RAZONES PARA REGOCIJARSE

RAZONES PARA REGOCIJARSE

la-verdad-para-hoy

11/10/2016

Aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso. (1 Pedro 1:8)

alimentemos_el_almaLos cristianos tenemos muchas razones para regocijarnos. La principal se basa en quién es Dios: Él es soberano. Esa es la verdad más grandiosa acerca de Dios. Nada está fuera de su control, y Él lo controla todo a fin de obrar para nuestro bien (Ro. 8:28). Él tiene un conocimiento infinito de todos los aspectos de la vida; dónde estamos y qué decimos (Sal. 139:2-4). Y Él ejerce su conocimiento en perfecta sabiduría. El conocer así a Dios nos debe dar gozo inefable y glorioso.

 También debemos regocijarnos porque Dios nos salvó, nos adoptó y prometió darnos una herencia en Jesucristo (Ef. 1:1-11). Cuando Cristo regrese, disfrutaremos de su presencia y del lugar celestial preparado para nosotros (Jn. 14:2-3). Hasta entonces, tenemos el gozo de saber que Dios ha prometido satisfacer todas nuestras necesidades (Fil. 4:19). Además, tenemos el privilegio de servir al que más amamos. Eso incluye el dar las buenas nuevas a los perdidos y alentar a los hermanos en la fe para que crezcan en su amor y en su servicio a Él. También podemos tener gozo al saber que podemos orar a Dios en cualquier momento (He. 4:15-16).

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Un espíritu hermoso y encantador

10 Noviembre 2016

Un espíritu hermoso y encantador
por Charles R. Swindoll

Ester 2:15-17

Ester fue un modelo de afabilidad y gracia, a pesar del ambiente que la rodeaba.

alimentemos_el_almaAsí Ester obtenía gracia ante los ojos de todos los que la veían. Ester fue llevada al rey Asuero, a su plació real en el mes décimo, el mes de Tebet, del séptimo año de su reinado. El rey amó a Ester más que a todas las mujeres, y ella halló gracia y favor delante de él, más que todas las demás jóvenes vírgenes. Él puso la corona real sobre su cabeza y la proclamó reina en lugar de Vasti. (Ester 2:15-17)

Es claro que Ester poseía algo que la hacía obtener la gracia de todos, desde el rey hasta las mujeres del harén que estaban compitiendo con ella por la atención y el amor del monarca. Pienso que debió haber sido muy afable. El Diccionario Real Academia de la Lengua Española dice de afabilidad: “cualidad de afable”, y de afable dice: “agradable, dulce, suave en la conversación y el trato”. Usted se siente atraído por una persona afable. Nos sentimos fascinados por el espíritu hermoso encantador de esa persona.

Compartí, en el pasado, las cualidades de Ester con mis amadas hijas, con la esperanza de que ellas no sólo pensaran en estas cualidades, sino también para que las cultivaran.

Es con ese mismo interés que comparto estas con usted, porque personalmente creo que se necesitan como nunca antes en el ambiente de inseguridad y sensualidad en el que vivimos.

Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

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UNA LECCIÓN DE 20 DÓLARES

UNA LECCIÓN DE 20 DÓLARES

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Pablo Martini
Programa No. 2016-11-10

