del mundo[bt]; los ángeles saldrán, y sacarán[bu] a los malos de entre los justos, 50 y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.

Parábola del dueño de casa

51 ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron*: Sí. 52 Y El les dijo: Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al[bv] dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Jesús enseña en Nazaret

53 Y sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí. 54 Y llegando a su pueblo, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que se maravillaban y decían: ¿Dónde obtuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos[bw]? 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo[bx], José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo éste todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban a causa de El. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. 58 Y no hizo muchos milagros[by] allí a causa de la incredulidad de ellos.

Notas al pie:

  1. Mateo 11:1 O, proclamar
  2. Mateo 11:2 I.e., el Mesías
  3. Mateo 11:3 Lit., el que viene; véase Juan 11:27 y nota
  4. Mateo 11:5 O, las buenas nuevas
  5. Mateo 11:8 Lit., las casas
  6. Mateo 11:11 Lit., mujeres
  7. Mateo 11:12 O, al reino de los cielos se entra por la fuerza
  8. Mateo 11:12 O, lo toman para sí
  9. Mateo 11:14 O, que ha de venir
  10. Mateo 11:15 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  11. Mateo 11:17 Lit., no os golpeasteis el pecho
  12. Mateo 11:19 O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos
  13. Mateo 11:19 Lit., Y
  14. Mateo 11:19 Algunos mss. dicen: hijos
  15. Mateo 11:20 O, hechos poderosos
  16. Mateo 11:21 O, hechos poderosos
  17. Mateo 11:23 I.e., región de los muertos
  18. Mateo 11:23 Algunos mss. antiguos dicen: serás hundida
  19. Mateo 11:23 O, hechos poderosos
  20. Mateo 11:25 O, aquella ocasión
  21. Mateo 11:25 Lit., respondiendo
  22. Mateo 11:25 O, reconozco para tu gloria
  23. Mateo 11:27 O, conoce perfectamente
  24. Mateo 11:27 O, conoce perfectamente
  25. Mateo 11:28 O, exhaustos de tanto trabajar
  26. Mateo 11:30 O, agradable, o, suave
  27. Mateo 12:1 O, aquella ocasión
  28. Mateo 12:4 Lit., los panes de la proposición
  29. Mateo 12:6 O, uno, y así en los vers. 41 y 42
  30. Mateo 12:7 Lit., es
  31. Mateo 12:7 O, Compasión
  32. Mateo 12:14 Lit., tomaron consejo
  33. Mateo 12:16 Lit., no le hicieran manifiesto
  34. Mateo 12:18 O, Hijo
  35. Mateo 12:18 Lit., escogí
  36. Mateo 12:18 Lit., se agradó
  37. Mateo 12:18 O, los gentiles
  38. Mateo 12:18 O, juicio
  39. Mateo 12:20 O, saque
  40. Mateo 12:20 O, el juicio
  41. Mateo 12:21 O, los gentiles
  42. Mateo 12:26 Lit., estaba
  43. Mateo 12:29 Lit., no ata al fuerte
  44. Mateo 12:32 O, tiempo
  45. Mateo 12:38 O, un milagro
  46. Mateo 12:39 O, milagro
  47. Mateo 12:39 O, milagro
  48. Mateo 12:39 O, milagro
  49. Mateo 13:5 Lit., Y otras
  50. Mateo 13:7 Lit., Y otras
  51. Mateo 13:7 Lit., sobre los
  52. Mateo 13:8 Lit., Y otras
  53. Mateo 13:9 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  54. Mateo 13:14 O, para
  55. Mateo 13:15 Lit., se ha engrosado
  56. Mateo 13:22 O, siglo
  57. Mateo 13:24 Lit., fue comparado con
  58. Mateo 13:25 I.e., planta gramínea muy parecida al trigo
  59. Mateo 13:26 Lit., la hierba
  60. Mateo 13:27 Lit., De dónde
  61. Mateo 13:28 Lit., Un hombre enemigo
  62. Mateo 13:33 Gr., sata; un sato equivale aprox. a 13 litros
  63. Mateo 13:38 Lit., éstos son
  64. Mateo 13:39 Lit., la consumación
  65. Mateo 13:39 O, siglo
  66. Mateo 13:40 Lit., la consumación
  67. Mateo 13:40 O, siglo
  68. Mateo 13:41 O, todo lo que ofende
  69. Mateo 13:43 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  70. Mateo 13:48 O, vasijas
  71. Mateo 13:49 O, la consumación
  72. Mateo 13:49 O, siglo
  73. Mateo 13:49 O, separarán
  74. Mateo 13:52 Lit., a un hombre
  75. Mateo 13:54 O, milagros
  76. Mateo 13:55 O, Santiago
  77. Mateo 13:58 O, muchas obras de poder
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