EL ATAQUE A LA IGLESIA

EL ATAQUE A LA IGLESIA

la-verdad-para-hoy

11/1/2016

En el mundo tendréis aflicción.

Juan 16:33

alimentemos_el_almaNo debiéramos sorprendernos cuando se ataca a la iglesia porque Cristo dijo que así sucedería. Como el mundo, la carne y Satanás están detrás de tal hostilidad, Cristo nos ordenó que veláramos y oráramos “para que no [entremos] en tentación” (Mt. 26:41). Pedro advirtió: “Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 P. 5:8). Para estar preparados, Pablo dijo: “Nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo” (1 Ts. 5:8).

Puede ser difícil mantener su testimonio cristiano cuando la persecución es sutil y no manifiesta. Recuerdo haberle preguntado a un pastor ruso: “¿Es difícil pastorear una iglesia en su país?” El pastor respondió: “No, es fácil porque sé cuál es la posición de todo el mundo. Pero ¿cómo puede alguien pastorear una iglesia en los Estados Unidos, donde la avenencia es tan común y sutil?” Muchos que se dicen cristianos quieren la aceptación del mundo y por lo tanto, no están dispuestos a defender la causa de Cristo.

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Redirigir nuestra mirada

1 Noviembre 2016

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Redirigir nuestra mirada
por Charles R. Swindoll

2 Reyes 2:12-15; Mateo 17:1-3

alimentemos_el_almaLa meta más grandiosa del cristiano es ser como Cristo. Queremos emular Su vida ejemplar, imitar su método de enseñanza, resistir la tentación como Él la resistió, manejar los conflictos como Él lo hizo, y concentrarnos en la misión que Dios nos llama a cumplir, de la misma manera que Cristo se concentró en ella. Nuestro deseo, en verdad, es tener con el Padre la misma intimidad que tuvo el Hijo durante todo su ministerio y sufrimiento. No hay mejor cumplido que el que otras personas digan de nosotros que “Cuando estoy con esa persona, es como si estuviera en la misma presencia de Jesús.»

A través de este estudio de la vida de Elías, varias veces pensé en lo mucho que se pareció la vida de este hombre al Mesías que habría de venir. Por la manera que pasaba el tiempo a solas; por la valentía que demostró en presencia de su enemigo al comunicarle el mensaje de Dios; por el poder que mostró cuando fue necesario un milagro para convencer a su público de que él era un hombre que tenía un mensaje de Dios, del único Dios verdadero; por la compasión que demostró cuando se ocupó del sufrimiento de la viuda resucitando a su hijo; e incluso por la angustia que sintió en su propio Getsemaní cuando tuvo una lucha en su alma; y finalmente, por lo mucho que se pareció a Cristo en su partida; mientras otros observaban, fue llevado al cielo frente a sus ojos.

¿Es de sorprenderse, entonces, que cuando nuestro Salvador le preguntó a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el hijo del Hombre?”, la respuesta de algunos fuera: “Elías»? ¡Por supuesto que no! No es de extrañarse, porque sus vidas fueron semejantes en muchos aspectos y cuando apreciaron los dos hombres delante de Jesús y de los tres discípulos en el monte de la transfiguración, uno fue Moisés, y el otro fue nada más ni nada menos que Elías. (Mateo 17:3)

La heroica y humilde vida de Elías nos invita a ser como Cristo, a levantar nuestros ojos de las penalidades y miserias de hoy, para que dirijamos nuestra atención a la gloria y a la esperanza de otro mundo. ¡El mundo de Emanuel! y en esa disposición de ánimo, redirigiremos nuestra mirada de quien recibe la gloria a Aquel que da la gracia. Luego, al estar totalmente enfocados en Él, en nuestro Rey de gracia, en el tierno Cordero de Dios; los anhelos más profundos de nuestra alma serán satisfechos.

Si usted compara su vida con Cristo, ¿qué tan larga sería su lista de características comunes?