alimentemos_el_almaEl profesor alzó su mano en el curso universitario. Sostenía en alto un billete de 20 dólares. Hizo una pregunta a su clase y dijo: ¿Quién de los aquí presentes quisiera adueñarse de este billete? Después de unos segundos de silencio uno tras uno los alumnos comenzaron a alzar sus manos. Luego arrugó el billete entre su mano y repitió la pregunta exhibiendo el billete algo arrugado: ¿Quién de ustedes todavía sigue interesado en el billete? La misma cantidad de manos se volvieron a alzar. Luego arrojó el billete al piso y saltó varias veces sobre él pisándolo. Acto seguido, la misma pregunta y la misma respuesta. Por último, arrojó el billete al cesto de basura donde se mezcló con los residuos y volvió a preguntar a la clase: ¿Alguien aún sigue interesado en este billete? La respuesta fue la misma, todos querían aún aquel billete. Esta lección, es la lección que muchos no acaban de comprender y andan por la vida mendigando migajas que les hagan sentir valiosos como personas. Emociones fuertes, momentos de pasión, palabras de afirmación que alimenten sus ansias de prestigio, rodearse de bienes y pretender una seudo seguridad. No vales más por lo que hayas hecho, no vales menos por lo que te hayan hecho, vales mucho por quién te ha hecho: Dios. Debes saber que tu precio no se devalúa por las crisis que te sobrevengan. Pueden pisotearte, arrugarte y tirarte a la basura que tú sigues valiendo lo mismo si tienes tu identidad fundada en tu Creador. ¿Entiendes esto? Tu precio no depende de lo que tengas o de lo que te hayan hecho, depende de que hayas sido creado a la imagen de Dios. Eres un ser especial, único, hecho libre, inteligente y espiritual y, en la medida que encuentres y refuerces tu identidad en Aquel que es tu matriz, de cuya mente tú fuiste concebido, encontrarás tu propósito de vida. Dios te ama y pagó un alto precio por ti, entregó a su propio Hijo en la cruz. Eres de Dios y hacia Él vas. ¿Estás listo para ese encuentro?

PENSAMIENTO DEL DIA:

No vales más por lo que hayas hecho. No vales menos por lo que te hayan hecho, vales mucho por quién te ha hecho: Dios.

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Traición y arresto de Jesús

Juan 18-21

9781586403546

Traición y arresto de Jesús

alimentemos_el_alma18 Después de haber dicho esto, Jesús salió con sus discípulos al otro lado del torrente[a] Cedrón, donde había un huerto en el cual entró El con sus discípulos.También Judas, el que le iba a entregar[b], conocía el lugar, porque Jesús se había reunido allí a menudo con sus discípulos. Entonces Judas, tomando la cohorte romana[c], y a varios alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue* allá con linternas, antorchas y armas. Jesús, pues, sabiendo todo lo que le iba a sobrevenir, salió y les dijo*: ¿A quién buscáis? Ellos le respondieron: A Jesús el Nazareno. El les dijo*: Yo soy[d]. Y Judas, el que le entregaba, estaba con ellos. Y[e] cuando El les dijo: Yo soy[f], retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús entonces volvió a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús el Nazareno. Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; por tanto, si me buscáis a mí, dejad ir a éstos; para que se cumpliera la palabra que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno. 10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. 11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?

12 Entonces la cohorte romana, el comandante[g] y los alguaciles de los judíos prendieron a Jesús y le ataron, 13 y le llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote ese año. 14 Y Caifás era el que había aconsejado a los judíos que convenía que un hombre muriera por el pueblo.

Primera negación de Pedro

15 Y Simón Pedro seguía a Jesús, y también otro discípulo. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote,16 pero Pedro estaba fuera, a la puerta. Así que el otro discípulo, que era conocido del sumo sacerdote, salió y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. 17 Entonces la criada que cuidaba la puerta dijo* a Pedro: ¿No eres tú también uno de los discípulos de este hombre? Y él dijo*: No lo soy. 18 Y los siervos y los alguacilesestaban de pie calentándose junto a unas brasas que habían encendido[h] porque hacía frío; y Pedro estaba también con ellos de pie y calentándose.

Jesús ante el sumo sacerdote

19 Entonces el sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de sus enseñanzas. 20 Jesús le respondió: Yo he hablado al mundo abiertamente; siempre enseñé en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en secreto. 21 ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que han oído lo que hablé; he aquí, éstos saben lo que he dicho. 22 Cuando dijo esto, uno de los alguaciles que estaba cerca, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? 23 Jesús le respondió: Si he hablado mal, da testimonio de lo que he hablado mal; pero si hablé bien, ¿por qué me pegas?24 Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.

