Cómo distinguir lo verdadero de lo falso

Cómo distinguir lo verdadero de lo falso

8/18/2018

Todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. (Mateo 7:17)

La Didaché, uno de los escritos cristianos más antiguos después del Nuevo Testamento, da varias pautas para distinguir a los profetas verdaderos de los falsos. En primer lugar, un verdadero profeta no abusará de la hospitalidad, sino que seguirá adelante, atendiendo su ministerio y su misión. Pero un falso profeta dará vueltas indefinidamente, preocupado solo por satisfacer sus propios intereses.

En segundo lugar, a diferencia del falso profeta, el verdadero profeta se opone a la excesiva solicitud de dinero. Está contento con el apoyo para las necesidades fundamentales de la vida y del ministerio.

En tercer lugar, la manera de vivir de un verdadero profeta corresponderá con las normas de justicia que enseña. Es muy probable que un falso profeta enseñe una cosa y practique otra.

Un verdadero ministro del evangelio mostrará lo que Pablo escribió: “Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo” (2 Co. 2:17).

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Esperanza para obedecer mandamientos difíciles

AGOSTO, 18

Esperanza para obedecer mandamientos difíciles

Devocional por John Piper

El que quiere amar la vida y ver días buenos… apártese del mal y haga el bien. (1 Pedro 3:10-11)

Hay solo una razón básica por la cual desobedecemos los mandamientos de Jesús: porque no confiamos en que la obediencia nos traerá más bendición que la desobediencia. No confiamos plenamente en lo que Dios prometió.

¿Qué prometió Dios? Pedro lo enseña de este modo:

No [devolváis] el mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien [bendecid], porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición. El que quiere amar la vida y ver días buenos… apártese del mal y haga el bien (1 Pedro 3:9-11).

Siempre estaremos mejor en obediencia que en desobediencia, incluso si obedecer nos costara la vida:

En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo… junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna (Marcos 10:29-30).

La única forma de obtener el poder necesario para seguir a Cristo en el costoso camino del amor es estar llenos de esperanza, y con la plena confianza de que si perdemos nuestra vida haciendo su voluntad, la volveremos a encontrar y seremos recompensados abundantemente.


Devocional tomado del sermón“The Power of Hope”

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1 Samuel 10 | Romanos 8 | Jeremías 47 | Salmos 23–24

18 AGOSTO

1 Samuel 10 | Romanos 8 | Jeremías 47 | Salmos 23–24

Jeremías 47 es muy interesante aunque sea un capítulo corto. Comienza con una profecía relativa a la destrucción de las ciudades-Estado filisteas situadas a lo largo de la costa y acaba con una de las muestras de angustia más sugerentes en la última parte de este libro.

En primer lugar, la profecía (47:1–5). No sabemos con certeza cuándo se produjo exactamente: vino a Jeremías “antes de que el faraón atacara Gaza”. Pudo tener lugar cuando el faraón Necao de Egipto marchó hacia el norte para atacar Harán en 609 a.C. Gaza, una de las ciudades-Estado filisteas, se encontraba en su ruta. Sin embargo, aunque esto muestra que la profecía vino a Jeremías antes de que acabase la época de dominio egipcio, la misma no se refería a un ataque de Egipto, sino de Babilonia: las aguas que “inundan la tierra y todo lo que contiene” proceden “del norte” (47:2), la dirección desde la que llegarían los babilonios. La descripción de la consiguiente destrucción es terrible. El pánico alcanzaría tal extremo que los padres abandonarían a sus hijos (47:3). El versículo 4 puede traducirse erróneamente. El texto hebreo dice literalmente “cortar a Tiro y a Sidón” y esta expresión puede significar que no permitirían que la ayuda de estas ciudades fenicias llegase a las filisteas, al sur de ellas. En cualquier caso, quien destruye a los filisteos es el Señor, independientemente del ejecutor (47:4). Gaza y Ascalón (47:5) eran dos de sus principales ciudades. “Caftor” (47:4) es el nombre antiguo de Creta, de donde vinieron los filisteos originales. Así pues, decir que el Señor está a punto de destruir “al resto de las costas de Caftor” es una forma poética de describir la destrucción inminente de los filisteos por parte de Dios.

En segundo lugar, la angustia final (47:6–7). Jeremías representa con imágenes muy elocuentes a los filisteos dirigiéndose a la espada del Señor: “¡Ay, espada del SEÑOR! ¿Cuándo vas a descansar? ¡Vuélvete a la vaina! ¡Detente, quédate quieta!” (47:6). Estas palabras dan a entender que los filisteos reconocen que es el Dios de Israel, el propio Señor, quien ha hecho caer sobre ellos el juicio por medio de los babilonios. Aunque se puede interpretar el hebreo de esta forma, también es posible que el propio profeta esté hablando a la espada de Dios. Los filisteos eran paganos y habían oprimido frecuentemente a Israel, pero ahora iban a ser destruidos por los babilonios, el enemigo principal de Judá. Por tanto, Jeremías intercede por ellos. Sin embargo, el versículo final muestra que comprende perfectamente bien que él no tiene poder sobre la espada de Dios. El Señor la dirige, el Dios del justo juicio, y ella hará su trabajo. Así será también en el día final.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 230). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Diferencia entre astronomía y astrología

Sábado 18 Agosto

Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como tamo; fuego los quemará.

Isaías 47:13-14

Diferencia entre astronomía y astrología

La astronomía es la ciencia de los astros, de los cuerpos celestes y de la estructura del universo. Esta ciencia muy antigua permite sobre todo comprender el funcionamiento del universo y dio lugar a aplicaciones científicas significativas.

Por el contrario, la astrología pretende revelar las correlaciones entre la configuración de los astros y el destino y el carácter de los hombres. Es una práctica muy antigua también, emparentada con la adivinación. Los horóscopos son el ejemplo moderno de ello más conocido. La Biblia condena la astrología. Los astrólogos no pueden, de ningún modo, proteger a los que los escuchan de las calamidades que los amenazan, y sus prácticas tienen que ver con el ocultismo, es decir, el campo de Satanás.

Estudiar los astros por medio de la astronomía puede llenarnos de admiración ante la sabiduría y el poder infinitos de Dios, quien creó y sostiene “los cielos de los cielos” (Nehemías 9:6). Al contemplar el cielo y los astros, el rey David se preguntó “qué es el hombre”, a la vez tan frágil y sin embargo capaz, en cierta medida, de gobernar la naturaleza (Salmo 8). Se preguntó por qué Dios se revelaba y se interesaba en él con amor. Pero en este Salmo, David también veía más lejos: contemplaba por anticipado el día futuro en el que el Señor Jesús, el Hombre por excelencia que ahora está junto a Dios, dominaría sobre toda la creación para bendecirla. Entonces exclamó: “¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!” (v. 9).

Jeremías 22 – Lucas 22:47-71 – Salmo 96:1-6 – Proverbios 21:21-22

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