La meta más grandiosa del cristiano es ser como Cristo.—Charles R. Swindoll

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

LO INSIGNIFICANTE DE LA VIDA

LO INSIGNIFICANTE DE LA VIDA

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Pablo Martini
Programa No. 2016-11-01

alimentemos_el_almaMe detuve a pensar por algunos instantes en cosas insignificantes de la vida. Inmediatamente la lista en mi mente se extendía más y más. Luego observé que la mayoría de las cosas que para mí no tenían significado, para otros sí. La vida son detalles, cada vez estoy más convencido de esta verdad. Lo triste es que nos damos cuenta tarde. Se nos va la vida corriendo detrás de lo urgente y pasamos por alto lo imprescindible. Obvio que lo urgente siempre va a gritar más fuerte, pero es de sabios desarrollar los oídos de nuestro ser interior para escuchar la voz inaudible de lo esencial, y ver lo que es invisible  a los ojos. Jesús fue una persona que vivió su vida buscando detalles que otros no veían. Él vio  a un paralítico postrado al costado del camino cuando los demás le pasaban por encima. Él sintió el toque de una mujer enferma hacía 12 años en medio del apretado grupo de personas que le seguía. Descubrió a un Zaqueo escondido en un árbol. Valoró una flor del campo y la usó como ilustración para uno de sus más elocuentes discursos.  No despreció cinco panes y dos pescaditos que un avergonzado niño puso en sus manos. Resaltó el ungüento y los masajes de María que besaba sus pies en casa de un distinguido e indiferente Simón. Consideró el detalle de la falta de vino en las bodas de Canaá y solucionó aquel “inconveniente”. Fijó su mirada en un enfermo ignorado en medio de miles de otros en el estanque de Bethesda. Para Él, que falte una oveja entre cien es tan importante como que falte una moneda perdida entre diez o que falte un hijo pródigo entre dos. No importan los porcentajes, cada detalle vale ante su mirada. Si diez discípulos creyeron su resurrección y uno no, para Él no fue un detalle, “Tomás, mete tu mano en mi costado y cree. Necesito que creas”. Así que, de ahora en más, no digas que algo o alguien sea insignificante, vive una vida de detalles y descubrirás el verdadero valor de la vida.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

No hay cosas insignificantes, sólo hay personas que no le saben encontrar el significado a  algunas cosas.

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Jesús envía a los setenta

Lucas 10-13

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Jesús envía a los setenta

alimentemos_el_alma10 Después de esto, el Señor designó a otros setenta[a], y los envió de dos en dos delante de El, a toda ciudad y lugar adonde El había de ir. Y les decía: La mies es mucha, pero los obreros pocos; rogad, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja[b], ni sandalias; y a nadie saludéis por el camino.En cualquier casa que entréis, decid primero: “Paz a esta casa.” Y si hay allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; pero si no, se volverá a vosotros.Permaneced entonces en esa casa[c], comiendo y bebiendo lo que os den[d]; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. En cualquier ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os sirvan; sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.” 10 Pero en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, salid a sus calles, y decid: 11 “Hasta el polvo de vuestra ciudad que se pega a nuestros pies, nos lo sacudimos en protesta contra vosotros; empero sabed esto: que el reino de Dios se ha acercado.” 12 Os digo que en aquel día será más tolerable el castigopara Sodoma que para aquella ciudad. 13 ¡Ay de ti Corazín! ¡Ay de ti Betsaida! Porque si los milagros[e] que se hicieron en vosotras hubieran sido hechos en Tiro y Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido sentados en cilicio y ceniza.14 Por eso, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras. 15 Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el Hades[f] serás hundida! 16 El que a vosotros escucha, a mí me escucha, y el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió.

Regreso de los setenta

17 Los setenta[g] regresaron con gozo, diciendo: Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18 Y El les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 Mirad, os he dado autoridad para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada os hará daño. 20 Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.

Jesús se regocija

21 En aquella misma hora El se regocijó mucho en el Espíritu Santo, y dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de tu agrado.22 Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se loquiera revelar. 23 Y volviéndose hacia los discípulos, les dijo aparte: Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis; 24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, y no looyeron.

