RESOLVER LA DISCORDIA

Noviembre 6

RESOLVER LA DISCORDIA

Estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio. (Filipenses 1:27)

La estabilidad espiritual depende del amor mutuo, la armonía y la paz entre los creyentes. Nuestra vida debe estar entretejida para que podamos soportarnos y sustentarnos los unos a los otros.

En el versículo de hoy, leemos que Pablo quería que hubiera esa clase de armonía en la iglesia de Filipos, pero en su lugar había una gran desavenencia entre dos mujeres que amenazaban la vida de la iglesia. Pablo procuraba que no se extendieran por toda la iglesia pecados como la parcialidad, la crítica, la amargura, la falta de perdón y el orgullo.

A fin de evitar tales problemas, es necesario que los creyentes velen y oren los unos por los otros. El amor mutuo produce la armonía que lleva a la estabilidad espiritual y que muestra lo que ha de hacer la iglesia: ayudar a los débiles, levantar a los caídos y restaurar a los quebrantados.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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LA CURA PARA LA ENVIDIA COMÚN

LA CURA PARA LA ENVIDIA COMÚN

Charles R. Swindoll

6 de noviembre, 2018

Proverbios 51423-2427

Asaf luchaba con la envidia. Le costaba entender por qué los justos apenas podían salir adelante mientras que los impíos disfrutaban estilos de vida opulentos y suntuosos. Esta injusticia aparente le molestaba tanto que afectó su fe.

¿Quién no ha luchado con la duda? Su crisis de fe hubiese pasado desapercibida si no fuera por el hecho de que él era un líder de adoración en Israel, responsable de conducir los servicios del pueblo de Dios. Pero en vez de esconder sus dudas, Asaf escribió una canción donde expresaba las preguntas que tenía y hablaba acerca de ese laberinto de confusión teológica por el cual estaba pasando.

«En cuanto a mí, por poco se deslizaron mis pies; casi resbalaron mis pasos porque tuve envidia de los arrogantes» (Salmos 73:23).

Asaf continúa su canción detallando las razones de su envidia.

En resumen, el arrogante se hizo más rico mientras que el piadoso, más pobre. Y por si esto fuese poco, el impío abusaba del justo y con ello se burlaba de Dios. Como si la propia pobreza de Asaf no fuera suficiente, él sentía que Dios había recompensado a los malos por su mal comportamiento. En ese momento, el pecado y la rebelión parecían ser un estilo de vida más atractivo.

La crisis de fe de Asaf encontró su solución cuando alejó sus ojos de la riqueza material y empezó a adorar a Dios:

«Pensé para entender esto; ha sido duro trabajo ante mis ojos hasta que, venido al santuario de Dios, comprendí el destino final de ellos» (Samos 73:16, 17).

Cuando su atención se volvió a enfocar en Dios en vez de sus circunstancias, Asaf venció la envidia. Adorar al Señor volvió a orientar su perspectiva de tres formas específicas:

Primero, Asaf volvió a acomodar sus prioridades: la sabiduría era más importante que la riqueza.

Segundo, volvió a obtener una perspectiva eterna: la verdadera recompensa de la fidelidad viene después.

Tercero, volvió a evaluar sus valores: una intimidad con Dios es el mayor tesoro que existe.

Reflexión: ¿Con qué frecuencia verdaderamente adora a Dios? ¿De qué forma puede incorporar esa adoración a su rutina semanal? ¿Cómo puede animar y apoyar a otros que luchan con la duda?

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios  (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

¿Quieres irte solo?

Martes 6 Noviembre

El postrer enemigo que será destruido es la muerte.

1 Corintios 15:26

¿Quieres irte solo?
Dios no nos deja solos ante la muerte cierta,
ni nos ordena combatir contra tan gran potencia,
porque ni rey, ni esclavo pudo jamás vencerla;
no existe ningún arma que pueda detenerla.
Ni con inventos, ciencias, ni con técnicas humanas
podremos librarnos de ella,
evitando que siga cortando las vidas
a todos los que habitamos esta tierra…

Pero en Hebreos 2:14 nos dice la Palabra de Dios muy claramente que Jesús destruyó al que tenía el terrible “imperio de la muerte, esto es, al diablo”, al que Lucas (cap. 11:21) llama “el hombre fuerte armado”.

Dios no nos deja abandonados, muertos bajo el pecado, enfermos, desorientados, confusos, descarriados. Nos envió su ayuda, con su Hijo muy amado, mas entre burlas y golpes fue al Gólgota llevado, donde clavos de hierro taladraron sus manos, su costado le abrieron y sus pies traspasaron…

¿Sabes, amigo, por qué Jesús fue en una cruz clavado? Para que tú no te encuentres solo, cuando la muerte venga a cortarte el paso. Busca refugio en Cristo, que tantos años te lleva ya esperando…

Confiésale: «Señor, viví sin ti, y nunca te he llamado, pero hoy tu voz oí, y me arrepiento. Por favor, Señor, ven a mi lado, y cuando entre en el “valle de sombra de muerte”, me llevarás tomado de la mano».

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4).

Deuteronomio 30 – Juan 19:31-42 – Salmo 119:137-144 – Proverbios 27:1-2

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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