CERTEZA EN LA SEGURIDAD ETERNA

CERTEZA EN LA SEGURIDAD ETERNA

9/1/2017

Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
JUAN 10:28

El versículo de hoy es una promesa admirable del Señor Jesucristo mismo de que la salvación del creyente está para siempre segura en Él. Además, las primeras tres palabras de Romanos 8:28, “Y sabemos”, expresa la absoluta certeza que usted puede tener, confirmada por el Espíritu Santo, de que usted nunca perderá su salvación.
Basándose en la autoridad divinamente revelada, el apóstol Pablo le afirma a la iglesia de Roma y nos afirma a nosotros que, como cristianos, podemos saber sin lugar a dudas que estamos seguros en las manos de Dios. A medida que usted camine con Él, Dios mostrará su gloria en su salvación y lo hará todo en su santificación para su bendición definitiva.

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Él hace todo lo que le place

SEPTIEMBRE, 01

Él hace todo lo que le place

Devocional por John Piper

Nuestro Dios está en los cielos; Él hace lo que le place. (Salmos 115:3)

Este versículo nos enseña que cada vez que Dios actúa, lo hace de modo que a él le agrade.

Dios nunca se ve obligado a hacer algo que desprecia. Nunca está entre la espada y la pared, donde la única alternativa es hacer algo que aborrece.

Él hace todo lo que quiere. Por lo tanto, en cierto modo, se complace en todas sus obras.

Esto debería llevarnos a ponernos de rodillas delante de Dios y a alabar su libertad soberana, que en un sentido muestra que él siempre actúa con libertad, de acuerdo a su «buen agrado», según dicta su propio deleite.

Dios nunca es víctima de las circunstancias. Nunca se ve forzado a actuar frente a alguna situación de modo que tenga que hacer algo en lo que no se regocija. No puede ser burlado. Nadie puede dejarlo acorralado o atrapado, ni forzarlo a nada.

Aún en el momento de la historia cuando llevó a cabo lo que, en cierto modo, le costó más que ninguna otra cosa, «no [eximir] a su propio Hijo» (Romanos 8:32), Dios fue libre e hizo lo que le agradó hacer. Pablo dice que el sacrificio que Jesús hizo al morir fue «ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma» (Efesios 5:2). El más grande de los pecados y la más atroz de las muertes y el acto más difícil de Dios, todos fueron agradables al Padre.

En el camino al Calvario, Jesús tenía legiones a su disposición. Él dijo: «Yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad». Es decir, se complació en entregarla, por el gozo que fue puesto delante de él. En el único punto de la historia del universo cuando Jesús parecía estar atrapado, estaba totalmente en control de la situación, haciendo exactamente lo que quería hacer —morir para justificar a impíos como ustedes y yo—.

Por lo tanto, contemplemos asombrados y maravillados. Debemos estremecernos también, porque no solo nuestra alabanza de la soberanía de Dios, sino también nuestra salvación mediante la muerte de Cristo por nosotros, dependen de esta verdad: «Nuestro Dios está en los cielos; Él hace lo que le place».


Devocional tomado del libro “El Salmo 135 y el Placer de Dios en Todo lo que Hace”

Esperad en él en todo tiempo

1 de septiembre

«Esperad en él en todo tiempo»

Salmo 62:8

La fe es la norma tanto de la vida temporal como de la vida espiritual. Tenemos que tener fe en Dios para nuestros asuntos terrenales y para los celestiales. Solo cuando aprendamos a confiar en Dios para la provisión de todas nuestras necesidades diarias, viviremos por encima del nivel del mundo. No hemos de ser ociosos, lo cual demostraría que no confiamos en Dios —quien «hasta ahora trabaja» (Jn. 5:17)— sino en el diablo, que es el padre de la ociosidad. No debemos ser imprudentes o temerarios, pues entonces demostraríamos confiar en el azar, no en el Dios viviente, que es un Dios de orden. Hemos de confiar en el Señor, sencilla y enteramente, en todo tiempo, actuando con toda prudencia y rectitud.

Permíteme recomendarte una vida de confianza en Dios en relación con las cosas temporales. Si confías en Dios no tendrás necesidad de lamentarte por haber usado medios pecaminosos para enriquecerte. Sirve a Dios con integridad y, si no tienes éxito en tus empresas, por lo menos tu conciencia estará tranquila. El que confía en la astucia navegará hoy por este lado y mañana por el otro, como un barco de vela sacudido por un viento variable. No obstante, el que confía en el Señor es como un barco de vapor que atraviesa las olas, desafía al viento y va marcando una recta y brillante estela de plata hasta llegar al puerto. Sé un creyente con principios vivos, que no se somete a las fluctuantes costumbres de la sabiduría mundana. Anda en los caminos de integridad con paso firme y demuestra que, con el poder que solo la confianza en Dios puede dar, eres invenciblemente fuerte. Así, confiando en el Señor, serás librado de la penosa ansiedad, no te verás turbado por malas noticias y tu corazón se afirmará. ¡Cuán grato es flotar en los ríos de la Providencia! No hay norma de vida más bendita que aquella que depende del Dios que cumple su pacto. No tenemos ansiedad porque él tiene cuidado de nosotros; no experimentamos turbaciones, porque echamos nuestras cargas sobre el Señor.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 255). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

