UNA FUENTE INAGOTABLE

UNA FUENTE INAGOTABLE

9/25/2017

Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido.

1 Pedro 1:22

Los cristianos tenemos la gran responsabilidad de amar a los demás, pero ¿cómo la cumpliremos? Comprendiendo nuestro recurso.

El amor está a nuestro alcance, y es nuestra culpa si no aprovechamos el recurso necesario. Tenemos que someternos al Espíritu y aprender a amar. Debemos purificar nuestro corazón confesando nuestro pecado y comprender la urgencia de atraer a otros a Cristo mediante nuestro amor. Tenemos que tomar una decisión consciente de amar a los demás, tener comunión con otros creyentes y pensar en los demás y no en nosotros mismos. Y debemos considerar el efecto de amar a otros. El amor que se da inevitablemente regresa.

Cuando Dios lo salvó a usted, Él lo hizo una nueva criatura con la capacidad de cumplir la deuda del amor. La fuente del amor es inagotable. Usted tiene el privilegio de representar a Dios en el mundo amando a los demás como Él los amó y recibir amor a cambio.

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La vida depende de la Palabra de Dios

SEPTIEMBRE, 25

La vida depende de la Palabra de Dios

Devocional por John Piper

Les dijo: Fijad en vuestro corazón todas las palabras con que os advierto hoy, las cuales ordenaréis a vuestros hijos que las obedezcan cuidadosamente, todas las palabras de esta ley. Porque no es una palabra inútil para vosotros; ciertamente es vuestra vida. Por esta palabra prolongaréis vuestros días en la tierra adonde vosotros vais, cruzando el Jordán a fin de poseerla. (Deuteronomio 32:46-47)

La Palabra de Dios no es una nimiedad; es una cuestión de vida o muerte. Si tratáramos las Escrituras como palabras triviales o vacías, esto nos costaría la vida.

Incluso la vida de nuestro cuerpo físico depende de la Palabra de Dios, porque por su Palabra fuimos creados (Salmos 33:6Hebreos 11:3) y él «sostiene todas las cosas por la palabra de su poder» (Hebreos 1:3).

Nuestra vida espiritual empieza por la Palabra de Dios: «En el ejercicio de su voluntad, Él nos hizo nacer por la palabra de verdad» (Santiago 1:18); «Pues habéis nacido de nuevo… mediante la palabra de Dios que vive y permanece» (1 Pedro 1:23).

No solo empezamos a vivir por la Palabra de Dios, sino que también seguimos viviendo por la Palabra de Dios: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Mateo 4:4Deuteronomio 8:3).

Nuestra vida física fue creada y sigue en pie por la Palabra de Dios, y nuestra vida espiritual surge y se sostiene por la Palabra de Dios. ¡Cuántas historias podríamos reunir que dieran testimonio del poder que la Palabra de Dios tiene para dar vida!

Sin lugar a dudas, la Biblia «no es una palabra inútil» para nosotros: ¡es nuestra vida! El fundamento de todo gozo es la vida. No hay nada más básico que la pura existencia —nuestra creación y la preservación de nuestra vida—.

Todo esto se lo debemos al poder de la Palabra de Dios. Por medio de este mismo poder, Dios habló en las Escrituras, para la creación y el sustento de nuestra vida espiritual. Por lo tanto, la Biblia no es palabra inútil, sino la vida misma: ¡la llama que enciende nuestro gozo!

Devocional tomado del libro “Deseando a Dios”, página 145

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«El cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría»

25 de septiembre

«El cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría».