Pregunta sobre la vida eterna

25 Y he aquí, cierto intérprete de la ley[h] se levantó, y para ponerle[i] a prueba dijo: Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 26 Y El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué[j] lees en ella? 27 Respondiendo él, dijo: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza, y con toda tu mente; y a tu projimo como a ti mismo. 28 Entonces Jesús le dijo: Has respondido correctamente; haz esto y viviras. 29 Pero queriendo él justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

Parábola del buen samaritano

30 Respondiendo Jesús, dijo: Cierto hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, los cuales después de despojarlo y de darle golpes, se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Por casualidad cierto sacerdote bajaba por aquel camino, y cuando lo vio, pasó por el otro lado del camino. 32 Del mismo modo, también un levita, cuando llegó al lugar y lo vio, pasó por el otro lado del camino. 33 Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó adonde él estaba; y cuando lo vio, tuvo compasión, 34 y acercándose, le vendó sus heridas, derramando aceite y vino sobre ellas; y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y lo cuidó. 35 Al día siguiente, sacando dos denarios[k], se los dio al mesonero, y dijo: “Cuídalo, y todo lo demás que gastes, cuando yo regrese te lo pagaré.” 36 ¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores? 37 Y él dijo: El que tuvo misericordia de él. Y Jesús le dijo: Ve y haz tú lo mismo.

Jesús visita a Marta y a María

38 Mientras iban ellos de camino, El entró en cierta aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Y ella tenía una hermana que se llamaba María, que[l] sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con todos los preparativos[m]; y acercándose a El, le dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.41 Respondiendo el Señor, le dijo: Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas; 42 pero una sola cosa es necesaria[n], y[o] María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada.

Jesús enseña sobre la oración

11 Y aconteció que estando Jesús[p] orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus discípulos. Y El les dijo: Cuando oréis, decid:

[q]Padre, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
“Danos hoy[r] el pan nuestro de cada día[s].
“Y perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.
Y no nos metas en tentación.”

También les dijo: Supongamos que uno de vosotros[t] tiene un amigo, y va a él a medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha llegado de viaje a mi casa, y no tengo nada que ofrecerle[u]”; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: “No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados[v]; no puedo levantarme para darte nada.” Os digo que aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, no obstante, por su importunidad[w] se levantará y le dará cuanto necesite. Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 11 O suponed que a uno de vosotros que es padre, su hijo le pide[x] pan; ¿acaso le dará una piedra? O si le pide un[y] pescado; ¿acaso le dará una serpiente en lugar del pescado? 12 O si le[z]pide un huevo; ¿acaso le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial[aa]dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

Jesús y Beelzebú

14 Estaba Jesús echando fuera un demonio, que era mudo, y sucedió que cuando el demonio salió, el mudo habló; y las multitudes se maravillaron. 15 Pero algunos de ellos dijeron: El echa fuera los demonios por Beelzebú, príncipe de los demonios. 16 Y otros, para ponerle[ab] a prueba, demandaban de El una señal[ac] del cielo. 17 Pero conociendo El sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma[ad], se derrumba. 18 Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino? Porque vosotros decís que yo echo fuera demonios por Beelzebú. 19 Y si yo echo fuera demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan fuera vuestros hijos? Por consiguiente, ellos serán vuestros jueces. 20 Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros. 21 Cuando un[ae] hombre fuerte, bien armado, custodia su palacio, sus bienes están seguros[af]. 22 Pero cuando uno más fuerte que él lo ataca y lo vence, le quita todas sus armas en las cuales había confiado y distribuye su botín. 23 El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama. 24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso; y al no hallarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí.” 25 Y cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. 26 Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero.

La verdadera dicha

27 Y sucedió que mientras decía estas cosas, una de las mujeres en la multitud alzó su voz y le dijo: ¡Dichosa la matriz[ag] que te concibió[ah] y los senos que te criaron! 28 Pero El dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y laguardan.

La gente demanda señal

29 Como la multitud se aglomeraba, comenzó a decir: Esta generación es una generación perversa; busca señal[ai], y ninguna señal[aj] se le dará, sino la señal[ak]de Jonás. 30 Porque de la misma manera que Jonás vino a ser una señal[al] para los ninivitas, así también lo será el Hijo del Hombre para esta generación. 31 La Reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más grande que Salomón está aquí. 32 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí.

