EVITE EL CONFLICTO PERSONAL

EVITE EL CONFLICTO PERSONAL

11/8/2017

Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. (Filipenses 4:2)

Pablo afrontó muchos conflictos en la iglesia, pero algunos eran para él tan importantes como para tratar sobre ellos en sus epístolas, y también importantes para nuestra enseñanza. Es evidente que las dos mujeres en el versículo de hoy estaban dirigiendo dos facciones opuestas en la iglesia. No sabemos cuáles eran sus quejas específicas, pero podemos suponer que fuera un conflicto personal.

Sí, sabemos que las dos mujeres eran miembros notables de la iglesia porque habían trabajado con Pablo en la causa del evangelio (Fil. 4:3). Y sabemos que estaban causando estrago en la iglesia porque al parecer no estaba unida (Fil. 2:2). Reconociendo que se trataba de falta de amor, que indica la presencia de orgullo y la ausencia de humildad, Pablo rogó que las mujeres fueran “de un mismo sentir en el Señor” (4:2). Cada una estaba exigiendo su propio derecho en vez de interesarse en el derecho de la otra. Pero como Pablo las exhortó y nos exhortó a nosotros, una buena relación con el Señor resolverá cualquier discordia.

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De qué manera no debemos buscar a Dios

NOVIEMBRE, 08

De qué manera no debemos buscar a Dios

Devocional por John Piper

Si por causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer lo que te plazca en mi día santo, y llamas al día de reposo delicia, al día santo del Señor, honorable, y lo honras, no siguiendo tus caminos, ni buscado tu placer, ni hablando de tus propios asuntos, entonces te deleitarás en el Señor, y yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra. (Isaías 58:13-14)

Es posible buscar a Dios sin glorificarlo. Si queremos que nuestra búsqueda honre a Dios, debemos buscarlo por el gozo de la comunión con él.

Tomemos a modo de ejemplo el día de reposo. El Señor reprende a su pueblo por buscar su propio placer en el día santo del Señor. ¿Qué quiere decir esta reprensión? Quiere decir que su pueblo se deleitaba en sus propios asuntos y no en la belleza de su Dios.

Él no reprende el hedonismo, sino lo pobre de su hedonismo. Se conformaron con los intereses seculares y por eso los honraron más que a Dios.

Notemos que llamar al día de reposo «delicia» equivale a llamar al día santo del Señor «honorable». Simplemente, esto significa que honramos a aquello que es nuestra delicia, o dicho de otro modo, que glorificamos a aquello en lo que nos deleitamos.

El deleite en Dios y la glorificación de Dios son una misma cosa. Su propósito eterno y nuestro placer eterno van de la mano.


Devocional tomado del libro “Deseando a Dios”, páginas 306–307

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«El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?»

8 de noviembre

«El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?».

Marcos 14:14

En los días de la Pascua, Jerusalén era una gran posada. En esta ocasión cada padre de familia había invitado a sus amigos, pero nadie invitó al Salvador; y él, por otra parte, no tenía casa propia. Pero por su poder sobrenatural encontró para sí un aposento alto en el cual observar la fiesta. Lo mismo sucede en la actualidad: con excepción de aquellos cuyos corazones él ha renovado con ese mismo poder, a Jesús no lo reciben los hijos de los hombres. Para el príncipe de las tinieblas todas las puertas se abren de par en par, pero Jesús tiene que limpiar un camino para sí mismo o hacer su aposento en las calles. Por medio del misterioso poder ejercido por nuestro Señor, el dueño de la casa no presentó objeción alguna, sino que en el acto, alegre y gozosamente, le abrió su casa. No sabemos quién ni qué era ese hombre, pero notamos que enseguida aceptó el honor que el Redentor se había propuesto concederle. De la misma manera se llega a saber aun hoy quiénes son los elegidos y quiénes no lo son. Porque, cuando se predica el evangelio, algunos lo combaten y no lo quieren aceptar; en cambio, otros lo reciben de buena voluntad: seguro indicio de que en esas almas se está efectuando una obra secreta y que Dios las ha elegido para vida eterna. ¿Deseas, querido lector, recibir a Cristo? Entonces no hay dificultad para ello. Cristo será tu huésped. Su propio poder ya está obrando en ti, moviendo tu voluntad. ¡Qué honor supone el hospedar al Hijo de Dios! Los cielos de los cielos no le puede contener; pero, sin embargo, él se digna alojarse en nuestros corazones. Nosotros no somos dignos de que él entre bajo nuestro techo, ¡pero qué indecible privilegio supone el que se digne entrar! Pues, entonces, él preparará una fiesta y hará que participemos con él de bocados delicados. Nos sentamos así a un banquete en el que las viandas son inmortales y confieren inmortalidad a aquellos que se alimentan de ellas. ¡Bendito entre los hijos de Adán aquel que hospeda al Señor de los ángeles!