1 Corintios 1:30

El intelecto del hombre busca la tranquilidad, pero, por naturaleza, la busca lejos del Señor Jesucristo. Los hombres cultos, aun cuando sean conversos, son propensos a considerar con poca reverencia y afecto la sencillez de la cruz de Cristo. Están atrapados en la antigua red que lo fueron también los griegos, y evidencian una marcada voluntad de mezclar la filosofía con la revelación. El hombre de pensamiento refinado y de elevada cultura tiene la tentación de apartarse de la sencilla verdad de Cristo e idear una doctrina (como expresa el término) más intelectual. Esto condujo a las iglesias cristianas primitivas al gnosticismo y las embelesó con toda suerte de herejías. Ahí tenemos la raíz de la Neología y de las otras exquisiteces que en días pasados estaban tan de moda en Alemania y que ahora entrampan a cierta clase de teólogos. Quienquiera que seas, querido lector, y cualquiera que sea tu preparación, ten por cierto que si eres del Señor no encontrarás ninguna tranquilidad en la teología filosófica. Puedes recibir tal o cual dogma de este gran pensador o tal o cual desvarío de aquel otro filósofo profundo, pero como la paja es al trigo, así serán esas cosas al lado de la pura Palabra de Dios. Todo lo que la razón (cuando está muy bien guiada) puede resolver es simplemente el abecedario de la verdad y, aun en eso, carece de certeza; mientras que en Cristo «están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento» (Col. 2:3). Cualquier tentativa por parte de los cristianos de satisfacerse con sistemas que merezcan la aprobación de los pensadores unitarios y de la Iglesia en general está abocada al fracaso. Los genuinos herederos del Cielo tienen que volver a esa realidad tan sencilla que hace brillar de gozo el ojo del gañán y alegra el corazón del pobre piadoso: «Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores». Cuando se le recibe con fe, Jesús satisface al intelecto más preparado; sin embargo, fuera de él, la mente del regenerado no encontrará sosiego. «El principio de la sabiduría es el temor del Señor. Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos» (Sal. 111:10, LBLA).

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 279). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

Agradecimiento y alabanza

23 Septiembre 2017

Agradecimiento y alabanza
por Charles R. Swindoll

Salmos 100

El Salmo 100 continúa con dos preceptos finales y presenta tres razones específicas para «cantar con gozo» (v. 1). Ambos preceptos nos invitan a hablar directamente con el Señor.

6. Denle gracias (v. 4). La palabra hebrea para dar gracias viene de un verbo que significa confesar, alabar, reconocer, exaltar o agradecer. En otras palabras no es sencillamente decir: «gracias Dios, por los bendiciones». En este texto el verbo da a entender una persona que tiene razones específicas para dar gracias, que relata una historia donde Dios es el héroe. Nosotros hacemos esto cuando estamos contándoles a nuestros amigos acerca de algún buen doctor que nos ayudó con una larga enfermedad. La expresión de gratitud es impresionante. Sentimos que las palabras no nos alcanzan para poder hablar bien de ese doctor. De manera similar en este pasaje, la expresión «denle gracias» da la intención de expresar que literalmente no podemos decir con palabras lo bueno que es el Señor y lo que él hace por nosotros.

Una de las señales que muestra que estamos en los últimos días, es la ingratitud. 2 Timoteo 3: 1-5 escribe la palabra «malagradecido» en una lista de actitudes que marcan los días malos antes del fin del mundo. Hay que tener cuidado con esa generación ingrata y mal agradecida. Cultivar un corazón agradecido es algo muy importante para Dios.

7. Bendigan su nombre (v. 4). La palabra hebrea es «barak» y tiene el significado de arrodillarse, elogiar o saludar. La idea es mostrar honor y honra a Dios, reconociendo su nombre por encima de cualquier otro nombre. En el Oriente Antiguo, una persona «bendecía» a un superior arrodillándose o inclinándose ante él. Él o ella entonces expresaban su deseo para que esa persona tuviera poder, prosperidad, longevidad, éxito, etc.

Claro está que el Señor ya posee todo el poder, la prosperidad, la longevidad y siempre tendrá éxito en todo lo que haga; al «bendecir su nombre», afirmamos su poder y su bondad y nos comprometemos a unirnos a su causa.

Esas dos acciones, «dar gracias» y «bendecir su nombre» tiene un significado especial muy arraigado a la tradición del Oriente Antiguo. Recibir la hospitalidad de un noble y pronunciar la bendición como resultado establecía efectivamente una alianza, una deuda duradera que unía a ambas personas en un lazo de amistad. En este caso, el salmista nos invita a que demos lealtad al rey supremo.

Afirmando el alma
Durante los siguientes días, dedique su tiempo de oración a darle gracias y alabar al Señor. Esto no es tan fácil como pedirle al Señor ayuda, sabiduría, fortaleza, sanidad u otras necesidades así que debe prepararse antes de orar. Haga una lista de agradecimientos. Investigue los atributos de Dios. Luego, en oración, relate la historia de la bondad de Dios hacia usted.

Cultivar un corazón agradecido es algo muy importante para Dios.—Charles R. Swindoll

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright
© 2017 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

“Evangelio diferente”

25 SEPTIEMBRE

2 Samuel 21 | Gálatas 1 | Ezequiel 28 | Salmo 77

Las primeras líneas de las cartas de Pablo suelen estar estructuradas con gran cuidado. La forma más sencilla de las epístolas en la Grecia antigua era: “De mí, para ti, Saludos”, por lo general seguido de alguna declaración de gratitud y luego el cuerpo de la carta. Pero la costumbre de Pablo era modificar cada componente de manera que anticipara el contenido del resto de su carta. Por lo tanto, estudiar la epístola completa enriquece nuestra comprensión de su introducción, y viceversa (Gálatas 1:1–5).