La lámpara del cuerpo

33 Nadie, cuando enciende una lámpara, la pone en un sótano ni debajo de un almud, sino sobre el candelero, para que los que entren vean la luz. 34 La lámpara de tu cuerpo es tu ojo; cuando tu ojo está sano[am], también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando está malo, también tu cuerpo está lleno de oscuridad.35 Mira, pues, que la luz que en ti hay no sea oscuridad. 36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, sin tener parte alguna en tinieblas, estará totalmente iluminado como cuando la lámpara te alumbra con sus rayos.

Jesús denuncia a los fariseos y a los intérpretes de la ley

37 Cuando terminó de hablar, un fariseo le rogó* que comiera con él; y Jesús entró y se sentó[an] a la mesa. 38 Cuando el fariseo vio esto, se sorprendió de que Jesúsno se hubiera lavado[ao] primero antes de comer, según el ritual judío. 39 Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de afuera del vaso y del plato; pero por dentro estáis llenos[ap] de robo y de maldad. 40 Necios, el que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? 41 Dad más bien lo que está dentro[aq] como obra de caridad, y entonces[ar] todo os será limpio.

42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos!, porque pagáis el diezmo de la menta y la ruda y toda clase de hortaliza, y sin embargo pasáis por alto la justicia y el amor de Dios; pero esto es lo que debíais haber practicado sin descuidar lo otro. 43 ¡Ay de vosotros, fariseos!, porque amáis los primeros asientos en las sinagogas y los saludos respetuosos en las plazas. 44 ¡Ay de vosotros!, porque sois como sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo.

45 Respondiendo uno de los intérpretes de la ley[as], le dijo*: Maestro, cuando dices esto, también a nosotros nos insultas. 46 Y El dijo: ¡Ay también de vosotros, intérpretes de la ley[at]!, porque cargáis a los hombres con cargas difíciles de llevar, y vosotros ni siquiera tocáis las cargas con uno de vuestros dedos. 47 ¡Ay de vosotros!, porque edificáis los sepulcros de[au] los profetas, y fueron vuestros padres quienes los mataron. 48 De modo que sois testigos, y aprobáis las acciones de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros. 49 Por eso la sabiduría de Dios también dijo: “Les enviaré profetas y apóstoles, y de ellos, matarán a algunos y perseguirán[av] a otros, 50 para que la sangre de todos los profetas, derramada desde la fundación del mundo, se le cargue[aw] a esta generación, 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y la casa de Dios; sí, os digo que le será cargada[ax] a esta generación.” 52 ¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley[ay]!, porque habéis quitado la llave del conocimiento; vosotros mismos no entrasteis, y a los que estaban entrando se lo impedisteis.

53 Cuando salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarle en gran manera, y a interrogarle minuciosamente sobre muchas cosas, 54 tramando contra El para atraparle en algo que dijera[az].

Advertencia contra la hipocresía

12 En estas circunstancias, cuando una multitud de miles y miles[ba] se había reunido, tanto que se atropellaban[bb] unos a otros, Jesús comenzó a decir primeramente a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Y nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. Por lo cual, todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá a la luz, y lo que habéis susurrado[bc] en las habitaciones interiores, será proclamado desde las azoteas. Y yo os digo, amigos míos: no temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no tienen nada más que puedan hacer. Pero yo os mostraré a quién debéis temer: temed al que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno[bd]; sí, os digo: a éste, ¡temed! ¿No se venden cinco pajarillos[be]por dos cuartos[bf]? Y sin embargo, ni uno de ellos está olvidado ante Dios. Es más, aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos. Y os digo, que a todo el que me[bg]confiese delante de los hombres, el Hijo del Hombre le[bh] confesará también ante los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante[bi] de los hombres, será negado delante[bj] de los ángeles de Dios. 10 Y a todo el que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. 11 Y cuando os lleven a las sinagogas y ante los gobernantes y las autoridades, no os preocupéis de cómo o de qué hablaréis en defensa propia, o qué vais a decir; 12 porque el Espíritu Santo en esa misma hora os enseñará lo que debéis decir.

