AMOR A DIOS

AMOR A DIOS

9/13/2018

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

Marcos 12:30

Además de las palabras de Jesús en el versículo de hoy, otros libros del Nuevo Testamento ponen en claro que los creyentes han de amar a Dios. Pablo escribió a los corintios, citando del profeta Isaías: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Co. 2:9). En otro pasaje el apóstol se refiere a los cristianos como “los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable” (Ef. 6:24).

Amor inalterable a Dios es la primera característica de la genuina fe salvadora. Eso es así “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Ro. 5:5). En vista de todo eso, no es ninguna casualidad que Pablo pusiera el amor como el primer fruto del Espíritu (Gá. 5:22).

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Siete motivos para no preocuparse (Parte 3)

SEPTIEMBRE, 13

Siete motivos para no preocuparse (Parte 3)

Devocional por John Piper

Por tanto, no os preocupéis, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”. Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; vuestro Padre celestial sabe que necesitáis todas estas cosas. Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.(Mateo 6:31-34)

Mateo 6 contiene al menos siete promesas que Jesús nos dio para ayudarnos a pelear la buena batalla contra la incredulidad y liberarnos así de la ansiedad. En las Partes 1 y 2 vimos las promesas de la 1 a la 4; hoy veremos las promesas 5, 6 y 7.

PROMESA 5: Por tanto, no os preocupéis, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”. Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; vuestro Padre celestial sabe que necesitáis todas estas cosas (Mateo 6:31-32).

No pensemos que Dios desconoce nuestras necesidades. Él las conoce todas. Él es nuestro «Padre celestial». No mira con indiferencia y a la distancia; él se interesa por nosotros. Él obrará para suplir nuestras necesidades en el momento más apropiado.

PROMESA 6: Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas(Mateo 6:33).

Si nos entregamos a la causa de Dios en el mundo, en lugar de afanarnos por nuestras propias necesidades materiales, Dios se asegurará de que tengamos todo lo que necesitamos para hacer su voluntad y darle gloria.

Esta promesa es similar a la de Romanos 8:32: «¿Cómo no nos concederá [Dios] también con Él [Cristo] todas las cosas?».

PROMESA 7: Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas (Mateo 6:34).

Dios se encargará de que jamás seamos probados más allá de lo que podemos soportar (1 Corintios 10:13). Él obrará por nosotros, de modo que se cumpla lo que la Palabra declara: «como tus días serán tus fuerzas» (Deuteronomio 33:25, RVR60).

Ningún día tendremos más problemas de los que podamos soportar; y para cada día habrá misericordia suficiente para sobrellevar la tensión de ese día (Lamentaciones 3:22-23).


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Devocional tomado del libro “Future Grace” (Gracia Venidera), páginas 56-59

2 Samuel 8–9 | 2 Corintios 2 | Ezequiel 16 | Salmos 58–59

13 SEPTIEMBRE

2 Samuel 8–9 | 2 Corintios 2 | Ezequiel 16 | Salmos 58–59

Si Ezequiel 15 representa a Jerusalén como una vid inútil (imagen que aparece en otros pasajes, p. ej., Salmo 80; Isaías 5), Ezequiel 16 lo hace como prostituta.

El lenguaje es impactante, horrible, y pretende serlo. La larga analogía comienza como una versión bastante extrema de My Fair Lady: absolutamente todo lo que esta mujer disfruta, en especial la propia vida, es el resultado directo de la intervención de Dios por gracia. Sin embargo, a diferencia de esta obra, en la que el hombre demuestra ser un manipulador irreflexivo y egoísta hasta que la vagabunda que ha convertido en “señora” le reprende, Dios se manifiesta como alguien indómitamente fiel. Además, aquel se siente dolido por la ingratitud y la traición implícita en la constante búsqueda de otros amantes por parte de la mujer, esto es, otros dioses. Ella no solo demuestra ser “depravada”, sino también “vil” (16:30). Peor aún, mientras las prostitutas reciben un pago por sus servicios, esta mujer paga para poder dormir con aquellos. Israel no ha sido realmente seducido por la idolatría, ni le han pagado para que se involucre en la misma. La realidad es que la nación ha desempeñado un papel activo y ha pagado mucho para dejarse llevar por la idolatría, precisamente porque es lo que quiere hacer.

La analogía se amplía para hablar de la hermana mayor (las tribus del norte, que fueron a la cautividad más de un siglo antes debido a su adulterio espiritual). Los de Judá no solo se creían superiores a lugares como Sodoma (proverbial por su maldad), sino a las tribus del norte; Dios dice que Judá es tan mala que las otras dos “hermanas” en comparación parecen buenas (16:49–52).

La analogía funciona por cuatro razones: (a) pone de manifiesto el horror emocional de la apostasía. Esta se compara al adulterio por el tipo de conducta traicionera, despreciable, dolorosa, hiriente y egoísta que es. El tema no es la libertad de religión (al igual que el adulterio no lo es de la intolerancia sexual), sino el amor a sí mismo y la inconstancia. (b) El matrimonio puede verse como una relación de pacto. Así pues, quebrantarlo recuerda inevitablemente la ruptura del que Dios formalizó con el pueblo que redimió de la esclavitud en Egipto. En ambos casos, la apostasía/adulterio es un desafío flagrante a los votos solemnes. (c) Sus imágenes acceden a un gran tema teológico que encontramos constantemente a lo largo de las Escrituras: Jehová es el esposo de la novia Israel; Cristo lo es de la iglesia; la consumación definitiva es el banquete de las bodas del Cordero. (d) Guardar el pacto requiere el tipo correcto de recordatorio diligente: leamos de nuevo 16:43, 60, 61, 63, y reflexionemos sobre 1 Corintios 11:23–26.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 256). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Perseverad en la oración.

Jueves 13 Septiembre

Perseverad en la oración.

Colosenses 4:2

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4:6-7

Nuestras citas con el Señor

Se cuenta la historia de un ministro cristiano que, una mañana, hizo esperar al rey. «Le ruego que me disculpe, Majestad, tenía una cita con el Rey de reyes, dijo cuando llegó». Así calificaba ese tiempo de oración con su Dios.

La oración es la actividad primera de nuestra vida cristiana. Velemos para que esta comunicación con Dios siempre esté abierta para adorarlo, alabarlo, interceder, presentarle nuestras necesidades y darle gracias por sus dones y sus respuestas. Tener una audiencia con el Dios soberano es el privilegio más elevado que un hombre podría esperar.

Nuestro servicio cristiano, en privado o en público, es importante; pero debe estar en armonía con nuestra vida interior y ser el resultado de la comunión con el Señor. Cuidémonos de engañarnos a nosotros mismos mediante actividades motivadas sobre todo por sentimientos altruistas que no estén fundados en la fe en Jesucristo, nuestro Maestro, ni dirigidos por él.

Es importante que dediquemos tiempo a la oración. Nuestro Señor nos dio ejemplo de ello cuando vivió en la tierra; los evangelios nos dan testimonio de ello: “Él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios” (Lucas 6:12). Como él, busquemos momentos tranquilos, lejos de todo, para estar en compañía de nuestro Maestro. Siempre saldremos con más seguridad y energía para llevar a cabo las tareas que él nos confía.

Jeremías 45-46 – 2 Corintios 2 – Salmo 105:16-22 – Proverbios 23:9-11

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