(1) Pablo no siempre se presentaba como un “apóstol”. A veces, no usaba ninguna designación (1 y 2 Tesalonicenses, por ejemplo); en otros casos, se refería a sí mismo como “siervo” (Romanos 1:1). Aquí, es “Pablo, apóstol” porque algunas personas estaban atribulando a los cristianos gálatas con un “evangelio diferente” que en realidad no era evangelio en absoluto (1:6–7) y para ello tuvieron que minar la autoridad de Pablo y descartarlo por ser, como mucho, una imitación de un apóstol.

(2) No es así, dice Pablo: no sólo es apóstol, sino que lo es “o por investidura ni mediación humanas, sino por Jesucristo y por Dios Padre” (1:1). Su apostolado no estaba sujeto a un mediador, como si hubiera sido comisionado por la iglesia de Jerusalén o por algún apóstol individual de primera clase allí. Más bien, fue enviado “por Jesucristo”—basado en su experiencia, en el camino a Damasco, de ver a Jesús mismo, resucitado y exaltado—y por Dios el Padre.

(3) Pablo, además, se refiere a Dios el Padre como el que levantó a Jesús de entre los muertos. Pablo había visto al Jesús levantado y resucitado. Durante sus años de fariseo devoto, había rechazado a Jesús, tildándolo de farsante malvado, malhechor, maldito por Dios, tal como lo evidenciaba su tipo de muerte. Ver por sí mismo al Jesús resucitado le hizo repensarlo todo, pues implicaba que Dios mismo había vindicado a Jesús. Las buenas noticias de las cuales Pablo era apóstol estaban fundamentadas en la crucifixión y resurrección de Jesús.

(4) No importa cuánto insista en su estatus y autoridad apostólicos, Pablo asocia sabiamente a sí mismo y su enseñanza con “todos los hermanos” que están con él (1:2). Si los gálatas se desvían hacia este “evangelio diferente”, deben saber que no sólo están alejándose de Pablo, sino de los incontables creyentes que están de acuerdo con él.

(5) En vez del tradicional saludo Chairein, Pablo usa la palabra cristiana gracia (charis) y el saludo judío paz (Shalom en hebreo), y fundamenta estas bendiciones en la muerte sustitutoria del Señor Jesús (1:3–5) y no en una relación particular con la ley de Moisés.

(6) Sorprendentemente, Pablo obvia la sección de gratitud e inmediatamente entra a su reprensión asombrado por la inminente deserción de sus lectores (1:6–10). Si bien no es frecuente, hay ocasiones en las que una reprimenda no puede esperar.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 268). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Estén preparados

lunes 25 septiembre

Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.

Lucas 12:40

Prepárate para venir al encuentro de tu Dios.

Amós 4:12

Estén preparados

En esa unidad naval, todo el mundo conocía a Bill, el marinero que siempre llevaba puesto su chaleco salvavidas. A pesar de las burlas, no se lo quitaba cuando estaba en el mar. Un día de 1945, cuando su unidad estaba a punto de combatir en el Pacífico Sur, una escuadrilla de bombarderos hizo naufragar repentinamente el navío cisterna en el que servía Bill. Los socorristas solo hallaron un sobreviviente: Bill, quien llevaba su chaleco salvavidas. Ese marinero, gracias a esta precaución que parecía ridícula a sus compañeros, pudo salvar su vida.

Hoy todos estamos en peligro. ¿Quién puede estar seguro de la hora siguiente? La Palabra de Dios nos dice que después de la muerte habrá un juicio.

–¿Está usted preparado, «seguro», es decir, revestido de la justicia de Jesucristo para ser plenamente aceptado en la presencia de Dios?

–¿Cómo puedo obtener esta justicia?

Creyendo que Dios quiere dársela gratuitamente.

–¿Él será justo borrando todos mis pecados?

Sí, porque Jesús, su Hijo, sufrió el castigo en la cruz, y hay perdón en Dios.

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos” (Romanos 5:1-2).

Estar preparado es conocer a Dios como el Dios de paz, saber que él borró mis pecados. Ahora mi vida se despliega bajo su mirada con la certeza de que encontraré a Dios en compañía de Jesús mi Salvador.

Oseas 7-8 – 2 Corintios 13 – Salmo 107:10-16 – Proverbios 24:3-4

Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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