Advertencia contra la avaricia

13 Uno de la multitud le dijo: Maestro, dile a mi hermano que divida la herencia conmigo. 14 Pero El le dijo: ¡Hombre! ¿Quién me ha puesto por juez o árbitro sobre vosotros? 15 Y les dijo: Estad atentos y guardaos de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes.16 También les refirió una parábola, diciendo: La tierra de cierto hombre rico había producido mucho. 17 Y pensaba dentro de sí, diciendo: “¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas?” 18 Entonces dijo: “Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes. 19 “Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete.” 20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?” 21 Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios.

Advertencia contra la ansiedad

22 Y dijo a sus discípulos: Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida[bk], qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. 23 Porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que la ropa. 24 Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; no tienen bodega ni granero, y sin embargo, Dios los alimenta; ¡cuánto más valéis vosotros que las aves! 25 ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora[bl] al curso de su vida[bm]? 26 Si vosotros, pues, no podéis hacer algo tan pequeño, ¿por qué os preocupáis por lo demás? 27 Considerad los lirios, cómo crecen[bn]; no trabajan ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. 28 Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¡cuánto más hará por vosotros, hombres de poca fe! 29 Vosotros, pues, no busquéis qué habéis de comer, ni qué habéis de beber, y no estéis preocupados. 30 Porque los pueblos del mundo buscan ansiosamente todas estas cosas; pero vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas. 31 Mas buscad su reino, y estas cosas os serán añadidas. 32 No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido[bo] daros el reino.33 Vended vuestras posesiones y dad limosnas; haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro en los cielos que no se agota, donde no se acerca ningúnladrón ni la polilla destruye. 34 Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.

Parábola de los siervos vigilantes

35 Estad siempre preparados[bp] y mantened las lámparas encendidas, 36 y sed semejantes a hombres que esperan a su señor que regresa de las bodas, para abrirle tan pronto como llegue y llame. 37 Dichosos aquellos siervos a quienes el señor, al venir, halle velando; en verdad os digo que se ceñirá para servir, y los sentará[bq] a la mesa, y acercándose, les servirá. 38 Y ya sea que venga en la segunda vigilia[br], o aun en la tercera[bs], y los halla así, dichosos son aquellos siervos. 39 Podéis estar seguros de[bt] que si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora iba a venir el ladrón, no hubiera permitido que entrara en[bu] su casa.40 Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis[bv].

Parábola del siervo fiel y del infiel

41 Entonces Pedro dijo: Señor, ¿nos dices esta parábola a nosotros, o también a todos los demás? 42 Y el Señor dijo: ¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien su señor pondrá sobre sus siervos[bw] para que a su tiempo les dé sus raciones? 43 Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. 44 De verdad os digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. 45 Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor tardará[bx] en venir”; y empieza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer, a beber y a embriagarse; 46 el señor de aquel siervo llegará un día, cuando él no lo espera y a una hora que no sabe, y lo azotará severamente[by], y le asignará un lugar[bz] con los incrédulos. 47 Y aquel siervo que sabía la voluntad de su señor, y que no se preparó ni obró conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; 48 pero el que no la sabía, e hizo cosas que merecían castigo[ca], será azotado poco. A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.

Jesús, causa de división

49 Yo he venido[cb] para echar fuego sobre la tierra; y ¡cómo quisiera que ya estuviera[cc] encendido! 50 Pero de un bautismo tengo que ser bautizado, y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla! 51 ¿Pensáis que vine a dar paz en la tierra? No, os digo, sino más bien división. 52 Porque desde ahora en adelante, cinco en una casa estarán divididos; tres contra dos y dos contra tres. 53 Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.

Cómo discernir el tiempo

54 Decía también a las multitudes: Cuando veis una nube que se levanta en el poniente, al instante decís: “Viene un aguacero”, y así sucede. 55 Y cuando sopla el viento del sur, decís: “Va a hacer calor”, y así pasa. 56 ¡Hipócritas! Sabéis examinar el aspecto de la tierra y del cielo; entonces, ¿por qué[cd] no examináis este tiempo presente? 57 ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? 58 Porque mientras vas con tu adversario para comparecer ante el magistrado, procura en el camino arreglarte con él[ce], no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te eche en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado aun el último centavo[cf].