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 323). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

Las Emociones y la Santidad

Las Emociones y la Santidad

 Sugel Michelén

 

El pastor Michelén ha formado parte del Consejo de Ancianos de Iglesia Bíblica delSeñor Jesucristo en Santo Domingo, República Dominicana, durante más de 30 años.Tiene la responsabilidad de predicar la Palabra regularmente en el día del Señor.Tiene una Maestría en Estudios Teológicos y es autor de varios libros: Historia de las Iglesias Bautistas Reformadas de Colombia, Coautor junto al Pastor Julio Benítez; La Más Extraordinaria Historia Jamás Contada, Palabras al Cansado – Sermones de aliento y consuelo; Hacía una Educación Auténticamente Cristiana, El que Perseverare Hasta el Fin; y publica regularmente artículos en su blog “Todo Pensamiento Cautivo”https://www.todopensamientocautivo.com/

Él es instructor asociado en Universidad Wesleyana en Indiana (IWU), extensión en español; enseña Filosofía en el Colegio Cristiano  Logos; y durante 10 años, ha sido profesor regular de la Asociación Internacional de Escuelas Cristianas (ACSI)  para América Latina.

El pastor Michelén, junto a su esposa Gloria tiene tres hijos y cuatro nietos.

https://ibsj.org/

“Jesús es superior”

8 NOVIEMBRE

2 Reyes 21 | Hebreos 3 | Oseas 14 | Salmo 139

Muchos han comentado que un resumen adecuado del tema del libro de Hebreos es: “Jesús es superior”. En los capítulos 1–2, es superior que los ángeles; en el capítulo 3, es superior que Moisés. En Hebreos 4, el descanso que él ofrece es superior al descanso que la Tierra Prometida proveyó. En los capítulos 5 y 7, su sumo sacerdocio es superior que el sacerdocio levítico; en el capítulo 8, el nuevo pacto que él preside es superior que el antiguo. En los capítulos 9–10, oficia en un santuario superior que el tabernáculo, ejercita un ministerio superior y ofrece un sacrificio superior. En resumen, “Jesús es superior”. El mensaje está diseñado para fortalecer los corazones y las mentes de los cristianos judíos que, aunque en el pasado sufrieron voluntariamente por Cristo, en este momento se ven tentados a regresar a los rituales y prácticas judías que heredaron. El escritor de Hebreos teme que ellos estén abandonando la confianza exclusiva en Cristo, sucumbiendo de alguna manera a la tentación de pensar que, aunque Jesucristo está bien, ellos podrían obtener un poco más de sustancia, de espiritualidad, de profundidad histórica o de aceptación de sus parientes. Cualquiera de estas cosas les llevaría a desviarse hacia una negación implícita de que Jesús sea superior.

Nada de esto significa que el antiguo pacto era malo; sencillamente, quiere decir que no era el último. Por eso, en la breve comparación entre Moisés y Jesús en Hebreos 3:1–6, se nos dice que Moisés fue “fiel en toda la casa de Dios” (3:2); “fue fiel como siervo en toda la casa de Dios, para dar testimonio de lo que Dios diría en el futuro” (3:5). No se le reprocha nada.

Pero Jesús es superior. Es útil entender que, tanto en hebreo como en griego, casa también puede significar “hogar” o “familia”. Como Moisés, nos asegura el autor de Hebreos, Jesús “fue fiel al que lo nombró” (3:2). Sin embargo, “Jesús ha sido estimado digno de mayor honor que Moisés”. ¿Por qué? Porque “el constructor de una casa recibe mayor honor que la casa misma” (3:3). Esto parece sugerir que el papel de Jesús en cuanto a la “casa” o a la “familia” de Dios es radicalmente diferente al de Moisés. Este fue fiel como siervo dentro de la casa, y su papel más importante fue el de testificar lo que habría de venir. Jesús es fiel “como Hijo al frente de su casa” (3:6) y esa casa se refiere a la comunidad de creyentes (3:6). Moisés aparece como un siervo dentro de la casa, mirando hacia el futuro; Jesús lo hace como el Hijo de Dios sobre la casa, construyendo esa casa (3:3) y demostrando ser la sustancia misma de eso que Moisés señalaba en el futuro.

Si bien las semejanzas entre estos dos hombres son importantes, sus diferencias son lo más sorprendente.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 312). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Quejas estériles u oraciones sinceras

miércoles 8 noviembre

 

Invoqué en mi angustia al Señor, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.

Jonás 2:2, 7

Bueno es el Señor a los que en él esperan, al alma que le busca.

Lamentaciones 3:25

Quejas estériles u oraciones sinceras

Un libro de la Biblia fue titulado: “Lamentaciones de Jeremías”. Sin embargo estas lamentaciones no son lloriqueos. El profeta expresa, llorando, su tristeza, pero no para quejarse, sino para orar a Dios ante los sufrimientos reales y profundos de su pueblo.

¡A menudo nuestras quejas son completamente distintas! Nos quejamos un poco de todo, y sobre todo de los demás. Nos entristecemos y entristecemos a los que nos rodean.

En la Biblia, la lamentación no es una recriminación, sino una oración. Es la súplica de un creyente cuando pasa por grandes sufrimientos y pide la simpatía y la ayuda de Dios. Así oraron creyentes como Job, Ezequías, Jeremías, Jonás… Lloraron y dijeron a Dios aquello que no podían decir a ninguna otra persona. Sus “lamentaciones” no eran resignación ni una rendición, sino el lenguaje de su fe en una situación extrema que no comprendían.

Aprendamos a reemplazar nuestras quejas estériles por oraciones sinceras, incluso expresadas en “lamentaciones” y súplicas. En medio del sufrimiento, en vez de dar curso a la crítica o al resentimiento, dejémonos penetrar por la Palabra de Dios, viva y eficaz. Entonces “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).

Job 6 – Juan 21 – Salmo 119:153-160 – Proverbios 27:5-6

Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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