Considere el origen

1 Septiembre 2017

Considere el origen
por Charles R. Swindoll

Salmos 54

Imagine a David debajo de un arbusto o en una cueva derramando sus sentimientos en el Salmo 54 y pidiéndole al Señor que le ayude. Los primeros tres versículos son una oración y el énfasis es el enemigo. Luego el enfoque cambia y ahora se presenta al defensor divino del compositor en los siguientes dos versículos. Los dos últimos versículos son frases de alabanzas que David escribe al enfocarse en su propia historia con Dios.

Oh Dios, sálvame por tu nombre
y defiéndeme con tu poder.
Oh Dios, escucha mi oración;
atiende a las palabras de mi boca.
Porque los extraños se han levantado contra mí,
y los violentos buscan mi vida.
No toman en cuenta a Dios.

Selah  (vv. 1-3)

Los versículos 1 y 2 se leen de manera diferente en la Biblia hebrea comparada con nuestra traducción hispana. Literalmente dicen: «Oh, Dios, sálvame…Oh, Dios, escucha mi oración».

Normalmente, en la oración hebrea, el verbo aparece primero, pero en este caso, cada clamor de auxilio comienza con la frase: «Oh, Dios…» al cambiar el orden de la oración, David enfatiza su dependencia total de Dios. Y ese énfasis se refuerza más al utilizar la repetición del nombre de Dios: «»Oh, Dios…Oh, Dios…»

Aquí descubrimos inmediatamente un ejemplo que David nos da sobre lo que debemos hacer cuando nos encontramos bajo ataque o bajo tensión emocional a causa de la gente. David nos da a entender que lo primero que debemos hacer es orar y pedirle a Dios su fortaleza y su estabilidad. Por lo general, es lo último que hacemos, ¿no es cierto? El instinto casi siempre nos empuja a contraatacar. Buscamos la venganza o desarrollamos un resentimiento en contra de aquel que nos hace la vida miserable.

Observe que David solicita la liberación y la vindicación en base a dos aspectos: el nombre de Dios y el poder de Dios.

A través del Antiguo Testamento,  leemos al menos doce nombres que se le dan a Dios, cada uno enfatiza un aspecto particular del carácter de Dios.

David, recuerda los atributos de Dios y primero se enfoca en el poder de Dios, su omnipotencia. Cuando las personas nos atacan, nuestra imaginación tiende a exagerar la verdad; comenzamos a pensar que nuestros enemigos tienen poder ilimitado. David encuentra consuelo recordando que Dios es más poderoso que cualquier ser o cualquier cosa en el universo.

David continúa describiendo su problema en detalle:

Porque los extraños se han levantado contra mí,
y los violentos buscan mi vida.
No toman en cuenta a Dios.

Selah  (v. 3)

David utiliza dos adjetivos para sus enemigos: «extraños» y «violentos». El primer adjetivo se refiere a las personas que vivían en la región de Zif.

Por lo general, las personas se conocen por su trasfondo. Por ejemplo, los moabitas son descendientes de un patriarca llamado, Moab. Los amalecitas fueron descendientes de Amalec. Pero el caso de los zifitas no tenemos un origen conocido. El término de la palabra «extraño» proviene de una palabra hebrea que significa dispersar o esparcir. Quizás eso los caracterizaba como personas con un pasado desconocido. David no entendía por qué estos extraños se aliaban a Saúl y porque se habían convertido en espías del rey.

Menciono esto porque quizás alguna persona que esté leyendo este libro, esté pasando una situación similar a la de David, donde personas lo han espiado y traicionado sin un motivo aparente. Es aterrador pensar que se nos acuse falsamente de algo, especialmente cuando la acusación viene de personas extrañas. Cuando algo así sucede se llega a pensar que todo el mundo se ha vuelto en contra de uno.

Peor aún cuando el enemigo es alguien que uno considera un amigo.

El segundo adjetivo, «violentos» se refiere a Saúl, a quien David sirvió anteriormente como músico y soldado y también se refiere a las tropas de Saúl, cuya misión era regresar con la cabeza de David. Imagínese, seiscientos soldados leales a Saúl buscando capturarlo. David no tenía ningún apoyo en Israel ni en los pueblos vecinos a Israel.

David menciona más adelante que sus enemigos no estaban escuchando a Dios. Esas acciones que ellos estaban realizando no las hacían cumpliendo la voluntad de Dios. Actuaban bajo su propio interés sin pensar en la justicia, y eso nos lleva a un punto importante. Cuando las personas se vuelven contra usted, y usted no tiene la culpa, el sentimiento es el mismo que si le pateara una mula. No obstante, considere lo siguiente: usted fue golpeado por una criatura cuya naturaleza es dar patadas.