Pedro niega a Jesús otra vez

25 Simón Pedro estaba de pie, calentándose; entonces le dijeron: ¿No eres tú también uno de sus discípulos? El lo negó y dijo: No lo soy. 26 Uno de los siervos del sumo sacerdote, que era pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja, dijo*: ¿No te vi yo en el huerto con El? 27 Y[i] Pedro lo negó otra vez, y al instante cantó un gallo.

Jesús ante Pilato

28 Entonces llevaron* a Jesús de casa de Caifás al Pretorio[j]. Era muy de mañana. Y ellos no entraron al Pretorio[k] para no contaminarse y[l] poder comer la Pascua.29 Pilato entonces salió fuera hacia ellos y dijo*: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? 30 Ellos respondieron, y le dijeron: Si este hombre no fuera malhechor, no te lo hubiéramos entregado. 31 Entonces Pilato les dijo: Llevadle vosotros, y juzgadle conforme a vuestra ley. Los judíos le dijeron: A nosotros no nos es permitido dar muerte a nadie. 32 Para que se cumpliera la palabra que Jesús había hablado, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir.

Diálogo entre Jesús y Pilato

33 Entonces Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? 34 Jesús respondió: ¿Esto lo dices por tu cuenta[m], o porqueotros te lo han dicho de mí? 35 Pilato respondió: ¿Acaso soy yo judío? Tu nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho? 36 Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo[n]. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí. 37 Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz. 38 Pilato le preguntó*: ¿Qué es la verdad?

Y habiendo dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo*: Yo no encuentro ningún delito en El. 39 Pero es costumbre entre vosotros que os suelte a uno en la Pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? 40 Entonces volvieron a gritar, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era un ladrón.

19 Pilato, pues, tomó entonces a Jesús y le azotó[o]. Y los soldados tejieron una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza y le vistieron con un manto de púrpura; y acercándose a El, le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! Y le daban bofetadas. Pilato salió[p] otra vez, y les dijo*: Mirad, os lo traigo fuera, para que sepáis que no encuentro ningún delito en El. Jesús entonces salió fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo*: ¡He aquí el Hombre!Entonces, cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, gritaron, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo*: Tomadle vosotros, y crucificadle, porque yo no encuentro ningún delito en El. Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según esa ley El debe morir, porque pretendió ser[q] el Hijo de Dios. Entonces Pilato, cuando oyó estas palabras[r], se atemorizó aún más.Entró de nuevo al Pretorio[s] y dijo* a Jesús: ¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le dio respuesta. 10 Pilato entonces le dijo*: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte, y que tengo autoridad para crucificarte? 11 Jesús respondió: Ninguna autoridad tendrías sobre mí[t] si no se te hubiera dado de arriba; por eso el que me entregó a ti tiene mayor pecado. 12 Como resultado de esto, Pilato procuraba soltarle, pero los judíos gritaron, diciendo: Si sueltas a éste, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se opone al[u] César. 13 Entonces Pilato, cuando oyó estas palabras, sacó fuera a Jesús y se sentó en el tribunal, en un lugar llamado el Empedrado, y en hebreo[v] Gabata. 14 Y era el día de la preparación para la Pascua; era como la hora sexta[w]. Y Pilato dijo* a los judíos: He aquí vuestro Rey. 15 Entonces ellos gritaron: ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícale! Pilato les dijo*: ¿He de crucificar a vuestro Rey? Los principales sacerdotes respondieron: No tenemos más rey que el César. 16 Así que entonces le entregó a ellos para que fuera crucificado.

Crucifixión y muerte de Jesús

17 Tomaron, pues, a Jesús, y El salió cargando su cruz[x] al sitio llamado el Lugar de la Calavera, que en hebreo[y] se dice Gólgota, 18 donde le crucificaron, y con Ela otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. 19 Pilato también escribió un letrero y lo puso sobre la cruz. Y estaba escrito: JESUS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDIOS. 20 Entonces muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo[z], en latín y en griego. 21 Por eso los principales sacerdotes de los judíos decían a Pilato: No escribas, “el Rey de los judíos”; sino que El dijo: “Yo soy Rey de los judíos.” 22 Pilato respondió: Lo que he escrito, he escrito.