Arrepentíos o pereceréis

13 En esa misma ocasión había allí algunos que le contaron acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado[cg] con la de sus sacrificios.Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos eran más pecadoresque todos los demás galileos, porque sufrieron esto? Os digo que no; al contrario, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. ¿O pensáis que aquellos dieciocho, sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, eran másdeudores[ch] que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo que no; al contrario, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

Parábola de la higuera estéril

Y les dijo esta parábola: Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña; y fue a buscar fruto de ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: “Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo. Córtala. ¿Por qué ha de cansar la tierra?” El entonces, respondiendo, le dijo: “Señor, déjala por este año todavía, hasta que yo cave alrededor de ella, y le eche abono, y si da fruto el año que viene, bien; y si no, córtala.”

Jesús hace un milagro en día de reposo

10 Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, 11 y[ci] había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar.12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. 13 Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. 14 Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo, reaccionó diciendo[cj] a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo.15 Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? 16 Y ésta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? 17 Y al decir El esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por El.

Parábola del grano de mostaza

18 Entonces decía: ¿A qué es semejante el reino de Dios y con qué lo compararé?19 Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y echó en su huerto; y creció y se hizo árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.

Parábola de la levadura

20 Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas[ck] de harina hasta que todo quedó fermentado.

La puerta estrecha

22 Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, mientras proseguía camino a Jerusalén. 23 Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y El les dijo:24 Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos tratarán de entrar y no podrán. 25 Después que el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, y vosotros, estando fuera, comencéis a llamar a la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”, El[cl] respondiendo, os dirá: “No sé de dónde sois.”26 Entonces comenzaréis a decir: “Comimos y bebimos en tu presencia, y enseñaste en nuestras calles;” 27 y El dirá: “Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mi, todos los que haceis iniquidad.” 28 Allí será el llanto y el crujir de dientes cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros echados fuera. 29 Y vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán[cm] a la mesa en el reino de Dios. 30 Y he aquí, hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.

Lamento sobre Jerusalén

31 En ese momento llegaron unos fariseos diciéndole: Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. 32 Y El les dijo: Id y decidle a ese zorro: “Yo[cn] expulso demonios, y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día cumplo mi propósito[co].” 33 Sin embargo, debo seguir mi camino, hoy, mañana y pasado mañana; porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.34 ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! 35 He aquí, vuestra casa se os deja desierta[cp]; y os digo que no me veréis más, hasta que llegue el tiempo en que digáis: “Bendito el que viene en nombre del Señor.”

Notas al pie:

  1. Lucas 10:1 Algunos mss. antiguos dicen: setenta y dos
  2. Lucas 10:4 O, mochila, o, bolsa
  3. Lucas 10:7 O, en la casa misma
  4. Lucas 10:7 Lit., las cosas de ellos
  5. Lucas 10:13 Lit., las obras de poder
  6. Lucas 10:15 I.e., la región de los muertos
  7. Lucas 10:17 Algunos mss. antiguos dicen: setenta y dos
  8. Lucas 10:25 I.e., un experto en la ley de Moisés
  9. Lucas 10:25 Lit., poniéndole
  10. Lucas 10:26 Lit., ¿Cómo
  11. Lucas 10:35 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  12. Lucas 10:39 Lit., que también
  13. Lucas 10:40 Lit., el mucho servicio
  14. Lucas 10:42 Algunos mss. dicen: unas pocas cosas son necesarias
  15. Lucas 10:42 Lit., porque
  16. Lucas 11:1 Lit., El
  17. Lucas 11:2 Algunos mss. incluyen en los vers. 2, 3 y 4, frases que se encuentran en Mat. 6:9-13
  18. Lucas 11:3 O, diariamente
  19. Lucas 11:3 O, para el día venidero
  20. Lucas 11:5 Lit., ¿Quién de vosotros
  21. Lucas 11:6 Lit., ponerle delante
  22. Lucas 11:7 Lit., están conmigo en la cama
  23. Lucas 11:8 O, insistencia
  24. Lucas 11:11 Lit., Pero ¿a cuál de vosotros el hijo le pedirá al padre
  25. Lucas 11:11 Algunos mss. antiguos no incluyen: pan,…o si un
  26. Lucas 11:12 Lit., O también
  27. Lucas 11:13 Lit., Padre del cielo
  28. Lucas 11:16 Lit., poniéndole
  29. Lucas 11:16 O, un milagro
  30. Lucas 11:17 Lit., una casa contra una casa
  31. Lucas 11:21 Lit., el
  32. Lucas 11:21 Lit., en paz
  33. Lucas 11:27 O, el vientre
  34. Lucas 11:27 Lit., cargó
  35. Lucas 11:29 O, milagro
  36. Lucas 11:29 O, milagro
  37. Lucas 11:29 O, milagro
  38. Lucas 11:30 O, un milagro
  39. Lucas 11:34 O, claro
  40. Lucas 11:37 Lit., se recostó
  41. Lucas 11:38 Lit., bautizado
  42. Lucas 11:39 Lit., vuestro interior está lleno
  43. Lucas 11:41 O, de lo que tenéis
  44. Lucas 11:41 Lit., he aquí
  45. Lucas 11:45 I.e., expertos en la ley de Moisés
  46. Lucas 11:46 I.e., expertos en la ley de Moisés
  47. Lucas 11:47 O, monumentos a
  48. Lucas 11:49 O, echarán fuera
  49. Lucas 11:50 O, se le exija
  50. Lucas 11:51 O, se le exigirá
  51. Lucas 11:52 I.e., expertos en la ley de Moisés
  52. Lucas 11:54 Lit., algo de su boca
  53. Lucas 12:1 Gr., miríadas
  54. Lucas 12:1 Lit., pisoteaban
  55. Lucas 12:3 Lit., hablado al oído
  56. Lucas 12:5 Gr., guéenna
  57. Lucas 12:6 O, gorriones
  58. Lucas 12:6 Gr., assaria; un cuarto equivale aprox. a 1/16 denario
  59. Lucas 12:8 Lit., por mí
  60. Lucas 12:8 Lit., por él
  61. Lucas 12:9 O, en presencia
  62. Lucas 12:9 O, en presencia
  63. Lucas 12:22 O, alma
  64. Lucas 12:25 Lit., un codo
  65. Lucas 12:25 Lit., a su estatura
  66. Lucas 12:27 Algunos mss. no incluyen: crecen
  67. Lucas 12:32 Lit., se ha complacido
  68. Lucas 12:35 Lit., Estén ceñidos vuestros lomos
  69. Lucas 12:37 Lit., recostará
  70. Lucas 12:38 I.e., desde las nueve de la noche hasta la medianoche
  71. Lucas 12:38 I.e., desde la medianoche hasta las tres de la mañana
  72. Lucas 12:39 Lit., Y sabed esto
  73. Lucas 12:39 Lit., que horadara
  74. Lucas 12:40 Lit., penséis
  75. Lucas 12:42 Lit., su servicio
  76. Lucas 12:45 Lit., tarda
  77. Lucas 12:46 Lit., lo cortará en dos
  78. Lucas 12:46 Lit., su parte
  79. Lucas 12:48 Lit., golpes
  80. Lucas 12:49 O, Vine
  81. Lucas 12:49 Lit., ¿qué quiero si ya está
  82. Lucas 12:56 Lit., cómo
  83. Lucas 12:58 Lit., ser absuelto por él
  84. Lucas 12:59 O, la última blanca; gr., lepton, la moneda de menos valor (1/128 de un denario)
  85. Lucas 13:1 O, derramado junto
  86. Lucas 13:4 O, culpables
  87. Lucas 13:11 Lit., y he aquí
  88. Lucas 13:14 Lit., respondiendo, decía
  89. Lucas 13:21 Gr., sata; un sato equivale aprox. a 13 litros
  90. Lucas 13:25 Lit., y El
  91. Lucas 13:29 Lit., recostarán
  92. Lucas 13:32 Lit., He aquí, yo
  93. Lucas 13:32 O, completo mi obra
  94. Lucas 13:35 Muchos mss. antiguos no incluyen: desierta
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