En otro salmo, un compositor observa que resistir la voluntad de Dios no solamente es inútil, sino también perjudicial para la misma persona: “¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman cosas vanas?” (Salmo 2: 1).

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Lecciones importantes para muchos líderes

1 SEPTIEMBRE

1 Samuel 25 | 1 Corintios 6 | Ezequiel 4 | Salmos 40–41

A pesar de que es muy interesante e incluye hábiles caracterizaciones, uno se pregunta por qué se incluyó el relato de 1 Samuel 25. ¿Cómo contribuye al adelanto de la trama de 1 y 2 de Samuel?

Una vez comprendemos las convenciones sociales de la época, el relato en sí es claro. Aparentemente, en este momento, Saúl no estaba persiguiendo activamente a David (ver 1 Samuel 24), pero las relaciones aún son tan delicadas que David y sus hombres se mantienen alejados de Saúl. Gran parte de esta cultura estaba unida a dos valores que muchos en Occidente rara vez experimentan: (1) Toda buena obra tiene que ser recompensada con otra. La cortesía se extendía a la práctica recíproca de dar regalos. Fallar en este aspecto suponía vergüenza para la persona que había incumplido y se consideraba que esta había tratado a la otra con desprecio. (2) Las exigencias de la hospitalidad implican que es inadecuado rechazar a alguien o no recibirlo en la casa. Esto indicaría avaricia y grosería. La mera cortesía demandaba que uno ofreciera lo mejor a sus invitados, sobre todo si era adinerado.

De manera que cuando los hombres de David aparecen en la puerta de Nabal, no están pidiendo dinero de protección. Cuando Nabal los hace irse con las manos vacías, no se está comportando como un hombre recto que se niega a que un bandido le intimide, sino como un desgraciado ingrato que recibe de todo el mundo y nunca da nada a cambio; alguien que ignora con altivez las cortesías y convenciones de la cultura y trae sobre sí vergüenza, sin importar lo que piensen los demás, y que trata con un desdén insoportable al hombre que ha contribuido a su riqueza y bienestar.

Abigail es la figura que sale mejor parada en este relato. Con gracia y tacto, aplaca la ira de David y salva la vida a su esposo y a sus empleados. David es una figura mixta. De acuerdo con las costumbres de la época, seguramente estaba justificada en cierta manera la venganza que planificó, pero sólo serviría como un presagio de más matanza y de un estilo de liderazgo que mancillaría el trono que algún día iba a ocupar. Abigail ve todo esto y, de manera encantadora, le convence de que ella tiene razón.

¿Por qué, entonces, se incluye este relato? De entrada, por supuesto que hay pistas que nos sugieren que David se acerca cada vez más al trono. Samuel, el profeta que lo ungió, ha muerto (25:1). David dirige un ejército de seiscientos hombres. Abigail representa el aumento de la cantidad de israelitas que reconocen que, tarde o temprano, David será su rey (25:28–30). Pero, sobre todo, David se encamina ahora en una dirección moral contraria a la de Saúl. A medida que el poder de Saúl ha aumentado, también ha crecido su sed de venganza. David estaba a punto de seguir la misma dirección malvada, hasta que Abigail se lo impidió, y él mismo lo reconoce (25:32–34). Aquí, hay lecciones importantes para muchos líderes cristianos poderosos.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 244). Barcelona: Publicaciones Andamio.

¿Quién forma nuestra opinión?

No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne. El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos.

Eclesiastés 12:12-13

¿Quién forma nuestra opinión?

Hoy en la mañana entré en una librería muy grande. ¡Qué profusión de libros! Había miles sobre todos los temas: arte, literatura, filosofía, religión, historia, ciencias… ¡Había para todas las edades y gustos! ¡Cuántas horas fueron consagradas para escribirlos! Si las sumamos, posiblemente tendríamos varias decenas de siglos.

Cuánto tiempo y medios son empleados para instruirnos, informarnos y distraernos: periódicos, radio, televisión, internet… Sin embargo, ¿somos más felices o tenemos más paz? Es como si esta abundancia de informaciones que absorbemos cada día nos ocultase lo esencial. Además, lo queramos o no, todo esto influencia nuestra mente y corre el riesgo de disminuir nuestra compasión e insensibilizar nuestra conciencia…

Al margen de esta profusión de informaciones e imágenes accesibles gracias a tecnologías cada vez más nuevas, hay un Libro que nos transmite el mensaje de Dios. Sí, con amor, Dios nos habla todavía, en el siglo 21, a través de la Biblia, la viva y permanente Palabra de Dios. Tomémonos el tiempo de leerla atentamente. Unas cien horas bastarían para leerla toda. ¡Cuántas horas dedicamos a actividades fútiles! Y tristemente descuidamos reservar un tiempo para conocer el Libro de los libros.

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8).

2 Crónicas 17 – 1 Corintios 9 – Salmo 102:23-28 – Proverbios 22:15

Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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