23 Entonces los soldados, cuando crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes, una parte para cada soldado. Y tomaron también la túnica[aa]; y la túnica era sin costura, tejida en una sola pieza[ab]. 24 Por tanto, se dijeron unos a otros: No la rompamos; sino echemos suertes sobre ella, para verde quién será; para que se cumpliera la Escritura: Repartieron entre si mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes[ac]. 25 Por eso los soldados hicieron esto. Y junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, la mujer de Cleofas, y María Magdalena. 26 Y[ad] cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien El amaba que estaba allí cerca, dijo* a su madre: ¡Mujer, he ahí tu hijo!27 Después dijo* al discípulo: ¡He ahí tu madre! Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa.

28 Después de esto, sabiendo Jesús que todo se había ya consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo*: Tengo sed. 29 Había allí una vasija llena de vinagre; colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la boca. 30 Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es![ae] E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

31 Los judíos entonces, como era el día de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo (porque ese día de reposo era muy solemne[af]), pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran. 32 Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero, y también las del otro que había sido crucificado con Jesús[ag]; 33 pero cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas;34 pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. 35 Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis.36 Porque esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No sera quebrado[ah]hueso suyo. 37 Y también otra Escritura dice: Miraran al que traspasaron.

Sepultura de Jesús

38 Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato concedió el permiso. Entonces él vino, y se llevó el cuerpo de Jesús[ai]. 39 Y Nicodemo, el que antes había venido a Jesús[aj] de noche, vino también, trayendo una mezcla[ak] de mirra y áloe como de cien libras[al].40 Entonces tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en telas de lino con las especias aromáticas, como es costumbre sepultar entre los judíos. 41 En el lugar donde fue crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual todavía no habían sepultado a nadie. 42 Por tanto, por causa del día de la preparación de los judíos, como el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.

La resurrección

20 Y el primer día de la semana María Magdalena fue* temprano al sepulcro, cuando todavía estaba* oscuro, y vio* que ya la piedra había sido quitada del sepulcro. Entonces corrió* y fue* a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo*: Se han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto. Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo, e iban hacia el sepulcro.Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro; e inclinándose para mirar adentro, vio* las envolturas de linopuestas allí, pero no entró. Entonces llegó* también Simón Pedro tras él, entró al sepulcro, y vio* las envolturas de lino puestas allí, y el sudario que había estado sobre la cabeza de Jesús[am], no puesto con las envolturas de lino, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó. Porque todavía no habían entendido la Escritura, que Jesús[an] debía resucitar de entre los muertos. 10 Los discípulos entonces se fueron de nuevo a sus casas[ao].

Aparición de Jesús a María Magdalena

11 Pero María estaba fuera, llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó y miró dentro del sepulcro; 12 y vio* dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. 13 Y ellos le dijeron*: Mujer, ¿por qué lloras? Ella les dijo*: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. 14 Al decir esto, se volvió y vio* a Jesús que estaba allí, pero no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo*: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo*: Señor, si tú le has llevado, dime dónde le has puesto, y yo me lo llevaré. 16 Jesús le dijo*: ¡María! Ella, volviéndose, le dijo* en hebreo[ap]: ¡Raboní! (que quiere decir, Maestro). 17 Jesús le dijo*: Suéltame[aq] porque todavía no he subido al Padre; pero ve a mis hermanos, y diles: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” 18 Fue* María Magdalena y anunció a los discípulos: ¡He visto al Señor!, y que El le había dicho estas cosas.

Aparición a los discípulos

19 Entonces, al atardecer de aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde los discípulos se encontraban por miedo a los judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y les dijo*: Paz a vosotros. 20 Y diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se regocijaron al ver al Señor. 21 Jesús entonces les dijo otra vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío. 22 Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo*: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes perdonéis los pecados, éstos les son[ar] perdonados; a quienes retengáis los pecados, éstos les son[as] retenidos.

Incredulidad de Tomás

24 Tomás, uno de los doce, llamado el Dídimo[at], no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Entonces los otros discípulos le decían: ¡Hemos visto al Señor! Pero él les dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y meto el dedo en el lugar de los clavos, y pongo la mano en su costado, no creeré.

26 Ocho días después, sus discípulos estaban otra vez dentro, y Tomás con ellos. Y estando las puertas cerradas, Jesús vino* y se puso en medio de ellos, y dijo: Paz a vosotros. 27 Luego dijo* a Tomás: Acerca aquí tu dedo, y mira mis manos; extiende aquí tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.28 Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío! 29 Jesús le dijo*: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron.

El propósito de este evangelio según Juan

30 Y[au] muchas otras señales[av] hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro; 31 pero éstas se han escrito para que creáisque Jesús es el Cristo[aw], el Hijo de Dios; y para que al creer, tengáis vida en su nombre.

Jesús se manifiesta junto al mar

21 Después de esto, Jesús se manifestó[ax] otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberias, y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo[ay], Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo*: Me voy a pescar. Ellos le dijeron*: Nosotros también vamos contigo. Fueron y entraron en la barca, y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amanecía, Jesús estaba en la playa; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Entonces Jesús les dijo*: Hijos, ¿acaso tenéis algún pescado[az]? Le respondieron: No. Y El les dijo: Echad la red al lado derecho de la barca y hallaréis pesca. Entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba, dijo* a Pedro: ¡Es el Señor! Oyendo, pues, Simón Pedro que era el Señor, se ciñó la ropa[ba] (porque se la había quitado[bb] para poder trabajar), y se echó al mar.Pero los otros discípulos vinieron en la barca, porque no estaban lejos de tierra, sino a unos cien metros[bc], arrastrando la red llena de peces. Entonces, cuando bajaron a tierra, vieron* brasas ya puestas y un pescado colocado sobre ellas, y pan. 10 Jesús les dijo*: Traed algunos de los peces que habéis pescado ahora.11 Simón Pedro subió a la barca, y sacó la red a tierra, llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres; y aunque había tantos, la red no se rompió. 12 Jesús les dijo*: Venid y desayunad. Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: ¿Quién eres tú?, sabiendo que era el Señor. 13 Jesús vino*, tomó* el pan y se lo dio*; y lo mismo hizo con el pescado. 14 Esta fue[bd] la tercera vez que Jesús se manifestó[be] a los discípulos, después de haber resucitado de entre los muertos.

Diálogo de Jesús con Pedro

15 Entonces, cuando habían acabado de desayunar, Jesús dijo* a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan[bf], ¿me amas[bg] más que éstos? Pedro le dijo*: Sí, Señor, tú sabes que te quiero[bh]. Jesús le dijo*: Apacienta mis corderos. 16 Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas[bi]? Pedro le dijo*: Sí, Señor, tú sabes que te quiero[bj]. Jesús le dijo*: Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo* por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres[bk]? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres[bl]? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero[bm]. Jesús le dijo*: Apacienta mis ovejas. 18 En verdad, en verdad te digo: cuando eras más joven te vestías[bn] y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá[bo], y te llevará adonde no quieras. 19 Esto dijo, dando a entender la clase de muerte con que Pedroglorificaría a Dios. Y habiendo dicho esto, le dijo*: Sígueme. 20 Pedro, volviéndose, vio* que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y había dicho: Señor, ¿quién es el que te va a entregar? 21 Entonces Pedro, al verlo, dijo* a Jesús: Señor, ¿y éste, qué? 22 Jesús le dijo*: Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué? Tú, sígueme.23 Por eso el dicho se propagó entre los hermanos que aquel discípulo no moriría; pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si yo quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué?

24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y el que escribió esto, y sabemos que su testimonio es verdadero.

25 Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran* en detalle[bp], pienso que ni aun el mundo mismo podría* contener los libros que se escribirían*.

Notas al pie:

  1. Juan 18:1 Lit., torrente de invierno
  2. Juan 18:2 O, traicionar
  3. Juan 18:3 I.e., unidad militar romana compuesta de varias centurias, y así en el vers. 12
  4. Juan 18:5 Véase nota en Juan 8:24
  5. Juan 18:6 Lit., Por tanto
  6. Juan 18:6 Véase nota en Juan 8:24
  7. Juan 18:12 Gr., quiliarca; i.e., oficial romano al mando de mil soldados
  8. Juan 18:18 Lit., hecho
  9. Juan 18:27 Lit., Entonces
  10. Juan 18:28 I.e., la residencia oficial del gobernador
  11. Juan 18:28 I.e., la residencia oficial del gobernador
  12. Juan 18:28 Lit., pero
  13. Juan 18:34 Lit., de ti mismo
  14. Juan 18:36 O, no procede de este mundo
  15. Juan 19:1 O, mandó azotar
  16. Juan 19:4 Lit., salió afuera
  17. Juan 19:7 Lit., se hizo
  18. Juan 19:8 Lit., esta palabra
  19. Juan 19:9 I.e., la residencia oficial del gobernador
  20. Juan 19:11 Lit., contra mí
  21. Juan 19:12 O, habla contra el
  22. Juan 19:13 I.e., arameo judaico
  23. Juan 19:14 I.e., las doce del día (hora palestina), o tal vez: las seis de la mañana (hora romana)
  24. Juan 19:17 Lit., cargando la cruz por sí mismo
  25. Juan 19:17 I.e., arameo judaico
  26. Juan 19:20 I.e., arameo judaico
  27. Juan 19:23 I.e., ropa interior
  28. Juan 19:23 O, tejida desde arriba a través de toda la pieza
  29. Juan 19:24 Lit., una suerte
  30. Juan 19:26 Lit., Entonces
  31. Juan 19:30 O, ¡Cumplido está!
  32. Juan 19:31 Lit., porque el día de ese día de reposo era grande
  33. Juan 19:32 Lit., El
  34. Juan 19:36 O, machacado, o, molido
  35. Juan 19:38 Lit., de El
  36. Juan 19:39 Lit., El
  37. Juan 19:39 Dos mss. antiguos dicen: un paquete
  38. Juan 19:39 I.e., 100 libras de 12 onzas. Aprox. 30 kilos
  39. Juan 20:7 Lit., de El
  40. Juan 20:9 Lit., El
  41. Juan 20:10 Lit., a los suyos
  42. Juan 20:16 I.e., arameo judaico
  43. Juan 20:17 Lit., No me agarres
  44. Juan 20:23 Lit., han sido
  45. Juan 20:23 Lit., han sido
  46. Juan 20:24 I.e., el gemelo
  47. Juan 20:30 Lit., Por tanto
  48. Juan 20:30 O, muchos otros milagros
  49. Juan 20:31 I.e., el Mesías
  50. Juan 21:1 O, se hizo visible
  51. Juan 21:2 I.e., gemelo
  52. Juan 21:5 Lit., algo que se coma con pan
  53. Juan 21:7 O, túnica
  54. Juan 21:7 Lit., estaba desnudo
  55. Juan 21:8 Lit., 200 codos
  56. Juan 21:14 Lit., fue ya
  57. Juan 21:14 O, se hizo visible
  58. Juan 21:15 Algunos mss. dicen: de Jonás, aquí y en los vers. 16 y 17
  59. Juan 21:15 Gr., agapao
  60. Juan 21:15 Gr., fileo
  61. Juan 21:16 Gr., agapao
  62. Juan 21:16 Gr., fileo
  63. Juan 21:17 Gr., fileo
  64. Juan 21:17 Gr., fileo
  65. Juan 21:17 Gr., fileo
  66. Juan 21:18 Lit., te ceñías
  67. Juan 21:18 Lit., te ceñirá
  68. Juan 21:25 Lit., cada una
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